Borraduras de ciudad

Page 1



Borraduras de ciudad Aportes hist贸ricos sobre San Fernando de Apure


©Borraduras de ciudad,

aportes históricos sobre San Fernando de Apure ©Hugo Arana Páez Colección El Apure de siempre, Serie Roja - Crónica ©Fundación Editorial El perro y la rana Sistema Nacional de Imprentas Red Nacional de Escritores de Venezuela ISBN: 978-980-14-1588-6 Depósito Legal: lf-4022011800751 Edición: Sistema Nacional de Imprentas - Capítulo Apure Diagramador: Juan Carlos Villota Operario: Arturo F. Rodríguez Corrección: Consejo Editorial Portada: Foto de la epoca, cortesía de Alexis Aponte sistemadeimprentasapure@gmail.com Apure 2011


Hugo Arana Pรกez

Borraduras de ciudad Aportes histรณricos sobre San Fernando de Apure

Fundaciรณn Editorial El Perro y La Rana Red Nacional de Escritores de Venezuela Imprenta de Apure 2011 Colecciรณn: El Apure de siempre / Serie Roja - Crรณnica


“…La historia regional, la historia local, parroquial o microhistoria, constituye una motivación indubitable para llegar al conocimiento, al cultivo y al uso de las historias mayores…” Medina Rubio, Arístides. Introducción a la historia regional. En Historia para todos, numero 3, Pag. 6.

A mis hijos: Dayana Karel y Daniel Gabriel Arana Moya Marisela Natasha y Hugo Rafael Arana Rivas A mis padres in memoriam: Jesús Arana y Rosa Páez de Arana


PRELIMINAR Estimados lectores, ante todo les doy la bienvenida. En mi desempeño como Miembro-investigador del Centro de Estudios Histórico-Sociales del Llano Venezolano, que funciona en la Casa de Bolívar en San Fernando de Apure, me ha correspondido atender a algunos investigadores, docentes y estudiantes de los tres niveles de Educación Formal; así como a eventuales visitantes, turistas y particulares, que ansiosos, andan en búsqueda de información sobre aspectos referidos a la Historia regional contemporánea. Estos personajes solicitaban información acerca de: San Fernando Rey. Patrono de la capital del Estado Apure; antecedentes históricos del Liceo Francisco Lazo Martí; evolución de las salas de cine en San Fernando (1911-2007); qué significó The London Bar, en la década de los años treinta del siglo veinte. También necesitaban conocer acerca de algunas actividades económicas como: El Hato apureño, Las Queseras apureñas en la década de los años treinta del siglo veinte, quiénes eran Los Chicharroneros; cómo funcionaban los servicios funerarios en San Fernando a mediados del siglo veinte; las pulperías. Otros querían saber acerca del patrimonio cultural edificado (desaparecido o vigente) como: El Palacio de los Hermanos Barbarito, La Plaza Libertad, antigua sede del Hospital Pablo Acosta Ortiz, La Inglesera, las tres sedes de la Gobernación del Estado Apure. También saber la evolución de los ancestrales barrios de la capital apureña, tales como: Barrio El Mamón, Barrio Las Marías, Sector Casa de Zinc y El Cañito. Otros querían conocer a algún personaje popular emblemático de la ciudad, como El Pájaro Bravo y por ultimo otros aspiraban obtener información de algún hecho relevante acaecido a principios del siglo veinte, como fue la llegada del primer automóvil a San Fernando.


El plan de la obra está estructurado en seis partes: Capitulo Uno: Aspectos culturales; Capítulo dos: Actividades económicas; Capítulo Tres: Patrimonio edificado; Capítulo Cuatro: Ancestrales barrios de San Fernando; Capítulo Cinco: Patrimonio natural desaparecido y Capitulo Seis: Personaje popular. Finalmente le doy la bienvenida a la crítica, ya que invita a investigar más, a corregir los errores (enderezar los entuertos) y a producir más y mejor conocimiento. En ese sentido, este libro ha sido concebido desde el punto de vista del Enfoque Sistémico, es decir, abierto a los cambios para que se haga una segunda o mas ediciones (ojalá así ocurra); las cuales, cada vez serán aumentadas y corregidas. H.A.P. San Fernando, 28 de febrero de 2011


CAPITULO I ASPECTOS CULTURALES A. Evolución de las salas de cine en San Fernando (1911-2007) 1. Antecedentes históricos de la cinematografía en San Fernando Refiere Edgard Decanio en su obra Repuntes II. El San Fernando de ayer, que la primera película que se exhibió, fue en un anexo del negocio de los Hermanos Fernández; aunque lamentablemente no señala la fecha, se supone que haya sido en las primeras dos décadas del siglo veinte. …”En el Gran Salón de los Hermanos Fernández y Compañía, ubicado en el anexo de su residencia en la calle Comercio. Hoy en día casa de la Sucesión de Ramón Lugo, se utilizaba un proyector manual de igual manera en el competitivo London Bar, situado en la desparecida Calle Peñaloza”… (1)

La edificación donde estuvo el negocio de los Fernández, fue lo que ahora se conoce como Mis Atamaica; lamentablemente lo que apenas se conserva de este inmueble, es un hermoso balcón que está a punto de derrumbarse. También se proyectaban películas en The London Bar o Bar londinense; el cual estaba situado en la calle Peñaloza, frente a la Plaza Libertad, entre calles Bolívar y Comercio, exactamente donde hasta el año 1971 se hallaba la Comercial Kelly. Entonces, los apureños llamaban a estos escenarios Espacio Cinematográfico. También existía el Teatro Escalante, por cierto, que el año de 1911 se celebró en esa sala el centenario de la firma del acta de la Independencia el 5 de julio de 1811. (1) DECANIO, Edgard. Repuntes II. El San Fernando de ayer, Pág. 53


El Teatro Escalante se hallaba ubicado en el cruce de las calles Sucre con La Puerta (ahora El Encuentro); el proyector fue fabricado por la American Electric, de Chicago Estados Unidos y se alimentaba por acumuladores que también eran importados de Inglaterra y Alemania. Se dice que el primer equipo de proyección fue traído a San Fernando por la empresa francesa Henrique Ligerón, situada en la calle Cinco de julio o Calle del Río, entre las calles 24 de julio, 19 de abril y Miranda; es que en ese entonces en San Fernando no había energía eléctrica, por lo tanto el alumbrado en las calles era a base de faroles alimentados por carburo o por acetileno. La primera película proyectada en San Fernando (de la que se tenga conocimiento), fue en un teatro conocido como Cine Mundial en el año 1932, titulada “Un ensueño de amor”. …“En el año 1932 es inaugurado el Cine Mundial presentando a la película Un ensueño de amor, este centro recreacional presentaba además espectáculos teatrales y sus propietarios representaban la firma Testamark y Compañía, su existencia duró poco tiempo; entre tanto, era contemplado el nuevo Cine Astoria, propiedad del ciudadano José Luís Herrera, manteniéndose fundamentalmente hasta mediados del año 1941, orientándose en la calle Comercio entre calles Miranda y 24 de julio”… (2)

Años más tarde, el Cine Royal, inicia bajo la administración de su propietario Don Jesús Aponte, sus proyecciones en la calle 24 de julio; lamentablemente ocurrió un cortocircuito y esta sala se incendia totalmente. Al poco tiempo es reconstruido y siempre bajo la tutela de Aponte reinicia sus proyecciones, con la nueva denominación Teatro Cine Royal. Fue este cine una de las salas cinematográficas más populares de la ciudad. (2)Ob. Cit.

Pág. 53

Hugo Arana Páez/

12


A poca distancia del Royal, en la misma calle Bolívar (entre calles Fonseca y Arévalo González), se construye en el año 1950 el Teatro Libertador, su propietario el empresario apureño Julio Aray. Todavía se conserva esta edificación, con el nombre Centro Comercial Libertador, donde ahora funcionan varias tiendas por departamentos. El Libertador se inauguró el año 1953, con la película “El Manto Sagrado” y fungía como operador del proyector el recordado locutor de La Voz de Apure, el señor Hugo Laprea Finamore y su hermano Ítalo como administrador. El Libertador y el Royal se turnaban para proyectar las películas clásicas de la filmografía norteamericana y las mejicanas; los sanfernandinos preferían las mejicanas, por cuanto, no tenían el inconveniente que representaba la barrera idiomática. 2. EL Teatro Cine Royal. emblemática sala de San Fernando El Royal como coloquialmente llamaban los apureños a este teatro, fue una sala representativa de la cinematografía en la capital llanera; representó para los sanfernandinos un punto de referencia y encuentro, por cuanto, en el viejo Cine Royal como en el nuevo Teatro Cine Royal, se exhibían películas acordes a los gustos de los cinéfilos de la época. 2.1. ¿Qué significó ésta sala de cine para los sanfernandinos? Primero se instaló en la calle 24 de julio, entre calles Bolívar y Sucre y después funcionó en el cruce de las calles 24 de julio y Simón Bolívar, siendo conocido este lugar, como la esquina del Cine Royal. Oficialmente no se llamó así, pero era una referencia geográfica para los sanfernandinos, quienes al tener necesidad de ubicar una determinada dirección o concertar una cita, mencionaban al Cine Royal como punto de encuentro. El Cine Royal, durante muchos años fue en 13 / Borraduras de ciudad


San Fernando, un local representativo de la actividad social y cultural de las primeras décadas del siglo XX, donde muchas generaciones de apureños acudían a presenciar eventos culturales de relevante significación (actos políticos, teatro, canto, danza, y por supuesto, exhibición de películas). 2.2. El viejo Cine Royal La antigua sede del Cine Royal, estaba ubicada en la calle 24 de Julio, entre las calles Bolívar y Sucre. Al Norte de este local se hallaba una casona propiedad de Doña María de Gamboa y al Sur un pilón de maíz conocido popularmente como El Pilón de Bates (Bates, era un trinitario dedicado al oficio de pilar maíz y trillar arroz). La entrada principal estaba representada por un enorme portón, sobre el que destacaba en un hermoso anuncio de luces de neón, el nombre Cine Royal. Estaba constituido por una sala de un sólo nivel, en la que se hallaba Preferencia, la cual estaba techada y disponía de unas cómodas butacas. A Preferencia asistían los Chivatos de la ciudad. Separado por un muro de aproximadamente un metro de alto, el cual vigilaban en ambos extremos dos policías. Se hallaba Patio ó Galería, donde la entrada era más económica, por cuanto, estaba totalmente destechado y los asientos eran unos rústicos bancos de madera, sin espaldar y muy cercanos a la pantalla, por lo que a los espectadores, después de estar media hora en tan incómoda posición, terminaban con tortícolis y cansada la vista. El público de Patio asistía con sus bicicletas inglesas (marcas: Benotto, Humber, Raleigh o Philips), las cuales recostaban al pie del escenario. Es de destacar que en invierno, cuando caía un fuerte aguacero, la gente de Patio saltaba el muro y se abalanzaba multitudinariamente a ocupar las butacas desocupadas que había en Preferencia. Asimismo eran frecuentes las interrupciones de las proyecciones, por cuanto, los Hugo Arana Páez/

14


rollos se reventaban y la muchedumbre de Galería comenzaba a gritar y a proferir insultos contra el operador. Este disturbio se aplacaba cuando se encendían las luces; para que los policías allí apostados, ubicaran a los promotores del justificado bochinche y pudieran sacarlos de manera expedita. 2.3. ¿Cómo se vio la producción mexicana “Simón Bolívar” en el Royal? Me cuentan viejos apureños que cuando se estrenó en este cine la película en blanco y negro, producida en México, “Simón Bolívar”, protagonizada por Andrés Soler en el papel de El Libertador; eran niños y carentes de dinero para cancelar la entrada; afortunadamente en la cancha de basketball (Cancha Ayacucho), que se hallaba donde ahora está el Comedor Popular Pablo Botello, había un enorme árbol de mamón, desde el cual se veía fácilmente la pantalla del Royal. Ante el deseo de ver esta película, más de treinta muchachos optaron por subirse a ese árbol, para ver esta larga producción cinematográfica que duraba aproximadamente cuatro horas de proyección. Cuando habían transcurrido dos horas, los mayorcitos le decían a los más pequeños: _¡El que tenga sueño, que se agarre duro o que se baje! Felizmente todos presenciaron hasta el final esta película, sin que ninguno de esos niños se desmamonaran. 2.4. El nuevo cine Royal A finales de la década de los años cuarenta la vieja sala se incendió totalmente; por lo que su propietario, el comerciante apureño don Jesús Aponte, compró a Doña María de Gamboa, la casona contigua al teatro (la cual se hallaba ubicada en la esquina que conformaban las calles Bolívar y 24 de Julio) para derrumbarla y construir la moderna sala con la que se conocería este teatro en la década de los años cincuenta.

15 / Borraduras de ciudad


El Teatro Cine Royal en la calle Bolívar cruce con 24 de julio. Foto: Fundación Cultural Ítalo Decanio D`Amico

2.5. ¿Qué películas se exhibían? Generalmente eran creaciones en blanco y negro y correspondían a la producción mexicana, argentina, española, italiana y de Hollywood. De esos países venían los rollos de celuloide que se exhibirían en dos proyectores; cuando se acababa un rollo, el operador encendía el otro proyector y continuaba la película. Mientras tanto iba colocando otro rollo en el primer proyector y así sucesivamente hasta la culminación de la película. De México, se proyectaban: El Peñón de las ánimas, Allá en el Rancho Grande, ¡Ay Jalisco no te rajes!; las de Mario Moreno Cantinflas, las de Germán Valdés Tin-Tan; de España las películas de Joselito; de Italia, las del Neorrealismo italiano como Arroz Amargo, interpretada por Silvana Mangano; las de Victorio De Sica, como: Marcelino, Pan y Vino, Ladrón de Bicicletas; de Argentina las del comediante Luís Sandrini; de Hollywood, las de Tarzán, interpretadas por Johnny Weishmuller. También las series como: Los Tambores de Fu Man Chú, Los Peligros de Nioka, El Hombre Cohete, Marte invade a la tierra, Flash Gordon, Jim de la selva y los westerns (Vaqueras), interpretadas por los cantantes de música country Roy Rogers y Gene Autry.

Hugo Arana Páez/

16


Entrada principal del renovado Teatro Cine Royal entre las calles 24 de julio y Bolívar. Foto: Cortesía Jesús Alexis Aponte.

2.6. El Nuevo Cine Teatro Royal Ahora el cine se hallaba en su nueva sede ubicada en la esquina del cruce de las Calles Bolívar y 24 de Julio. Poseía tres entradas principales por la Calle Bolívar, que daban acceso a Preferencia y una lateral por la 24 de Julio para los asistentes a Patio (Galería). El nuevo local fue una magnifica sala de exhibición de películas, que se estrenó a principios de la década de los años cincuenta. Tenía un amplio lobby o sala de espera en la planta baja; donde acudían los muchachos a cambiar y otros a vender comiquitas o suplementos, para obtener dinero y acceder a la película que exhibirían esa noche. En el lobby estaba la taquilla de venta de boletos y, al extremo izquierdo, un cafetín, que atendía a los asistentes. Afuera estaban los vendedores como el italiano Mango Peache y Maní Maniao (entre otros), quienes ofrecían: “comodoros” (raspados o cepillados), maní, cotufas, chicha, algodón de azúcar y frutas. Mientras que en la terraza, las familias más pudientes y los galanes enamorados invitaban a sus novias a compartir en las 17 / Borraduras de ciudad


magnificas mesas y sillas colocadas allí, para degustar de exquisitos cafés, refrescos, jugos, merengadas, pastelitos, arepas, tostadas, empanadas, sándwiches, chicles, cigarrillos, etc.; los cuales mediante una bandeja que se deslizaba por un riel y tirada por una cuerda, se enviaban a un mesonero que atendía en esa azotea a los cinéfilos, que pacientemente esperaban el inicio de la función; porque allí se presentaban dos funciones; la vespertina a las siete de la noche y una segunda función que comenzaba a las nueve. En la esquina, encima de la terraza había un hermoso aviso de luces de neón a full color, donde se podía leer Teatro Royal. Diagonal a este local se hallaba un popular y concurrido restaurante llamado Cantaclaro, propiedad del señor Luís Castillo, quien había sido durante muchos años consumado fabricante de zapatos, profesión que había aprendido de su maestro, un artesano italiano de apellido Liporacci. Este restaurante era muy concurrido, por cuanto, allí se vendía comida nacional e internacional, arepas, empanadas, tostadas (arepas rellenas con carme mechada o queso, rebosadas en huevo y fritas), jugos, merengadas, bebidas chocolateadas, dulces y tortas. Todas estas exquisiteces eran elaboradas bajo la dirección de doña Margot Arana de Castillo, esposa de don Luís, y es que al lado de este negocio, vivía él con su familia. Al frente del cine estaba una vieja casona de anchas paredes de adobe, de enormes portones de madera y techo de tejas, donde la esposa de don José Faoro, señora Ángela Estévez, tenía una magnifica tienda de regalos, lo que ahora se conoce como Boutique, donde acudían las novias a solicitar su lista de bodas. Esta exclusiva tienda se llamaba El Pan Grande. 2.6.1. El Cinemascope en el Royal, un avance en los años cincuenta Fue en este cine, en la década de los años cincuenta, donde por primera vez en el Estado Apure, se exhibieron películas filHugo Arana Páez/

18


madas con la moderna tecnología, denominada comercialmente Cinemascope. Estas películas únicamente se podían proyectar en aquellas salas que tuvieran pantalla cóncava y gigante. En ese sentido, se instaló en este teatro una moderna pantalla, ajustándose este teatro a los nuevos retos de la cinematografía mundial. En la década de los años cuarenta se presentaban en esa sala, eventos culturales de excelente calidad, según lo evidencia un programa artístico-musical, donde actuaba el maestro Zurita y su orquesta, María (Mariíta) Laprea (futura esposa de Aquiles Nazoa), ejecutante del piano y la señora Yolanda Balestrini de Rodríguez, violín. Los precios Bs. 2,50 Preferencia y Patio Bs. 2,00. Mediante dos cartelones de aproximadamente dos metros de alto por un metro de ancho se anunciaban las películas que se proyectarían en el Cine Royal. Las letras eran elaboradas a pincel por el popular deportista apureño Carlos Herrera (Carlitos), quien además organizaba las fotografías de los protagonistas de las películas. El Royal funcionaba donde hoy se halla el negocio de calzados Tienda las Maravillas. A comienzos del siglo veinte existían en San Fernando otros cines y teatros como el Cine Teatro Astoria, según se evidencia en su programa cultural cinematográfico, donde se anunciaba la presentación de talento vivo y la proyección de una conocida cinta, protagonizada por las taquilleras estrellas del cine mudo Laurel y Hardy (el Gordo y el Flaco). Lamentablemente en este programa no se indica la fecha del espectáculo ni la ubicación del local. 2.6.1.1.

¿Qué era el Cinemascope?

Es un sistema de filmación caracterizado por el uso de imágenes amplias en las tomas de filmación, logradas al comprimir una imagen normal dentro del cuadro estándar de 35 mm, para luego descomprimirlas durante la proyec19 / Borraduras de ciudad


ción logrando una proporción que puede variar entre 2,66 y 2,39 veces más ancha que alta. Esto se lograba con el uso de lentes anamórficos especiales (objetivos Hypergonar) que son instalados en las cámaras y las máquinas de proyección. Las pantallas sobre las que inicialmente se proyectaban las películas en este sistema eran más amplias que las usadas tradicionalmente hasta 1953 y poseían una concavidad que permitía además eliminar ciertas distorsiones propias del sistema en sus comienzos. Con los años, dichas distorsiones fueron finalmente eliminadas y el uso de pantallas cóncavas se hizo innecesario. La primera película rodada en CinemaScope fue El Manto sagrado” (1953), producida por la 20th Century Fox, dirigida por Henry Koster e interpretada por Richard Burton y Víctor Mature. El Cinemascope fue inventado por Henry Cheretien bajo el nombre Anamorphoscope. Fue rebautizado CinemaScope por la productora 20th Century Fox al comprar las lentes anamórficas especiales con que rodar las primeras producciones. 3. Decadencia de las salas de cine en el país Ya en los años setenta decaen en toda Venezuela las salas de cine y San Fernando no fue la excepción. La crisis de los cines en Venezuela obedeció a muchos factores; entre los que descollaba la inseguridad, que ya comenzaba a hacer estragos, también el auge de las nuevas tecnologías como el Betamax y el VHS (Video Home Sistem). No obstante, en esos años se inaugura en el barrio Jobalito el Cine Apure, en la Avenida Chimborazo, el cual al poco tiempo es clausurado. Pasados algunos años, en el local donde había funcionado el Cine Apure, se reinaugura un nuevo cine con el nombre Teatro Arauca, pero lamentablemente corre la misma suerte que sus precedentes, convirtiéndose actualmente en una Sala de oración.

