Saberes y Ciencias #112: Eclipses

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Sabere ienciaS

julio 2021 · número 112 · año X · Suplemento mensual


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Editorial 3

TIEMPO DE LA GESTIÓN PRESIDENCIAL

Por voluntad explícita de 30 millones de ciudadanos, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) asumió la presidencia de la República en 2018, tuvo mayoría absoluta de votos y fue inocultable su victoria electoral: ganó en 31 entidades federativas y en 23 su votación fue superior a la suma registrada por los partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática, Movimiento Ciudadano, Revolucionario Institucional, Verde Ecologista de México y Nueva Alianza. Se comprometió a no mentir, no robar y no traicionar y a tener como sujeto prioritario de las políticas públicas a los secularmente excluidos: los parias de la ciudad y del campo, y lo está cumpliendo. Los resultados de la gestión presidencial incomoda a quienes consideran que el erario es patrimonio familiar que hay que dilapidar, y en su afán de recuperar la gestión pública, han realizado amplias alianzas golpistas que denuestan a la 4T y le disputan el control parlamentario del Congreso de la Unión y de los congresos locales. Cuando inició su gestión presidencial, AMLO tenía 79 por ciento de aprobación y el pasado mes de mayo ese registro fue de 61 por ciento, según la medición de Oraculus (https://oraculus.mx/aprobacion-presidencial/); entre ambas mediciones hubo una crisis económica que apenas estamos remontando; han muerto por Covid 234 mil personas y se ha vacunado al 35 por ciento de los adultos con al menos una dosis. AMLO tiene encuestas propias que indican un nivel de aprobación similar: 64 por ciento de los ciudadanos considera que sus acciones de gobierno son importantes; 87 por ciento está de acuerdo con los cambios promovidos por la 4T y 72 por ciento cree que AMLO debe continuar su gestión hasta 2024. No se vincula a la gestión presidencial con la pandemia o la crisis económica, incluso hay confianza en la recuperación: los ciudadanos que creen que su situación económica del año entrante será mejor que la actual son más que los que opinan lo contrario, situación similar se observa cuando el referente es la situación nacional, en ambos casos, la fuente es la encuesta telefónica aplicada por la presidencia de la República en junio del año en curso. En sus mejores momentos la gestión de AMLO ha sido aprobada por 75 millones de ciudadanos, en su peor momento, solo por 56 millones; en ambos casos no está nada mal para quien fue electo solamente por 30 millones de ciudadanos. Al tener mayoría parlamentaria AMLO garantiza la continuidad de sus programas, entre ellos los de carácter social que tanto han ayudado a solventar el consumo y que buenos dividendos electorales

producen: Sembrando vida, Jóvenes construyendo un futuro, Ayuda a adultos mayores, becas estudiantiles, atención médica de tercer nivel gratuita, internet para todos, estancias infantiles y la ayuda para personas con capacidad diferente. Todos estos programas estuvieron considerados en la plataforma programática de 2018 y fueron ejes de su campaña presidencial, ya como presidente en funciones las ha ejecutado, no hay incongruencia entre el dicho y el hecho, ese fue el programa deseado y votado y que, a mitad de sexenio se ratifica por mayoría absoluta de la ciudadanía. También se refrendó en los comicios: el número de diputados federales de la coalición formada por Morena, PT y PVEM es superior a los que hace tres años tuvo Morena, PT y PES. El próximo refrendo presidencial será a principios de agosto con la Consulta Popular sobre el juicio político en contra de los expresidentes, lo requerido para ser vinculante es muy alto, 40 por ciento de la Lista Nominal de Electores y el Instituto Nacional Electoral ofreció instalar únicamente la tercera parte de las casillas usadas en los recientes comicios. En la elección de diputados federales uninominales del pasado mes de junio se recibieron 305 votos por casilla, en esa ocasión sufragó 53 por ciento de la Lista Nominal; para la Consulta, si ejerce el voto 40 por ciento de la Lista Nominal, habrá 700 votos por casilla, lo que hará muy lento el proceso de emisión del sufragio y puede desalentar el voto, el cual poco se ha promovido.

1991 y otros eclipses famosos RAÚL MÚJICA

4 El eclipse de 1991 desde Tonantzintla JOSE H. PEÑA

5 Tres eclipses mexicanos VICENTE HERNÁNDEZ

6 Eclipse anular de 1994, o la creación de un divulgador FERNANDO ÁVILA CASTRO

7 ¡Y se hizo de noche a la 1 de la tarde! El eclipse total de Sol del 2024 EDUARDO HERNÁNDEZ

8 Tras las huellas de la naturaleza ¿Quién se robó a la oscuridad? TANIA SALDAÑA RIVERMAR Y CONSTANTINO VILLAR SALAZAR ILUSTRACIÓN: DIEGO TOMASINI “EL DIBRUJO”

es un suplemento mensual auspiciado por La Jornada de Oriente DIRECTORA GENERAL Carmen Lira Saade

Directorio

MEDIO

Contenido

DIRECTOR Aurelio Fernández Fuentes CONSEJO EDITORIAL Jaime Cid Monjaraz Alberto Cordero Sergio Cortés Sánchez José Espinosa Julio Glockner Raúl Mújica COORDINACIÓN EDITORIAL Sergio Cortés Sánchez REVISIÓN Aldo Bonanni EDICIÓN Denise S. Lucero Mosqueda

El gran eclipse solar de 2017 ESTEBAN CASTRO ACUÑA, ALEJANDRO LARA NEAVE Y FRANCISCO HERNÁNDEZ-CABRERA

9 Homo sum Morena refrenda mayoría legislativa SERGIO CORTÉS SÁNCHEZ

10 Tekhne Iatriké Eclipses y embarazo JOSÉ GABRIEL ÁVILA-RIVERA

Épsilon JAIME CID MONJARAZ

DISEÑO ORIGINAL Y FORMACIÓN Elba Leticia Rojas Ruiz

· Nuestra portada: Trayectorias sobre el territorio mexicano por donde pasará la sombra de la Luna durante los eclipses anular en 2023 y total en 2024.

Dirección postal: Manuel Lobato 2109, Col. Bella Vista. Puebla, Puebla. CP 72530 Tels: (222) 243 48 21 237 85 49 F: 2 37 83 00

11 Reseña (incompleta) de libros El México antiguo, en Nueva historia mínima de México ALBERTO CORDERO

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AÑO X · No. 112 · julio 2021

Las opiniones expresadas en las colaboraciones son responsabilidad del autor y de ninguna manera comprometen a las instituciones en que laboran.

12 El objeto del mes A la sombra de la Luna RAÚL MÚJICA Calendario astronómico julio 2021 AGUSTÍN MÁRQUEZ Y JOSÉ RAMÓN VALDÉS


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Raúl Mújica *

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a curiosidad y el estudio de los fenómenos celestes han sido notables en diversas culturas, en algunos casos han sido aprovechados para generar terror o mostrar poderío. Cometas, novas, supernovas y bólidos están como ejemplo, aunque los eclipses sobre todo los totales de Sol son, sin duda, los que deben generar mayor inquietud, ya que ver “desaparecer” al Sol en pleno día, causa, aún en la actualidad, gran impacto. Las culturas de México no son la excepción. Fray Bernardino de Sahagún, en la Historia general de las cosas de Nueva España, describe el miedo que producían los eclipses entre los aztecas: “Cuando el Sol comenzaba a desaparecer… se temía que el Sol muriera y el mundo quedara en tinieblas para siempre. Los demonios de la oscuridad vendrían y se comerían a los hombres. Cuando la Luna era eclipsada con su cara oscura y cenicienta las mujeres temían que sus hijos por nacer se convirtieran en ratones”. Otro ejemplo se encuentra en el Libro VII del Códice Florentino: “Cuando se eclipsa el Sol párase colorado, parece que se desasosiega o se turba el Sol, o se remece o revuelve y amarillécese mucho. Cuando esto ve la gente, luego se alborota y tómales gran temor…” Y aunque fuimos conociendo el movimiento de los objetos en el sistema solar, y por lo tanto entendiendo y prediciendo los eclipses, aún en fechas recientes, tan cerca como 1991 o incluso más, en 2017, se sigue aprovechando que a veces se les considera como un evento de mala suerte o que atrae sucesos funestos, para lograr ciertos intereses. Por ejemplo, en 1991, una gran parte de la población se quedó sin apreciar el gran eclipse total debido a que muchos medios no dieron la mejor información e invitaron a mejor verlo a través de sus pantallas. Aún más cerca, en 2017, para el gran eclipse total en EEUU, que se observó como parcial en México, en algunos estados se prohibió a los estudiantes salir a ver el Sol durante el eclipse, en lugar de proveer los materiales y la información necesaria para su correcta y segura observación. Hay muchas referencias históricas a los eclipses, aquí les comentamos algunas. UGARIT: EL SOL AVERGONZADO En varias fuentes se menciona a este eclipse, sucedido en la región de Siria y registrado en una tableta de arcilla, como uno de los más antiguos. El eclipse tuvo una duración de dos minutos y siete segundos. Inicialmente se había establecido el 3 de mayo de 1375 a.C. como la fecha en que había sucedido, sin embargo, basados en el fechado histórico de la tableta, así como en el análisis del texto, en el que se menciona que Marte fue visible durante eclipse, se ha establecido el 5 de marzo de 1223 a.C. como la fecha más probable. En algunos textos históricos mesopotámicos se cuenta que el Sol fue “avergonzado”, refiriéndose al eclipse. CHINA: UN GRAN DRAGÓN DEVORA AL SOL Sin embargo, hay una historia china del año 2137 a.C., varios cientos de años anterior a Ugarit, relacionada con otro eclipse. Se menciona que los dos astrónomos, Hsi y Ho, fueron llevados ante el emperador para recibir sentencia por no predecir a tiempo el eclipse del 22 de octubre de ese año. La sentencia fue la decapitación, lo que puede parecer un poco exagerado, pero en ese entonces los chinos creían que los eclipses se producían debido a que un dragón trataba de devorar al Sol, así que gritando y haciendo ruido con algunos instrumentos se podía lograr que el dragón cesara en su empeño, pero sin aviso, el oscurecimiento causo gran pánico. Además, de acuerdo con otras versiones, existía el agravante de que los reales astrónomos estaban borrachos, lo que les impidió preverlo con tiempo. En su lápida quedó registrado lo siguiente: Aquí yacen los cuerpos de Hsi y Ho, Cuyo destino, aunque triste, era visible: Morir por no prever Un eclipse que era invisible EL VATICINADOR DE ECLIPSES: TALES DE MILETO Otro eclipse famoso es el llamado de Tales, quien era muy reconocido en su época. Había recibido el Trípode de Helena de Troya, era uno de los Siete Sabios, pudo determinar la altura de las pirámides a través de la sombra que producen, entre muchos otros descubrimientos. Al igual que para muchos otros sabios griegos, existen diversas anécdotas. Una de las más famosas fue registrada por Diógenes Laercio, quien menciona que cuando Tales era joven, siendo llevado por una anciana a ver las estrellas, tropezó y cayó. La mujer replicó a su pedido de ayuda: “¿Cómo pretendes, Tales, saber acerca de los cielos, cuando no ves lo que está debajo de tus pies?”

