Tendencias de Futuro 22

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TENDENCIAS EN POLÍTICAS PÚBLICAS

TENDENCIAS EN LA ECONOMÍA

TENDENCIAS EN LA EMPRESA

TENDENCIAS EN LA SOCIEDAD

Servicios públicos: propuestas de reforma

La necesidad de las instituciones económicas internacionales

Flexibilidad de los mercados de trabajo europeos

Reforma del sistema de becas universitarias en Estados Unidos

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La propiedad intelectual es una de las cuestiones más relevantes que aún quedan por resolver en la economía impulsada por la era digital. El marco jurídico que hasta la fecha protegía los derechos de creadores e inventores se ha revelado incapaz de garantizar que los productores reciban una justa compensación por su trabajo y los consumidores puedan ejercer un uso libre y confiado de los bienes y servicios que adquieren. El estándar digital ha favorecido convergencia tecnológica y facilidad de intercambio de la información y el conocimiento, lo que ha diluido las fronteras entre la propiedad intelectual y el dominio público. PAG. 04


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I SUMARIO

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PÁGINA EDITORIAL

La cultura de la globalización PAG. 1

MERCADO DE LAS IDEAS

Qué le depara al sector energético

El exceso de consumismo en la infancia

LA TENDENCIA

¿Qué hacer con la Propiedad Intelectual? PAGS. 4 I 7

Poco apoyo a la Unión Europea –

La excesiva burocratización de las ONG –

El apoyo estadounidense al medioambiente –

Cambio demográfico en las escuelas norteamericanas –

Las finanzas de los británicos PAGS. 2 I 3

TENDENCIAS EN POLÍTICAS PÚBLICAS

Cuando los riesgos locales se convierten en globales

Reformas en los hospitales británicos y norteamericanos

Servicios públicos: propuestas de reforma PAGS. 8 I 11

EL PRISMA LIBERAL

El sistema de pensiones chileno: en la senda del éxito

TENDENCIAS EN LA ECONOMÍA

Las pegas de la Tarifa Plana Fiscal

PAG. 12

Globalización y diferencias sociales –

La necesidad de las instituciones económicas internacionales PAGS. 13 I 16

CON VISIÓN

La compleja cara de la desigualdad PAG. 17

TENDENCIAS EN LA EMPRESA

TENDENCIAS EN LA SOCIEDAD

Flexibilidad de los mercados de trabajo europeos

Reforma del sistema de becas universitarias en Estados Unidos Web 2.0 también en las empresas PAGS. 18 I 20

Reinventar la innovación en los bienes de consumo

TENDENCIAS DE FUTURO I NEWSLETTER DEL THINK TANK INSTITUCIÓN FUTURO

Cambio climático: el debate continúa PAGS. 21 I 24


EDITORIAL

La cultura de la globalización

Institución Futuro es un think tank (catalizador de ideas y acción), promovido por la sociedad civil, para estudiar el desarrollo económico y social de las regiones españolas, inspirar políticas públicas y sugerir iniciativas a los ciudadanos. La Institución toma a Navarra como región prototipo y propicia la difusión de sus hallazgos a las demás regiones. La misión de este "centro de inteligencia compartida" es investigar y proponer el mejor futuro posible mediante propuestas innovadoras e integrales. El éxito del mañana requiere saber escoger las mejores ideas hoy, y un estímulo emprendedor que consiga hacerlas operativas en el tiempo. Este "laboratorio de ideas" es profesio-