Hugo Arana Páez/

20


A finales de los años setenta se intenta de nuevo constituir otra sala de cine, esta vez en el Centro de Profesionales de San Fernando, llamándose precisamente Cine Profesional. Este teatro disponía de unos equipos de proyección muy avanzados para la época; siendo operados por el técnico Rubén Castrillo. Los cinéfilos de la ciudad asistían masivamente a esta nueva sala, pero lamentablemente en una ocasión se descompuso parte del equipo y alguien se lo llevó a Caracas y que para repararlo y hasta el día de hoy no han aparecido, ni la maquina ni el Pájaro Bravo o Caribe que caribeó a los sanfernandinos, dejándolos sin la única sala de cine de que disponían. “…Un día se descompuso parte del equipo y una persona caritativa se lo llevó a Caracas para arreglarlo y hasta el día de hoy no ha aparecido, así termina esta etapa de proyección de películas en San Fernando de Apure...” (3) No obstante, actualmente San Fernando, cuenta con una magnifica sala de cine, la cual se halla muy cerca del Terminal de Pasajeros Humberto Hernández; ésta sala se construyó con el objeto de exhibir producciones de calidad como Séptimo Paralelo del apureño don José Natalio Estrada, entre otras; así como reconocidos cortometrajes. La entrada es completamente gratis y tiene horarios diurnos y vespertinos. Además en este espacio se realizan cine-foros, conferencias y espectáculos artísticos. En ese sentido debemos apoyar este noble proyecto, asistiendo a ella, por cuanto, representa un intento por rescatar esa manifestación cultural, que en San Fernando, tradicionalmente, tuvo mucha raigambre en el corazón de los aficionados al Séptimo arte.

(3) Ibidem

Pág. 55 21 / Borraduras de ciudad


FUENTES Orales: APONTE, Jesús Alexis HERNANDEZ, Nelson (Caboluís) SILVA BEJAS, Homero SILVA BEJAS, Julián SILVA BEJAS, Napoleón ROJAS, Saúl Digitales: Enciclopedia Wikipedia

Hugo Arana Páez/

La técnica del Cinemascope

22


CAPITULO II ACTIVIDADES ECONÓMICAS A. Los servicios funerarios en San Fernando a mediados del siglo veinte.. 1. ¿Cómo eran los servicios funerarios en San Fernando? Hasta finales de la década de los años cincuenta del siglo veinte no había servicios de pompas fúnebres establecidos en San Fernando; en ese sentido, era usual observar cómo los familiares, vecinos y amigos llevaban en hombros hasta la última morada, al familiar, vecino o amigo fallecido. Asimismo era habitual observar cómo los habitantes de este pueblo se horrorizaban ante un homicidio. Por otra parte, cuando algún parroquiano fallecía inesperadamente, víctima de un paro respiratorio, cardíaco o un accidente cardiovascular (ACV), se escuchaba la frase: _¡Anoche se murió Don fulano! De inmediato alguien preguntada _¿Y de qué? _¡De repente! Respondía el interlocutor Queriendo expresar que el mal que consumió al infeliz parroquiano era morir de repente. Asimismo era habitual escuchar entre los sanfernandinos aquellas frases que aludían a los que recién fallecían: Fulanito templó el dulce, Zutanito peló el diente, Doña fulana cruzó el páramo sin escarpines, Fulanita peló gajo, Doña zutana se nos puso adelante. Perencejo anoche se cansó de vivir en San Fernando y se fue con la Pelona o el más expresivo de todos don Zutano se mandó a medí (tal vez por aquello de que en esa época, el carpintero del pueblo, acudía al lecho del enfermo a medirlo para fabricarle la urna a su medida). 23 / Borraduras de ciudad


Vecino de la Esquina y Puerto Casablanca, vivía con su familia, un comerciante de apellido Beroes. Este apureño había establecido su residencia en la calle El Yagual, entre la casa de una familia de apellido Salazar y el señor Juan Marrero (conocido arenero de la época) y tenía al lado de la empresa Juan Igarza y Vegas, en la calle 19 de abril entre 24 de julio y Miranda, cerca del negocio Hermanos Barbarito CA, un mayor de víveres, en el que conservaba en los estantes un ataúd; para cuando él falleciera, sus familiares no pasaran las de Caín (entiéndase apuros para realizar el velatorio). Es que en esa época (principios de la década de los años cincuenta del siglo veinte), no existían en la ciudad empresas dedicadas al negocio de pompas fúnebres. Tanto es así que cuando alguien fallecía; los dolientes se las veían negras, por cuanto, no había ataúdes a la mano, por lo que muchos de los afligidos familiares acudían a Beroes, solicitando en calidad de préstamo su preciada posesión; eso sí, con el compromiso expreso de entregarle a la brevedad, otra urna similar al salir del vaporón (apuro) en que se hallaban. El caso es que cuando el previsivo señor Beroes falleció, su ataúd se hallaba en calidad de préstamo y sus familiares se vieron en aprietos, para lograr que algún carpintero de la ciudad les fabricara uno con la premura del caso. En ese sentido cito el viejo refrán: “El que fía o presta lo suyo a pedir se queda”. 2. Las Parihuelas (primigenias ambulancias de San Fernando) Las formas de llegar a un hospital eran menos expeditas que ahora. Cuando un agricultor; por ejemplo, en un lejano caserío se cortaba con el hacha con la que estaba derribando un árbol, era recogido por sus compañeros y llevado en parihuela al pueblo más cercano. Se llamaba parihuela a una especie de rustica camilla, esta era hecha en cuero seco de dos metros de largo por ochenta centímetros de ancho, atravesado por dos varas de dos meHugo Arana Páez/

24


tros y medio, la cual era transportada por dos hombres, los cuales eran relevados por otros dos, después de recorrido cierto trecho. También se utilizaba el chinchorro en el que acostaban al lesionado. El chinchorro colgaba de una larga vara que porteaban dos hombres; los más fuertes por supuesto, éstos se iban turnando; dos lo cargaban un trecho y luego dos más los relevaban otro trecho y así alternadamente hasta llegar a destino. Así llegaba el herido al centro de salud o al curioso, como llamaban entonces a quien practicaba la medicina empírica. Por cierto, se decía que estos porteadores llegaban con la raspadura o echando el resto; queriendo decir, haber gastado el resto de energías. 3. Aprestos para el velorio A mediados del siglo veinte, cuando en San Fernando se anunciaba la gravedad de un enfermo, era necesario comenzar a arreglar la casa para el futuro velorio, ésta se pintaba rápidamente, se solicitaban sillas prestadas a los vecinos y se compraba suficiente aguardiente, café, chocolate, cigarrillos y hasta tabaco o chimó para obsequiar a los acompañantes. El velorio era, en algunos casos, una especie de pequeño jolgorio, ya que entre sollozos de los dolientes, tragos de aguardiente, humo de cigarrillo, mascadas de tabaco y escupitajos (salivazos), los amigos del finado amanecían jugando barajas, echando chistes, o narrando anécdotas, cuentos e historias. También se practicaban otros ritos. Primero se vaciaba en el patio el agua de beber, es decir, la que se hallaba contenida en las tinajas y la que se hallaba en la piedra o filtro del tinajero y también se sacaban de la casa todos los alimentos. Simultáneamente se armaba el altar y comenzaban los rezos.

25 / Borraduras de ciudad


Inmediatamente que salía de la casa el cortejo fúnebre, había que tomar medidas para evitar que el espíritu del difunto quedara deambulando por la vivienda, asustando a los familiares. Además alguien debía quedarse para colocar las sillas contra las paredes, para evitar que su espíritu tuviese la tentación de venir a sentarse en ellas, quedándose en la casa y no viajar al más allá. 4. Urnas a la medida En esa época no había en San Fernando empresas dedicadas a prestar servicio de pompas fúnebres, por lo que eran los carpinteros del pueblo los encargados de elaborar el sarcófago. A veces ocurría que en medio de la gravedad, la esposa u otro familiar del enfermo llamara al carpintero para que le tomara las medidas al futuro viajero y de esta manera comenzar a elaborar el cajón, el cual generalmente se forraba en pana negra, de allí que en Apure los mamadores de gallo le pusieran motes a aquellas personas de color, apodándolos forro de urna. Para el entierro todo era más fácil. En algunas ocasiones, en el solar de la casa del moribundo, comenzaba la construcción de la urna. De modo que desde el lecho el individuo oía los martillazos y por supuesto sabia de que se trataba el asunto. Otros más precavidos (como el señor Beroes) compraban el sarcófago y lo mantenían en un rincón de la casa. En algunas ocasiones la urna era dada en préstamo a algún vecino, familiar o amigo que lo agarraba la pelona, porque sus familiares no tomaron la previsión de mandarle a fabricar previamente su sarcófago. Este préstamo era mientras se celebraban los actos fúnebres, porque finalizado el mismo, los familiares mandaban a construir otra, para devolvérsela a la persona que les había hecho el favor de prestárselas.

Hugo Arana Páez/

26


Las más solicitadas eran aquellas hechas de madera de cedro amargo, porque se creía que esta madera ahuyentaba a malos espíritus. Esas, por supuesto, eran las más caras. En Tinaquillo, según lo relata su cronista José Ramón López Gómez, la municipalidad tenía una urna llamada por el pueblo Vaya y vuelva, que servía para enterrar a los menesterosos. Era un cajón hecho de recortes de madera, generalmente de tablas de embalar. Esta urna iba sin forrar y por lo tanto en esas tablas resaltaban los letreros de los productos que en una ocasión contuvieron, tales como, Kerosene El Capitán ó Velas de esperma El Carmen. Iba esta urna, montada en una vieja carretilla de madera de dos ruedas, que transportaban los enterradores de oficio y donde se colocaba al difunto. Llegado a la fosa seleccionada, se sacaba al infeliz del féretro, se volteaba la carretilla y se arrojaba el cadáver al fondo del duro, frío y pedregoso albergue; retornando la urna vacía de nuevo a la municipalidad, para realizar otro viaje. 5. Blas Gómez, popular fabricante de urnas a la medida Blas Gómez era un carpintero muy conocido en todo San Fernando, que tenía su taller detrás de la antigua Casa Parroquial, en la esquina que formaba el cruce de las calles Sucre y Piar (frente a la casa de la familia del Sute Maica). Amén de fabricar mesas, silletas, camas, escaparates, aguamanil, plateras y otros muebles indispensables en los hogares apureños, también confeccionaba magníficos féretros. De manera que cuando un enfermo comenzaba a agravarse y después que sus familiares hubieran agotado todos los recursos médicos; el futuro viajero debía cumplir previamente tres fases en su limitado resto de vida que le quedaba. Primeramente, la familia solicitaba a la Inspectoría del Transito (Inspectoría de vehículos), colocara un aviso en los extremos de las dos esquinas donde yacía el enfermo. 27 / Borraduras de ciudad


Estos avisos decían: Despacio enfermo. No toque corneta, que amén de incómodos, eran pavosísimos. No obstante, los familiares todavía abrigaban esperanzas de que al infeliz todavía no se lo llevara la pelona. Sin embargo pese a los esfuerzos de los médicos, los familiares observaban que el enfermo inexorablemente continuaba agravándose; en ese momento acudían al sacerdote para que le diera la Extremaunción ó los Santos Oleos, rituales que se realizaban entre gemidos y sollozos tenues de la familia. No obstante todavía abrigaban un hálito de esperanza. Pero el acabóse (como decían los viejos y viejas apureñas), era cuando Blas Gómez, entraba al aposento del moribundo. Ahí sí, el escándalo de dolor y llanto era mayúsculo e incontenible, porque su presencia significaba que ya no había tutía, por cuanto, esta visita significaba la despedida del paciente, es decir, que su muerte era inevitable. Él entraba al saloncito con su ayudante y su cinta métrica y acercándose al agonizante enfermo, tenía el tupe de preguntarle ¿cómo estás? De inmediato tomando la cinta métrica, comenzaba a dictarle a su acompañante en alta voz: Uno ochenta de largo, setenta de ancho y sesenta de alto. “… Blas Gómez, en el cuartico de los moribundos. Blas Gómez era una persona sumamente conocida en todo San Fernando. Él era carpintero y tenía la noble y desagradable tarea de fabricar urnas, puede decirse que al instante, en una época cuando no existían servicios funerarios…” (1)

Por supuesto Blas Gómez, era un aplicado artesano que afanosamente cumplía con la última piadosa misión de elaborar una urna ajustada a las medidas del occiso. Como diríamos, un traje hecho a la medida del usuario.

(1) RAMOS, César Humberto. Remontando el Apure viejo. 19311952 Pág. 111 Hugo Arana Páez/

28


Posiblemente de allí vendrá el refrán... “fulanito se mandó a medir”…, queriendo significar que ese individuo había fallecido; pero también se refería a alguien que había hecho algo que le provocara algún accidente, algún percance ó que metía la pata, es decir, algo que lo hacía merecedor de que lo despidieran del trabajo o lo dejara la mujer. Es que en esa época los carpinteros acudían al lecho del moribundo para medirlo y cuando esta operación se efectuaba, los amigos y familiares del deudo decían fulanito se mandó a medir, que es lo mismo que despedirse de este mundo. Después de tomadas las medidas al futuro viajero, la doña le decía al parsimonioso carpintero. _¡Blas, espérame allá en el patio pa` que hablemos!; así te tomas un cafecito. Mientras el carpintero esperaba a la futura viuda sentado al pie de un guayabo, ésta se afanaba en llevarle una totumita de café cerrero recién colado. También pensaba regalarle alguna guanábana o algunas guayabas de los árboles que tenía plantados en el patio. Esto era con la finalidad de ablandarle el corazón al viejo carpintero, para que le hiciera una buena urna, rápido, barata y mejor si se la fiaba. Después de tanto cavilar. Al fin, la doña salía al patio con la humeante y aromática bebida. _¡Aquí tienes Blas!, lo colé especialmente para ti _¡Ah, qué bueno! , gracias Sabedor de lo que se traía en su pensamiento la mujer; el experimentado Blas, se adelantaba a la doña, anunciándole muy diplomáticamente. _Mire Misia, la urna en caoba se la voy a dejá en doscientos bolos y en cedro amargo en ciento veinte. _¡Blas! ¿Y eso no está muy caro? Respondía la mujer 29 / Borraduras de ciudad


_¡Que caro va a está! Esa urna se la voy a forrá en pana negra de muy buena calidá, con decile que es la última pana que le llegó a los Barbarito. Tradicionalmente las urnas se forraban en pana. Blanca, si era una virgen o un angelito (recién nacido) el que fallecía o negra si eran adultos. Por cierto aquí en Apure era muy corriente escuchar el remoquete “forro de urna“ para referirse a una persona de color o afrodescendiente como eufemísticamente le dicen ahora a estas personas. En ese regateo se tardaban como media hora, por lo que Blas le decía a la futura viuda. _¡Bueno doña! Decídase, porque tengo que visitá dos clientes más que me están esperando; uno en Casa e´ Zinc y otro en Zaramia y usté sabe que ando a pie y el sol está muy bravo. _¡Bueno Blas! Que se va a hacé, házmela de Cedro amargo. La mujer escogió la de cedro, por dos razones. Una, por motivos económicos y otra porque había la creencia que a los ataúdes de cedro amargo no se le metían los malos espíritus. _¡Está bien! será de cedro _Ya sabe, vale ciento veinte bolos y démelos de una vez pa empezá el trabajo. _¡Ay Blas!, es que eso era de lo que quería hablá contigo, lo que tengo ahorita es sesenta, ¿Te sirve eso? Después dentro de un mes te pago el resto. _Bueno, que se va a hacé, está bien pero que sea seguro el pago dentro de un mes. De un pañuelito la futura viuda sacó los sesenta bolívares y se los entregó al carpintero; quien al recibir el adelanto se puso de pie para decir. Hugo Arana Páez/

30


_Ahorita mismo me voy a atender a los dos clientes de los que le hablé y de allí me marcho al taller a serruchá buena tabla, queriendo expresar, a fabricar los féretros. 6. Evolución de los servicios funerarios en San Fernando Ante la problemática que representaba la ausencia de empresas especializadas en prestar este indispensable servicio en la ciudad; fue que a mediados del siglo veinte se fueron constituyendo compañías de pompas fúnebres; las cuales suscribían contratos a futuro con los clientes. El suscriptor por su parte incluía a todos sus familiares en el mismo y cancelaba un modesto abono; así como el compromiso de amortizar un bolívar semanal. En ese sentido la empresa enviaba a un empleado a cobrarle en su domicilio; generalmente era un muchacho que en bicicleta se dedicaba a visitar casa por casa, entregando como recibo, unos pequeños boletos, por un monto de un bolívar cada uno. En dichos tickets se indicaba la semana que estaba cancelando el cliente; éste por supuesto guardaba celosamente cada uno de estos boletos; por cuanto, era el comprobante de haber cancelado el pasaje (por cierto sin retorno) del familiar que se iba. De igual manera los dolientes comenzaron a velar a sus difuntos en los locales de las funerarias; asimismo éstos eran llevados a su última morada en carros fúnebres, aliviando a los deudos tener que cargarlos en brazos de amigos hasta el distante y viejo cementerio municipal ó fonsequero, ubicado allá en la calle Chimborazo. También se fueron creando empresas dedicadas a la elaboración de coronas, con flores naturales traídas en aviones de la Línea aérea Taca, Ransa o Avensa; ya no se usarían más las coronas hechas en San Fernando a base de alambre y papel crepé u otras, confeccionadas con flores naturales que se conseguían en los patios de las solariegas casas apureñas, 31 / Borraduras de ciudad


a base de Cayenas, Capachos, Bella a las once, Paraíso ó alguna que otra rosa. 7. Algunas creencias Entonces existían en San Fernando, algunas creencias y supersticiones como aquellas de que algunos finados se ponían pesados o que había métodos infalibles para descubrir criminales. Asimismo existía la creencia de que algunos individuos empleaban tierra y flores de la tumba de los muertos en sus conjuros. 7.1. Muertos pesados El viaje del lugar del velorio al cementerio a veces se hacía difícil. Sobre todo cuando el difunto se negaba a aceptar que lo llevaran a aquel triste lugar, al que no quería ir. En ese sentido decían los viejos que el muerto se ponía pesado, tanto que en ocasiones varios hombres no podían levantar el féretro. Se dice que en la Sierra de Coro para aliviar el peso, le daban garrotazos al ataúd. En El Callao, le daban sombrerazos hasta que el cajón volvía a su peso normal. En algunas regiones de los llanos y en parte de los andes, amenazaban al muerto con orinarle el sarcófago. En todos estos casos, dicen los creyentes, que este último recurso era infalible. 7.2. Los velorios y el método para descubrir a los criminales En los homicidios misteriosos había procedimientos infalibles para hacer que los criminales, voluntariamente confesaran su fechoría y se entregaran a la autoridad. El actual Presidente de la Sociedad Bolivariana de Venezuela, Arturo Castillo Machez, cuenta como dos individuos, enloquecidos por el alcohol, apuñalaron y decapitaron en el caserío Tupí, del Estado Falcón, a un señor llamado BaHugo Arana Páez/

