En coproducción belga y mexicana, el documental En el fin del mundo, del zacatecano Abraham Escobedo-Salas es la historia de Cecilio, un ex drogadicto que vive en las calles del Barrio 6 de mayo de Lisboa, uno de los más peligrosos y más mal afamados de la capital lusa. Él, junto con otros vagabundos, drogadictos y sin empleo, comparten la vida en las tiendas de campaña de un descampado del barrio… Abraham Escobedo-Salas mantiene su interés por los grupos marginales o marginados y forma parte del cine social; con este largometraje obtuvo recientemente el Premio FIPRESCI (Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica) en el Festival de Cine de Guadalajara 2025.
[En el fin del mundo, de Abraham Escobedo-Salas, por Carlos Belmonte Grey]
Abraham Escobedo-Salas en el Festival de Cine de Guadalajara 2025.
Contenido
La Gualdra No.
El pasado 27 de julio del año 2023 se dio a conocer que el Premio Bellas Artes de Crónica Literaria Carlos Montemayor 2023 era para el libro Retorno inasible, de Rigoberto Martínez Escárcega. El jurado, integrado por Myrna Pastrana, Magali Tercero y Enrique Escalona, afirmó en el acta de dictamen que “esta propuesta se trata de una crónica ágil y bien documentada que complementa el relato del derrotero que siguieron los sobrevivientes del asalto al cuartel de Madera la madrugada del 23 de septiembre de 1965”.i Dos años después, tenemos el libro impreso y lleva ya dos ediciones; la segunda de ellas es la que se presentó el pasado jueves 28 de agosto en la Feria Nacional del Libro Zacatecas, editada por el Centro Latinoamericano de Pensamiento Crítico en Ciudad Juárez, Chihuahua. Rigoberto nació en un pueblo llamado Ignacio Zaragoza, cercano a Madera, Chihuahua, el lugar en donde nace la historia que nos narra en este libro, acontecida en septiembre de 1965 cuando un grupo de jóvenes asaltaron el cuartel de Madera con el sueño de cambiar el mundo. “Estamos hablando de la primera guerrilla armada del siglo XX, anticapitalista, con un programa de lucha bien armado, que van a inaugurar, podríamos decirlo, el México moderno”, me platicaba Rigoberto cuando recién le habían notificado que este libro había ganado el Premio Bellas Artes de Crónica Literaria que lleva el nombre de Carlos Montemayor (19472010), su paisano, autor -entre otros muchos libros- de Guerra en el paraíso, aquel emblemático texto en el que narra y describe los acontecimientos ocurridos a finales de los 60 y principios de los 70 del siglo pasado, entre la guerrilla y el ejército, en este caso, entre Lucio Cabañas y el estado de Guerrero.
El autor de Retorno inasible, está vinculado emocional e históricamente al acontecimiento narrado, a la guerrilla del siglo XX en Chihuahua porque nació ahí; sin embargo, Rigoberto trata de clarificar en este libro que fue un hecho que atañe a todo el país y no sólo a ese Estado, lo que pasó en Madera no fue sólo un movimiento local y estuvo integrado por profesores normalistas, campesinos, intelectuales, maestros, estudiantes y obreros; no fue una rebelión local contra el cacique, sino una contra el sistema capitalista y en la que se agotaron todas las posibilidades de diálogo antes de tomar la vía armada.
Retorno inasible es parte de una trilogía en la que se habla de dos grupos: el primero de ellos fue el encabezado por Arturo Gámiz; el 23 de septiembre de 1965 este grupo se levantó contra el gobierno; ese día tuvieron una serie de circunstancias adversas, se reunieron sólo 13 de los 60 que estaban planeados, fueron delatados, un pelotón de soldados les cayó por la espalda y ahí murieron 8 de ellos.
De ese primer grupo hubo 5 sobrevivientes, 3 de los cuales integrarán el segundo grupo que retomará la lucha unos años después; se reagruparon en la Ciudad de México para continuar con el plan. Óscar González Eguiarte -estudiante de economía de la UNAM- encabezó la célula de los sobrevivientes que optó por continuar la lucha en la región norte del país, en la sierra de Chihuahua; sobre este segundo grupo trata Retorno inasible.
