MIM ASICS PENYAGOLOSA TRAILS. LES USERES - ESCALERA HACIA EL CIELO.
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GEMMA ARENAS. LA EXCELENCIA EN LA REGULARIDAD.
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LUIS ALBERTO HERNANDO. UNA NUEVA LECCIÓN.
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GENÍS PORQUERAS. ESFUERZOS RECOMPENSADOS.
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MIM ASICS PENYAGOLOSA TRAILS. LES USERES - ESCALERA HACIA EL CIELO.
18
GEMMA ARENAS. LA EXCELENCIA EN LA REGULARIDAD.
32
LUIS ALBERTO HERNANDO. UNA NUEVA LECCIÓN.
42
GENÍS PORQUERAS. ESFUERZOS RECOMPENSADOS.
Texto: Kissthemountain
mientras se celebraba esa prueba deportiva que llena las calles de mi pueblo, oí a alguien referirse a mí como la “Escalera hacia el Cielo”. Para ser más exactos, el término que utilizó fue “Starway to Heaven”, como la mítica canción de Led Zeppelin, ya que, por su aspecto, parecía ser alguien de más allá de nuestras fronteras.
Estoy ubicada en Les Useres, en carrer Freginal, justo antes de llegar a la Plaza de Sant Antoni, donde unos cuantos locos sitúan un avituallamiento de una carrera que se celebra desde hace ya 25 años, Asics Penyagolosa Trails, que toma su nombre de la montaña más emblemática de la provincia de Castellón.
Muchos podríais decir que nosotras, las escaleras, no tenemos sentimientos. Puede que sea así con la mayoría de estas construcciones, pero, en mi caso, os aseguro que no es verdad. Desde hace tiempo, probablemente por contagio, yo sí que los tengo. No recuerdo bien cuándo comencé a emocionarme como si fuera un ser humano más de los que buscan un hueco entre mis escalones para ver pasar a cientos de corredores. Supongo que fue poco a poco, pero la realidad es que cada año, un día de la segunda mitad del mes de abril, sobre las 08:40 de la mañana, entro en un estado de emoción que no es diferente al del público
que se ubica en mí y al de los corredores que me transitan buscando hacer realidad sus sueños.
Este 2024 no ha sido diferente. O puede que sí. Creo que en esta edición de la carrera, la angosta calle en la que estoy emplazada ha albergado más gente que en cualquier otra ocasión. Desde unos 20 minutos antes del paso de los corredores, amigos, familiares o simplemente aficionados, buscaban un hueco apoyados en las paredes que enmarcan mi situación. Cuando estas se llenaron, se formaron varias filas que hacían que los atletas encontraran a su paso por mí una especie de pasillo humano en el que se oían gritos de ánimo capaces de ensordecer los oídos más sensibles. Durante prácticamente una hora, se sucedían distintos corredores cuyos ojos reflejaban una gran emoción que nacía metros antes, cuando desde el balcón que hay justo antes de mi primer escalón, el público allí congregado les daba la bienvenida justo al entrar en las calles de mi localidad directamente desde la montaña.
No sabía bien a quién mirar, si a esos héroes que se dirigían hacia el Santuario de Sant Joan de Penyagolosa, situado a unos 30 kilómetros de mi ubicación, o a ese público que, enfervorecido, los animaba para darles las fuerzas necesarias para continuar en su odisea. Mi atención pasaba de unos a otros. Entre el público, contemplaba ensimismada a esa niña de unos siete años con una sudadera roja que, mientras su madre ayudaba a su padre cambiándole el agua y guardando en su mochila unos higos secos, miraba a su héroe con admiración y preocupación;
a un joven adolescente con camiseta sin mangas pese a la baja temperatura propia de esas horas del día que al oído le decía a su hermano que estaba orgulloso de él y que confiaba en que iba a conseguir llegar a la meta; a un padre de avanzada edad con sombrero que le recomendaba a su hija que bajara el ritmo pues aún quedaba mucha carrera; a una chica de ojos verdes clarísimos que buscaba con sus labios los de su novio con la intención de transmitirle la fuerza necesaria para que siguiera empujando hacia adelante; a un grupo de niños y niñas vestidas con el chándal de su colegio que con risas tímidas animaba a su profesor mientras entre bromas le decían que si podía anular el examen del lunes; a unos jóvenes con la equipación de su club que le manifestaban su confianza al compañero que había tenido la suerte de hacerse con un dorsal; y a otros cientos de personas que habían acudido esa mañana para, por distintos motivos, mostrar su apoyo a ese querido que llevaba preparándose la carrera, con gran esfuerzo y renuncia a tantas cosas. Y, lógicamente, también les observaba a ellos, a los verdaderos protagonistas de la jornada, a los corredores y corredoras que, aunque sabían que aún les quedaba la parte más dura de la carrera, eran capaces de subir mis escalones de dos en dos, perdiendo el norte y la respiración, como canta Extremoduro, y siendo conscientes de que quizás estaban gastando un cartucho que más adelante, probablemente en la subida a El Marinet, echarían de menos. Mis ojos se posaban en un padre que buscaba emocionado a su mujer y a su hija con sudadera roja, a la primera para que le asistiese con
la hidratación y la nutrición necesaria para seguir su camino, y a la segunda para que su mirada inocente le transmitiese fuerzas para continuar; en un joven que se deshacía en lágrimas al ver que su hermano, con una camiseta sin mangas, con quien se peleó hacía ya dos meses, había venido a verle como cada año, colocándose en el mismo sitio de siempre; en una hija que buscaba consejo en las palabras de su padre, un señor con sombrero muy conocido en el pueblo pues había participado en las primeras ediciones de esta carrera antes de que una lesión le hiciera cambiar las zapatillas de correr por la bicicleta; en un joven que no podía ocultar el amor que sentía por esa chica de ojos verdísimos de la que se había enamorado años atrás mientras ambos preparaban juntos precisamente esta prueba; en un hombre de unos 35 años que no podía contener las lágrimas al ver que sus alumnos habían madrugado, con el trabajo que sabía que les costaba, para ver a su profesor de matemáticas que emocionado días antes les decía que ese sábado correría la carrera de sus sueños; en un chaval que con la camiseta de su club se abrazaba a un grupo que vestía igual que él; en cientos de corredores que levantaban sus brazos para enloquecer más si cabe ese ambiente enloquecido.