32


silio García. Algunos facurtos le introdujeron en la boca al cadáver una moneda y en la mano un cuartico de aguardiente; luego lo bambolearon de un lado a otro, hasta que la moneda y el frasco cayeron al suelo. Poco tiempo después, uno de los asesinos acudió voluntariamente a la policía a confesar su crimen. 7.3. Los brujos, las flores y la tierra de muertos Se decía que los practicantes de magia negra o brujería en Apure, utilizaban flores nacidas en los alrededores de las tumbas o también tierra de las mismas, para sus misteriosos propósitos. Algunos brujos recetaban tierra de tumbas recién ocupadas para curar males de amores o para sanar enfermedades de la piel y otros se la añadían a las comidas de sus enemigos, para que se pusieran flaquitos y así ponerle fin a su existencia. B. LAS PULPERIAS EN SAN FERNANDO Otra institución desaparecida. 1. Origen de la palabra pulpería Siempre ha habido cierta conexión entre pulpero y pulpo, en ese sentido, el historiador venezolano Fray Pedro Simón, publica en 1627 sus Noticias Historiales donde dice que a los pulperos les dieron ese nombre porque tenían muchas cosas que vender, como patas tiene un pulpo. “...al modo que los pulpos tienen muchos pies...“ (1) (1) ROSENBLAT, Ángel. Buenas y malas palabras, Editorial Edi-

me, Pagina 29 Tomo, II, Caracas, 1969. Pág. 254. 33 / Borraduras de ciudad


También existe otra explicación de la palabra pulpería “…pulpero como derivado de pulpa. Efectivamente, en Cuba, según Constantino Suarez, llaman pulpero al vendedor ambulante de pulpa de tamarindo, que suele ser un tipo callejero gracioso por su aspecto y su pregón…“ (2)

Éste iba con su agradable pregón recorriendo las calles de los pueblos de ese país y una tercera versión, que cuenta “… Desde los días tempranos de la conquista de México, los establecimientos indígenas donde se vendía el pulque, la bebida fermentada del maguey o agave, se llamaron pulquerías…“ (3)

Refiere Ángel Rosenblat, que es posible pensar que el español la haya llevado a otras tierras de América; por cuanto, muchos de los conquistadores y primeros pobladores de Méjico se trasladaban al Perú y a otras tierras americanas. Por supuesto, una pulquería fuera de Méjico tenía que vender en lugar de pulque, otras bebidas fermentadas. En ese sentido es probable que el nombre de pulquero se asociara con pulpo o pulpa y se transformara pulpero en Venezuela. 2. Las primeras pulperías en Venezuela La pulpería se esparció por toda América del Sur desde el siglo XVI. El 12 de febrero de 1592, el Cabildo de Caracas ordenaba que ningún pulpero vendiera cosa alguna a ningún negro esclavo sin permiso del amo. Desde la Colonia, existía en Venezuela un gremio de pulperos, quienes tuvieron cierta importancia en la insurrección de Juan Francisco de León. Las Leyes de Indias regulaban el funcionamiento de tales negocios, porque en ellos se expendían pócimas, elixires, cosméticos y literatura popular. (2) Ob. Cit Tomo II Pág. 29. (3) Ob Cit. Tomo II Pág. 29 Hugo Arana Páez/

34


Hoy han sido suplantadas por las casas de abastos, bodegas y las grandes cadenas de supermercados. La pulpería tenía más calor, más intimidad, que estos modernos establecimientos; sin duda, porque se complementaba con sus ribetes de botiquín (bar). Entre tantas instituciones que han desaparecido en San Fernando, a las pulperías también les llegó su turno. Algunas de ellas a duras penas subsisten en los barrios y campos de Apure, pero sin la connotación y el ambiente popular que en un tiempo fue lo característico de estos negocios. Como las quincallas, la pulpería en nuestra ciudad, fue la casa de abastos hasta finales de la década de los años cincuenta; algunas de estas pulperías tenían el servicio de despacho a domicilio, generalmente un muchacho llevaba en una bicicleta de reparto los víveres solicitados. La modernización de los sistemas de venta de alimentos, han ido borrando lentamente este icono, representativo de la actividad económica de San Fernando desde tiempos de la Colonia. Las pulperías tenían una ubicación muy especial en la ciudad; preferiblemente se hallaban en las esquinas e instaladas en una casona de dos enormes puertas de madera hacia la calle principal y una hacia la transversal. Eran viviendas de adobe, de anchas paredes, techos de tejas, que daban cobijo a un amplio mostrador de madera, detrás del cual estaba sonriente el pulpero y al fondo unas estanterías de madera, donde se exhibían los víveres. 3. Pulperías famosas de San Fernando Franco Castillo en su obra El último violín, al referirse a la pulpería La Aragüeña, propiedad de su padre, Don Pancho Castillo, menciona una larga lista de estos negocios en San Fernando a principios del siglo veinte; así como sus direcciones y nombres de sus propietarios. 35 / Borraduras de ciudad


“…Las Gradillas de Rafael Requema, en el cruce de las calles Ricaurte y Sucre; La Colmena de Don Chicho García, en el cruce de las calles 19 de abril y 24 de julio; La Zapoara, La Época, La Aragüeña de Pancho Castillo, en el cruce de las calles Palo Fuerte con Páez, Verdún del teniente Pérez Prieto, en el cruce de las calles 24 de Julio con Páez, La Siempre Viva de Lique Delgado en el cruce de las calles Páez con Girardot, La Chinera, del Mocho Veloz, en la calle 24 de Julio entre calles Sucre y Páez; Mi Cabaña, que le daba el nombre al Puerto Mi Cabaña, en el cruce de las calles Páez con La Miel; La Espiga de Oro, de Ángel María Aquino, en el cruce de las calles Independencia con Páez, El Pabellón del Pueblo, de Don Rafael Tirado, ubicada en el cruce de las calles Municipal con Chimborazo, La Vencedora de don Telésforo Pérez, en el Barrio Perro Seco, El Gallo de Oro del mismo Ángel María Aquino en la calle Comercio entre Calles Fonseca (hoy Boulevard) y Arévalo González...“ (4)

4. ¿Qué vendían esas viejas pulperías? El pulpero vendía aceite de oliva o de lámpara en un envase de latón de doble medida, hecha por un latonero local; por un lado la llenaba de aceite y cobraba un centavo; por el otro lado, como la medida era mayor, cobraba una locha (doce céntimos y medio de bolívar). Según una publicación del periódico Letras en su edición del 4 de septiembre de 1933, aparece una lista de precios de los insumos que regían en el Mercado Libre, ubicado en esa época entre las calles Comercio y 19 de abril, era un pasaje que conectaba a ambas calles y a ambos lados del mismo, se hallaban los puestos de venta. A continuación, Edgard Decanio en su obra Repuntes II el San Fernando de ayer, detalla una lista de precios del 4 de septiembre del año 1933, que regía para el Mercado Municipal y las pulperías. (4) CASTILLO, Franco. El último violín págs. 117-118

Hugo Arana Páez/

36


“… Arroz blanco Queso blanco Café en grano Café molido Frijoles bayos Frijoles blancos Papas Cebolla Casabe Carne fresca Carne salada o tasajo Aguardiente Ron Cocuy Cerdo Huesos de cochino Chicharrones Jabón amarillo o de la tierra Leche Jabón amarillo Azúcar blanca Azúcar moscabada Panela de dulce o papelón Chiguire Tortugas grandes Maíz pilado Pescado dorado Bagre Arencas Manteca

Bs.1,00 kg. 1,00 1,25 1,50 1,37 1,50 1,50 1,75 1,25 la torta 1,00 kg. 1,00 1,75 lt. 4,00 4,50 1,00 1,00 9,75 0,75 0,37 lto. 0,75 1,00 kg. 0,62 0,12 1,00 6,00 Und. 0,75 1,00 kg. 1,00 0,75 1,75 lto.…“ (5)

Citando también a Ramón Oviedo en su obra Sabaneando mis recuerdos, se mencionan los precios de venta de algunos productos para el año 1945. (5) DECANIO, Edgar 196-197

Repuntes II. El San Fernando de ayer Págs.

37 / Borraduras de ciudad


“…Un kilogramo de carne res Bs. 1,45 Una panela dulce (1 kg) 0,25 Medio kilogramo de carne y un kilogramo de hueso Bs. 1,37 Un kilogramo de verdura (yuca, topocho y ocumo) Bs. 0,50 Una panela de jabón (de la tierra o amarillo) Bs. 0,25 Un kilogramo de manteca vegetal Bs. 3,00 Un Kilogramo de azúcar Bs. 1,00 Un kilogramo de arroz Bs. 2,00 Un kilogramo de papas Bs. 1,00 Un Kilogramo de Cebolla Bs. 2,00 Un Galón de aceite (3,785 Litros) Bs. 13,00 Una lata de Kerosene (18litros) Bs. 3,00 Una lata de Creolina (1/2 litro) Bs. 2,00 Un Kilogramo de frijol Bs. 1,00...“ (6)

Además de estos bajos precios el pulpero recompensaba a sus clientes con la conocida ñapa. Asimismo en la década de los años cincuenta, se vendía en esos negocios una manteca blanca en barra, marca Los Tres cochinitos; en esa época, el presidente de la República era el general Marcos Pérez Jiménez, quien junto a Luís Felipe Lloverá Páez y el ideólogo de la dictadura, Laureano Vallenilla Planchar, formaban un trío de gorditos. En ese sentido los mamadores de gallo de San Fernando, al comprar esa manteca, le decían al pulpero _¡véndeme una panela de manteca del general¡ para aludir socarronamente a los tres gorditos que detentaban el poder entonces en Venezuela. 5. ¿Quién acudía a las pulperías? A estos negocios acudían los muchachos que hacían los mandados diarios de la familia que vivía cerca de estos negocios y los asiduos moledores de caña, que iban a echarse su traguito de aguardiente, rondón (ron) o aniceto (anís). Otros a comentar el acontecer cultural, deportivo o político que informaba la prensa o la radio: Pero también iban a conversar sobre el diario quehacer del barrio. Es que estos establecimientos fueron centros de reunión y referencia cultural, social y política de la ciudad. (6) OVIEDO MONTOYA, Ramón Págs. 82-83

Hugo Arana Páez/

38

Sabaneando mis recuerdos,


6. Pulperos famosos en Venezuela En Venezuela hubo pulperos muy célebres, como: José Tomás Rodríguez Boves El Taita; Rosete, pulpero de Camatagua y Ezequiel Zamora en Villa de Cura. 6.1. José Tomás Boves, “El Taita” José Tomás Rodríguez Boves, Oviedo (España) 18-9-1782 y muere en Urica (Estado Monagas) el 5-12-1814. Debía haber en él una inclinación grande al comercio, porque es muy curioso que abandone pronto la Marina de guerra. Ese tráfico mercante lo va a atraer a las Antillas y con frecuencia a Venezuela. Va a ser La Guaira el primer lugar donde Boves se instala en Venezuela. Sin embargo no se queda en ese puerto, Boves se va tierra adentro, no a Caracas, sino a una pequeña y remota población del interior de Venezuela, a Calabozo. Este asturiano, que estudió para marino, se hace comerciante, se interna en los llanos venezolanos, en aquella especie de mar de tierra y establece una pulpería. En ella debía vender, los pocos géneros que los llaneros de la época requerían: telas, implementos para el trabajo de ganado, para la siembra y víveres; pero al mismo tiempo, se empieza a dedicar a la compra de ganado en pie y cueros de res. Para el año 1810, tenia Boves veintiocho años de edad y era el pulpero José Tomas Rodríguez Boves, establecido en Calabozo con una pulpería que estaba probablemente al cuidado de una vieja indígena. Boves se fue convirtiendo en un llanero a quien los nativos no veían como a un extranjero. Debió comenzar a montar a caballo tan bien como ellos, a vivir con la frugalidad con que ellos vivían y a sentirse uno más entre iguales, ganándose su respeto y admiración; transformándose este pulpero en El Taita, en el caudillo que acapararía en el año 1814, la escena política y militar de Venezuela. 39 / Borraduras de ciudad


6.2. Rosete pulpero de Camatagua Francisco Rosete. Nacido en Islas Canarias, España año 1775 y muere en la Sabana de El Juncal (Estado Anzoátegui) el 27-9-1816. Este pulpero convertido en sanguinario soldado al servicio de la causa realista, lo menciona Herrera Luque en Boves “El Urogallo”, donde describe el odio que este hombre profesaba a los mantuanos; ordenando a su turba de resentidos que en presencia de su familia asesinaran a machetazos en el corredor de su vivienda de Camatagua a Don Pedro Mendoza de Vegas.. “…Rosete es un pulpero de Camatagua, isleño de aspecto repulsivo, que odia al mantuanje de la región. A Don Pedro de Vegas y Mendoza, Justicia Mayor de Ocumare, lo ha asesinado en medio de un banquete. Se encontraba el patriarca en el amplio comedor de su casa, rodeado por sus hijos y de su mujer. Doña Chichita, cuando el feroz lugarteniente de Boves, quien estaba sentado como invitado especial en el otro extremo de la mesa, dio la orden de asesinarlo. Don Pedro intentó huir saltando por la ventana. Los años le habían restado ligereza. Resbaló y cayó. Cinco de sus negros, que los tenía por leales, dejaron caer sobre el patricio el filo amellado de sus machetes…“ (7)

6.3. Ezequiel Zamora Hubo un pulpero nacido en Cúa, quien a los veintinueve años, estableció en el año 1846, en la población de Villa de Cura, un negocio de víveres, muy conocido y estimado de los vecinos y de los viajeros; este pulpero se llamaba Ezequiel Zamora. Era inquieto y no se resignaba a su oficio, por lo que un día dejó el pelero para convertirse en soldado y general de la Federación.

(7) HERRERA LUQUE, Francisco Boves El Urogallo, Pág. 176 Hugo Arana Páez/

40


7. Algunas pulperías en San Fernando a principios del siglo veinte Hasta mediados del siglo veinte hubo muchas pulperías en San Fernando, como: la pulpería El Chimborazo, propiedad del Teniente Cordero y las gradillas de don Rafael Requena, entre otras. 7.1. Pulpería El Chimborazo Hasta comienzos de la década de los años sesenta funcionó en el ángulo Noroeste del cruce de las calles José Cornelio Muñoz y Boyacá, una pulpería propiedad del comerciante apureño, conocido como el Teniente Cordero. Este negocio se llamaba pulpería El Chimborazo. Posiblemente el teniente Cordero, fue un viejo apureño admirador del padre de la patria y cuando a finales de la década de los años treinta fue a constituir su negocio de víveres, se le ocurrió consagrarlo con ese nombre. Seguramente se inspiró en el Bolívar Pensante y utopista; en el héroe de tendencias románticas, proféticas como fue el Bolívar de Mi delirio en el Chimborazo. El monte Chimborazo está situado en la provincia del mismo nombre, en Ecuador y a sus pies se halla la ciudad de Riobamba, capital de dicha provincia. Chimborazo es el nombre del dios de la antigua nación Puruhá, que más tarde fuera adorado por los Incas. Su nombre tiene varios significados en los dialectos vernáculos. Viene del jíbaro chimbu, asiento, dueño de casa; del aymará rassu, montaña; del colorado shimbu, mujer y rassu, nieve. También se cree que chimbo es de origen chimú y significa sombra protectora. En idioma quechua, chimbo o chimbu significa la del otro bando y rassu quiere decir nieve. Es decir “nieve del otro bando”, lo cual concuerda con la mitología indígena que considera 41 / Borraduras de ciudad


al Chimborazo como esposo de la Tungurahua, montaña situada frente al mitológico cónyuge. Los indígenas de la provincia del Chimborazo creen que las dos montañas se unen cuando el cielo resplandece por los relámpagos en las noches de tormenta. Por cierto, Alexander Von Humboldt intentó llegar a la cima del Chimborazo, pero sólo alcanzó los 5900 m. sobre el nivel del mar. 7.1.1. El Libertador y “Mi delirio sobre El Chimborazo” Considero útil citar la joya literaria Mi delirio sobre el Chimborazo, producida por Simón Bolívar, por cuanto, sería de utilidad y fuente de inspiración al lector, como posiblemente inspiró al viejo soldado, el teniente Cordero, en el momento que fue a constituir su negocio. “…Yo venía envuelto en el manto de Iris, desde donde paga su tributo el caudaloso Orinoco al Dios de las aguas. Había visitado las encantadas fuentes amazónicas, y quise subir al atalaya del Universo. Busqué las huellas de La Condamine y de Humboldt; las seguía audaz, nada me detuvo; llegué a la región glacial, el éter sofocaba mi aliento. Ninguna planta humana había hollado la corona diamantina que pusieron las manos de la Eternidad sobre las sienes excelsas del dominador de los Andes. Yo me dije: este manto de Iris que me ha servido de estandarte, ha recorrido en mis manos sobre regiones infernales, ha surcado los ríos y los mares, ha subido sobre los hombros gigantescos de los Andes; la tierra se ha allanado a los pies de Colombia, y el tiempo no ha podido detener la marcha de la libertad. Belona ha sido humillada por el resplandor de Iris, ¿y no podré yo trepar sobre los cabellos canosos del gigante de la tierra? ¡Sí podré! Y arrebatado por la violencia de un espíritu desconocido para mí, que me parecía divino, dejé atrás las huellas de Humboldt, empañando los cristales eternos que circuyen el Chimborazo. Llego como impulsado por el genio que me animaba, y desfallezco al tocar con mi cabeza la copa del firmamento: tenía a mis pies los

Hugo Arana Páez/

42


umbrales del abismo. Un delirio febril embarga mi mente; me siento como encendido por un fuego extraño y superior. Era el Dios de Colombia que me poseía. De repente se me presenta el Tiempo bajo el semblante venerable de un viejo cargado con los despojos de las edades: ceñudo, inclinado, calvo, rizada la tez, una hoz en la mano… Yo soy el padre de los siglos, soy el arcano de la fama y del secreto, mi madre fue la Eternidad; los límites de mi imperio los señala el Infinito; no hay sepulcro para mí, porque soy más poderoso que la Muerte; miro lo pasado, miro lo futuro, y por mis manos pasa lo presente. ¿Por qué te envaneces, niño o viejo, hombre o héroe? ¿Crees que es algo tu Universo? ¿Que levantaros sobre un átomo de la creación, es elevaros? ¿Pensáis que los instantes que llamáis siglos pueden servir de medida a mis arcanos? ¿Imagináis que habéis visto la Santa Verdad? ¿Suponéis locamente que vuestras acciones tienen algún precio a mis ojos? Todo es menos que un punto a la presencia del Infinito que es mi hermano”. Sobrecogido de un terror sagrado, « ¿cómo, ¡oh Tiempo! -Respondí- no ha de desvanecerse el mísero mortal que ha subido tan alto? He pasado a todos los hombres en fortuna, porque me he elevado sobre la cabeza de todos. Yo domino la tierra con mis plantas; llego al Eterno con mis manos; siento las prisiones infernales bullir bajo mis pasos; estoy mirando junto a mí rutilantes astros, los soles infinitos; mido sin asombro el espacio que encierra la materia, y en tu rostro leo la Historia de lo pasado y los pensamientos del Destino». “Observa -me dijo-, aprende, conserva en tu mente lo que has visto, dibuja a los ojos de tus semejantes el cuadro del Universo físico, del Universo moral; no escondas los secretos que el cielo te ha revelado: di la verdad a los hombres”. El fantasma desapareció. Absorto, yerto, por decirlo así, quedé exánime largo tiempo, tendido sobre aquel inmenso diamante que me servía de lecho. En fin, la tremenda voz de Colombia me grita; resucito, me incorporo, abro con mis propias manos los pesados párpados: vuelvo a ser hombre, y escribo mi delirio…“ (8) (8) Enciclopedia digital Wikipedia, Internet

43 / Borraduras de ciudad


7.1.1.1. La pulpería El Chimborazo y las escuelitas de primeros estudios en San Fernando Frente a El Chimborazo, funcionaba una escuelita particular, dirigida por Doña Andrea Hurtado de Santamaría. Es que entonces, la mayoría de los niños de San Fernando hasta finales de la década de los años cincuenta, tenían sus primeras experiencias de aprendizaje en varias escuelitas que existían estratégicamente ubicadas en diferentes barrios. En ellas comenzaban con la popular cartilla hasta el clásico libro primario de Mantilla. Estas escuelitas funcionaban en casas de familia, donde una sola maestra se encargaba de impartir lecciones a los párvulos que ansiosos acudían en búsqueda de conocimiento. La edad para ingresar a estas instituciones oscilaba entre los cinco y los ocho años. Los recursos didácticos utilizados por estas docentes, era entregarles un Puntero que podía ser un pedacito delgado de madera, con el cual iban señalando las primeras letras, a medida que las repetían en voz alta. De igual manera estas maestras aplicaban severos castigos a sus pupilos (eran las estrategias educativas que se utilizaban en la época), estos castigos se aplicaban sin contemplaciones, pero también sin ser exagerados. Estos consistían en la jaladera del cabello, mejor conocido como peladientes; por aquello de que al tirar la docente los cabellos del niño, éste hacía una mueca de dolor, cerrando los ojos, abriendo simultáneamente los labios y dejando los dientes al descubierto. Pero también estas maestras recurrían al clásico palmetazo o al templón de orejas, también cuando la falta era suave los obligaban a arrodillarse en el piso o sobre un ladrillo y en casos extremos, sobre granos de maíz. Cuando las faltas eran graves ó no se aprendían la lección, implicaba un castigo adicional como era dejarlos pésimos. Quedarse pésimo, consistía en prohibirle al niño salir a jugar en la media hora de recreo ó receso. En Hugo Arana Páez/

