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Recomponer el tejido social

La ‘guerra’ contra el crimen suele gozar de amplia cobertura y publicidad. Las series televisivas sobre la lucha sin cuartel del Estado colombiano contra el cartel de Medellín, los contenidos de redes sociales del embate de Nayib Bukele contra las maras en El Salvador o las películas y documentales sobre la gesta de las autoridades neoyorquinas contra el crimen en los noventa seducen a todo público. Sin embargo, poco se suele destacar sobre los extensos programas de reconstrucción del tejido social que sirvieron de indispensable complemento de aquellos bien sucedidos esfuerzos policiales.

Se reclama en este momento más policías, uso de la fuerza estatal con menos restricciones, cárceles más grandes e infranqueables, fiscales y jueces implacables, y penas más severas. Pero eso no basta. Bajo cualquier consideración moral o pragmática, el descenso de un ciu- dadano al mundo del delito constituye un final lamentable. Un ecuatoriano preso o muerto no deja de ser una oportunidad perdida, un sacrificio de potencial humano irremplazable. Cada hecho de violencia —sea producto del crimen o de la legítima fuerza estatal— deja, además de la víctima, un reguero de daños que se extiende —el victimario, las viudas y viudos, los huérfanos, los testigos afectados—. Eso no se remedia solo con represión.

Ecuador era un país socialmente muy cohesionado para la región y hasta hoy se aprecia una firme correlación, por provincia, entre violencia y destrucción del tejido social. Si queremos recuperar la paz, no podemos dejar fuera de la conversación temas como la familia, la comunidad, la educación, el arte, los centros de capacitación, el acompañamiento psicológico o el deporte.

Ahora

CARLOS ARELLANO alcanzar el balotaje. No obstante, el rechazo de millones de ecuatorianos al proyecto político del correísmo -que gobernó durante catorce años-, le permitió alcanzar la Presidencia.

Durante una década, el primer mandatario emprendió una tenaz búsqueda por llegar a Carondelet, prometiendo remediar todos los males que aquejan al país. En los comicios presidenciales de 2021, el presidente Guillermo Lasso estuvo al borde de no

Al asumir el cargo, Lasso se enfrentó a una oposición implacable que desde el primer día ha utilizado toda clase de artimañas para destituirlo. Parte del fracaso del proyecto político del presidente se debe a la Asamblea Nacional, que, junto con la Conaie, ha logrado que -en menos de veinticuatro meses en el poder- el presidente sea un símbolo inerte de una democracia acosada por la lucha de poderes, la inseguridad y el narcotráfico.

Ni siquiera la naturaleza ha sido piadosa con el país ni con su presidente. El proceso eruptivo del volcán Cotopaxi, las intensas lluvias en la costa, el reciente terremoto de gran magnitud y el mortal deslizamiento de tierra en Alausí han sepultado la poca esperanza que le quedaba a Lasso. Un pueblo insatisfecho, una Asamblea golpista, diversas organizaciones sociales que promueven el caos, las mafias del narcotráfico y la Pacha Mama buscan su destitución.

Una vez conocido el dictamen de admisibilidad parcial para el enjuiciamiento político del presidente de la República por la Asamblea Nacional, a Lasso solo le quedan tres alternativas. En primer lugar, defenderse ante una Asamblea que cuenta con los votos necesarios para destituirlo. En segundo lugar, activar la muerte cruzada. Si lo hace, el dirigente Leonidas Iza prometió convocar a nuevas jorna-

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO rosaliaa@uio.telconet.net

Pausa en Inteligencia

Artificial

No es una novedad el trabajo que vienen haciendo miles de científicos en el mundo entero para avanzar en lo que se ha denominado Inteligencia Artificial, para dotar a las máquinas de habilidades y conocimientos que, en muchos casos, pueden superar la capacidad y la inteligencia humanas.

Desde hace ya algunos años, por ejemplo, es notorio que los jugadores de ajedrez, inclusive los campeones, difícilmente pueden vencer a la capacidad robótica, diseñada por seres humanos, pero que alcanza una potencia increíble y que supera hasta a sus creadores.

En estos últimos tiempos el denominado ChatGPT, un modelo de lenguaje alimentado por gran cantidad de textos, está levantando una enorme polémica por la casi imposibilidad de detectar su uso en trabajos, conferencias y hasta en libros completos, lo que preocupa mucho a todos quienes creemos en la originalidad y en la capacidad creadora del ser humano. Por ello, no nos sorprende que personajes de la talla de Elon Musk estén pidiendo una pausa a nivel global para dar tiempo a que los mismos desarrolladores encuentren frenos y maneras de determinar hasta dónde va el tema de la inteligencia artificial.

Desde el punto de vista optimista, parecería ser este un mecanismo que, puesto al servicio de la humanidad, rendirá innumerables beneficios, pero por otro lado la manipulación llevada al extremo por personas inescrupulosas puede llevarnos al caos o a las más aberrantes formas de violencia intelectual que podamos imaginar.

Hay que darnos una pausa para que la genialidad de algunos no se salga de sus propias manos y nos encontremos en el reino del caos, de la desmesura y de los antivalores.

das de paralización nacional para defender a una Asamblea corrupta e inservible; a fin de tomar por asalto las instituciones del Estado e imponer una agenda que perdió en las urnas. En tercer lugar, renunciar.

Debemos prepararnos para los días oscuros que se avecinan: tiempos violentos que debilitarán más la frágil institucionalidad del país. Ojalá que el respeto por la democracia y sus instituciones prevalezca sobre los intereses de unos pocos políticos y líderes sociales.

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