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Descubren cuatro tumbas de faraones y una momia de más de 4 mil años cerca de El Cairo

REUTERS Y AFP EGIPTO

Un equipo de arqueólogos descubrió cuatro tumbas de faraones y una momia de más de 4 mil años cerca de El Cairo, en la necrópolis de Saqqara conocida por la famosa pirámide del faraón Zoser, uno de los monumentos más antiguos de la humanidad. Los especialistas fecharon las tumbas en la quinta y sexta dinastías, entre los años 2 mil 500 y 2 mil 100 antes de aC.

El arqueólogo y director del equipo, Zahi Hawass, explicó ayer a la prensa que en esas cuevas también encontraron la de Khnumdjedef, el gran sacerdote del faraón Unas, cuya pirámide está en la misma zona.

Durante sus excavaciones, con una profundidad de 15 metros, los arqueólogos también encontraron un sarcófago de piedra caliza con un estado de conservación “exacto” al de “hacía 4 mil 300 años”, indicó Hawass.

Cuando lo abrieron, descubrieron una momia cubierta de oro, “una de las más antiguas y mejor conservadas, dejando de lado las momias reales”, indicó el arqueólogo.

La momia, de un hombre llamado Hekashepes, estaba en un sarcófago de piedra caliza que había sido sellado con mortero. “Esta momia puede ser la más antigua y completa encontrada en Egipto hasta la fecha”, puntualizó Hawass en un comunicado.

Entre otras tumbas halladas destaca la de Meri, “guardián de los secretos y ayudante del gran jefe del palacio”. También se encontraron numerosas estatuas, entre ellas una que representaba a un hombre y su esposa con varios sirvientes.

La necrópolis de Saqqara, situada poco más de 15 kilómetros al sur de las famosas pirámides de Guiza, es considerada patrimonio mundial por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).

Las autoridades egipcias anunciaron en meses recientes varios hallazgos arqueológicos relevantes, sobre todo en Saqqara, pero también en Lúxor, en el sur del país.

El Ministerio de Antigüedades informó el martes pasado del descubrimiento en esta segunda localidad de los vestigios de una “ciudad romana entera”, que data de los primeros siglos de la era cristiana. Esta sucesión de anuncios, según expertos, podría deberse a una motivación más política y económica que científica.

Penultim Tum

Arzobispo relata su vida junto a Benedicto XVI

DESDE 2004, EL fotógrafo italiano Piero Pazzi es famoso por elaborar el calendario romano con las fotos de los 12 curas o seminaristas que considera los más atractivos del año. Los elegidos aparecen vestidos con los trajes religiosos correspondientes y en ocasiones con biblias o rosarios. El almanaque se vende en los puestos de prensa y las tiendas de recuerdos de Roma. Pazzi considera que se trata de una obra de arte que, además, ofrece información sobre el Vaticano y los sitios más emblemáticos de la capital de Italia.

EL FOTÓGRAFO NO logró que posara Georg Gänswein, pese a su atractivo físico. El motivo: era el secretario personal de Benedicto XVI. El hoy arzobispo tiene 66 años y se ocupaba de acompañar al pontífice en las audiencias y recibir a los jefes de Estado y de gobierno que llegan al Vaticano, cargo que conservó después de la renuncia del papa en 2013, para actuar como nexo de unión entre Francisco y su predecesor.

PERO JUSTO HACE tres años Francisco lo obligó a pedir licencia a fin de que se ocupara del emérito. En realidad fue un castigo después de la polémica publicación de un libro sobre el celibato sacerdotal, en cuya elaboración participó Benedicto XVI. El Vaticano consideró el libro una intromisión del alemán en el pontificado de su sucesor.

AHORA, EL EX secretario es noticia gracias a su libro autobiográfico Nada más que la verdad: Mi vida junto a Benedicto XVI. Se trata de una serie de reflexiones sobre los desacuerdos que tuvo el emérito con las medidas tomadas por el actual pontífice. También señala que se sintió “humillado” cuando Francisco decidió retirarlo de su cargo en el Vaticano. Para Benedicto XVI fue una muestra de que “el Papa no se fía de mí y quiere que usted me haga de guardián”.

CON SU LIBRO Gänswein se convirtió en vocero de los grupos conservadores que defienden los principios que distinguieron el quehacer del papa Ratzinger. Éste nunca ocultó su malestar por las reformas puestas en marcha por Francisco, como limitar las misas en latín que él había rehabilitado en 2007. Además es una manera de desmentir “las flagrantes calumnias y las oscuras maniobras” que, aseguran los panegiristas del ex secretario, intentaron ensombrecer el magisterio y el desempeño del emérito.

TAMBIÉN, ES UNA forma de sumarle virtudes que no tuvo. Tantas que merece la santidad. El silencio del Vaticano sobre el contenido del libro es sepulcral.

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