44


ese tiempo, el infeliz muchachito permanecía sentado en su pupitre escribiendo una Plana, que consistía en llenar fila tras fila en el cuaderno la frase “Debo portarme bien en clase” ó “debo aprender bien la lección”. Cabe destacar que los niños que egresaban de estas escuelitas, ya estaban capacitados, para ingresar al segundo grado de cualquier escuela oficial. Pioneras de esta enseñanza fueron: Doña Andrea Hurtado de Santamaría. Ella tenía su escuelita precisamente en la esquina El Chimborazo, en el cruce de las calles José Cornelio Muñoz y Boyacá. Allí vivía con sus hijas Blanca Hurtado de García y Rosa Lerma Hurtado; su yerno José García y su nieta Edith. En esa escuelita de la Chimborazo, se les enseñaba a leer con más soltura, a pronunciar bien las palabras y también las cuatro reglas de la Aritmética (la llamada tabla de sumar, restar, multiplicar y dividir). Según testimonio del economista apureño Cesar Humberto Ramos “...De allí salíamos listos, para ingresar a cualquiera de las escuelas de educación primaria...“ (9)

Otra reconocida escuelita en San Fernando en esa época, era la de la Niña Candelaria Velásquez. Este centro de enseñanza funcionaba en su residencia familiar ubicada en la esquina Botellofón, ubicada en el cruce de las calles José Cornelio Muñoz y 24 de julio. Esa era una casona de bahareque, techo de tejas, de anchos portones y enormes ventanas de madera, amén de un amplio corredor que miraba al hermoso patio, sembrado de mamones, guayabos, ponsigué, matas de cayena, rosas y capachos que hacían las delicias de los pequeños estudiantes. Era el corredor el salón de clases, por lo que la iluminación y ventilación eran adecuadas. (9) RAMOS, Cesar Humberto Remontando el Apure viejo, Pag. 57 45 / Borraduras de ciudad


7.1.1.1.1. ¿Quién era el Teniente Cordero? El teniente Cordero era un hombre cordial y muy dado a las chanzas. Era además de pulpero, gallero empedernido, poseía la reacción natural de los jugadores, es decir, jovial cuando ganaba y malhumorado cuando perdía. En ese sentido los muchachos de la barriada, los días domingos, solían pedirle prestada la sala de su casa, la cual estaba al lado de la pulpería, para hacer los picoteos (fiesta amenizada con aparatos de sonido llamados Pick-up o conocidos como Picót) después que él se marchaba a la gallera. “…El Teniente nunca decía que no, pero los asistentes a esas fiestas corrían un albur cada vez que el Teniente regresaba de la gallera. Como él tomaba bastante ron puro, siempre llegaba prendió de la gallera. Cuando ganaba, regresaba bañado de rosas, contento y exclamaba ¿Cómo están muchachones? ¡Que siga la fiesta! ¡Aquí tienen otra botella de ron! Pero cuando perdía, llegaba mareado a su casa, se metía directamente a su cuarto y salía con una peinilla en la mano y rastrillándola en el piso, gritaba: Bueno ¿Y qué vaina es esta ¿Qué hace este gentío en mi casa? ¡Se me van pal carajos toditos!…“(10)

Se llamaba Juan Bautista Cordero, era teniente del ejército de Venezuela y hasta el año 1929 era el Comandante de Los Cañitos, en el hato La Candelaria; siendo reemplazado por un teniente tachirense de apellido Cárdenas. En el lapso 1908 a 1935, Juan Vicente Gómez era el amo absoluto de Venezuela, principal accionista de la Compañía Anónima Venezolana de Navegación CAVN, del Lactuario de Maracay, de mataderos y dueño de los mejores hatos ganaderos, centrales azucareros y haciendas cafetaleras según refiere Miguel Acosta Saignes en su obra Latifundio. (10) RAMOS, Cesar Humberto. Remontando el Apure viejo

Hugo Arana Páez/

46


“…Juan Vicente Gómez era el mayor terrateniente venezolano y quizás de América. El cálculo preliminar de sus inmuebles diseminados por todo el país y especialmente constituidos por haciendas y hatos, de un monto de 126 millones de bolívares, según la Junta de Reclamaciones contra los bienes del dictador…“ (11)

De esos ciento veintiséis millones de bolívares correspondían al Estado Apure 1.829.388,05. Sin embargo después se comprobó que la fortuna total de El Bagre representó un mil millones de bolívares. En Apure tuvo el hato La Candelaria, ubicado en el hoy Municipio Autónomo Pedro Camejo, al sur del río Arauca y norte del río Cunaviche. Fue un hato inmensamente rico, con una extensión de ciento veinte mil hectáreas y una población bovina entre 240.000 a 360.000 cabezas aproximadamente, amén de un considerable rebaño de ganado caballar. Según refiere Ramón Oviedo Montoya. Para finales del año 1929 era administrador de ese hato, el coronel Miguel Poveda. El asiento principal de esa vasta propiedad era El Paso Arauca, adonde había sido trasladado desde Los Cañitos, obedeciendo a razones de orden estratégico y de seguridad, además de la cercanía de las poblaciones de San Juan de Payara y San Rafael de Atamaica. “…Las propiedades de Gómez todas eran cuidadas por el ejército y en consecuencia; en el asiento del hato había un pelotón militar. De igual manera existía otro en Los Cañitos….En Los Cañitos el Comandante de ese puesto, era el Teniente Juan Bautista Cordero; a quien conocí personalmente en su bodega El Chimborazo. Esquina El Oasis calle Girardot con Muñoz en San Fernando de Apure a principios de los años cincuenta. Por razones estrictamente militares, al Teniente Cordero le correspondió ser reemplazado en su puesto de mando, por otro teniente de apellido Cárdenas…“ (12) (11) ACOSTA SAIGNES, Miguel. Latifundio Pág. 128 (12) OVIEDO, Ramón Sabaneando mis recuerdos Pág. 36 47 / Borraduras de ciudad


7.2. Rafael Requena y la Pulpería Las Gradillas Refiere Pedro Laprea Sifontes, que en la esquina formada por la intersección de las calles Sucre y Ricaurte, existía a comienzos del siglo veinte, una solariega casona de adobe, anchos portones de madera y techo de tejas, donde funcionaba una pulpería llamada Las Gradillas, propiedad de Don Pedro Vicente Cuenca, quien se estableció en el lugar en el año 1908. No se sabe el origen del nombre del conocido lugar; bien pudiera ser una réplica de la caraqueñísima esquina de Las Gradillas (situada al Sureste de la Plaza Bolívar de la capital de la República), en donde se reunían los Patiquines y Cucarachones de finales del siglo XIX y principios del XX, para Florear (galantear) a las damas en tiempos de Guzmán Blanco, Castro y Gómez, cuando salían de las misas dominicales de la catedral de la ciudad. Aquí en San Fernando, Cuenca estableció su negocito de víveres al detal, donde los vecinos hacían sus compras diarias, sin hacer mayores comentarios acerca del nombre de su pulpería Las Gradillas. Después estuvo un señor llamado Roque Marchena con su empleado Leonardo Aponte, apodado cariñosamente El Chingo. La entrada principal de la casa estaba representada por un enorme y resistente portón de gruesa madera, el cual estaba ubicado por la calle Ricaurte. Esta edificación fungía como residencia familiar y negocio, el cual estaba precisamente en la esquina y como toda pulpería tenía hacia la calle principal (calle Sucre) dos portones y uno por la transversal (Ricaurte). En esa vieja casona de tejas funcionó la desaparecida Comisión Nacional de Abastecimiento, una especie de MERCAL con la finalidad de venderle al pueblo, los productos de la dieta básica a un precio menor que el establecido en el mercado local; hasta que en el año 1947 (refiere Pedro Hugo Arana Páez/

48


Laprea Sifontes), el comerciante Rafael Requena, apodado Rollón, compra la casa a la viuda de Don Esteban Vivas. .“..Posteriormente Rafael Requena compró a la viuda de don Esteban Vivas. Para esa época vivían allí Esteban Vivas (Estebita) y Santiago Bravo, quienes se alzaron con la casa y Requena para posesionarse de la misma tuvo necesidad de dirigirse a Don Rafael Bolívar, con el encargo de que le hiciera una carta al Prefecto de la época, que era el coronel Ángel R. Mora. Éste al leer la carta conminó a Bravo y a Estebita a desocupar la vivienda, quienes llamaron a Requena y se la entregaron...“ (13)

Frente a Las Gradillas, estuvo la residencia del Bachiller Miguel Ángel Escalante, quien fundaría allí el Colegio Miranda, que años más tarde se convertiría en el Liceo Francisco Lazo Martí, el cual se instalaría primero en una casona ubicada en el cruce de la calle Bolívar con calle Arévalo González. Fue en el año 1947 cuando entra Rafael Requena, quien con su pintoresca personalidad le dio brillo y vida al negocio, al que por tradición conservó su nombre y hasta la registró legalmente como Las Gradillas. A la muerte de su esposa, Requena tuvo que abandonar la casa y entregarla a René Díaz quien la conserva hasta ahora tal como era. Requena sale de la esquina el 25 de abril de 1975 y se establece con su pulpería a la que también bautizaría Las Gradillas, en el cruce de las Calles Aramendi con Coto Paúl, cerca de la capilla Virgen del Valle. Allí continuó vendiendo queso, casabe La Negra, chucherías, tabaco en rama, frijoles, alpargatas Pascuenses o Villacuranas, confeccionadas en suela y capellá de pabilo negro. Requena fue un genuino pulpero llanero que ya no está entre nosotros y que con su modesto negocio de víveres Las Gradillas, dio nombre a una conocida esquina de la ciudad. (13) LAPREA SIFONTES, Pedro. Esquina Las Gradillas, El Llanero, Numero 323 49 / Borraduras de ciudad


8. La Ñapa y las viejas pulperías Hasta mediados del siglo veinte en San Fernando, no existía pulpería sin ñapa, y es que dar ñapa era una práctica usual en esos negocios. Hoy esta práctica y hasta la misma voz están desparecidas del léxico y si no es así pídanle la ñapa a un chino, propietario de una cadena de supermercados. Según Ángel Rosenblat, en su obra Buenas y malas palabras, explica que ñapa es voz peruana. “ ...El punto de expansión ha sido el Perú incaico; en Quechua, Yapa es aumento o añadidura, Yapay es dar la yapa. …Del Perú al pasar a Colombia se hizo ñapa...“ (14)

Esa ñapa se extendió por toda Venezuela, por las Antillas, América Central y México e incluso hasta el Mississippi. Más adelante continua Rosenblat, que ñapa en Venezuela es de vieja data en las viejas pulperías, así era habitual entonces, escuchar al cliente pedir su ñapa. “…Deme un real de mantequilla y mi ñapa de queso…“ (15)

Seguramente así ocurría en El Chimborazo, donde el cliente solicitaba ¡Deme un kilo de frijol Y mi ñapa de queso! o ¡Véndame un Kilo de azúcar y un caramelo de ñapa! Aunque los modernos supermercados la hayan desterrado, nuestra ñapa no va a desaparecer porque todavía en sentido figurado le quedan otros usos. En ese sentido Rosenblat fue muy explicito. “…el policía le dio su buen bollo y le acuñó unos planazos de ñapa o fulanito se salvó de ñapa (que se salvó por un tris), ¡Ni de ñapa acepto yo eso! , ¡Ahora pa` más ñapa se le reventó un caucho al carro!…“ (16) (14) ROSENBLAT, Ángel. Buenas y malas palabras, Tomo I, (15) Ibidem Pág. 118 (16) Ibidem Tomo I, Pág. 118. Hugo Arana Páez/

50


En San Fernando se escucha a veces en alguna de sus soleadas calles, que un parroquiano le dice a otro. _¡Mira fulano, cómo esa ñapita e mujé gobierna a ese hombrón! La ñapa consistía en un pequeño regalo ó bonificación, siempre dada en especie, que el pulpero hacía a sus clientes como premio, incentivo o reconocimiento por la preferencia que demostraban en hacer sus compras en esa pulpería y no en otra. Esta forma de promover las ventas perdura hasta nuestros días, particularmente en las zonas rurales y la palabra ñapa se ha incorporado al vocabulario popular venezolano para significar un pequeño suplemento o complemento de una cosa u otra.

FUENTES Orales: ADARMES, Argimiro CASTILLO, Federico HERNADEZ, Nelson Caboluis ROJAS, Saúl Testimoniales: ARANA PAEZ, Hugo Rafael

51 / Borraduras de ciudad


CAPITULO III PATRIMONIO EDIFICADO A. LA PLAZA LIBERTAD 1. De Plaza Guzmán Blanco a Plaza Libertad Esta plaza, fue otra edificación construida por el General Raimundo Fonseca, siendo inaugurada el 27 de abril de 1875 por el propio Fonseca, con el nombre de Plaza Guzmán Blanco, en conmemoración del triunfo de la Revolución de abril (conocida también como Revolución Liberal, liderada por Antonio Guzmán Blanco en el lapso 14-02-1870 al 27-4-1870). Después de la caída de Guzmán este parque se llamaría Plaza Libertad y en su lugar se colocaría una estatua pedestre del general José Antonio Páez. La Plaza Libertad se hallaba al Norte del antiguo Palacio de Gobierno o Palacio Fonsequero, separada de esta edificación por la calle Bolívar. Ocupaba una manzana completa en el actual Paseo Libertador; entre las calles Bolívar al Sur, Comercio al Norte, Peñaloza al Este y Fonseca al Oeste. Se cree que fue construida simultáneamente con el Palacio Fonsequero, para conformar un armonioso conjunto arquitectónico. En ese sentido, éste parque llevaría el nombre Plaza Guzmán Blanco, en honor al entonces Presidente de la República Antonio Guzmán Blanco; quien gobernó al país en tres períodos. El primero, conocido como El Septenio (18701877), un segundo lapso, conocido como El Quinquenio (1879-1884) y un tercero y último, conocido como La Aclamación o el Bienio (1886-1887). En el centro se colocó una estatua pedestre de dicho general. Al producirse la reacción contra su régimen, las estatuas que se hizo levantar este caudillo en toda Venezuela fueron derrumbadas; cayendo también por voluntad de los apureños la Hugo Arana Páez/

52


que se había erigido en esta plaza. A raíz de estos acontecimientos, posiblemente se convino en el año 1887, cambiarle el nombre Plaza Guzmán Blanco por el de Plaza de la Libertad. 2. El pueblo sanfernandino derriba otra estatua en La Plaza Gómez Siendo Presidente del Estado Apure (lapso 19151921) el General Vincenzo Pérez Soto y Presidente de la República Juan Vicente Gómez, se construyó otra plaza en San Fernando, a la cual el gobierno regional dio el nombre Parque Gómez y en él se colocó una estatua de Juan Crisóstomo (Juancho) Gómez, hermano del tirano. Al fallecer Juan Vicente Gómez en el año 1935, el pueblo de San Fernando en medio de la histeria política del momento, derribó esa estatua cambiándole el nombre por Parque Independencia. Después se colocó en ella un busto del Mariscal Antonio José de Sucre y desde esa fecha se llamó Plaza Sucre; se cree que este busto era el que se hallaba en el jardín del antiguo Palacio Fonsequero. La Plaza Sucre se le conoce coloquialmente como Plaza de los chóferes, porque desde la década de los años veinte ha funcionado en ese lugar la primera línea de taxis de la ciudad. En su devenir ha sufrido cambios de nombres, motivado a los caprichos de los gobernantes de turno; por eso ha sido conocida como Parque Gómez, Parque Independencia, Plaza Sucre, Plaza de los chóferes y recientemente a raíz de su última remodelación llevada a cabo el año 2007, se colocó una estatua del prócer neogranadino Atanasio Girardot, por lo que los sanfernandinos la comenzarán a llamar Plaza Girardot. Este parque se halla ubicado entre las calles Comercio, 19 de abril, 24 de julio al Este y Peñaloza al Oeste (hoy Paseo Libertador).

53 / Borraduras de ciudad


3. La Plaza Libertad. Centro de actividades sociales En las primeras décadas del siglo veinte esta plaza en las tardes y noches dominicales era muy concurrida, por cuanto, los sanfernandinos acudían a este lugar atraídos por las alegres retretas que amenizaba la Banda Simón Bolívar (coloquialmente Banda del Estado). En épocas de carnaval se efectuaban bailes y desfiles de disfraces en honor al dios momo. Las muchachas de la época asistían a pasear por sus avenidas, al compás de la música, luciendo sus mejores galas; en tanto que sus padres y otros parroquianos alquilaban sillas para escuchar cómodamente los compases de los valses, merengues y joropos de actualidad. Asimismo sus frondosos árboles hacían de este parque, sitio predilecto para las tertulias de los estudiantes, poetas, intelectuales, pedigüeños y algún loco como la cucaracha (Clotilde Martínez), Tamaro Piche, La Camioneta, El Loco Rogelio, pregonando sus tostadas de bicho muerto (como las llamaban los mamadores de gallo), El negro Francisco y el cieguito Sotillo haciendo gala de su virtuosismo con su acordeón. También acudían otros personajes populares como: Zamuro blanco (Mattey, al que los estudiantes le gritaban ¡zamuro blanco! y él les respondía, más colorado que un tomate maduro: ¡La gran puta de tu madre!. Pedro Aray, era otro personaje pintoresco, pequeño, que cojeando y con la mano izquierda extendida, transitaba por esta plaza, atento a que algún mamador de gallo le gritara ¡Pedro Aray! , a lo que respondía ¡Pa cogélo por ay!; Tamaro Piche (apodado también por los mamadores de gallo más considerados el poeta Ochoa), quien por cierto, tenía la manía de quitarle la acera a los demás transeúntes; este hombre se ganaba la vida como vendedor ambulante de loterías, a él le gustaba recitarle sus pésimos versos a las muchachas, quienes furiosas le contestaban ¡Que poeta tan ramplón!. También en las Hugo Arana Páez/

54


tardes se efectuaban sorteos de una lotería local; basada en imágenes de animales. Era conocida popularmente como la Lotería de animalitos. Los sorteos se efectuaban en presencia del público, que multitudinariamente acudía a este lugar a presenciar la realización de este evento. Cuando el animal que sacaban del bombo era el burro, inmediatamente salía Pedro Aray (popular vendedor de quinticos de lotería), pregonando por las calles de la ciudad con su particular picardía y a todo gañote ¡los cogió el burro!, ¡los cogió el burro!; de esta manera tan simpática, comunicaba a los apostadores los anhelados resultados; quienes ya sabían a qué atenerse. Asimismo en la década de los años cincuenta del siglo veinte, se elegían en esta plaza las reinas de carnaval de la ciudad y también se seleccionaban las candidatas al Concurso del Miss Venezuela por Apure. 4. La Plaza Libertad, foco de efervescencia política A principios del año 1936, al desaparecer la dictadura de Juan Vicente Gómez, se inicia la movilización política-institucional de la sociedad venezolana, en ese sentido, se efectuaron en esta plaza multitudinarias concentraciones políticas. En el año 1947, se escuchaban las voces de oradores como Rómulo Gallegos, Andrés Eloy Blanco, Juan Salerno Melo, Luis Melo Olavarría, Cesar Sánchez Leal y doña Maga de Gamboa, entre otros. Lo más pintoresco, es que casi todos los mítines terminaban a palos y piedras. Se puede inferir que la Plaza Libertad, representó una época, que llenó de orgullo a los apureños. En esta plaza había un microclima muy agradable, representado por árboles de mamón, mangos, samanes, merecures y almendros. En este parque, frente al Palacio Fonsequero, existía una frondosa mata de trinitaria, la cual se apoyaba en una pérgola de cuatro tubos de metal, donde los niños jugaban a la Candelita. 55 / Borraduras de ciudad


