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Latitud21 No 214 Enero 2021
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Arturo Medina Galindo
EL GRAN DILEMA
El cobro de aprovechamiento a los turistas que ingresen a Quintana Roo fue el gran dilema, la gran discusión del cierre de año. De entrada, ya está autorizado por el Congreso a petición del Ejecutivo; los turisteros aseguran que le quita competitividad al destino y desde el gobierno lo justifican diciendo que no la pagará ni el empresario ni la población.
Dejemos claro algo: es obvio que el gobierno sabe perfectamente lo que significa hacer un cobro al turista; el gobernador es un experto del tema, recordemos que incluso fue subsecretario de Turismo y es amplio conocedor, además que tanto Darío Flota, en el CPTQ, como la secretaria estatal de Turismo, Marisol Vanegas, habrán vertido sus opiniones al respecto. Por otro lado, los empresarios saben que ellos no pagarán nada de lo recaudado, ni se afectarán sus tarifas.
Con esta panorámica y a pesar de un intenso “lobbyng”, los empresarios no dan “su brazo a torcer”. Tras la situación económica del estado luego de un 2020 fatídico en recaudación y contribuciones federales, había que buscar la forma de allegarse recursos, incluso y a pesar de ir contra sus ideales de no afectar al turista, o adquirir nuevos préstamos.
El cobro, como seguramente se ha enterado, fue aprobado por 2 y media UMAS por turista, son aproximadamente 10 dólares, dependiendo del tipo de cambio; la recaudación aproximada será cercana a los mil 500 millones de pesos, que no es poca cosa; cerca del 5% del presupuesto estatal y a diferencia del impuesto al hospedaje, la recaudación no está comprometida para un gasto en particular.
Ahora habrá que esperar al mes de abril, cuando está programado para iniciar, para ver de qué forma se cobrará al turista. Quizá desde mi punto de vista ese es el tema más delicado, pues en teoría sería a través de módulos a los que tendrán que presentarse los turistas al llegar o al salir; es decir el gasto es obvio y directo.
El impuesto al hospedaje por ejemplo se diluye en la tarifa que cobra el hotel; el turista lo paga incluso sin saber, al final es parte del monto que pagas por el viaje.
ENIGMA
En realidad, este 2021 nos presenta más dudas que certidumbres, particularmente porque no sabemos cómo evolucionará el Covid-19. No tenemos idea de qué tan controlado podrá estar ni qué tanto se quiera o pueda mover la gente para tomar sus vacaciones.
Quintana Roo cerró el año mucho mejor de lo que muchos pronosticaron, pero muy bajo del presupuesto original; muchos despidos, empresas que tuvieron que cerrar, inversiones en standby, que no sabemos hasta dónde se va a estirar.
En este caso queda claro que la recuperación del mercado turístico, está más allá de las buenas voluntades y la buena disposición, pero no queda de otra porque si no hay buena voluntad y disposición, de plano no podremos andar el empedrado camino del 2021; ánimo y a darle.