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El Huerto de Jueves Santo
Velad y orad siquiera un momento, no demora el sufrimiento. Hijo del hombre en desasosiego certera es la emoción: agónica angustia y oración.
Pase de mí este cáliz si hombre solo soy. Hijo del hombre en suerte presagio de muerte.
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Cáliz de sangre duda despierta, sentimiento y pavor. Mas es tu vocación no poner condición.
Angustia y sufrimiento, sufrimiento del hombre sentimiento atroz recibe nombre: Cáliz de pasión al corazón del hijo pobre, pánico furtivo, sentimiento fugitivo, angustia del rostro desesperado... Nada te conforta ni el ángel a tu lado, joven de pelo largo que en mano diestra porta el cáliz amargo.
Ángel alado no logra serenar el rostro desesperado del condenado. No hay consuelo para el que está a su lado, distante su mirada cáliz alzado.
Sudor y sangre se han derramado con mirada ausente en un rostro amado. Porta tu pecho tu relicario, tu medallón testigo del arrepentido que dejó legado. Huerto de los olivos, tu Getsemaní más cierto.
Cáliz de pasión es negro presagio de acontecimiento.
Discípulos preferidos, ¡levantaos! ya llega el que me entrega. A quien tendí la mano la codicia ciega.
Horda sorda, burda horda, hedor de hombres sin nombre, muchedumbre insomne ya llega y el silencio cómplice lo esconde.
Gremio de hortelanos prestará sus manos de hermanos. Morada túnica, granate capuz coronando, nazarenos andando. Envuelven los cordones que ciñen sus flancos madroños amarillos que lucen colgando. a ritmo de iniestenses suenan sus banzos. Tras el guión de Blancas suben nazarenos lucen sus rosarios como espada al cinto cubren con capuces cual si fueran yelmos y son sus tulipas como lanzas cientos
Puerta de Valencia vista al huerto... mano en el corazón embarga la emoción. Puerta de Valencia, tomas conciencia que orando en el huerto todo es incierto.
Alma en vilo... vela, despierta y grita que luego...resucita.
José Manuel Martínez Real