iento y luz
a. se para mañan r a d r a u g e d e u La vida no p l presente. e n e e r p m ie s sucede Rubem Alvez
Boletín de las Iglesias Evangélicas Valdenses del Presbiterio Sur Argentino Año IV - Nº 42 - noviembre de 2014
Hija, has sido sanada porque creíste. Vete tranquila
PEQUEÑAS HISTORIAS
Misión
UN DIOS PEQUEÑITO
Nos han enseñado que Dios es Todopoderoso. De ahí, algunos se han empeñado en colocarlo arriba, en introducirlo en grandilocuentes arquitecturas, en bendecir el poder para podérselo imponer a todos. Sin embargo, cada vez estoy más convencido de que Dios es pequeñito, tan pequeñito que no lo vemos. De hecho, la pequeñez es una de las condiciones para adentrarnos en el Reino de los Cielos. O te haces pequeñito o no entras. O te bajas del trono o acabarás cayéndote al abismo. Nos aferramos a lo monumental sin darnos cuenta de que dichas dimensiones nos impiden abrazarlo. Nos asusta el tamaño del grano de Muchos salieron de los pueblos para ver a Jesús, mostaza y sembramos semillas de manera que se reunió mucha gente. acorazadas de hormigón insensibles a la Entonces les contó esta parábola: «Un sembrador salió vida que trascurre de lunes a lunes. Nos resistimos a entender lo que significa a sembrar su semilla. Y al sembrar, una parte de la semilla cayó en el camino, y fue pisoteada, y las aves se que Jesús naciera en una cuadra. Por favor, quienes deseen el espectáculo la comieron. Otra parte cayó entre las piedras; y gran poder que acudan a los cuando esa semilla brotó, se secó por falta de humedad. del múltiples Hollywoods pero que dejen Otra parte de la semilla cayó entre espinos; y al nacer de profanar la profundidad de las juntamente, los espinos la ahogaron. Pero otra parte bienaventuranzas. Dios nos sigue cayó en buena tierra; y creció, y dio una buena cosecha, maravillando y sorprendiendo por su anonimato, por su silencio, por su hasta de cien granos por semilla.» pobreza, por su pequeñez. Esto dijo Jesús, y añadió con voz muy fuerte: Siro López «¡Los que tienen oídos, oigan!» Tomado del boletín Eclesalia
ser portadores de la Buena Noticia
Lucas 8:4-8