I NEED TO SAY THIS
R O P , R O V FA A H C U ESC Una historia de amor virtual, basada en hechos de la vida real.
Sobre Rafael
I NEED TO SAY THIS | POR FAVOR, ESCUCHA
No acabó ahí. Ojalá hubiera sido ese el final de todo esto, pero no. Hicimos un trato en el que acordamos seguir viéndonos y seguir hablando como amigos, aunque no tan seguido como antes. Porque la vida se trata de disfrutar cada día como si el mañana nunca fuera a llegar, ¿no? Y mientras tanto, él seguía aquí. Como “amigos”, claro. Amigos de esos que se besan siempre. Amigos… Parecía lo más sensato en ese momento, pero no sabía cuánto me terminaría costando aceptar el trato que volvió todo esto un juego en el que mientras más sentía que lo ganaba, más me perdía. Rafael prometió aguantarme en el carrusel de emociones que sabía que sentiría viviendo esto. Él siempre supo que para mí no sería fácil, solo que nunca se imaginó qué tan difícil se me haría. Un día quería simplemente vivir el día y al otro me estancaba en el pasado en el que pensé que habría un mañana. Aun cuando estábamos bien, no lo estaba. Juro que es una de las cosas más difíciles en la vida. Abrazarlo sabiendo que tendría que dejarlo ir. ¿Cuándo? Eso fue lo que me terminó matando. No había un “cuando…”, solo sabía que se iría. Podía ser en un año como podía ser en tres días. Y en eso de vivir el día a día, pasaron dos meses. Mis dramas de pre-pérdida lo tenían ofuscado, irritado tal vez, desilusionado. Y yo estaba más que decepcionada. Nunca me ha interesado la idea de ser juguete de nadie, y así empezaba a sentirme aunque no fuera su intención. Entre sus cinco trabajos y su jefe, él nunca tenía tiempo para verme al menos que fuera para unos cuantos besos rápidos en el balcón de su casa.
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El resto del tiempo me sentía tan sola como lo estaba ya; a veces incluso en sus labios podía saborear ese aire de soledad que parecía ser el único que respiraba yo. Luego de una larga conversación llegamos a la conclusión de que era lo mejor… dejar esto, digo, que solo nos terminaríamos haciendo más daño… Y fue así como acabó. Con unos 50 mensajes en whatsapp y una nota de voz con aires de nostalgia. Él sabía de la página, me encontró un día (no pregunten cómo), y aunque no me seguía me leía a veces –lo sabía, no porque él lo admitiera, sino porque a veces me hacía comentarios de situaciones similares a las que había escrito. Decidí dedicarle un espacio allí. Una publicación a corazón abierto donde le pudiera dar las gracias por todo… y le escribí: "Sí. Nos merecíamos mucho más que esto. Más tiempo, más espacio para estar juntos, más risas, más peleas, más momentos. Nos merecíamos más recuerdos que pudiéramos extrañar ahora. Nos merecíamos lágrimas más profundas con las que llorar. Nos merecíamos circunstancias mejores y no ser solo una frase entre líneas. Nos merecíamos todo lo que no tuvimos tiempo de soñar. Fue todo tan fugaz que parece un recuerdo borroso de una noche de tragos, pero fuiste la mejor decisión que tomé en plena luz del día. Y puede que sí, que te haya encontrado en el lugar menos indicado. Pero también es cierto que fuiste la coincidencia más bonita de todas. De corazón, espero que todo lo que merecimos en esta vida, lo seamos en otra. -sé que no es este el poema que nos toca."
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Fue mi manera, la única que encontré, de darle las gracias por todo lo que no pudo ser. ¿Sabes qué fue lo peor? Él solo me dijo: “gracias”. Ah, y que seré “una gran escritora”. “Gran mierda” –pensé. Si tienen que romperme el corazón para que pueda escribir así de bien, prefiero no hacerlo. No le respondí, total, ya le había dicho demasiado, y nada que yo pudiera decir cambiaría algo, solo me haría sentir peor. Tres días después, en pleno viernes, me reuní con mi tía a hablar un poco de la vida. Entre un tema y otro, salió a relucir él: Rafael. Mi tía me dijo todo lo que yo ya sabía pero que no me atrevía ni a decirme a mí misma. Me dijo todas las cosas que yo había preferido ignorar durante todo este tiempo. Así como yo busco excusas para aferrarme a él, él ha estado buscando excusas para alejarse de mí. ¿Qué tan difícil es entender eso? Es que saberlo es fácil, de hecho. Todos en el fondo sabemos siempre la verdad; pero aceptarla… eso ya es otra historia. “Ámate más” –me dijo“Sé para ti misma todo lo que esperabas que fuera él. Es más, regálate algo… ¿qué quieres?”. “Una rosa” –le dije sin pensarlo. “Entonces ve y cómprate una. Una rosa de ti para ti, porque sí; porque tú te mereces” –dijo. “Yo me merezco” –pensé. Parece una oración tan lógica, tan simple, tan básica… pero, nunca antes lo había pensado. Respiré profundo y me repetí en la mente: “Yo me merezco”.
