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SIN AGUACATE NO HAY
from Super Bowl LVII
by La Jornada
El máximo evento de la NFL potencializa su disfrute sólo si se acompaña de un exquisito guacamole bien aderezado. El resto del menú –alitas, hamburguesas, carnes asadas, costillitas, quesos, pollos fritos, etc.-- serán el complemento. Pero el producto estrella, no hay duda, procede de los huertos michoacanos de aguacate, ahora reforzados por los de Jalisco.
Ciento treinta mil toneladas del fino fruto esperan con ansia los amantes del deporte de las tacleadas para la edición LVII del Supertazón. Se cumplirán siete años de tan deliciosa adicción (desde 2015), siete coronas de “oro verde” para los productores mexicanos, siete distinciones que sólo tiene Tom Brady ¡y serían más para los aguacateros! pero la pandemia interrumpió el romance en 2021.
Mientras en el emparrillado los equipos citados con la historia planifican sus estrategias para llevar el trofeo Vince Lombardi a sus vitrinas, afuera no es menor el movimiento. Todo debe estar en tiempo y forma, así que el 17 de enero desde Uruapan se envió la primera remesa de 64 mil 101 toneladas de aguacate Hass.
Con el orgullo de hacer un gran aporte en la fiesta del ovoide, el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez, dio “la patada de salida” al envío. Ufano, expresó: “El buen gua- camole sólo se hace de Avocads from Mexico; no hay otro aguacate en el mundo con esa calidad”. Pero es tal la demanda, que hubo necesidad de refuerzos.
En julio de 2022 los huertos productores de Jalisco obtuvieron la certificación fitosanitaria de calidad tras una gestión de diez años, y se convirtieron en la segunda entidad que podrá exportar aguacate a Estados Unidos --el máximo consumidor mundial--; ahora están listos para aportar cerca de 10 mil toneladas, algo así como el 7.7 por ciento de lo requerido para el Supertazón.
Cierto que el fruto es apetecible por sí mismo, pero echarle una manita no está de más, lo tiene claro José Armando López Orduña, director general de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de México (APEAM), quien informó que contrataron un comercial de “Avocados from Mexico” de 15 segundos, el cual se transmitirá durante el segundo cuarto del Super Bowl, y cuyo costo será de 6 millones de dólares.
“Es una buena inversión. Tiene un impacto importante porque la expe ctativa se genera desde antes del Superbowl y esto motiva el consumo”, explicó López Orduña, contento de poder satisfacer la demanda, a pesar de que agricultores de California y Florida llevan años buscando fórmulas para producir aguacate.
La edición LVII del Super Bowl, olimpo exclusivo de los dos mejores equipos en la NFL, es el punto culminante de un deporte que resulta infalible en cualquier cultura. Durante una noche, millones de espectadores en el mundo se congregan frente al televisor para prestar atención a una liga que habitualmente ignoran.
Todo el despliegue del espectáculo estadunidense alcanza dimensiones farónicas: el precio de los anuncios publicitarios, los miles de fuegos artificiales en la ceremonia del medio tiempo y la cantidad de estrellas que circundan el estadio sede, en esta ocasión el State Farm de Arizona, durante más de tres horas que dura en promedio un partido.
El evento insignia de la NFL se dispone a poner en letras grandes la campaña de los Jefes de Kansas City y las Águilas de Filadelfia ante uno los grandes hitos mundiales del entretenimiento. En 2015, según datos de la cadena NBC, la final entre Nueva Inglaterra y Seattle registró el mayor número de audiencia de espectadores en la historia (114,4 millones), incluyendo a las personas que lo vieron fuera de sus casas y en plataformas de streaming. Una espinita que se busca sacar este año.
En un esfuerzo continuo de contratar una fuerza laboral diversa e inclusiva, la liga estadunidense ha dado un gran paso con la presencia de mujeres árbitros. A pesar de ser un grupo menor, sus nombres han entrado en un lugar exclusivo de este deporte.
Sarah Thomas fue la primera en formar parte de un equipo integrado por siete elementos como juez de Downs en el Super Bowl de 2021, conquistado por Tom Brady con los Bucaneros de Tampa Bay ante Kansas City.
En la apertura de esa campaña, la neoyorquina Maia Chaka se convirtió a su vez en la primera afroamericana en arbitrar un partido de la NFL, cuando los Jets de Nueva York enfrentaron a las Panteras de Carolina en la ciudad de Charlotte.