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Medición de la pobreza, el debate que viene

Saúl Arellano www.mexicosocial.org

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) dio a conocer los resultados de la medición del Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP), para el primer trimestre del 2023. Los datos podrían parecer, a primera vista, alentadores: el porcentaje de personas que tienen ingresos laborales por debajo del valor de la canasta alimentaria se habría reducido de 38.8% a 37.7%, entre el primer trimestre de 2022 y el primer trimestre de 2023.

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El otro dato relevante es que el ingreso per cápita se incrementó en 7.3% al pasar, de forma anualizada, de 2,850.25 a $3,058.6 pesos mensuales. Llama la atención que la pobreza laboral disminuyó mayoritariamente en el sector agrícola, representando 2.3 puntos porcentuales, mientras que en el ámbito rural el incremento fue de 0.7 puntos porcentuales.

Ahora bien, si se compara el dato respecto del trimestre previo, la reducción se ubica en 0.8 puntos porcentuales al pasar de 38.5% de la población ocupada a 37.7%. Esto es relevante de ser destacado pues contrasta con la disminución que se había tenido entre el cuarto y el tercer trimestre del 2022, lo cual podría indicar una posible ralentización de la recuperación de los ingresos.

Por otro lado, es relevante destacar que el CONEVAL señala un incremento de 2.4 millones de personas ocupadas para el último año; sin embargo, la mala noticia es que, de esa cantidad, la mitad está ocupada en el sector informal; en el cual, según los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del primer trimestre de este 2023, trabajan más de 16 millones de personas.

Ahora bien, sin restar importancia a la recuperación señalada, es relevante indicar que el índice de la tendencia laboral de la pobreza se ubica aún por arriba del registrado en el primer trimestre de 2020, que marca el “punto de corte” previo al confinamiento obligado por la pandemia de la COVID 19; dicho de otro modo, casi tres años después del inicio de la etapa crítica de la pandemia, estamos apenas recuperando los niveles de ingreso laboral real registrados en ese momento.

Estos indicadores son relevantes, pues a finales del próximo mes de julio, el INEGI dará a conocer los resultados de la medición multidimensional de la pobreza; y hay quienes, a partir de los datos del ITLP proyectan reducciones relevantes en los porcentajes de pobreza en el país.

Dada la recuperación, lenta e insuficiente de la economía, a partir de la crisis asociada a la pandemia, es esperable que efectivamente haya una reducción en el indicador; pero en el mejor de los escenarios planteados, estaríamos apenas regresando a los niveles de pobreza del 2018; pero con la cuestión relevante relativa a que, aún cuando sea el mismo porcentaje de aquel año, el número absoluto será mucho mayor, debido al incremento de población. De tal forma que, si el indicador resultante fuese, por ejemplo, de 41% de la población nacional en esa circunstancia, se tendrían 53.3 millones de personas en pobreza; una cifra casi 1.5 millones superior a la registrada al inicio de la administración.

Lo que será relevante al momento de discutir estos temas, es poner atención, más allá de la estimación puntual, a las causas por las cuales México es un país estructuralmente incapaz de combatir a la pobreza, pues todos los datos sugieren que, al menos hasta el 2020, año para el cual se dispone de la última medición, el propio CONEVAL estima que no se ha movido en términos significativos el dato de la pobreza por ingresos, desde 1997 hasta la fecha.

De esta forma, más allá de la propaganda, cuyo despliegue ya inició por las y los voceros de la 4T, intentando posicionar la idea de que “como nunca” se ha reducido la pobreza, debemos ser responsables y debatir con seriedad cómo romper con los ciclos de reproducción de la pobreza, pero también de la desigualdad; pues los datos del ITLP señalan con toda claridad que no hay avances en lo que respecta al valor del coeficiente de Gini.

Las mediciones no son relevantes en sí mismas; y eso es algo que no se comprende en los gobiernos, de todos los partidos políticos y en todos los niveles.

En lugar de tomarlas como instrumentos para evaluar críticamente el desempeño gubernamental, siempre buscan su utilidad como instrumento propagandístico; y dado que se trata de indicadores que son reflejo de la tragedia humana, puede sostenerse que es la propaganda más vil.

Una de las lecciones que deben aprenderse es que efectivamente, ninguno de los gobiernos neoliberales logró construir un modelo que pudiera sostenerse en el tiempo y que garantizara bienestar generalizado para la población; y que la radicalización de la política social neoliberal que se ha desplegado en esta administración tendrá los mismos resultados que sus antecesores; aunque en un contexto de una mayor y más profunda violencia; y con problemas adicionales vinculados a la migración y el cambio climático, agendas en las que también la respuesta institucional ha sido deplorable.

Faltará además determinar con rigurosidad analítica qué fue lo que permitió la reducción de la pobreza; por ejemplo, medir el impacto de las remesas; pero también de la migración, entre otros factores. Si el debate que viene se ubica, del lado del gobierno, en un triunfalismo ramplón, y en las oposiciones, en una descalificación per se, se perderá la oportunidad de aprovechar una importante coyuntura para corregir y cambiar radicalmente de rumbo.

Investigador del PUED-UNAM

Anamari Gomís nacional@cronica.com.mx

En estos momentos quedan congelados en mi mente, por un rato, los absurdos ataques del presidente y los miembros de Morena a la Suprema Corte de Justicia de la Nación; del Gabinete de Seguridad que también se pronuncia contra los ministros; de los porros que protestan y cobran en alguna oficina de la gobernadora de la Ciudad de México, claro, apostados a las puertas de la Corte; de lo que diga al respecto el draculesco secretario de Gobernación; del pacto que el presidente quiere realizar con los narcos, quienes son monísimos con los “servidores de la Nación” en los retenes fronterizos; de las pobres madres buscadoras en Tamaulipas que solicitan lo mismo porque ya no pueden más: los asesinatos, las desapariciones, el dolor de vivir ese infierno las rebasa. Hay muchas más preocupaciones para los mexicanos. Muy solidarios los narcos con “los servidores de la nación”, pero no se tocan el órgano del pecho que palpita para decapitar, desmembrar o simplemente acribillar gente con armas de alto calibre, tantas como puedan adquirir con astucia y quién sabe cómo en los Estados Unidos. Please, pay attention to this, gringos.

