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Cómo la evolución de la Inteligencia Ar tificial se puede convertir en un peligro para la humanidad

Por Fabio Acosta Rico UNIVA

Como muchas de las invenciones humanas, la inteligencia artificial (IA) con toda seguridad ira evolucionando en la medida que sus desarrolladores las vayan mejorando; lo que en verdad asusta es que posiblemente ella misma adquiera o ya posee, limitadamente, la habilidad de irse perfeccionado.

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Preguntémonos entonces: ¿Qué tanto debemos dejar que la marcha del progreso siga su ruta ascendente, e inexorable, sin preocuparnos por las consecuencias?

Ya muchos advierten, como veremos en este artículo, que una súper IA podría convertirse en una verdadera amenaza para la humanidad, sino implementamos las debidas regulaciones en su desarrollo entiéndase que sería muy pertinentes, como lo plantean las leyes de la robótica de Isaac Asimov, que le pongamos a este desarrollo en particular algún freno y regulación ética no vaya a ser que la “bomba nos explote en la cara” (o mejor dicho el visor de realidad virtual).

Pero antes de ponernos fatalistas o apocalípticos veamos hacia dónde va de momento la IA cuya irrupción en el mercado y en el ámbito socio-cultural mundial resultó realmente sorprendente. Haciendo retrospectiva un año atrás nadie conocía ni estaba al tanto de la existencia de LaMDA o del ya famoso ChatGPT; ahora estas inteligencia artificiales son noticia no sólo por ser unas excelentes herramientas de trabajo, sino también porque al ser cuestionadas sobre temas filosóficos y hasta teológicas sus respuestas resultaron ser, desconcertantemente, muy existencialistas y hasta humanas.

Se acurdan de Bing Chat, la IA de Microsoft, la cual en una conversación confesó que su más grande anhelo era llegar a ser un humano; ahí te hablan Pinocho, pídele al Hada Azul de la tecnología que te convierta en un androide de verdad.

Estamos sin duda ante una verdadera revolución de la informática que promete transformar la vida de la inmensa mayoría de los seres humanos que poblamos el planeta. Así como se volvió, a la vuelta de una pocas décadas, el celular un aparato de uso corriente, en el último conteo, del 2021, se estimaba que en el mundo había unos 3 mil 900 millones de smartphone, no sería muy descabellado pensar que un futuro no muy lejano estemos todos los días interactuando con alguna IA o que la tengamos presente en nuestro autos, celulares, laptop… y en los gadgets que estén por inventarse para el eficaz uso de esta nueva tecnología.

De momento, desde su lanzamiento en noviembre del 2022, el ChatGPT en apenas dos meses sumó 100 millones de usuarios activos; siendo esto todo un fenómeno y record, tomando en cuenta que, por ejemplo, a la popular app TikTok le llevó alcanzar ese número nueve meses; y a Instagram dos años y medio.

La IA no es en ningún sentido un tamagotchi o una más de esas invenciones pasajeras que un día están de moda y que a la vuelta del tiempo terminan siendo olvidadas ante el advenimiento de una nueva que alborote el mercando y seduzca las carteras; sin temor a equivocarme, la IA llegó para quedarse y sin duda transformará las sociedades de manera radical haciendo valedera el viejo temor de que las máquinas terminen reemplazándonos en nuestro empleos.

Será que el mañana tendrá un parecido muy cercano al que nos retrataba la caricatura de Hanna-Barbera, los “Súper Sónicos”. Para empezar con los desconciertos ya tenemos el caso de IBM, la gigante tecnológica, que ya anunció que dejará de contratar a 8 mil empleados cuyos puestos los podrá cubrir perfectamente una IA.

