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Nuestra historia musical
Ecuador país pluricultural y multiétnico, resultado de un proceso histórico que se inicia con sus primeros habitantes cerca de 10.000 años a.C, luego con la influencia del imperio inca, la colonización hispana cristiana en el siglo XV y con la llegada de grupos africanos en el siglo XVII y XVIII.
Las sucesivas fundaciones de ciudades (Quito – 1534, Loja – 15468, Cuenca –1557, Guayaquil –1563) con el arribo de los españoles y sus misiones, repertorios e instrumentos musicales, aparecieron las primeras escuelas musicales
EN LA COLONIA: El Colegio de San Andrés fue fundado en Quito en 1555 por los franciscanos Jodoco Ricke de Malina y Pierre Gosseal de Louvain. Se enseñaba solfeo, teoría, canto llano y órgano y participaban estudiantes indígenas y mestizos. Más tarde, en 1810, aparece la Aula de Música del Convento Agustino, conducida por Tomás Mideros y Miño
EN LA REPÚBLICA: La Sociedad Musical de Alejandro Sejers (Quito: 1838-1847). La Sociedad Filarmónica Santa Cecilia (Quito: 1847-1858, Responsable Miguel Pérez).
La Sociedad Filantrópica del Guayas (Guayaquil: 1849, Responsable Claudino Roza).
Primera Fundación del Conservatorio Nacional de Música (Quito: 1870-1877, Responsables Antonio Neumane, Juan Agustín Guerrero).
La Escuela de Artes y Oficios (Quito: 1884, Responsable Sixto María Durán).
EN EL SIGLO XX: Segunda Fundación del Conservatorio Nacional de Música de Quito (1900, Responsables: Enrique Marconi, Domenico Brescia). Conservatorio “Antonio Neumane” de Guayaquil (1928, Responsable Pedro Pablo Traversari).
Conservatorio de Música de Cuenca “José María Rodríguez” (Cuenca: 1938, Responsable Segundo Luis Moreno). Escuela Superior de Música de la Universidad de Loja - Conservatorio de Música “Salvador Bustamante Celi” (Loja: 1944, Responsable Francisco Rodas Bustamante).
Instituto Interamericano de Música Sacra (Quito: 1967, Responsable P. Jaime Mola). Conservatorios de Riobamba (1967); Ambato, Pujilí (años 1960s); Colegio de Música César Viera, Latacunga 1986; Cotacachi, Portoviejo (1987); Colegio Nacional de Música Quimiag, Chimborazo, 1987.
En 1994 se crea en Guayaquil el Conservatorio Particular “Rimsky Korsakov de Reynaldo Cañizares y en 1997 el Conservatorio Franz Liszt, liderado por Sofía Izurieta y dirigido por el Maestro Alvaro Manzano
EN EL SIGLO XXI: Aparece en el 2008 el Museo Municipal de la Música Popular “Julio Jaramillo” del Municipio de Guayaquil y en el 2018 el Museo-Escuela del Pasillo de la Presidencia de la República en Quito
Or Genes Musicales Y Surgimiento De G Neros Mestizos
Si buscamos los orígenes de la música ecuatoriana contemporánea encontraremos que previa a la consolidación de la República en nuestro país se practicaban por parte de españoles afincados aquí y criollos (descendientes de españoles y nativos, nacidos por estos lares) muy diversas músicas populares europeas, en convivencias con sanjuanitos o amorfinos y por supuesto con el yaraví indígena reinterpretado por la sociedad mestiza.