2U
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Apareciste tú. Justo después de que mi vida se había vuelto un completo caos. Justo cuando había decidido intentar dejar la costumbre y a él. Justo cuando había empezado a tardar más tiempo mirando, conversando y conociendo, a esa persona que me espera cada día en el espejo –en cualquier horario y de manera ininterrumpida… justo cuando decidí dejar de tocar la herida; apareciste tú. Apareciste literalmente de la nada y lo cambiaste absolutamente todo. Yo nunca he generalizado. Nunca he culpado a una raza por los errores de unos cuantos. Sé que aunque las noticias muestren lo contrario, no todos los sacerdotes son pederastas. Que aunque suene difícil de creer no todos los políticos son corruptos. No todas las personas rubias de ojos claros son lindas, aunque sean quienes llenen las páginas de todas las revistas. Y no, no todos los hombres son igual de perros; definitivamente algunos lo son más que otros, hahaha, solo bromeo. El punto es que nunca he pensado que todos los hombres son malos, de hecho, he conocido a bastantes hombres que de verdad valen la pena. A pesar de eso, últimamente había estado perdiendo un poco la esperanza, no solo en los hombres, en la humanidad; y sé que muchas de las personas que me siguen en la página también. Ese día sonreí por mí y por todos. Porque fueron más de 50 los que me escribieron en ese instante diciéndome que no podían creer lo que estaba pasando o que estaban muy felices de que por fin la vida me recompensara por todo.
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Yo realmente no entendía a qué se referían con “por todo”, porque se de muchos que han pasado por cosas mucho más difíciles y complejas, de las que he pasado yo. Porque la verdad es que yo no he pasado nada. Mis padres siguen felizmente casados después de 27 años, me llevo bien con mis hermanos, me va bien en la universidad. Tengo comida, todos los días, cada vez que quiero. Y aunque últimamente he intentado ahogar mis sentimientos entre una y otra copa, no es nada en comparación a lo que pasan otros. He tenido una vida realmente buena. Mucho mejor ahora. Era algo extraño el sentimiento que causabas en mí. Porque no estaba lista para conocerte, pero quería saber cada vez más y más de ti. Need: ¿Cuándo terminaste tu última relación? Am: El 26 de Enero. Need: ¿Puedo saber por qué? Am: La lastimé mucho... no debí, pero hice lo que hice por miedo a perderla. Nunca he sido celoso pero con ella me pasé. Un millón de cosas vinieron a mi mente en ese momento: ¿La habrás golpeado? ¿Será que habrás abusado de ella? Tal vez eras uno de esos típicos chicos que salen borrachos a las tres de la mañana a asegurarse de que solamente haya chicas en el lugar donde está su novia. Tal vez eras el típico psicópata que llamaba 500 veces para ver si de verdad estaba en su casa. Tal vez eras de los que les decía “No te pongas eso”, “esa falda está muy corta”… tal vez no eres un príncipe azul después de todo.
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Am: Duramos un año y dos meses. Need: ¡Es mucho tiempo! Am: Supongo… ¿Tú por qué terminaste tu última relación? Need: Mi última “relación”, si es que se puede llamar así, la terminé porque él se va a vivir fuera. Mentí. Aunque fui yo quien borró su número, fue por él por quien realmente terminamos todo. Pero eso es algo que las damas nunca queremos admitir; por orgullo, tal vez… o por puro ego. Am: Been there… Pero, ¿están bien? Need: No. Am: Been there, too. Need: ¿Te ha pasado? Am: 4 veces. Need: ¿Y cómo sobrevives a eso? Am: No sé si sobrevives realmente… pero, te acostumbras. Espero que sea cierto. Que con el tiempo pueda acostumbrarme a esto. A fin de cuentas puedo aceptar que duela, solo me conformo con que no duela tanto. Need: Bueno… Am: Cuentas con mucha gente, ¿sabes? Hay mucha gente aquí que haría lo que fuera por ayudarte. Need: No sé por qué…Son tantas las personas que me hablan, que me ayudan, que intentan al menos sacarme una sonrisa, sin tener ni puta idea de quién soy. Es tan lindo ver que aún queda tanta gente buena en el mundo… Am: Es que tú eres genial. Need: ¡Claro que no!
