El 6 de enero se instauró como Día de la Enfermera y el Enfermero, lo anterior por considerarlos un regalo de los Reyes Magos para los pacientes.
Otra versión señala que en esa fecha, pero de 1938, se llevó a cabo la primera Convención Nacional de Enfermeras, en la cual se propuso festejar cada 6 de enero a los profesionales de este campo, a diferencia de otros países del mundo, en los que se conmemora el 12 de mayo. Notoriedad histórica La importancia de la labor de médicos y enfermeras ha obtenido especial relevancia durante las épocas de conflictos bélicos, dada la alta demanda de sus servicios en el cuidado y atención de los heridos. En México, el siglo XIX se sitúa como uno de los periodos en los que ambas profesiones fueron altamente demandadas debido a las diferentes guerras que se suscitaron en territorio nacional, desde el movimiento de Independencia hasta las intervenciones estadounidense y francesa. Sor Micaela Ayans, una de las primeras enfermeras en recibir notoriedad nacional, convirtió su convento en un hospital durante la invasión estadounidense para cuidar a los heridos junto con otras religiosas. Más tarde, junto con el Licenciado José Urbano Fonseca, consiguió que se fundara el Hospital de San Pablo, el 23 de agosto de 1845, en el que las Hermanas de la Caridad trabajaban como enfermeras. A principios del siglo XX, Refugio Estévez Reyes, la primera enfermera militar, cuidó a los heridos de diversos conflictos y nombró a su equipo como “Los Ángeles”, quienes posteriormente dirigieron las escuelas de enfermería de todo el país. La más importante perteneció a la Cruz Roja Mexicana, fundada en 1922 y en donde se formaron las enfermeras asignadas a los hospitales de la Secretaría de Salubridad y Asistencia (SSA). enero-febrero
11