Se dice que esa glorieta, era los restos de un enrejado que el Presidente del Estado, Vincenzo Pérez Soto había construido y denominado El Gazebo, donde él atendía personalmente las necesidades de los apureños. 5. El antiguo entorno de la Plaza Libertad El ambiente que rodeaba en la década de los años cincuenta del siglo veinte a este céntrico parque, estaba representado por: barberías, tiendas de revistas, botiquines, teatros, ferreterías, tiendas de ropa, algunas casas de honorables familias, refresquerías y principalmente al Sur el majestuoso Palacio de Gobierno, conocido coloquialmente como Palacio Fonsequero. “…En la década de los años cincuenta del siglo veinte, al Norte de esta plaza estaba la calle Comercio, que la separaba de la refresquería de don Rafael Álvarez, donde posteriormente se construiría el Gran Hotel Apure, exactamente donde ahora está el monumento a la Bandera y la fuente Los Caimanes. Hacia el Noroeste, se encontraba la tienda de Jorge Jaua, donde posteriormente estuvo la Bomba Juan Bimba de don Julio Aray. Al Este, bajando de Norte a Sur, estaba la tienda de Pedro Zoppi, la venta de periódicos y sellado del juego del cinco y seis de José Rafael Estévez (Rajuñao), seguido del bar Acapulco de don Pedro Guerrero, quien en las tardes colocaba algunas mesas y sillas en la plaza, para atender a sus clientes. Al lado del Acapulco, estaba la refresquería de Tomás Rengel, para continuar con The London Bar (después sede de la Comercial Kelly) y finalmente el popular Bar Trina Omaira. En la diagonal Sureste, se encontraba la ferretería Agencia Royal de don Jesús Aponte. Por el Oeste y separados por la calle Fonseca, en sentido Norte-Sur, se encontraba la tienda de Toufí Cecín (hoy Tienda Las Novedades de Eloy Lugo); la librería de Marcano, la venta y alquiler de bicicletas de El Sute Mejías, la casa de la familia Rengel-Narr y al lado

Hugo Arana Páez/

56


la tienda La Moda de doña Dalia, donde después estuvo la Línea Noguera; seguía la barbería de don Mateo Naranjo; por cierto, cuando no estaba afeitando a algún parroquiano, se iba a jugar ajedrez en la plaza. Después estuvo la barbería de Mata e´bola, mas adelante la sastrería de Julio Rodríguez y al final en la esquina La Frontera, estuvo una papelería donde se vendía la revista Fantoches y El Morrocoy Azul; local que luego ocuparían las refresquerías (ahora llamados cafetines) de don Simón Moreno y José Martínez...“ (1)

6. ¿Cuándo desaparece este magnífico patrimonio cul tural edificado? Siendo Gobernadora del Estado Apure (lapso 19701972), la señora Carmen Morales de Valera, fue demolido este monumento, representativo de la actividad social, política, cultural y económica de la ciudad. Este magnífico patrimonio cultural edificado, cayó destruido brutalmente ante la picota implacable que se lo llevó por delante, con sus bancos, sus árboles, sus piletas, sus barandas y su estatua; de la que se dice se halla en los jardines de La Logia Candor 27 ó Templo masónico de esta ciudad. Ese daño se efectuó a comienzos de la década de los años setenta del siglo veinte, para cederle espacio al paseo Libertador ó Boulevard. Su pérdida fue paulatina, primero ocurrió la eliminación de sus barandas o verjas de hierro forjado. Después el cambio del busto y pedestal del General José Antonio Páez (donado por la colonia italiana en julio de 1911), por otra estatua pedestre del mismo prócer. Hoy la capital del llano venezolano, quedó sin su ancestral Plaza Libertad. 1) RAMOS, César Humberto. Remontando el Apure viejo (1931-1952) Pág. 22

57 / Borraduras de ciudad


Antiguo lugar donde estaba la plaza Libertad entre calles Peñaloza y Fonseca. Nótese en el centro la estatua pedestre de José Antonio Páez. A la izquierda la Comercial Kelly, donde estuvo The London Bar; en la esquina el Bar Trina Omaira que le dio nombre a la Esquina epónima. Foto: Fabián Zerpa

7. La Plaza Libertad y los acontecimientos del 20 de mayo de 1922 A principios de la década de los años cincuenta, frente al Bar Trina Omaira por la calle Bolívar (ángulo Sureste de dicha esquina) estaba La Agencia Royal, que era ferretería y casa de familia del comerciante apureño, señor Jesús Aponte, quien además era el propietario de uno de los más viejos y populares cines de la ciudad, como fue el desaparecido Teatro Cine Royal, el cual estaba ubicado precisamente en la llamada Esquina Cine Royal (cruce de las calles Simón Bolívar y 24 de julio). A mediados de la década de los años cincuenta del siglo veinte, tanto La Agencia Royal, como la casa de familia de Aponte, fueron pasto de un voraz incendio, que arrasó ese valioso patrimonio de la ciudad. Es que en esa vivienda funcionó en el año 1922, un taller de herrería (oficio muy activo en Venezuela desde tiempos de la Colonia). A principios del siglo veinte en San Fernando, los herreros eran artesanos muy solicitados, por cuanto, además de fabricar canales Hugo Arana Páez/

58


para recoger las aguas de lluvia, lámparas de carburo, de kerosene, cucharones para extraer agua de las tinajas, herraduras, frenos para las monturas, hierros para herrar ganado vacuno y caballar; eran capaces de elaborar también los conocidos Grillos, terror de los presos políticos de la época. En ese sentido, refiere en su investigación, Saverio Ruíz, lo acaecido al General Pedro Pérez Delgado, Maisanta; a raíz de su detención, por haber participado en la frustrada toma del Palacio Fonsequero. “…El caso es que para mayo de 1922, diagonal a la Plaza Libertad, estaba instalado en la solariega casona, un viejo latonero de nombre Segundo Mosqueda, quien por órdenes del Presidente del Estado Dr. Hernán Febres Cordero (lapso 19211927) elaboró los grillos, que en acto público se los colocaría en la Plaza de La Libertad a Pedro Pérez Delgado Maisanta y a su hijo Ramón Pérez Márquez, antes de ser enviados prisioneros a Ciudad Bolívar por haber participado en la fallida intentona, ocurrida en San Fernando el 20 de mayo de 1922 contra el gobierno de Febres Cordero...“ (2)

Este hecho lo reseña Saverio Eulalio Ruiz, quien se define como Recopilador genealógico y que fue la persona que recogió el testimonio de Don Juan Ramón Navarro, de 97 años de edad (hoy difunto) y quien era hermano paterno de Carolina Belisario, “mujer” de Manotano, el célebre esbirro de Vincenzo Pérez Soto (Presidente del Estado Apure en el lapso 1915-1921). Entonces, Don Juan contaba con quince años de edad y estudiaba en la Escuela Federal Agustín Codazzi. Continúa Saverio Ruiz, describiendo los hechos acaecidos en la Plaza Libertad, a raíz de la fallida intentona de la toma del Palacio Fonsequero el 20 de mayo de 1922. (2) RUIZ BOLIVAR, Saverio Eulalio. La Intentona del 20 de mayo de 1922 en San Fernando de Apure, Pág. 12

59 / Borraduras de ciudad


“…Días después de estos acontecimientos, los prisioneros fueron llevados a la Plaza Libertad, frente a la Gobernación, entre los principales estaba el General Pedro Pérez Delgado y su hijo, los prisioneros estaban en posición dorsal sobre el piso. El Presidente del Estado Apure, Hernán Febres Cordero, procedió a hacer un llamamiento al pueblo para que presenciara la colocación de los grillos, a la altura de los tobillos. Ramón Pérez Márquez, comenzó a llorar al tener remachados los grillos y su padre lo consolaba con estas palabras: No llores, las cárceles y los grillos son para hombres machos. Diagonal a la Plaza libertad en la esquina Sureste (Calle Bolívar cruce con el Paseo Libertador) había un taller de herrería propiedad del señor Segundo Mosqueda, este ciudadano fabricaba los grillos y tenía que colocárselos a los prisioneros con el respectivo remache (tengo el diseño de los grillos colocados al General Pedro Pérez Delgado)...“ (3)

2. La Gobernación del Estado Apure. De la Fonseca a la Comercio. 1. El Palacio Fonsequero Esta edificación está desaparecida, fue conocida coloquialmente como El Palacio Fonsequero en honor a su constructor; era un hermoso palacio de dos plantas, con piso de láminas de madera o tablas la superior. Era un edificio muy sólido, constituido por paredes de ochenta centímetros de espesor y de ladrillos perfectamente unidos. Su altura desde el piso al techo, era aproximadamente de diez metros. Tanto en la planta baja como en la alta existían amplios salones y espaciosos corredores que miraban hacia un bello y bien cuidado patio interno. (3) Ob. Cit. Pág. 13

La iluminación la suministraba la vieja planta elécHugo Arana Páez/

60


trica de El Cañito, la cual funcionaba a leña. En tanto que la ventilación (natural) era estupenda, debido a sus amplios ventanales, que en el caso de la planta alta eran similares a balcones por donde se desplazaba la suave brisa del Apure. Al frente (lado Norte) había un jardín de aproximadamente trescientos metros cuadrados, sembrado de palmas, guayabos, mamones y almendros; el cual estaba atravesado por una bonita vereda, magníficamente pavimentada que conducía a la entrada del palacio; mientras que en el centro de ese frondoso y bien cuidado parque se hallaba un hermoso busto del Mariscal Antonio José de Sucre, por lo que se llamaba Plazoleta Sucre. El fonsequero estaba ubicado donde ahora está el Paseo Libertador y ocupaba la manzana comprendida entre las calles Bolívar al Norte, Sucre al Sur, Fonseca al Oeste y Juan Pablo Peñaloza al Este. Por cierto, este edificio además de ser la sede del Ejecutivo Regional, fungió también como asiento del telégrafo. Según testimonio de José Manuel Sánchez Osto (citado por Laprea Sifontes), refiere que el 27 de abril de 1885, se inauguró en San Fernando la oficina telegráfica; la cual estaba en el salón Noroeste de la planta baja; siendo el primer telegrafista Cosme Rodríguez Padrón. “… En un borrador de apuntes manuscrito, que conservamos del historiador José Manuel Sánchez Osto, se dice textualmente: 1885 27 abril. Se inaugura en la ciudad de San Fernando la oficina telegráfica quedando unida esta población a las restantes del país que para entonces gozaban el privilegio de la comunicación eléctrica. El primer telegrafista fue el joven Cosme Rodríguez Padrón. El discurso de orden en el acto mencionado estuvo a cargo del Dr. Lorenzo Mendible. Se instaló la oficina en el salón del ángulo Noroeste del piso bajo del Palacio de Gobierno…“(4)

(4) SANCHEZ OLIVO, Julio C. Crónicas de Apure, Pág. 132.

61 / Borraduras de ciudad


Palacio de Gobierno ó Fonsequero visto desde la Plaza Libertad. Foto: Fundación Cultural Ítalo Decanio D´Amico.

2. ¿Quién fue el primer Presidente del Estado en estrenar El Fonsequero? Esta edificación la estrenó el General apureño Raimundo Fonseca, quien para esa época era el Presidente del Estado Apure (lapso 1874-1876), después otros Presidentes del Estado despacharon desde esta emblemática construcción, como fueron: “….General Cosme Rodríguez Cova (1876 Encargado), General Raimundo Fonseca (1876-1877), General Federico Fonseca (1877), General Francisco Antonio Arnao ( 1877 Encargado), General José Bonifacio Galindéz ( (1877-1878 Encargado), General Hermenegildo Pérez (1878-1879 Encargado),General Raimundo Fonseca (1879-1880), General E. Pulgar (1880 Encargado), General Raimundo Fonseca (1880-1882), General José Antonio Carrillo (1882 Gobernador Constitucional), Señor Juan Bautista Carrillo (1882 Gobernador Constitucional), General José Bonifacio Galindéz (1892), General Ignacio Avendaño (1899-1900 Presidente Provisional), General Francisco Parra Pacheco (1900-1901), General Rafael María Carabaño (1901), General Miguel M. Márquez (1901-1903), Señor Felipe S. Real

Hugo Arana Páez/

62


(1903), Doctor Guillermo Tell Villegas Pulido (1903-1904), General Ignacio Quintana (1904), Doctor José de Jesús Gabaldón (1909-1010), Doctor José Rafael Núñez (1910-1911), General Ignacio Quintana (1911-1915), General Vicenzo Pérez Soto (19151921), Doctor Hernán Febres Cordero (1921-1927), General José Domínguez ( 1927-1931), Doctor Francisco J. Parra (1931-1933), General José Domínguez (1933-1934), General Juan Alberto Ramírez (1934-1935), Coronel Carlos Sánchez (1935-1936), General Alfredo Franco (1936), Doctor Temistocles Estévez (1936 Encargado), Señor Carlos Rodríguez Rincones (1936), Doctor Saverio Barbarito Echenique (1936-1937), Señor Carlos Arturo Arriaga Molina (1937-1938), Doctor Alejandro Rivas Vásquez (1938), Señor Carlos Rodríguez Rincones (1938-1939), Señor Antonio Esté (1939-1940), Señor Carlos Díaz del Ciervo (1940), Señor Julio Ramón Montenegro (1940-1941), Señor Carlos Rodríguez Rincones (1941-1945), Señor Juan Salerno Melo (1945), Señor Carlos Elías Vivas (1945), Señor Julio Cesar Sánchez Olivo (1945), Doctor Pedro Elías Hernández Figueredo (1945-1948), Doctor Edgard Domínguez Michelangelli (1948-1958)...“ (2)

3. El Fonsequero y los acontecimientos del 20 de mayo de 1922. En las primeras décadas del siglo veinte, el palacio fue convertido en cuartel, por cuanto, el ancho de sus paredes de ladrillo representaban una autentica fortaleza. Utilizada como tal se encontraba el día 20 de mayo de 1922, cuando se produjo el encuentro entre las fuerzas revolucionarias comandadas por el General trujillano Waldino Arriaga Perdomo y las gubernamentales por el Doctor Hernán Febres Cordero (apodado Cara e` Gallina). No fue sino a comienzos de la década de los años cuarenta del siglo veinte, siendo Presidente del Estado Apure el Doctor Carlos Diez del Ciervo, que volvió a ser sede del Poder Ejecutivo. (2) MENDEZ ECHENIQUE, Argenis. Historia de Apure, Fondo Editorial Otomaquia, Italgráfica S.A., Caracas, 1998. 63 / Borraduras de ciudad


4. ¿Quién echó abajo a El Fonsequero? Refiere Laprea Sifontes, que en la parte superior de su frontis se destacaba en grandes letras y números en alto relieve. “…1876, año de su construcción…“ (3)

Fue edificado siendo Presidente de la República el General Antonio Guzmán Blanco, conocido este periodo como el Septenio y Presidente del Estado Apure, el apureño (San Rafael de Atamaica) Raimundo Fonseca. Lamentablemente esta hermosa edificación ya no está, por cuanto, fue demolida en los tiempos que era Presidente de la República el General Marcos Pérez Jiménez y Gobernador del Estado, el médico apureño, Edgard Domínguez Michelangelli. Fue una insensatez haber derruido este patrimonio edificado en bello estilo y testigo de muchos hechos de significación en la vida de la capital apureña; amén de que este palacio se hallaba en óptimas condiciones que auguraban durar muchísimos años más; como es el caso de la actual sede del Gobierno de Barinas, que funciona en una vieja, pero hermosa casona (construida en tiempos de la Colonia), propiedad del Márquez del Pumar. También cabe destacar que la sede de la Gobernación del Estado Zulia, funciona en una edificación construida en el año 1841 (treinta y cinco años antes que el fonsequero). Mientras que aquellas edificaciones se han preservado y valorado; la nuestra fue brutalmente demolida por la irracionalidad de un gobernador apureño. Es una triste paradoja que un apureño la construyó y otro apureño la destruyó. (3) LAPREA SIFONTES, Pedro, El Palacio Fonsequero, Vol. 281, 21-2-1981, Año V. Nro. 284.

Hugo Arana Páez/

64


“…Para colmo cuando fue demolido nuestro Palacio de Gobierno el Estado Apure era gobernado por un apureño; el doctor Edgar Domínguez Michelangeli…“ (4)

Indudablemente que el destructor de este patrimonio de los sanfernandinos, justificaba su crimen, con banales argumentos. En ese sentido Michelangelli manifestaba que esa edificación no había sido construida para fines administrativos y que se caracterizaba por imperar pésimas condiciones higiénicas y de incomodidad, tanto para los visitantes como para los empleados que allí laboraban. “…Al asumir la magistratura del Estado encontré que las oficinas públicas, a excepción de San Fernando, funcionaban en locales inadecuados, antihigiénicos e incapaces por su espacio y distribución, para que el funcionario público trabaje en forma cuando menos decente. En la capital el asiento de los Poderes Públicos en el mal llamado Palacio Fonsequero, donde antes que una Casa de Gobierno cónsona con la función llamada a desempeñar y a la construcción de unas Casas Municipales. Apartando de estas obras lo suntuario para darle cabida a lo funcional. Se construyó el Palacio de Gobierno en la capital del Estado y Casas Municipales en Biruaca, San Juan de Payara, San Rafael de Atamaica, Cunaviche, Puerto Páez, El Samán, Guasimal, El Yagual, Guachara, Elorza, Mantecal, Bruzual, San Vicente, Palmarito, Guasdualito, La Victoria y la Trinidad de Orichuna…“ (5)

(4) SANCHEZ OLIVO, Julio César (5) Ob. Cit.

Ob. Cit. Pag. 134 Pag. 134

65 / Borraduras de ciudad


5. El 24 de noviembre de 1951, los sanfernandinos estrenan nueva sede de la Gobernación. El 24 de noviembre de 1948, se había producido el golpe de Estado, contra el gobierno presidido por Don Rómulo Gallegos y tal vez la Junta Militar de Gobierno, presidida por el Coronel Carlos Delgado Chalbaud y los Tenientes Coroneles Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez, giró instrucciones al Gobernador apureño para inaugurar ese día la nueva sede del Ejecutivo Regional, posiblemente con la intención de celebrar ese acontecimiento. Lo cierto es que costó de Bs. 2.137.810,00, siendo el primer Gobernador en despachar desde este lugar, el médico apureño Edgar Domínguez Michelangelli. Esta sede fue construida en una manzana de una significativa tradición histórica, según destaca Josefina Alvarado. “...La manzana de terreno donde se realizó dicha construcción, tiene como antecedentes de tradición histórica, l haber tenido allí su residencia algunas familias conocidas e importantes de esta ciudad, entre las cuales se destaca la casa de Don Diego Eugenio Chacón Arévalo (La Chaconera)... Allí funcionó también la Escuela Agustín Codazzi y un galpón construido para un cine, sede después de Obras Públicas Estadales, cuyo propietario fue Jorge Buaiz (Jorgito)...“ (6)

El Gobernador Edgar Domínguez, fue el único Gobernador que despachó en las dos sedes, ya que fue el último en despachar desde El Fonsequero y el primero en gobernar desde la edificación construida en dicha manzana. (6) ALVARADO, Josefina El Palacio de Gobierno, Pág. 4

Hugo Arana Páez/

66


San Fernando. Antiguo Palacio de Gobierno en el cruce de las calles Bolívar y Madariaga en la década de los años setenta. Al frente destaca la hermosa fuente. Foto cortesía: Fabián Zerpa

5.1. ¿Quiénes fueron sus constructores? La responsabilidad de la construcción le correspondió al ingeniero Manuel Silva García, profesional que llegó a esta ciudad a solicitud del propio gobernador. Al arribar a tierras apureñas Domínguez lo designa Director de Obras Públicas Estadales; siendo el maestro de obras el señor Agustín Padrino; en la carpintería (puertas) Pablo Messina; plomería y electricidad Ángelo Paganelli: Albañilería, maestros José Cortéz, Fernando Hernández y Miguel Jerónimo Bolívar; Utilitis: Mario Torzolini, Alfonso Calagiani; Herrería: Filippo (Pipo) Ciufolli; Transportistas de materiales de construcción: Eladio Bermúdez, Régulo Ramos y Francisco (Pancho) Castillo. Antes de construirse este moderno edificio, el Poder Ejecutivo estaba ubicado en el hermoso e histórico Palacio Fonsequero, cuya demolición causó hondo malestar en la comunidad. El Palacio Fonsequero estaba situado en las calles Bolívar, Sucre, Fonseca y Peñaloza, en lo que es hoy el Paseo Libertador frente a una conocida tienda por departamentos.

