Labradores 2020

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Un parón en el desfile

índice 1

José Miguel Pardo Sánchez

Editorial Un parón en el desfile

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Mensaje del Presidente

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Mensaje Cargos 2020

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Patrimonio masero Nuevos tesoros de nuestra sede social recuperados en el 2020

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Hermandad en los tiempos del cólera

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Raticos de comparsa

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¡Alarma en el huerto!

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Asi se preparan la Ofrenda y el Desfile de la Esperanza

Vídeos del confinamiento y otras actividades solidarias en época de pandemia

Villena, la fiesta y el destino Remembranzas dianeras Héroes de otro tiempo De escuadras, grupos alegóricos y voluntades populares reprimidas

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El guardián silencioso

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El son de los sentimientos

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“Día 4 que juera”, querido Eustaquio

La portada

Balcones y ventanas, esas puertas de cotidianidad y unidad creadas inesperadamente por la necesidad de hablar, de relacionarte, de vivir. Como cada uno en su hogar, salimos al huerto de la Pona para reflejar lo vivido, desde el miedo hasta la esperanza e ilusión.

Ese balcón que nos une con la gente, que nos transporta a ciertos instantes, que conecta generaciones, que nos hace sumergirnos en ese fervor festero.

Ese balcón que volverá a estar abierto para todos.

Marta Azorín Micó, Blanca Azorín Micó Portada: Marta Azorín Micó, Blanca Azorín Micó Dirección: José Miguel Pardo Sánchez Edita: Asociación Comparsa de Labradores Plaza Santa María, 14 – 03400 Villena – Teléfono: 621226003 Web: www.maserosvillena.com - Mail: labradoresvillena@gmail.com RRSS: Facebook: https://www.facebook.com/comparsadelabradores.villena/ Twitter: https://twitter.com/maserosvillena Instagram: https://www.instagram.com/maserosvillena/ Fotografías: álbum oficial Comparsa de Labradores, TrazoVillena.com, Miguel Ángel Jiménez Albiar, Antonio Gómez Torres, Francisco García Rodríguez, Francisco Ribera Sevilla, Jesús García Guardiola, Juan Carlos Vizcaíno Martínez.

Textos: Cargos Festeros Labradores, Ginés Leal, Jesús García, Maricruz Rojas, Andrés Sánchez, Juan Carlos Vizcaíno, Francisco Ribera, Carmen Galvañ, José Miguel Pardo.

Colaboradores: Andrés Sánchez en gestión de publicidad. Marta Azorín, Blanca Azorín y Juan Carlos Vizcaíno en diseño y maquetación.

Impresión y maquetación: Jesús Poveda, servicios gráficos y publicidad – Sax Depósito Legal: A-4212012 ®Asociación Comparsa de Labradores

Querida masera y querido masero. Quizá te preguntes qué haces con un ejemplar de Labradores 2020 o por qué ha llegado a existir esta revista si no habrá fiestas este año. Por ello, quiero iniciar esta atragantada editorial con un ejercicio de perspectiva. Confío en que todavía guardas los ejemplares de años previos de esta publicación. Cógelos, ponlos en un estante y, en última posición, dispón esta edición. Notas algo raro, ¿verdad? Dos grapas en vez de lomo cosido, menos páginas, menos publicidad... Sí, ésta es una edición especial porque las circunstancias mandan.

La Comparsa de Labradores comenzó a sacar una publicación interna, primero como programa básico y posteriormente como revista, en 1976. Desde entonces lo ha hecho de manera ininterrumpida, siendo una de las más longevas de nuestras fiestas, y sin parar de crecer en ambición, contenido y funcionalidad. Por otro lado, editar la revista es, en la situación excepcional que estamos, de las pocas cosas que vamos a poder hacer este año festero. Por ambas razones, se decidió lanzar Labradores 2020, un librillo que, con el paso de los años, será testigo de lo que hemos vivido y estamos viviendo.

Prescindiremos en Labradores 2020 del contenido más celebratorio y protocolario de cualquier otro año festero, es decir: artículos de premios, aniversarios, programa de actos y uniformidad. Al no incluir estos artículos, se da cabida a otros escritos, como por ejemplo aquellos que resumen lo acontecido a nivel de comparsa, y los que ponen sobre la mesa los valores de unión que tanta falta nos hacen ahora. Son textos donde se resumen las iniciativas surgidas desde dentro en los meses más complicados, donde Jesús García cuenta la reforma de la secretaría en contexto al valor patrimonial de nuestra casa y donde se ensalza la hermandad externa, con las cartas enviadas por asociaciones festeras de otras localidades, e interna, con el “hacer comparsa” de los ensayos infantiles y la construcción de la ofrenda artística. El presidente y nuestros Cargos, en representación de la comparsa, por supuesto tienen su espacio para mandarnos un mensaje de ánimo. A nivel personal, me gustaría acordarme también de dos socios maseros muy queridos y reconocidos por todos que nos dejaron hace poco: Eustaquio Cabanes y Francisco Ribera.

Ellos tienen su merecido homenaje aquí. También queríamos agradecer a los comercios que nos han estado apoyando económicamente durante todos estos años, y las páginas del final son un homenaje a su fe en esta publicación.

Pero también aparecen otros artículos intemporales, es decir, líneas que enriquecen también nuestro acervo investigador, literario o

testimonial independientemente de lo que ha sido este 2020. Son palabras de mucho peso, ajenas a la crónica de un año aciago. De esta guisa, Juan Carlos nos cuenta su trayectoria que lo ha llevado de foguerer a masero; Andrés nos habla de la paleta de sentimientos que en cada uno provoca la pieza La Entrada; Paco realza uno de los desfiles más maseros de nuestras Fiestas, la Diana; y Carmen personifica en el ciprés del patio un precioso relato sobre el devenir histórico de nuestra casa.

También aparece un homenaje al papel que Los Segadores tuvieron en la incorporación de la mujer a la fiesta, en consonancia con la fundación de la Junta Central de Fiestas, a quien agradezco su permiso para reproducir el texto en esta revista (se publicó originalmente en su página web), y a quien aprovecho para felicitar por su 50 aniversario, y que espero puedan celebrar debidamente el próximo 2021.

Gracias a la confianza de la Directiva y sus socios, Labradores 2020 será, con el paso de los años y desde vuestras estanterías, testimonio plasmado del impacto que esta pandemia de coronavirus ha tenido en la comparsa y las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena. Por supuesto, todo ello también es gracias a las personas que han colaborado escribiendo o con material gráfico.

Han participado los de siempre, pero también nuevas incorporaciones que espero hayan venido para quedarse.

Empezaba estas líneas haciendo un ejercicio de perspectiva; acabaré con otro. Para los villeneros, las fiestas de septiembre son muy importantes.

Pero la vida son muchos otros momentos y elementos. Tenemos que recuperarnos primero a otros niveles para poder recobrar la vitalidad y la fuerza popular con la que se erigen las fiestas.

Cuidarse y cuidarnos es el único camino para volver a enfundarnos los trajes y las armas. Para hacer que el parón no se alargue y que la banda vuelva a hacer sonar su música. Cierro con un sentido pésame a las víctimas y mi más respeto y admiración por los que, en condiciones demostradamente precarias, se han arriesgado por todos. Un abrazo sincero.

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Mensaje del Presidente Queridas maseras y maseros, Escribir unas palabras de ánimo para la comparsa resulta este año más complicado que ninguno de los que llevo siendo presidente de los Labradores. Es la nuestra una gran familia que vive por y para la fiesta. Sin ella, perdemos la principal razón de nuestro existir.

La pandemia nos ha llevado a una situación impredecible donde se ha demostrado, dentro del mundo festero, la responsabilidad suficiente para tomar decisiones complicadas pero necesarias. Esto ha sucedido en todos los estamentos de la sociedad y no iba a ser menos en el Ayuntamiento de Villena, Junta Central de Fiestas y comparsas.

Llegarán los días grandes de septiembre y será inevitable que nos acordemos de los instantes que año a año encienden nuestras emociones como la Romería, la salida de la Banda el día 5 a las cuatro de la tarde, la recogida de nuestras madrinas o el arranque de la Cabalgata. Pero, por delante de ello está la salud, y nunca podemos dejar de recordar a las personas que estos tiempos tan duros se han llevado, ni a las que se han sacrificado y dado todo por el bien común. Todas y cada una merecen nuestro más honesto luto, respeto y reconocimiento. También transmitir el luto a las familias de dos grandes maseros que fallecieron recientemente por otras circunstancias, Eustaquio Cabanes y Paco Ribera.

Desde la Directiva de los maseros hemos intentado obrar en todo momento de la mejor manera, pensando en los socios y también en el porvenir de la comparsa. Quien conoce a mis compañeros de directiva sabe que tiene en ellos no solo a unos trabajadores incansables por el bien de los maseros, sino también a unas personas de gran corazón dispuestas a ayudar. Quiero darle las gracias por su tesón y su valentía.

Me gustaría también acordarme de los Cargos, a quienes les ha tocado representarnos en un año raro. Es mi mayor deseo que el próximo año todo vuelva a la normalidad y puedan disfrutar sin borrones de portar orgullosos la banda al hombro.

Estoy seguro que volveremos más fuertes que nunca, cuando toque, y de nuevo nos emocionaremos y disfrutaremos desfilando 2

por nuestras calles al son del “Panchana y sus maseros”.

Porque es en estas situaciones donde se mide realmente la calidad humana de las personas. Y en los maseros sé que tenemos muchos de ellos.

Como decía, la salud es lo primero. Tenemos que poder recuperarla por completo antes de lanzarnos a disfrutar la fiesta plenamente, y más unas Fiestas tan intensas como las de Villena. Será duro, pero este año nuestros trajes, horcas, hocetes y demás complementos y armas descansarán en el armario. Ansiosos de que vuelvan a ser sacados.

Un fuerte abrazo, socios y socias, y muchísimo ánimo para lo que venga. En los Labradores tenéis y tendréis vuestra casa.

Viva La Morenica y Día 4 Que fuera.

Con cariño.

