
2 minute read
Latitud21 No 214 Enero 2021
Mirada empresarial

Advertisement
Inna German Gómez - Empresaria
¿Y DÓNDE JUGARÁN LOS NIÑOS?
El día de ayer salí tarde de la oficina, como a las 10 pm,
me detuve en una tienda de conveniencia y en la acera estaba una mujer sentada con dos niños pequeños vendiendo artesanías. Me detuve acuclillándome para observar las artesanías, pero mi curiosidad en realidad no era por las artesanías en sí; era por la familia, incluido un perrillo bastante desaliñado. Escogí un par de cosas y la señora empezó a hacer cuentas con los dedos de la mano, mientras una niña de aproximadamente 5 años sonrió divertida cuando intenté hacerle cosquillas. Roto el protocolo, me senté en el suelo con ellos y empecé a preguntar, que dicho sea de paso es mi deporte favorito. ¿Estudian? ¿Hasta qué año estudiaste? ¿Edades? ¿Lugar de procedencia? En fin, muchas preguntas después y un par de chocolates que Luis, uno de los niños entró a comprar para todos, tenía la película completa. Una historia que seguro se repite en muchos lugares: Sari, la mamá, tiene 21 años; tuvo a Luis a los 14 y a Britney a los 15; compraba los bordados para revenderlos porque en la mañana trabajaba en una casa haciendo la limpieza, pero ahora no quería ir diario para no dejar a los niños solos, no tenía familia y su pareja la había dejado hace unos años. Los niños no estaban en la escuela ahora por lo del Covid-19, pero Luis sí estuvo y ya estaba aprendiendo a leer. Parecerá una historia triste, pero en realidad refleja lucha y trabajo, mujeres que no tienen servicios de cuidado infantil de calidad. Mujeres que luchan por salir adelante, después de hacerse sabias y de haber cometido errores; errores que pudieron evitarse con un poco de educación. Los niños tienen que trabajar desde muy pequeños y hacerse grandes muy rápido para poder sobrevivir.
Hoy quise escribir esta pequeña historia para recordarnos nuevamente a esos niños, porque los hemos olvidado en los rincones de las banquetas, en los semáforos y en las entradas de los restaurantes. El crecimiento en nuestra ciudad, la pandemia y la falta de programación sin metas de los gobiernos, van creando grandes problemas sociales y uno de los más olvidados son esos niños trabajadores. A lo largo de la historia de la humanidad siempre en los sectores económicos menos desarrollados los niños son usados para compensar el ingreso familiar.
Calificar negativamente a todas las familias que tienen niños trabajando sería muy injusto; las hay como Sari que los llevan con ellos, aunque explotan la fibra sensible de muchos para pedir limosna. Pero también estoy segura que hay otros que no tendrán miramientos y caerán en el abuso. Esos son los casos que debemos recordar y estar atentos para denunciar, esperando de buena fe que las autoridades establezcan protocolos de atención. Luchar para que ocurra, siempre es mejor que no hacer nada.