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¿Y LA CRISIS ENERGÉTICA?

Por: Lucero Álvarez

-Arturo Carranza

La primera crisis energética global de la historia de la humanidad, está lejos de haberse superado”.

Se pretende convertir la mayor crisis energética mundial de la historia en una oportunidad de cambio para construir un sistema energético más seguro, resiliente y sostenible, que dé paso a una nueva economía.

Platicamos con Arturo Carranza, especialista en el sector energético.

P. El invierno pasado se "sintió más largo" ante las preocupaciones por la escasez de gas, racionamiento obligatorio en muchos países, parálisis industrial, etc. ¿Al pasar la temporada invernal, se acabó la "crisis energética”?.

R. “La primera crisis energética global de la historia de la humanidad, como la Agencia Internacional de Energía (AIE) ha definido al momento actual que viven los mercados energéticos, está lejos de haberse superado. Con la desaceleración de la economía mundial y los altos precios de la energía, los países intentan descifrar la coyuntura para tomar decisiones que estabilicen los mercados energéticos y que disipen los riesgos de una mayor inflación.

En el mercado petrolero, hoy las decisiones se toman del lado de la oferta. El último recorte anunciado por la OPEP+ tuvo la finalidad de evitar que los precios del petróleo continuaran cayendo. El mercado reaccionó de manera inmediata con un aumento en los precios, que reavivó los temores de un posible impacto sobre la inflación. Esta última, a final de cuentas es hoy la principal preocupación a nivel mundial”.

P. La crisis energética se remonta al inicio de la pandemia de COVID-19, cuando los precios se vieron afectados, las inversiones se frenaron y se redujo la producción. La guerra en Ucrania complicó la situación. ¿Cuáles son los retos y qué hacen los gobiernos al respecto?.

R. “Los gobiernos están tomando medidas de corto, mediano y largo plazo para garantizar el acceso a energía barata. Para ello, trabajan en la diversificación de la matriz energética. Tras la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania, el mundo ha resuelto que la mejor apuesta es contar con una matriz equilibrada, donde las energías convencionales se complementen con energías renovables.

Desde esta visión, existe una conciencia clara con relación a la necesidad de aprovechar la innovación y los avances tecnológicos para incorporar soluciones que contribuyan a garantizar el acceso a energía barata”.

P. La AIE calcula que la Unión Europea gastó el año pasado casi 400 000 millones de euros en compras de gas, casi el triple de la factura de 2021. Se impulsa la "cultura del ahorro de energía". ¿Qué opinas?.

R. “Frente a los momentos de adversidad que estallaron en febrero de 2022, con la guerra entre Rusia y Ucrania, los países europeos enfrentaron una terrible realidad asociada con la alta dependencia hacia los energéticos rusos. Esta dependencia, desde luego, no era ni es la misma para todos los países. Alemania e Italia se colocaron como los más vulnerables, a diferencia de España o Reino Unido, cuya dependencia no era tan alta. Frente a esta situación, los países europeos empezaron a construir una estrategia en bloque para garantizar que los consumidores tuvieran acceso a energía a precios bajos.

Esta estrategia se sustentó en tres pilares: la diversificación de la matriz energética, el incremento de la compra de energéticos en mercados más confiables y el impulso al ahorro de energía. La cultura del ahorro de energía encuentra su materialización inmediata en la eficiencia energética. En este sentido, la AIE ha enfatizado que la eficiencia energética es decisiva en el contexto de la crisis energética global para garantizar la seguridad, sostenibilidad y asequibilidad del suministro de energía”.

P. La AIE resalta que las resacas de la pandemia y los tipos de interés crecientes limitan la acción pública, mientras que otros países vuelven al carbón. ¿Cuál es el escenario de las energías renovables?

R. “La crisis energética global está haciendo que el ritmo al que avanza la transición energética y la descarbonización de las actividades económicas se reduzca. Los eventos internacionales de los últimos años han demostrado que la transición energética no tiene el mismo significado si se deja de lado la seguridad energética. A pesar de los objetivos de descarbonización, en 2022 el uso de combustibles fósiles se incrementó. El carbón, por ejemplo, fue un energético clave para garantizar el acceso de energía en Europa dentro del contexto de sanciones a las exportaciones de gas natural desde Rusia.

En los años inmediatos la participación de los combustibles fósiles en la matriz energética podría permanecer en los términos actuales, sin experimentar decrementos importantes, ante la continuación de conflictos geopolíticos y la irrupción de fenómenos meteorológicos extremos. Esto retrasaría la transición energética y los esfuerzos para lograr las cero emisiones al 2050. Se prevé que la generación de energía solar y eólica retome un mayor impulso, explicado por la competitividad de los precios de estas tecnologías y la necesidad de enfrentar la crisis climática”.

P. ¿Cómo ves la tendencia y ritmo de la transición energética en México?.

R. “La política energética del actual gobierno tiene como prioridad la seguridad energética. Esto ha significado que el crecimiento de las tecnologías renovables en la matriz energética de México se detenga de manera significativa. El viraje en la conducción del sector energético nacional no debe entenderse como una renuncia total al uso de tecnologías renovables para electrificar los sectores de consumo final. Enmarcado dentro de una coyuntura política compleja, este cambio significa desaprovechar el inmenso potencial en materia de energía renovable que nuestro país tiene, el cual nos permitiría ser líderes en un proceso, el de la transición de energética, que a todas luces resulta irreversible.

En los últimos meses hemos observado una mayor sensibilidad de las autoridades energéticas con respecto a la necesidad de impulsar la transición energética. La construcción de centrales eléctricas solares, como la de Puerto Peñasco en Sonora o la de la central de Abasto de la Ciudad de México, apuntan en la dirección correcta”.

P. ¿México podría lograr una autosuficiencia en combustible a corto plazo?.

R. “El gobierno ha explicado que la autosuficiencia energética en combustibles tiene que ver con producir en las refinerías de Pemex toda la gasolina y el diésel que se consumen en México. En marzo pasado, las autoridades detallaron la estrategia que instrumentan para alcanzar la autosuficiencia energética en 2024. Explicaron que dicha estrategia consta de tres vertientes. La primera es la rehabilitación del Sistema Nacional de Refinación (SNR). La segunda tiene que ver con el aprovechamiento de residuales en las refinerías de Tula y Salina Cruz. La tercera está asociada con la entrada en operación de la refinería de Dos Bocas. El gobierno también ha expuesto que la autosuficiencia energética incluye la producción de la refinería de Deer Park, ubicada en Houston.

Frente a la realidad, esta estrategia debe entenderse más que como un riguroso plan, como parte de un discurso político. Ante el lastimoso estado en que opera el SNR, es improbable que las seis refinerías de Pemex en territorio nacional puedan incrementar la producción de combustibles. Por otro lado, sería complejo que la nueva refinería de Dos Bocas pueda incorporar un volumen importante de gasolinas al 2024.

Ante este escenario, resultaría útil reconocer que la estrategia en materia de autosuficiencia en combustibles permitirá que en 2024 se reduzca la importación de combustibles. Este simple hecho es digno de reconocerse”.

P. El incremento de los precios de la energía ha contribuido a que la inflación se encuentre en históricos niveles. ¿Cuáles son tus proyecciones para el sector energía en 2023 y 2024?

R. “En una coyuntura de alta volatilidad como la actual, es complicado construir escenarios de precios. No obstante, por el curso de los últimos eventos es probable que el precio del Brent ronde los $89.6 dólares barril en 2023, estimación por debajo de los $91.7 dólares por barril que se estableció a finales de 2022”.