INTROVERSION Nº48 Septiembre 2016

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Sección del aparato locomotor. Fuente: Sociedad Española de Reumatología

Síntomas y diagnóstico El dolor es el síntoma más frecuente en el curso de una enfermedad reumatológica. Puede ser pasajero o aparecer ante movimientos determinados, pero también fijo y persistente, siendo muy invalidante y afectando la vida diaria de quien la sufre y también el sueño. En muchos casos el dolor va asociado a sensación de rigidez o entumecimiento, que puede mejorar con el movimiento. Las enfermedades reumáticas también producen otras molestias localizadas, en cuello, región lumbar, piernas, etc, o generalizadas, como si estuviera implicado todo el organismo. La hinchazón o tumefacción de las articulaciones, como consecuencia del líquido sinovial dentro de la cavidad articular, es otro signo de enfermedad reumática, que también puede provocar pérdida del apetito, pérdida de peso, de fuerza, debilidad, cansancio, fiebre o alteraciones en otros órganos. El diagnóstico “se basa en el interrogatorio y examen físico cuidadosos”, comentan en la SER. “En ocasiones, unos análisis pueden servir de ayuda para confirmar una enfermedad o para realizar el seguimiento, pero no hay pruebas reumáticas, sino pruebas de laboratorio que ayudan a confirmar o a descartar alguna enfermedad del aparato locomotor”, aclaran. Y advierten: “A menudo el paciente tiene una excesiva fe en las pruebas de laboratorio, ignorando que la clave está en los conocimientos del médico que le atiende y no en los resultados de un análisis o de cualquier otra prueba diagnóstica. Las radiografías, la resonancia y demás técnicas son útiles en algunos casos, si bien en la mayoría de las veces no son necesarias o añaden poco al diagnóstico ya realizado antes de pedirlas”.

Población afectada La Sociedad Española de Reumatología calcula que en España, aproximadamente, diez millones de personas (22,6% de la población) padece alguna enfermedad reumática, “lo que las convierte en las patologías crónicas más prevalentes en nuestro país”, opina. La incidencia media es de dos mujeres por cada hombre, aunque si se habla de osteoporosis la proporción aumenta a diez mujeres por cada hombre. “Existen enfermedades reumáticas que son más frecuentes en mujeres, como la artritis reumatoide, la osteoporosis y la fibromialgia. En cambio, en los hombres son más frecuentes la espondiloartritis, forma de artritis que anquilosa sobre todo la columna vertebral, o la gota”, comenta el Dr. Graell. Siempre con datos de la SER, las enfermedades reumáticas causan entre el 10 y el 15% de las consultas de atención primaria y el 10% de urgencias hospitalarias. Entre el 17 y el 19% de las incapacidades laborales están provocadas por afecciones de las enfermedades reumáticas.

Tratamiento Para el Dr. Graell, “es importante aplicar un tratamiento específico para cada proceso reumático, adaptándolo al diagnóstico que aporta el especialista”, e informa sobre dos abordajes que considera más innovadores: “la aplicación de factores de crecimiento y la ozonoterapia”. Sobre la técnica de aplicar factores de crecimiento, muy indicada inicialmente en la medicina deportiva y que actualmente se está empleando en el tratamiento de procesos degenerativos,

sobre todo en la artrosis, en tendinitis de hombro u otras localizaciones, el doctor explica: “Por primera vez estamos en vías de poder cambiar el proceso evolutivo de la artrosis y en muchos casos evitar la cirugía”. El doctor también informa que las últimas aplicaciones de esta técnica se dirigen a los problemas crónicos de la columna. Respecto a la ozonoterapia, la técnica consiste en aplicar subcutánea, intrarticular, etc, una determinada concentración de ozono, que está demostrando ser un buen tratamiento coadyuvante en múltiples enfermedades reumáticas, especialmente en la fibromialgia, la artritis reumatoide y los dolores de espalda, pues aminora el dolor, el cansancio y permite dormir mejor, entre otras ventajas. Además, el Dr. Jaume Graell recomienda realizar ejercicio físico adecuado en cada caso, sin ser excesivo; mantener posiciones posturales adecuadas, tener una alimentación equilibrada y sana y evitar el estrés en la medida que sea posible. v

¿Traumatólogo o reumatólogo? Tal y como informa la Sociedad Española de Reumatología (SER), la reumatología es una especialidad relativamente joven. Hasta el siglo XX no se empezaron a definir y diferenciar las distintas enfermedades reumáticas, y hasta 1940 no se introdujo el término “reumatólogo” como el especialista de estas enfermedades. De forma generalizada hay confusión sobre a qué médico asistir en caso de dolor articular, y normalmente se acude antes a un traumatólogo que a un reumatólogo. Sin embargo, “al igual que la cardiología se ocupa de las enfermedades cardíacas y el cirujano cardiovascular de la cirugía, el reumatólogo es el médico del aparato locomotor y el traumatólogo es el cirujano del aparato locomotor”, comentan desde la SER. Los cirujanos ortopédicos y traumatólogos operan articulaciones, colocan prótesis, tratan fracturas, esguinces y otras lesiones traumáticas, estando muy orientados hacia el tratamiento quirúrgico. Sin embargo, la cirugía es innecesaria para la mayoría de las enfermedades del aparato locomotor. “El reumatólogo, en cambio, es el médico especialmente preparado para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades reumáticas. Para diagnosticar y tratar un dolor de cabeza nadie consultaría en primer lugar con un cirujano del sistema nervioso –el neurocirujano-, sino que buscaría la ayuda del neurólogo, especialista médico del sistema nervioso. De la misma forma, ante la sospecha de una dolencia o enfermedad reumática o del aparato locomotor debemos acudir en primer lugar al reumatólogo”, aconseja la SER. Fuente: Campaña “Tus huesos, tu segunda piel” 53


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