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Nueva Zelanda: prohiben exportaciones de animales vivos por mar

En 2022, las exportaciones neozelandesas de bovinos vivos alcanzaron un récord, motorizadas apor la demanda de China. Sumaron casi 138 mil cabezas; en su mayor parte vacas y vaquillonas lecheras con destino al mercado chino.

Para el año 2023, se espera que se reduzcan a menos de la mitad, a raíz de que a partir del próximo mes de mayo las exportaciones de animales vivos por vía marítima estarán prohibidas. El comercio de animales vivos ha sido crecientemente cuestionado. Largas distancias, exposición a altas temperaturas, escaso espacio e infraestructura deficiente de los vapores, falta de cuidado sanitario e higiénico, exposición a tormentas, deficiente manejo y escasez de alimento y agua, suman una larga lista de factores de riesgo sobre el bienestar animal señalado por sus críticos.

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En el caso particular de Nueva Zelanda, en 2019 se lanzó una consulta destinada a evaluar con mayor detenimiento este flujo, a raíz de algunos episodios que afectaban su reputación como un productor respetuoso del cuidado de los animales.

Durante muchos años hubo un importante flujo de ovinos hacia los países de Medio Oriente, hasta que en 2003 el rechazo de un cargamento dejó a la deriva durante dos meses a seis mil lanares, que finalmente murieron a bordo, un hecho que tuvo amplia repercusión y que llevó directamente a prohibir la exportación de ovinos en pie para faena, resolución que en 2007 se amplió a otras especies.

No obstante, se mantuvo un activo comercio para reproducción y cría, lo que aun tomando recaudos implicaba riesgos, habida cuenta de que la ubicación geográfica del país imponía largas distancias para abastecer a sus compradores, sometiendo a los animales a condiciones que podían comprometer su salud y su vida.

La opinión pública -motorizada por grupos proteccionistas y algunos sectores políticos- comenzó a apoyar iniciativas para que se abolieran totalmente las exportaciones de animales vivos, lo que se agudizó ante nuevos episodios. El más resaltable ocurrió en 2020: el hundimiento en la costa de Japón de un barco que trasladaba 6 mil bovinos hacia China, un accidente en que fallecieron 41 personas de su tripulación.

Por otro lado, las autoridades toma- ron en consideración el escaso peso económico de este comercio, mientras que -paralelamente- era importante garantizar el cumplimiento de las normativas de bienestar animal del Reino Unido y la Unión Europea, en el marco de los acuerdos de libre comercio que se estaban negociando en ese momento.

Con el aval del Comité Nacional Asesor en Bienestar Animal y el apoyo político del partido gobernante, en abril de 2021 se anunció que se prohibiría el comercio de animales vivos por mar, otorgando un plazo de adecuación de dos años para que aquellos directamente involucrados readecuaran sus negocios. La prohibición se formalizó en una ley y se pondrá en vigencia el próximo 1° de mayo.

Por el momento, Nueva Zelanda es el único proveedor importante que ha tomado una resolución tan radical en la materia. Australia, otro importante exportador de animales vivos, también ha enfrentado la resistencia de la opinión pública y se ha comprometido a desmontar totalmente este comercio hacia 2025, aunque por el momento ha dado pocas señales de que ello se pondrá en práctica.

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