RELATOS 2A

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CUÉNTAME UN CUENTO


RELATOS GANADORES

SELECCIÓN HECHA POR LOS COMPAÑEROS DE CLASE

2010/2011 2.A TALDEA


ÍNDICE

La Verdadera Historia de Peter Pan – Sara Nieto

El Niño Mendigo – Sarai Rivas

¿Por El Perro Patxón? – Ander Arellano

El Misterio Del Monte Kinam – Itziar Echaide

El Viaje Al Futuro – Maitea Ortega

Cuenta Lo Pasado – Erkuden Lasa

C.D. Mariño vs Sanse – Jagoba Gonzalez


LA VERDADERA HISTORIA DE PETER PAN

Hace muchos años el nombre Peter Pan pululaba por las calles de la antigua Londres. El 99% de la gente afirmaba que Peter Pan no era más que una leyenda urbana. La famosa Estadounidense Wendy era una periodista sorprendente. Todos los artículos que ella había escrito habían llegado a ser noticia de primera portada.

Wendy era una señora mayor de sesenta años. Sabía que no le quedaba más que una noticia por escribir. Después, ningún relato suyo volvería a publicarse, le llegaría la jubilación. Tenía que escribir algo especial, ya que quería que su artículo quedase para siempre en la memoria de muchas personas.

Había oído hablar sobre la leyenda de Peter Pan, ella sabía que el 99% de las personas afirmaban que era leyenda, pero… ¿Y ese 1%? Se preguntaba Wendy. ¿Podía ser cierto que aquel niño existiese? Todas esas preguntas y más la impulsaron a comprarse un billete y volar a Londres. Ella no sabía lo que le esperaba allí. Tal vez su viaje fuese en vano, pero Wendy tenía curiosidad.

Era diciembre cuando Wendy dejo sus maletas en su pequeño hotel en Londres. Cogió una libreta y un bolígrafo. Después de eso salió a la calle y empezó a preguntar.

Había estado dos horas en la calle muerta de frio preguntado a la gente sobre aquel niño, pero nadie le prestaba la atención suficiente como para poder sacar


algo interesante para su artículo. Entonces ella pensó que no había interesante su trabajo. Más triste que nunca Wendy entro en un Bar de Londres llamado Nunca Jamás. Aquel día a Wendy lo único que le había llamado la atención fue ese nombre, y ella como hacía de costumbre lo apuntó en su libreta. Al entrar en aquel bar lo primero que vio fue a un hombre con aspecto de pirata en la barra. Se le acercó y vio que tenía una mano amputada. Era un hombre muy siniestro. En su brazo derecho estaba tenia escrito: Garfio. Junto a él se encontraba un señor rechoncho con un gorro rojo. Wendy entró en calor con un te verde, miraba a su alrededor y creía estar en un barco. Todas las personas que estaban en el bar parecían salidas de cuentos o historia ficticias. Eso también le llamo la atención y lo escribió en su libreta.

La noche era preciosa en Londres, Wendy veía caer la nieve desde su ventana del hotel. Sin esperanza de cumplir su propósito había tomado una decisión, volvería a Estados Unidos a buscar otra noticia.

Recuerdo ver a Wendy a la mañana siguiente salir del hotel con las maletas. Antes de coger otra vez el avión de vuelta decidió tomarse un té en su misterioso bar "Nunca Jamás". Al entrar vio otro ''personaje'' que no había visto el día anterior, era un hombre de unos cincuenta años que iba vestido de verde, era flaco y esbelto y se acercaba a hablar con todos los clientes. Fue entonces cuando Wendy llamó al camarero y se le acercó él.

Él le conto que se llamaba Peter, Peter Pan. Se sentó a su lado y le comenzó a contar su vida. Le contó, que cuando era pequeño, fue abandonado por sus padres y lo único que quería era hacerse mayor cuanto antes. Wendy estuvo embelesada unas horas oyendo las historias del buscado Peter Pan.


