El libro de los intersticios

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El libro de los intersticios

Leonardo Bustamante



Colecciรณn Alegres Provincias

El libro de los intersticios



Leonardo Bustamante

El libro de los intersticios


El libro de los intersticios © Leonardo Bustamante 2017 © Zócalo Editores, 2017 Confección (diseño, diagramación y armado) Adolfo Segundo Medina Portada: Enmanuel Suárez Fotografía de contraportada Zafiro Cáceres Impresión Zócalo Editores Rubio. Estado Táchira. Venezuela Teléfonos: 0412-071.44.38 E-Mail: zocaloeditores@gmail.com Depósito Legal No.: TA2017000124 ISBN: 978-980-12-9669-0 Queda prohibida la reproducción total o parcial de la presente obra, por cualquier medio independientemente del propósito de la misma, sin la autorización previa otorgada por escrito por el titular de los derechos de autor. Impreso en la República Bolivariana de Venezuela


Estoy seguro de que en las fuerzas elementales se encuentra la purificaciรณn y quiero volver a ellas y vivir en su presencia. (Oscar Wilde)



Primera parte (Amores)



Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 11

Empezamos a sentirnos distantes desde el instante en que nos miramos


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 12

Y el amante decide pensar “bien las cosasâ€?. Decide apartarse a un lugar retirado de las emociones. Se expone a una especie de desamparo de sĂ­ mismo y de todo con tal de huir del horror de amar. No obstante el desamparo tambiĂŠn es un horror.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 13

Charles Bukowski –escritor indigente y alcohólico– sintetizó la obra del profesor Milan Kundera a través de la siguiente afirmación: el amor es un perro rabioso


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 14

Mario Benedetti afirma que libertad es una palabra enorme. La voz extraviada en este intersticio afirma que amor es una palabra abismal.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 15

Temores No eres tú un ser individual Eres una mujer plagada de hembras pululan a través de tus ojos trepan por mis pantalones se introducen a través de mis orejas se me meten en la boca y me magullan el pecho (Te confieso que cuando me acaricias resultas atemorizante) tus ojos son piedras negras que me cuentan historias golpeándose en el fondo del riachuelo sentados en la orilla celeste me reclamas que nunca te escucho que jamás te miro


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 16

a los ojos (eres única en el arte de las preguntas: ¿Qué fantasma me enseñó a peinarme? ¿por qué te muerdo tantas veces la boca? ¿Cómo aprendí a dormir tan inerme?) Y aunque mi soledad sea proporcional a mi auto-conocimiento Haces saltar aquellas piedras del fondo del agua para que golpeen el centro exacto de mi cabeza (Tú cuerpo es la tierra que sostiene al cauce… tu cuerpo se contorsiona… Muestras tus pies…) Me pierdo me anulo Mnemósine me susurra mi origen cuando sonríes y recuerdo la afirmación de Balzac: El temor es una de las primeras virtudes del amor


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 17

Vuelvo a mi taller de avernos a dibujar la forma sin fisuras de tu espalda


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 18

Sin darse cuenta

A Lisseth Pérez

Ella me enseñó a aprehender el horizonte bajo un faro que impedía que las embarcaciones encallaran Ella me dijo a la sombra del faro: —mira fijamente la línea en la que se tocan mar y cielo Y fue así que nos hicimos besos y caricias En medio del mar y encima de la luna El mar cantaba en la ventana de nuestra casa Una canción de Caetano Veloso y otra de Luis Alberto Spinetta Y ella lloraba con su piel de musgo la felicidad Pero el amor es también un extravío Y una mañana de agosto perdimos su corazón y el mío Y ella en venganza huyó a una ciudad que representa la vanidad que odio Y luego, ya sin venenos, se fue a la India a buscar la iluminación Yo retorné a mi páramo andino Sin buscar nada


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 19

Porque mi corazón Que era todo cuanto tenía Se lo había llevado ella Sin darse cuenta.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 20

Ella que es piedra preciosa y carnalidad al alcance de mis manos de pronto aparece y emergen recuerdos del fondo del río Ella que canta la palabra sexo el día veintisiete de su calendario corporal en medio de una jauría de hombres sordos (yo persisto en recorrer sus susurros y crepitaciones) Ella que desarmó mi vida una tarde de febrero y la rearmó una noche de agosto Ella a quien no le importan la sangre derramada, el dolor latente, la unión pactada en un pedazo de papel Ella rompe todos los calendarios de mi vida y me consume en su tiempo Ella que es delicia en la caricia y horror en el adiós Ella que asiste todas mis tardes a una bodega a tomar agua de coco Yo le he dado un viejo cuadro azul que compré en una tienda de garaje, dos copas de vino y también un intento de poesía.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 21