Mi país se detiene de pronto, como sucede durante una transmisión de Zoom con algún participante. No repica en mi cabeza que Andrés Manuel acuse a la Corte de un golpe de Estado técnico contra su gobierno. Pero los ministros y los jueces han hecho su trabajo apegados a la Constitución. ¿Entonces? ¡Ah, es que el creador de la 4T no quiere obstáculos, sus deseos son órdenes y quienes no las cumplan reciben su reprobación con flamígero dedo! No importa que lo del golpe técnico de Estado sea mera alucinación, como dice José Carreño Carlón en su artículo de El Universal de hoy, 31 de mayo.

Al igual que en el capítulo VIII del Quijote, con toda, todísima proporción guardada, donde la batalla del Vizcaíno y el manchego queda inconclusa para el lector hasta que se renueva y concluye en el siguiente capítulo, detengo aquí la acción en México y cruzamos el turbulento océano Atlántico para llegar a España.

Desde la península ibérica vemos ahora lo retrógradas que son las izquierdas latinoamericanas. El único que se salva es Boric, el joven y guapo presidente de Chile, que, ante el apoyo sudamericano a Maduro, protestó en Brasi- lia, donde Lula Da Silva, presidente de Brasil, reunió a sus homólogos del Cono Sur para pedirles que hicieran a un lado las diferencias ideológicas y actuarán en bloque. Gabriel Boric , izquierdista, y el derechista Luis Lacalle Pou, presidente de Uruguay, dejaron muy en claro sus críticas a la situación en Venezuela y de cómo el chavismo ha hundido lastimosamente al país.

Pero estábamos en España, y el embajador Jorge Lomónaco escribió, también para El Universal, sobre la situación española, donde la izquierda social demócrata del PSOE, del Partido Socialista Español, ha sido rebasada por el PP, el Partidor Popular de derechas. A partir de 2008, que arrancó con la crisis inmobiliaria de Estados Unidos, en España se sintió la crisis económica, que no cedió hasta el 2014. Bajó el PIB, el producto interno bruto, y en este contexto aparecieron nuevas propuestas políticas. No siempre esto manifiesta la pluralidad del pensamiento y a veces complica las cosas, sobre todo cuando los partidos emergentes se radicalizan. Hace un par de días, el PP, en las elecciones, municipales y autonómicas, justo el 28 de mayo, logró captar a los electores y ganó. Las alianzas con el populista Unidas Podemos y con EH Bildu (que surgió nada menos y nada más que de la ETA), se convirtieron en un factor de rechazo entre los electores. Sin embargo, el PP no consiguió todos los escaños y ahora tendrá, salvo en Madrid y en la Rioja, que pactar con Vox, la super ultra archi derecha.

O sea, que entre dos polos se mueve el mundo. En América Latina, salvo el caso del presidente Boric, los izquierdistas se han convertido en el sueño del

Se fundó a fi populismo, esta tendencia que se invoca en los discursos de la Cuatroté, en la que dicen defender los intereses del pueblo, así nomás, sin especificaciones, como el pueblo bueno y sabio al que alude Andrés Manuel López Obrador, y que él está salvando de la pobreza, aunque no sea cierto, y sólo se trata de dádivas para asegurar el voto por su partido.

Vox mantiene una ideología ultraconservadora y ultranacionalista. Nada peor. Se fundó a finales del 2013, como si España no hubiera vivido una cruenta Guerra Civil, desatada por las fuerzas fascistas del general Francisco Franco, como si no hubieran sufrido los españoles los embates de la Segunda Guerra Mundial. La península ibérica fue conejillo de Indias, mediante Alemania e Italia, para probar armas y aviones bombarderos y luego fatigó una dura posguerra. Del exilio ya ni hablamos. Mis padres se refugiaron en México cuando Francisco Franco se entronó.

Vox es ultra derecha populista. El presidente del partido se llama Santiago Abascal y aboga por el utraespañolismo. Su primer lema surgió como calca del de Donald Trump (Make America Great Again)“Hacer a España grande otra vez” ¿Cómo en el siglo XVII o cómo lo concebirán los de Vox? Este partido propone acabar con el Estado de las autonomías para establecer un Estado poderoso. Es decir, supone suprimir las minorías catalanas y vascas. España es soberana y única. Primero que otra lengua, la española o castellana. En la campaña de las elecciones andaluzas de 2018, Vox difundió un video en el que Santiago Abascal cabalgó como el Cid Campeador para recrear la expulsión de los árabes de España. Así, rechaza el multiculturalismo y a las sociedades abiertas. Deberían los voxistas irse a Marte e iniciar una auto conquista. Sólo Vox y los suyos mandando, disponiendo y gobernando. Son un verdadero desatino, con los que el Partido Popular, que está situado entre la centroderecha y la derecha política, tendrá que vérselas. El PP ha estado en el gobierno bajo el mandato de José María Aznar y Mariano Rajoy, ninguno de ellos me agradó, pero Vox es palabras mayores y estirará, cada vez más, la cuerda tensa del arco. Ojalá los abduzcan los alienígenas y desaparezcan para siempre.

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