1991 y otros eclipses famosos

Heródoto escribió que Tales de Mileto predijo un eclipse, aunque no se sabe con exactitud a cuál se refería. El más aceptado es el del año en que los medos y los lideos estaban en guerra, en 585 a.C., en lo que actualmente es el centro de Turquía. El 28 de mayo de ese año el Sol se oscureció y los dos ejércitos detuvieron la batalla para luego llegar a un acuerdo de paz, por temor a que se tratara de una advertencia divina. EL ECLIPSE QUE VOLVIÓ FAMOSO A EINSTEIN Probablemente el eclipse total de Sol más famoso de la historia sea el del 29 de mayo de 1919, ya que, con las observaciones llevadas a cabo en dos sitios diferentes, una en Sobral, en Brasil, y la otra a la Isla del Príncipe, en Nueva Guinea, se pudo probar la Teoría de la Relatividad de Einstein. La idea era obtener placas fotográficas en la vecindad solar durante la totalidad del eclipse, medir las posiciones de algunas estrellas y luego comparar estas posiciones con las determinadas en otro juego de placas obtenidas en la misma región del cielo, pero cuando el Sol se encuentra en otra posición. Las estrellas en las placas durante el eclipse de Sol deben estar desplazadas radialmente hacia afuera con respecto a sus posiciones en las fotografías de comparación, el efecto es medible para las estrellas más cercanas al Sol, para las más lejanas el efecto es imperceptible. El desplazamiento era crucial ya que la Teoría de la Relatividad predice la desviación de un rayo de luz que pasa cerca de un objeto masivo debido a que el espacio se curva. Esto es, un haz de luz que pasa cerca del Sol, debido al campo gravitatorio, debe ser deflectado. Los resultados debieron esperar al retorno de ambas expediciones, así como a la medición y análisis de las placas, por lo que los resultados se presentaron hasta el 6 de noviembre de 1919 en un congreso conjunto entre la Royal Society y la Royal Astronomical Society en Londres. Al publicarse la noticia, Einstein se volvió famoso, se volvió el científico más popular de todos los tiempos. HACIA LOS ECLIPSES DE 2023 Y 2024 Para evitar que se sigan manteniendo creencias erróneas sobre los eclipses y que la mayoría de la gente localizada en la franja del territorio mexicano, por donde la sombra de la Luna pasará durante los eclipses anular en 2023 y total en 2024, pueda observarlos y disfrutarlos, hemos empezado a trabajar para promover la observación de los eclipses con total seguridad y con toda la información necesaria. Este número de SyC es un ejemplo de los materiales que queremos promover. Es la primera publicación con la que contribuiremos, desde diferentes instituciones públicas y privadas, sociedades astronómicas, planetarios, etcétera, para que el público observe y disfrute, pero también queremos aprovechar estos eclipses para acercar el conocimiento astronómico, y científico en general, a los más jóvenes y de esta manera despertar vocaciones científicas. Las historias que hemos incluido en este número de SyC a lo mejor no son aún tan famosas como las contadas en este artículo, pero son igualmente importantes. Las escriben astrónomos mexicanos que han vivido diferentes eclipses, desde que eran niños hasta ahora como astrónomos profesionales. ¡Disfruten los textos! * rmujica@inaoep.mx


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Jose H. Peña *

El eclipse de 1991 desde Tonantzintla

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n febrero del 2020, poco antes de que se declarase la cuarentena por el Covid-19, nos invitaron de la Regiduría de Educación de Miahuatlán de Porfirio Díaz, Oaxaca, a participar en la conmemoración por los 50 años del eclipse de Sol en ese lugar. En 1991 se repitió el fenómeno del eclipse solar. En esta ocasión el Observatorio de Tonantzintla quedó, como Miahuatlán en 1970, en la zona de totalidad. A ambos eclipses totales solares acudí, en el primero como estudiante de licenciatura, en el segundo como funcionario del INAOE. En ambos fenómenos se trató de realizar algún experimento científico. En ninguno se pudo llevar a cabo. En Miahuatlán se intentó comprobar el efecto Einstein y se trasladó la montura del telescopio de la Carta del Cielo a la que se le adaptó un sistema de lentes que se construyeron en el Instituto de Astronomía de la UNAM. Hubo un gran apoyo de la Dirección y el investigador principal estuvo apoyado por un nutrido grupo de estudiantes y técnicos e incluso se invitó a participar a un investigador connotado, Vasilevskis, para realizar las mediciones que se esperaba obtener. Desgraciadamente la corona apareció muy brillante, lo que fue bueno para el espectáculo, pero no para las imágenes que se pretendían obtener en la placa fotográfica. Total, el telescopio de la Carta del Cielo se vio afectado, pues nunca se volvió a armar tal y como estaba antes de su traslado a Miahuatlán. Yo fui meramente un espectador. Me trasladé al sitio en tren y desde un cerro vi el eclipse, el primero en mi vida. Después vi otro en un buque de la Armada de México en el Océano Pacífico. Un viaje y un eclipse también excepcional. El tercer eclipse que me tocó ver fue el de 1991, cuya zona de totalidad pasaba por la Ciudad de México y Puebla, incluído el cerro de Tonantzintla, lugar donde están instalados el Observatorio Astronómico Nacional de la UNAM y el INAOE, que comenzó como Observatorio Astrofísico Nacional, y que albergan dos grandes telescopios: la Cámara Schmidt del INAOE y el telescopio de 1m de la UNAM. En ese entonces hubo poco personal interesado en realizar algún proyecto de investigación. Solo un investigador del INAOE, quien pretendía realizar observaciones espectroscópicas de la corona solar. En la UNAM, que yo sepa, ninguno. Con antelación al eclipse y debido al interés del INAOE de alertar a las autoridades federales del evento y sus consecuencias (era parte de las obligaciones del INAOE) sucedieron los siguientes hechos: El Secretario de Educación Pública Federal, Manuel Bartlett, nombró al director general del INAOE (doctor Jorge Ojeda, JOC) como representante del Comité Intersecretarial de la Presidencia de la República. En conjunción con el Conacyt (doctor Manuel Ortega y Ortega) y la SEP, se elaboró un video (compañía premio post) que se proyectó en los tiempos oficiales de la TV en México. Copias del video fueron regaladas a varios directivos del gobierno federal. Varios investigadores del INAOE atendieron a ruedas de prensa que convocó la SEP o convocaron las propias radiodifusoras y canales de TV. Varios astrónomos del INAOE colaboraron en la redacción de un folleto informativo, que se publicó con amplio tiraje (70 mil ejemplares) para ser distribuido por las subsecretarías de la SEP. En colaboración con el INAH, la doctora Rosario Peniche fungió como coordinadora de astronomía para editar el libro Eclipses en México (Fondo Editorial de la Plástica Mexicana, SEP, ISBN 968-29-3351-X). En dicho libro participaron como autores de artículos cortos: A. Gallegos, M. Moreno, E. Chavira, L. Terranegra, M. Chávez, R. Mújica y O. Cardona. Radio Educación (SEP) elaboró cápsulas informativas, cuyo contenido fue supervisado por la doctora Peniche. Estas cápsulas se radiaron tres meses antes del evento, para concientizar de los peligros de observar a simple vista el fenómeno, y ofrecer un contexto científico y cultural. Con base en estas cápsulas, el antropólogo L. Manrique Castañeda editó, a nombre del INAH y del INAOE, otro folleto (con tiraje de 50 mil ejemplares) El eclipse en el mundo prehispánico (Colección México 2000). Cabe destacar aquí el valioso apoyo del director general del INAH, arqueólogo Roberto García Moll.