Despedida aristotĂŠlica Primera premisa: En el amor verdadero no existen brechas Segunda premisa: Es imposible que dos se amen. Inferencia: Entonces solo queda el amor propio.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 22

Despedida en harapos Le enciendo un fosforito Al frío El frío es una huella Que se va borrando En cada espasmo mío (Tus pies descalzos son nobles Y también perversos) Debajo de la cobija Urdías la caricia en mis pantorrillas Mientras yo escarbaba no sé qué rubros En tu sexo Hoy estoy en harapos Derrotado y sonriente (Por diosito que sonrío) Menos mal que existen Charlie Parker y el Ron Cacique Con la compañía de ellos Me rasco la pantorrilla y gruño Enciendo el último fosforito Y en harapos te digo adiós


Segunda parte (Desamores)



Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 25

La verdad es que por fin logro contemplarme desnudo en esta asimétrica armazón de tallos que se sostienen sobre mi triste tronco. Sí, sin ti soy el árbol sin las hojas.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 26

En el amor concurre una batalla contra tu propio batallĂłn de vĂŠrtebras. El amor respira en las paredes de ese hospital donde acuden los amantes heridos en busca de la tan anhelada curaciĂłn. Si al cabo de un tiempo las heridas no sanan, date de baja y ve a buscar al amor en otras latitudes, en otros hospicios.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 27

El lenguaje de los árboles Al hombre le sucede lo mismo que al árbol: Cuanto más sus ramas más se empinan hacia lo infinito Sus raíces tienden a lo profundo y lo obscuro (Nietzsche)

Los ramajes del árbol se encuentran al alcance de un viento vespertino que adormece al sol sobre un almohadón de nubes. En sus copas se acuna el gran astro. Las hojas fueron creadas para devolver la luz al sol y dejar caer escasos rayos luminarios a la tierra. En ella el hombre ha mancillado sus capas superficiales: los libros de botánica y biología son versos proscritos y mienten. Verdad que para nacer tuvimos que comer un bocado de tierra. Así, el tiempo nos fue rodeando, y abrimos los ojos en parpadeos perpetuos que cesarán su ruido de fábrica en el último suspiro. El tajo de corteza terrestre que me corresponde, mi cuerpo, a ese otro desconocido lo abrazo en su carne vegetal para sentir desde sus vasos, arterias y huesos las percusiones del alma: Oscar Wilde lo abrazó en su celda, contemplando a un jilguero que cantó en su claraboya los cantos de las penas; es decir, los de la vida. Encarcelado, desde su primer llanto, advertía que contemplamos


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 28

demasiado la naturaleza, pero casi nunca estamos en ella. Erguidos hacia el cielo, pero imbricados en la tierra, los árboles son los únicos que saben cuál fue el porvenir de los dioses; a dónde se habrán marchado y qué forma tienen sus huellas, si es que alguna vez pisaron nuestra tierra. Y hasta la presente no existen datos de que ante el presagio de la muerte deidad alguna se imbrique a la tierra. Más bien es la carne muerta del occiso la que termina alimentándola, como si acaso los dioses fuesen de piedra, barro o cualquier corteza terrestre, una verosímil farsa o voces de esos indeseables predicadores que gritan y gritan. He vivido la única libertad posible en el umbral de este siglo: ser un hombre ahuecado en su pecho que sonriente, bajo el influjo del zen, asiste a los parques a mirar acunarse el sol bajo un ocaso que lento, escupe su ironía a un tiempo secuestrado por los relojes y el tedio.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 29

Erich Fromm advierte que el hombre libre es necesariamente inseguro. Ergo, si el amor es libertad, nada en ĂŠl ha de andar por caminos seguros.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 30

Uno se dirige pleno de colores al encuentro con el amor. En tanto, escalas en gris, agazapadas, tiñen la forma de la tragedia. Al final la tragedia borra de sí los trazos coloridos que entre besos y caricias dibujamos. ¿En cuál punto de la primera mirada y la consecuente caricia comienza el amor? ¿Dónde termina si en verdad fenece? ¿Guarda acaso la tragedia su reminiscencia de las ilusiones que con ternura dibujamos?