Y, sin darme cuenta, el último de los corredores subía mis peldaños. El silencio volvía a las calles de mi pueblo. Sé que tendré que esperar un año para volver a vivir ese día que se ha convertido en mi favorito del calendario. Sentía envidia por las calles de Xodos que en algo menos de dos horas verían
a esa caravana de emociones formada por corredores y por seres queridos. También, de esa curva de prácticamente 180 grados que los corredores tomarían para dirigirse ya, por fin, a la línea de meta. Primero, la emoción; después, la envidia. ¿Quién puede negar que tengo sentimientos?
Yo soy las escaleras de carrer Freginal en Les Useres. Me llaman “Escaleras hacia el Cielo”. Los que se expresan en el idioma anglosajón me conocen como “Starway to Heaven.
www.penyagolosatrails.com
issthemountain: Hola, Gemma. ¿Has vuelto ya a los entrenamientos después de tu victoria en la MiM de ASICS Penyagolosa Trails? [Esta charla tuvo lugar unos días después de que Gemma se hiciese con su tercera victoria en la carrera de Castellón].
Gemma: Sí, salí ayer a correr. Aún no estamos haciendo mucho, pero ya hemos vuelto a los entrenamientos, comprobando que las piernas están recuperadas. Estuve un par de días, el domingo y el lunes, sin hacer nada, pero el martes sí que tuve una clase de pilates y una sesión de fuerza. Ayer y hoy, miércoles y jueves, ya sí que he corrido. Mañana descansaré de nuevo.
K: En cualquier caso, tú estás más que acostumbrada a competir casi cada fin de semana, por lo que entiendo que tus piernas también lo estarán a recuperar rápido.
G: La verdad es que hay épocas del año en las que compito más. Desde que empezó marzo, prácticamente cada dos fines de semana. Así será hasta mediados de junio y de nuevo a partir de septiembre u octubre.
Gemma Arenas es una de las corredoras de montaña más respetadas del mundo. Su regularidad es digna de admiración. Está siempre ahí, en más carreras que nadie y normalmente en las primeras posiciones. Hace unas semanas se hacía con una nueva victoria, la tercera, en la MiM de Asics Penyagolosa Trails. Charlamos con la atleta de Joma sobre las claves que le han llevado a ocupar la posición que hoy tiene, sobre su motivación, su carrera en la MiM y sobre futuro, porque, aunque lleve ya una década compitiendo al más alto nivel, como ella misma nos dice, aún nos queda Gemma para mucho tiempo. Gracias por ser fuente de inspiración para tantos y tantas.
Por Kissthemountain
Hay veces que incluso lo hago semanas seguidas, siempre dependiendo de cómo voy recuperando.
K: Gemma, muchas felicidades por tu tercera victoria en la MiM [2016, 2023 y 2024]. Cuando te vi en meta, te comenté muy sinceramente que me parece digno de admiración la regularidad que tienes. Siempre estás ahí delante. Puede ser un cuarto puesto en Transgrancanaria o los dos primeros que llevas prácticamente seguidos en Ultra Sierra Nevada y en Penyagolosa Trails.
G: A Transgrancanaria, como a Penyagolosa Trails, voy siempre que puedo porque me gustan mucho. Pero en el caso de la prueba de Gran Canaria, es siempre principio de temporada y me falta entrenamiento. No puedo pedir mucho más. Ahora, ya sí que estoy metida del todo. Este año será más raro porque no podré descansar la mitad de julio y agosto, como siempre hago, debido al mundial.
K: Como te decía, es muy difícil encontrar a otros corredores y corredoras con tu trayectoria, que se
inicia hace unos 10 años. Recuerdo que ya en 2016 te proclamabas campeona de la Copa del Mundo de Skyrunning, con aquella victoria en la prueba final en Ultra Pirineu. Es muy difícil verte fallar en carreras. Ni siquiera recuerdo que te hayas retirado últimamente.
G: Las pocas retiradas que he tenido han sido por problemas de estómago. Tengo dispepsia y hago las digestiones muy lentamente. El médico me dijo que eso sería para siempre. Tengo que comer pocas cantidades muchas veces al día. Con el tiempo, he aprendido lo que puedo y no comer en carreras y fuera de ellas. La última vez que me retiré fue en la Tenerife Bluetrail de 2022. Algo me sentó mal y fui sufriendo desde el kilómetro 15 al 35. Aún me quedaba mucho y no podía comer ni beber. Sí, soy muy regular. Quizás sea porque le doy mucho descanso al cuerpo. En un europeo, hace tiempo, le comentaba a los otros atletas que yo descanso dos o tres días a la semana. Ellos se echaban las manos a la cabeza, ya que sólo lo hacían uno
de cada 15. A cada uno le funciona de una manera. Tengo la suerte de que me entrena mi pareja [Gemma se refiere al también excelente corredor Agustín Luján]. Él ve en cada momento cómo estoy de forma. Si un día me observa floja, cortamos el entrenamiento y lo posponemos; si ve que me puede exigir más, lo hace. Como te decía, dependiendo de lo que estemos preparando, hay muchas semanas que corro cuatro días. Si compito dos semanas seguidas, entre carreras, sólo lo hago un día, normalmente el jueves.
