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A San Juan, el Bautista
A punto de cruzar el puente viejo y dejando ese Huécar ahí presente hay un San Juan que allí me espera que me llama, que me mira y que me siente.
Es el Perdón, en su camino, cuando pide que se oiga ese toque de llamada en trino dado y que clame el serpentín de sus hermanos angustiados bajo un blanco de capuz atulipado.
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¡San Juan¡ ¡San Juan¡ qué buena hechura, hizo ese Marco, imaginero, sin descanso.
¡San Juan¡ ¡San Juan¡ entona el himno que hilvanase ese Cabañas, en solfa y canto.
¡Es el Bautista, es el Bautista¡, dicen las voces. Desde el Jordán al río Huécar y allá en el Júcar, su puerta en alto.
¡Bello jardín¡ donde hacen con flor su hermoso manto.
La gubia escribió un bello cuerpo y el dedo arriba invocó su suerte.
El Salvador nos cubre, la luna llama y es el Martes Santo cuando te advierte.
¡San Juan, mi San Juan¡ nazareno eterno estando ausente.
¡San Juan, mi San Juan¡ devoto fiel porque sigo siendo, fiel creyente.
Miguel Romero Saiz