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¿Cuál es su estilo para gestionar al equipo?

El objetivo de un buen líder es conseguir que el equipo trabaje de manera efectiva tanto individualmente como de manera grupal. Su figura es clave para que el departamento funcione. En muchas ocasiones esta tarea se convierte en un auténtico reto: el equipo está formado por personas heterogéneas, con intereses propios y conocimientos diferenciados. Por ello, un punto de partida es entender ¿qué tipo de liderazgo o gestión implemento en mi lugar de trabajo?

Responda este sencillo test que hemos elaborado para identificar el tipo de gestión y utilizar sus fortalezas a favor de una mejor comunicación y desempeño en relación a sus colaboradores.

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1. Un líder puede tener éxito por… a. Ser claro en las órdenes que da. b. Fomentar que las personas tengan autonomía realizando sus tareas. c. Ayudar a sus equipos a desarrollar todo su potencial.

2. Cuando se trata de dar directrices… a. Dicto a mi equipo qué tareas deben cumplir y cómo deben ser ejecutadas. b. Doy dirección, pero también apoyo y pido feedback al equipo. c. No me siento cómodo dando órdenes; prefiero que las personas realicen sus tareas siguiendo su criterio.

3. En cuanto al control de los miembros del equipo… a. Me aseguro de que las tareas y el equipo estén funcionando correctamente. b. Cada cierto tiempo compruebo que todo funciona y les recuerdo que estoy disponible si me necesitan. c. No ejerzo control sobre el grupo. Ellos saben más sobre sus tareas que yo.

4. Cuando se trata de delegar responsabilidad… a. Asigno tareas y sigo de cerca el proceso. b. Dejo que el equipo tome sus propias decisiones. c. Confío en que las cosas se harán a su ritmo. a. No tengo tiempo para contrastar las ideas de otras personas. b. Claro, pero la decisión final es mía. c. ¡Por supuesto! Ellos toman la mayor parte de las decisiones en conjunto.

5. ¿Implica al equipo en la toma de decisiones?

6. ¿Qué frase describe mejor su enfoque a la hora de motivar a su equipo? Las personas están más motivadas… a. Un profesional debe saber cómo motivarse a sí mismo. b. Cuando hay que evitar sanciones y se recompensa el buen trabajo. c. Cuando se sienten involucradas, valoradas y cuidadas.

7. Las mejores decisiones… a. Son las que toma el líder del equipo. b. Surgen de la puesta en común entre equipo y líder. c. Vienen directamente del equipo.

8. Si un miembro de su equipo comete un error… a. Debe ser reprendido y sancionado, si es preciso. b. Necesita apoyo extra y orientación adicional. c. Tiene libertad para encontrar la manera de resolverlo por su cuenta. a. Siempre tengo la última palabra sobre las decisiones de equipo. b. Tomo la decisión final, pero tengo en cuenta las ideas de mi equipo. c. Dejo que los miembros del grupo tomen sus propias decisiones.

9. ¿Cómo actúa a la hora de tomar decisiones en grupo?

10. Me gustaría que las personas de mi equipo percibieran… a. Que tienen tareas y cometidos claros que llevar a cabo. b. Que son parte del proceso y pueden contribuir con sus ideas. c. Que son dueños de su área de expertise a. Casi nunca. Soy el miembro del equipo con más conocimientos. b. A menudo. Creo que la colaboración es la clave del éxito. c. Siempre. Me apoyo en mi equipo para decidir qué dirección tomar. a. La salud es cosa de cada uno. b. Sí, pero no sé cómo darles apoyo en esos temas. c. Claro, intento fomentar buenos hábitos de salud en el trabajo.

11. ¿Considera las sugerencias de otros miembros del equipo?

12. ¿Le preocupa la salud física y emocional de las personas de su equipo?

13. Me gustaría que las personas de mi equipo sintieran que… a. El trabajo es lo primero y la vida personal se queda en casa. b. Soy flexible, pero pido un alto grado de compromiso. c. Me preocupo por su salud y su equilibrio personal.

A partir de la información compartida en estas preguntas, puede darse una idea de si la gestión es un proceder autoritario, carismático, democrático, emocionalmente inteligente. En otro momento exploraremos las características de cada uno. Pero algo importante a recordar es qué motiva de manera intrínseca a los colaboradores. La escucha activa es un ejemplo.

La escucha activa implica observar y preguntar, flexibilidad y confianza, apertura y firmeza, a fin de saber qué necesidades tienen los equipos. Esto pemite, como líder, ampliar la visión y dirección del equipo acorde a sus necesidades, estrategias y metas.