67 / Borraduras de ciudad


El nuevo Palacio de Gobierno inaugurado por Domínguez Michelangelli, cobijó en su seno a algunas instituciones como el Concejo Municipal, siendo su Presidente el Bachiller Blas Laprea. A la caída del régimen Perezjimenista, lo sucede en la Presidencia de dicha institución el señor Carmelo Rujana. También funcionó en esa edificación la Asamblea Legislativa, la Contraloría General del Estado y Defensa Civil, entre otras instituciones. Actualmente en él funciona la Secretaría de Recursos Humanos. 5.2 ¿Qué Gobernadores despacharon desde esta sede? El primero en despachar desde el recién inaugurado edificio fue el médico apureño Edgar Domínguez Michelangelli (1948-1958), siendo sucedido a raíz de la caída del régimen perezjimenista por el doctor Humberto Barrios Araujo (1958). “…Edgar Domínguez Michelangelli (1948-1958), Doctor Humberto Barrios Araujo (1958);Doctor Virgilio León 1958-1959; Señor Rafael Ángel Castillo (1959-1960); Señor Leónidas Monasterios (1960-1961); Señor Octavio Viana González ( 1961-1964), Profesos Héctor Saldeño (1964-1965); Señor Ricardo Montilla (1965-1967); Señor Julio Yánez Merchán (1967-1968); Doctor Mauro González Baptista (1968); Doctor José León Tirado (1968-1969); Doctor Gilmer Urdaneta (1969-197=); Señora Carmen Morales de Valero ( 1970-1972); Doctor Armando Michelangelli Mirabal ( 1972-1974); Doctor Eduardo Hernández Carstens (1974-1976); Señor Elías Castro Correa (1976-1979); Señor Rafael Felice Bolívar (1979-1983), Doctor Ismael Colmenares (1983-1984); Doctor Euclides Martínez (1984-1986); Economista Pablo Márquez Gil ( 19861987); Doctor Rafael Marín Jaén ( 1987); Economista José Flores Hurtado (1987-1988); Doctor Hugo Márquez Moreno ( 1988-1990); Doctor José Gregorio Montilla ( 1990-1993); Doctor Marcelo Oquendo Roja (1993-1996); Doctor José Gregorio Montilla (1997-1998)…“ (7) (7) MENDEZ ECHENIQUE, Argenis. Ob. Cit. Págs. 146-147

Hugo Arana Páez/

68


6. La Gobernación y la sede actual en la Comercio La nueva sede del Poder Ejecutivo Regional fue inaugurada el 15 de junio de 1998, según reza en una placa de bronce, que se halla colocada en la entrada principal situada en la calle Comercio. “Gobernación del Estado Apure. Obra construida durante la gestión administrativa del Gobernador José Gregorio Montilla Periodo 1996-1999. San Fernando de Apure 15-6-1998”.

Actual sede de la Gobernación del Estado Apure. Foto: Hugo Arana Páez

Como se observa en la fotografía, este inmueble fue concebido bajo un criterio armónico entre el espacio y el hombre, por cuanto, la manzana que ocupa (Calles Comercio, Piar, Madariaga y Avenida Miranda al Norte), tiene un retiro de seis metros aproximadamente, lo que contribuye a un fácil desplazamiento de los visitantes y empleados, a la vez que facilita la presencia de algunas plantas ornamentales, que junto a la estructura embellecen el entorno. Está constituida por una Planta Baja y tres pisos superiores, donde se hallan numerosas oficinas engalanadas de hermosos ventanales de vidrio (tipo espejo), que minimizan los efectos del cálido y 69 / Borraduras de ciudad


radiante Sol apureño. Asimismo en la planta baja se halla un hermoso patio interno, donde hay un pequeño jardín, el cual es bañado por luz solar que procede de un amplio y hermoso tragaluz, colocado en la planta alta. También se halla en esta planta un amplio y cómodo auditórium (Sala José Cornelio Muñoz), que utilizan permanentemente los trabajadores y el tren ejecutivo. 6.1. ¿Qué gobernadores han despachado desde esta edificación? Esta moderna sede fue estrenada por José Gregorio Montilla, quien terminaría de cumplir su segundo periodo como Gobernador (lapso 1997-1998) en esta nueva sede; Después le sucedieron el doctor Alonso Hernández (1998, Gobernador encargado durante seis meses); Capitán Jesús Aguilarte Gámez (1999, durante ocho meses); doctor Jean Luís Lippa (2000-2005); Capitán Jesús Aguilarte Gámez (2005-2007) y nuevamente Capitán Jesús Aguilarte Gámez (2007 hasta la presente fecha).

Hugo Arana Páez/

70


CAPITULO IV ANCESTRALES BARRIOS DE SAN FERNANDO A. Barrio el Mamón 1. Antecedentes históricos Hacer una reseña de este barrio, es escribir la historia de la ciudad, por cuanto, esta importante zona, igual que el Barrio Jobalito, nacieron con la creación de la villa el 28 de febrero de 1788, fecha en que el Gobernador de la Provincia de Barinas, Fernando Miyares González, demarcó los terrenos para la Plaza Mayor, Iglesia, Casa Real y los solares para los vecinos presentes, que ese día se habían reunido en número de doscientos, de ambos sexos y diferentes edades. Desde sus comienzos el colonizador convino en que la villa debía crecer en sentido Oeste-Este, tomando como centro la Plaza Mayor (hoy Bolívar), porque al Oeste las tierras eran anegadizas y al Sur se hallaban ocupadas por potreros. En ese sentido, la ciudad se desarrolló paralela al río Apure hacia el Este. Así se crearon las primeras calles, que de Norte a Sur se llamaron, La Primera, La Segunda, La Tercera, La Cuarta, La Quinta y La Sexta; que ahora, respectivamente se conocen como 19 de abril, Del Comercio, Simón Bolívar, Antonio José de Sucre, José Antonio Páez, José Cornelio Muñoz y Francisco Aramendi. Durante las últimas cuatro décadas del siglo diecinueve y las dos primeras del veinte se construyeron en este barrio importantes edificaciones, tales como: El Palacio Fonsequero (sede del Ejecutivo Regional desde 1876 hasta el año 1951), La Plaza Guzmán Blanco (después Plaza Libertad, hasta 1971,año en que fue demolida para dar paso al Paseo Libertador o Boulevard), La Plaza Juan Crisóstomo Gómez (Plaza Gómez), en honor a Juancho Gómez, hermano del 71 / Borraduras de ciudad


Dictador Juan Vicente Gómez (después se llamaría Parque Independencia, Plaza Antonio José de Sucre y ahora Plaza Antonio Ricaurte, aunque posiblemente desde el año 1914, comenzaría a llamarse coloquialmente Plaza de los choferes). Asimismo se edificaron en este sector muchas viviendas de estilo antillano (con hermosos balcones y ricamente decoradas), pertenecientes a familias o empresas como la casa importadora-exportadora Henrique Ligerón, La Casona (casa del comerciante don Ignacio Rodríguez), edificio sede del vicerrectorado de la Unellez (antiguo Grupo Escolar República de Guatemala, construido en el año 1946), el local donde funciono el bar Trina Omaira, que le dio el nombre a la esquina epónima, el edificio La Salina en la calle 19 de abril (donde ahora funciona un CDI); el inmueble donde estuvo por primera vez la emisora de radio La Voz de Apure (1-11948), la vivienda de la familia Borjas (calle Sucre cruce con Ayacucho), donde nació la poetisa apureña Lucila Velásquez (Olga Carmona); el Parque Infantil Andrés Eloy Blanco (calle Muñoz con El Yagual), la casa donde vivió el músico, pulpero, locutor, poeta y periodista Miguel Siso; la vivienda y la caimana (disecada) de don José Faoro, la Capilla de la Virgen del Valle y el más emblemático de todos, el Palacio de los Hermanos Barbarito. 2. Limites del barrio El Mamón Este barrio comprendía desde la Calle Fonseca (lado Oeste del Paseo Libertador) hasta la calle La Miel al Este y desde las calles cinco de julio y 19 de abril al Norte, hasta la calle Aramendi al Sur. El Mamón estaba contiguo a otro sector muy popular de San Fernando como fue y sigue siendo el Barrio Jobalito. Ambas barriadas estaban separadas por la calle Fonseca; en ese sentido, Franco Castillo, autor del libro El último violín, comenta que en el cruce de las calles Bolívar y Fonseca, existe una esquina llamada La Frontera, denominada así, por cuanto, representaba los límites entre ambas zonas. Hugo Arana Páez/

72


“…En efecto, la distribución urbana hasta comienzos del siglo XX lo constituían pocas calles consonantes al cauce del río, que se estima partían desde el Callejón del Paradero o Calle de La Manga (lugar donde se apostaba el ganado que cruzaría el Apure. En la amplitud de este callejón se construyeron la Plaza Libertad, el Palacio Fonsequero y el vecindario que mora hacia el Sur, hoy Paseo Libertador), hasta el viejo cementerio municipal o esquina de El Atracadero (Avenida Chimborazo). Sus carreras se nombraban: la calle del Comercio (hoy Comercio), la calle del Medio (actual carrera Bolívar), la calle de Atrás (ahora carrera Sucre) y la calle del Monte (o carrera Páez). Al punto Este u oriental (hacia Puerto Arturo) lo calificaban pa´abajo o Barrio El Mamón y sus límites llegaban hasta la Calle de la Manga luego Plaza Libertad y ahora Paseo Libertador. Y la sección Oeste u occidental (hacia el antiguo cementerio municipal) lo designaban Pa `arriba o Barrio Jobalito…“ (1)

Ahora el Barrio El Mamón se llama Sector Centro Valle y está delimitado al Oeste por el Paseo Libertador (antiguamente calle Fonseca), continuando con la Avenida Fernando Miyares González (vía que une la Plaza Los Caimanes y la entrada al Puente María Nieves); al Sur desde la acera Norte de la avenida Carabobo; al Este desde la Avenida Los Cedros y al Norte desde las calles Cinco de julio, Diecinueve de abril, Comercio, Bolívar, Sucre y Páez.

(1) CASTILLO SERRANO, Franco. El Último violín, Págs. 57-58

73 / Borraduras de ciudad


3. El patrimonio cultural edificado del Barrio El Mamón Este barrio es uno de los más importantes de la ciudad, por cuanto, desde la fundación de la villa hasta nuestros días, ha sido el centro de la actividad cultural, social, comercial y económica de San Fernando. 3.1. Patrimonio cultural edificado (tangible) desaparecido En este apartado se hará referencia a cuatro edificaciones emblemáticas de la ciudad, hoy desaparecidas: La Plaza Libertad, The London Bar, El Cine Royal, El Palacio Fonsequero y los principales puertos fluviales de San Fernando. 3.1.1. La Plaza Libertad Emblemático lugar de solaz de los sanfernandinos, donde se efectuaban mítines, retretas y sorteos de loterías. En esta plaza se hallaba la estatua pedestre del General José Antonio Páez. Este emblema de la ciudad con sus hermosas barandas de hierro forjado, estaba ubicado entre las calles Comercio, Bolívar, Peñaloza y Fonseca; exactamente hoy corresponde al hermoso espacio situado frente al Hotel La Torraca. “…La Plaza Libertad de San Fernando de Apure se encontraba enclavada exactamente en el centro-norte de la ciudad en la confluencia de las calles Peñaloza y Fonseca, ocupaba una manzana completa en ese espacio del hoy Paseo Libertador frente al hotel de Donato Latorraca. Se supone fue construida en los tiempos de 1875 simultáneamente al eregimiento (sic) del Palacio Fonsequero que cualesquiera (sic) la separaba la calle Bolívar lindante al Norte…“ (2) (2) DECANIO, Edgar. Repuntes II. El San Fernando de ayer, Fundación Cultural Ítalo Decanio D´Amico, Consejo Nacional de la Cultura CONAC, Caracas, Pág. 107.

Hugo Arana Páez/

74


3.1.2. The London Bar En este local se presentaban hasta la década de los años cuarenta del siglo veinte, espectáculos musicales, obras de teatro, recitales de poesía (Andrés Eloy Blanco), proyecciones de películas. Se hallaba este prestigioso centro social, donde estuvo la empresa Comercial Kelly. 3.1.3. El Cine Royal Emblemática sala de cine, de la ciudad que funcionó hasta la década de los años sesenta. Estaba ubicada en el cruce de las calles Bolívar y 24 de julio y que le dio nombre a una importante esquina de la ciudad, como es la Esquina del Cine Royal. 3.1.4. El Palacio Fonsequero Fue una hermosa edificación de gruesas paredes de adobe, de dos plantas y techos de tejas, con amplios ventanales y anchos portones; además de un hermoso jardín que daba al frente de la Plaza libertad, separado de esta por la calle Bolívar. Esta hermosa edificación hoy desaparecida, fue sede del Poder Ejecutivo Regional hasta finales de la década de los años cincuenta del siglo pasado. También fue asiento del primer telégrafo que funcionó en el Estado Apure. 3.1.5. Principales puertos del barrio El Mamón Los más importantes puertos fluviales de la ciudad (hoy desaparecidos) se hallaban en este barrio. Así tenemos que en sentido Este-Oeste estaban a orillas del río Apure, los diez puertos fluviales más relevantes y conocidos de la capital apureña, como: Mi Cabaña, Las Mucuritas, Casablanca, El Resguardo, Puerto Arturo, La Pastora, El Guasimito (o Puerto Panza), El Tamarindo, Ligerón y El Puerto Barbaritero o Barbarito. 75 / Borraduras de ciudad


4. Patrimonio cultural tangible (edificado) vigente del barrio El Mamón También El Mamón, posee un valioso patrimonio cultural tangible como inmuebles, calles y avenidas. 4.1 Inmuebles En este sector todavía subsisten hermosas construcciones como: La Casona (casa del comerciante don Ignacio Rodríguez), edificio sede del vicerrectorado de la Unellez (antiguo Grupo Escolar República de Guatemala, construido en el año 1946), el local donde funciono el Bar Trina Omaira, que le dio el nombre a la esquina epónima (calle Bolívar cruce con Peñaloza), el cual debió su nombre a la hazaña que realizó la niña apureña Trina Omaira Salerno en el año 1932. Asimismo el edificio La Salina en la calle 19 de abril; el inmueble donde estuvo por primera vez la emisora de radio La Voz de Apure, la vivienda de la familia Borjas (calle Sucre cruce con Ayacucho) donde nació la poetisa apureña Lucila Velásquez (Olga Carmona); el Parque Infantil Andrés Eloy Blanco (Calle El Yagual cruce con Muñoz), la casa donde vivió el músico, pulpero, locutor, poeta y periodista Miguel Siso (Calle Muñoz cruce con El Yagua)l; el Palacio Barbarito (entre Calles 19 de abril, cinco de julio, Peñaloza y 24 de julio); el Parque Independencia, llamado también Plaza Gómez o Plaza de los chóferes, frente al Palacio Barbarito; la vivienda y la caimana (disecada) de don José Faoro (Calle 24 de julio, entre calles Bolívar y Comercio) y la Capilla de la Virgen del Valle. 4.2. Calles y avenidas del Barrio El Mamón 4.2.1. De Norte a Sur Calle del Puerto o del Río (ahora 5 de julio), 19 de abril, Comercio, Bolívar, Sucre, Páez, Aramendi, Colombia y lado Norte de la avenida Carabobo. Hugo Arana Páez/

76


4.2.2. De Este a Oeste La Miel, Mucuritas, El Yagual, Ayacucho, Santa Ana, Coto Paúl, Urdaneta, Queseras del Medio, El encuentro (antigua La Puerta), Miranda, 24 de julio, Peñaloza y Fonseca (estas últimas en el Paseo Libertador) 4.2.3. Esquinas representativas del Patrimonio cultural no edificado del barrio El Mamón. En ese barrio se hallaban numerosas esquinas emblemáticas de la actividad económica y social de la ciudad como: Mi Cabaña, La Colmena, Cine Royal, El Tamarindo, El Remolino, El Casino, La Leñería, La Botica del Llano, Casablanca, El Águila Real, La Mano abierta, El Guasimito o Puerto Panza, Las Mucuritas, Trina Omaira, Puerto Arturo, La Pastora, El Combate, Las Quince letras, El Guanábano, Mi Tesoro, El Tamarindo, Maracay, Botellofón, Verdún y La Bonanza. 5. Del ancestral toponímico Barrio El Mamón a Sector Centro-Valle El cambio del toponímico barrio El Mamón como se conocía tradicionalmente a este sector, a la nueva denominación Centro-Valle, mucho tuvo que ver la erección de la Capilla de la Virgen del Valle. 5.1. Doña Paulina Martínez de Salazar y la capillita de la Virgen del Valle La historia de esta capilla conocida entre la feligresía como La Capillita (era una hermosa y pequeña edificación de adobe y techo de tejas), se remonta al año 1925, cuando procedente de Ciudad Bolívar llegó a esta ciudad, la señora Paulina Martínez de Salazar, quien fue coadjutora de la fundación de este templo, por cuanto, doña Paulina hizo los 77 / Borraduras de ciudad


primeros intentos de construir la vieja edificación, pero los mismos fracasaron, por cuanto, tuvo que viajar a la isla de Margarita. Posteriormente regresa a San Fernando y trae consigo una imagen de la Virgen del Valle, que se exhibiría en La Capillita; la cual se construyó gracias a su esfuerzo, tesón y empeño que puso para recolectar de la feligresía, el dinero suficiente para la realización de ésta obra. Doña Paulina con los ahorros de toda su vida, compró un terreno anegadizo, el cual con mucho esfuerzo logró rellenar. Este solar se hallaba ubicado en el cruce de las calles Queseras del Medio con Aramendi. Allí construyó su vivienda; una hermosa casita de techo de tejas, de dos aguas, de una habitación y un pequeño corredor; la misma estaba rodeada de un bonito jardín de rosas, capachos y cayenas; que esta buena mujer con mucho entusiasmo regaba diariamente. A pesar de disponer suficiente terreno doña Paulina levantó su morada muy pequeña, para dejar espacio suficiente para la capilla; sin embargo las dimensiones del viejo templo eran muy pequeñas, debido a la insuficiencia del capital destinado a su edificación. Después de muchos años de espera, los feligreses al fin asisten a la primera misa oficiada en ese recinto; fue en la década de los años treinta del siglo pasado. Esta iglesia fue un pequeño, hermoso y bien cuidado templo, que ésta buena señora cuidaba con fe y con mucho esmero. Cuando es demolida esta capillita, sacaron del sarcófago de Monseñor Durán, la imagen de la virgen, la cual reposa actualmente en un nicho de la nueva iglesia. 5.2. La actual capilla y la elevación del barrio a Parroquia del Valle A partir del año 1958 doña Paulina se anima a emprender un nuevo proyecto cual es la construcción de la nueva sede, con su característico entusiasmo comienza a solicitar la colaboración de la feligresía y recoge la cantidad de veinte mil bolívares; logrando que en Octubre de ese año, se inicie la obra, bajo la supervisión Hugo Arana Páez/

78


del padre Lorenzo Galerón, Administrador Apostólico de Apure. Esta obra finalmente es inaugurada el 18 de diciembre de 1959 en misa de aguinaldo y el 11 de septiembre del año 1971, se decreta la creación de la Parroquia de El Valle. “…El 18 de diciembre de 1959 se bendijo la nueva Iglesia del Valle el nuevo templo, en misa de aguinaldo y en horas de la madrugada, con masiva participación de la feligresía; cuya bendición fue impartida por el padre Lorenzo Galerón; Vicario General del Excelentísimo Monseñor Antonio Ignacio Camargo, Obispo de Calabozo cumpliéndose de esta manera los sueños de Doña Paulina Martínez de Salazar. Posteriormente el 11 de septiembre de 1971, se decretó la creación de la Parroquia del Valle. El decreto establece se ponga en vigencia a partir del 12 de septiembre de 1971, en honor al onomástico de la Santísima Virgen del Valle…“ (3)

Desde esa fecha se convino en llamar a esta zona Sector Centro-valle, como ahora se le conoce; sustituyendo a la antigua denominación Barrio El Mamón.