La conquista Inca (fines del siglo XV) nos contagia con dos géneros: el yaraví o arahui, arawi, yarahui, y el San Juan. A partir del siglo XIX se acostumbra concluir el yaraví con un albazo (danzas emparejadas.
Mientras tanto, el sanjuanito es una adaptación del huaynito peruano-boliviano. Por otra parte, la Conquista española nos trae la guitarra, con la que se crean los géneros tonada, albazo y aire típico que caracterizarán el sincretismo cultural.
Finalmente se encuentra el pasillo que evoca ritmos de los países vecinos Colombia y Venezuela y que tendrá en cada región sus características propias. Conjuntamente con esta convivencia de géneros populares, surgirán, desde inicios del siglo XX, creadores de música “culta” o formal al tiempo de un grupo de instituciones musicales facilitarán la difusión musical.
LA MÚSICA MESTIZA Y POPULAR. LA FUSIÓN DE CULTURAS
Es evidente el origen de la música mestiza como producto de la fusión de dos culturas, pero hay que puntualizar que no surge automáticamente al contacto entre ellas, sino, cuando existe una población mestiza que comienza a sentir la necesidad de una expresión musical propia, siendo auténtica, compartirá características tanto de la cultura española como de la indígena.
Es de esta manera como surgen manifestaciones como el danzante, la tonada o el pasacalle, géneros que pueden ser considerados heredad de nuestros antepasados indios y españoles. Por otro lado, están también géneros que no siendo originarios de Ecuador ni de España han sido introducidos posteriormente en la colección de géneros mestizos; tal es el caso por ejemplo del fox incaico, curiosa combinación de fox trot norteamericano con armonías y temas pentafónicos andinos, o la habanera, género centroamericano que ha sido también cultivado en nuestro país con las necesarias adaptaciones en cuanto a ritmo y material melódico.
El ejemplo más claro, sin embargo, lo constituye el pasillo, -posible descendiente del vals vienés a través del bolero español- que se ha asentado tan sólidamente en territorio ecuatoriano que ahora es quizá el género más representativo de la cultura popular mestiza ecuatoriana. Son estos los géneros que han sido mayormente cultivados por los compositores populares, quienes han surgido en su mayoría del sector mestizo de la población. Otros géneros, en cambio (costillar, cañirico, etc.) han sido dejados en el olvido. A comienzos del siglo XX, estos géneros populares sufrieron una injusta discriminación por parte de los compositores académicos, la misma que fue cediendo ya alrededor de los años 20-30, cuando compositores como Segundo Luis Moreno, Francisco Salgado, José Ignacio Canelos, Carlos Amable Ortiz, Segundo Cue - va Celi, Salvador Bustamante, Sixto María Durán, y muchos otros que, siendo poseedores de una formación académica superior, incursionan firmemente en la composición de música popular basada en los géneros mestizos ecuatorianos; unos, musicalizando bellamente poemas de extraordinario lirismo: otros, desarrollando los géneros mestizos hasta convertir sus composiciones populares en pequeñas piezas concertantes, poseedoras de una riquísima invención melódica (el pasillo de Carlos Amable Ortiz: Reír llorando, por ejemplo). Estos son los pioneros de una importante corriente de composición nacionalista que pervive hasta nuestros días, aunque, paradójicamente, fuera expulsada en épocas pasadas del seno de los Conservatorios.




La M Sica Popular
Esta música identifica a varios grupos sociales del país y su base puede estar tanto en lo tradicional, como adoptar influencias de reciente asimilación, lo cual permite que se ramifiquen una serie de estilos y géneros musicales, representantes de cada sector social. Como concepto, la música popular en nuestro país ha tenido variadas interpretaciones, siendo algunas de ellas emitidas en la cotidianidad o como simple formulación teórica en el ambiente cultural ecuatoriano.


Una de éstas sitúa a la música popular en una “actitud contestataria” con respecto al sistema social, predominante capitalista.
Otra la ubica estableciendo diferencias marcadas con la música académica, y una tercera, que caracteriza a todo tipo de música cuya particularidad es la facilidad de difusión y comercialización. Debido a que en el país existe una heterogeneidad social, es natural que la música responda a las necesidades que cada sector valore dentro de su realidad socio-cultural y estética, lo que ha determinado que se la conozca con las más variadas denominaciones como: música nacional, folclórica, rocolera, festivalera, tropical o bailable, chichera, nueva canción, urbana, rockera, baladera, comercial, etc.

