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ACTUALIDAD
Ha muerto Abimael Guzmán, cabecilla de Sendero Luminoso, el grupo terrorista de tendencia maoísta que sembró miles de muertos en las décadas de los ochenta y parte de los noventa en Perú. El terror que causó es similar al de Pol Pot en Camboya en los
años 70. ESTEBAN GUERRA
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POL POT ESTUVO EN LOS ANDES
Abimael Guzmán, conocido como “presidente Gonzalo”, cumplía cadena perpetua en una cárcel de máxima seguridad en Lima, en una sede de la Marina de Guerra del Perú, donde llevaba preso desde 1992.
La Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), que se creó para esclarecer lo ocurrido en aquellos años de muerte y violencia, estableció que Guzmán fue responsable de la muerte de más de 30.000 peruanos asesinados por Sendero Luminoso, en su mayoría campesinos pobres de los Andes peruanos.
El terrorista fue capturado el 12 de septiembre de 1992 en Lima por un grupo especial de policías. Estaba escondido en una casa de un barrio de clase media, junto con su pareja, Elena Iparraguirre, la número 2 de Sendero Luminoso, y otros cómplices.
Desde ese y otros escondites, siempre en viviendas bastante cómodas, dirigió una guerra demencial contra el estado peruano a lo largo de década y media y afectó a buen parte del territorio peruano con atentados dinamiteros y actos de sabotajes que interrumpieron en múltiples oportunidades los servicios de agua y luz.
Sendero Luminoso empezó su violencia irracional con un boicot a las elecciones de 1980. El 17 de mayo de ese año quemó las ánforas en un pequeño poblado andino denominado Chuschis. Así inició una lucha armada que se extendió por casi 15 años.
La influencia fundamental en Sendero Luminoso fue la Revolución Cultural “por la que Mao pretendió poner fin a las viejas costumbres, los viejos hábitos, la vieja cultura y los viejos modos de pensar” y la estrategia militar de Mao Tse Tung.
Los senderistas actuaron con extrema crueldad contra humildes campesinos de los Andes y las comunidades nativas de la selva. El accionar senderista fue similar al de los jemeres rojos que asolaron Camboya en la década de los 70 que asesinaron a casi cuatro millones de personas.
Pero no sólo causaron muerte y desolación en la sierra peruana, sino también en la selva central y sur del país. Esclavizaron a decenas de miles de nativos que fueron empujados hasta las profundidades selváticas donde los sometieron a tratos bárbaros en precarios campamentos donde apenas comían.


Uno de los peores crímenes de Sendero ocurrió en la localidad selvática de Matzionari, donde el 28 de julio de 1993, fueron asesinados sin miramientos más de trescientas, entre ellos, decenas de niños que fueron atados y quedamos vivos.
Otra masacre cruenta fue la del poblado de Lucanamarca donde fueron asesinados de 69 campesinos el 3 de abril de 1983 en la región de Ayacucho. La masacre fue perpetrada por Sendero Luminoso debido a la reacción de la población que rechazaba la presencia del grupo maoísta en esa zona.
Un año después, el 16 de julio de 1984, entre 30 y 40 miembros de Sendero Luminoso tomaron por asalto un bus y, durante su trayecto habitual, en cada parada fueron victimando con piedras, picos y armas de fuego a más de 100 personas hasta llegar a la localidad de Soras.
A partir del día de la captura. Guzmán solo se le vio en contadas ocasiones, durante los procesos judiciales a los que fue sometido, incluido el último en 2019 a causa de un coche bomba que explotó en Miraflores en 1992, un barrio mesocrático donde murieron una treintena de personas e incontables edificios fueron dañados.
Un tribunal militar lo condenó a cadena perpetua en los años noventa. El Corte Suprema, sin embargo, anuló los procesos porque los jueces que lo juzgaron eran anónimos, sus rostros no fueron mostrados por cuestiones de seguridad. Se repitieron los juicios, esta vez respetando el debido proceso, y fue sentenciado a la misma pena por varios delitos.