Ellos vieron morir a sus compañeros, continuaban siendo anticapitalistas, pensaban que iban a ser el foco de un movimiento revolucionario, lo creyeron y dieron la vida por ello. Sin embargo, a estos jóvenes los invisibilizó la historia, porque en 1968, justo los meses en los que volvieron a actuar para darle continuidad al asalto del cuartel de Madera de 1965, la noticia de lo acontecido el 2 de octubre hizo que la muerte de estos 6 muchachos pasara desapercibida en el país.
Retorno inasible es una crónica literaria que rescata, a seis décadas de distancia, la memoria de estos jóvenes guerrilleros; el autor se adentra en los años de 1965 a 1968 para reconstruir, con recursos narrativos propios de la ficción, la vida cotidiana, las ideas y la dimensión humana de aquellos 6 jóvenes.
Martínez Escárcega combina testimonios, investigación documental y una prosa ágil para dar como resultado un texto que oscila entre el relato histórico y la evocación poética, donde los protagonistas —Ramón Mendoza, Óscar González Eguiarte, los hermanos Gaytán, Lupito Scobell, entre otros— además de cobrar vida como figuras políticas, lo hacen también como seres humanos con miedos, deseos y contradicciones.
Retorno inasible ofrece una lectura crítica de la memoria histórica en México y América Latina; el libro, más que una reconstrucción de hechos es un puente entre la literatura y la memoria. En un terreno en el que los archivos oficiales son incompletos, la crónica literaria permite rescatar voces y experiencias que el registro documental tradicional difícilmente puede preservar.
Este texto desafía la versión oficial del Estado poniendo en entredicho los informes militares y gubernamentales que minimizan o distorsionan la magnitud de los hechos. Retorno inasible muestra que la literatura es también una forma de conocimiento histórico, y yo se lo recomiendo ampliamente.
Desayuno en Tiffany’s, mon ku En el fin del mundo, de Abraham Escobedo-Salas Por Carlos Belmonte Grey
No olvides voltear a ambos lados: una conversación con Patricio S. Alejandro Por Beatriz Pérez Pereda
José de Jesús Sampedro: La existencia total de la poesía Por María Vázquez Valdez
José de Jesús Sampedro: La existencia total de la poesía
6Por María Vázquez Valdez
Hay lugares que son emblemáticos para todo un país: insignias de valor peculiar. Así Zacatecas, una ciudad de belleza única en México. Y también, hay personas que son emblemáticas para un lugar, que de igual manera representan una mixtura de valores irrepetible. Así José de Jesús Sampedro, como poeta y también como editor, gestor cultural y, en definitiva, como persona con una trayectoria excepcional: una presencia emblema, una presencia insignia de Zacatecas.
Muy joven, a los 24 años, Sampedro fue reconocido como el gran poeta que era, cuando ganó el Premio de Poesía Aguascalientes en 1975, por su libro un (ejemplo) salto de gato pinto, un poemario vanguardista con un epígrafe de Guillaume Apollinaire, que asombra desde su primer texto, “ragtime”, escrito no en verso sino en prosa, y sin mayúsculas después del punto y aparte. Un largo texto que va hilando a Freud, Éluard, Adler, y que ya será una manifestación de la posición de Sampedro respecto a la política, lo social, la poesía, la vida: “la historia significa el ascenso proletario y esa historia está llena de amor a la humanidad, sin duda, y apunta también a la existencia total de la poesía”.
La poesía es una médula de fondo y de forma en todo el libro, por supuesto, y en ese primer texto, Sampedro va resaltando su textura: “el hombre libre de fuerzas irracionales. la poesía hará suya la exigencia humana ya prevista. la transformación del mundo —primer objetivo— transforma también nuestra vida donde la poesía será al fin el
centro. sin más. la poesía centro de la existencia humana”.
