Sustentur Vicente Ferreyra Acosta
Twitter: @sustentur @vicenteferreyra
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plantas para la reforestación de diversas áreas; asimismo, dispuso de personal del hotel y maquinaria tipo Bobcats para las labores de remodelación y brindó alimentación gratuita a todos los voluntarios. Agregó que seguirán apoyando todas aquellas iniciativas que generen bienestar a la niñez y contribuyan a mejorar las condiciones de vida de la comunidad. Incluso, comentó que recientemente organizaron una carrera pedestre con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) con el fin de recaudar fondos para los programas del organismo internacional. Explicó que este tipo de acciones forman parte de los valores que privilegian en el complejo hotelero, pues están conscientes que dado el éxito alcanzado en la región deben de retribuir en algo a la comunidad.
COMPROMISO PERMANENTE
En tanto, directivos de Sobeys señalaron que cada año realizan acciones de responsabilidad social, como uno de los pilares de esta empresa, que es una de las dos minoristas más importantes de Canadá, con más de 111 años de operación y más de 1500 tiendas corporativas y franquicias en las diez provincias. Agregó que las más de 123 000 personas que integran sus marcas (Sobeys, Safeway, IGA, Foodland, FreshCo, Thrifty Food y Lawtons Drugs) están comprometidas a ayudar en causas sociales, independientemente de que como empresa cada año contribuyen con millones de dólares a cientos de organizaciones comunitarias de Canadá y otros lugares, tal como en este caso hicieron en la Riviera Maya. (Nelly García)
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PAUSA NECESARIA
a pandemia del Covid-19 ha obligado a los actores del sector turístico a tomar medidas drásticas, incluso mucho antes que los gobiernos, incluido el de México, al que se le ha criticado por su tardía reacción ante las circunstancias. Desde organizaciones globales como el WTTC, que pospuso su Global Summit que se llevaría a cabo en Cancún, pasando por la Secretaría de Turismo Federal y el Gobierno de Yucatán que pospuso también el Tianguis Turístico de México, hasta empresas como Princess Cruises que han decidido suspender sus cruceros durante 60 días. Sin duda esto ha traído y traerá consecuencias importantes en la economía; las bolsas a nivel global han caído de forma estrepitosa y hay quien ya habla que podríamos entrar a una recesión global; Bloomberg Economics ha estimado que el costo global en el peor de los escenarios podría ser de 2.7 billones de dólares. En México, el Centro de Información y Competitividad Turística de la Universidad Anáhuac ha estimado que en un caso de impacto severo podríamos tener disminución de llegadas de turistas a dos dígitos (al menos 10%) y se podría dar una diminución de entre 3 y 5% en el PIB turístico en 2020 y seguir en números negativos en 2021. Por ello, cualquier medida de contención debe ser apoyada y llevada a cabo sin ninguna duda. Sin embrago, esta pausa obligada que nos hemos dado en escuelas, trabajos, actividades y viajes también debe ponernos a reflexionar sobre algunos temas que van más allá del simple hecho de los impactos económicos de la actividad. En este artículo hablaré de uno de ellos, que refiere a la disminución de los impactos ambientales generados por este proceso. Hace poco leí que dadas las acciones tomadas por el brote de coronavirus, la generación de emisiones de CO2 disminuyó hasta en 25% en dos semanas, el comercio ilegal de especies como el pangolín ha disminuido drásticamente y los problemas relacionados con la concentración de turistas en algunas ciudades europeas se han terminado temporalmente. Y aunque el riesgo de que estos problemas se potencien al momento de levantar las alertas por las pandemias (seguramente las fábricas tendrán más producción para subsanar las pérdidas y la gente viajará más para asistir a eventos, por ejemplo), no puedo dejar de pensar en la teoría de Gaia de James Lovelock, que dice que la tierra es un ente que se autorregula para mantenerse a sí misma. Entretanto se normaliza la situación, considero que esta pausa debe ser una buena oportunidad para cuestionarnos nuestros estilos de vida y consumo, nuestro rol como actores del sistema turístico, nuestra convivencia con los demás (personas y seres vivos) y estar mejor preparados para la incertidumbre, que es la nueva realidad de este planeta. Entretanto, esperemos que el “bache” pase pronto y podamos volver a una nueva normalidad, más conscientes, más preparados y con hábitos distintos.
Abril 2020
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