El gobierno de DDF adquirió ocho telescopios fabricados en el INAOE para observar en las diferentes delegaciones, mientras alumnos y técnicos del INAOE ofrecían explicaciones relevantes. El día del eclipse se ofreció hospedaje en el INAOE a varios directivos de la SEP y del DDF, así como a un séquito de alrededor de 25 periodistas que los directivos arrastraron al evento. Entre otros visitantes estuvo el alcalde de Barcelona (España), invitado de honor del DDF. También se esperaba a Manuel Bartlett, pero mandó como su representante al director de Recursos Financieros (mucho mejor), el licenciado Fernando Elías-Calles. En ese entonces estaba yo en el INAOE ahogado en las actividades burocráticas y docentes, pero con ánimo suficiente para echar a andar el pequeño telescopio refractor que Erro había adquirido y al que se le había provisto de un filtro Lyot para el Año Geofísico Internacional de 1958. Desde entonces se había utilizado para observaciones regulares de la actividad solar. Desgraciadamente para 1987, con el decaimiento astronómico del INAOE, el telescopio se había dejado en el abandono. Lo revivimos, volvimos a realizar observaciones solares pensando en el eclipse solar de 1991. Mis colaboradores fueron un técnico de Astrofísica, un técnico de Óptica y algunos estudiantes. Acoplamos al telescopio, viajando de “aguilita”, una cámara fotográfica con un telefoto de 400 mm y un 2x. Tuvimos a nuestra disposición un disparador de tiempo y dividimos el tiempo de totalidad entre 36, que era el número de fotografías de un rollo de una cámara de 35 mm. No tendríamos tiempo para cambiar otro rollo. Con el filtro Lyot tomaríamos fotografías de dos exposiciones: una bien expuesta y otra sobreexpuesta. Así, fungiendo como chaperón, no pude participar en la toma de las fotografías. Su adquisición quedaría bajo la responsabilidad de mis colaboradores, sin ninguna experiencia, pero nuestras fotografías, una de las cuales aparece en la portada de este número de , ganaron el primer lugar en las categorías de fotografía científica y de aficionados. Este eclipse fue uno de los más largos en la totalidad. La corona, bellísima, la cual presenciamos desde el jardín del telescopio de 1m. Después de éste vi dos eclipses más. Uno en Hungría y otro en EEUU. En estos también fui meramente como un espectador, pero uno no se cansa de verlos. En agradecimiento a los apoyos otorgados por el INAOE a la SEP, se autorizó la adquisición de un predio colindante que le debemos a todos los colaboradores del evento, pero principalmente a JOC. Esto hace que en la actualidad el INAOE cuente con el comedor, una zona residencial y que se liberaran espacios de bungalows y estacionamiento al interior del campus. Dentro del mismo contexto, se autorizó la construcción del hoy edificio de laboratorios de óptica, y la construcción de un auditorio, con oficinas para los responsables de los posgrados institucionales. El eclipse de 1991 no impactó sobre la gran población que lo presenció. Algunos lo recuerdan, pero las nuevas generaciones ni siquiera habrán oído de él. No llegó para quedarse como el de Miahuatlán, donde lo recuerdan año con año. De la gente que yo conozco, quizá a un colega mío, Daniel Segura, sí le impacto lo suficiente como para decidir hacerse astrónomo y ahí va, terminado su tesis de licenciatura en física y pretendiendo entrar al posgrado. En retrospectiva, para cada comunidad el eclipse que presenció significó algo. Miahuatlán sí se vio afectado. Construyeron una fuente alusiva y se realiza una ceremonia conmemorativa recordándolo. Para sus niños el eclipse está presente, a 50 años de suceder. En la Ciudad de México, el eclipse de 1991 al menos a uno de sus habitantes lo motivó a hacerse astrónomo. Para Tonantzintla, la aportación del eclipse fue fundamental, pero no científica, sino pragmática. Jorge Ojeda aprovechó la visita para solicitar apoyo que dio oportunidad para que el INAOE creciera, tanto en espacio como en personal, y llegar a ser la pujante institución actual. Aprovechando el eclipse de 2024 debemos prepararnos, como en 1991, para que el público entienda más del fenómeno único que es un eclipse total de Sol. * jhpena@astro.unam.mx


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Vicente Hernández *

Tres eclipses mexicanos

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n julio de 1991 tenía yo 13 años, y si no recuerdo mal, era el inicio de las vacaciones de verano; había pasado a segundo grado de secundaria y las lluvias de la temporada comenzaban a refrescar las tardes en Guadalajara, llevando y trayendo el clásico olor de las actinobacterias en los suelos secos, mejor conocido como “el olor a tierra mojada”. En aquellos años ya era yo un entusiasta de la ciencia; visitaba con frecuencia una biblioteca pública cercana, compraba revistas y colecciones en los kioscos mejor surtidos, recortaba noticias de ciencia de los diarios y veía, cuando se dignaban las televisoras, programas de ciencia, como la serie Cosmos, de Carl Sagan. Efectivamente, en esos años, para mí y para la inmensa mayoría de la gente en el país, internet no existía. Sin embargo, supe por los medios de comunicación que el jueves 11 de julio de ese año, alrededor de la 1 pm, ocurriría un eclipse de Sol, que sería visible en buena parte de México y que por suerte desde Guadalajara sería total, es decir, el Sol quedaría perfectamente cubierto por la Luna. En los puestos de revistas vendían “filtros solares” para disfrutar del evento; en todos los programas de radio y televisión advertían de lo peligroso que podría resultar para la vista una observación directa y escuché cualquier cantidad de supersticiones acerca de los eclipses. Mi abuela y mi tía amarraron listones rojos a los arboles en el corral de su casa, porque si no, las frutas se pudrirían y el árbol se secaría. Fatalidades similares se decían de las mujeres embarazadas, de los animales de granja, de los niños, etcétera. Aquel día yo estaba listo para ver el eclipse, aunque las condiciones personales y del tiempo meteorológico no fueron las mejores. Desde los 11 años acostumbraba trabajar algunas semanas de las vacaciones para tener “mi propio dinero” y comprarme lo que yo quisiera. Cuando el Sol estaba casi oculto, a regañadientes me permitieron salir al patio del taller de la fundición donde trabajaba. En la mejor parte, durante la totalidad, algunas nubes pasaron por ahí y lo que más me asombró fue la oscuridad creciente, paulatina y en un momento general. Luego, el correr del aire fresco entre el calor del mediodía y la sensación de que algo muy extraño pasaba a mi alrededor. Supongo que si no hubiera conocido por anticipado del eclipse, mi reacción hubiera sido más bien de terror, de incertidumbre ante la desaparición del Sol y, posiblemente, de temor religioso: seguramente hubiera rogado a cuanto dios, espíritu o poder sobrenatural conociera, para que aquello terminara pronto y que pudiéramos seguir todos con nuestras cosas. Si ningún desastre se presentaba, las deidades habrían escuchado mis plegarias. Era lo más razonable. Aquel eclipse de 1991 me impactó. Desde entonces, cada vez que veo algún otro, solar o lunar, me remite siempre a ponerme en el lugar de personas en otras épocas, cuando no entendíamos que los eclipses son inofensivos, hasta cierto punto, y naturales, tanto como un arcoíris, una lluvia de verano o una rojiza puesta de Sol en mayo. Todas las grandes civilizaciones antiguas de las que tenemos registro reportaron en su momento un eclipse, algunas veces explicado como una lucha celestial, otras como el mordisco de un jaguar o un perro, como el anuncio del fin de los tiempos y la llegada de plagas y destrucción, o como la simple obstrucción de algo brillante, el Sol, por un cuerpo opaco, la Luna. La regularidad de los eclipses es algo que varias civilizaciones antiguas conocían bien, al igual que los ciclos de otros eventos y de otros objetos, como los planetas. Así, una gran variedad de fenómenos astronómicos a simple vista se descubrieron periódicos mediante un registro minucioso y suficientemente largo (lustros o siglos). De esta manera fue posible encontrar cierta repetición que permitía, con un poco de pericia, predecir su ocurrencia posterior. Por ejemplo, babilonios y caldeos conocían el periodo de 6,585.32 días (18.03 años o 223 intervalos entre dos lunas nuevas) que separa dos eclipses solares con características similares. A este periodo le llamamos Saros. Dicho de otra manera, contando 223 meses lunares sinódicos (o lunaciones) de 29.53 días cada uno, estamos seguros que un eclipse solar ocurrirá. Existen otros intervalos de tiempo y

otros ciclos que también podrían servir para contar y predecir eclipses, como es el caso de lo hecho por los mayas al sumar cierto número de lunaciones. SOBRE LA SERIE SAROS. Como dijimos, a partir de un eclipse de Sol contamos 223 lunaciones y tendremos otro eclipse, con características similares al anterior, pero que no coincide en visibilidad con la misma zona del planeta. En esto, precisamente, radica una primer dificultad para predecir estos eventos. En términos técnicos, cada eclipse sucesivo de la serie Saros se desplaza en longitud aproximadamente 120º hacia el oeste (más o menos 1/3 de rotación de la Tierra), de manera que tres eclipses después del marcado por nosotros (223 lunaciones x 3), tendremos otro que sí será visible, más o menos, en la misma zona del planeta. Tomemos como ejemplo mi eclipse, el del 11 de julio de 1991. El siguiente eclipse de su serie Saros ocurrió el 22 de julio de 2009 y fue visible en el Pacífico, desde Hawaii hasta China. El siguiente de su serie ocurrirá el 2 de agosto de 2027 y será visible en la India, medio oriente, en toda Europa y buena parte de África. Finalmente, el 12 de agosto de 2045 ocurrirá un eclipse muy parecido al de 1991, aunque en ese caso estará desplazado hacia el norte, con la totalidad cruzando Estados Unidos de costa a costa y desde México se verá parcial. Dicho de otra manera, si un eclipse es visible en toda la República Mexicana tenemos que esperar 19,775.96 días o 54.09 años para encontrarnos con otro eclipse, que aunque desplazado en su hora y con una magnitud (grado de parcialidad o totalidad) distinta, podríamos ver también desde ciertas partes de México. Esto nos lleva a la conclusión de que 54.09 años en el futuro o en el pasado, a partir de la fecha de un eclipse, encontramos otros simulares que son visibles aproximadamente en la misma zona de la Tierra. Conforme avanzan los eclipses de cada serie Saros, estos se desplazan poco a poco en latitud hasta que son invisibles desde esos mismos puntos terrestres. Como un apunte general, que seguramente ya saben, no todos los eclipses solares son iguales. Si la Luna cubre completamente al Sol, se llaman totales y si lo cubre parcialmente se llaman parciales; hay un tercer tipo, llamados anulares, en los que nuestra estrella no es cubierta por la Luna y queda a la vista una figura de anillo correspondiente a la zona no ocultada del Sol. A este aro se le suele llamar “anillo de fuego” por razón de su apariencia. Un cuarto tipo extremadamente raro es llamado híbrido, porque combina en el mismo evento, visto desde puntos diferentes de la Tierra, un anular y un total. En los siguientes años en México podremos disfrutar de dos espectaculares eclipses solares. El 14 de octubre de 2023, alrededor del mediodía, ocurrirá un eclipse anular que será visible en una amplísima zona de América, desde Canadá, hasta el norte de Chile y Argentina. La parte central del eclipse comprende una delgada franja que se desplaza desde la costa oeste de Estados Unidos, pasa por el Golfo de México, la Península de Yucatán, Centroamérica y sale por el extremo oriental de Brasil. Sobre México, ciudades como Campeche, Xpujil y Chetumal, además de buena parte de la Reserva de Calakmul, podrán observar, si las condiciones meteorológicas lo permiten, el famoso “anillo de fuego”. Por otro lado, el 8 de abril de 2024 ocurrirá otro eclipse total que será visible en México (ver al artículo de Eduardo Hernández en este número), por lo que seguramente en los siguientes meses escucharemos más sobre eclipses, incluyendo recomendaciones para su observación. Finalmente, sobra decir que los eclipses han motivado a generaciones completas a interesarse por temas astronómicos. Seguramente fue mi caso con el de 1991. Ojalá que todos podamos disfrutar de una u otra forma de estos espectáculos de la naturaleza en 2023 y 2024. Después de todo, por sus trayectorias, serán eclipses muy mexicanos. * vicentehdrez@gmail.com