Ginés Leal Expósito 3

Mensaje Cargos 2020 El pasado 14 de marzo, con la declaración del Estado de alarma, la incredulidad y la preocupación se apoderó de millones de españoles. Nosotros, los cargos 2020 de la comparsa de Labradores, no íbamos a ser menos. El gran año festero que estábamos viviendo cambió radicalmente. Los desfiles, las convivencias, los almuerzos se tornaron en un restrictivo confinamiento que duró casi tres meses. Pero ante la gravedad de la situación, donde miles de españoles han perdido la vida, no creo que estemos en disposición de quejarnos. Al fin y al cabo, las Fiestas de Moros y Cristianos, por muy importantes que sean para Villena, son eso, Fiestas. Nos hemos dado cuenta de que hay cosas mucho más importantes en la vida. Por todo ello, creemos más interesante contar nuestra experiencia como Cargos de la comparsa en este año tan peculiar.

Nos gustaría empezar por el día 9 de septiembre del año pasado. Para todos nosotros fue un día muy emocionante. Por un lado, como la mayoría de festeros, no queríamos que se terminaran las Fiestas. Por otro lado, sabíamos que a partir de ese día comenzaba un año especial para todos nosotros. El Desfile de Nuevos Cargos 2020 fue muy emotivo.

Las calles repletas y nosotros con los Cargos 2019 abriendo comparsa. ¡Es una sensación inigualable! Esa noche, también, saludamos desde el balcón de la Junta Central de Fiestas a todos los festeros, por primera vez como Cargos de la Comparsa de Labradores 2020. Aunque no acertaran con los apellidos del capitán mayor, fue una experiencia inolvidable. Sabíamos que a partir de ese momento comenzaba nuestra andadura como representantes de la Comparsa.

Después vendría la Festividad del Día de la Esclavitud y la Comida de Hermandad.

Sorprende ver como los maseros, tan solo dos semanas después de Moros y Cristianos, seguimos teniendo ganas de fiesta y cachondeo.

El día de la Comida es ejemplo de ello. Desde las 8 de la mañana, cientos de maseros se citan en la sede de la Comparsa para iniciar un día de lo más completo. Chocolatada, almuerzo, 4

desfile, comida, música... Es decir, un ambiente festivo único que tan bien sabemos sembrar los Maseros en este tipo de actos.

Para terminar los actos del 2019 y dar comienzo al año festero 2020, nuestras madrinas recibieron las peinetas de la mano del nuevo presidente de la JCF, Paco Rosique.

Aprovechamos para agradecer el trato dispensado por parte de toda la directiva de la JCF y de nuestra directiva de la comparsa en estos momentos tan difíciles. Todos los maseros despedimos al año festero 2019 con el tan divertido brindis navideño.

Madrina: María Navarro Gandía Capitán: José Navarro Gandía Alférez: Francisco Navarro Oliva Madrina infantil: Elsa Cerdá Moreno Capitán infantil: Álvaro Hernández Rubio Alférez infantil: Adrián Serrano Fita

El nuevo año traería consigo las partidas de parchís, dominó y truque. También tuvimos la suerte de disfrutar del Ecuador interno y del Ecuador General. Para todos nosotros era la primera vez que desfilábamos vestidos de maseros sin ser septiembre. Ponerse el traje de masero, aunque sea a primeros de marzo, hace que tu mente se llene de recuerdos festeros imborrables.

En tan solo seis meses como Cargos conocimos en profundidad la gran comparsa que somos y la gran familia festera que hemos formado. Somos mucho más que una comparsa, somos una entidad con historia, simbología y tradiciones propias. El orgullo de sentirse masero es lo que nos define y une. Ese orgullo que nos pone los vellos de punta cuando suena Panchana, sin importar la hora o el día del año.

Ese orgullo que se transforma en alegría y frenesí todos los cinco de septiembre. Ese orgullo que se convierte en devoción al contemplar a nuestra Virgen de las Virtudes por las calles de Villena. Ese orgullo inmenso que sentimos con nuestras multitudinarias dianas, nuestros populares almuerzos o con el Huerto de la Pona lleno hasta la bandera.

Nos gustaría haber podido disfrutar el año con la mayor normalidad posible y representar a la comparsa en las Fiestas de Moros y Cristianos.

Estamos convencidos de que tarde o temprano lo haremos.

Nos vemos pronto. ¡Día 4 que fuera!, ¡viva La Morenica! y ¡vivan Los Maseros!

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Patrimonio masero Jesús García Guardiola

Pinturas murales sobre estuco planchado al fuego recuperadas en la Secretaría. Foto: JGG.

Nuevos tesoros de nuestra sede social recuperados en el 2020

En la Secretaría de la comparsa en los últimos años se han realizado diferentes intervenciones, que van a ser comentadas en este texto. En los antecedentes, tenemos que comenzar en octubre de 2015 cuando, durante los trabajos de catalogación de los bienes de interés arquitectónico de nuestra sede social, descubrimos los restos de pinturas murales en las paredes de esta estancia1.

Posteriormente, en el año 2017 se procedió al tratamiento y barnizado del antiguo pavimento de parquet de mobila vieja, por parte de personal del Casc. Y, ahora, en el 2020, a iniciativa de la Junta Directiva y con motivo de unos trabajos que se han realizado en esta habitación, se han recuperado -por parte de Francisco Marco- parte de las pinturas halladas en 2015 para poder ser admiradas por los socios y visitantes de la casa.

Quiero agradecer el trabajo realizado por Joaquín Barceló, María Agulló y José Joaquín García, quienes han colaborado en el estudio de la casa.

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La habitación donde se encuentra la Secretaría, en origen formaba parte de la zona semipública de la antigua casa de don Luis García. En este primer momento se componía de dos estancias: una salita de música donde se encontraba el piano de la casa, y una salita femenina de costura al fondo. Las pinturas murales descubiertas pertenecen a estas dos antiguas habitaciones, si bien en la intervención de 2020 solo se han recuperado las de la antigua salita de música. Las pinturas aparecen localizadas en el arrimadero de la pared, con una altura máxima de 110 cm. Los motivos representados son líneas en zig zag que actúan como continuidad de la decoración del suelo en el zócalo de la pared. El estudio de los restos recuperados viene a confirmar la calidad de los artesanos que participaron en la decoración de la casa y que utilizaron estos estucos planchados al fuego en las zonas más ricamente decoradas. De hecho, el conjunto recuperado se suma al amplio y variado repertorio de trampantojos con imitaciones a mármoles y maderas, con interesantes juegos de perspectiva, sombreado y otros efectos ópticos. Todos estos datos nos hacen vincular las pinturas de nuestra casa con los trabajos de Agustín Espí Carbonell, pintor muralista que trabajó en nuestra comarca a principios de 1900.

Con los trabajos realizados en la Secretaría en los últimos años se ha intentado recuperar el ambiente de sofisticación y riqueza de la casa, creándose formas propias de ambientes palaciegos. Por ello, y para ello, en el 2020 se ha firmado la cesión de una lámpara de estilo Art Nouveau procedente de los fondos del Museo de Villena,

que ha sido instalada en la Secretaría. La pieza fue donada al museo por la familia Martínez García y ha sido restaurada y recuperada por nuestro presidente Ginés Leal.

Todos estos elementos recuperados lucen esplendorosos y forman parte de nuestro patrimonio masero y de los tesoros históricoartísticos que alberga nuestra sede social.

Lámpara de estilo Art Nouveau procedente de los fondos del Museo de Villena recientemente instalada en la Secretaría. Foto: JGG.

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Hermandad en los tiempos del cólera

Foguera Gran Vía-Garbinet (Alicante)

José Miguel Pardo Sánchez

El año 2020, en el que nos encontramos, prometía ser un año inigualable, sin embargo, está siendo un año difícil porque no vamos a poder compartir nuestras fiestas junto a nuestra comparsa hermana Labradores de Villena.

Por ello, su apoyo ha sido fundamental para coger impulso y continuar en un futuro compartiendo proyectos y momentos junto a vosotros. Y es que, con vuestra compañía en uno de los actos más importantes de nuestro ejercicio, como es la Ofrenda de flores a la Virgen del Remedio, hacéis que sea más especial reforzando año tras año el gran vínculo que desde 2011 tenemos y que en el año 2013 se estableció en forma de hermanamiento.

Uno de los momentos más especiales junto a nuestra comparsa hermana, es el poder ir año tras año a sus maravillosas presentaciones de cargos festeros y a su Ofrenda de flores a la Virgen de las Virtudes. Ofrenda en la que nos sentimos privilegiados, ya que tenemos la suerte de ser una de las pocas hogueras que desfilamos en ella. Y, además, por su cariño, amistad y gran acogida que recibimos de los Labradores. Nuestra comparsa hermana, hacéis que durante nuestra estancia en Villena nos sintamos como si estuviéramos en nuestra propia casa, ayudándonos en todo lo que necesitamos y, regalándonos un recuerdo inolvidable de sus maravillosos catafalcos año tras año.

Finalmente, toda la Hoguera Gran VíaGarbinet queremos deciros que confiamos en que el año que viene podremos celebrar nuestras respectivas fiestas junto a vosotros uniendo nuestro sentimiento festero aún más si cabe.

Gracias por dejarnos este hueco en vuestra revista.

Un saludo de vuestra hoguera hermana.

Hermandad: relación de afecto y solidaridad que existe entre un grupo de personas o pueblos.

Las Comparsas de Moros y Cristianos, sean de donde sean, así como otras asociaciones dedicadas a las fiestas populares, a menudo buscan estrechar lazos basándose en diversos motivos. Cuando esto se formaliza, se produce el hermanamiento entre dos grupos de personas que anhelan compartir valores y disfrutar mutuamente de las fiestas de unos y otros. Es por ello que solemos ver a amigos y hermanos alicantinos, yeclanos, biarenses, mureros o petrelenses, por ejemplo, en nuestras galas de exaltación de cargos, viendo los desfiles de septiembre o incluso saliendo en ellos.

Lo más común, por afinidad, es que sean maseros, labradores, foguerers o llauradors de otras localidades. No cabe duda, por tanto, que el hermanamiento enriquece mutuamente a estas comparsas.

Este 2020 todas las fiestas de nuestra región se han visto suspendidas o aplazadas.