K: Vas adaptándote a lo que te pide el cuerpo con la suerte de que tu entrenador es tu pareja. G: Exacto. No tengo la obligación de sí o sí entrenar. No hay otro secreto para mi regularidad. A unos le va bien una cosa y a otros, algo diferente. Confío mucho en Agus. Si entrenara con mayor frecuencia, quizás me lesionaría más a menudo. Llevo corriendo en montaña desde hace mucho tiempo y no he tenido lesiones graves. Sí alguna molestia, pero no para tener que dejar de correr. No es un milagro. No existe un secreto para esto. Tampoco siento ninguna presión, y eso seguro que influye en mi rendimiento y en no lesionarme.
K: Para preparar estas entrevistas, me gusta mucho ver el blog de Monrasín, donde figura el palmarés de muchísimos corredores y corredoras. Creo que tu página es la más extensa en cuanto a carreras. Muchas veces llego a la conclusión de que al resultarte difícil encontrar montaña cerca de Almagro, compites prácticamente cada
“Sí, soy muy regular. Quizás sea porque le doy mucho descanso al cuerpo. En un europeo, hace tiempo, le comentaba a los otros atletas que yo descanso dos o tres días a la semana. Ellos se echaban las manos a la cabeza, ya que sólo lo hacían uno de cada 15. A cada uno le funciona de una manera. Tengo la suerte de que me entrena mi pareja. Él ve en cada momento cómo estoy de forma. Si un día me observa floja, cortamos el entrenamiento y lo posponemos; si ve que me puede exigir más, lo hace”.
fin de semana. Al fin y al cabo, es como tu entrenamiento de calidad. ¿Estoy en lo cierto?
G: Así es, Juanmi. No tengo montañas cercanas y es necesario entrenar desnivel, partes técnicas… Otras cosas sí puedo hacer aquí, pero, para un deporte como el trail running, es necesario acudir a la montaña. Utilizo las carreras como entrenamientos de calidad para preparar citas importantes. Si me muevo 40 minutos, puedo encontrar algo, pero no para tirar cohetes. Además, sería siempre el mismo sitio. No puedes estar tres o cuatro horas dando vueltas por el mismo lugar. Tanto Agus como yo lo hemos hecho así desde 2015 y nos está funcionando.
K: Háblame de tu carrera en esta edición de la MiM. Te vi en varios puntos. El último antes de meta fue en Les Useres. Allí marchaba Mar Pastor en primer lugar. No sé si la conocías. ¿Llegaste a ponerte nerviosa?
¿Ibas con tiempos de paso orientativos? ¿En qué momento tomaste la cabeza?
G: Ya sabes que la salida es en llano durante el primer kilómetro y medio. Allí iba junto a Inés [Astrain], Carla [Pitarch] y una corredora noruega [Imaginamos que Gemma se refiere a Sara Rebekka Faro Linde]. Nada más empezar la subida, nos adelantó una chica. Era de noche y no le vi el dorsal, sólo que tenía una trenza. No me puse nerviosa en ningún momento porque sé que hay que llegar con piernas a Les Useres. Me dije de hacer mi propia carrera y si ella, Mar Pastor, ganaba, sería porque era más fuerte y se lo merecía. Yo llevaba apuntados mis
tiempos del año pasado y los iba clavando. Me iban dando referencias: medio minuto, uno, dos…, pero no me ponía nerviosa. A partir del kilómetro 28, comencé a verla y, pasando Les Useres, sobre el 31, la cogí, la adelanté y la animé. Poco a poco, me fui yendo hasta que dejé de verla. Todo seguía siendo una incógnita, porque no sabía cómo iría. Puede que fuera regulando o que no encontraba el ritmo. Sólo quedaba aguantar esa primera posición. Al ver que no me cogía en la subida a El Marinet, ya pensé que la victoria era mía, porque yo bajando suelo ser rápida. Si no me recortaba subiendo, era muy difícil que lo hiciera en el descenso final.
K: Antes de ir al momento de tu entrada en meta, me gustaría que me hablaras del ambiente que se vivió en Les Useres. Hay una foto
“Justo antes de llegar a las escaleras de Les Useres, ya había un montón de público. Te hacen correr aunque no tengas fuerzas. No sólo aquí, sino en muchos puntos de la carrera. He visto en vídeos y fotos que se formó un pasillo de gente por el que casi no se podía pasar. No me importaba. Estaba muy contenta de oír a tanta gente gritando mi nombre. Fue un momento muy bonito”.
de ti subiendo las escaleras mientras alzabas los brazos para que el público se volcara. Creo que ahí Mar sólo te sacaría unos 20 segundos.
G: Sí, me llevaría ese tiempo más o menos. Justo antes de llegar a las escaleras de Les Useres, ya había un montón de público. Te hacen correr aunque no tengas fuerzas.
