Domingo 25/7/2010
La República
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Sociedad
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EN PACHACÚTEC. POBLADORES NO ESPERAN AL ESTADO PARA PROTEGERSE DE LAS BAJAS TEMPERATURAS
Decidieron enfrentarse al frío Para contrarrestar la humedad usan aserrín en el suelo, plásticos en los techos y le dan a sus pequeños productos naturales. Ellos toman la iniciativa. Cinthia Garreta. Lidian a diario con su feroz intensidad y no se amilanan. Por el contrario, las enfrentan, se las ingenian para que esas bajas temperaturas que azotan a diario su jurisdicción no afecten a sus seres queridos, para que aquella falta de abrigo no termine por “congelar” a sus pequeños hijos. Así son los pobladores de la ciudadela Pachacútec, ubicada en Ventanilla. Lugar en el que, a decir del Senamhi, la sensación de frío por su cercanía al mar se siente con mayor fuerza, pero en el que también sus habitantes se las ingenian para protegerse de esa inclemente sensación térmica.
NATURAL. Con mazamorra de Tocosh, Ignacia cuida a sus pequeños.
VERDE. La humedad ya ha cubierto de moho el techo de Glady Rivera. FOTOS: VERÓNICA CALDERÓN. LA REPÚBLICA
Aserrín para la humedad
La familia de Esteban Caldas Campos (54), quien reside en el sector Balnearios de Pachacútec, así nos lo hace saber. “Yo vivo aquí con mis siete hijos y mi nieta hace más cinco años. Y el frío que estamos sintiendo ahora es más fuerte que el de otras temporadas”, dice Esteban, tras enseñarnos el aserrín que le ha echado a su suelo de tierra para contrarrestar la humedad que se acumula en él. “Acá me las tengo que ingeniar para que mi familia no se enferme, porque el otro día mi esposa se puso a lavar y por las bajas temperaturas sus amígdalas se le hincharon (...). Para que la lluvia no se filtre he tenido que poner plásticos en mi techito, porque como es de esteras es muy débil y no nos protege mucho”, dice este humilde hombre que junto a la preocupación de cómo cuidar a su familia del frío tiene que buscarse a diario un “cachuelito” para llevar alimento a su hogar. “Soy mil oficios, no tengo nada seguro... para mí cada día es un nuevo reto”, agrega.
El secreto de Tocosh
Unas casas más abajo de la de Esteban encontramos a Ignacia Loyola Quispe (30). Su pequeño y sonriente Franco (5) nos cuenta que siente el frío con mayor fuerza todas las noches y que sus manitos y pies se ponen “helados”, “helados”, pese a que no sale de su casa. “Acá a partir de las cinco de
MUCHO ESFUERZO. Esteban ha colocado aserrín en el suelo para evitar que la humedad afecte a sus familiares. Además ha cubierto su casa con plástico.
Proponen casas de confort térmico
nerar calor en aquellos hogares en los que el inclemente frío ataca a sus habitantes.
calefacción para las viviendas ubicadas entre los 3,000 y 5,000 msnm”, dijo.
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Ante la situación de frío que se vive en diferentes regiones del país, el jefe del Centro de Energías Renovables (CER), de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), Rafael Espinoza, indicó que en dicho centro se ha trabajado un proyecto denominado Casas de confort térmico, mediante el cual recurriendo a recursos naturales se lograr ge-
”La técnica de confort térmico ya se ha adecuado a la naturaleza andina para tener una herramienta contra el frío. En estas zonas el sistema consiste en construir o modificar casas instaurando sistemas de aislamiento térmico en el techo, piso y aledaños, para que estos, a su vez, transformen y concentren la radiación solar en
Espinoza también indicó que para aplicar la mencionada técnica en las jurisdicciones de la capital se requiere hacer un diagnóstico. “El confort térmico se puede aplicar en cualquier situación, pero lo que se necesita, aparte del presupuesto, es realizar una revisión de las casas para luego determinar qué materiales de aislamiento se utilizarían”.
la tarde el viento que corre ya te cala los huesos. Para que mis dos hijitos (Franco y Melissa de dos añitos) no se enfermen yo les doy mazamorra de Tocosh, que se hace de la pulpa de la papa fermentada. Con eso a mis hijitos ya no les da mucha tos”, revela. Llegando a la avenida Dos Mil Millas, Glady Rivera (16) expresa que su techo de calamina ya está verde por el moho que produce la humedad. “Mi papá ha colocado plástico porque si no la lluvia se pasa a la casa (...). Las frazadas ya están delgadas y la ropa no seca hasta en cuatro días”, acota.