La Comparsa de Labradores de Villena está formalmente hermanada con otras tres asociaciones: la Federación de Peñas de San Isidro de Yecla, la Hoguera Gran Vía-Garbinet de Alicante y la Comparsa de Maseros de Biar. Sus fiestas, como las nuestras, también se han visto afectadas. Es por ello que recibir palabras de ánimo de su parte nos ayuda a sobrellevar mejor estos duros momentos donde se vuelve a poner en el centro de todo la salud y las relaciones humanas, siendo esto último el espíritu mismo de cualquier fiesta. Son momentos de arrimar el hombro, de empatizar, y nos lo han demostrado.

Muchas gracias, hermanas y hermanos, por escribirnos.

Federación de Peñas de San Isidro (Yecla) Es para mí un honor el poder dirigirme a vosotros a través de las páginas de vuestra revista.

Como Presidente de la Federación de Peñas de San Isidro de Yecla quiero agradecer la excelente acogida que todos estos años habéis tenido con nosotros, tanto en el acto de presentación de vuestros cargos como en la importante jornada de convivencia en el Santuario de las Virtudes una vez finalizadas vuestras fiestas.

Este año está siendo excepcional para todos. Las consecuencias que está provocando esta pandemia nos han llevado a una situación preocupante para el desarrollo de nuestras tradiciones festivas de cara al futuro. Las fiestas de San Isidro no han quedado al margen; 2020 nos ha hecho retroceder al origen humilde de nuestras tradiciones, permitiéndonos al menos celebrar una misa en honor a San Isidro y Santa María de la Cabeza en la Basílica de la Purísima.

Que la ausencia de vuestra comparsa en la calle no tiña de tristeza vuestros corazones y la devoción a vuestra patrona, la Virgen de las Virtudes, os impulse a continuar con ilusión en vuestra lucha diaria por llenar las calles de Villena de fervor, pólvora, alegría, color, música y en definitiva, de tradición cada mes de septiembre.

Es tiempo de trabajar juntos, de valorar el esfuerzo de generaciones pasadas y de mostrarnos fuertes. Villena y Yecla unidas por la devoción al Santo y nuestra cultura agrícola.

En nombre de la Federación de Peñas de San Isidro de Yecla, os deseo mucha salud a todos.

Comparsa de Maseros de Biar Año difícil para todo aquél que ame la fiesta de Moros y Cristianos. Ése podría ser el resumen de este aciago 2020.

La comparsa de Maseros de Biar se une al sentimiento que, en estos días, próximos ya a sus fiestas mayores, guardan en su corazón los festeros de la localidad de Villena. Estamos hermanados por la manta masera, por las espigas y el terciopelo, por las madroñeras, les espardenyes y las horcas…

Juntos en ese sentir de pérdida de un año para desfilar y emocionarnos con los pasos maseros y pasodobles; lágrimas de añoranza que sentimos nosotros en mayo al recordar la bajada del Santuario de la Mare de Déu de Gràcia, que serán las mismas cuando penséis en vuestra Morenica, la Virgen de las Virtudes.

Desde este pueblo vecino os deseamos toda la fuerza posible, porque al llegar el día 5 de septiembre nada de lo que podáis estar haciendo tendrá cabida; parecerá que nada esté bien hecho, de no ser ir corriendo a casa, vestirse, templar los nervios e irse hacia la Losilla.

La comparsa de Maseros de Biar os saluda y os envía todo su cariño y afecto. ¡Vivan las fiestas de 2021, que serán maravillosas y… Día 4 que fuera!

Antonio Ortuño Sánchez 8

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Raticos de Comparsa Así se preparan

LA OFRENDA Maricruz Rojas Tomás - Fotografías: Antonio Gómez Una noche, en enero del año pasado, en las partidas previas al Ecuador Festero en la comparsa, un buen amigo, Pepe Ferriz, me preguntó si me apetecía formar parte del grupo de la ofrenda de la comparsa. Atraída por la curiosidad pero también por la responsabilidad, no me lo pensé mucho y le dije que sí. Este grupo se creó en 2005, siendo yo presidenta de la comparsa, debido a que el año anterior la comparsa de Labradores no presentó ninguna ofrenda monumental como era costumbre.

ilusión y también habíamos disfrutado de esos momentos de “hacer comparsa”.

Comenzaron las reuniones en el mes de abril para proponer ideas y pronto surgió realizar un vagón del antiguo Chicharra, ya que se cumplían cincuenta años desde que este tren había dejado de prestar servicio. Los compañeros, que ya tenían mucha más experiencia, comenzaron a guiarnos a los nuevos componentes del grupo: «Hay que ver un vagón que está guardado en una nave industrial, tomar medidas, y sobre todo pensar qué materiales vamos a utilizar para empezar a prepararlos». Surgió la idea de realizar la ofrenda con materiales reciclados en la medida de lo posible, pues la base tenía que ser de madera.

La experiencia como componente de este grupo ha sido muy positiva para mí. He aprendido, o por lo menos lo he intentado, cómo realizar la ofrenda, pero sobre todo he pasado unos ratos muy agradables y he disfrutado de un ambiente de camaradería. Por supuesto al año que viene, si no pasa nada, allí estaré de nuevo.

Una vez decididos todos los detalles, nos pusimos manos a la obra. Cada uno aportábamos al grupo aquello que sabíamos o podíamos hacer. Poco a poco, la ofrenda iba tomando forma y seguíamos trabajando. Se ultimaban los detalles finales y el día dos de septiembre la terminamos.

Llegamos a la iglesia de Santiago y dejamos la ofrenda en la nave lateral de la misma hasta el diez de septiembre que la llevamos a la comparsa para destruirla después, tal y como sucede casi todos los años. Al día siguiente, un grupo de amigos entusiastas de la historia del Chicharra nos solicitaron llevársela y guardarla.

Por supuesto, les dijimos que sí, con lo cual el pasado año no se destruyó.

EL DESFILE DE LA ESPERANZA Andrés Sánchez Richart - Fotografías: Francisco Ribera Sevilla Llega la Junta del día 15 de agosto y, como de costumbre, el informe del presidente: entre todas las informaciones dadas aparece la concerniente a los ensayos de nuestros socios infantiles. Se realizarían lunes, martes y miércoles de la semana antes de fiestas.

Llegó el día del primer ensayo, se habían sacado las listas donde están todos los socios infantiles ordenados por fecha de nacimiento.

Posteriormente, se les colocó dando prioridad al hecho de poner juntos a los socios que unía algún tipo de relación, con el fin de que se encontrasen a gusto; nos dio un poco igual que la fila fuese más o menos uniforme. La finalidad de los ensayos es que se disfrute y se vaya tomando confianza entre unos y otros.

Una vez formados comenzaron a sonar los primeros compases del pasodoble “75 Aniversario” y como si lo tuvieran interiorizado van marcando el paso y tomando memoria de las evoluciones que se realizaron en el desfile. Mientras tanto padres, abuelos y hermanos mayores grababan vídeos y hacían fotos, pues se les caía la baba de ver así a los más pequeños.

El cuarto día, el jueves, merienda y recompensa, y tras eso solo tocaba esperar a que llegase el día del Desfile de la Esperanza y comprobar con orgullo que la Comparsa de Labradores tiene el futuro asegurado con todos nuestros socios infantiles.

A pesar de los días que quedaban para fiestas, no tuvieron ningún problema en recordar los pasos, pues retienen muy bien los movimientos, y el día de su desfile al escuchar la música todo fluyó sin ningún problema.

Con ánimo y fuerza todo llegará.

Llegó el día siete de septiembre, y una vez organizados, ofrenda al hombro nos dirigimos al punto de salida. Iniciamos el desfile, que pasó muy rápido, pero mientras desfilaba con el Chicharra a cuestas, pensaba en esos ratos que habíamos pasado preparándola, en los que la convivencia había sido estupenda.

Habíamos compartido trabajo, conversaciones, risas y sobre todo 10

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¡Alarma en el huerto!

Vídeos del confinamiento y otras actividades solidarias en época de pandemia En los albores del estado de alarma y, por tanto, del confinamiento, Jesús García Guardiola hizo una propuesta para hacer comparsa desde nuestras casas y levantar el ánimo de los socios en los momentos más duros: compartir un vídeo, fotografía, montaje o meme contando una anécdota festera; sacar a relucir tu talento; o, sencillamente, mostrar tu cariño por los Labradores.

Unas cuantas y variadas fueron las iniciativas enviadas por los maseros y maseras, que fueron compartidas regularmente en nuestras redes sociales. La apertura se produjo con el propio Jesús explicando en qué iba a consistir todo y con el primer vídeo oficial, el de nuestro Alférez Francisco Navarro Oliva rodando la bandera desde su terraza. A él le siguió Francisco Navarro Maestre, presidente de la Comisión de Patrimonio, con un ciclo de vídeos donde nos daba unos consejos para ir a las partidas del truque bien enseñados. Acto seguido, fue el turno de nuestros cabos premiados Francisco Moltó y Lidia Mínguez. Moltó nos hizo un perfecto “segaíco” junto a su hijo Francisco además de recordarnos el gran hashtag del confinamiento: #yomequedoencasa. Lidia fue la primera en animarse musicalmente, y nos dedicó el “Hakuna Matata” con ukelele, además de desubrirnos su gran familia masera. Tras ellos, fue el turno de nuestro último premio 12

Panchana, Toni Payá, que nos deleitó con “Panchana y sus maseros” al clarinete. Todos ellos con alegría y garbo desde su obligado encierro.

El primer mensaje recibido de fuera de la comparsa fue de Antonio Ortuño, presidente de la Federación de Peñas de San Isidro (Yecla), que nos alentó con su discurso de hermandad en los días más duros. Tras él, la música regresó de la mano del socio José Luis Pastor y su inseparable guitarra, con una versión de “Tu frialdad” de Triana. Más adelante, José Luis le cogería el gusto y nos dedicaría “Mi gran noche” de Raphael. Un emotivo mensaje del exterior y musical llegó con el montaje de nuestra Banda oficial, la de San Francisco de Paula de Bolbaite, tocando cada uno desde sus casas nuestro “75 aniversario”.