A los meses, se publicó un artículo precioso que salió en portada en el New York time sobre la verdadera y cierta historia de Peter Pan. Autora de la noticia Wendy y ayudante Campanilla.

Con los años, Peter Pan a sido una historia que han cambiado por completo y la han acabado convirtiendo en una novela de éxito, cuya autora es J.M.Barrie.

SARA NIETO


EL NIÑO MENDIGO

Hace unos años, en la gran ciudad de Madrid vivía un soltero pero rico padre llamado Bernardo. Él vivía junto a su hija, era una niña preciosa y encantadora de siete años, llamada Ana, la cual no tenía madre, ya que se le había muerto en un accidente, y tampoco tenía hermanos.

Los dos vivían felices en una hermosa casa donde sobraba demasiado espacio, ya que solo eran dos personas, más las criadas, pero estas solo se encontraban de día. Pero la niña se sentía sola, ya que su padre no paraba de trabajar. Y un día le dijo:

- Papá, ¿por qué no tengo con quien estar en casa? todos mis amigos tiene algún hermano o hermana, y a mí además de faltarme eso, me falta mi madre...

Pero cuando Ana pronunciaba a su madre, Bernardo no hacía más que cambiarle de tema, podría ser porque todavía seguía con la pena de la pérdida de su mujer, pero Ana no hacía más que preguntarle por ella.

Bernardo un día se dió cuenta de lo sola que se sentía Ana, y decidió coger vacaciones en el trabajo, e ir de viaje a otro lugar con su hija Ana. Así pues, una mañana Ana despertó y tenía las maletas encima de la cama. Se alegró al saber que le esperaba un largo y bonito viaje junto a su padre. Ella no sabía a donde se dirijía, y por suerte, se quedó dormida en el camino, y despertó escuchando a su padre: - Ya estamos Ana, hemos llegado a América.


Ana no quitaba su preciosa sonrisa de la cara, pero como todos sabréis, en América se encuentran muchos ricos, pero a la vez muchos pobres. Y así pasaron los días y cada día Ana y Bernardo hacían algo diferente, exploraban diferentes lugares. Pero un día, mientras iban mirando cada lugar de la calle, encontraron a un niño solo tirado en la calle, y se acercaron a darle algo de dinero, cuando aparecieron los padres del niño, y empujaron a Ana y Bernardo llevándose al niño agarrado de la muñeca, y estirándole del pelo. Ana no sabía por qué trataban así a aquel inofensivo niño, pero Bernardo había oído hablar más de una vez sobre esas causas. Llegó la noche, y Bernardo no hacía más que pensar en aquel pobre niño, y decidió salir a tomar algo a la calle, aprovechando que su hija estaba dormida. Estando en la calle escuchó gritar a alguien muy fuerte algo así como: - ¡Vamos, ahora que está de espaldas, a por él!- y salieron unos mendigos de detrás de un coche, y atacaron a Bernardo.

Bernardo no pudo hacer nada, eran cinco contra uno, y le dejaron sin sentido, y cuando despertó se encontró su cartera en el suelo vacía, sin móvil y sin nada, pero al lado de un niño, y después de estar un rato contemplándole, se dio cuenta de que era el inofensivo pobre niño de la última vez, cuando de repente escuchó: -Hola, me llamo Marc. No te preocupes, los adolescentes de antes no hacen más que actuar así, y nunca aprenden que los policías que no dejan de seguirles. -Oh dios, ¿qué me ha pasado? tengo que ir a casa, mi hija Ana se encuentra sola en casa y si despierta y ve que no estoy, se va a preocupar. Así pues, Bernardo se levantó y empezó a sacudirse la ropa que tenía llena de barro mientras siguió diciendo:

- Por cierto, ¿sabes quiénes eran esos gamberros que me atacaron ayer?

- Sí, no recuerdo muy bien los nombres ni dónde viven. Solo sé que se dedican a robar y


se llaman John, Tyler, Abel, Alexandre y Andrew.

- Muchas gracias, intentaré encontrarlos y por cierto, ¿tú, cómo te llamas? -Yo me llamo Marc.

