La profunda reflexión sobre las formas básicas y su capacidad de expresar la esencialidad de la obra convirtió en diseñadores a destacados artistas del movimiento Futurista y de la Bauhaus, como Bruno Munari y Josef Albers, respectivamente. Ambos desarrollaron un profundo trabajo teórico y práctico dedicado al cuadrado, como forma trascendental del alfabeto geométrico. En consecuencia, se han dedicado dos obras de la exposición al cuadrado, como elogio a la relevancia artística de cada uno de ellos, y sus aportaciones a las artes visuales. Otro referente ineludible, cuya obra de elogio se proyecta en la continuidad del proyecto que se expone, es Paul Klee, que traducía en signos y símbolos gráficos el gran poder comunicativo de una destacada subjetividad, sintetizando elementos inspirados en todos los movimientos modernos, así como del arte infantil, como aportación al vocabulario formal objetico del arte moderno: “Las imágenes se reinventan como signos poderosos; el color, la forma y la textura se equilibran delicadamente en una composición coherente y la totalidad trasmite una poseía serena desde un mundo inventado por la imaginación del artista”15. Mientras el Cubismo genera las bases de una creación geométrica por encima de la realidad, en 191216 surgieron las primeras composiciones de material tipográfico propiamente dicho, como consolidación de los principios del Dadaísmo y la formalización del Futurismo. Ningún representante del arte ni de la crítica del mismo ha expresado tan claramente este vínculo de tipografía y arte moderno como el diseñador y tipógrafo alemán, fundador de la célebre Escuela de Ulm, Otl Aicher. Quizás su amplia dedicación a la didáctica justifica la claridad y eficacia de sus argumentos: “Los tipos de letra desarrollados por tipógrafos anónimos para los periódicos supusieron para los futuristas y los dadaístas un argumento más convincente para la cultura humana y la cultura que abarcaba la vida entera frente a la excepcionalidad de una pieza única que reclamaba el derecho a la originalidad y a la superioridad (…) Los pedazos de tipografía se convirtieron en obras de arte de nueva generación, pero continuaron siendo arte”17. 15 Ibidem. pp. 266-67. 16 AICHER, O. Tipografía, Campgràfic, Valencia 2004, p. 135 y ss. 17 Ibidem. 24