Ahora sabemos que estas palabras trascendieron al poema, a la página, y que la poesía, en la vida de Sampedro, alcanzó esa existencia total, permutada no sólo en su capacidad poética, también en su vocación editorial indudablemente longeva, y en su potencia como gestor que impulsó el desarrollo cultural de Zacatecas en formas hasta entonces inéditas, abriendo esos umbrales a poetas de incontables latitudes que encontraron en esa rosa de cantera un hogar —casa, fuego— para la creación.
Después de “ragtime”, un (ejemplo) salto de gato pinto contiene cinco partes más y un epílogo, con poemas en los cuales sobresale la prevalencia de la música, no sólo en referencias a Los Beatles y a otros que marcaban las preferencias de Sampedro, también por el tono de los poemas, ahora sí en verso, en algunos casos con innovadores recursos literarios.
En esos poemas también hay referencias a Cesare Pavese, Paul Celan, Antonin Artaud, José Revueltas, William Butler Yeats, Rainer Maria Rilke y André Breton, que denotan no sólo la erudita e inquieta formación del entonces joven Sampedro: también dan cuenta de una postura frente a la vida que mantuvo hasta el final, y que bien podemos definir ahora como congruencia.
Su posición política se sostiene hasta el final del libro, cuando en su penúltimo poema recuerda que “queríamos el triunfo de la unión soviética ni duda”, o que “los yanquis mueren en vietnam y no escriben poesía”, así como reitera
el lugar que el ejercicio poético tendría en su vida: “la poesía no es una especialidad académica ni un gusto puramente refinado (ojo) sino el ejercicio de una búsqueda existencial”.
Conocí a José de Jesús Sampedro en la década de los noventa, cuando dirigía el Festival de Poesía Ramón López Velarde. Era un lujo para mí —estudiante entonces— ir en diciembre al Teatro Calderón de Zacatecas a escuchar de viva voz a grandes poetas de México y de otros países. Un esfuerzo encomiable de Sampedro, indeleble. Años después, en la Ciudad de México nació la revista de poesía Alforja, encabezada en gran medida por el poeta José Vicente Anaya, con quien Sampedro conservaba una longeva amistad. Desde el inicio de la revista, José Vicente propuso la participación de Sampedro como representante de la revista en Zacatecas, por lo que aparece su crédito en las páginas legales de 44 números de Alforja, toda la vida editorial de la revista, excepto por el primer número.
A partir de entonces, muchas veces me encontré con Sampedro en Zacatecas para entregarle ejemplares de la revista, y de libros de Ediciones Alforja, y en algunas ocasiones también con el mismo José Vicente, nos reunimos en cafés en el hermoso centro de Zacatecas. Gracias a Sampedro, y a Ester, su compañera de vida, Alforja conservó una presencia ininterrumpida en el entorno cultural zacatecano.
Era un deleite escuchar a Sampedro conversar con José Vicente: dos poetas contemporáneos con historia compar-
tida, ideologías afines, intereses comunes relacionados con la música — especialmente el rock—, los beatniks, la contracultura. Ambos vanguardistas, ambos transgresores de cánones literarios, cultivaron esa entrañable amistad hasta la partida de José Vicente, el 1 de agosto de 2020.
En alguna ocasión, cuando le llevé revistas a Sampedro a sus oficinas, generoso me invitó a colaborar en la revista Dosfilos y en Corre, Conejo. A raíz de esa invitación, recuerdo que incluyó un texto sobre Milan Kundera que le envié, en la edición del 15 de octubre de 1999 del suplemento.
En varias coyunturas de Alforja queda la impronta de Sampedro, como su poema “El blues de Sam”, que aparece en la página 37 del penúltimo número de la revista, edición con el tema Jazz & Blues. En ese número 44, también coordinado por el escritor Carlos Velázquez, y publicado en la primavera de 2008, Sampedro comparte páginas con textos de músicos como Lou Reed, Leonard Cohen y Janis Joplin, y de beatniks como Allen Ginsberg —“Blues de la impunidad virtual”—, Lenore Kandel —“Blues para la hermana Sally”—, Lawrence Ferlinghetti —“Conozca a Miss Metro”—, Patti Smith —“El sueño del perro”—, y Jack Kerouac —“Orlanda Blues”.