No sólo aquí, sino en muchos puntos de la carrera. He visto en vídeos y fotos que se formó un pasillo de gente por el que casi no se podía pasar. No me importaba. Estaba muy contenta de oír a tanta gente gritando mi nombre. Fue un momento muy bonito.
K: Es que casi eres de allí. ¡Te van a adoptar! Llevas desde 2016 yendo a todas las ediciones, sin fallar ninguna.
G: Claro, eso se nota. Te llaman, te reclaman. Son muchos años. Me siento muy privilegiada. Me animan con muchísimo cariño. Se ve que es sincero y eso siempre se agradece. Me preguntan que por qué voy siempre a esta carrera. Además de porque se adapta muy bien a mis cualidades, está el ambiente que hay y la gente conocida. Eso no tiene precio.
K: En este número, hacemos también un artículo muy especial sobre ese paso por Les Useres. Me quiero ir ahora al momento de tu entrada en meta. Estaba junto a Agus y se te veía realmente contenta. ¿Se acostumbra una a ganar y se emociona menos, o una victoria, más en el Santuario de Penyagolosa, es siempre especial?
G: Creo que una nunca se acostumbra a ganar. Siempre alegra. Si no es la victoria, al menos estar ahí delante, ¿no? Más en esta carrera, ya que al final, al tener más desnivel positivo que negativo, va desgastando mucho. También está el calor y la tensión. Llegar allí, a Sant Joan de Penyagolosa, hace de esta meta algo muy diferente. Yo la he podido disfrutar ganando tanto en la CSP como en la MiM. También con el cuarto puesto del mundial de 2018, con el que el equipo se proclamó campeón del mundo. Disfruté, a nivel individual, como si hubiera ganado, porque estaba rodeada de amigos, familia y de gente que me quería. Esas llegadas son súper
emotivas. Siempre te gusta estar ahí. Este año, también estaba todo el equipo de JOMA. Sentí una alegría que no se puede describir. Es el resultado de mucho esfuerzo y sacrificio.
K: Hace poco, hablábamos con Miguel Heras, un corredor que, como tú, se muestra siempre muy regular. Era obvio preguntarle dónde radican los motivos para que esté siempre delante y para que mantenga la motivación. Nos decía que todo el mundo le recordaba su edad, y que la clave probablemente estaba en la fuerza mental. Tú eres algo más
trenando soy muy mala, pero que cuando me pongo un dorsal me transformo. La verdad es que soy muy competitiva, aunque luego amiga de mis rivales. Me encantan esos nervios que hay justo antes de la salida. La motivación, como dice Miguel, no tiene nada que ver con la edad, sino con encontrarte bien, recuperar, tener ilusión por seguir haciendo lo que tanto nos gusta... Estar año tras año ahí arriba es muy difícil. Empecé a correr por montaña con 35 años, pero como me siento tan bien y tan cómoda, no me planteo la edad. No tengo ninguna cana. Agus me dice que mi reloj biológico va muy por detrás [Risas].
K: Queda Gemma para mucho tiempo.
“Creo que una nunca se acostumbra a ganar. Siempre alegra. Si no es la victoria, al menos estar ahí delante, ¿no? Más en esta carrera ya que, al final, al tener más desnivel positivo que negativo, va desgastando mucho. También está el calor y la tensión. Llegar allí, a Sant Joan de Penyagolosa, hace de esta meta algo muy diferente. Yo la he podido disfrutar ganando tanto en la CSP como en la MiM. También con el cuarto puesto del mundial de 2018, con el que el equipo se proclamó campeón del mundo. Disfruté, a nivel individual, como si hubiera ganado, porque estaba rodeada de amigos, familia y de gente que me quería”.
joven que Miguel, aunque creo que hace no mucho cumpliste los 45. ¿De dónde sacas tú la motivación? Son muchos años ahí arriba, compaginando el deporte con tus hijos y tu trabajo.
G: La motivación para mí no es un problema. Correr me encanta. Agustín siempre ha dicho que en-
G: Creo que sí. Me encanta competir, recupero bien y no me falta motivación. Cuando termino una carrera, si me ha salido mal, sólo pienso en recuperar e ir a por la siguiente; si me sale bien, doble extra, ¿no? A la próxima, mejor. Mientras las lesiones me respeten y el cuerpo aguante, os queda un rato de estar ahí aguantándome.
K: Además, este año te ha llegado un extra de motivación con tu incorporación al equipo JOMA. Ya estaban antes en el mundo del trail, pero esta temporada se nota una apuesta definitiva. Quería preguntarte si únicamente estás con ellos como atleta o, si por el contrario, también participas y ayudas en el desarrollo de producto.
G: Tengo ambas funciones. Cuando me presentaron el proyecto, vi las instalaciones y conocí a toda
la gente, más encantadores imposible, con ganas de mejorar el producto, con un gran potencial e intención de escucharnos a los atletas, no pude decir que no. Hay proyecto a largo plazo. No se puede mejorar todo en un año, pero se sientan, te escuchan y toman nota para mejorar. Además, vienen a todas las carreras que pueden para apoyarnos. Creen en mí y eso motiva, claro. Es otro plus para seguir tratando de hacer las cosas lo mejor que sé.
K: Me alegro mucho por ti, Gemma.
G: Los cinco años que estuve en Sport HG - AML Sport fueron muy buenos. Sólo tengo palabras de agradecimiento para ellos. Pero bueno, los cambios vienen por algo, y normalmente son para mejor. En la vida hay que ir probando cosas nuevas. Los años van pasando y no puedes dejar escapar las oportunidades. Estuve unos días un poco triste, porque había estado mucho tiempo con ellos.