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 31

Cuerpo y extravío

(a Sofía Elena)

Por resultar común La idea de un tesoro Entre las manos Es que acudo a convocarte Y aunque no sabía De esa forma del amor que es aullido y soledad de lobo extraviado entre las ruinas de tus rocas Fundacionales Apareces Bajo la forma del musgo Pequeña y tierna Una tarde de septiembre Mis manos fueron tal vez dignas Por rudas, por heridas Caíste de los dedos De un relojero orfebre que te tejió con la delicadeza de una noche sin tiempo Y fue muy simple


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 32

reconocerme en el fondo Negro de tus ojos Si huyo entre las grietas es para ocultarte los remiendos que me hice en el esternón con hilachas de alambradas Recorro bosques Y afluentes y si me sorprendes bailando es para que cuerpo y extravío Sacien Con razón la poesía camina camina sin detener el canto Estoy cerca Bajo tu piel, estoy cerca En la tierra que levantaban mis manos que curiosas me asomaban al mundo


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 33

Esta marcha que ahora andamos de espaldas es incierta No angusties Vendrรก el tiempo del amor ya puedo ver las llaves con las que he de habitar tu corazรณn.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 34

Ante todo el diĂĄlogo es el piso de dos que se aman. Si existen diferencias culturales entre uno y otro, el Ăşnico piso para entenderse es el mĂĄs bajo.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 35

En el intersticio de estas lĂ­neas; es decir, en medio de la frĂ­a grieta que es mi desgarradura, la lagartija que vela quiere dudar que la bondad sea un valor consustancial al amor.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 36

El corazón Ese terco Agujero negro Sí Enfermé Enfermé de vida


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 37

Mi padre se fugó mientras dormía Mi padre se fugó mientras dormía. Se convirtió en aire. Su fuga no ocurrió como la de los padres de otros amigos, unos tenían padre imaginario y nunca encontraron un amigo. Mi padre escapó mientras dormía, un día cualquiera cuyo nombre prefiero no recordar. Hay fechas que se vuelven nombres, hay nombres escritos en los calendarios. Ese aire en que se convirtió mi padre dejó una estela ante mis ojos. Y así, una mañana de diciembre y una tarde de febrero, salvando a un pájaro de la tormenta entre mis manos, mientras mi padre huía, yo me convertía en padre.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 38

¿Por qué cuando se ama la experiencia de estar solo resulta horrible si la mejor forma de entender el amor es desde la soledad? El amor está en la territorialidad de la sinrazón.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 39

Había una vez una que me amó sin importarle el arte y el costo vital de crear. Ella era una hermosa flor de plástico. Y yo nunca antes me sentí tan desolado y tan ruin.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 40

Ante los instintos de Eros y Tรกnatos el ser humano esconde su deseo trunco de ser sin fragmentos. Mirando al suelo o con el pecho erguido al firmamento, caminamos buscando pedazos de nuestra propia existencia.


Tercera parte

(Los poetas habitan el horizonte)



Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 43

Entre la ira y la mansedumbre, entre la probidad y el derroche, entre el cielo y el hades el artista es un fauno plagado de bosques.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 44

Se escribe desde la fragilidad fundacional de la existencia a la vez que desde el amor que es la mayor de las fragilidades. El poeta vive; es decir, escribe, es decir; habita en el intersticio de la fragilidad del amor.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 45

El arte no es producto de un obrar. El arte es el ejercicio puro del poder.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 46

Preguntas acerca del arte ‌Las condiciones que exige crear son insospechables al común mortal


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 47

Intensificar la personalidad y construir galerĂ­as cotidianas de arte en el centro de la fatua cotidianidad equivale a materializar una verdadera obra.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 48

Cuando la poetización es el fin, la realidad se vuelve apenas un medio. En este sentido es insuficiente y poco sustantiva. Lo único capaz de elevarse más allá del suelo de la vida es lo que no pertenece a la realidad. Claro que siempre se precisa de la sucia realidad. Neruda requería de un mohoso coral marino, Vallejo de unos heraldos, Guayasamín de caras dolientes, y todos abrevamos en la impudicia del lenguaje.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 49

Los poetas nacieron un día que la metáfora bajó con la lluvia y se agazapó debajo del arcoíris. Anudar una tira de seda en el tobillo de una doncella es encontrar el vórtice del tornasol. El amor siempre nace de una metáfora.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 50

Es contradictorio que el trabajo creador precise del temperamento a la vez que la consolidaciรณn de la obra dependa de tus cojones y de suficiente carรกcter.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 51

