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Créditos de consumo se han vuelto en un apoyo para los emprendedores
Este tipo de crédito tiene una de las tasas más bajas de la región. No solo sirve para gastos suntuarios, sino también para actividades productivas.
La tasa de interés para créditos de consumo y tarjetas de crédito que se manejan en Ecuador está establecida, desde el sector público, en un máximo de 16%.
Esta es una de las tasas más bajas de América Latina, según explica Marcos Rodríguez, presidente ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados (Asobanca).
El segmento de los créditos de consumo es el más comparable, debido a que tiene una metodología de otorgamiento muy similar, entre todos los países de la región.
Si se compara con Colombia, por ejemplo, la tasa de interés para préstamos de consumo y tarjetas de crédito supera el 40%. En otros países dolarizados también existe una gran diferencia con Ecuador.
Así, en Panamá existe liberalización ; y la tasa fluctúa entre el 20% y el 29% ; mientras en El Salvador, la tasa fluctúa entre el 24% y 35%
“En estos dos países dolari- zados lo que pasa es que priorizan la inclusión financiera a través de instrumentos como la tarjeta de crédito o un crédito de consumo”, puntualizó Rodríguez.
Es decir, al contrario que en la economía ecuatoriana, existe más espacio para que personas de todo tipo de condición económica puedan acceder a una tarjeta de crédito porque con tasas de interés más flexibles es posible absorber el riesgo.
En el caso ecuatoriano, el sistema no permite ab - sorber riesgos y gran parte de las personas se queda fuera del sistema.
Esto es negativo porque los que no acceden al crédito formal, en la mayoría de los casos terminan acudiendo al chulquero o al financiamiento informal, que es mucho más caro y riesgoso.
Utilidad e impacto Si se dejan de lado las restricciones políticas , a través de techos máximos, se podrían encontrar tasas de interés más bajas y tam- bién más altas, pero con relación al nivel de riesgo de cada cliente.
° La morosidad agregada actualmente es del 3%. En diciembre de 2022 se terminaron las medidas de emergencia para controlar el incremento de la morosidad por efectos de la pandemia, sin embargo, la cartera vencida no se ha disparado y está bajo control. Esto apunta a que el sistema financiero, pero sobre todo los ecuatorianos, tiene herramientas para aprovechar un sistema de liberalización y flexibilización de tasas de interés para incrementar la actividad formal y el crecimiento económico.
La cartera de crédito en el sistema bancario llega a alrededor de $39.000 millones, pero el país debería apuntar a que sea del doble para impulsar el empleo.
En medio de la actual campaña de cara a las elecciones anticipadas, varios candidatos presidenciales mencionan bajar las tasas de interés casi por decreto para financiar a los emprendedores, pero eso provocaría, de acuerdo con Andrés Merino, economista y asesor empresarial, menos crédito y por mayores montos antes que más crédito para más ecuatorianos.
Se debe incentivar que más personas accedan a créditos de consumo e incluso a tarjetas de crédito porque se ha demostrado que son instrumentos efectivos de inclusión financiera y, además, también impulsan la producción.
Según Rodríguez, se ha logrado determinar que “ el crédito de consumo no solamente se destina a los gastos suntuarios como comprarse ropa o irse de viaje, sino que también se utiliza para educación y actividades productivas”.
Este tipo de créditos, en este sentido, sirven para fondear de capital de trabajo a los emprendedores o apuntalar la formación profesional.
Al igual que el microcrédito, los préstamos de consumo llegan a la base de la pirámide económica, y han crecido alrededor de 18%, pero podrían tener un mayor impacto en un país donde solo dos de cada diez personas acceden a financiamiento formal.
Eliminar rigideces
En el caso de la última resolución de la Junta de Junta de Política y Regulación Financiera, que establece una me- todología diferente para calcular la tasa de interés de los segmentos empresariales y corporativos, se busca flexibilizar para que el crédito se pueda ajustar, al menos un poco, a la realidad económica del país.
No es la solución definitiva, pero Rodríguez aseguró que permite aumentar o bajar en 0,7% el actual techo vigente y que más empresas y personas puedan acceder a financiamiento.
Caso contrario, el resultado es, como ya publicó LA HORA, menos financiamiento, menos inversión y menos crecimiento económico.
Este tipo de mecanismo de flexibilización, o incluso la liberalización, se deben pensar también para el crédito de consumo. (JS)
Aumentar el ahorro para mejorar el acceso al crédito
Por fuera de las fórmulas por decreto, de la mano de la liberalización, se pueden tener tasas de interés más bajas si se aumenta la cantidad de ahorro en la economía. Según Alberto Acosta Burneo, economista y editor de Análisis semanal, la receta debe apuntar a lo siguiente:
1Liberalizar el flujo de capitales: Para atraer el ahorro abundante en el mundo desarrollado se debe eliminar completamente el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) y las trabas tributarias.
2Abrir el mercado ecuatoriano a la competencia financiera internacional: Esto se consigue modernizando la legislación monetaria y financiera.
3Mejorar el marco jurídico para garantizar el derecho de propiedad de los inversionistas; y evitar que cualquier decisión política y judicial desbarate proyectos e inversiones en marcha.
Antes de ir por medidas demagógicas como tomarse las reservas del Banco Central, se debería pensar en cómo dar mejores condiciones para el acceso al crédito en el sector privado.