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Con permiso de Ignacio Ramonet, Director de Le Monde Diplomatique, y sus compañeros del Foro Social Mundial, creemos que ya podemos decir que la globalización ha dejado de ser un fenómeno económico para tomar una dimensión social e incluso cultural. Y de acuerdo con ello, ya no tiene posibilidad de derrota, al menos en el corto plazo. Así lo entiende uno de los apóstoles de la globalización, el intelectual sueco Johan Norberg, autor del célebre libro En defensa del capitalismo global y del documental La globalización es buena. Norberg se hace eco de una reciente encuesta del Chicago Council of Global Affairs y Worldpublicopinion.org, en la que se constata que la globalización goza ya de una gran aceptación popular. Más del 61 por ciento de las 23.000 personas consultadas en 19 países consideran que “el comercio internacional y las conexiones de la economía nacional con las de otros Estados alrededor del mundo es un fenómeno positivo”. El informe concluye con la idea de que “el apoyo a la globalización es muy sólido a lo largo del planeta”. No obstante, todavía queda un 23 por ciento de ciudadanos irreductibles, que como los galos de Astérix, se muestran reacios a reconocer las ventajas de la mundialización. Lo quizá sorprendente es que los refractarios no se encuentran entre los ciudadanos del antes llamado Tercer Mundo, supuestas víctimas de la expansión total del capitalismo. En países como Tailandia, China, Corea e incluso Irán (en este caso, una prueba más de que los líderes conducen a caminos no deseados por el pueblo), el apoyo a la globalización es predominante. Por el contrario, en naciones ricas como Francia o Estados Unidos, partidarios y detractores se encuentran casi empatados. Las consecuencias funestas a corto plazo, como la deslocalización, influyen en las percepciones negativas. No obstante, mientras que la respuesta francesa parece obvia, llama la atención que los norteamericanos se muestren tan escépticos de un movimiento del que son los principales impulsores y probablemente los más beneficiados. De todos modos, mal que nos pese, los países occidentales cada vez mandamos menos en las tendencias del mundo y es inevitable que la cultura globalizadora se imponga también entre nosotros. No podemos darles la respuesta de los españoles, porque el sondeo no se ha realizado en nuestro país. Más allá de los datos, el informe nos confirma que el mundo se ha convertido en un gran espacio interconectado, en el que de forma constante suceden acontecimientos de gran interés. Quisiéramos poder hablarles de muchos de ellos, dentro del enfoque de seguimiento de las políticas públicas sobre el que trabaja Tendencias de Futuro. Por ello, respetando la línea editorial y visual que adoptamos hace un año, se ha tomado la decisión de que la revista pase a tener una periodicidad mensual y cuente con una edición electrónica de actualización permanente. En la web incluiremos un blog sobre políticas públicas, en el que escribirán diversos especialistas españoles de prestigio. De ahora en adelante, recibirán la publicación impresa en los primeros días de cada mes. En cuanto a la versión en Internet, estamos trabajando en su desarrollo. Confiamos en tenerla plenamente operativa para finales del verano. Les agradecemos su interés en Tendencias de Futuro, y si tienen comentarios y sugerencias que hacernos, pueden escribirnos a comunicacion@ifuturo.org I nal, independiente, sin ánimo de lucro, de espíritu liberal y con vocación europea. Editor Julio Pomés Director Carlos Sotelo Enríquez Redactora-Jefe Ana Yerro Redacción Rosalyn Armende, Ángel Arrese, Pablo Pardo, Fernando San Miguel Administración Judith Fernández Diseño Aldrich

Maquetación Página, S.L. Impresión ONA Depósito legal NA-1383/2003 ISSN 1696-2311 © Institución Futuro Plaza del Palacio de Gorráiz, 4 31620 Gorráiz Navarra (España) T 948 337900 F 948 337904 info@ifuturo.org I www.ifuturo.org

Nº022 I 2007


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I MERCADO DE LAS IDEAS

ENERGÍA

EUROPA

Qué le depara al sector energético

Poco apoyo a la Unión Europea

El terreno de juego del mercado energético no es estable; así lo confirma el estudio Global Trends in Energy, publicado por The McKinsey Quarterly. Éste indica que la demanda energética vivirá un boom sin precedentes, sobre todos en los países menos desarrollados. Así, China e India doblarán su demanda de petróleo en 2020, hasta llegar a los 15,4 barriles al día, y el consumo de toda Asia será tan elevado como el estadounidense. El que cada vez se consuman más recursos naturales implicará que las empresas oferentes habrán de aumentar su inversión para poder hacer frente a la demanda. Según la Agencia Internacional de la Energía, la industria del petróleo debe-

ría invertir 4,3 trillones de dólares desde 2005 hasta 2030 para poder seguir el ritmo. Para alcanzar este objetivo, la industria debería reclutar a ingenieros y técnicos cualificados. Parece claro que las preocupaciones medioambientales están haciendo que aumente el interés por las fuentes de energía alternativas. Además, según el estudio Making the most of the world’s energy resources, también de McKinsey Quarterly, la tasa de consumo energético mundial podría reducirse en un 25 por ciento hasta 2020 si se eliminaran las distorsiones en las políticas y si las empresas tuvieran incentivos para emplear la energía de un modo más eficiente. I

Mit22 ECONOMÍA

El exceso de consumismo en la infancia El marketing y la publicidad están tan presentes en la vida cotidiana que casi ya no nos damos cuenta de su ubicuidad. Sin embargo, hace tiempo que su influencia va más allá de lo económico y penetra en otras dimensiones de la vida social. Según el think tank británico Compass, este hecho es especialmente preocupante en los niños, cuya visión del mundo está cada vez más mediatizada por el consumismo. En el informe La comercialización de la infancia se llama la atención sobre que un niño ve entre 20.000 y 40.000 anuncios de televisión por año, a lo que se añaden otras fór-