Ahora sabemos que, en efecto, la poesía de Sampedro —tal como lo puntea en un (ejemplo) salto de gato pinto—, hizo “suya la exigencia humana ya prevista”, y que transformó su vida donde la poesía sería “al fin el centro. sin más. la poesía centro de la existencia humana”.
Honramos su memoria.
Poesía
Juan Carlos Villegas. Un (ejemplo) salto de gato pinto. Carbón y tierra zacatecana / papel.
Desayuno en Tiffany’s, mon ku
En el fin del mundo, de Abraham Escobedo-Salas
6Por Carlos Belmonte Grey
Un trávelin en retroceso, de derecha a izquierda, para encontrar en un ángulo de la calle al personaje que camina frontalmente, y al alcanzarlo, acompañarlo (aún con ese mismo trávelin) en paralelo durante un momento, en su deambular por un barrio derruido y casi abandonado de la periferia de la ciudad de Lisboa; un movimiento que sucede casi a la mitad de una película que nos va interrogando sobre su formato: documental o ficción, o docu ficción.
Así de complejo y duro es el más reciente documental, su segundo largometraje, del director zacatecano Abraham Escobedo-Salas, En el fin del mundo.
En coproducción belga y mexicana, el documental es la historia de Cecilio, un ex drogadicto que vive en las calles del Barrio 6 de mayo de Lisboa, uno de los más peligrosos y más mal afamados de la capital lusa. Él, junto con otros vagabundos, drogadictos y sin empleo, comparten la vida en las tiendas de campaña de un descampado del barrio y van teniendo trabajitos, algunos con la esperanza de tener una mejor vida, comenzando por hacerse de un sitio donde poder bañarse diariamente después de salir de trabajar; y, otros, simplemente para seguir comprando la droga que les ayuda a dar sentido a sus vidas. Cecilio va entre estas dos ambiciones, a veces recayendo y a veces viviendo.
La primera pregunta que le hicimos a Escobedo-Salas fue que nos explicara su dispositivo narrativo, porque en ocasiones podemos dudar que se trate de un documental; el tratamiento de los recursos cinematográficos nos hace pensar que es una ficción, o al menos que sus personajes fueron educados a moverse dentro de la cámara:
“La peli es un documental, tiene elementos de ficción, pero sólo en la parte de la ensoñación del personaje, que es una representación de su interior… ahí es donde hay un poco de música. Lo demás es real, la pelea no está ficcionada… todo está hecho en el sitio, tratado como documental... Obviamente sigo utilizando herramientas del cine, sea ficción o documental; en esta película intento moverme un poco en el mismo rango dinámico de la película anterior. A propósito, decido representar las cosas como de forma observacional. Es mi intención de utilizar el cine para borrar esa línea fronteriza, que tal vez si te digo que es ficción lo vas a creer, o un documental. Es una etiqueta de las películas. Más allá de jugar con etiquetas, es mi exploración de hacer cine, un cine que no tenga esas barreras. Por eso, aunque uso elementos que parecen exclusivos de la ficción, pero es mi intención, de mostrar al espectador que esté viendo como una ficción. Quiero introducir a la gente a un mundo al que son ajenos, y por ese
momento en que se vive la película se van a instalar en la situación, y en esos sentimientos y en esos pensamientos”.
El documental tuvo tan solo 21 días de rodaje repartidos entre los años de 2019, 2023 y 2024. De la primera etapa salió el cortometraje, en la segunda Abraham se dedicó a ayudar a sus personajes en los asuntos de legalización de papeles, y en la tercera sirvió para concluir la historia, revisar el arco narrativo y, finalmente, la postproducción. Él mismo considera que fueron pocos días comparado a otros, incluso a su Breaking la vida, y por eso mismo
tenía miedo de no tener suficiente material al momento del montaje.
