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¿Es posible bendecir a nuestros enemigos?

La palabra “Bendición” es una de las palabras más usadas en el diario vivir por los creyentes cristianos, y aún por los no creyentes. Inclusive, esta palabra es una de las más importantes escritas en cualquier biblia, y aunque la biblia explica su significado, la mayoría de nosotros no lo entendemos de primera intención, por eso es bueno escudriñar (investigar) esta poderosa palabra con la lectura diaria de el libro más grande jamás escrito, La Biblia.

La gran pregunta es… ¿se nos es permitido bendecir, o es solo un trabajo de Dios?

En el libro de Proverbios de Salomón 10:22 dice así:

“La bendición del SEÑOR es la que enriquece, y no añade tristeza con ella.”

Jesús aclara en los evangelios escritos por Mateo (12:42) y por Lucas (11:31) que él es más grande que Salomón:

“y he aquí más que Salomón en este lugar.”

por consiguiente la sabiduría de Jesús también es mayor, por ser el creador de todas las cosas. “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” (Juan 1:3)

Veamos entonces que dice Jesús al respecto en el “Sermón del monte” en el evangelio según Mateo en cuanto a bendecir a nuestros enemigos:

bendecid a los que os maldicen” (Mateo 5:44)

El punto es que “Sí”, nos es permitido bendecir, y esa bendición no debe quedarse en meras palabras o en el deseo.

La palabra bendición es la expresión de un deseo benigno dirigido hacia una persona; bueno… eso es lo que nos han enseñado por generaciones, inclusive en las iglesias nos lo enseñan. Pero, ¿es solo un deseo, o debe ir acompañado de una acción hacia otros?

En la vida diaria, si alguno de nuestros hijos nos pide la “bendición”, les solemos contestar; “que Dios te bendiga”. ¿Acaso se nos permite bendecir, o es solo un trabajo exclusivo de Dios?

También solemos bendecir en nuestras oraciones de esta manera;

“Señor, bendice a mis enemigos… Amén”

pero… ¿los bendecimos nosotros en la vida cotidiana o le dejamos todo el trabajo a Dios?

Analicemos esto; ¿Cuando le pedimos a Dios que nos bendiga, qué le estamos pidiendo? Le estamos pidiendo cosas físicas (que se pueden palpar, ver u oler), también le pedimos cosas espirituales (que no se pueden palpar, ver ni oler, las cuales solo vienen de Dios). Entonces, eso significa que podemos bendecir “fisicamente” a otros con cosas como:

  • Ayudar a cambiar una llanta (goma)

  • Dar de comer al que no tiene

  • Ayudar a tu cónyuge con los quehaceres

  • Devolver un objeto perdido

  • Etc.

La palabra “Bendecir” es sinónimo de:

  • Ayudar

  • Dar la mano

  • Compartir

“…sin esperar nada a cambio.”

¿Por qué entonces no lo ponemos en práctica? Así bendecimos al prójimo, tanto al amigo como al enemigo.

“para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos.” (Mateo 5:45)

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