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Fernando Ávila Castro *

Eclipse anular de 1994, o la creación de un divulgador

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esde que se tiene memoria, los eclipses se han visto como momentos críticos, una señal de cambio con la incertidumbre si sería para bien o para mal. Tristemente la mayoría de las veces se consideraba que vendría un cambio para peor. Personalmente puedo decir que un eclipse, de Luna para ser preciso, sí marcó un antes y un después en mi persona y digo yo que fue para bien. El primer eclipse del que tengo memoria, fue uno parcial de Sol en 1984, cuando tenía apenas siete años. Recuerdo que ese día no fui a la escuela ya que mi papá me llevó a la universidad donde habría telescopios y filtros especiales para poderlo ver. Llegar a la azotea del edificio donde estaban los investigadores y ver una serie de instrumentos apuntando hacia el Sol, definitivamente se convirtió en un momento que me ayudó a definir que lo que quería estudiar más adelante era astronomía. Recuerdo también otros eclipses de Luna que vi con mi madre, pero esos me resultan más difícil de ubicar en qué fechas pudieron ser. El siguiente eclipse que dejó huella, no solo en mí sino en todo México, fue el gran eclipse del 11 de julio de 1991. Si bien el eclipse del 91 fue visto por una gran cantidad de personas, también expuso la falta de información adecuada y los miedos que todavía existen en nuestro país. Hubo situaciones donde mucha gente no lo vio, ya que alguien les prohibió salir con el argumento de que era peligroso. Aún siendo muy joven, me di cuenta de lo absurdo y triste que era eso. En 1994 inicié mi último semestre de preparatoria, en el sistema Cobach. En este sistema los dos últimos semestres tienen el propósito de encaminar a los estudiantes hacia el área que estudiarán en la universidad. En mi caso, llevé materias relacionadas a física y matemáticas para los que queríamos irnos por las ciencias o ingenierías. Ese mismo semestre se tendría también un eclipse anular de Sol, el día 10 de mayo. Además, el horario en que se iba a poder ver el eclipse sería en horas de clase. Recordando mis previas experiencias con los eclipses, me di cuenta que tenía dos opciones para poderlo observar. O faltaba a la escuela bajo cualquier pretexto o buscaba la manera de que nos dieran al menos una hora libre en la escuela para poder salir de los salones y observar el eclipse. Decidí lo segundo; no sólo quería verlo, quería compartirlo y que los demás también pudieran observarlo y se maravillaran con él, así como yo lo hice de niño. Una vez tomada la decisión, empecé a preguntar a maestros si sabían del eclipse, y si había algún plan para observarlo. Solo un par de ellos estaban al tanto, pero me dijeron que no había nada planeado, que las clases serían como siempre. La verdad, no recuerdo qué materia tenía a la hora del máximo del eclipse, pero sí recuerdo hablar con la maestra (eso sí recuerdo, era una maestra) y preguntarle si podíamos tener la hora libre. Me respondió que para eso había que hablar con el director del plantel. Cosa que hice tan pronto como pude. Afortunadamente para el último semestre la preparatoria, tenía muy buena relación con la mayoría de los maestros y con la administración, así que pude reunirme con el director de una manera relativamente pronta. La respuesta no fue la buscaba y las razones ya las anticipaba, que podía haber accidentes y no quería tomar esa responsabilidad. Aunque le expliqué que se podía hacer la observación usando el método de proyección de una manera completamente segura, siguió sin aceptar. Ante esa respuesta, nuevamente el dilema. ¿Faltar un día o seguir buscando una manera de hacerlo en la escuela? Pero al pensarlo un poco, la decisión fue clara y fue algo que terminó definiendo buena parte de mi desarrollo profesional. Tenía que combatir el miedo y la desinformación, y tenía que compartir el conocimiento que tenía con tanta gente como pudiera… o se dejara.

Tengo que confesar algo. No fui el mejor estudiante en la preparatoria. No era mal estudiante, simplemente me daba mis escapadas de algunas clases para irme a las canchas a jugar basquetbol. Como tenía buena relación con la mayoría de los maestros, éstos se hacían de la vista gorda porque sabían que académicamente cumplía con lo que se me pedía. Por esta misma confianza que tenía con estos maestros, y porque sabían que era un obstinado que iba a ver ese eclipse de una manera u otra, al final aceptaron, la maestra que tenía a la hora del eclipse y el maestro del salón contiguo, dejarnos salir unos momentos durante el máximo del eclipse anular. El momento llegó, y nuestro salón fue el primero en salir. Poco después, el salón contiguo hizo lo mismo. Aprovechando que nuestros salones se encontraban en un segundo piso tomé mi cuaderno, arranque la portada de cartón y con una pluma le hice un agujero. Con la portada perforada, salí al pasillo y desde el barandal proyecté el Sol eclipsado en el suelo, un piso abajo. Por la distancia, el Sol proyectado tenía un tamaño aproximado de 30 o 40 centímetros de diámetro. Aunque el contraste no era el mejor por la improvisación, era suficiente para apreciar como al disco solar le faltaba ya un trozo. Algo por lo que había apostado empezó a suceder. El resto de los salones al ver que nosotros habíamos salido, empezaron a preguntar e interesarse. Una vez que se enteraron que estábamos observando un eclipse nada los iba a detener. En poco tiempo salieron también. Al ver que más compañeros estaban saliendo a la explanada, hice mi mayor esfuerzo para ir de grupo en grupo explicando como podían proyectar la sombra del eclipse con hojas de papel o cartón perforadas. Les señalé también cómo el mismo efecto lo hacían los pequeños huecos entre las hojas de los árboles, efecto que les encantó al descubrir decenas de pequeños soles eclipsados. Al final, el director y el personal administrativo también salieron a verlo, aunque sea un ratito antes de meterse a sus oficinas otra vez. Al poco tiempo después de haber pasado el máximo de la anularidad, regresamos tranquilamente a nuestros salones a continuar las clases, con el gusto de haber visto algo que quizá no tendríamos oportunidad de volver a ver. Aunque se sintió muy bien haberme salido con la mía y haber visto el eclipse en la escuela, hubo también un sentimiento más profundo que abrió mi perspectiva a futuro. Yo ya sabía que quería ser astrónomo, pero hasta ese momento solo había pensado que me dedicaría nada más a la investigación. Pero el poder compartir mi gusto por la astronomía y la ciencia, el poder haber hecho un cambio ante las creencias y la desinformación, me dejó en claro que la divulgación o comunicación de la ciencia era igual de importante. Hace algunos párrafos comenté que en la preparatoria yo estaba en el área de ciencias e ingenierías, pero muchos de mis compañeros estaban en áreas administrativas, sociales o biológicas. La gran mayoría de ellos no se iban a dedicar a ser científicos, pero algunos de ellos probablemente estarían en puestos con poder de decisión en el gobierno, escuelas o en su propia empresa. Hoy, a 27 años de ese eclipse, sé que el desarrollo científico y tecnológico de un país no se define solamente por los científicos. Todas y cada una de esas personas de diferentes áreas y ocupaciones también deciden cómo se usarán sus impuestos para impulsar la ciencia. Entre más personas tengan una mayor cultura científica, más rápido y mejor podremos crecer. No todos necesitamos hacer ciencia, pero sí necesitamos todos entenderla. Por eso soy divulgador de ciencia. Por un eclipse de Sol. * favilac@astro.unam.mx


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julio · 2021

Eduardo Hernández *

¡Y se hizo de noche a la 1 de la tarde! El eclipse total de Sol del 2024

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sta será la frase mas pronunciada en el centronorte de México los días siguientes al 8 de abril de 2024, fecha en la que tendremos el increíble espectáculo de un eclipse total de Sol, habiendo pasado más de 33 años sin presenciar un fenómeno de tales características sobre territorio nacional. Fue el 11 de julio de 1991 cuando ciudades como La Paz, Aguascalientes, Puebla y la Ciudad de México fueron testigos de poco mas de seis minutos de oscuridad, sin duda uno de los eclipses que más personas pudieron ver, por pasar por zonas densamente pobladas. Este 2024, serán más de cuatro minutos que pondrán a prueba nuestra capacidad de asombro, pero también de logística y de divulgación científica para prepararnos como país y dejar de lado los mitos, la charlatanería, las supersticiones y los miedos. Una vez más, tenemos mucho trabajo por hacer, ya que, aunque el camino parezca más sencillo que en 1991, un mundo mucho más cercano a la tecnología, parece estar más lejos de la ciencia. La pandemia de Covid-19 nos enseñó que el desarrollo de la ciencia es nuestro gran aliado, pero también pareciera nuestro gran enemigo. Los mitos como microchips integrados en la vacuna para controlar a la población nos muestran que adoptamos muy bien la tecnología, como los celulares, internet y robótica, pero desconocemos aún mucho de la ciencia que la genera. 2024 parece lejano, pero está mucho más cercano de lo que pensamos. Imaginemos ahora organizar una actividad que nunca realizamos, que siempre la hacemos ver riesgosa y que desde siempre ha generado mitos: ver el Sol. La tecnología para observar el Sol ha dado pasos agigantados; ahora un filtro solar es mucho más fácil de conseguir, más seguro y además es barato. Sin embargo, la demanda de filtros se disparará pocos días antes del fenómeno; el reto consiste en que la población, en estos años que nos quedan, comience a apropiarse de las actividades en torno a la observación astronómica, entendiendo los riesgos de un incorrecto uso de materiales para la observación, pero además la facilidad y seguridad de hacerlo correctamente. La línea es muy delgada, pero sin duda nos tomará tiempo. El eclipse de 2024 recorrerá los estados de Sinaloa, Durango y Coahuila, pasando por ciudades importantes como Mazatlán, Durango, Torreón, Monclova y Piedras Negras. La fecha es inmejorable para el centro-norte del país, es una época muy seca y las probabilidades estadísticas de nublados rondan el 7 por ciento. Igual que en 1991, aunque el eclipse comience en el Océano Pacífico, el mejor punto de observación será sobre territorio mexicano en los límites de los estados de Durango y Coahuila, en la Comarca Lagunera. Con cuatro minutos y 30 segundos de duración en la totalidad, se considera un eclipse relativamente largo, con tiempo más que suficiente para poder observar la corona solar, un espectáculo que solo se logra apreciar durante la fase de totalidad. Sin dudarlo, estas oportunidades solo pasan una o dos veces en la vida, ya que la siguiente vez que la totalidad de un eclipse atraviese el territorio nacional será hasta el 30 de marzo de 2052; por eso, seguramente no querrás perderte este que tenemos en puerta. Es precisamente la componente de rareza y belleza lo que hace que mucha gente busque poder observar una vez en su vida un fenómeno de este tipo. Por ello el turismo será uno de los grandes actores, miles de personas se desplazarán hasta las ciudades donde pase la totalidad, otros más aventureros buscarán áreas naturales para poder observarlo en un entorno alejado de las ciudades, pero todos necesitarán de servicios turísticos que los puedan atender. Un viajero que va en busca de un fenómeno natural de este tipo no solo se queda un día, regularmente llega algunos días antes para buscar el mejor lugar para verlo, conocer la ciudad y después de que ha pasado, relajarse con otras actividades que los sitios deben