La recta final de estos vídeos se encaró con el mensaje de ánimo Merce Navarro, nuestra último premio Majuelo. Tras ella, fue el turno de Pedro García y Rodrigo García, que nos enseñaron, como expertos, cómo preparar una sabrosa y divertida gachamiga desde casa. El mensaje del que fuera presidente de la comparsa, Andrés Sánchez, fue dedicado a rememorar uno de sus momentos festeros favoritos y que más disfruta: la entrada al son de “Panchana y sus maseros” en Santiago al final de cada Diana.

Tres y variados son los últimos vídeos de esta iniciativa. El primero, de Paco Ribera, que apoyó la lectura en confinamiento mostrándonos su vasta biblioteca festera. El segundo, de la joven socia Elisa García, quien nos mostraba su apoyo y declaraba su deseo por ser madrina infantil de la comparsa. El tercero y último, cerrando el círculo, el de nuestro Capitán José Navarro Gandía y sus cálidas y esperanzadoras palabras.

hiciese más llevadera la clausura. Al margen de estos vídeos enviados por nuestros socios, algunas citas, homenajes y recuerdos fueron llevados a cabo en las fechas que correspondiesen también a través de nuestras redes sociales, siempre activos. Como los mensajes de nuestro presidente Ginés a nuestros hermanos de Biar y Yecla cuando sus correspondientes fechas grandes llegaron sin poder salir a la calle a festejar.

Sin duda, la cita masera más importante que nos perdimos de marzo a junio fue la celebración de San Isidro. Dada la imposibilidad de celebrar nuestra tradicional convivencia de mayo, un grupo de socios desarrollaron un juego de preguntas sobre nuestra comparsa y las fiestas de Villena en general. Fue el sonado Kahoot! Labradores, que mantuvo enganchados a los móviles a casi 280 participantes, y a partir del cual se entregaron sencillas recompensas a los ganadores.

Divertida fue también la iniciativa lanzada por los Piratas pensando en los socios infantiles y que consistía en colorear los escudos de la comparsa. Los maseros tomamos el testigo e hicimos lo propio con los más pequeños.

Pero si hay que destacar algo de nuestra comparsa es su carácter participativo y solidario.

Y en una situación tan complicada para tantos sectores de nuestra sociedad no iba a ser menos.

Después de las pasadas fiestas, el precedente fue la recogida de alimentos y otros bienes de necesidad en septiembre por el temporal de gota fría DANA, y que con la colaboración de Ayuntamiento, Cruz Roja y Protección Civil fueron destinados sobre todo a nuestros

vecinos de la Vega Baja. Ya en la pandemia de COVID-19, la Comparsa de Labradores se sumó a las donaciones efectuadas al Hospital Virgen de la Salud de Elda con 500 litros de lejía y 600 pulverizadores para desinfección. En este caso, nos gustaría dar las gracias públicamente a PlasticForte, Snacks El Valle, Transportes Gil y Bioquim por su colaboración y, en algunos casos, por su altruismo con la causa.

Ya en junio, nuestra comparsa colaboró con la recogida de alimentos para Cáritas y Cruz Roja promovida por los Moros Nuevos.

Un mes más tarde, el 12 de julio, los Labradores organizamos una jornada de donación de sangre que fue llevada a cabo en el Espacio Joven y que concluyó con 50 participantes, es decir, todo un éxito que va camino de convertirse en tradición.

Por último, cabe recalcar que, durante estos meses, la Junta Directiva tampoco dejó de trabajar con reuniones periódicas virtuales, como mandaba el nuevo canon. La implicación con la “nueva normalidad” culminó con el encargo a Bordados Paco Micó de mascarillas con el escudo de los Labradores, y que están a la venta en nuestra sede.

Según manden las circunstancias, comparsa allí intentará estar.

Muchas gracias a todas comprometidos con la causa.

y

todos

la los

Por nuestra parte, esperamos que esta propuesta os arrancase alguna sonrisa y os

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Villena, la fiesta y el destino Juan Carlos Vizcaíno Martínez

Jamás podía imaginar cuando, en la tardenoche del 6 de septiembre de 2000 o 2001 -no recuerdo exactamente el año-, durante la primera ocasión en que tuve contacto, aquella disfrutada Cabalgata, iniciaría una pasión festera, intensificada en los últimos años. Dos décadas, de las que solo falté en dos ocasiones y que, desde siempre, me hizo admirar la fiesta villenera, por algo que considero es muy especial. Más allá de su rigor, intensidad en su participación, singularidad… hay un elemento que las define de manera especial. Comprobar cómo en Villena se impone la FIESTA -entendida esta, como expresión absoluta de un modo de vivir, intrínseco en la provincia de Alicante-, por encima de la propia ritualidad que definen las celebraciones de moros y cristianos sin, por supuesto, anular su importancia e idiosincrasia.

Es algo no muy analizado por los miles de hombres y mujeres que la hacen realidad, convirtiendo cada cita de septiembre, en algo tan jubiloso que, bajo mis propias palabras, define Villena esos días, como una auténtica ‘Capital de la felicidad’. Esa extraordinaria simbiosis, marcada en la doble dualidad festeroespectador-villenero-visitante, permite que sus diferentes manifestaciones, adquieran un ritmo percutante y una alegría contagiosa, envuelta de un derroche de musicalidad sin parangón. Esa capacidad de bordear el exceso, pero al mismo tiempo resultar tan espontáneas y a ras de tierra. Tan -aparentemente- sencillas de ejecutar, aunque reiterando anualmente, un milagro que, después de tantos años como observador, soy incapaz de desentrañar.

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UNIR VILLENA Y ALICANTE Esa creciente fascinación por la fiesta villenera, ha ido acercándome a sus gentes y, de manera casi inconsciente, a una de las comparsas, que forman su impresionante colectivo. El primer cabo que suscitó mi atención, era alguien que parecía un auténtico labriego.

Siempre atusándose su manta, discurriendo con un contagioso nervio, y la gentileza de su sonrisa. Entonces no lo conocía, pero desde hace años es un cordial amigo masero; Manolo Catalán. Pocos años después, una sintonía de sus desfiles, se me quedó grabada. No me la podía quitar de la cabeza. Me costó identificarla, hasta que un amigo músico me señaló que era el pasodoble ’75 aniversario de los Labradores’.

Fue la avanzadilla para conocer a su autor, el gran Gaspar Ángel Tortosa. Este acercamiento, permitió la interpretación de esta pieza -y también de ’75 aniversario de los Andaluces’-, en la Entrada de Bandas de les Fogueres d’Alacant 2010, con gran éxito -los sorprendidos espectadores, llegaban a bailar las piezasdirigiendo Gaspar la banda de Cuatretondeta, que portábamos la Foguera Gran Vía-Garbinet.

Desde entonces, esa pieza llena de alegría, que tanto describe el júbilo villenero, se sigue interpretando en el preludio musical de nuestras Hogueras. Me precio de introducir esta incorporación, llevándonos a algo más importante; establecer un hermanamiento de la que entonces era mi foguera, con la comparsa que más semejanzas podría establecer con las fiestas alicantinas. Sería el momento, en el que Gaspar me puso en contacto, con mi alter ego en Villena. Conocer a una hermana de inquietud, convivencia y sabiduría. De ironía incluso. Me estoy refiriendo a Maricruz Rojas, cuya amistad pronto se extendió a Toni, su marido, y su hija, María. Con ellos ha sido incansable el aprendizaje.

Poder conectar con las esencias que, gracias a la capacidad descriptiva de Maricruz, he asumido con la facilidad de considerarme un villenero de adopción.

Tras este hermanamiento, un paso decisivo fue conocer y participar en vuestra Ofrenda -en ocasiones, casi durmiendo, dado el atracón de la Cabalgata la noche anterior, volviendo a Alicante de madrugada, y retornando a Villena la mañana siguiente-. Viviría sus actividades internas anuales; la celebración de San Isidro,

el cierre de fiestas en las Virtudes, la exaltación anual de sus cargos... O la visita de la delegación masera cada año a Alicante. Mi visión de vuestros recovecos festeros, ha estado tamizada -por fortuna-, por el verde masero. Con él, la amistad a sus gentes. A los presidentes Andrés, Paco ‘Canillas’, o Ginés. Pero también, con no pocos de sus componentes. Juan Rojas y su mujer María de los Llanos, Fernando Gil, los Fita, Pepe ‘El Zapatero’ y, en los últimos tiempos, con una persona joven, noble e inquieta, con el que he ido consolidando no solo la manera de ver las fiestas, como fenómeno de cultura popular, y que mi intuición, me hace ver que -salvo incidencia profesional-, tendrá bastante que decir en el futuro de las celebraciones villeneras.

Me refiero, por supuesto, al entregado y querido amigo que es José Miguel Pardo.

Un último paso en mi creciente fascinación por esta cita festera, lo ha supuesto contemplar enteros -los disfruto plenamente-, vuestros principales desfiles. Gozar -gracias a la generosidad de Maricruz y Toni-, ese inicio de la Entrada, desde un marco privilegiado. O incluso ir abriéndome a una mayor presencia como espectador - asistir al final de la Cabalgata 2018, todavía con ganas de fiesta, a las seis menos veinte de la madrugada, comprobando con placer, que eres uno de sus pocos espectadores, viviendo como un especial éxtasis el paso de los Moros Viejos cerrando la misma.

Cabalgata durante tantos años. Su apuesta anual en los artísticos motivos que enaltecen la Ofrenda a Ntra. Sra. de las Virtudes. O ese nervio tan particular, presente en sus bloques ¡Y con que gracia desfilan las maseras! O ese sabor a huerta villenera que dejan a su paso. Y también, y es algo de lo que me siento especialmente orgulloso, en este año sin fiesta que debuto como masero, la enorme conciencia social generada por la comparsa -extendida al conjunto de la familia festera de Villena-, presente en dos tragedias vividas de manera tan cercana; las consecuencias de la Dana, y este Covid19, que sigue formando parte de nuestra vida diaria, nos ha llenado de dolor, y ha hecho imposible que el día 4 que fuera, sea realidad en este 2020.