Escobedo-Salas conoció a sus personajes durante el tiempo que estuvo viviendo en Portugal haciendo su maestría de cine. Dentro de ese semestre en Lisboa, en el 2019, se fue a conocer ese barrio, calificado como el más peligroso de la capital, y él quería conocerlo porque no podía creer que todos los que están ahí sean los más malos del mundo. Se trata de un barrio que fue destruido y desplazado, y lo único que se mantuvo fue la casa de seguridad utilizada para distribuir droga, un detalle que no le pasó desapercibido, cómo la urbe urbana respetó lo más
importante del barrio. Pudo entrar al grupo de personajes gracias en gran parte a ser un extranjero -mexicanoy, por tanto, no un local que vendría a juzgarlos o incluso un policía infiltrado. Para este proyecto, él usó las herramientas del cine y por eso pudo probar con tomas, trávelin, movimientos y otros ejercicios más limpios, más precisos, prevenir los movimientos del personaje y, efectivamente, pedirle que hiciera ciertas acciones sin mirar a la cámara. De ahí que haya logrado ciertos contrapicados en plano cerrado al rostro de Cecilio consiguiendo que éste no cruce miradas con la cámara. Podría decirse que este dispositivo en-
traría en conflicto con los supuestos axiomas del documentalista ortodoxo, no intervenir -aunque ni en la antropología visual se respeta la no intervención- en la historia.
Lo cierto es que Abraham EscobedoSalas mantiene su interés por los grupos marginales o marginados, y forma parte del cine social -cuasi documental-, la mejor prueba es el éxito de L'histoire de Souleymane (Boris Lojkine y Delphine Agut, 2024) premiada en el Festival de Cannes 2024, categoría Una Cierta Mirada. Abraham se llevó el Premio FIPRESCI (Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica) en el Festival de Cine de Guadalajara 2025.
Abraham Escobedo-Salas obtuvo el Premio FIPRESCI en el Festival de Cine de Guadalajara 2025
No olvides voltear a ambos lados: una conversación con Patricio S. Alejandro
6Por Beatriz Pérez Pereda
El Premio de Poesía
Carmen Alardín se ha distinguido por premiar poéticas de vanguardia, arriesgadas o con un acentuado matiz social, en su edición 2025, con un jurado conformado por Karen Villeda, Eva Castañeda y Julio Toledo, no fue la excepción y Patricio S. Alejandro resultó ganador con la obra No olvides voltear a ambos lados, sobre la cual se puede leer en el dictamen las siguientes consideraciones: “hay un claro esfuerzo hacia la ruptura de convenciones, la exploración de la subjetividad y la capacidad de generar experiencias sensoriales profundas en la persona lectora”. En esta entrevista Patricio nos cuenta detalles sobre este libro ganador, sus expectativas al cumplir 30 años, sus influencias y cuáles son los temas que le gustaría abordar en sus próximos libros.
Beatriz Pérez Pereda: Cuéntame sobre este libro con el cual obtuviste recientemente el Premio de Poesía Carmen Alardín 2025, ¿de dónde viene este libro, cuál fue tu proyecto, por qué escribir este libro?
Patricio S. Alejandro: El libro se llama No olvides voltear a ambos lados y la verdad creo que surge un poco de mis recorridos por la ciudad cuando era estudiante. Yo desde muy chico trabajé desde en maquiladoras, de barman, de Uber, entonces tengo una experiencia basta en diferentes trabajos que también me han hecho recorrer la ciudad de distintas maneras. Igual se complementó un poco cuando inicié mi maestría, que también era como hacer un análisis de las desigualdades, recorrer la ciudad desde distintos puntos, pues abonó mucho a este libro y básicamente es eso, cómo se habita la ciudad desde diferentes subjetividades porque no hay una linealidad de perspectiva a lo largo del libro, sino que van cambiando las subjetividades a través de los poemas, a partir de eso es que se construye el libro.
BPP: Cómo fuiste incorporando estos temas o cómo te interesas en estos temas, sobre estas experiencias de vida que no son tan glamurosas o “líricas”, que tienen una arista social y son otra forma de habitar la ciudad, la realidad, háblame un poco más de esto en tu trabajo.