Henry Miller dijo que el arte —o sea, lo perfecto— desaparecerá cuando el hombre sea en plenitud.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 52

El mar es poesía El poeta Gustavo Pereira compró exclusivamente para escribir poesía una casa junto al mar Todavía no ha escrito un solo poema.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 53

Ars lunar Un bosque sangrado y con los restos desmembrados de la serpiente después de la mirada de una diosa trae percusiones apenas perceptibles; sabemos que son los aullidos de una jauría que se resiste al tiempo, que anula la historia, queriendo exorcizar su memoria colectiva. Reducir el asunto del licántropo a consideraciones escatológicas y maniqueas sobre la dualidad hombre-bestia se equipara al desacierto de quienes afirman la separación entre alma y cuerpo. La licantropía comprende la sospecha sobre una verdad velada de la especie que negamos a priori porque aceptarlo constituye la asunción de nuestra más crónica enfermedad de existir. La Edad Media ahorcó a los fornicadores en medio de dos perros. Chesterton dijo que fue esa la única época en la que el hombre tuvo el precioso derecho al desempleo. Menos deleznable resulta Foucault cuando afirma que la sexualidad era todavía exquisitamente laxa en el medioevo. El aullido resulta el único sonido animal cuya particularidad radica en que es triste y prolongado, rasgos definitorios de la especie humana.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 54

La condición del espíritu es lo ilimitado Y todo lo que se comprende es bueno Incomprender y limitarse es condenarse a una muerte constante Sí, he visto ríos de muertos que caminan.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 55

Ernesto Sรกbato declaraba que la condiciรณn mรกs preciosa de un artista es el fanatismo.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 56

En el fondo de la luz hay un abismo de sombra. Contra ella impactan el espíritu y la carne —una sola unidad— del artista. De ese choque surgen las estrellas y un alfabeto de novedosas tautologías.


Leonardo Bustamante. El libro de los intersticios / 57

En toda esa sangre derramada por mi vil temperamento he dejado sembradas rosas y algĂşn lirio en el asombro. La mirada de la lagartija que vela esconde barcos nĂĄufragos, botellas al mar, promesas rotas en el viento de un pĂĄramo andino que no ha terminada de verme nacer.



Índice Primera parte. (Amores) / 9 Empezamos / 11 Y el amante / 12 Charles Bukowski / 13 Mario Benedetti / 14 Temores / 15 Sin darse cuenta / 18 Ella que es piedra preciosa / 20 Despedida aristotélica / 21 Despedida en harapos / 22 Segunda parte. (Desamores) / 23 La verdad / 25 En el amor / 26 El lenguaje de los árboles / 27 Erich Fromm advierte / 29 Uno se dirige pleno de colores / 30 Cuerpo y extravío / 31 Ante todo el diálogo / 34 En el intersticio de estas líneas / 35 El corazón / 36 Mi padre se fugó mientras dormía / 37 ¿Por qué cuando se ama / 38 Había una vez / 39 Ante los instintos / 40 Tercera parte. (Los poetas habitan el horizonte) / 41 Entre la ira y la mansedumbre / 43 Se escribe desde la fragilidad / 44


El arte / 45 Preguntas acerca del arte / 46 Intensificar la personalidad / 47 Cuando la poetización es el fin / 48 Los poetas / 49 Es contradictorio / 50 Henry Miller dijo / 51 El mar es poesía / 52 Ars lunar / 53 La condición del espíritu / 54 Ernesto Sábato declaraba / 55 En el fondo de la luz / 56 En toda esa sangre derramada / 57


El libro de los interticios de Leonardo Bustamante fue confeccionado y armado por Zócalo Editores el día 21 de julio de 2017 en Rubio, Municipio Junín del Estado Táchira, República Bolivariana de Venezuela. Está hecho en Book Antigua, 11 puntos e impreso en papel Bond de 75 grs. tapas en cartón reverso blanco cal. 16. Son 100 ejemplares cosidos a mano que se abren paso a través de los intersticios de la palabra




Leonardo Bustamante Venezolano, originario de Táchira y radicado en la ciudad de San Cristóbal. Docente de Lengua y Literatura. Mención honorífica en poesía de la Dirección de Cultura del Estado Táchira (2005). Representante de la voz juvenil poética para la FILVEN 2014. Animador cultural de la región a través de la promoción de la lectura y la creación literaria.

Colección Alegres Provincias


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