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La Cruz Desnuda de Jerusalén

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El Descendido

El Descendido

Ya todo ha terminado. Sobre la cruz desnuda, el viento mece, el sudario blanco que envolvió su cuerpo. La soledad ocupa las laderas del Gólgota y muestra sin pudor, los elementos del martirio: el hisopo, la esponja, la lanza, la humilde calavera que habla de la muerte… Treinta banceros te llevan en volandas por las calles de Cuenca, que se asoma tímida, para ver pasar tu hermosa desnudez como testigo fiel de la tragedia. Ya todo ha terminado, y al pasar junto a mi, altiva, celestial, majestuosa este viernes de pasión atormentado, mi corazón late en silencio mientras te alejas en brazos de la noche luciendo al viento tu sudario blanco…

Carlos Solano Oropesa

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