tener preparadas. Se estima que el Gran Eclipse de Norteamérica (como fue llamado en Estados Unidos), movilizó más de un millón de personas y generó derramas económicas multimillonarias en servicios turísticos. Sin embargo, el aspecto al cual debemos poner atención es en la socialización de la observación solar. Con esto me refiero a que tenemos que lograr que la sociedad se familiarice con los fenómenos celestes, que sean, como en realidad son, un hermoso espectáculo producto de ciclos periódicos de la Luna, el Sol y la Tierra. Que dejemos de lado la superstición y nos permitamos como sociedad sentirnos parte de un sistema planetario con movimientos y sucesos espectaculares que, quizás, ayudaron a que el ser humano se preguntara cosas sobre su entorno y evolucionara en un ser pensante. Para este punto la educación formal será pieza clave. En el estado de Coahuila se lanzó en 2018 un programa piloto llamado “Cultura Astronómica 2024”, encaminado a sensibilizar a maestros principalmente, sobre la observación solar, la comprensión de la mecánica celeste y cómo hacerlo didáctico con sus alumnos. Este programa fue muy exitoso, los maestros se entusiasmaron mucho con las actividades, pero, sobre todo, porque dimensionaron el potencial educativo que un eclipse total tiene en la comunidad. Infortunadamente, la pandemia de Covid-19 puso un alto a este programa, que comenzó generando nodos de maestros capacitados en el uso de técnicas de observación, que a su vez generarían nodos secundarios en otras escuelas, hasta llegar a un 4º nivel de nodos, donde se integrarían otros sectores de educación formal, generando una enorme red de puntos de capacitación y observación para ese día. Prácticamente cada escuela de Coahuila tendría la capacidad de observarlo con sus alumnos e incluso, recibir público. Sin duda los planetarios, observatorios y museos de ciencia serán superados en afluencia ese día, el mayor reto consiste en sumar puntos de observación, en tener gente capacitada y, además, proporcionar la cantidad de filtros solares necesarios para salvaguardar la seguridad de quien lo quiera observar. La comunicación de la ciencia cambió mas rápido de lo que pudimos soñar. Este 2020 todo lo que creíamos saber tuvo que reinventarse, digitalizarse y hacerse más fresco, todo en un mar de contenidos con mucho o muy poco valor. A las redes sociales tenemos que hacerlas nuestras mejores aliadas para difundir lo que ocurrirá, un proceso de entendimiento que debe ser ágil y divertido, acorde a la generación actual. Pero también debemos tener un contenido puntual y desglosado hasta sus raíces, para una generación que aún cree en mitos sobre estos fenómenos celestes. Los medios de comunicación, al igual que en 1991, formarán parte medular del fenómeno; será una vez más una forma segura de verlo “en vivo”, pero de sumarse con tiempo suficiente, podrían ser quizás, la herramienta más poderosa para quitar los miedos, supersticiones y charlatanerías. Pueden motivar a ver el fenómeno con los filtros adecuados y, además, mostrarle al público detalles increíbles en sus pantallas en colaboración con especialistas, museos, planetarios y observatorios. Faltan poco más de dos años para el eclipse anular/parcial de octubre de 2023; esta será una prueba sobre nuestra capacidad de ser un país preparado para un fenómeno celeste poco común e increíblemente hermoso. Será nuestro último llamado a estar listos; si desperdiciamos estas oportunidades y no las capitalizamos en crecimiento en la apropiación de la ciencia, tendremos que esperar a marzo de 2052 para tener un nuevo eclipse total. Estamos ante un reto enorme, al que tenemos que sumarnos todos. * eduardo@planetariumtorreon.com


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julio · 2021

Tras las huellas de la naturaleza Tania Saldaña Rivermar y Constantino Villar Salazar · Ilustración: Diego Tomasini “El Dibrujo” *

¿Quién se robó a la oscuridad?

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ía, noche, día, noche. Pasan los años y no nos damos cuenta de que uno de los factores que permiten funcionar adecuadamente son los ciclos luz-oscuridad que hacen que el ritmo de la vida de los seres vivos continúe sin parar, sin embargo, se ha observado que existen momentos en donde los cambios repentinos de luz-oscuridad causa en los animales cambios en su conducta y en algunas plantas se vea afectada la floración. El sol es considerado la fuente de energía que mantiene la vida en el planeta y que hasta el momento es el factor determinante para que muchos animales y plantas lleven a cabo procesos fisiológicos y conductuales. Para las plantas el Sol es de vital importancia para la obtención de sus nutrientes y esto se debe a la fotosíntesis, un proceso que todas las plantas verdes realizan, en el cual absorben la energía solar o lumínica a través de pigmentos fotosensibles para transformar el dióxido de carbono y el agua en energía química en forma de glucosa. Otro evento significativo que realizan las plantas es el proceso de floración, el cual tiene una estrecha relación con la cantidad de luz solar que recibe la planta para que éste se lleve a cabo. Por otro lado, algunos animales dependen directamente de la luz solar. La mayoría de los anfibios y reptiles al no poder generar calor metabólico requieren de fuentes externas como el sol para alcanzar una temperatura óptima y poder realizar sus actividades biológicas cotidianas, como la búsqueda de alimento. Ante esto, muchas lagartijas han generado estrategias que les permiten mantener una temperatura ideal, los ecólogos las han clasificado como termorreguladoras activas y termoconformistas. Las primeras dependen directamente del sol y al mínimo cambio ya sea por lluvia, esté nublado o baje la temperatura, dejan de hacer sus actividades para esconderse, mientras que a las segundas,

las termoconformistas, no les importa si corre viento, si llueve o si está nublado, pueden continuar realizando sus actividades, ya que dependen directamente de la temperatura que hay en el ambiente. Las aves son un claro ejemplo de los organismos que regulan sus actividades de acuerdo a la cantidad de luz que hay, es decir, con los primeros rayos de luz las aves saben que es momento de prepararse para emprender el vuelo para la búsqueda de alimento, pareja o de otros sitios en donde puedan descansar durante el día. Sin embargo, hoy en día la contaminación lumínica y el cambio climático están generando estragos en la vida diaria de estos organismos. En el caso de la contaminación lumínica debido al exceso de anuncios luminosos y edificios iluminados, está provocando que las aves se confundan y no sepan cuando es de día y cuando es de noche, alterando sus actividades fisiológicas o conductuales, afectando también a las especies migratorias; en los últimos años se ha detectado una disminución en las poblaciones de las especies que migran. Un factor importante en la vida de los animales es que también los ciclos de luz–oscuridad regulan la reproducción y la cantidad de hormonas generadas para la misma. Ante fenómenos astronómicos como los eclipses solares, se ha observado que durante los minutos que dura dicho fenómeno, los animales han mostrado cambios en su conducta, en algunos lugares que han ocurrido eclipses totales las aves se confunden pensando que ya es momento de regresar al árbol que las resguardará durante la noche, en otros lados se ha observado que salen los murciélagos de las cuevas en las que viven, ya que piensan que es de noche y hay que salir a buscar alimento. Finalmente, se ha observado que en la actualidad los humanos hemos estado alterando nuestros ciclos de luz-oscuridad, esto debido a que pasamos más horas sentados o acostados frente a un monitor, el cual emite luz, debido a la cantidad de luz nuestro cerebro interpreta que es de día y manda la señal de que debemos de permanecer despiertos; a la larga, dormir poco trae riesgos a la salud. Tras las huellas