K: Gemma, ya terminamos. Siempre me gusta preguntar a los corredores dónde los veremos en esta temporada. En tu caso, es difícil porque siempre tienes muchas carreras en mente.
G: Este año es un poco diferente. En nada, estaré en la Domusa Teknik. Me llamaron para invitarme y pusieron tanto empeño que no pude negarme. Después, a la semana siguiente, vamos a Transvulcania. [En ambas carreras, Gemma se hizo con la victoria]. Yo haré la maratón y Agustín, el ultra. Después de Penyagolosa, no me quería meter otra carrera de tantos kilómetros. Luego vendrá el euro-
peo, donde espero que cuenten conmigo, aunque todavía no hay nada oficial. También haré la Tenerife Bluetrail, la de 70K. Descansaré unas tres semanas y media hasta la carrera de Somiedo. Y, claro, me gustaría estar en el Campeonato del Mundo, en el Desafío Urbión, en la primera semana de septiembre. Este año creo que me quedo sin playa. En vacaciones, iremos al norte para conocer un poco el recorrido.
K: ¡Un buen calendario! Nos veremos en Transvulcania. Yo también estaré por allí. Dale un abrazo muy fuerte a Agustín.
“La motivación para mí no es un problema. Correr me encanta. Agustín siempre ha dicho que entrenando soy muy mala, pero que cuando me pongo un dorsal me transformo. La verdad es que soy muy competitiva. Me encantan esos nervios que hay justo antes de la salida. La motivación no tiene nada que ver con la edad, sino con encontrarte bien, recuperar, tener ilusión por seguir haciendo lo que tanto nos gusta... Estar año tras año ahí arriba es muy difícil. Empecé a correr por montaña con 35 años, pero como me siento tan bien y tan cómoda, no me planteo la edad. No tengo ninguna cana. Agus me dice que mi reloj biológico va muy por detrás [Risas]”.
Texto: Kissthemountain
un maestro de escuela nunca deja de serlo incluso cuando ya no imparte clases. Probablemente, su vocación y el placer que obtiene con sus enseñanzas son motivos más que suficientes para seguir formando a aquellos que se acercan a él para ampliar sus conocimientos.
Luis Alberto Hernando es, para muchos de los que hemos crecido en el mundo del trail running viendo sus actuaciones en numerosas carreras, un gran maestro del que no nos cansamos de aprender. Hace unas semanas, tuvimos el privilegio de verle de nuevo en competición con ocasión del 25º aniversario de la MiM de Asics Penyagolosa Trails, un escenario donde ya impartió una gran lección en el Campeonato del Mundo que allí se celebró en 2018. En aquella carrera, el corredor ya convertido en leyenda se proclamó campeón del mundo en la meta de Sant Joan de Penyagolosa. Quizás era lo que todos esperábamos de un corredor que rara vez falla. La lección la dio a lo largo de toda la carrera. A mitad de la prueba, a su paso por Benafigos, Zach Miller tenía una ventaja sobre el español de unos cuatro minutos. El protagonista de este artículo no se puso nervioso. O quizás sí, eso no lo sabemos. Lo que sí presenciamos los que allí estábamos fue a un corredor que apretó los dientes, cambió de marcha, y con la potencia con la que le hemos visto en muchas otras carreras, ayudándose de sus eternos bastones, fue con
una determinación descomunal en su caza. En el siguiente punto de paso, en Collao, era Luis Alberto quien le metía 18 minutos a Zach. En esos kilómetros, para los que el burgalés empleó 1 hora y 21 minutos, sacó también seis minutos a Tom Evans, cinco a Jonathan Albon, ocho a Ludovic Pommeret y uno a Cristofer Clemente, quien a la postre entró en segunda posición dando el oro al combinado nacional, al igual que ocurría en categoría femenina. Estos tiempos dan una muestra de que en aquella ocasión Luis Alberto Hernando no dio una simple clase, ni tan siquiera una master class como dicen ahora, sino que simplemente sentó cátedra. Una más.
Pero no todas las clases que imparte un maestro tienen por qué culminar con hitos que pasan a la historia. La que nos dio Luis en la pasada edición de Penyagolosa Trails no lo hará. Entró en meta el 14º, una posición muy alejada de aquellas a las que nos tenía acostumbrados, pero no por ello, para el que escribe, dejó de darnos una lección. Así se lo comentaba en la línea de meta, un gesto que me pareció que agradecía sinceramente.
Hace tiempo que Luis Alberto Hernando está alejado del foco competitivo. En una carrera que se celebró en Asturias hace ya algunos años, 100 Millas Por el Camino del Oso, en un momento que no recuerdo bien, que creo que fue durante una cena, nos decía que estaba en una época de su vida profesional como Guardia Civil de Montaña que le exigiría una mayor dedicación que se traduciría en menos posibilidad de
entrenar. Estaba anunciándonos un parón en su faceta deportiva. No fui plenamente consciente de eso que nos contaba. Sólo el tiempo transcurrido desde entonces, el año 2021, ha puesto en perspectiva para mí las consecuencias de aquella decisión. Por eso, cuando la organización de Penyagolosa Trails le anunciaba entre los participantes de esta edición, me alegré muchísimo. Podría volver a ver a esa bestia competitiva cuya respiración puede llegar a asustar a un rival al que está a punto de dar caza. No sabía qué versión encontraría del burgalés. Alguien me había comentado que estaba tratando de preparar una buena Transvulcania, carrera que esponsoriza su marca, Adidas Terrex, y que su estado de forma era todo una incógnita. Su calma y sonrisa habitual mientras recogía el dorsal no daba pistas.
