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La Santa Cena
Nazarenos, ¡mirad!, a Cristo flanqueado por el amor a un lado, y al otro la ansiedad, con Pedro a su derecha, y Juan embelesado, siente el alma el anhelo, se acuna en la piedad.
Dos Santiagos, Mateo, y Simón y dos Judas, apóstoles amados; a Felipe hallarás observando la cara de Tomás y sus dudas, Bartolomé y Andrés, los doce encontrarás.
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Premonición del fin, la reunión postrera se columpia en los banzos, en hombros transportada, los agudos capuces, de blancura señera, agitan en el cielo, su luz humanizada.
En esta eucaristía, primera de la historia, cuerpo y sangre de Cristo, el mejor alimento compartido por todos, invoca la memoria, de tradición austera y de frugal sustento.
Desde la Catedral, donde aguardan pacientes, en el triforio puestos sus ojos bien abiertos, descansan del dolor, sueñan y están ausentes, disfrutan la quietud escuchando despiertos.
Inmaculada Rubio