Con el sentimiento masero compartido. Con la pasión por unas fiestas que llevo dentro del alma, solo espero que este inicio tan inusual, preludie una larguísima vinculación, en la que no pararé, hasta lograr que un grupo de amigos, se incorporen como nuevos componentes de la comparsa, pudiendo formar la primera peña de alicantinos de la capital, dentro de ese inigualable septiembre villenero. Les apuesto una ñora, que lo conseguiré.

DANDO EL PASO En los últimos años, me planteé la intención de sumarme a estas fiestas como un actor más. El primer e indirecto aldabonazo, me lo proporcionó, una vez más Mari Cruz, invitándome a participar en la Cabalgata de 2016, junto a otros foguerers amigos que recluté, en una experiencia más que emocionante, fue auténticamente gozosa. Un revelador aviso para dar el paso adelante, pesándome en contra, el hecho de que incorporarme como festero, me impediría el disfrute pleno entre el público. ¿Merecería la pena mutar de espectador a festero activo? No cabía duda. Pero había que dar el salto, y eso fue lo que dirimí el pasado otoño, transcurridos los rescoldos de la fiesta 2019. Y tenía que hacerlo, en la comparsa donde solo he conocido amistad y cariño. La que mejor representa la idiosincrasia de la ciudad, evocando sus orígenes agrícolas. Y, también, la que ha brindado valiosas singularidades. Como esa escuadra de ‘Segadores’, lamentablemente disuelta. Esas alegorías -algunas de ellas, deslumbrantes-, que han enriquecido la 15

Remembranzas dianeras Francisco Ribera Sevilla

Bloque maseros bajando girando en “Puerta de Almansa”. Cabo Andrés Sánchez Richart.

A mi padre, que me transmitió con sencillez la esencia de los maseros.

Que los recuerdos nos hagan reír una vez más.

Fui a recogerlo antes del amanecer, cuando los festeros arrancan el día tomando el testigo del fiestero nocturno. Me esperaba perfectamente uniformado y despejado, dispuesto a, sin saberlo, compartir nuestro último desfile juntos. Nos dirigimos a la plaza de Santiago sin prisas, regocijándonos con el aviso dianero de las primeras comparsas que ya anunciaban el nuevo día. Al llegar, nos situamos en el centro, rodeados de decenas de maseros con manta doblada al hombro y garrote en antebrazo liberando ambas manos para ahuecarlas bajo el calentico. En mi caso, libres para empujar su silla.

Las tornas habían cambiado y eran ahora mis brazos y mi cuerpo, en una especie de celador festero, los que nos llevarían juntos 16

a lo largo del recorrido. Cuarenta años atrás lo hacía él, con los suyos, portando mi pequeño cuerpo en su regazo a través de un mundo de colores, aromas y sonidos que con tan breve edad no podía comprender.

El pasodoble dianero quebró el silencio que había generado la partida de la comparsa anterior, sacudiendo sobre todo a los recién llegados. Por fin, las cenefas multicolor asomaron al desplegar las mantas, ilustrando el primer albor de un cielo neutro con una luna verbenera ya de retirada. Finalmente, garrote al hombro, en suave vaivén, el pelotón enfiló estirado Ramón y Cajal dándonos abrigo a padre e hijo en el que iba a ser nuestro último gozo festero.

La Diana, acto oficial de nuestras Fiestas de Moros y Cristianos, olvidada por aquellos que prefieren entregarse a mundos oníricos en brazos de Morfeo, es desde hace años seña de identidad de nuestra comparsa. Esto se debe, sobre todo, a la alta participación de nuestros socios y socias a diferencia de otras comparsas con menos aporte de festeros. Podemos afirmar que madrugar para ver a los Labradores es garantía de espectáculo mañanero con el que despertar el cuerpo adormecido y aflorar un día más el sentimiento festero. Tomar un espirituoso local viendo la Diana de los Maseros teñir de color la Corredera, dispone las pupilas para el resto de la jornada; participar en ella como masero... no tiene precio.

La fundación de nuestra comparsa, en 1926, coincidió con la celebración de la diana en un horario tempranero y cambiante, sobre todo en los años treinta y cuarenta cuando la hora de inicio alternaba entre las seis y las siete de la mañana. Finalmente, en el año 1947, queda fijada con el alba a las 7:00h. Inicio mas sensato para este acto si nos ceñimos a su origen militar: “toque al amanecer, para que la tropa se levante”.

Durante estos primeros años, en los que la comparsa apenas contaba media centena de socios, todos los maseros acudían a la diana en un acuerdo no escrito nacido del sentimiento de pertenencia al grupo. Tras ella, almorzaban juntos en la casa del capitán o en la del alférez aportando cada socio dos o tres pesetas para comprar las viandas. El compromiso verbal sí obligaba a pagar un duro a aquellos que fallaban o llegaban a mitad del recorrido... ese día, con el ingreso extra, el buen queso no faltaba en la mesa y los músicos arrimaban más el hocico.

Destacar que durante esta primera época se improvisaba el baile nocturno en la calle y los músicos que lo amenizaban estaban liberados de acudir a la diana del día siguiente. Situación que no cambió hasta 1973 cuando se contrató por vez primera al grupo musical “Los Amigos” para que solazara el baile y por tanto la totalidad de los músicos acudía a la diana.

A finales de los años cincuenta, concretamente en 1958, fue inaugurado el Mercado de Abastos en la plaza del Rollo. El recorrido de la diana pasaba por la misma puerta por lo que varios socios accedían a él para comprar el almuerzo. Muchos todavía recuerdan el puesto en dicho mercado del padre de José Antonio del Rey “Tonete” en el que compraban salaura, capellán, mojama, bonito, queso, etc. En esta época, siendo presidente

Tortas de sardinas y bebidas tradicionales preparadas en la casa de Joaquín Sarrió García y Virtudes Sánchez Catalán “La Galla”

José López “Panchana”, se arrendó un local en la calle General Mola, en el callejón de “Los Postigos” de las “Casicas de Hellín”, y era allí donde se disfrutaba del almuerzo tras la diana.

En algunas ocasiones varios maseros libraban la diana para elaborar un par de gachamigas que acompañaban a lo comprado en el mercado. El vino y los agrios era costumbre que lo aportara la comparsa.

En una ocasión, tras la compra en el mercado de los manjares para el almuerzo, varios maseros convirtieron la calle Nueva en una cancha de rugby. El fragor del desfile, adobado con el ardor del Cantueso, hizo que los melones circularan entre y sobre las filas buscando puntuar un buen try. Los placajes terminaron por romper el bloque y por supuesto los melones. No hace falta decir que ese día, tras el embutido y la mojama del almuerzo, sólo el vino enjuagó las bocas de los festeros.

Cambiando de época y de costumbres dianeras, a finales de los 70 y principios de los 80, los “manteros” arraigan en la diana. Se denomina así a los festeros que desfilan tras la banda de música de cualquier comparsa, durante la diana, mezclados con amigos festeros o no. El concepto de mantero se complementaba con la costumbre de acudir a los bailes nocturnos con las capas en el caso de muchas comparsas y con la manta en el caso de los Labradores, incluso algunos llevaban al garrote al baile. Con ella se hacía más llevadero la baja temperatura del romper del día camino de la diana, tras la verbena. Además, la pareja agradecía complacida la vuelta a casa “bajo el ala masera”.

A pesar de la popularidad de esta moda mantera, los Labradores no dimos mucho pie 17

Sin embargo, aunque nuestra comparsa no ha favorecido la figura del mantero, sí ha aportado un interesante espécimen de dianero. Nos referimos a los joviales socios que, con el único afán de divertirse y hacernos pasar un buen rato al resto, acudían con todo tipo de complementos como guitarras, garrotes gigantes, flautines, monos al cuello, animales varios, etc. Estos revoloteaban entre las filas en continuo monólogo y de paso “rulando” el Cantueso.

Además, cuando no aparecían se les echaba de menos... recordamos con cariño a aquel que entró a ver a la Virgen antes de la salida y confundió el confesionario con un lugar de reposo y meditación en el que echarse un “pestañeo”... hasta que sus estertores perturbaron el rezo de las devotas y lo vimos bajar los escalones de dos en dos.

Como dato curioso, una vez entrados los años 80 los socios dejan de llevar la manta a la verbena, justo cuando oficialmente la curva de temperatura media anual empezó a mostrar aumentos de la temperatura mundial tan intensos que la teoría sobre el calentamiento global comenzó a Bloque en plaza de Santiago realizando el tradicional saludo a la Patrona a los sones de ganar terreno.

“Panchana y sus Maseros” En los años ochenta, los maseros llegan a ser la tercera a ella, a diferencia de otras comparsas que llegaron al punto de arrastrar más manteros que comparsa más numerosa con 300 socios uniformados. Esto es debido, una vez más, a la tras Estudiantes y Piratas, número que creció alta participación de los Labradores en la diana, exponencialmente con la llegada de los años 90. que siempre ha provocado la formación de al En esta etapa la comparsa tiene su sede social menos dos bloques, uno delante y otro detrás en la calle Sancho Medina donde se construye 2 de banda, dificultando la ubicación de manteros una espectacular barraca de 720 m en la que seguir celebrando la verbena popular y por tras los músicos. Destacar que la retaguardia de supuesto los almuerzos tras la diana. La banda la banda ha sido durante muchos años lugar de de música, tal y como sigue haciendo ahora, desfile del grupo “Los últimos de la fila”; ellos acompañaba a los festeros desde la plaza de lo definen como “una manera de ser mantero Santiago una vez finalizada la diana hasta la impidiendo a la vez que haya manteros”. Un sede social, favoreciendo el desplazamiento de grupo muy animado que siempre aportaba los maseros, pues el local quedaba algo alejado buen Cantueso y cuyo pasodoble, con titulo del centro. Destacar también que, durante esta igual que el grupo, compuesto en 1999 por década, como consecuencia del gran número de Francisco Marcos Carbonell Argente, ha sonado socios y socias, la participación en la diana llega a su pico más alto necesitando dividir la banda en muchas dianas.

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oficial en dos grupos y conformar así cuatro grandes bloques de socios y socias. Este récord no ha vuelto a repetirse, así como tampoco ha sido alcanzado por ninguna otra comparsa.

