Proyecciones 2017
COLOMBIA
Economía: ya pasó lo peor
Con un crecimiento inferior al 2% en 2016, el consenso de los analistas es que 2017 será un año de recuperación, aunque tampoco para cantar victoria. El pasado 6 de noviembre, cuando las Comisiones económicas conjuntas del Congreso aprobaron a pupitrazo limpio la Reforma Tributaria que le generará más de $5 billones al gobierno, el Ministro de
“La desaceleración de la economía colombiana es la menos fuerte en latinoamérica, dada la magnitud del shock externo que recibió el país por cuenta del fin del boom mineroenergético”.
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Hacienda, Mauricio Cárdenas, respiró tranquilo. Hablando un lenguaje más político que técnico, el funcionario dijo que el articulado construido junto a los ponentes y coordinadores de la ponencia, es el resultado del debate democrático con los diferentes sectores de la sociedad. “Acá no se quedó ningún tema por fuera, es una reforma que debe servir como carta de navegación hacia adelante y para que el país no tenga que estar haciendo reformas cada año o cada dos años”, señaló Cárdenas al explicar que la iniciativa
busca que el aparato productivo colombiano sea más competitivo, que se creen más empresas, que haya más crecimiento de los negocios, más generación de empleo e inversión. “Se ha planteado una reducción gradual del Impuesto de Renta que pagan las empresas para llegar en el 2019 a una tarifa única de 33%. También se da por terminado el impuesto a la riqueza, del cual la última cuota se recaudará en 2017. Necesitamos un sector productivo que sea muy dinámico y eso requiere que haya competitividad, necesitamos esa creación de empleo y de empresas en nuestro país”, agregó. “En una democracia las decisiones se toman sobre la base de las mayorías y las mayorías determinaron que en esta Reforma Tributaria no se le incrementarán los impuestos a los asalariados, la tabla se mantiene
igual y con la que se fijan las tarifas del impuesto de renta no cambia”, dijo el funcionario. Y aunque el cierre de esta edición la Reforma no era aún una Ley, en el gobierno estaban seguros de hacer valer sus mayorías para darle visto bueno al aumento de 3 puntos porcentuales en el IVA, uno de los aspectos más controvertidos de una iniciativa a la que sus detractores han calificado de regresiva y poco estructural. Con el grado de inversión en riesgo, la perdida del triple B podría suponer un aumento en las tasas de interés que paga la deuda del gobierno, lo que en plata blanca significaría unos $4 billones. Adicionalmente podría suponer la pérdida del grado de inversión para la deuda y obligaciones del sector privado. Estructural o no, lo cierto es que los $5 billones anuales que