-Me acuerdo de ti, pero por lo que el otro día ví...no te tratan muy bien tus padres, ¿verdad?

-La verdad es que nunca me he llevado muy bien con ellos...tenemos muchos problemas de dinero, y dicen que lo único que yo hago es dar más gastos.

- Entiendo... ¿Quieres venir a casa a tomar un chocolate caliente?

Y así pues, llegaron a casa y vieron a Ana recién levantada, ella se sorprendió, pero después de que su padre le contara lo ocurrido lo entendió. Bernardo llamó a la policía para contar lo ocurrido pero lo único que ellos dijeron fué que intentarían encontrarlos, pero que no era la primera vez que pasaba y que no creían poder localizarlos.

Pasaron los días y Marc seguía visitando a Bernardo y Ana todos los días en casa, y ellos le acogían como a uno más. La policía no dió ninguna pista sobre los ladrones, y ahí dejaron el tema. Bernardo le cogió mucho aprecio a Marc, es más, le trataba como a un hijo más, y Ana le consideraba ya como un hermano, y para Marc fué como la familia que nunca tuvo.

Llegó el día en el que se encontraron con Marc y sus padres en la calle. Bernardo y Ana se quedaron hablando con ellos, mientras sus padres les miraban de arriba a abajo preguntándose quiénes serían estas personas. En ese momento Bernardo vió como la madre y el padre de Marc no eran del agrado de Marc, y al día


siguiente cuando apareció en su casa, le pregunto así: - Marc, ya sabes que Ana y yo no vivimos aquí, y mis vacaciones acaban mañana. Queríamos preguntarte a ver si querrías venir con nosotros a Madrid, a nuestra casa. El otro día hablé con tus padres, y me dijeron que les daba igual lo que hicieras, que si querías vinieses, ya que para ellos serían menos gastos y sabían que te cuidaríamos bien. ¿Qué dices?

Marc abrió la boca de lo sorprendido que estaba, por fin iba a ser feliz, por fin podría vivir con una verdadera familia. Y gritó: -¡Me encantaría vivir con vosotros! Y así pues, a la mañana siguiente pusieron en marcha el viaje a casa. Cuando llegaron, al pasar unos días, Marc se sintió muy agusto y como en casa. Ana no se volvió a sentir sola ya que tenía un hermano al que apreciaba mucho, y Bernardo se sentía orgulloso de él mismo, por haber hecho feliz a un niño inofensivo, que no tenía nadie que le quisiera, y que ahora en Madrid tenía miles de amigos, y una familia.

SARAI RIVAS


¿POR EL PERRO PATXÓN? Era un día cualquiera en le guardería de San Torcuato, cuando Aitor y Joseba se encontraron un perro en el recreo. Tras una larga discusión, pactaron jugar a piedra papel y tijera, y que el ganador se llevaba al perro. Jugaron, y Joseba ganó, y Aitor, enfadado, tiro a Joseba al suelo, cogió al perro, y se lo llevó a casa.

Pasaron diez años sin hablarse, ni verse. Y con dieciséis años, ambos coincidieron en el instituto. Se hicieron amigos otra vez.

Un día decidieron contarse anécdotas de su vida: Que si su tío no sé qué, que si lo pasaron no sé cuántas cosas muy raras. Y en una de estas Aitor dijo que un día, se encontró un perro con un amigo, y se quedó con el perro porque su amigo fue muy tonto al no cogerlo antes. Y en ese momento, Joseba se tiró encima de Aitor. Le golpeo varias veces, y unos conocidos que pasaban por ahí, les separaron. Después de media hora insultándose mutuamente, lograron calmarlos. Se perdonaron mutuamente y Aitor le contó a Joseba, que el perro seguía con él, que se llamaba Patxón y que lo tenía muy bien educado. Estuvieron un rato hablando, hasta que les llegó la hora de irse a sus casas. Y quedaron a la mañana siguiente para dar una vuelta con Patxón. Se pasaron 3 horas paseando con Patxón, y Aitor invito a Joseba a comer a su casa, que le quería dar algo. Y así fue. Después de comer, le dio una caja de cartón, y cuando la abrió, vio dos cachorros. Aitor le dijo que eran los hijos de Patxón.

