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LOS JESUITAS Y SU CONSPIRACIÓN UNIVERSAL
La Compañía de Jesuitas es una orden religiosa de clérigos regulares de la Iglesia Católica fundada por San Ignacio de Loyola, en 1534, junto con san Francisco Javier, misionero de primer orden, español, llamado Apóstol de la Indias, que falleció en China, (1506-1552) y que sirvió de inspiración para que muchos entraran en la Compañía de Jesús y evangelizaran naciones lejanas y dieran sus vidas como mártires, “conspiración” con Dios y con sus sólidas creencias cristianas. La misión jesuita es una misión de reconciliación, que trabaja para que las mujeres y hombres puedan reconciliarse con Dios, consigo mismos, con los demás, y con la creación de Dios.
El lema en la educación es: “Ser más para servir mejor”; trabaja en la evangelización del mundo, en defensa de la fe y la promoción de la justicia, en permanente diálogo cultural e interreligioso, como lo intenta el Papa actual Francisco. Su finalidad: “la perfección cristiana, propia y ajena, para para gloria y servicio de Dios”.
Para cumplir sus fines no precisa de una “Constitución Secreta”, pues simplemente sus principios los dio ya la dio San Ignacio de Loyola.
Como toda obra humana, aún inspirada en los más altos ideales divinos y humanos, tiene sus errores, fracasos y, lo importante, sus enmiendas. Hay que observar también las épocas, costumbres en que se desarrollaron ciertos acontecimientos históricos, que no se los puede juzgar razonablemente con los parámetros actuales.
SU FUNDADOR: SAN IGNACIO DE LOYOLA

Fue soldado y sacerdote español. Fue el primer General de la Compañía de Jesús (Nació en Azpeitia, comunidad del País Vasco, en 1491, murió en 1556 en Roma, Italia). Impulsor de la Contra-reforma junto con Santa Teresa y fue el puente entre la Iglesia y la modernidad naciente. Dejó como herencia sus Ejercicios Espirituales, que aún hoy son el único sendero hacia la libertad, y un método de discernimiento de espíritus. Fue un “hombre libre, soñador y fiel a la Iglesia”. “Para poder ayudar a los demás necesitamos de encuentros personales con Dios: momentos de oración y de escucha de su Palabra”, escribe Francisco, primer Pontífice jesuita, cuyo fundador Ignacio de Loyola, antes de su encuentro con Jesús, amaba el poder y la mundanidad, “pero que luego, con dedicación, estudio y escucha de la palabra de Dios, se entregó a su voluntad.” La obra jesuita, a veces controvertida, durante cinco siglos, es inmensa, en educación, misiones, formación de líderes, sindicalismo (sobre todo en Europa), ciencia (Teilhard de Chardin), obediencia al Vaticano, teología y defensa irrestricta de la fe cristiana.
Los Protocolos De Los Judios Y La Constituci N Secreta Jesuita Son Fraudes
Oportuna la siguiente observación de Maquiavelo y que sirve para todos los casos: “Los hombres son tan ingenuos, y responden tanto a la necesidad del momento, que quién engaña siempre encuentra a alguien que se deja engañar.”
Manuel Castro M.