PSA: Yo creo que a partir de que he estado en diferentes trabajos y he conocido a mucha gente que también está, digo, he estado en ambientes de trabajo muy turbios o que se llenan de situaciones así, de todo, eso me amplió el panorama, e incluso también esta cuestión de ser trabajador de servicios, ser barman, ser Uber, pues te ponen del otro lado, no del lado del consumidor y pues entiendes muchas cosas, aprendes a ser empático, aprendes de la vida nocturna, cómo se vive cuando
uno trabaja hasta las 5 de la mañana, cuando sales a las 5 de la mañana, qué tipo de diversiones por así decirlo existen y básicamente combiné mis experiencias con experiencias que conozco de otras personas. Por ejemplo, hay un poema que habla de un señor al que se le va la vida esperando que llegue el camión, y que de tanto estar sentado, si tienes la oportunidad de estar sentado, sientes que hasta se te borra la raya de las nalgas de tanto estar esperando. Entonces, de este tipo de cosas, cuando vas en el transporte público y te roban o cuando va alguien en estado de ebriedad o drogado y las cosas que suceden. E igual en el metro, caminando, los empleados de tiendas de conveniencia, gente que actúa de una manera al conducir, o cómo ac-
túan las autoridades, todo este tipo de cosas que te toca ver cuando habitas la ciudad desde la perspectiva de un trabajador que tiene que dar esas horas extras, para tener un ingreso extra, o sea, yo lo viví siendo barman, conductor, y pues te toca vivir la noche, habitar la ciudad a distintas horas y sí descubres muchas cosas diferentes.
BPP: Como lector y escritor, como poeta, en cuál tradición sientes que tu libro se inserta ¿A quiénes lees, a quienes admiras o dónde sientes que tu obra tiene resonancia, con quién se hermana?
PSA: Fíjate que sí hay una tradición así que se relaciona mucho con la ciudad, hablando desde lo local está Alfonso Reyes, de hecho tengo ahí un par de citas de Alfonso Reyes, igual de
Patricio S. Alejandro.
Octavio Paz. Por ejemplo, narrativamente, la novela Manhattan Transfer de John Dos Passos. Igual Carlos Fuentes un poco en La región más transparente, pero yo con quien más creo que hice clic fue con Italo Calvino, con su texto Las ciudades invisibles, en donde va construyendo Marco Polo diferentes ciudades, con diferentes nombres, diferentes ambientes y yo creo que subjetivamente cada uno de nosotros construye así su ciudad y fue lo que quise reflejar en cada uno de los poemas, como la perspectiva de cómo cada uno erige su ciudad. Y bueno, también tiene un libro que se llama La nube de smog, de Italo Calvino, que me gustó mucho porque es un librito muy cortito y a pesar de que este libro está ubicado desde una perspectiva europea, sí se siente el paralelismo con el ambiente que vivimos ahorita, en el caso de los regiomontanos, de la contaminación, de una ciudad desordenada, de una ciudad ruidosa, entonces así hice mucho clic con este autor.
BPP: Eres un poeta joven, el Carmen Alardín tiene una tradición importante, lo han ganado autores como Balam Rodrigo, Sara Uribe, Luis Jorge Bonne, Esther M. García y muchos otros a lo largo de más de veinte años, ¿en qué momento llega este premio para ti, qué significa justo ahora en tu vida literaria y personal?
PSA: El año pasado, hablando de habitar la ciudad, yo andaba en moto y justo el 14 de agosto a las 6 de la mañana tuve un accidente, una chica me cerró, tuve una fractura de clavícula, tuve una subluxación de hombro, fue muy doloroso físicamente y para rematarla ese día en la noche (yo con mi dolor me ponía morfina y no cesaba el dolor) fallece mi abuelito, fue muy duro para mí y bueno, afectó muchas cosas, o sea, la chica al final de cuentas no se hizo responsable huyó del lugar, llegó su papá y ya sabes, gente que tiene poder y es prepotente… Afortunadamente por el seguro médico de mi esposa recibí atención médica, rehabilitación, todo, pero pues sí fue un
día muy, muy feo, y pasa prácticamente un año y justo acabo de cumplir 30 años, entonces empiezo la década con una nueva versión, empiezan mis 30 con este premio, ya con dos libros publicados, feliz de que se le dé visibilidad a mi literatura y pues nada, con ganas de que la gente me lea, porque creo que si bien uno escribe porque lo considera necesario, que la gente te lea es muy importante y eso significa para mí un impulso a mi faceta como escritor y que quiero seguir desarrollando.