Y así acaba la historia de esos dos niños... Y Patxón y sus cachorros siguieron viéndose los sábados y los domingos.

ANDER ARELLANO


EL MISTERIO DEL MONTE KINAM

Hace mucho, muchísimo tiempo, en un castillo del monte Kinam (Japón), vivía un matrimonio muy rico. El castillo, era de oro, no tenía muchas ventanas y tenía dos puertas enormes. Eran muy felices, y se querían mucho. Pero un día, nadie sabe por qué, el marido cogió un cuchillo y asesinó a su mujer.

Como ni la señora ni el señor salían del castillo, nadie supo nada de la muerte de la mujer. El marido vivió muchos años en el castillo solo. Nunca recibía ninguna visita. Pero como todos, el hombre también envejecía y finalmente enfermó y se murió.

Todo el pueblo se enteró de su muerte y al ver que su mujer no acudió a su entierro, decidieron ir a su castillo. Al ver que no estaba, empezaron a buscarla.

- ¿Dónde estará?- dijo un hombre. - No sé, pero es muy raro que no aparezca - le respondió su mujer.

Estuvieron buscándola durante semanas, y cuando estaban a punto de rendirse la encontraron en el sótano.

-Tenemos que investigar su muerte -dijo el alcalde. -Sí, y tenemos que castigar al culpable - dijo uno de los habitantes del pueblo.

Al descubrir que la mató su marido, fueron al cementerio para quemar su cuerpo. Pero cuando abrieron su tumba el cadáver había desaparecido. La gente volvió a cerrar la tumba, enterraron a la mujer y cada uno volvió a su casa.

Una mañana, cuando el alcalde despertó y se fue a desayunar, como todos los días, le pareció ver una persona en la ventana del castillo. Pensó que era su imaginación porque todavía


estaba un poco dormido, pero a partir de ese momento empezaron a pasar cosas muy extrañas; empezaron a desaparecer cosas, todo el pueblo tenía pesadillas… y hasta desaparecieron niños. -¡Mi hijo ha desaparecido! - dijo una mujer. -¡El mío también! - dijo otra mujer. - ¡A mí me faltan objetos en casa! - dijo otra persona. - ¡Y a mí! - le respondió otro habitante.

La gente se cansó de esos sucesos, decidieron ir al castillo a averiguar lo que pasaba.

Cuando entraron al castillo, vieron al matrimonio ahorcado, la mujer, tenía puesto un vestido morado, y el hombre, una chaqueta larga marrón y unos pantalones grises. Todas las cosas desaparecidas estaban en el suelo bajo ellos, pero no había ni rastro de los niños. Un señor vio unas gotas de sangre que conducían al cuarto del matrimonio. Abrieron la puerta y allí estaban todos los niños. Todos estaban muertos. A uno de ellos le faltaba la cabeza. Cuando regresaron al lugar donde estaba el matrimonio, vieron que en el bolsillo del hombre estaba la cabeza. La cabeza y el bolsillo del hombre, estaban cubiertas de sangre. Enterraron a todos los niños en el cementerio y quemaron al matrimonio.

No sé si esta historia pasó de verdad, solo sé que en el monte Kinam hay un castillo de oro, sin ventanas, y dos puertas enormes y por dentro, está cubierta de polvo. Cuando entras en él y se escuchan gritos. La gente del pueblo dice que son los gritos de aquel niño al que le cortaron la cabeza.

ITZIAR ECHAIDE


EL VIAJE AL FUTURO

Son las doce, en Harvard han acabado las clases y el profesor Jack Appleton ha salido de dar su clase de física como de costumbre. A la salida, el profesor se ha detenido al oír que uno de sus alumnos le ha llamado. Es Lisa, ella es la alumna más inteligente de todo su curso.