(3) OVIEDO MONTOYA, Ramón. Sabaneando mis recuerdos. Game vial Ca, Valencia, 2006. Págs. 267. Pág. 172 79 / Borraduras de ciudad


CAPITULO V

.

PATRIMONIO NATURAL DESAPARECIDO A. EL CAÑITO 1. ¿Dónde estaba El Cañito? Era una franja de terreno que recorría el Norte de la ciudad, desde El Picacho de San Pedro hasta el Palacio de los Hermanos Barbarito, por donde ahora están las avenidas Miranda y España y donde se hallan el Centro de Profesionales, el Gimnasio cubierto 12 de Febrero, El Hotel Trinacria, la Policlínica Apure, La piscina de competencia Trina Omaira, El Museo de la Cultura Antonio José Torrealba, La Casa de la Cultura, Fundeapure, El Terminal de Pasajeros Humberto Hernández y la Urbanización El Cañito, entre otras importantes edificaciones. Este hermoso sector de la ciudad, corresponde a lo que hasta finales de la década de los años cincuenta se llamó El Cañito, por cuanto, en el invierno se cubría de una capa de agua de hasta doce metros de profundidad. Por cierto, refieren viejos sanfernandinos que en algunas ocasiones se veían caimanes asoleándose cerca de la calle Comercio; algunos de los cuales, en tiempos de Semana Santa, eran enlazados y llevados a la Plaza Bolívar para festejar la Danza del caimán. “…La Ensenada o El Cañito frente a la Casa de los Barbarito, en lo que es hoy el Monumento a la Bandera, en ese sitio Romero Fred en caracterización de rejoneador dio una memorable tarde luciendo una hermosa jaca traída directamente de España. Hermoso caballo que chalaneaba y se sacaba el lance a su justo tiempo. Mató de un solo rejón , aunque también hacía el toreo a pie. Este sitio al solo anuncio de toros se plenaba de gente y era difícil conseguir entradas en la taquilla, pues se agotaban con mucha anticipación…“ (1) (1) DECANIO, Edgar. Repuntes II. El San Fernando de ayer, Pag. 219

Hugo Arana Páez/

80


1. ¿Por qué se llamaba El Cañito? San Fernando por su lado Norte era bordeado por El Cañito, llamado así porque era un pequeño brazo del río Apure, que partía desde la parte noroccidental de la ciudad; exactamente desde el sitio donde está El Picacho de San Pedro; luego de un recorrido de un poco más de un kilómetro, desembocaba nuevamente en el río, frente al puerto Barbaritero o Puerto de los Hermanos Barbarito, donde hoy se encuentra el monumento a la Bandera, la estatua ecuestre de Negro Primero y la Redoma de los Caimanes. Durante los meses de invierno El Cañito era bañado por el Apure y en el verano con el Bajante, comenzaba a secarse. El Cañito, fue durante más de un siglo el lecho de nuestro principal río; allí los barcos a vapor y a gasoil atracaban por donde hoy se encuentra la Papelería Moderna de la señora Rosa Ramos diagonal a la Farmacia Popular. Se dice que muchas de esas embarcaciones eran amarradas al histórico cañón que estaba enterrado, precisamente en la esquina epónima, al cual debe su nombre; por cierto, ese cañón fue extraído de ese lugar para llevarlo a la Casa de Bolívar, donde permanece actualmente. 2. ¿Por qué desapareció El Cañito? Este brazo del Apure se secó porque a finales de la década de los años cincuenta el río fue dragado frente a San Fernando, ocasionando el desvío de su cauce, aunado a la construcción del dique de contención de las aguas, conocido como la Perimetral Norte y porque los sanfernandinos para ganarle tierras a El Cañito lo rellenaron, para construir las avenidas España, Francisco de Miranda y la Urbanización El Cañito.

81 / Borraduras de ciudad


3. El Cañito y el Barrio La Playa Toda la zona desde El Picacho de San Pedro en donde comenzaba El Cañito hasta su desembocadura en el río, era cubierta en el invierno por las aguas del Apure. Entonces en ese sector había aproximadamente veinte casitas, al que los sanfernandinos convinieron en llamarlo Barrio La Playa. A estas humildes viviendas les subía el agua casi hasta los aleros y así permanecían durante los meses de invierno; sus habitantes tan pronto comenzaba la creciente del Cañito se mudaban con sus corotos (pertenencias) a San Fernando, a refugiarse en viviendas propias, de familiares o amigos y después al bajar las aguas (Bajante), retornaban a su barrio playero. Los habitantes del Barrio la Playa, obtenían sus ingresos económicos de los Cabestreros, Arrieros, Punteros, Contrapunteros y Culateros que en verano movilizaban considerables lotes de ganado, quienes en su trayecto al centro del país, debían pasar por allí. Por cierto, que Los Playeros. Como se les denominaba coloquialmente a estos pobladores, Hacían su agosto en esa época, vendiéndole a esos trabajadores: comidas, meriendas, tabacos, chimó, cigarrillos, refrescos y palos de ron ó preparados a base de aguardiente. En verano se observaban millares de cabezas de ganado transitando por ese lugar y en lotes de aproximadamente doscientos reses, los arrieros las lanzaban al Apure; para que nadando rodeadas de canoas llegaran a salvo a Puerto Miranda, ubicado en la ribera Norte del río Apure. Estas Puntas de ganado, llevaban como guía (en algunas ocasiones) al cabestrero Ángel María Nieves, que con su sonoro y masculino canto al lado de su caballo iba atravesando a nado el ancho y torrentoso río Apure. 4. El Cañito en los meses de verano Hasta finales de la década de los años cincuenta del siglo veinte, funcionó en El Cañito una tenería para procesar cueros de res, propiedad de los hermanos Barbarito y también la primera planta eléctrica de la ciudad, operada por el francés Mesie Colinette. Hugo Arana Páez/

82


En los meses de verano en el cauce de El Cañito, donde ahora se halla la estatua ecuestre de Negro Primero, la Plaza de Los Caimanes y el Monumento a la Bandera; se establecían circos, plazas de toros (itinerantes) y hasta una cancha de Basketball y Volleyball. La cancha era llamada coloquialmente la cancha de el Cañito, donde se escenificaron numerosas e importantes competencias, con gran asistencia de la fanaticada apureña. Aledaños a la cancha se instalaban circos, alegrando el lugar con la gracia de sus trapecistas, la comicidad de sus payasos, el ilusionismo de sus magos, el valor de los domadores y la exhibición de animales como: tigres, leones, elefantes, monos y perros domesticados, entre otros, los cuales hacían las delicias de los asistentes. Por cierto, en una ocasión vino un ilusionista muy conocido internacionalmente que utilizaba el seudónimo Blackman el cual hipnotizó a uno de los hermanos de Manuel Alfredo Santana, apodado cariñosamente Bachaco, quien fue el ganador del Primer maratón del Ministerio de Obras Publicas (MOP), evento que se celebró en la ciudad de Caracas el 24 de julio de 1958; por cierto, este año se cumplirán cincuenta y dos años de esta gloriosa hazaña, la cual fue realizada por un apureño. Refiere Bachaco, que fue su hermano menor, Nelson Santana, quien permaneció dormido en un sarcófago durante una semana y el público pagaba por entrar a verlo tendido plácidamente en dicho ataúd. Por supuesto, el mago se metió sus buenos reales y a Nelson, seguro que le tocó su parte como actor principal de este evento, ya que este apureño fue la atracción de uno de estos circos que se instalaban en El Cañito. También en ese lugar se ubicaban Plazas de toros itinerantes, donde se escenificaban corridas, donde los novilleros y matadores brindaban magníficos espectáculos a los amantes de la tauromaquia. A mediados de los años cincuenta un contratista italiano edificó en esos terrenos (propiedad del municipio) uno de los más hermosos hoteles de San Fernando, conocido como El Gran Hotel Apure. El frente de esta edificación daba hacia la calle Comercio frente a la Plaza Libertad. Poseía un amplio patio, rodeado de unas hermosas ventanas enrejadas y en el centro una grande y hermosa fuente, que atraía no sólo la mirada de los 83 / Borraduras de ciudad


huéspedes, sino de los transeúntes y visitantes que acudían a la Plaza Libertad a escuchar la retreta dominical amenizada por el maestro Zurita o Napoleón Baltodano.

Hotel Apure entre las calles Fonseca y Peñaloza en la calle Comercio, frente a la Plaza Libertad a mediados de la década de los años cincuenta del siglo XX. Foto: Fundación Cultural Ítalo Decanio D`Amico. “…En El Cañito también se practicaba la pesca deportiva, por ociosidad o por hobby, de especies menores de peces tales como sardinas, palometas, corronchos, bagrecitos, algunas veces ajilaban (sic) caribes y cachamas; también se practicaba la pesca de curbinatas, desde una canoa en movimiento. En verano muchas familias iban a dorarse tomando sol en El Playón, sobre las arenas que el río dejaba a medida que se iba angostando. Los jóvenes nos inclinábamos por los juegos de rondá y de beisbol… “ (2)

(2) RAMOS, César Humberto. Remontando el Apure viejo, Págs. 48-49. Hugo Arana Páez/

84


6. El Cañito icono del paisaje humanizado de la ciudad El Cañito fue un hermoso patrimonio natural de San Fernando, que frente al edificio de los hermanos Barbarito, poseía un malecón de hormigón, con unas amplias escalinatas, donde arribaban los vapores a chapaleta y los barcos a gasoil; brindando un magnífico espectáculo a propios y extraños. Hoy lamentablemente no están la cancha, los circos, las plazas de toros, los vapores de chapaleta, las canoas, los bongos, las chalanas, los barcos a gasoil, los Caleteros, ni los muchachos que en invierno acudían a pescar o a bañarse en sus límpidas y tranquilas aguas. Sólo queda su imagen en alguna vieja fotografía y apenas se recuerda el nombre de un brazo del Apure que una vez se llamó El Cañito.

Puerto Hermanos Barbarito frente a El Cañito, en el cruce de las actuales calles 5 de julio y Juan Pablo Peñaloza frente al actual monumento a la Bandera. Foto: Fundación Cultural Ítalo Decanio D`Amico.

“…Las familias se las arreglaban para liar sus bártulos y ya, fueran en jeep, bongo, canoa, fuera de borda o caminando, emprendían camino o viaje para disfrutar de su asueto turístico. Así teníamos que al Norte de la ciudad estaba El Cañito, donde en invierno practicábamos la natación y la pesca…“ (3) (3) Ob. Cit.

Pag. 48

85 / Borraduras de ciudad


CAPITULO VI PERSONAJES POPULARES A. El turpial o el pájaro bravo ¿cuál de estos plumiferos es el ave nacional? 1. El Turpial (Icterus-Icterus). Ave nacional El Turpial vive solo o en parejas. El periodo de apareamiento tiene lugar entre los meses de marzo y septiembre y se alimenta de huevos, insectos, frutas y eventualmente de otras aves más pequeñas. El turpial venezolano no construye nidos para incubar sus huevos. En ese sentido invade nidos abandonados u ocupados, los cuales toma a la fuerza, expulsando agresivamente a sus ocupantes. “…El Turpial o Troupial, se caracteriza principalmente por su variado y melodioso canto; siendo uno de los pájaros cantores más bellos de nuestro país. Su canto variado y melodioso se escucha al amanecer, siendo una de las mascotas más apreciadas en los hogares apureños. Pertenece a la familia de los ictéridos, originario de América, mide entre quince a veintidós centímetros. Es un ave de color amarillo naranja en todo el plumaje, excepto la cabeza y las alas que son negras con plumas blancas y tiene una pequeña mancha azul intensa alrededor de los ojos; su pico es de forma cónica, agudizado y comprimido…“ (1)

Una vez que encuentra un lugar para vivir, deposita de tres a cuatro huevos, los cuales rompen al cabo de dos semanas de incubación. Esta ave defiende fieramente su territorio, devorando los huevos o incluso las crías de otras aves que intenten ocupar su refugio. ¿Cómo que no es tan mansa nuestra ave nacional? (1) Enciclopedia Wikipedia

Formato digital Internet

Hugo Arana Páez/

86


1.1. Características Consultando la enciclopedia digital Wikipedia, vía Internet, encontré lamentablemente que nuestra apreciada ave nacional está en franco proceso de de extinción. “…Estado de conservación amenazada. Clasificación: Reino: Animalia, Filo: Chordata, Clase: Ave, Orden: Paseriforme, Familia: Icteridae, Genero: Icterus, Especie: I. Icterus, Nombre Binominal: Icterus-Icterus”...“ (2)

2. El Pájaro Bravo ¿Verdadera ave nacional? Una de las creaciones típicas del venezolano es sin duda el Pájaro Bravo. Apareció públicamente, por primera vez en el año 1948, según refiere Ángel Rosenblat en su obra Buenas y malas palabras, que el poeta Manuel Rodríguez Cárdenas le dedicó un artículo en el diario El Nacional. “ …Manuel Rodríguez Cárdenas, le dedicó un artículo, que fue publicado en el diario El Nacional el 14 de noviembre de 1948 ese año. Desde entonces ha tenido una trayectoria fulgurante; tanto que autores como Julio Febres Cordero y Federico Pacheco Soublette, lo propusieran como candidato a Pájaro Nacional. Es posible que este pajarraco, tenga sus orígenes, inspirado en el comportamiento agresivo de los pocos automovilistas de la época…“ (3)

Porque ayer como hoy, para manejar en Venezuela y específicamente en San Fernando hay que ser muy Pájaro Bravo. Es que la expresión Pájaro Bravo, se aplica en algunas ocasiones al conductor que no respeta las colas, aquel que se adelanta a los demás automovilistas, bien sea por la izquierda o por la derecha; incluso comiéndose las flechas (andar a contramarcha), estacionándose encima de las aceras y de los rayados (paso de peatones). (2) Ob. Cit. (3) ROSENBLAT, Ángel. Buenas y malas palabras, Tomo IV, Editorial Edime, Barcelona, 1969. Pág. 150. 87 / Borraduras de ciudad


Asimismo alardeando de viveza y pericia, no respeta semáforos. Es así como este pajarraco, es el genuino representante de la moral de algunos conductores, el cual procura llegar siempre primero, sin ceder jamás el paso a los peatones, motorizados o ciclistas que se cruzan en su frenética carrera. De igual manera se mete o entremete a todo trance para ganar la delantera, sobre todo si se siente inclinado a desahogar rabias o complejos. El buen ciudadano y buen automovilista reconoce jerarquías de los peatones; tales como: edad o sexo; sobretodo respeta los privilegios de los niños, ancianos o damas. En cambio el Pájaro Bravo o vivo apureño, detrás de un volante no respeta ni considera a nadie. Aunque algunas veces se inclina respetuosamente ante una pesada gandola o frente a un enorme y veloz autobús que agresivamente atraviesa el Paseo Libertador (conducido por otro Pájaro Bravo) o ante una bella muchacha, de esas muy buenas tardes, a esa le cede el paso, así se forme una tranca detrás suyo; pero eso sí que no se le ocurra atravesársele una viejita, viejito o muchachito, porque enseguida el bellaco, saca la cabezota de Pájaro Bravo por la ventana del lado del chofer, para endilgarle cuanto improperio se le venga a la mente. Nuestro Pájaro Bravo apureño, es el “vivo”, ese que está presente en cualquier lugar, situación y actividad humana que pueda rendirle alguna ganancia. Allí está él, colándose por cualquier recoveco; trampeando en el juego, en los negocios; en la política, metiéndole zancadillas a sus compañeros de partido o de trabajo y en el amor engañando a cualquier desprevenida damisela; aunque en este caso, algunas veces le sale mal la jugada, por cuanto, igual que él, se encontró en su camino a una Pájara Brava, la cual lo deja como a Pata e´ perro de agua (Limpiecito) o más desplumado que pollo de supermercado. El Pájaro Bravo, es el aprovechador, el pícaro, por lo que a veces escuchamos ¡Guillo con ese tipo, porque corta como una hojilla nueva o ese se las sabe todas o ¡Fulano, cuídate de ese Pájaro, que ese vuela con jaula y todo! También es común la expresión (sobre todo en el argot policial), Pájaro de cuenta, que se aplica a un sujeto muy peligroso. Pájaro simplemente, es más general y más o menos neutro o Hugo Arana Páez/

88


¿Qué pájaro es ese? ¿Qué buscará ese pájaro? ¡Menudo pájaro! o el conocido “Pájaro de mar por tierra” para referirse a la persona ausente por mucho tiempo o despectivamente de aquel individuo que nunca toma en cuenta al fiel amigo y que cuando se aparece es para solicitarle un favor. Es que el Pájaro Bravo está pendiente cuando el viejo amigo se encamburó, se enchufó bien en el gobierno o se cuadró con el gobernante de turno; allí es cuando aparece con su enorme sonrisa el Pájaro Bravo, haciéndose el loco (por cierto, mi madre siempre decía que loco es el que come m… no el que pone a comer m…. a los demás), ¿Qué hubo mi caballo, me podrás conseguir una chambita en tu trabajo? Y continua muy displicente ¡Tu sabes que pa´ eso son los amigos! También cuando el amigo se ha ganado un Kino, aparece de inmediato el pajarraco en cuestión ¿Qué fue panita, como te ha ido, me podrás hacer el favor de prestarme unas munas? Es que este pajarraco aparece siempre cuando el amigo está en la buena. Al contrario, cuando el pobre hombre está en la mala, en la malévola o pasando la mar negra; es decir, que lo botaron del trabajo, también de la casa y para colmo lo dejó la mujer o está muy enfermo, ahí es cuando esta ave brilla por su ausencia, ni por casualidad aparece a consolar al desdichado amigo. La antítesis de nuestro Pájaro Bravo es el Pájaro Bobo. Esta ave también es muy conocida en nuestras costas desde el siglo XVI; En ese sentido Rosenblat, explica muy bien por qué se llamó así a esta inocente ave. “…Pero el antecedente más directo de nuestro Pájaro Bravo nos parece el Pájaro Bobo, del que ha surgido sin duda por antítesis. El Pájaro Bobo muy conocido en nuestras costas, se llama así desde el siglo XVI, por la facilidad con que se dejaba atrapar. La antítesis entre Bobo (Pendejo) y Bravo (Vivo), siempre ha estado en toda la tradición venezolana, incluso desde la época de la Independencia se llamó Patria Boba a la Primera República, que apenas duró dos años (1810-1812) y que dio inicio a la Patria Brava, la de la Guerra a

89 / Borraduras de ciudad


Muerte. También se llamó Guerra Brava a la Guerra Federal (18591863)…“ (4)

Pero en Venezuela existen también otros Bravos como: Bravos de Apure, Perro Bravo, Ají Bravo , la Culebra Brava, la Hormiga Brava, el Chimó Bravo, la Caña Brava (caña amarga), la Papa Brava y por supuesto no podía faltar nuestro Pájaro Bravo con el que calificamos al “Vivo”, al “hábil” al marrullero, al tracalero, al bellaco, al socarrón ,etc, etc. y es que frente a tanto Pájaro Bobo (individuos ingenuos o Buena gente que actúan siempre de buena fe y que son los conocidos Pendejos), está siempre queriendo hacerlos presas suya El Pájaro Bravo o La Pájara Brava (porque también hay las Pájaras Bravas). Ese pajarraco o pajarraca, es el personaje que no respeta los lugares en las colas que se forman en los bancos los días de cobro o en las colas de Mercal. Por supuesto, estos plumíferos (as), llegan haciéndose los ingenuos (incluso, algunos se disfrazan de Pájaros Bobos o Pájaras Bobas; porque también las hay, cual mansas palomas), preguntando precisamente en la taquilla ¿Dónde termina la cola?, otras muy buenas tardes, le preguntan al bobo que está a punto de hacer efectivo su cobro, ¡Mi amor donde termina la cola? Y todas las personas la ven de arriba abajo, como a gallina que mira sal. Otros llegan saludando a un amigo que está en la cola, muy cerca de la taquilla y muy disimuladamente se quedan, colándose muy sutilmente. También hay los que fingen un malestar y todos los Pájaros Bobos y Pájaras Bobas, que han hecho estoicamente su cola desde las cuatro de la mañana, se comen el cuento y muy solidariamente le ceden su puesto.

