San Jorge: la fiesta anual de la Comunidad de Aragón, la cultura del libro y la mitología de la leyenda de San Jorge y el dragón en un escenario vertical de dieciséis metros de alto. El espectáculo en sí fue muy fotogénico, con malabares, música, pirotécnia, sin duda para disfrutar a cualquier nivel, tanto de espectador como de fotógrafo. Una vez acabado el espectáculo, el día fue muy propicio para realizar robados a la gente, puesto que la había, como dirían los “amigos” de Muchachada Nui, a cascoporro. Independencia estaba flanqueado por decenas de puestos de libros, atiborrados de gente a su alrededor, motivo muy fotografiado también. Hasta teníamos autores firmando sus libros, y es que estas cosas no solo pasan en Barcelona o Madrid, así que el abajo firmante (friki que es uno) compró un par de libritos para tenerlos dedicados por los autores (y para leerlos, por supuesto). Entre puestos de libros y fotos acabó la mañana… bueno, vale, previa consumición en una terracita, cosa que jamás falta en una quedada que se precie. Y de ahí a comer… momento en el cual debo hacer un paréntesis puesto que no estuve, pero a las 5 de la tarde ahí estaba de nuevo, para seguir paseando por Independencia, donde tuvimos un agradable encontronazo con Agustina de Aragón, quien, pese a usar sus armas (y sus encantos), se vió superada en número por armas que la apuntaban, así que decidió rendirse ante nosotros y unirse a nuestro bando. De ese momento salió la que creo que es una de las fotos más simpáticas de la jornada. De ahí, y buscando… otro bar (qué perdición!), fuimos a parar a la plaza de los Sitios, donde aprovechamos para tomar prestadas algunas instantáneas a la gente que por allí paseaba, entre los puestos montados o simplemente disfrutando del día festivo, del buen tiempo y de que allí hay una fuente para refrescarse. Fotográficamente, parecía que el día iba a dar poco más, ya que, ahora sí, acabamos en
23Abril_- Romy
un bar tomando algo fresquito y revisando en nuestras cámaras cómo había ido el día, pero unos pocos aún nos quedamos a cenar unas pizzas… y todo para llevar a cabo una de las mayores frikadas que recuerdo, teníamos curiosidad por saber a qué respondía que una gran superficie comercial se inaugurase a las 12 de la noche de un día tan señalado como el día de Aragón, así que hicimos tiempo pensando en que seríamos los únicos pringados que iríamos allí… y cuál fue nuestra sorpresa cuando nos encontramos con la mayor oleada de gente que yo he visto en un sitio haciendo cola desde la Expo, si parecía que habían reabierto el pabellón de Japón… y no, no, era para gastar, ver para creer. Con eso… sí que matamos el día, o más bien la noche, porque finalmente la jornada fue muy larga, pero muy agradable y variopinta.
Crisis...¿que crisis? - Jose Ramon Alfonso
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