Entre marchas y manchas Emergencia de las juventudes en el Perú
José Luis Cabrera1
H
istóricamente en el Perú, las relaciones entre el Estado y nuestras juventudes han sido casi siempre tensas y conflictivas. Las actitudes que asumieron las diferentes instituciones públicas frente a los jóvenes fueron
alimentadas por posiciones intransigentes que revelaron una serie de prejuicios y estereotipos sociales que perduran hasta hoy. Dichas actitudes se han sustentado en concepciones que transitan desde los enfoques punitivos y de control social apoyados en la idea de que los jóvenes deben ser reprimidos y/o controlados-; orientaciones paternalistas de corte asistencial -que presentan a los jóvenes como víctimas
a
las
que
debemos
asistir-
y,
perspectivas
clientelares
-que
instrumentalizan la participación juvenil-. Estos enfoques condujeron al Estado a establecer políticas infructuosas y fragmentarias que han configurado una débil y confusa institucionalidad en materia de juventud. (Montoya, 2001).
En efecto, a lo largo de la historia reciente del país no ha existido una política institucional sostenida y programática que se exprese en planes, programas y proyectos de juventud coherentemente articulados en diferentes escenarios (nacional, regional, local), sectores (salud, educación, justicia, etc) y actores (Estado, empresa, sociedad civil). En su lugar, hemos tenido solo programas sectoriales, esfuerzos institucionales aislados, proyectos ocasionales que no significaron mayores oportunidades para nuestros jóvenes2. 1
Psicólogo social por la Universidad de San Marcos, con estudios de maestría en Sociología por la misma universidad. Diplomado en Investigación de Juventudes por la Universidad Nacional Autónoma de México. Socio fundador del Instituto Psicología y Desarrollo – IPSIDE y de AMANCAES Consultores. Docente de la Universidad Científica del Sur, la Universidad Ricardo Palma y asesor en juventudes de la Asociación Atocongo, Lima. joscabrera3@gmail.com 2 Uno de los programas estatales más publicitados de la primera década del siglo ha sido el PROJOVEN. Se trata de un programa sectorial del Ministerio de Trabajo. Desde algunos gobiernos locales, se ensayaron diferentes modelos de gestión, como las mesas de juventud, los comités técnicos de juventud o los programas municipales de juventud. La Municipalidad de Lima montó, a inicios de década, el PROMEj que