-¡Profesor!- Quería hablar con usted sobre el tema que ha comentado en clase. No estoy de acuerdo con su teoría de que se pueda viajar al futuro. - Querida Lisa, sé que cuesta creer una teoría como esa, y menos con la edad que tienes, pero aun así tienes la suficiente como para que opines y comentármelo, no como tus compañeros que no se han molestado en disimular su risa al pensar que estaba loco.-dijo el profesor con una voz un tanto seria. - Profesor, yo nunca me reiría de usted, solo que no creo que sea posible lo que dice, tan solo eso.

En ese mismo instante les interrumpe la conversación el decano.

- Perdónenme si les he interrumpido, pero profesor Appleton tengo que entregarle esta carta, lo siento mucho, sé que ha estado muchos años en esta universidad y que es como su segunda casa, vuelvo a mostrarle mis disculpas.-dijo el decano con lástima.

El profesor se quedó muy extrañado ya que no sabía de qué estaba hablando el decano. Abrió la carta y vio que se trataba de su despido.

Se quedó callado, mientras Lisa le preguntaba de qué se trataba, pero él seguía sin responderle, poco a poco se fue retirando, pero antes de irse le dijo


unas palabras al decano.

- Sé por qué hacen esto, se creen que estoy loco, por mis teorías sobre los viajes al futuro y las maquinas que lo hacen, les demostraré que lo que digo es verdad y al final tendrán que admitirlo.

Lisa salió corriendo detrás del profesor y le acompañó hasta su casa. El profesor le invitó a entrar, aunque solo fuera por tener un poco de compañía. Y le sacó una taza de té.

- Lisa tú sabes mejor que nadie cual ha sido el motivo por el que me han despedido ¿verdad?-le pregunto el profesor. - Sí, supongo que sí, será por los temas que saca en las clases, del futuro y de esos viajes tan extraños que a veces menciona, mis compañeros dicen que usted está loco, seguramente los profesores habrán pensado lo mismo y ahí la razón del despido. - En la carta pone que debido a mi edad y a mis achaques mentales, que debía ser despedido de inmediato. No son problemas mentales de verdad, lo que digo es solamente la verdad, mira te lo demostraré.-dijo mientras le indicaba el camino hacia su garaje.- Mira Lisa, ésta es la máquina del tiempo de la que os hablo en clase.-dijo mientras quitaba unas sábanas de encima. - Es impresionante profesor ¿de verdad funciona?- preguntó intrigada.- He estado preparándola para el momento indicado, ayer justo acabé de hacerle los últimos arreglos, yo creo que sí que funcionará Lisa, ¿te gustaría que probásemos? -¡Sí!-respondió Lisa sin pensárselo dos veces.-

El profesor le dio todas las instrucciones de lo que tenía que hacer, se aseguró


de que todo estaba en orden y fue pulsar un botón y una luz cegadora les hizo desaparecer del garaje para encontrarse en medio de una ciudad totalmente diferente, con unos rascacielos que de lo altos que eran no se veían ni donde acababan, con unos coches que flotaban en el aire, con unas aceras que estaban hechas de paneles solares, en cualquier sitio podrías encontrar unos especies de ascensores, que podían ir en todas direcciones, hasta podías ver robots ayudando a humanos etc... Era impresionante, tanto Lisa como el profesor se quedaron boquiabiertos al salir de la máquina.

- ¡Ves, te lo dije Lisa, ves cómo es verdad que he inventado una máquina que consigue viajar al futuro, he hecho el mayor descubrimiento de la historia!-gritó el profesor de alegría. - ¡Sí, profesor me alegro mucho por usted, cuando volvamos, todo el mundo le creerá en todo lo que dijo, pero necesitará pruebas, vayamos a ver cómo es el futuro!-dijo Lisa sonriente.

Lisa y el profesor fueron a investigar cómo era el futuro y para ello, primero decidieron saber en qué año estaban. Y preguntaron a un chico que vieron por los alrededores.

-Hola joven, ¿me podría decir en qué año estamos ahora mismo?-le preguntó con buenos modales el profesor.

- Sí, estamos en el año 2.300.-respondió con normalidad el joven. - Increíble Lisa, hemos avanzado al futuro 290 años.-dijo asombrado el profesor. - Profesor tengo una idea, como tenemos que recoger pruebas de que hemos estado en el futuro, pidámosle a este joven que nos enseñe un poco la ciudad. - ¡Muy buena idea Lisa!.-Oiga, podría enseñarnos la ciudad y hablarnos un poco de cómo es su vida, es que acabamos de venir del pasado sabe y no


conocemos la ciudad.-le explicó el profesor como si fuera algo muy normal.

El joven aceptó encantado enseñarles la ciudad, primero les llevó en uno de los coches flotantes, después anduvieron por los ascensores de arriba abajo, les llevó también por muchas tiendas, la mayoría de tecnología y el profesor pudo comprar todo lo que quiso, incluso una cámara de fotos para fotografiar los paisajes etc... Por último, el joven les propuso llevarles a su casa, para ver una casa del futuro por dentro y de paso ya ver a su familia, tanto Lisa como el profesor accedieron encantados y dieron un largo paseo hasta llegar al rascacielos en el que vivían, el joven justo vivía en la última planta en la numero 280 y encima decía que era de los rascacielos más bajos que había en la ciudad. Subieron el rascacielos y entraron en la casa, dentro había dos mujeres, una era bastante joven y la otra parecía ser su madre.

- Bueno, mirar, estas son mi madre Elis y mi hermana Alison y Michael está haciendo las compras, hoy le tocaba a él, Michael es nuestro robot pero lo tenemos como uno más de la familia, a y perdonarme yo me llamo Cedric. - Bueno nosotras nos vamos a coger el ave flotante, nos iremos de compras al planeta de al lado, ¡vale! Pásatelo bien con tus nuevos amigos Cedric.-dijo sonriente Elis mientras cerraba la puerta.

Estuvieron en casa de Cedric toda la tarde pero tenían muchas ganas de volver al pasado, para que Jack demostrara sus teorías.

- Bueno Cedric, gracias por tu ayuda y por tu hospitalidad te estaremos agradecidos siempre, ahora nos tenemos que ir Lisa, volvamos a la maquina!dijo Jack.


Cedric les acompañó, ya que ni Jack ni Lisa sabían dónde habían dejado exactamente la máquina. Cuando llegaron, vieron que a la máquina le salía humo y corrieron hacia ella, a la máquina se le había roto una pieza muy importante que a Jack le había costado mucho conseguir y ya lo daban todo por perdido. Jack le explicó a Cedric como era la pieza por si en alguna tienda tendría la posibilidad de adquirirla, pero fue inútil, estaba seguro de que no había ninguna como esa. Pero de repente, a Lisa le sonaba de algo esa pieza que decía Jack, y la verdad era que Lisa por muy inteligente que fuera, era bastante patosa y siempre se le rompía algún objeto, por eso recordaba que su padre alguna vez le había enseñado, que con distintas piezas se podía conseguir una que fuese bastante difícil de lograr y recordó tal y como se hacía, así se lo explicó a Jack y Cedric. Estuvimos esperando a Cedric, porque al ser él el único que conocía la ciudad de nosotros tres, fue él a por las piezas. Cuando volvió, enseguida arregló Jack la máquina y la puso en marcha correctamente y fue entonces cuando nos despedimos de Cedric, nuestro amigo del futuro. Y en el mismo modo que al principio, Jack pulso un botón y con esa luz cegadora volvieron al garaje.

En cuanto llegamos, salieron corriendo de la casa de Jack para dirigirse a la universidad, ya que solo habían pasado unas cuantas horas. En cuanto llegaron, fueron directos hacia el despacho del decano y entró Jack dando un portazo.

- Decano, mire, aquí tiene usted pruebas de que lo que decía en mis clases era verdad, yo y una de mis alumnas acabamos de volver del año 2.300 de un viaje del futuro, aquí tiene pruebas, fotos, objetos... El decano todavía no se lo creía, pero cuando le mostraron en casa de Jack la máquina y la probó él mismo, se dió cuenta de que se había equivocado al despedirle.