La carrera no fue bien para él, o eso al menos creo, aunque quizás me equivoque. En Les Useres, kilómetro 30 aproximadamente, pasó en 38ª posición, a 28 minutos de los primeros clasificados; en Torreselles, kilómetro 41, había caído a la 40ª posición, a 43 minutos de la cabeza. En ambos avituallamientos, incluso las tres primeras clasificadas en categoría femenina pasaron por delante. A partir de ese momento, algo cambió en él, comenzando a remontar posiciones, hasta 26, para entrar en meta en 14ª posición. Pero la lección de la que hablo no está simplemente en esa gran recuperación, en venir de menos a más, sin importar que hasta los últimos 20 kilómetros no encontraba ritmo de carrera. Para mí, la clase magistral, su enseñanza, fue no rendirse, no abando-
© QUIM FARRERO ASICS PENYAGOLOSA TRAILS
© J. M. MUÑOZ EGEA | ASICS PENYAGOLOSA TRAILS
narse y no decirse que hasta ahí había llegado y que no valía la pena seguir luchando. ¿Cuántos corredores de los de primer nivel habrían hecho eso? ¿Quién con ese palmarés deportivo no se habría, incluso por orgullo, retirado y buscado excusas como la que el estómago no iba bien o que sufría algunas molestias que no quería agravar? No es fácil concluir en una respuesta cien por cien fiable. Pero de lo que sí que estoy seguro es de que, una vez más, Luis Alberto Hernando nos había dado una gran lección llena de pundonor, determinación y, por supuesto, humildad.
Cuando leáis estas líneas, él probablemente habrá competido en Transvulcania. Veo difícil que repita esos éxitos que ya ha vivido en la carrera palmera, pero quién sabe. Con un maestro de este nivel, todo es posible. Gracias, Luis.
issthemountain: Hola, Genís. ¿Qué tal están esas piernas? ¿Se han recuperado ya de la MiM de Asics Penyagolosa Trails? [Esta charla tuvo lugar unos días después de la prueba de Castellón que celebraba su 25º aniversario]. Imagino que hacer esos algo más de 60 kilómetros en 05:42, para conseguir una quinta posición, castigará mucho las piernas. Genís: Pensaba que estarían peor. Muscularmente, los días posteriores me encontré mucho mejor que en carreras de 20 kilómetros a ritmos muy altos. Eso ya lo sabía más o menos. Lo que sí me llamó la atención es que terminé muy cansado físicamente. El domingo no tenía prácticamente energía. Nunca me había sentido así, aunque, claro, tampoco había estado tanto tiempo corriendo. Esta semana, junto a mi entrenador, la habíamos planteado de forma tranquila, ya que el próximo objetivo es dentro de un par de meses. Habíamos contemplado hacer bicicleta para que las piernas pudieran relajarse y también para limpiar alguna molestia que tenía. La verdad es que ahora ya están plenamente recuperadas.
Hace unas pocas semanas, Genís Porqueras entraba en quinta posición en la meta de la MiM de ASICS Penyagolosa Trails. Como él mismo nos dice, es probablemente su resultado de mayor prestigio en su carrera deportiva. Aún no hace dos años que entró en el equipo, a través del Asics Trail Elite Factory. Sintió que este resultado era una forma de agradecer su confianza. Pero estos no fueron sus únicos sentimientos en meta. La recompensa por el esfuerzo realizado y pensar que gente que ya no está estaría orgullosa de él hicieron que su cara reflejara pura emoción. Charlamos con un atleta que poco a poco está dando el salto a distancias mayores. Seguro que con su gran determinación y sacrificio consigue que su nombre se consolide entre los más grandes del panorama del trail running.
Por KissthemountainK: Estaba en la línea de meta cuando entraste. Se te veía muy emocionado a la vez que realmente cansado. Tu cara reflejaba una mezcla de ambas cosas. Ahora hablaremos de eso. Antes quería ir por otro lado. He estado echando un vistazo a tu palmarés de los dos últimos años. Tienes dos podios en la distancia de 21K de Trail 100 Andorra by UTMB, en Trail Cap de Creus, en Trail Rocacorba, en Skyrace Pic de l’Orri… Seguro que me dejo algún otro resultado importante. Son podios en carreras de prestigio, pero no sé si sientes que el resultado del pasado fin de semana en la MiM está entre tus mayores hitos de tu trayectoria en el mundo del trail.
G: Sí, creo que la MiM ha sido mi mejor carrera. Llegar a la meta y ver la cantidad de prensa que había, las cámaras durante todo el recorrido, tantísima gente animando… Pienso que ha sido la carrera más top en la que he participado, similar a la OCC del pasado verano. Así que, sí, es seguramente mi mejor resultado. Estoy realmente contento porque llevaba cuatro o cinco meses muy enfocado en
esta carrera y las cosas han salido bien. Sabía que llegaba en forma, pero no me esperaba verme tan arriba, adelantando a atletas con mucho nombre. Cuando pasé a Marcos Ramos o a Ricardo Cherta, fui consciente de que estaba haciendo una muy buena carrera. Al llegar a meta y ver que había hecho un quinto puesto, me di cuenta del todo.
K: El ambiente de esta carrera es diferente.
