1 minute read

Ningún viaje tuvo tanto significado

Eran aproximadamente las 9 de la noche cuando decidimos parar un momento en un bar de carretera para comer algo; la verdad es que apetito no se tenía, pero un pequeño tentempié no nos vendría nada mal, porque aún nos restaban algunas horas de aquella larga y triste jornada; cuando alguien dijo: “no hemos hecho nada en realidad, pero teníamos que venir”, pocas verdades tan ciertas como esa podía escuchar aquel día.

Desde que la trágica noticia nos abordó, no dudamos ningún momento de cual sería el destino, esa tarde, para todos aquellos hermanos de El Pez que tuvieran la mínima posibilidad de desplazarse, ese destino era Granada.

Advertisement

La ciudad Nazarí, que siempre la he visitado por motivos festivos, familiares, de estudios, o simplemente para disfrutar de su belleza. Pero aquel 12 de diciembre la ciudad no es bella ni alegre, sino todo lo contrario; triste, aterradora, gris y fría, muy fría. Ese frío que de nosotros se adueñó en aquel sombrío centro forense, no llegaba a ser comparable con la gélida sensación en la que nuestros corazones habían quedado.

Nosotros quisimos estar allí, junto a ti, Rafa, y acompañarte en tu último viaje de vuelta a casa, a tu tierra, a tu pueblo; ofreciéndote la escolta más sincera que un amigo y un hermano puede ofrecer. Ese viaje lo hicimos juntos, y creo que no nos hubieses perdonado la falta de asistencia.

Por eso vuelvo a repetir, que entre las cosas importantes que un hombre hace en la vida, para nosotros, sin lugar a dudas, una de ellas fue acompañarte aquel día. Hasta siempre Rafa .

A. Ortiz Gama

This article is from: