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La pata de Ramos
Era Jueves Lardero, 22 de Febrero de 2001, como marcan esas pequeñas costumbres que imperan dentro de cada Corporación, actos que surgen un año del modo que fuere y al ser del agrado de todos con el transcurso del tiempo pasan a formar parte de la tradición particular del colectivo. Ese día nos disponíamos a colocar las patas de la Vieja Cuaresmera, acto que suele llevar a cabo un hermano señalado el año anterior por cualquier despiste que protagonizó, pero este año solo estábamos 10 hermanos en el Cuartel, dado lo avanzado de la hora, y se nos ocurrió que entre siete cada uno colocara una de las patas. Por casualidad a mi me correspondió la pata de Ramos, por lo tanto sería el último en acomodar aquel trozo de madera y en consecuencia quien le otorgara su imagen completa a nuestra Vieja, imagen que sólo disfrutará dos días al año. Lo que en un principio parece ser un acto cualquiera, que hay que cumplir simplemente para cubrir el expediente, gracias a la elocuencia de unos, y la simpatía y gracia de otros, tenía que improvisar y hacer referencia a lo que en la mano tenía y a lo que esa pata significa en nuestro Cuartel.
De repente se me vino a la cabeza que esa pata tan significativa, durante los 16 años anteriores habían tenido el honor de “bajarla” el o los hermanos pregoneros de nuestra Corporación. Pero este año es especial, este año toda la Corporación es el pregonero de la Semana Santa de Puente Genil, por lo tanto tambien es muy especial esa pata. En nuestras manos ha recaído por un lado el alto honor de ser quienes pregonen nuestra Semana Mayor, y por otro la elevada responsabilidad de hacerlo lo mas digno posible, aunque seguramente no alcancemos las cotas que Puente Genil y su Semana Santa son merecedoras. Inmersos en el XXV aniversario, y con una serie de actos programados, hemos de reconocer que éste encierra una dosis de elementos que lo eleva por encima del resto. En mi modesta opinión se trata del acto cultural, público y con una periodicidad anual, más importante de todos los que se desarrollan en nuestro pueblo. Esto unido a una historia protagonizada por nuestros antecesores en la labor, los cuales con su maestría a veces lo elevaron a la categoría de obra de arte, nos va a suponer un tremendo compromiso ante nuestro pueblo. Responsabilidad que asumimos con todo el coraje que nuestros corazones aglutinan y la experiencia que nos conceden esos 16 años de Pregones de Corporación. Los hermanos de “El Pez” tenemos la ingente tarea de pregonar la Semana Santa este año, seremos portavoces de un sentimiento común de todo un pueblo. Un numero reducido de ellos se erigirán como portavoces del resto, con sus palabras tratarán de transmitir las sensaciones de todos nosotros: todos los componentes de la Corporación; de todos nosotros: todos los pontanos; y aunque se escuche la poesía, la prosa, o el canto de alguno de ellos, estamos seguros que será un solo corazón el que esté pregonando al Universo las valores de nuestra Semana Santa. Cuando llegue el 8 de Abril, el Domingo de Ramos, y nos dispongamos a bajar esa pata que el Jueves Lardero, no sin cierta emoción yo coloqué a la Vieja, estaremos satisfechos por la labor desempeñada y con la conciencia tranquila, sabedores de que no hemos defraudado a la Agrupación de Cofradías cuando nos concedieron tan elevado honor; de que no hemos desilusionado a todo un pueblo al ocupar este puesto; y sobre todo de que no nos hemos decepcionado a nosotros mismos por no haber aportado todo lo que nosotros llevamos dentro, porque aquí nos vaciaremos hermanos.
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A.Ortiz Gama (24/02/01)
Mi Saetero
Ordenando viejos papeles, me encontré las fotografías de aquellos chavales que el año 1985, votaron y aceptaron, el 5 de mayo, la Carta de nuestro entrañable Hermano Rafa.
¡Acertamos de pleno Hermanos!, ¡Acertamos!. Pues hemos podido disfrutar de ese amigo ante todo, disfrutar de ese hombre, de esa eterna mano tendida para poder agarrarnos en nuestros problemas. ¡Acertamos de pleno Hermanos!, ¡Acertamos!.
Por haber podido disfrutar de su sonrisa amplia y sincera, de su entrega desmedida de su compañía, de su voz transformada en súplica a su Humilde Nazareno, de su saeta, “quejío” desbordante de alegría y sentimiento. ¿Acertamos?, dime Señor de Humildad y Paciencia, TU que lo has tenido a tu vera durante tantas horas, durante tantos momentos de trabajo y entrega, dime TU Humilde, qué sientes al tenerlo junto a tu diestra, el verlo cada momento.
Señor, Señor de Humildad y Paciencia, deja que Rafa cuide tu espalda Divina, deja que te ponga cada mañana claveles rojos en tus heridas, y que cada Miércoles Santo, cuando abran las puertas, oigamos esos versos cantando su presencia.
Encontré también aquellos versos que se le entregaron en el Almuerzo del Jueves Santo de 1998, titulados: Al hermano saetero “Una saeta, una oración”, los cuales decían así:
“..…......................................
Háblame saetero cantando que quiero escuchar tu verso, dile a Jesús entonando que siempre lo vea yo andando sobre ese monte de brezo. Que aquí no faltará un verso ni una bonita saeta, que siempre escuchará un rezo y habrá un corazón preso en sus ojos de mirada quieta. ..….............…………………”
Podemos recordar aquellas hermosas palabras del Pregón de “El Pez” del año 1990, en el cual Rafa Fresno junto a Paco Jiménez, nos hicieron vivir momentos llenos de Humildad, concretamente en “De un picorucho del Pez al Humilde”, las cuales decían:
“……..En la puerta de la Iglesia me sobrecoge un escalofrío cuando abren las puertas y veo salir el paso, es un momento mágico en el que casi no se sienten los empujones de la gente que se agolpa a la puerta…….Por estas calles el Pez camina sin formación, sin velas encendidas; pero aso sí, apiñados alrededor de nuestro Humilde. Esos momentos, tal vez, son más importantes que los anteriores, en los cuales la soledad del caminar es más gratificante para nuestros interiores ya que nos permiten caminar con ÉL como verdaderos amigos dando un paseo por la calle……”
A continuación una de las Saetas que más le gustaba cantar, de su puño y letra, para que quede grabada en nuestra memoria, si aún no lo
está..
Hasta siempre Rafa. Emilio Manuel.