@helaheloderma

* traslashuellasdelanaturaleza@hotmail.com

Esteban Castro Acuña, Alejandro Lara Neave y Francisco Hernández-Cabrera *

El gran eclipse solar de 2017

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l próximo mes de agosto estaremos celebrando cuatro años desde que tuvimos la oportunidad de observar uno de los eclipses de Sol que ha causado la mayor expectación en la sociedad. El último eclipse de Sol que pudo ser apreciado en toda la República Mexicana ocurrió el lunes 21 de agosto del año 2017. En Estados Unidos se pudo observar como total y, aunque en México sólo se pudo admirar como parcial, resultó en un extraordinario evento que tuvo mucha difusión social gracias a la gran cantidad de medios tecnológicos, que en combinación con las redes sociales, influyeron de manera favorable para la masificación de este fenómeno astronómico. Para realizar la divulgación de este eclipse, la Universidad Autónoma de Nuevo León, a través de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas, desarrolló un proyecto que fue apoyado por el Conacyt. Uno de los apartados del proyecto denominado “Talleres de Ciencia Recreativa para Divulgación de la Cultura Solar” promovió y fortaleció la cultura científica para la observación de eclipses solares en la sociedad. Para lograr este objetivo se realizó la difusión a través de los medios de comunicación, centros de educación en todos sus niveles y las redes sociales dentro del estado de Nuevo León. A medida que se mejoraban los canales de comunicación, se estableció una sinergia entre diferentes grupos de divulgación en todo el país. Esta suma de esfuerzos y recursos iba permeando en la sociedad, la cual estaba cada vez más consciente de que un espectáculo astronómico poco habitual estaba próximo a suceder. Lo anterior incrementó rápidamente el número de sedes participantes hasta alcanzar alrededor de 350, distribuidas en 30 estados. El impacto del evento a nivel nacional era evidente, y para lograr una observación solar segura se desarrollaron materiales didácticos, visores solares y actividades para transmitir el eclipse. Es en este momento cuando se ve la necesidad de fabricar en gran escala visores solares, para distribuirlos entre la población y concientizarlos sobre los cuidados necesarios durante la observación solar y de esta manera evitar daño a la vista. Un total de 20 mil visores solares fueron fabricados con filtro de polímero negro de alta calidad aprobado por la Secretaría de Salud y armado en cartulina couché con diferentes diseños. Estos diseños versátiles permitieron usar el visor como lentes para observación “directa” del eclipse, otros diseños podían acoplarse en oculares de telescopios, o en teléfonos celulares y cámaras para tomar fotografías y videos. La cantidad de visores solares producidos no fue suficiente para cubrir la gran demanda de las sedes en todo el territorio nacional. Este visor solar fue distribuido en forma racionada en casi todos

los estados de la República Mexicana, haciendo posible que este eclipse solar fuera el evento astronómico más observado en la historia, a través de un dispositivo seguro y de fácil manejo. El eclipse total de Sol dio inicio a las 11:44 y finalizó a las 14:36 h del ya mencionado lunes 21 de agosto de 2017. Al término del evento se contabilizaron más de 200 mil personas que acudieron a las sedes de observación en todo México, marcando un importante precedente en la divulgación de eventos astronómicos al alcance de toda la sociedad. El éxito en la logística y organización de la observación del eclipse fue posible gracias a los esfuerzos de divulgación que se están realizando a nivel nacional, con programas de la Secretaría de Educación Pública, instituciones de educación superior, en conjunto con grupos de divulgación de la Noche de las Estrellas, talleres de ciencia, planetarios móviles, museos científicos y organizaciones civiles astronómicas. Esta grata experiencia pone de manifiesto que la comunidad mexicana requiere de actividades que fomenten la divulgación científica a través de la astronomía. En el año 2023 será posible ver en el territorio mexicano un eclipse anular de Sol, y en 2024 un eclipse total de Sol. Sin duda, estos dos próximos eventos astronómicos representarán un reto nacional en cuanto a la organización en general, ya que seguramente se superará el número de participantes del año 2017.

* esteban.castroacn@uanl.edu.mx, alejandro.laranv@uanl.edu.mx, francisco.hernandezcbr@uanl.edu.mx


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julio · 2021

Homo sum Sergio Cortés Sánchez *

Morena refrenda mayoría legislativa

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a coalición de partidos políticos neoliberales y su estrategia de confrontación y exterminio fracasó, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) fue el partido más votado en las pasadas elecciones federales de diputados uninominales y, junto con sus coaligados Partido del Trabajo (PT) y Partido Verde Ecologista de México (PVEM), conservó la mayoría legislativa (la mitad más uno de las curules). El programa de la 4T comprometido en la elección presidencial de hace tres años y refrendado en el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2024 seguirá su curso pese a la oposición del Partido Acción Nacional (PAN), del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD). La coalición Va por México (PAN, PRI y PRD) se propuso arrebatarle a Morena la mayoría absoluta del Congreso de la Unión para que no tuviera el gobierno de la 4T la aprobación del presupuesto y de esta manera modificarle sus principales programas; maniatado presupuestalmente el presidente de la República, vituperado mediáticamente y limitado por el Poder Judicial, creían que podían retornar al poder y recuperar sus privilegios. El resultado fue otro: Morena tiene la mayor parte de los diputados federales de 18 entidades, el PAN lo es en cinco entidades, el PRI en dos estados y en seis entidades están igualados en diputados el PAN y Morena; expresado en curules. 186 de 300 diputaciones uninominales fueron ganadas por la coalición Juntos Haremos Historia, PVEM y Morena, en tanto que Va por México, PAN y PRI ganaron 107 y Movimiento Ciudadano (MC) ganó en siete distritos federales. De las 15 gubernaturas renovadas, Juntos Haremos Historia ganó 12 (incluida la del PT-PVEM de San Luis Potosí), Va por México, dos y MC, una. Con el objetivo común de derrotar a Morena, Va por México registró candidatos coaligados en 219 distritos federales (de un total de 300) en tanto que Juntos Haremos Historia (JHH) lo hizo en 183 distritos; en el primer caso, lograron 63 victorias y en el segundo, 121. Muchas candidaturas morenistas fueron impresentables, otras no aceptadas por su militancia y en no pocos casos, privó el nepotismo y el clientelismo, aun así, dos de cada tres candidatos de JHH ganaron, su efectividad, como en el bateo de beisbol, fue de 661 en escala de mil versus 288 de efectividad de Va por México. De los 300 distritos federales, 183 fueron ganados por candidatos de coalición y, dado la preminencia electoral de Morena, ese parece ser el derrotero de la elección de 2024. De 117 candidatos registrados solamente por Morena, ganó 64: el PAN registró 81 candidatos a diputados y ganó 33; el PRI registró también 81 candidatos y ganó 11; MC registró 300 de los cuales siete ganaron y de 116 candidaturas registradas por el PVEM, ganó una; el PT registró 117 y el PRD, 81, ninguno de ellos ganó por si mismo un distrito. Los debutantes partidos (PES, RSP y FXM) debían de participar sin coalición e hicieron sus registros en casi todos los distritos, pero no ganaron ninguno. De los 300 diputados federales electos bajo el principio de mayoría relativa, 147 son mujeres y 153 hombres; Morena y JHH tuvieron más diputadas electas que diputados. Por organización política, Morena tuvo casi el doble de intenciones de voto que el segundo mejor posicionado, que fue el PAN en la pasada elección federal, igual relación tiene con el tercer mejor posicionado, que fue el PRI. Sumados los votos del PAN y del PRI, igualan los de Morena. Para tratar de superarlo, es necesaria la votación de una tercera fuerza, en este caso el PRD, partidos coaligados como Va por México; por su parte, Morena se coaligó con PT y PVEM y como JHH tuvo tres puntos más que la alianza opositora Va por México. Esta diferencia varía por entidad y niveles socioeconómicos: el Centro y Sur-Sureste es más proclive a Morena, el Bajío y algunas entidades norteñas se identifican más con el PAN y el PRI. Morena tiene aceptación equilibrada entre el voto urbano y el rural en tanto que el PAN tiene mejor recepción en las localidades urbanas y el PRI en las rurales. De los votos emitidos en la elección de diputados federales uninominales en los recientes comicios concurrentes, Morena tuvo 34 por ciento de los sufragios en total, 35.2 por ciento en casillas urbanas y 31.5 por ciento en casillas no urbanas; el PVEM tuvo 5.4 por ciento del total emitido, de los urbanos el 4.1 por ciento y del no urbano, 7.8 por ciento. El PAN registró 18 por ciento de la votación, 20.4 por ciento del voto urbano y 13.2 por ciento del voto rural, en tanto que el PRI registró 17.5 por ciento del total de votación, 16.7 por ciento de los urbanos y 19.1 por ciento del no urbano. Por coalición, JHH tuvo 42.8 por ciento (42.2 por ciento de los urbanos y 44 por ciento de los rurales) y Va por México, 39.6 por ciento (40.5 por ciento de los urbanos y 37.8 por ciento de los rurales). A los primeros les va mejor entre los electores rurales en tanto que a los segundos

tienen mejor recepción entre los ciudadanos urbanos. En esta elección, cuatro por ciento de los votantes de las 13 grandes zonas metropolitanas castigaron a JHH y optaron por Va por México, así, Va por México tuvo 44 por ciento de la votación en la elección de diputados federales en las 13 zonas metropolitanas y JHH registró 39 por ciento. El Consejo Nacional de Población define las zonas metropolitanas (ZM) con base en tres grandes criterios (centralidad del municipio, planeación y política urbana), la unidad de observación es el municipio y el criterio de zonificación son los flujos continuos y sistemáticos entre los municipios con relación a los bienes y servicios. Su clasificación de 2015 de ZM incluye a 13 que en ese momento tenían un millón o más de habitantes (Valle de México, Guadalajara, Monterrey, Puebla-Tlaxcala, Toluca, Tijuana, León, Juárez, La Laguna, Querétaro, San Luis Potosí, Mérida y Aguascalientes) donde reside actualmente 40 por ciento de los ciudadanos en Lista Nominal.

En la ZM del Valle de México, Va por México y JHH empataron con 44 por ciento de la votación para elegir diputados uninominales; en la ZM de Monterrey, Va por México registró 56.2 por ciento de la votación contra 18.7 por ciento de JHH (MC fue la revelación con 20 por ciento de la votación); en la ZM de Guadalajara, las coaliciones mencionadas empataron en 29 por ciento de la votación (MC obtuvo 33.8 por ciento del total de votos) y en la ZM de PueblaTlaxcala, Va por México tuvo 40 por ciento de votos versus 44 por ciento de JHH. En las ZM de Juárez, San Luis Potosí y Tijuana, JHH registró más del 50 por ciento de la votación en tanto que en las ZM de Aguascalientes, La Laguna, León, Mérida y Quinta Roo, Va por México tuvo más del 50 por ciento de los sufragios, y en la ZM de Toluca, Va por México tuvo 47 por ciento contra 42 por ciento de JHH. En la Ciudad de México, Va por México tuvo 45 por ciento de los votos contra 43 por ciento de JHH; en la Ciudad de Monterrey fue 60 por ciento para Va por México y 15 por ciento para JHH; en la ciudad de Guadalajara ganó JHH por un punto en tanto que, en la ciudad de Puebla, Va por México aventajó por cuatro puntos a JHH. Muchas son las causales que generaron este resultado en las ZM, entre otras se han mencionado la campaña de odio contra AMLO pregonada por Va por México, el ataque frontal de los poderes fácticos contra el gobierno de la 4T, las legítimas demandas aspiracionales de las clases medias que creen que el paraíso es el neoliberalismo, los consorcios afectados por la compra centralizada del Poder Ejecutivo y por el manejo honesto del erario, los delincuentes fiscales que omiten pagar los impuestos correspondientes a sus ingresos, algunas candidaturas impresentables de JHH, la pugna interna de Morena por la sucesión presidencial de 2024 (fuego amigo) así como una soterrada, ahora manifiesta, posición clasista refrendada por Va por México y la mayoría de medios masivos de comunicación. * sercorsan@hotmail.com