- ¡Ha hecho el mayor descubrimiento de la historia señor Appleton, siento haberle despedido, le readmitiré dándole su trabajo y un sueldo mayor que el que tenía antes, hay que informar de este maravilloso descubrimiento a todo el mundo!.-dijo orgulloso el decano.-A y por la maravillosa ayudante y compañera que ha tenido, la señorita Lisa, la universidad se encargara de pagarle todos los estudios etc...

Así Jack, recuperó su trabajo y por el gran invento se hizo bastante famoso, pero a él no le importaba la fama, ya había cumplido su sueño, poder viajar al futuro y poder haberlo demostrado, y seguir en la universidad dando clases.

MAITEA ORTEGA


CUENTA LO PASADO Veo las luces. El público grita, aplaude y silba. Oigo como la presentadora entra en el plató y el público se calla. Dice mi nombre, entonces es cuando yo entro y me siento para que me entreviste. La presentadora me guiña un ojo, intentando tranquilizarme aunque para mí no sirva de nada.

La mujer que me va a entrevistar aparenta poca edad, tiene el pelo castaño con mechas rubias, va vestida con un vestido negro y medias negras también, sus zapatos gris plateado son de tacón y lleva un bonito collar alargado con una mariposa adornando su cuello. Los pendientes no los puedo apreciar bien, y la cara la lleva perfectamente maquillada.

Miro al público, y entonces es cuando me pongo más nerviosa, noto como si todos me estuvieran mirando. Poco a poco, la boca de la presentadora se va abriendo, la entrevista ha comenzado. - Cuéntanos, ¿Cuál ha sido tu experiencia en todo este tiempo? ¿Cómo te has sentido? - Ha sido la peor experiencia de mi vida, pero me ha enseñado muchas cosas. - ¿Cómo te sientes ahora, ahora que estas libre de todo lo vivido? - Ahora me siento la persona más afortunada del mundo, ya que mucha gente que ha vivido esto, más bien la mayoría, no ha podido salvarse, al contrario que yo, y por suerte estoy en este programa contando todo lo que me ha pasado.

Nada más terminar de responder esa pregunta, la expresión de la entrevistadora, ha cambiado completamente, me ha parecido que le ha impactado, y ha habido un silencio enorme. Cuando ha reaccionado, no me ha seguido haciendo preguntas, es más, he podido ver como daba por finalizada esta primera parte del programa. Ahora que estamos en publicidad, estoy mucho más tranquila, pero extrañada por el comportamiento de la presentadora. Estoy mirándola en todo momento, fijándome en cada movimiento que hace, y es entonces cuando veo que para de hablar con un guionista. Se gira, y se dirige hacia mí, mirándome fijamente dibujando una pequeña sonrisa en su cara, hasta que llega a mi altura y me hace pasar a una sala, en donde estamos nosotras solas. Me hace sentar, mientras coge unA silla para ella. -Quiero que me lo cuentes todo Elena, todas tus emociones, todo lo que viste, lo que sufriste...todo.

Me he quedado impresionada, yo he venido a este programa para contarlo en directo, con público, a la gente que me ve desde el otro lado de la pantalla, y ahora sé lo tengo que contarle a ella, especialmente y solo a ella. Sin saber qué otra cosa hacer, estoy dispuesta a contárselo.