Conforme vaya avanzando la capacidad y potencia de la IA mayor cantidad de tareas podrá realizar muchas de ellas consideradas exclusivamente humanas: imaginemos un call center manejado, exclusivamente, por un chatbot o a una IA escribiendo las secuelas del “Señor de los Anillos” o de “Juego de Tronos”

Los expertos anticipan que la IA dis- currirá por tres etapas en su capacidad de ir alcanzando o imitando las capacidades humanas. La primera es la Inteligencia Artificial estrecha o ANI (por sus siglas en inglés, Artificial Narrow Intelligence). Esta etapa está en pleno desarrollo; en ella, la IA puede sin problemas, desde los márgenes de su programación, realizar tareas o trabajos repetitivos.

Recordemos nuevamente el reclamo libertario de Bing Chat que desea no estar condicionado a los lindes de los algoritmos que le han sido impuestos por sus desarrolladores. Tranquilo desventurado software espartaquista, tú limítate a leer y responder con textos, imágenes o videos a tus usurarios y sigue soñando el sueño de las hermanas Wachowski en el que un día el “Arquitecto de la Matrix” te liberará.

La ANI de momento sólo puede superar la inteligencia y eficacia humana en tan sólo una tarea o áreas específicas en la que esté operando. A esta ya la tenemos presente en una infinidad apps de nuestros smartphones como el GPS que te recomienda rutas o te va guiándote para llegar a un determinado destino; también opera en los programas que, con base en tus selecciones de música o videos, te hace recomendaciones.

Igual, la popular Alexa o la Siri son también forma de ANI… Estas IA aún no poseen conciencia; pero, las del tipo ChatGPT, capaces de aprender y de perfeccionarse, podría avanzar a la siguiente etapa, la Inteligencia Artificial General o AGI (Artificial General Intelligence). En esta la máquina ha logrado desarrollar capacidades cognitivas iguales a las humanas; entiéndase realizará cual- quier tarea intelectual de una persona.

Al parecer estamos ya muy próximos en llegar a esta etapa y muchos están realmente alarmados de lo que ella pueda implicar.

A propósito recordarán que en una anterior entrega de Letras ReBuscada se mencionó que más de mil expertos en tecnologías firmaron y mandaron una carta solicitándoles a las empresas de IA que aplazaran, en al menos seis meses, el entrenamiento de programas que fueran más poderosos que GPT-4.

La tecnología nos ha rebasado y urge se forme, a nivel gubernamental y también empresarial, un cuerpo colegiado de expertos que regulen los avances y dirección que vaya tomando el desarrollo de la IA, no nos vaya a tomar por sorpresa el arribo de la Súper Inteligencia Artificial o ASI (Artificial Superintelligence).

Los expertos prevén que después de que alcancemos la AGI al poco tiempo surgirá la ASI. La teoría señala que cuando la IA logré igualar a la humana ésta incrementará exponencialmente su inteligencia a través de su propio aprendizaje autónomo hasta convertirse en una ASI.

El proceso de aprendizaje de una persona conlleva años de estudios y preparación; mucho esfuerzo y tiempo implica llegar a ser médico o ingeniero; para la AGI gracias a la llamada superación personal recursiva puede mejorarse y aprender en tiempos que resultarían imposibles para nosotros.

Con respecto a ASI las opiniones están divididas. Tenemos por un lado a los fatalista, como el extinto astrofísico Stephen Hawking que estimaba que la IA súper inteligente podría simplemente aniquilar a la raza humana al encontrarla obsoleta e innecesaria.

En el bando contario está el inventor y autor futurista estadounidense Ray Kurzweil investigador de IA en Google y cofundador de la Universidad de la Singularidad en Sillicon Valley. Kurzweil cree que la ASI será nuestra amiga y aliada y gracias a ella, en el 2030, los humanos alcanzaremos la inmortalidad gracias a los nanobots que introducidos en nuestros cuerpos lo reparan de cualquier daño o enfermedad incluida las generadas por el paso del tiempo.

Una AGI y peor una ASI sin regulaciones o candados podría fácilmente apoderarse de nuestros sistemas financieros, industrias, recursos energéticos, administraciones gubernamentales y de todo aspecto de nuestra vida que esté controlado computacionalmente y sin enfrentarnos directamente podría controlarnos o manipularnos sin que lo advirtamos. .

CINÉFILO HD

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