BPP: Me encanta tu respuesta porque la literatura siempre va pegada a la vida, las personas que escribimos siempre estamos buscando en ella una correspondencia con la vida, como una explicación a todo lo que nos ocurre. Para ir cerrando, cuéntame qué intenciones tienes a futuro, a dónde quieres dirigir tu trabajo literario, en cuál género, cuéntanos un poquito qué viene para ti.
PSA: Yo creo que sí voy a explorar un poco el ámbito narrativo. Tengo un par
Patricio S. Alejandro (Monterrey, Nuevo León, 1995) es poeta, narrador e investigador. Licenciado en Letras Hispánicas, Maestro en Artes Visuales y Maestro en Ciencias Sociales con acentuación en Desarrollo Sustentable por la Universidad Autónoma de Nuevo León, Maestro en Educación con acentuación en Tecnología Educativa por la Universidad Ciudadana de Nuevo León, Maestro en Teatro y Artes Escénicas por la Universidad Internacional de La Rioja México, y Maestro en Gobierno y Estrategia por la Universidad Latinoamericana. Ha recibido el primer lugar en poesía y mención honorífica en cuento en el Certamen de literatura Joven de la UANL (2017, 2018), mención honorífica en el Premio Nacional al Estudiante Universitario de la UV en la categoría de poesía José Emilio Pacheco (2019) y en la categoría de relato Luis
Entrevista
de cuentos ahí, uno que fue mención honorífica en un certamen de la universidad, ese cuento fue traducido al inglés; otro cuento que igual fue mención honorífica de un premio de la Universidad Veracruzana, entonces, quiero explorar un poco en el ámbito narrativo, y también explorar un poco en la poesía, este libro del Carmen Alardín si bien es un poco experimental quiero ir más allá, si bien este libro es un poco intermedial, combina teatro al final con la poesía, que también tiene algo narrativo como dices, yo lo veo como micro épica, textos muy cortitos que son narrativos y se van conectando uno con otro. Quiero hacer algo más, algo transmedia, ir un poquito más allá, combinar elementos más visuales, elementos más audiovisuales con tecnología, quizá con códigos, o sea, hacer un libro, si bien este es un libro un poco inmersivo, hacer algo mucho más inmersivo a través de diferentes medios, sin dejar lo textual por un lado. Entonces creo que eso seguiría para mí.
Arturo Ramos (2023), segundo lugar en el Concurso Universitario de Poesía Visual Joan Brossa (2022). Además, ha sido becario en creación del programa Elipsis del British Council/ Hay Festival (2018), becario Conacyt periodo 2020-2022, y becario PECDA Nuevo León 2022-2023. Ha colaborado en revistas como Artishock, Papeles de la mancuspia, Armas y Letras, Poetripiados y en las antologías Elipsis (British Council, 2018), La lluvia es un tipo de luz (UANL, 2020) y Región desastre (UANL, 2022). Dentro de su obra publicada encontramos Plegarias de un saguaro a medianoche (UANL, 2024) y Artefactos para trazar un sueño (Valparaíso Ediciones, 2024). Actualmente es miembro del comité editorial de la revista Papeles de la mancuspia y es estudiante del doctorado en literatura en El Colegio de Morelos.
SUPLEMENTO CULTURAL NO. 682 / 1 DE SEPTIEMBRE DE 2025 / AÑO 15 DIR. JÁNEA
El Premio de Poesía Carmen Alardín se ha distinguido por premiar poéticas de vanguardia, arriesgadas o con un acentuado matiz social, en su edición 2025, con un jurado conformado por Karen Villeda, Eva Castañeda y Julio Toledo, no fue la excepción y Patricio S. Alejandro resultó ganador con la obra No olvides voltear a ambos lados.
[“No olvides voltear a ambos lados: una conversación con Patricio S. Alejandro”, por Beatriz Pérez Pereda]