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Am: Nos llegas a todos de una forma que ni te imaginas Need: Gracias, tonto. Am: Boba. De haber estado contigo, me hubiera acostado en tu hombro. Hubiera cerrado los ojos y hubiera respirado muy profundamente hasta sentir que todo estaría realmente bien. Pero tú estabas detrás de otra pantalla, ¡sabrá Dios dónde! Así que debía conformarme con poner mi celular entre mi pecho y mis manos, mirar al techo, sonreír como boba y pensar en ti. Me enviaste el número de tu celular. “no te asustes” –me dijiste- “es mi flota, ni siquiera tiene whatsapp. Pero si un día necesitas algo o si quieres simplemente hablar, no dudes en llamarme.” Sé que pensaste que iba a llamarte en seguida, pero no lo hice. No porque no quisiera, sino porque me puse tan nerviosa que preferí no hacerlo en ese momento. “Lo pensaré” –te escribí. “Suena justo” – respondiste. ¡Qué miedo me das! No creo que nunca llegues a imaginarte cuánto. Miedo por lo que me haces sentir sin ponerme un dedo encima. Miedo por todo lo que quiero hacerte sin saber siquiera como se ve tu cara. Miedo porque si cierro los ojos te siento, y si los abro te siento aún más. Me das miedo porque no desapareces… porque pareces un sueño, pero no lo eres. Am: Solo para que conste, no quiero saber quién eres...
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Estaba tan confundida cuando leí ese mensaje. ¿Por qué harías todo esto si no? O sea, ¿qué? ¿Me hablas en serio? ¿Lo dices en serio? ¡Qué! Am: Por lo menos no ahora. No hasta que estés segura de que tú también quieres conocerme. Ah, ok. Respiré. Un poco. Respiré de nuevo. Se me salió una sonrisa, pero me puse muy nerviosa. Need: Vas a desilusionarte tanto… Am: ¿Por? Need: Yo solo soy una pana con la vida hecha un desastre. Sé que atrae el misterio, pero no hay nada más allá de eso. Am: Tú solo eres una pana con un corazón inmenso. Need: No, solo sé escribir. Am: Si te cuento mi vida… arsh, está vuelta nada. Pero, ¿y? ¿Por eso desilusionaré a los demás? Tú tienes un don que pocos tienen. Escribes de una forma tan pura que es imposible no sentir lo que tú sientes. Le llegas a la gente como pocos. Need: Cuéntame algo de ti. Am: ¿Qué quieres que te diga? Need: No lo sé, solo dime algo que creas que debería saber de ti. Solo quiero conocerte como siento que tú me conoces a mí. Am: Me encantan las hamburguesas, la cerveza, un buen vino. Soy honesto, demasiado diría yo, mis amigos dicen que soy muy inteligente y muy divertido. No le demuestro a todo el mundo cómo me siento y mi cara ayuda a tener una sonrisa aunque me esté muriendo. Soy el paño de lágrimas de mis amigos/as, aunque yo esté hecho una mierda, siempre estoy aquí para escucharlos. Odio las mentiras.
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Por primera vez fuiste un hombre cualquiera. Porque eso hacen todos, siempre. A ver, para que entiendas: Dijiste exactamente todo lo que pensaste que yo querría oír. Me sigues desde hace tiempo así que recuerdas bien que suelo hacer los videos en vivo acompañada de una copa de vino. “Mis amigos dicen que soy muy inteligente…”, porque si eres tú quien lo dice sonaría muy egocéntrico, ¿no? Si no le demuestras a todo el mundo como te sientes, significa que debo sentirme especial porque a mí sí me lo muestras. Y tu único defecto, el único que mencionaste, es que eres demasiado honesto. Está bien, ¿sabes? Es un error que todos cometemos a veces y no importa. No importa porque yo ya te conozco más que eso, incluso más de lo que piensas. Porque más allá de lo que tus palabras puedan decirme, te siento, y desde hace días, también te escucho. Sé que te importa lo material, lo sé porque en todos los videos en vivo que haces muestras tu mac, la pandora que tienes, tus dos celulares o el carro deportivo que piensas comprarte. Tienes muchos problemas, por eso no aguantas mucho sin fumar un cigarrillo, ni siquiera cuando estás grabándote. Eres muy posesivo, lo sé por la forma en que me hablas de tu ex. Tus padres te decepcionaron bastante, por eso es tu abuela la persona a la que más quieres y admiras en el mundo. Observas mucho los detalles, le das a las pequeñas cosas la importancia que tienen. Eres demasiado romántico, es la única razón por la que siempre vuelves donde tu ex, esperando que aunque nada haya cambiado todo sea distinto.
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No, no soy adivina, ¿ok? Es solo que hablaba en serio cuando te dije que iba a escucharte; y escucharte significa, prestarle atención incluso a lo que callas. Después de todo no somos tan diferentes, ¿sabes? Últimamente me he empeñado en ahogar en alcohol mis problemas, me he empezado a preocupar por cómo me veo, por lo que los demás piensan. Soy una de las personas más celosas que conozco… aunque no sé si me conozco todavía. Hace días escuché a mi papá decir que quería irse de la casa, y aunque no se fue, tampoco sé si se quedó realmente; algo en mi casa ya no se siente igual. Soy tan romántica que duele. Si peleo por whatsapp, los hombres suelen pensar que estoy haciendo un drama, cuando la única verdad es que siento todo demasiado y sé escribir… mala combinación. Yo creo que todo el mundo lleva dentro un poco de nosotros… a fin de cuentas todos nos sentimos solos cuando solo estamos simplemente rotos. Solos nunca estamos. Y ahora yo… te tengo a ti.
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