El gusto por la diana en nuestra comparsa es tal que motivó la celebración de una extraordinaria “Diana Masera”, el 11 de marzo de 2001, con motivo de la conmemoración del 75 aniversario de nuestra comparsa. Partió y finalizó en la recién estrenada sede social, en la plaza de Santa María, visitando las casas y grupos siguientes: la Galla, Ajos Tiernos, El Señorío de Villena, La Botija, Trigo Limpio, Los Segadores, El Socarraico, los Hortelanos, bar Bravo, el tío Crescencio, Los Verdes y Huajolotes.

Una inolvidable mañana masera, recorriendo decenas de calles de Villena, que todavía hoy se recuerda en muchos corrillos festeros.

No podía faltar en este artículo unas palabras dedicadas a uno de los momentos más singulares de nuestra diana, la parada en el número 37 de la calle Nueva, la casa de Joaquín Sarrió García y Virtudes Sánchez Catalán “La Galla”, donde los maseros tomamos año tras año un histórico tentempié.

El padre de Virtudes, José Sánchez Conejero “El Gallo”, comenzó a abrir las puertas de esta casa a los maseros durante los primeros años de existencia de la comparsa. Falleció pronto y su mujer, Dolores Catalán Cerdán “La Picanta”, tras guardar cinco años de luto, continuó lo que su marido había empezado, volviendo a invitar a los maseros al pasar durante la diana.

Cuando Dolores alcanzó una edad avanzada, fue entonces su hija Virtudes “La Galla” quien continuó con la tradición, ayudada por su marido Chimo que ya era masero tras su paso por la comparsa de Cristianos. El número de socios había incrementado y era ahora la comparsa la que sufragaba las viandas, a la par que ellos invitaban al café licor, anís “matarratas”, Cantueso, etc.

Durante la presidencia de Pepe García, en la diana del día 8, se propuso ofrecer a los maseros tortas de sardinas encargadas a Verdú.

Llegaban al número 37 desde la panadería sobre las tres o cuatro de la mañana, siendo partidas por la familia Sarrió-Sánchez cuando volvían del baile para que estuvieran dispuestas a las siete para el paso de los maseros. Una entrega desinteresada de una familia con la Galla al frente que, a pesar de no haber sido socia, tuvo varios reconocimientos en la comparsa. Tras el fallecimiento de Virtudes en octubre de 2010, en la diana del 8 de septiembre de 2011 los

Labradores volvimos a parar en su casa como ella seguro habría querido para recordarla y homenajearla como una festera de bandera.

Desde ese día, Chimo Sarrió y sus hijas, en honor a su esposa, madres, padres y abuelos, siguen invitando a los maseros a las tradicionales viandas en las que no falta el exquisito café licor receta de la Picanta.

Cerramos este artículo igual que los Labradores cierran su diana, con música, concretamente con el pasodoble Panchana y sus maseros. Esta pieza, compuesta por Manuel Carrascosa García en 1962, encierra muchos significados para el masero, pero especialmente es la música con la que la comparsa finaliza su diana, ofreciendo el saludo a la Patrona. La tradición marca que, con la llegada de la comparsa al final de la calle Teniente Hernández Menor, a la altura de la Casa de las Medias, la pieza que suena se detiene. Tras unos instantes de ritmo de caja arranca el pasodoble y, durante la introducción musical que apenas dura unos veinte segundos, la comparsa recupera la deshecha formación.

Con la pieza todavía resonando en el Palacio Municipal, los Labradores realizan su entrada en la plaza de Santiago, situando el bloque frente a la antigua Casa Palao, paralelo a la sede de la JCF. La banda se sitúa entonces junto a la farola escorada hacía la fachada de la Casa de Cultura.

El pasodoble no ha dejado de sonar y es ahora, con la llegada del tema más conocido, cuando los maseros entonan suavemente la popular estrofa “son los maseros que el día 5 no tienen rival...” Nadie se mueve, solo el manso oscilar del bloque con las voces maseras deteniendo el tiempo. La plaza alberga varios espectadores, muchos conocen lo que va a ocurrir en apenas unos segundos y se sitúan en el perímetro, otros quizás no y permanecen en el centro. El cabo alza la hoz y, con la repetición de la popular estrofa ahora cantada a viva voz, el bloque gira sobre sí mismo para enfilar su paso al unísono, atravesando imparable la plaza, hacia la fachada sureste de la iglesia de Santiago donde se detendrá con las últimas letras “... porque el día 8 a su Patrona tienen que acompañar”.

La Diana de los Maseros, ritual festivo patrimonio de nuestra comparsa que aglutina tradiciones y expresiones heredadas de nuestros antepasados, y que nos corresponde a nosotros trasmitir a nuestros descendientes de manera natural y adaptada a la evolución de nuestra Fiesta y la sociedad villenense.

Agosto 2020 19

Héroes de otro tiempo José Miguel Pardo Sánchez

De escuadras, grupos alegóricos y voluntades populares reprimidas

La incorporación de la mujer en la fiesta es algo de lo que se ha hablado mucho, algunos quizá estén hartos. Pero lo que hoy aportaré será una contextualización de este tema en los tiempos de la fundación de la Junta Central de Fiestas.

Mis motivaciones no son triviales, pues asumo que la Comparsa de Labradores fue clave en la germinación de este movimiento y es parte de nuestro orgulloso acervo.

Antes de 1969, la participación de la mujer en la fiesta en nuestra ciudad era anecdótica. Hasta los 12 o 14 años las niñas participaban, en carrozas habitualmente, y con trajes que presuponían ser “equivalentes” a la contraparte masculina. En nuestra comparsa salían de valencianas. En algunas comparsas del Bando Moro esto se traducía en trajes con bombachos o velos, y en el Bando Cristiano eran trajes de damas de corte. En cualquier caso, la simpleza de todos ellos no hacía justicia al traje oficial masculino. Las mujeres adultas también podían acompañar en la Ofrenda.

Al margen de lo citado, que no se puede considerar participación proactiva femenina, se cita como conato de grupo femenino a las Cantineras del Bando Marroquí, que salieron en los años 50 y descendían de un cargo miliciano de la comparsa. Desconozco si hubo otros intentos entonces y pido disculpas si los omito.

En cualquier caso, si en algún colectivo esa idea de participación femenina se transformó en voluntad decidida fue en el Grupo Alegórico de Segadores. Los Segadores, como así los conocíamos, tienen una nomenclatura intrínseca 20

Algunos Segadores fundadores en 1969

(para mí algo confusa, pero esto no es una crítica) que merece la pena aclarar. En 1967 se fundó la Escuadra de Segadores, con solo componentes masculinos; en 1969 se fundó el Grupo Alegórico de Segadores, con componentes masculinos y femeninos; y en 1993 se oficializó la Escuadra de Segadoras formada por las mujeres presentes en el grupo que ya entonces podían ser miembros de pleno derecho.

El enlace de esta historia de pasión con el contexto que nos atañe es el entonces presidente de los maseros: José Navarro Pérez, cariñosamente conocido y recordado como “Querrecle”. José “Querrecle” fue presidente de 1964 hasta 1975 y responsable de gran parte de la transformación de aquella época así como del traslado a la casa de la calle Sancho Medina.

Aunque algunos socios jóvenes no sepan de su existencia (falleció en 1994) y su nombre sea menos recordado que el de Panchana, poca

justicia le haríamos a Querrecle si no reconociésemos todo lo que la comparsa le debe. Y es que Querrecle, además de presidente de los Labradores, fue miembro de los Segadores en los primeros años y fundador de la Junta Central de Fiestas, y tesorero de la misma en sus inicios. Todo esto al mismo tiempo, es decir, finales de los 60 y primeros 70.

que acabarían siendo pioneras.

Alfredo Rojas, también masero desde 1970 y muy amigo de Querrecle, fue el primer presidente de la Junta, pero luego, tras dejar este cargo, quedó de cronista de 1972 a 1976. Con ese estilo de crónica depurada y sutilezas, Alfredo nos contó algunos desencuentros de entonces: “Se arma de nuevo una Pepe «Querrecle» Querrecle, por tanto, fue el jugosa discusión, y se llega a una que, en calidad de segador y masero, propuso votación para ver si puede o no salir el grupo en 1969 a la Comisión de Fiestas y en 1970 a la alegórico de los Labradores y el de cualquier otra neonata JCF la participación mixta en el Grupo Comparsa. Puede salir: 8 votan que sí, 5 que no Alegórico, iniciándose con ello una escalada de y hay una papeleta en blanco”. Alfredo también tensión en nuestras Fiestas que no se sofocaría se refiere a algunos asistentes “malévolamente hasta la culminación de la incorporación de la informados de que la mujer puede desfilar mujer por completo. Querrecle lo cuenta así: en Fiestas”. Esto realmente no se produciría “En 1970, al crearse la Junta Central, realizamos hasta catorce años después, es decir, no se la petición de que participara la mujer en el eliminaría el veto a la mujer en la fiesta todavía, Grupo, iniciativa que llevábamos pensada desde sino que realmente lo que sucedería en ese el principio de nuestras actuaciones. Hubo momento es que se corroboraría el Reglamento una gran oposición por parte de la mayoría ya establecido para grupos alegóricos, con de las Comparsas, o más bien de todas salvo sus propios límites como el de solo permitirlo la nuestra. Pero triunfó al fin el propósito que en La Cabalgata. La oposición frontal no se habíamos concebido y el 6 de septiembre de circunscribía a los calores de las juntas, sino que 1971 realizamos nuestro primer acto conjunto a veces se extendían a algunas palabras subidas con las componentes femeninas de la escuadra de tono y despreciativas en los boletines del de Segadores”. Para que entendamos un poco “Día 4 Que Fuera”. la sistemática, lo que sucedió de 1971 a 1973 fue A pesar de estos permisos temporales que que Querrecle proponía directamente a la Junta se extendían a todas las comparsas, en esos la participación del Grupo Alegórico mixto, algo que se aprobaba por votación pero con años fundacionales (1970-1975) ninguna otra se atrevía con los grupos alegóricos salvo los no pocas discusiones y voces altas, y sin ninguna base en los Estatutos de la Junta Central, los cuales se fueron confeccionando a lo largo de los primeros años. Es decir, era un permiso transitorio que se iba renovando de fiesta a fiesta. La falta de base “legal” en los fueros festeros propiciaba, como decía, acalorados encuentros en la JCF. Pepe “Querrecle” recurrió a Ana Tomás “La Candileja” para desarrollar la idea y para reclutar a las mujeres segadoras de 1971. De pastores. aquellos primeros años 21

la historia tuviese a la propia comparsa o agrupación como protagonista y que transcurriese en el tiempo de la fundación de la JCF, implicándola de alguna manera. Por ello, cuando tuve que decidir qué contenido aportar, me decanté por algo del mismo tono que mis anteriores compañeros cronistas, es decir, abogar más por lo humano, por lo inmaterial.