-Iba de camino al instituto, pero como tenía tiempo de sobra decidí coger el camino más largo, para hacer tiempo. No encontré nada fuera de lo normal, era como un día cualquiera, un día más. En la carretera había una furgoneta aparcada, me fijé en el chofer pero no noté nada raro, y al lado de la furgoneta, en la acera, se encontraba un hombre de cierta edad, apoyado en una verja de metal, con gafas oscuras, pantalones vaqueros rasgados, y una blusa negra a rayas que no me dió por fijarme de que color era. Fue entonces, cuando dejé atrás la furgoneta, a unos diez metros de distancia, cuando noté que me daban un fuerte tirón de brazo y me tapaban la boca. Me metieron rápidamente en la furgoneta y empezaron a amenazarme. Yo no sabía qué hacer, estaba a punto de llorar, y me estaban atacando los nervios, hasta que me pusieron un trapo en la boca y perdí el conocimiento, me desmayé. - Para. Tenemos que entrar en directo, no quiero que le cuentes al público todo eso detalladamente, cuéntaselo un poco por encima, sin dar demasiados detalles, y luego volvemos. Asiento con la cabeza y nos dirigimos al plató. Otra vez me pongo nerviosa, la gente aplaude, las cámaras hacen gestos para indicar que van a empezar a grabar, y la presentadora da comienzo a la segunda parte del programa. -Estamos de vuelta con Elena, para que nos siga contando lo ocurrido. Explícanos, ¿Cómo has vivido estos siete meses encerrada? - Sinceramente, los he vivido atemorizada, no se lo deseo a nadie, han sido los peores siete meses de mí vida, nunca me imaginaba que esto me pasaría ami. - Es que la verdad, cada vez que veo las noticias, y oigo como raptan a las niñas, o a la gente en general, nunca pienso que cualquier día podría ser alguien de mi alrededor, o yo misma, pero es que cuando de verdad nos pasara, entonces es cuando nos empezaríamos a preocupar, pero hasta entonces no hacemos nada, y eso es lo que pasa. Y es que esto que acabo de escuchar, es verdad, nadie se preocupa de esto hasta que le ocurre, como a mí me ha pasado.

ERKUDEN LASA


C.D.MARIÑO vs SANSE

Era un 28 de Abril y en todos los colegios se hablaba del partido que enfrentaba al C.D.Mariño y al Sanse, que se jugaba en el campo del C.D.Mariño, uno de los campo en mejor estado de toda la provincia.

Todos los jugadores estaban muy concentrados, ya que sabían que se jugaban el tercer y cuarto puesto de la clasificación. La primera parte estuvo muy disputada, prueba de ello, el resultado de 3-2 que reflejaba el marcador. Además, Juan, el medio centro del C.D.Mariño, que era alto y fuerte, vio una tarjeta amarilla por una mano inexistente.

Diez minutos después del comienzo de la segunda parte, un aficionado, que se encontraba en las gradas próximas al campo, empezó a insultar a Juan.

- Arbitro, si ese aficionado no deja de insultarme, iré a donde él y le daré una paliza. – Le dijo Juan al árbitro con tono desafiante.

- Si le das una paliza al aficionado, tendré que sacarte una tarjeta roja y sancionarte con dos partidos de suspensión. – Le advirtió el árbitro, que era un chaval de diecisiete


años muy serio y responsable.

El capitán del Sanse que era más sensato, al oír a Juan decir esas palabras, fue hacia él e intentó calmarle. Pero Julen y Ander, que eran los dos centrales, pensaron que el capitán del Sanse se estaba metiendo con Juan, por ello, fueron hacia él y le empujaron para separarlo de Juan. El aficionado, que resultó ser también el padre del capitán del Sanse, saltó al campo y le empezó a insultar a Julen a Ander y especialmente a Juan, ya que pensaba que él también le había empujado a su hijo.

Entonces, los entrenadores de los dos equipos tuvieron que ir a separarlos, y el árbitro le sacó una tarjeta roja y le sancionó con dos partidos de suspensión a Juan, al capitán del Sanse le sacó una tarjeta roja, y a Julen y a Ander les sacó una amarilla a cada uno.

Al final, el partido quedó 4-2 y el C.D.Mariño quedó tercero en la clasificación. Si no hubiera habido tanto follón, el C.D. Mariño hubiera ganado por mayor ventaja, ya que Julen y Ander tuvieron que jugar todo el partido con más cuidado para que no les sacasen la segunda tarjeta amarilla, que supondría la expulsión del campo.

JAGOBA GONZÁLEZ LÓPEZ


Fin de la selección


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