FRACTURA DE PISO DE ORBITA UNILATERAL AISLADO, CARACTERISTICAS Y MANEJO QUIRURGICO. UN CASO CLINICO
Por. Dr. José Roberto Moreno Hernández. JVPO 1188 Docente Universitario III, FOUES Doctor en Cirugía Dental Cirujano Oral y Maxilofacial Licenciado en Anestesiología e Inhaloterapia Diplomado de Educación y Docencia Superior en Salud Diplomado de Gestión Ciencia, Tecnología e Innovación
CAUSAS INTRODUCCION El tercio medio facial considerado como el parachoques de la cara, reposa en una serie de huesos del macizo facial, cuya característica es ser estructuras óseas; con senos paranasales o cartílago en su parte media, define muchas de los rasgos faciales en los individuos. Al ser estructuras óseas no solidas están propensa a no soportar impactos que superen su nivel de tolerancia, entre ellos podemos mencionar el hueso maxilar superior, hueso etmoidal, el hueso esfenoides y el hueso frontal, todos con sus respectivas cavidades denominadas senos paranasales con los mismos homónimos de los huesos, ellos en su conjunto cumplen funciones extrínsecas e intrínsecas. Entre las funciones extrínsecas: Función de estética facial, Protección térmica, cavidades de resonancia, función protectora de los diversos órganos sensoriales frente a traumatismos cráneo-faciales. Funciones intrínsecas: Existencia de un drenaje, función ventilatoria y existencia de variaciones de presión de los diversos gases existentes dentro de los senos. Estas cavidades influyen en la respiración, el olfato, la fonación, y el calentamiento del aire.
Cuando se produce un trauma directo a este tercio, sus causas pueden ser diversas pero las más frecuentes son: accidente de tráfico, accidentes domésticos, agresiones (Riñas, asaltos, peleas, maltrato) caídas casuales, accidentes de tipo laboral y deportivoAl producirse una lesión del tercio medio por alguna de las causas descritas; esta puede ser unilateral o bilateral, con pérdida de conciencia o sin ello, salida de líquidos (sanguinolento, líquido cefalorraquídeo o secreciones purulentas) por fosas nasales o por los conductos auditivos externos, o lesión directa a las estructuras oculares o los tejidos adyacentes a los mismos. CLASIFICACIÓN Existen diferentes clasificaciones de las fracturas cigomáticas. En 1961, Knight y North las clasificaron según el grado de desplazamiento basado en una radiografía de Waters. En 1990, Manson et al propusieron una clasificación basada en el grado de segmentación y desplazamiento del malar según la TC y en la relación con la magnitud de energía necesaria para producir la fractura. Así, clasifican las fracturas en tres tipos: • Fracturas de baja energía, que presentan poco o ningún desplazamiento.