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julio · 2021

Tékhne Iatriké José Gabriel Ávila-Rivera *

Eclipses y embarazo

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s común que en las poblaciones rurales se piense que si una mujer embarazada se expone a un eclipse o bien, que si mira a la Luna llena, tendrá el riesgo de que su hijo tenga una malformación congénita, específicamente labio leporino. En el medio urbano, habrá quien esboce una sonrisa ante esta conducta. Menospreciamos las ideas que se contraponen a la nuestra y de inmediato calificamos o descalificamos a quienes reflexionan distinto. Pienso mucho en esto, pues si analizo, con lógica y sentido común, qué es lo que en un momento dado podría afectarme en función de un eclipse (entendiéndolo como la proyección de una sombra en un cuerpo celeste, en este caso el Sol y la Luna, con la Tierra), forzosamente debería de pensar en la fuerza de atracción gravitatoria. Impresiona cómo por efecto de la Luna, se dan las mareas que podemos observar en las costas y las playas. Si la Luna puede influir en algo tan grande como el mar, por supuesto se antoja lógico que debe de generar un tipo de influjo en nosotros, diminutos seres humanos. De hecho la palabra influenza viene de “influencia”, por supuesto, de los astros sobre nosotros. Siempre me ha parecido conmovedor que Isaac Newton (1642 - 1727) pudiese deducir la forma en que dos cuerpos se atraen, de acuerdo a una ley que establece, cómo existe un elemento de atracción entre los cuerpos, que es directamente proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de su distancia. Aparentemente esto es muy difícil de comprender; sin embargo, realmente no es algo tan complejo. En la medida en la que un cuerpo sea más grande, ejercerá un proceso de atracción más intenso, sin embargo, esta fuerza disminuirá en la medida en la que se aleje. La genialidad de Newton se puede percibir en la forma en la que estableció los cálculos, para poder comprobar esta afirmación, teniendo como elemento de demostración el comportamiento de los astros, que ya habían establecido otros sabios como Domingo de Soto (1494 - 1560), Johannes Kepler (1571 - 1630), Tycho Brahe (1546 - 1601) y Robert Hooke (1635 - 1703). Si yo, médico, estoy frente a una persona enferma, puedo deducir que un cuerpo ubicado en el cielo, va a estar ejerciendo una fuerza sobre mi interlocutor. Esto es cierto; sin embargo, es necesario considerar que debido a la distancia, aunque mi masa es mucho menor que la de un astro, como estamos más cerca, mutuamente (el enfermo y yo), nos afectamos más, hablando en términos gravitatorios. Esto no se puede percibir con facilidad. Es muy difícil medir lo que percibimos, incluyendo la fuerza de atracción amorosa. La construcción de este modelo de pensamiento requiere de un poco de educación básica, que en algunas personas pasa a formar parte del cúmulo de los olvidos. Realmente no hay problema. Es mucho más sabroso simplemente ver a la Luna, que estar pensando en las fuerzas gravitatorias y la forma en la que nos afectan. Sin embargo, es particularmente común que se menosprecie al conocimiento tradicional y hasta folclórico, cuando en el medio urbano encontramos fabricaciones de pensamientos incomprensibles, como el movimiento “anti-vacunas”, los terraplanistas, es decir, aquellas personas que están convencidas de que la Tierra es plana, los conspiracionistas, aquellos que promueven la idea de que el centro de la Tierra es hueco y habitado por una especie de seres llamados reptilianos y un sinfín de ideas que, sin tener un sustento científico, se encuentran firmemente aferradas en el pensamiento de gente, incluso extraordinariamente preparada. Personalmente no puedo criticar a una persona que se niegue a ser vacunada, como tampoco puedo convencer a una mujer embarazada del medio rural a que mire los eclipses sin temor a que su hijo llegue a padecer una enfermedad congénita. Aquí el caso es que estas posturas deben de ser estudiadas para poder establecer estrategias orientadas a prevenir enfermedades y conductas que socialmente, son inconvenientes para poder construir sanas convivencias sociales. A través de los siglos se van estableciendo normas que sorprenden en lo absurdo y al mismo tiempo, en lo coherente; sin embargo, aunque en este momento creemos que el método científico representa la mejor forma de conocer el mundo y el universo, definitivamente es una herramienta que nos

brinda algo parcial y no nos ofrece el conocimiento certero en una forma totalmente completa. Ahora se utiliza la ley de la gravitación para poder estudiar a escala, el comportamiento del sistema planetario solar; sin embargo, ya sabemos que teóricamente está desfasada y para estudiar el fenómeno gravitatorio en su forma total, es necesario referirse a la teoría de la relatividad general. No es que Newton estuviese mal, pero definitivamente su conocimiento fue incompleto. Así se van generando las formas de pensamiento, mezclando en representaciones impredecibles, ideas, conceptos, opiniones y percepciones que pueden partir de observaciones y parecer concluyentes aunque escondan un alto grado de falsedad. Es particularmente común dejarse llevar por el apasionamiento y el arrebato, generando errores conceptuales que son vistos y juzgados de acuerdo a una generalidad, que se califica a sí misma como verdad, dependiendo del número de individuos que la crean y la divulguen; sin embargo, a final de cuentas podemos concluir, que como dijo el poeta español Ramón María de las Mercedes (Pérez) de Campoamor y Campoosorio (1817 - 1901), mejor conocido como Ramón de Campoamor: En este mundo traidor, nada es verdad ni es mentira. Todo es según el color del cristal con que se mira. * jgar.med@gmail.com

Épsilon Jaime Cid

“Por mirar la pequeñez de un gusano podemos perder la grandeza de un eclipse.” Confucio (551-479 a. C.) Filósofo

“Entre los griegos el primero de todos que investigó la causa de un eclipse fue el milesio Tales, quien predijo el eclipse de Sol que se produjo durante el reinado de Aliates, en el cuarto año de la Olimpíada 48 (585 a. n. e.), año 170 desde la fundación de Roma.” Tales de Mileto (624-547 a. C.) Filósofo

“Cuando el sol se eclipsa para desaparecer, se ve mejor su grandeza” Lucio Anneo Seneca (4-65 a.C.) Escritor


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julio · 2021

Reseña (incompleta) de libros Alberto Cordero *

El México antiguo, en Nueva historia mínima de México **

** Escalante Gonzalbo, Pablo. (2004). El México antiguo, en Nueva historia mínima de México. México. SEP/El Colegio de México. 1ª. Edición.

LA

ERA DEL IMPERIO

E

ntre el año 100 a. C. y el 200 d. C. ocurrieron varios sucesos importantes en el valle de México. Entonces tuvo lugar el abandono de Cuicuilco, y Teotihuacán se irguió como el centro político y religioso indiscutible de la región. Durante los primeros doscientos años de nuestra era se construyeron las pirámides del Sol y de la Luna así como el templo de Quetzalcóatl, se trazó la llamada calzada de los Muertos y se inició la etapa propiamente urbana en la historia de Teotihuacán. Si en algún asentamiento prehispánico podemos hablar con toda propiedad de una ciudad, es en Teotihuacán. Las construcciones y los pavimentos llegaron a ocupar la mayor parte de la superficie, sin dejar espacio para huertas o jardines, en un área de aproximadamente veinte kilómetros cuadrados. Durante el horizonte clásico (200 a 650 d. C.) la mayor parte de la población de Teotihuacán ocupó conjuntos habitacionales multifamiliares de mampostería, y muy poca gente vivió en chozas de adobe, lo cual nos habla de una prosperidad generalizada en el asentamiento. Los conjuntos habitacionales se elevaban sobre grandes taludes, y sus muros carecían de ventanas; uno o dos pórticos permitían el acceso. La mayoría de estos conjuntos eran de planta cuadrada (de aproximadamente 60 por 60 metros). Las calles de Teotihuacán eran largos pasillos sombreados que circulaban entre taludes y altos muros, y desde ellas no era posible observar lo que ocurría en las viviendas. En promedio es probable que hayan vivido unas veinte familias en cada conjunto; todos se dedicaban a un mismo oficio y además eran parientes. Según se deduce del análisis genético de osamentas, los varones de cada conjunto tenían entre sí nexos más estrechos que las mujeres, lo cual habla de un patrón de residencia patrilocal: las mujeres iban a vivir a las vecindades de sus maridos. Una parte importante de la población congregada en el área urbana de Teotihuacán era de artesanos dedicado a oficios como la producción de núcleos y artefactos terminados de obsidiana, la alfarería, el trabajo del hueso y la concha, la elaboración de telas y cordajes, etcétera. Es frecuente que se imagine a todas las sociedades prehispánicas como tiranías en las que un grupo inmensamente rico sometía a comunidades de

productores a un trabajo extenuante con un férreo control político. Y ciertamente no eran democracias, pero su estructura interna era más compleja de lo que sugiere el prejuicio. De los reyes teotihuacanos no sabemos casi nada, excepto que perecen haber tenido a Quetzalcóatl como suprema divinidad protectora, así como los señores de la etapa olmeca se identificaban con el dios del maíz. El poder de los soberanos en la gran ciudad del valle de México debió emanar, al menos en parte, de su exitosa conducción de las obras públicas: allí estaban las descomunales pirámides y la gran urbe como prueba de la eficacia del gobierno. La organización del trabajo artesanal y el impulso de las actividades de intercambio que garantizaban el arribo de la materia prima y la salida de los productos a otras regiones, deben haber sido también cualidades estimables para comunidades de especialistas que dependían del comercio. La identificación de todos los barrios, de todos los distritos, de todos los artesanos, los nobles y los campesinos, como miembros de una misma unidad política, parece haber ocurrido bajo la imagen protectora de un dios común: Tláloc, señor del agua, y de su pareja, Chalchiuhtlicue. Lo más probable es que las pirámides que, siglos después, los mexicas —visitantes ocasionales del sitio— llamaron “del Sol” y “de la Luna”, hayan sido, en realidad, de Tláloc y de Chalchiuhtlicue. La pirámide del Sol era un gran “cerro de agua” simbólico, pues los teotihuacanos le hicieron un foso periférico y un pequeño canal central, de tal suerte que se podía simular que el agua nacía en la cueva natural situada en el vértice de la pirámide para fluir luego alrededor de ella. Más allá de la ciudad y su entorno agrícola inmediato, Teotihuacán influyó de una u otra forma en todas las regiones de Mesoamérica. En primer lugar, el Estado teotihuacano era el gran organizador de la producción en los valles de México y Toluca. La mayoría de los habitantes eran nahuas y en menor medida otomianos. Dedicados estos a la agricultura intensiva, explotación de los bosques, a la caza del venado y al cultivo y aprovechamiento del maguey (para obtener pulque, cordajes, fibra textil) y en menor medida a la agricultura. Entre los recursos estratégicos que Teotihuacán parece haber controlado directamente se encuentran los yacimientos de obsidiana de Otumba y de Pachuca, así como los depósitos de cal de la zona de Tula-Tepeji. En un segundo nivel de influencia debemos considerar las cuencas morelenses, donde los teotihuacanos obtenían algodón, seguramente cacao y otros productos agrícolas de clima cálido, y el valle Puebla-Tlaxcala, de donde procedía la pasta de arcilla necesaria para elaborar la cerámica de tipo “anaranjado delgado”, uno de los productos artesanales más finos del México antiguo. Teotihuacán debió tener intercambios fluidos con ambas regiones, quizá recibía tributo de ambas, pero no podemos asegurar que controlaba directamente lo que en ellas se producía. Hay un tercer ámbito de acción del poder de Teotihuacán que involucra asentamientos situados a cientos de kilómetros del valle de México. La búsqueda de yacimientos de cinabrio llevó a los teotihuacanos hasta Río Verde, en San Luis Potosí, y el gran interés en diversas piedras semipreciosas, como la serpentina y la jadeíta, los condujo a la cuenca del Balsas. No puede afirmarse que los teotihuacanos hayan llegado a apropiarse de las materias primas, sin más; es mucho más probable que hayan impuesto a los lugareños una relación comercial asimétrica. La relación de Teotihuacán con los mayas y los zapotecos ha sido objeto de numerosos debates. Estamos seguros de que hubo un vínculo que duró varios siglos y fue bastante estrecho. Muchos artefactos teotihuacanos llegaron a Oaxaca y a la región maya, y muchas formas teotihuacanas fueron imitadas por los artesanos del sur. * acordero@fcfm.buap.mx


julio · 2021

El objeto del mes Raúl Mújica *

E

n la danza de la Tierra alrededor del Sol y de la Luna alrededor de la Tierra, hay ocasiones en que los tres se alinean y se producen los eclipses. Si la línea es Sol-Tierra-Luna, entonces tenemos un eclipse de Luna, mientras que se producirá un eclipse de Sol cuando la Luna se interponga entre nuestro astro y la Tierra, es decir, si la alineación es SolLuna-Tierra. En este caso, la sombra de la Luna se proyecta sobre algunas zonas de nuestro planeta, en las que, en pleno día, parece que nuestra estrella desaparece total o parcialmente. Un eclipse de Sol se produce siempre durante la fase nueva de la Luna, cuando ésta pasa entre el Sol y la Tierra y su sombra barre una parte de la superficie de nuestro planeta. Para diferentes circunstancias se generan diferentes tipos de eclipses solares: total, anular, parcial y uno poco común denominado híbrido. La sombra de la Luna tiene dos componentes, una más oscura llamada umbra y otra más tenue llamada penumbra. Si estamos en la zona de nuestro planeta donde pega la umbra, veremos un eclipse total, mientras que en si estamos en la zona de la penumbra, observaremos sólo un eclipse parcial. En esta danza que se menciona al inicio, la Luna gira alrededor de la Tierra en una órbita elíptica, por lo que la distancia Tierra-Luna varía. Al punto más alejado en esta trayectoria se le llama apogeo y al punto más cercano se le llama perigeo. Esta variación en distancia hace que también su tamaño angular varíe, por lo que, si ocurre un eclipse solar cuando la Luna está en el apogeo, su disco aparente no será lo suficientemente grande como para cubrir todo el disco solar, y sólo se verá un eclipse anular. Otro efecto que debemos tener en cuenta, debido a que la Tierra también gira alrededor del Sol en una órbita elíptica, es que el tamaño aparente del Sol también varía. Finalmente, un eclipse se denomina híbrido cuando en partes de la trayectoria es anular y en otras es total. Y esto se debe, desde luego, a los mencionados cambios de tamaño aparente de los discos del Sol y la Luna. La palabra Eclipse proviene del término griego ekleipsis que significa faltar o desaparecer, lo que puede parecernos raro ya que la Luna es unas 400 veces más pequeña que el Sol, afortunadamente, el Sol está a unas 400 veces la distancia Tierra-Luna, lo que hace que los tamaños aparentes de Luna y Sol en el cielo sean muy similares, y que el disco de nuestro satélite pueda ocultar al de nuestro astro. Y digo afortunadamente ya que esta coincidencia nos da la oportunidad de presenciar espectáculos celestes que son difíciles de describir de manera completa: el cielo se oscurece, aparecen las estrellas brillantes y algunos planetas, las aves se confunden con la noche y buscan sitio para dormir, y podemos apreciar la corona y el llamado anillo de diamantes. Alucinante. Aquellos que vivimos el eclipse del 11 de julio de 1991, al cual estamos dedicando este número, tuvimos la fortuna de apreciar todo este espectáculo durante varios minutos. Fue tal su duración que incluso fue llamado el eclipse del siglo, además de volverse de los más vistos pues la llamada franja de totalidad cruzó por zonas altamente pobladas a lo largo del territorio mexicano. Actualmente podemos calcular con gran precisión las órbitas de la Tierra y de la Luna, lo que nos permite, entre otras cosas, predecir los eclipses y determinar las posiciones exactas de sus sombras para cualquier instante. Así es como sabemos que el 14 de octubre de 2023 y 8 de abril de 2024 tendremos oportunidad de observar un eclipse anular y uno total, respectivamente, en nuestro país. Los detalles de cada uno son mencionados en otros artículos en este número de SyC. Varias instituciones de investigación, sociedades astronómicas, planetarios y demás, ya se están organizando para que el público en general pueda disfrutarlos con todas las medidas de seguridad. En SyC estaremos dando información oportunamente. Falta un par de años, pero son dos eventos que no nos podemos perder. * rmujica@inaoep.mx

A la sombra de la Luna Luna

Sol

Umbra Penumbra

Tipos de eclipses Tierra Luna Sol Penumbra (Eclipse Parcial) Antumbra (Eclipse Anular)

Efemérides Agustín Márquez y José Ramón Valdés *

Calendario astronómico julio 2021 Las horas están expresadas en Tiempo Universal (UT)

Julio 2. El cúmulo globular M22 (Gran Cúmulo de Sagitario) de la constelación de Sagitario, ya estará bien ubicado para su observación la mayor parte de la noche, hacia el sureste de la Esfera Celeste. Julio 3, 11:41. Acercamiento de Venus y M44 (El Pesebre), pasando a solo 0,5´ uno del otro, en dirección de la constelación de Cáncer. Julio 4. El cúmulo estelar abierto IC 4756 (Cúmulo de Graff) de la constelación de la Serpiente, estará bien ubicado para su observación la mayor parte de la noche, hacia el sureste de la Esfera Celeste. Julio 7. El cometa 15P/Finlay alcanza su punto más brillante. El cometa hará su máximo acercamiento a la Tierra, estará a 1,14 UA**, con una magnitud de 8,4, en dirección de la constelación de Aries. Visible de 05:00 a 06:04 (hora del centro de México), con máximo a las 06:04 a 37° sobre el horizonte este. Julio 8, 04:39. Conjunción de Luna y Mercurio, con la Luna a 3° 45´ al norte de Mercurio, en dirección de la constelación de Tauro.

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Tierra

Julio 12, 09:09. Conjunción de Luna y Venus, con la Luna a 3° 15´ al norte de Venus, en dirección de la constelación de Leo. Julio 12, 10:10. Conjunción de Luna y Marte, con la Luna a 3° 46´ al norte de Marte, en dirección de la constelación de Leo. Julio 13, 07:08. Conjunción de Venus y Marte, con la Venus a 0° 29´ al norte de Marte, en dirección de la constelación de Leo.

Julio 14. La Nebulosa Planetaria M27 (Nebulosa Dumbbell) de la constelación de Vulpecula (Zorrilla), ya estará bien ubicada para observación la mayor parte de la noche, hacia el noreste de la Esfera Celeste. Julio 17. El cúmulo globular M55 (Cúmulo Espectro) de la constelación de Sagitario, ya estará bien ubicado para observación la mayor parte de la noche, hacia el sureste de la Esfera Celeste. Julio 24, 16:38. Conjunción de Luna y Saturno, con la Luna a 3° 48´ al sur de Saturno, en dirección de la constelación de Capricornio. Julio 26, 01:21. Conjunción de Luna y Júpiter, con la Luna a 4° 10´ al sur de Júpiter, en dirección de la constelación de Acuario. Julio 30. Máximo de la lluvia de meteoros δ Acuáridas del sur. La tasa máxima observable será de 25 meteoros por hora. El radiante se encuentra en dirección de la constelación de Acuario, con coordenadas AR=22h40m, DEC= 1̶ 6º00´. El mejor momento será alrededor de las 4 am, hacia la parte sureste de la Esfera Celeste. La Luna cerca de cuarto menguante provocará una disminución de objetos visibles. Luna Nueva Julio 10, 01:17

Luna Cuarto Creciente Julio 17, 10:11

Luna Llena Julio 24, 02:36

Cuarto Menguante Julio 31, 13:16

** Una Unidad Astronómica,U.A., es igual a 149 597 870 700 metros; equivale aproximadamente a la distancia media entre la Tierra y el Sol.

* amarquez@ inaoep.mx, jvaldes@ inaoep.mx


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