G: Sí, llegar a Les Useres y ver toda esa gente…
K: Me comentas que tenías esta carrera en tu radar desde hacía ya cuatro o cinco meses. Me gustaría que me contaras cómo planteas una carrera que es para ti un gran objetivo de una distancia que no es la habitual en ti. Es cierto que el verano pasado participaste en la OCC [Genís entró en 25ª posición], una carrera de 56 kilómetros, o este año, sin ir más lejos, en la distancia maratón de la Chianti Ultra Trail [8ª posición], pero la MiM ha sido la mayor distancia en la que has competido. ¿Cuáles eran tus expectativas? ¿Cómo planificas es-
tratégicamente una carrera así? Supongo que antes de salir se le tiene mucho respeto a esta distancia.
G: Suelo preparar bien cada carrera, pero esta quizás la he estudiado mejor al ser la distancia más larga en la que he competido. Una semana antes, miré tiempos del año pasado y fui marcándome los míos para cada punto. Estudié los de Raul Butaci, quien suele ir de menos a más. Me marqué unos tiempos de paso similares a los suyos, quizás un poco más lentos porque es un corredor muy bueno. Iba siempre un poco por encima de los marcados, pero no me estresé porque sabía que se estaba corriendo un poco más lento que el año anterior. Salí tranquilo. En los primeros avituallamientos, más o menos en los puntos kilométricos 10 y 20, creo que iba en el top-12. Tenía en mente ir poco a poco. Los primeros kilómetros eran muy rápidos y no quería pasarme. Sabía que era muy importante guardar piernas para los últimos 20, que son de subir mucho. A partir de Les Useres, apreté un poco más, adelantando a gente hasta llegar a la séptima posición en el kilómetro 40. A Xodos, llegué sexto. Fue cuando pasé a Ricardo Cherta. Me dijeron que tenía a unos tres minutos a dos compañeros de equipo que no llevaban buena cara. Yo me sentía con un punto más, así que apreté. En la última subida, la gente me
“Sí, creo que la MiM ha sido mi mejor carrera. Llegar a la meta y ver la cantidad de prensa que había, las cámaras durante todo el recorrido, tantísima gente animando… Pienso que ha sido la carrera más top en la que he participado, similar a la OCC del pasado verano. Así que, sí, es seguramente mi mejor resultado. Estoy realmente contento porque llevaba cuatro o cinco meses muy enfocado en esta carrera y las cosas han salido bien”.
comentaba que era el único que corría. Iba muy bien. Conseguí coger a Marcos antes de llegar arriba. En los últimos cinco, llanos y en bajada, apreté, pero no logré ponerme cuarto.
K: ¿Cómo te viste mentalmente a lo largo de la prueba? ¿Tuviste altibajos o fue todo rodado?
G: Al empezar la carrera, sí tuve algún momento más crítico. No estoy acostumbrado a correr con frontal. No había entrenado de noche. El que llevaba era muy normalito. Alumbraba poco. Me vine un tanto abajo porque, aunque en subida iba bien, me daba miedo hacerme daño en las bajadas. Vi como la gente se me iba. Más o menos iría en 12ª posición. Traté de mantener la calma hasta que saliera el sol. En ese momento, me motivé más. Además, a mí el calor me sienta muy bien, probablemente mejor que a otros.
K: ¿Y más adelante?
¿No tuviste ningún momento de bajón?
G: El día de antes, lo hablaba con Julen Calvó [Julen entró en segunda posición en meta]. Dormíamos en la misma habitación. Nos decíamos que había que mantener la calma porque en una carrera de seis horas puedes morir, volver a nacer y morir de nuevo. Sabía que podrían venir momentos malos, pero que estos se superan. Lo cierto es que no pasé por ninguna crisis.
Useres. Llevo yendo a esta carrera desde hace cinco o seis años. Siempre he visto mucho ambiente en este pueblo y en otros, pero creo que en esta edición había incluso más. La entrada al pueblo directamente de la montaña, subiendo esas escaleras que te llevan al avituallamiento en la plaza, estaba este año lleno de gente. Fueron 300 o 400 metros en los que se formó un pasillo de público gritando. Incluso antes,
“Justo antes de llegar a Les Useres, empecé a oír mucho ruido. Levanté la cabeza y vi ese balcón del que hablas. Había muchísima gente. En las escaleras y en la calle que llevaban al avituallamiento, se formó un pasillo humano, parecido al que se ve en el Tour de Francia. Me había dicho muchas veces que pagaría por vivir un momento así. En las escaleras, tenías el sitio justo para pasar, con muchísimas personas gritándote y animándote. Fue un chute de motivación brutal. Subía las escaleras de dos en dos, gastando un cartucho, pero sintiendo que merecía la pena”.
desde un balcón situado a la entrada del pueblo, había una gran multitud animando. Me pareció espectacular.
K: Eso es perfecto, Genís. Quería ir contigo ahora al paso por Les
G: Justo antes de llegar a Les Useres, empecé a oír mucho ruido. Levanté la cabeza y vi ese balcón del que hablas. Había muchísima gente. En las escaleras y en la calle que llevaban al avituallamien-
to, se formó un pasillo humano, parecido al que se ve en el Tour de Francia. Me había dicho muchas veces que pagaría por vivir un momento así. En las escaleras, tenías el sitio justo para pasar, con muchísimas personas gritándote y animándote. Fue un chute de motivación brutal. Subía las escaleras de dos en dos, gastando un cartucho, pero sintiendo que merecía la pena.