1978, en los Salesianos antes de la Cabalgata

Labradores. Fue después, ya en los años 80, cuando disfrutaríamos de los Grupos Alegóricos de Andaluces y Bando Marroquí; y las Nazaríes de 1987 (de nuevo, me disculpo si fallo a la memoria de alguien). Querrecle también se refiere a todo esto: “Los sucesivos éxitos del Grupo […] no tuvieron la virtud de convencer a las demás Comparsas del acierto que suponía la nueva orientación de la Cabalgata. Por el contrario, arreciaron las protestas y poco faltó para que se malograra lo que habíamos conseguido”. De hecho, en 1973, desde alguna comparsa se llegó a proponer que las mujeres de Los Segadores pagasen las 3000 pesetas correspondientes a las altas en la fiesta, algo que la Junta aprobó pero que más adelante recularía en votación tras un recurso de los Labradores en el que exigían que, si apoquinaban, serían socias activas de pleno derecho. Al final no tuvieron que pagar y pudieron salir.

Pero las riñas hicieron mella, y un clima de crispación se instauraba en la Junta en los meses previos a septiembre por este tema.

Por ello, las Segadoras se hicieron a un lado y dejaron de salir en 1974 y 1975. Las aguas se calmaron, pero Pepe “Querrecle”, infatigable, resucitó el espíritu de los años anteriores y en 1976 las mujeres volvieron a salir. En los años sucesivos se ganarían una sanción por salir en la Procesión, acabarían siendo autorizadas a salir en este mismo desfile además de en La Cabalgata y se incorporarían innovaciones en sus coreografías como jotas y evoluciones. Así, hasta el célebre 1987.

Las premisas de este ciclo de artículos dedicados al acervo de cada comparsa eran que 22

Alfredo Rojas, en la revista que editó la Escuadra de Segadores por su 25 Aniversario, sentenció: “Los Labradores han sido, así, los precursores de la llegada de la mujer villenense a la Fiesta de Moros y Cristianos”. Un proverbio dice que “Los héroes son un producto de su tiempo”.

Como toda frase popular, tiene su parte de certeza. Otra dice que, ese mismo tiempo, acaba colocando a cada uno en su lugar. Aunque ahora está normalizado, la incorporación de la mujer a la fiesta fue un camino más tortuoso de lo que muchos se piensan o quieren recordar. Por eso, es de justicia agradecer a las personas valientes que, a contracorriente, lucharon por allanarlo.

Referencias bibliográficas Material archivístico Crónicas de la Junta Central de Fiestas (1970-1973).

Revistas, otras publicaciones Escuadra de Segadores. 25 Aniversario, 1991, Villena.

Grupo Alegórico de Segadores. 25 Años de historia (1969-1993), 1993, Villena.

Artículos de revista ROJAS, M.; OLIVA, M.A., 2016, “Cincuenta años de Segadores”, Labradores 2016, 20-25.

ROJAS TOMÁS, M., 2019, “Los Segadores: Punto final”, Labradores 2019, 14-15.

Muchas gracias a Maricruz Rojas por facilitarme copias de las crónicas de la JCF de aquellos años.

Artículo bajo los derechos de la Junta Central de Fiestas y cedido por la misma; publicado originalmente en la web dia4quefuera.es en el marco de la colección de relatos “Descubriendo el acervo festero”.

El guardián silencioso Carmen Galvañ Bernabé El tiempo, ese gigante intangible y poderoso tal vez sea el culpable de que yo ya no sea el mismo, de que todo a mi alrededor haya cambiado, de que sea el testigo o el guardián de muchos momentos y secretos, pero también sé que al tiempo le debo mi grandeza y en quien me he convertido, una especie de símbolo silencioso aunque no inerte. En mi longeva vida ya he conocido tres siglos, pocos secretos tiene para mí este pueblo levantino en el que nací, Villena.

Muchos pensarán que soy un simple árbol de forma espigada, vetusto, arcaico, tétrico y que no transmite más que una nostalgia abrumadora y una tristeza desoladora. Supongo que siempre he tenido que combatir contra pensamientos e ideas que desconocen mi verdadero origen y mi auténtico significado, ellos me llaman el árbol de la muerte, pero en realidad soy todo lo contrario, soy el árbol de la vida, porque mi copa nunca cesa en intentar unir el cielo con la tierra.

Permitidme que me presente con la formalidad y distinción que me caracteriza, soy un ciprés, pero no uno cualquiera. Actualmente formo parte de un gran colectivo e intento ser un guardián silencioso de un grupo de personas que se reúnen en torno a una fiesta, a un sentimiento, a una devoción, a una pasión que se transmite de generación en generación, de nuevo el tiempo juega su papel en la vida. Pero prefiero no aventurarme y relatar mi historia desde los albores de mi origen.

En la primavera de 1872 eché raíces por primera vez en esta tierra, la ciudad de Villena, en aquel entonces mucho más pequeña y distinta de lo que es hoy. Tuve la suerte de formar parte de una casa palaciega que ha perdurado año tras año, adaptándose al devenir del tiempo.

Aquella mansión burguesa construida ocho años atrás poseía todos los lujos que cualquiera pudiera desear, era una casa de contrastes, sobresalía entre todas las demás y yo me había convertido en parte de ella.

Nunca olvidaré el día en el que mis raíces se fusionaron con la tierra. Yo era un insignificante arbolito, una especie de esqueje, una rama frágil que se tronchaba con un simple balanceo del viento y miradme ahora en quién me he convertido, en un gigante.

Pero no fue el señor de este palacete el que me colocó aquí, sino el mayordomo, él tan solo lo ordenó; deseaba que su hogar poseyera la elegancia de un ciprés y su protección ya que desde tiempos ancestrales las antiguas civilizaciones consideraban que lucho contra hechizos malignos. No desmentiré esa creencia, aunque tampoco desvelaré nada sobre mis mitológicos poderes, pero existe una razón mucho más poderosa en aquel deseo, mi longevidad, yo sería el único testigo vivo cuando el tiempo pasase.

Luis García Poveda fue el primer señor de esta mansión, el que deseó mi nacimiento. Era un hombre elegante, bastón en mano y siempre mirando su reloj de bolsillo. Pero en cierto modo mi vida no está unida a él, sino al joven mayordomo que me acarició conforme hundía mis raíces en la tierra. La esencia del que planta un árbol siempre permanece mientras ese gigante tenga vida por mucho que pasen los siglos.

Los días transcurrían apacibles y mi silencio contrastaba con el murmullo de los habitantes del hogar. Conocí de sus amores, de sus secretos inconfesables, de sus temores, sus alegrías, en 23

cierto modo el cobijo de un árbol siempre otorga sosiego a las almas. El tiempo fue pasando y mi tronco fue haciéndose cada vez más grueso, más poderoso, más enigmático.

el sonido del piano ya no me acompaña, pero el replicar de las campanas, los gorriones y las golondrinas continúan revoloteando a mi alrededor.

La casa fue cambiando de señores, las doncellas y sirvientes ya no eran los mismos y mi querido mayordomo también se marchó, el tiempo me lo arrebató. Y terminé convirtiéndome en el guardián silencioso de este lugar.

Durante mi larga vida he conocido los entresijos de la política de esta ciudad, una guerra, dos dictaduras, la llegada de la democracia y muchas más historias que prefiero por el momento reservar en mi memoria para cuando deba contarlas.

El nuevo siglo trajo grandes cambios, tal vez demasiados. En 1907 la casa comenzó a albergar muchos más lujos, mosaicos glamurosos en los suelos, mayores estancias, biblioteca, bodega, balconadas más amplias y llamativas. Y un nuevo compañero muy armonioso y especial, la música de un piano, que junto con el trinar de los pájaros y las campanas de la Iglesia de Santa María conjugaron la banda sonora que me acompañó durante mucho tiempo. Tristemente

Pero lo que hoy susurran mis ramas es la historia de quienes me salvaron del abandono.

El siglo XX fue el siglo más intenso de los que he vivido, tal vez porque es el único que conozco en toda su extensión, pero sus inicios no fueron igual que su final. Todo en aquel siglo cambió a un ritmo vertiginoso y cuando llegó la década de los años ochenta las compuertas de mi hogar se cerraron y ese fue el momento más triste de toda mi existencia. La última señora que habitó este palacete se marchó y se llevó consigo demasiados recuerdos compartidos. Un profundo silencio, el silencio del abandono me cubrió y yo por momentos marchitaba mis ramas de tristeza. Vivía en un hogar sin alma, sin gente y en el que ya tan solo quedaban recuerdos del pasado.

Lo único que podía serenar mi alma era la llegada del mes de septiembre, durante cinco días la música, la algarabía, los sentimientos profundos y la felicidad rodeaban las calles de mi hogar y ello me permitía continuar guardando los ecos de un tiempo, las vivencias de un pueblo, sus recuerdos.

El final de este siglo XX vino marcado por un acontecimiento muy especial para lo que a mí respecta, las puertas de mi hogar volvieron a abrirse y esta vez sus nuevos habitantes llegaron con una fortaleza difícil de igualar. Yo sabía desde hacía cierto tiempo que cada mes de septiembre la ciudad de Villena se engalanaba de color, música, fiesta y que los corazones de sus habitantes se dividían en catorce grupos que ellos llamaban comparsas.