(4) Ob. Cit.

Tomo IV Ob. Cit. Págs. 152-153

Hugo Arana Páez/

90


El día que entregan las chequeritas de la Cesta Ticket en la Gobernación, aparecen todos los Pájaros Bravos y Pájaras Bravas del Estado Apure. Estos plumíferos pisotean a viejitos, viejitas, muchachitos o muchachitas con tal de colarse y aunque son los últimos en llegar, son los primeros en retirar este beneficio. Consumado el hecho salen muy orondos y con una sonrisota de oreja a oreja, contando uno por uno los boletos, a la vez que ven con desdén y con el mayor desparpajo a la gran cantidad de Pájaros Bobos (Pendejos) que por su culpa quedaron varados en esa larga e interminable cola de Pavo Real viejo y por encima de los cuales pasaron con el mayor desparpajo. También hay Pájaras Bravas que se llevan muchachitos fastidiosos y los sueltan en las oficinas del banco, para que muy realengos se esgariten de escritorio en escritorio pegando lecos. Esto lo hace la bellaca con la intención que el gerente del banco, gire instrucciones al cajero para que le paguen de manera expedita y que la pajarraca en cuestión, se vaya con su niñito fastidioso a otra parte. También hay otras pájaras Muy buenas tardes, que se levantan al vigilante o al cajero del Banco, para que les faciliten colarse. En todos estos casos, estas aves se salen habilidosamente con la suya y contando la faja de billetes se marchan muertas de la risa, pavoneándose muy orondas frente a la larga cola de Pájaros Bobos que entre raspado y jugos (que les vende otro Pájaro Bravo, por cierto ese día hacen su agosto estos vendedores), soportan estoicamente durante todo el día el radiante Sol apureño. Este no es el único animal apureño que ha sufrido metamorfosis; en ese sentido de nuestros ríos y matas apureñas, han salido el Caribe, el Tigre y el Caimán; así escuchamos ¡Cuidado con ese tipo que es un Caribe!, ¡No te dejes caribear, mi pana! ó ¡Cuidado que ese tercio es un tigre! ó ¡Cuidado con ese tipo que está como caimán en boca e´ caño!. Similar al pájaro bravo, tenemos otro animal muy peligroso, como es el Chivato, que es aquel tipo que tiene dinero y poder políti91 / Borraduras de ciudad


co, que valiéndose de su poder pasa por encima de cuanto pájaro bobo se le traviese. También de nuestros ríos ha salido otro espécimen muy peligroso y esa es la Guabina, ¡Cuidado con ese tipo que es muy guabinoso! En la Porfía de Alberto Arvelo Torrealba, el diablo le dice a Florentino Coronado, que él es como la Guabina, que si lo agarra se le pela; yo añadiría ¡diablo tenía que ser, para ser tan guabinoso! En fin hemos visto que el ave nacional no es el Turpial, por cuanto, hoy es una especie amenazada y al contrario, el pájaro bravo y la pájara brava, cada día abundan más y en el Estado Apure, han hallado su hábitat natural, sobre todo los días de pago, se observan en bandadas en las taquillas de los bancos ó en las puertas de la gobernación, empeñados en retirar (pasando a como dé lugar, por encima de los numerosos pájaros bobos”) las chequeritas de la cesta ticket ó también en las colas de Mercal o en los operativos de cedulación, allí se observan dominantes y muy frescos (claro no hacen cola) estos emblemáticos pajarracos que hoy en día son parte del folklore apureño. 3. El Pájaro Bravo y la Golilla La Golilla es una de las instituciones venezolanas más permanente, pues ni siquiera tiene descanso dominical, ni mucho menos toma vacaciones; así decimos, Fulano Se hizo un viaje de golilla a celebrar las fiestas patronales de Elorza, Ese tipo es un pájaro bravo, no ha trabajado nunca en su vida, siempre ha vivido de golilla, A ese pájaro bravo si le gusta la golilla, se la pasa cazando que el portero se descuide para colearse, A ese Pájaro no lo invitan jamás, pero como todo Arrocero, siempre entra de golilla. Es que la golilla está a la altura de otras instituciones muy apureñas, como la pedidera y el jalamecatismo. El pájaro bravo es un profesional de la golilla, el cual algunas veces se transforma en golillero. ¿Pero acaso la golilla es una profesión, una ciencia o un arte? Lo cierto es que el Hugo Arana Páez/

92


golillero es un pájaro bravo que tiene asegurada la entrada en todos los espectáculos, en los bailes, en los cumpleaños, en las bodas, en las comidas, en las excursiones y hasta en los velorios (de ahí el refrán y ¿Quién te dio vela en este entierro?, queriendo decirle entrépito a los que se inmiscuyen en asuntos ajenos). El pájaro bravo mutado en golillero, no se inmuta ante cualquier desprecio, reclamo u ofensa que con justificada razón le hagan los Pájaros Bobos. En otras palabras es un impertérrito Caradura o como dicen ahora ¡Ese tipo es un conchúo! Es que por naturaleza este plumífero está revestido de una fuerte coraza. El “pájaro bravo, transformado en golillero siempre se las arregla para estar en todas partes sin gastar nunca una puya. También se le llamaba arroceros a estas aves, porque como el arroz blanco, siempre están de acompañantes o guarnición en casi todas las comidas. El Golillero nos viene de España, allá se le dice Vivir de gorra ó ser un gorrero, así escuchamos: “Esa tipa se gorreó a ese que se la da de pájaro bravo” ó fulano es un gorrero. En Apure golilla y gorrero tienen otra variante, así escuchamos ir de cola o voy a pedir la cola a fulano ó “voy a ver quién me da una colita”, que es el favor que los pájaros bravos y sobre todo las pájaras bravas se la piden a los automovilistas. Últimamente se está generalizando en Apure otra voz, sobre todo en las fiestas, celebraciones ó en las actividades políticas, así escuchamos que a los arribistas o recién llegados al partido le sueltan la expresión: “Esa tipa llegó de paracaidista y mira como se enchufó” ó “¡Cuidado vale con ese tipo, que es un paracaidista!”, que es lo mismo que decir pájaro bravo que siempre vive de balde, arrocero ó coleado. También golilla no se limita a la gorra tradicional. Se aplica también a toda ganga o negocio ventajoso. Así vemos como un amigo le dice al otro _chico cómprame este carro que es una golilla, también oímos, _Le vendo este terrenito en El Recreo, que es un golillón. Es que los vendedores siempre le ofrecen a uno una golilla, un jamón, un pan grande ó un arepón. Por 93 / Borraduras de ciudad


cierto la palabra ganga tiene en Apure, otra equivalente, así vemos como la novia le dice al pretendiente que quiere un adelantico “_Mi amor a ti te gusta mucho la mantequilla” ó “hay que ver que a ti te gusta el dulce”. Asimismo la golilla expresa algo fácil, es común oír en los colegios a los estudiantes: “_camarita, ese exámen fue una golilla” ó “ese examen fue una mantequilla”. ¿De dónde viene esta golilla? La golilla en España era una prenda que rodeaba el cuello, es decir, una especie de gorguera hecha de cartón forrado en tafetán u otra tela negra, que circunda el cuello y sobre la cual se coloca una Valona de pana u otra tela blanca engomada. En cambio la golilla de los gallos es el collar de plumas que le crece a estos plumíferos alrededor del cuello. Se dice que el gallo plumúo tiene golilla o gorguera de plumas y al pelear se encrespa ó se le erizan las plumas del cuello y entonces se dice que ese gallo alza la golilla. En Apure Golilla equivale a vivir de gorra ó vivir de balde que es cuando estos pájaros bravos ó golilleros profesionales, los vemos cobrando un sueldazo sin hacer nada, pero aparentando que trabajan empecinadamente. Es que estos pajarracos también son expertos en manguarear. Por todo lo dicho, se infiere que paradójicamente tanto el pájaro bravo como el golillero, son dos especies que a pesar de ser parásitas (gorronas, vividoras, abusadoras, oportunistas, explotadoras, inútiles, inservibles o manguareadores), son muy activas. 4. Anécdota de un viejo Pájaro Bravo apureño Por cierto tengo un amigo, que es un viejo pájaro bravo apureño, que me refiere muy orgullosamente, que él de joven, para entrar sin ser invitado a los Saraos (fiestas muy rumbosas) que se armaban en el Club de Telecomunicaciones (entonces funcionaba en la Casa Foatera, ubicada en la calle Negro Primero, frente a la Plaza Bolívar) y otros clubes en boga a finales de la década de los años cincuenta , y comienzos de los sesenta del siglo veinte en San Fernando; iba Hugo Arana Páez/

94


vestido con una franelita blanca, un bien planchado pantalón de Casimir, de color negro ó azul marino, sus zapatos de charol o de patente bien lustrosos y él, bien perfumado, “bañado” en loción de Jean Marie Farina de Rogey De Gallet ó colonia Yardley o Lavanda inglesa marca Atkinsons y en una bolsita una camisa blanca, manga larga y una corbatota azul. Lo cierto es que el hombre llegaba a las siete de la noche a las puertas del club, allí se apostaba a esperar pacientemente que los encargados de traer las mesas, los manteles, las sillas, las bebidas y el hielo; le pidieran su ayuda y este pajarraco muy diligente, se ofrecía a cargar el hielo, enseguida le montaban encima una barreta (panela de hielo de cincuenta kilogramos), la cual cargaba hasta el fondo de la vivienda, donde se hallaban unos tambores, allí la depositaba y rápidamente se introducía en el baño a ponerse la bien planchada y almidonada camisa y hacerse el nudo de la corbata. Del baño salía muy orondo, como si nada y se sentaba en cualquier mesa a beber buen whisky con soda o Coca-Cola y en algunas ocasiones hasta con agüita de coco. Al fin llegaban los invitados y como él era muy conocido le pedían que se quedara en la mesa; allí era cuando este bellaco se soltaba el moño. Al arrancar la orquesta Renacimiento, dirigida por el maestro Miguel Siso ó la Sonora San Fernando, dirigida por Nelson Cabo Luis Hernández ó la de Carmelo Aracas, conocida como Carmelo y sus muchachos con el tema muy en boga María Cristina me quiere gobernar ó el pasodoble El Beso ó el porro colombiano Se va el caimán ó la guaracha que en esa época tenía pegada Celia Cruz con la Sonora Matancera, Tongo le dio a Borondongo; invitaba a bailar a la novia del tipo que estaba pichando y ahí se fajaba a bailar y empataba un set con otro y así sucesivamente sin soltar a la pareja; por supuesto en los descansos se sentaba a conversar (le caía a muela a todos los presentes), mientras se pegaba sus buenos tragotes de whisky y se fumaba cajas y mas cajas de cigarrillos que el galán colocaba en la mesa. Por supuesto el novio no estaba muy a gusto con la presencia de este vivo, 95 / Borraduras de ciudad


pero la novia y las demás acompañantes le pedían que lo dejara compartir con ellas y el buen hombre aceptaba a regañadientes la solicitud en cuestión. Porque como todo pájaro bravo, este hombre era un excelente conversador y consumado bailarín. De esta manera el pícaro se ganaba el cariño de todos los asistentes. Por supuesto para disimular el asunto, bailaba hasta con la suegra del pitcher (entiéndase pájaro bobo). Pero ahí no termina el cuento, por cuanto, como a la una de la madrugada venía una copiosa cena, allí era cuando el hombre comía hasta quedar ahíto (ajíto) y para rematar, a eso de las dos o tres de la madrugada venía la picada de la torta, allí era cuando el rufián se completaba con su buen trozo de torta y por ultimo hasta se retrataba con la cumpleañera o con la novia si fuera una boda el motivo de la celebración. Por último cuando veía que la fiesta estaba finalizando y los presentes comenzaban a retirarse, el plumífero iba de mesa en mesa arrasando con las cajas de cigarrillos y con las botellas medio llenas de whisky ó ron, que los invitados habían dejado. Al fin el truhán se marchaba de la fiesta muy contento (obvio) y atravesando la Negro Primero, se dirigía a la glorieta de la plaza Bolívar (donde los músicos de la Banda Bolívar se ubicaban para tocar las retretas los días jueves, por cierto todavía existe esa construcción). Allí lo esperaban sus amigos (todos jóvenes estudiantes de bachillerato) y les vendía los cigarrillos, las botellas de whisky y ron, que con tanta habilidad había hurtado. Al final este pajarraco, se marchaba a su casa bien bebido, bien comido y con los bolsillos llenos, sin haber gastado una puya y pensando dónde iba a haber otra fiesta. Así el taimado pajarraco, iba por las solitarias calles pensando dónde iba a cometer su próxima fechoría ¿Será en el Caney? ¿En el Club Cachilapo? o en el ¿Club de Leones? allá en la calle Urdaneta ó acaso ¿será en el Club San Fernando? ¡Qué carajo, parezco pájaro bobo, ¿Voy a estar preocupándome por esa pendejada?, ¿Acaso no soy un pájaro bravo que dónde sea y como sea me meto?

Hugo Arana Páez/

96


FUENTES Orales: ADARMES, Argimiro HERNANDEZ, Nelson CaboluĂ­s

97 / Borraduras de ciudad


FUENTES ACOSTA S., Miguel. Materiales para la historia del folklore en Venezuela, Archivos Venezolanos de Folklore. Instituto de Antropología e Historia, Facultad de Humanidades y Educación, Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1967, Págs. 569. -------------------------- Latifundio, Fundación editorial El Perro y la rana, Caracas, 2010. Págs. 242. ACUÑA, William.Historia del Hospital Pablo Acosta Ortiz. ALVARADO, Josefina. El Palacio de gobierno, Págs. 24 BOTELLO, Oldman. Historia de la villa real de San Fernando de Apure 1788- 1988, Editorial Miranda, Villa de Cura, 1988. 259 Págs. CALZADILLA, Fernando. Por los llanos de Apure. Vásquez y Asociados, Héctor Pérez Marchelli Editor, Talleres Cromotip, Caracas, 2006, Págs.347. CASTILLO SERRANO, Franco. El Último violín, Págs. 287 DECANIO, Edgar. Repuntes II, El San Fernando de ayer, CONAC, Págs. Fundación Cultural Ítalo Decanio D´Amico, Consejo Nacional de la Cultura, CONAC, Editorial Lithobinder. Caracas, 2005, Págs. 349. ESTRADA, Carmen Beatriz. San Fernando Patrono de nuestra ciudad. Asociación de Escritores del Estado Apure Págs. 14. GALLEGOS, Rómulo. Doña Bárbara, Fundación editorial El Perro y La Rana, Caracas, 2010 Paginas 419 --------------------------- Cantaclaro, Colección libros Revista Bohemia, Nro. 24, Bloque De armas, Corporación Marca, Caracas, 1985, Págs. 222 GONZALEZ, Leopoldo. Arichuna Bicentenaria, Editorial Andes, Bogotá, 1973. Págs. 315. HERRERA LUQUE, Francisco. Boves El Urogallo, Editorial Fuentes, Págs. 330.Caracas, 1973 LARES BOLÍVAR, Elisur. Algunos artistas plásticos apureños, Fundación Museo de la Cultura de Apure Antonio José Torrealba Osto, Editorial Imprezzo CA, Valencia, 2006, Págs. 233. LAYA, Carlos Modesto. Del Apure histórico. Hugo Arana Páez/

98


MENDEZ, Argenis.Historia de Apure, Fondo Editorial Otomaquia, Caracas, 1998, Págs. 294. --------------------------------------- Enderezando entuertos OVIEDO M., Ramón. Sabaneando mis recuerdos, Gamevial, Valencia, 2006, Págs. 267 OVALLES, Víctor Manuel. El Llanero, 2010. Págs. 242. PLANCHART, Enrique. Observaciones sobre el cancionero popular Venezolano, en Archivos Venezolanos de Folklore, Nro. 8, Institutode Antropología e Historia, UCV. Facultad de Humanidades y Educación, Imprenta universitaria, Págs. 569. Caracas, 1967. RAMOS, César Humberto. Remontando el Apure viejo 19311952, Págs.151, 1988 ----------------------------------- Mi llanto por la llanura 19001940, Colección historia, Fundación Editorial El Perro y la Rana, Ministerio del Poder Popular para la Cultura, Caracas, 2008, Págs. 81 RODRIGUEZ, Adelina.La Formación del latifundio ganadero en los llanos de Apure 1750-1800. Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, Nro. . 193, Talleres de Italgráfica. Caracas, 1987. Caracas, Págs. 371. RODRIGUEZ, Adolfo. El Hato venezolano entre la tradición y la modernidad ,Dirección Estudios del llano. San Juan de Los Morros.Noviembre 2002. Págs. 24. ROSENBLAT, Ángel. Buenas y malas palabras, Editorial Edime, Pag.158, Tomo II, Caracas, 1969, Págs. 254 --------------------------- Buenas y malas palabras, Una selección, Monte Ávila Editores Latinoamericana, Biblioteca Básica de autores venezolanos, Caracas, 2004, Págs. 313. --------------------------- Buenas y malas palabras, Tomo IV, Págs. 151 Editorial Edime, Barcelona, 1969. Págs. 356. SÁNCHEZ OLIVO, Julio César. Crónicas de Apure, Academia Nacional de la Historia, El Libro menor 125, Talleres Italgráfica SRL, Caracas, 1988, Págs. 211. Ley de Llanos del Estado Apure 26-5-1937. San Fernando, Paginas 24. Talleres de Italgráfica. Caracas, 1987. Caracas, Págs. 371. 99 / Borraduras de ciudad


FUNDACION POLAR. Diccionario de Historia de Venezuela, Versión Digital. --------------------------------. Los hermanos Barbarito Los amos de Apure. El Llanero 6-6-1981. Año V Nro. 298. -------------------------------- El Palacio Barbarito, II El Llanero Año V Nro. 299 -------------------------------- El Palacio Barbarito, III El Llanero 20-6-1981, Año V Nro. 300. -------------------------------- El Palacio Barbarito, IV El Llanero 23-6-1981 Año, V Nro. 301. ---------------------------------El Palacio Barbarito, El Llanero 4-7-1981 Año V Nro.302 ----------------------------------La Inglesera, El Llanero, 11-71981,Año V, Nro. 303. --------------------------------- El Llanero. 30-5-1981. Numero 297, Año V. San Fernando. Estado Apure ---------------------------------- El Llanero, Numero 323, Pagina 5. San Fernando, Estado Apure LAPREA SIFONTES, Pedro. El Palacio Fonsequero, El Llanero, Año V, San Fernando, 21-2-1981, Nro.284 LAPREA SIFONTES, Pedro. El London Bar, El Llanero, 7-21981, San Fernando. RUIZ BOLIVAR, Saverio Eulalio. La Intentona del 20 de mayo de 1922 en San Fernando, Págs. 22 Fundación Polar. Diccionario de Historia de Venezuela, Versión digital

Hugo Arana Páez/ 100


ÍNDICE INTRODUCCIÓN

/ Pag. 9

CAPITULO I

/ Pag. 11

ASPECTOS CULTURALES A. Evolución de las salas de cine en San Fernando (19112007). CAPITULO II

/ Pag. 23

ACTIVIDADES ECONOMICAS A. Los servicios funerarios en San Fernando a mediados del siglo veinte. B. Las pulperías. Otra institución desaparecida CAPITULO III

/ Pag. 52

PATRIMONIO EDIFICADO A. La Plaza Libertad B. La Gobernación del Estado Apure. de la Fonseca a la Co mercio. CAPITULO IV

/ Pag. 71

ANCESTRALES BARRIOS DE SAN FERNANDO A. Barrio El Mamón


CAPITULO V

/ Pag. 80

PATRIMONIO NATURAL DESAPARECIDO A. El Cañito CAPITULO VI

/ Pag. 86

PERSONAJE POPULAR A. El Turpial ó El Pájaro Bravo ¿Cuál de estos plumíferos es el ave nacional?


Edición del Ministerio del Poder Popular para la Cultura Diseño de portada:Juan C. Villota Colaboradoras: Julia Rosa Urdaneta Dannely Pérez Los 500 ejemplares de este titulo se imprimieron durante el mes de Febrero de 2011 en el Sistema Nacional de Imprentas-Capítulo Apure San Fernando de Apure/Venezuela



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.