K: Atravesar diferentes pueblos hace a Penyagolosa Trails una carrera diferente. No es como otras en las que pasas mucho tiempo solo en la montaña, sin ver a nadie.
G: Exacto, así es.
K: Decidí que quería hablar contigo para el número de mayo de Kissthemountain cuando te vi entrar en meta. Tu cara reflejaba algo muy fuerte que no sabía si era emoción o cansancio. Incluso me pareció verte llorar.
G: Fue una mezcla de emociones. Llegas a meta exhausto y sientes que te ha salido una carrera de 10. Llevaba cinco meses trabajando para esto, con muchos sacrificios, cuidando mucho la alimentación y renunciando a planes con amigos. Tengo 25 años, y a esta edad, pues la gente va de fiesta, a comer fuera… Yo he dejado eso a un lado para centrarme sólo en entrenar y descansar. Al llegar a meta, sientes que todo ese esfuerzo ha valido la pena. Y hubo otro sentimiento aún más fuerte. Perdí a mi madre cuando tenía nueve años. Estaba solo con mi padre y mi hermana. Hace un año o así, ella también falleció. En una carrera de seis horas, pensar en ellos me daba mucha fuerza. Sentía que estarían orgullosos de mí. En meta, me es-
peraba un primo mío que siempre está a mi lado. La verdad es que me derrumbé. Pensar en ellas, con todo el cansancio y ver que todo el esfuerzo había valido la pena… Fueron momentos muy intensos.
K: Además, es que la meta en el Santuario de Sant Joan de Penyagolosa invita a que las emociones estallen.
G: Así es. También vi a la gente de ASICS, que tanto me ha apoyado. Tenía muchas ganas de venir a esta carrera que ellos patrocinan.
corredores que son tus compañeros de equipo. Desde dentro, siempre nos han quitado presión. Nos han insistido en que no hay que tener prisa, sino ir poco a poco mejorando, pero de alguna forma, también quería decir que yo estoy aquí.
K: Entrar en quinta posición en la carrera de trail de ASICS es al fin y al cabo una forma de decirlo.
G: La verdad es que sí. Este resultado también es para ellos. El año pasado me preguntaron si me animaba a hacer esta carrera. Sí, fue también por ellos, para agradecerles el apoyo que me dan.
“Fue una mezcla de emociones. Llegas a meta exhausto y sientes que te ha salido una carrera de 10. Llevaba cinco meses trabajando para esto, con muchos sacrificios. Piensas que todo ese esfuerzo ha valido la pena. Y hubo otro sentimiento aún más fuerte. Perdí a mi madre cuando tenía nueve años. Hace un año o así, mi hermana también falleció. En una carrera de seis horas, pensar en ellos me daba mucha fuerza. Sentía que estarían orgullosos de mí. En meta, me esperaba un primo mío que siempre está a mi lado. La verdad es que me derrumbé. Pensar en ellas, con todo el cansancio y ver que todo el esfuerzo había valido la pena… Fueron momentos muy intensos”.
Sé que le tienen un gran cariño. Quería hacer un buen resultado también por ellos. Entré en el equipo hace casi dos años, tras el ASICS Trail Elite Factory. Te ves, de repente, rodeado de grandísimos
K: ¿Con qué zapatillas corriste? La decisión no es fácil pudiendo elegir entre las Trabuco, las Fuji Speed o las Fuji Lite.
G: En esta carrera, estaba entre las Trabuco 12 y las Fuji Lite. Sabía que las Trabuco habrían ido perfectas para los últimos kilómetros, en los que había mucha piedra, pero me arriesgué y opté por las Fuji Lite que son más ligeras. Fue una buena elección. Es una carrera en la que se puede correr mucho. No me equivoqué. Terminé con los pies muy bien.
K: Son muy ligeras, pero funcionan muy bien en la larga distancia.
G: Sí, al final son muy cómodas.
K: ¿Vuelves este año a la Trail 100 Andorra?
G: Sí, a la de 50 kilómetros.
K: ¿Buscas plaza para UTMB?
G: No, ya la tengo para este año y para el que viene. La carrera de Andorra me gusta mucho. La tengo a dos horas de casa y entreno mucho por allí. Será mi tercer año seguido. Tengo dos segundas posiciones en la de 21K, pero este año, a ver qué tal se me da la de 50K.
K: Y luego, imagino que harás la OCC de UTMB, ¿no?
G: Exacto. Luego, si todo va bien, iré a la distancia maratón de Ultra Pirineu y a Mallorca UTMB.
K: ¿Qué esperas de esta temporada?
G: Quiero seguir consolidándome en esta distancia. Creo que me gusta más que la corta. En las carreras de menos kilómetros, está viniendo mucha gente que hace atletismo desde joven. Te sacan de punto desde el primer kilómetro [Risas]. En cambio, en carreras de unos 50 kilómetros, aunque el
ritmo es alto, no es tan fuerte. Espero seguir con esta dinámica de buenos resultados y poco a poco ir aumentando la distancia. Al final, es todo aprendizaje para mí. También quiero correr en carreras con más nivel, para aprender de los más grandes corredores.
K: A ver si te sale una buena OCC.
G: Me gustaría bajar mi tiempo del año pasado, que fue de 05:20. También me apetece mucho estar allí esa semana con todo el equipo.
K: Antonio Martínez, tu compañero en ASICS, seguro que te puede dar algún consejo. Esa carrera no se le da nada mal.
G: Seguro que sí.
K: Muchas gracias, Genís. Espero que te salga una carrera espectacular.
G: Gracias a vosotros.