De manera mágica una comparsa, mi comparsa, me salvó hace más de veinte años del abandono, vosotros Los Labradores me devolvisteis a la vida. En

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aquel momento pensé que eran ultrajadores de mi hogar, eran demasiados y emprendieron una reforma semejante a la ocurrida en 1907, descubrieron viejas fotografías, estancias cerradas durante años y recuerdos que yo ya había olvidado. No pretendían utilizar mi hogar como su residencia, sino como un lugar de convivencia para todos ellos, una gran multitud a la que no me acostumbraba; llevaba tantos años en silencio que su algarabía al principio me molestaba, pero con el tiempo todo ello ha cambiado, me he convertido en su guardián silencioso, a veces me adornan, me colocan luces y conjugan mi longevidad con los tiempos modernos. Me hacen sentirme acompañado y parte de una tradición. Yo los observo en cada reunión, en cada fiesta, siempre estoy ahí guardando sus historias. Aspiro a convertirme en un símbolo para ellos, yo ya los llevo en mi corazón.

Cuando llega septiembre mi verde se conjuga con los colores de sus trajes y yo me convierto en un masero más. Veo pasar los desfiles en la distancia, pero cuando los labradores aparecen por las calles mi tronco se ensancha de orgullo.

Pero ahora existe algo que me aflige, el silencio me ha vuelto a invadir, tristemente este año 2020 la música ha sido eclipsada, los colores se han vuelto más grisáceos y lo que parecía un imposible ha sucedido, este septiembre la fiesta no inundará las calles. Durante mi larga vida he conocido de epidemias, enfermedades de tiempos muy pretéritos, momentos de la historia que parecía que ya no volverían a suceder, pero paradójicamente la historia es como un bucle que siempre se repite, dando vueltas alrededor de un mismo círculo y este 2020 una nueva epidemia ha borrado de un plumazo una gran tradición.

Yo soy solamente un ciprés, un árbol silencioso, pero si los antiguos pobladores del mundo me consideraban el árbol de la vida, permitidme ser el guardián de esta comparsa, proteger sus tradiciones y su historia. Este año no volveré a verlos reunirse, pero los esperaré impaciente hasta el próximo año. Que mi longevidad sea la longevidad de Los Labradores y de las fiestas de mi ciudad, Villena.

Mis ramas continuarán susurrando leyendas para quien desee escucharlas y mi tronco siempre dará cobijo a nuevas historias. ¡Larga vida, Labradores!

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El son de los sentimientos Andrés Sánchez Richart

los aplausos. Es, sin ninguna duda, el momento que más sentimientos despierta en todas las personas que a lo largo del recorrido ven pasar a la Banda Municipal de Villena.

Pero... esas mismas notas no siempre despiertan los mismos sentimientos.

A lo largo de nuestra trayectoria personal se pasa por momentos en que la vida se pone de nuestra parte, nos sentimos completos, felices y escuchar estas notas musicales nos emociona, y con ellas nos invade un sentimiento de felicidad.

“La Entrada”, Historia Fueron los paisanos de Quintín Esquembre quienes le pidieron al compositor que hiciera un pasodoble para el desfile de la Entrada, en las Fiestas de Moros y Cristianos de la localidad, evocando La Reconquista de esta ciudad a los árabes. Además, le pidieron que fuera un pasodoble de sencilla ejecución, pues iba a ser interpretado por músicos que no eran profesionales, que compaginaban su afición a la música con sus ocupaciones.

El maestro Quintín Esquembre a modo de homenaje a su pueblo natal compuso el pasodoble “La Entrada”, que fue estrenado el día 5 de septiembre de 1925. Tras su estreno hubo

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tres años que no se pudieron celebrar las fiestas –1936, 1937 y 1938–, a causa de la Guerra Civil, y por tanto tampoco pudo sonar el pasodoble.

Fue en 1939, cuando volvieron a celebrarse las fiestas, y se volvió a escuchar el pasodoble.

“La Entrada”, Sentimiento El pasodoble “La Entrada” es el pasodoble por excelencia de las fiestas de Moros y Cristianos de Villena. Para los villeneros y villeneras el día 5 de septiembre a las cuatro de la tarde, se produce un momento que es difícil expresar con palabras, un momento esperado a lo largo del año.

Tampoco sientes lo mismo cuando atraviesas por un momento donde no hay posibles y sientes tristeza por no poder ofrecer a tus hijos y familia las fiestas soñadas y te obligas a ir a ver salir a la banda y a medida que sientes la melodía te vas dando ánimos, ya que todo se puede solucionar y al año que viene será diferente, o no, pero de momento te hace soñar.

Aunque no siempre es así, hay tramos en nuestra andadura que son difíciles, y en estos momentos cogemos fuerzas para levantarnos y seguir adelante, y nos hacen apreciar todos los días buenos que la vida nos pone por delante, y en muchas ocasiones la música te ayuda a superarte y gestionar todas la emociones.

Y perdonad si es duro y cruel pensar en qué se podría sentir sabiendo que es el último año en que podrás escuchar este pasodoble tan nuestro, no sé si se sentirá rabia, impotencia o solamente resignación. Pero espero que estas personas solo se hayan dejado llevar por la música y durante ese instante sientan esperanza de que quizás no sea el último, y que se prometan a sí mismos luchar contra viento y marea por volver a escuchar “La Entrada” algunos años más.

Y en estos momentos el pasodoble “La Entrada” nos hace sentir de un modo muy diverso, dependiendo en qué momento de nuestra vida nos encontremos. Cuando los escuchas por primera vez tras la pérdida de un ser querido sientes pena, haces grandes esfuerzos por no llorar pero las lágrimas salen y mientras recorren tu cara intentas convencerte de que esa persona donde esté, estará bien, y que quiere que seas capaz de disfrutar de esas notas musicales, así que te limpias las lágrimas y de alguna manera le brindas ese instante a esa persona.

En el momento de escribir este artículo no quiero que nos detengamos en lo malo, sino en el positivismo que la música hace sentir para saber que se puede con todo. Sí, este año no se celebrarán las fiestas, por lo que todos sabemos que no oiremos el pasodoble “La Entrada” oficialmente, pero espero que suene en nuestros corazones y pongamos todos nuestros pensamientos en que en el 2021 volverán las fiestas y volverá “La Entrada”. A todos los festeros, especialmente a los maseros y maseras os espero el día 5 del 2021 a las cuatro en la Calle Nueva.

También puede salir a flor de piel la nostalgia cuando escuchas el pasodoble fuera de Villena, y las lágrimas asoman por tus ojos y al tiempo que van sonando los compases tu corazón se traslada a las calles de tu Villena, por donde transcurre el desfile, y vuelves a sentir alegría pensando que otro año lo vivirás otra vez en tu pueblo, con tu gente, y eso te da fuerzas para seguir soñando.

Dedicado a toda la Comparsa, para dar ánimos en este año

Cuando el director levanta la batuta se hace un silencio que por sí mismo nos pone los pelos de punta. Ya están preparados los músicos completamente uniformados, la bandera bien erguida y es escuchar la primera nota, cuando la emoción es imparable, la explosión de alegría y 27

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“Día 4 que juera”, querido Eustaquio José Miguel Pardo Sánchez

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El pasado octubre falleció Eustaquio Cabanes Hernández, masero insigne donde los haya habido. Sus primeros recuerdos en la comparsa se remontan a 1943, año donde sale en La Entrada junto a su inseparable hermano Joaquín, montados ambos en una burrica.

Esta estampa es el origen de un idilio de más de 76 años en los que Eustaquio se entregó infatigablemente a sus maseros, haciendo de prácticamente todo. Célebres fueron la carroza de los Hermanos Cabanes, sus ofrendas y sus retretas con “El Pedrusco”. Además, Eustaquio también fue directivo desempeñando puestos varios, como tesorero o delegado de la Junta Central.

Pero, si por algo recordaremos a Eustaquio, es por su alter ego Jelipe. Ese personaje que usaba, junto a Antón, como altavoz de sus dardos socarrones, sus sátiras, sus comentarios sobre Villena o lo que se terciase. Jelipe y Antón eran villeneros, pero sobre todo eran maseros.

De hecho, el amor por los Labradores era algo que Eustaquio nunca se cansó de pregonar.

Los escritos del “Cosas de mi pueblo” tienen como característica que, además de ser en verso y rimados, adaptan el habla villenero tradicional a la expresión escrita, intentando afinar con cada sonido, con cada palabra tal cual nosotros la decimos. Los Labradores tenemos el honor de que Eustaquio nos dedicase los primeros textos que hizo, allá por 1963, donde hablaba un poco de sus sentimientos por la comparsa y lo que en esta se cocía por aquel entonces. Más adelante 28

ya crearía a Jelipe y Antón y colaboraría asiduamente con la Junta Central de Fiestas. Pero, desde que nuestro programa interno se transformó en revista, nunca dejó de escribir para nosotros. De hecho, éste era su espacio habitualmente, el cierre del librillo antes de la publicidad. Por eso he querido emplazar este homenaje donde él se encontraba más a gusto.

Además de participar en actos icónicos de nuestra historia reciente como el 75 aniversario, el primer San Isidro o la inauguración del Huerto de la Pona, Eustaquio fue Premio Panchana, Premio El Tito y pregonero de las fiestas. Prácticamente nadie puede presumir (su hermano Joaquín sí puede) de ostentar tal tríada de reconocimientos.

Es por ello que reivindico desde esta última página el legado de Eustaquio Cabanes como masero célebre, querido y reconocido como tal por toda Villena y fuera de ella, y encarnación de nuestros mejores valores. Sirvan estas palabras como elogio, pero también como preludio al artículo “Memorias de un azotacalles”, publicado ahora en la revista especial “Día 4 que fuera” de 2020. En él se hace un extenso recorrido por la trayectoria de Eustaquio en la comparsa y por sus más vívidos recuerdos. Desde aquí, os animo a leerlo.

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Eustaquio nos enseñó a todos los villeneros qué responder si alguien nos dejaba con la palabra en la boca. Ya se puede poner el sol por donde quiera que, a mí, “Día 4 que juera”.

Nunca te olvidaremos.

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