Desde hace tiempo se habla de crisis en la Unión Europea. A pesar de la reciente declaración de Berlín, que pretendía impulsar la Constitución europea, a los ciudadanos no les agrada la idea de otorgar más poder a la Unión, en detrimento de los países miembros. Una reciente encuesta realizada por Open Europe desvela que el 75 por ciento de la población europea desea un referéndum para votar sobre un nuevo tratado que de más poderes a la UE. Ahora bien, que quieran ser ellos mismos los que decidan sobre el futuro de la Unión no significa que su voto vaya a ser favorable al tratado: el 41 por ciento apoyaría el nuevo texto y exactamente el mismo porcentaje lo rechazaría. Los británicos son los más reticentes a ceder poder a Bruselas: 67 frente a 21 por ciento. En la mencionada declaración de Berlín se hablaba del Euro como uno de los mayores logros de la Unión pero, una vez más, lo que piensas las élites políticas no concuerda con lo que opina la población. Casi la mitad de los ciudadanos de los 13 países integrantes de la zona euro quieren desechar la moneda única y volver a sus antiguas divisas. En el quinto cumpleaños de la moneda europea (se puso en circulación en 2002), el apoyo de los ciudadanos ha descendido considerablemente, como lo demuestra también un informe especial del Eurobarómetro. Aunque muchos entienden que con el Euro existe más facilidad para viajar, para comparar precios y para mejorar la posición de Europa en el mundo, la percepción de que la moneda única ha traído una subida de precios está muy extendida (más del 80 por ciento de la población así lo piensa). En total, sólo el 48 por ciento de los ciudadanos de la UE-12 (no incluye a Eslovenia, último país en incorporarse) encuentra ventajas en el Euro, y el 38 por ciento lo ve como un problema, cuando en 2002 el apoyo era de casi el 60 por ciento. En España, el 26 por ciento no cree que la moneda única le haya reportado ningún beneficio. I

mulas promocionales que bombardean constantemente a los pequeños, hasta el punto de impulsar en exceso su afán por el consumo. La autora del estudio, Zoe Williams, sostiene que la dinámica consumista tiene efectos psicológicos y sociales perniciosos. “Desbordados con imágenes que les dicen cómo deben ser y lo que deben tener, los niños terminan por padecer ansiedad: se sienten insatisfechos con sus vidas y empobrecen sus relaciones personales”. Por otro lado, con el fin de fortalecer su soberanía como consumidores, a los niños se les empuja demasiado hacia conductas y valores de la vida adulta, algo que perjudica el desarrollo y que incrementa los conflictos familiares. Los pequeños no se dan cuenta del esfuerzo que supone para los padres colmar todos sus deseos. A su vez, los propios progenitores sienten una creciente frustración por no poder sa-

TENDENCIAS DE FUTURO I NEWSLETTER DEL THINK TANK INSTITUCIÓN FUTURO

tisfacer todas las demandas de sus hijos, de acuerdo con los cánones que establece la sociedad de consumo. “Tenemos que preguntarnos quién está formando a nuestros hijos, las instituciones tradicionales o un ejército de gurús del marketing y publicitarios. ¿Pueden los niños ser niños antes que consumidores?” I


MERCADO DE LAS IDEAS

SOCIEDAD

La excesiva burocratización de las ONG La relativa crisis de madurez que comienzan a sufrir algunas ONG en España, como hemos visto en las últimas semanas, es un proceso que se repite en todos los países desarrollados. Aunque el mundo de las entidades no lucrativas es heterogéneo y no todas encajan en un patrón rígido, en estos tiempos presentan algunos rasgos comunes, sobre todo las grandes ONG: por una parte, está la tendencia a adoptar métodos de gestión de las empresas, que en principio permiten una administración más eficaz, les lleva a mostrar conductas que los críticos consideran excesivamente “corporativas”: altos salarios de los directivos, infraestructuras complejas y políticas de marketing y comunicación muy agresivas. Por otra parte, si bien surgieron como un modo diferente de resolver problemas sociales, ajeno a los poderes públicos, los fondos de muchas de ellas acaban dependiendo en exceso del sector público. Consciente de la situación, el think tank británico Centre for Policy Studies ha estudiado la evolución de las ONG en el Reino Unido y ha presentado un diagnóstico preocupante, en particular de las grandes organizaciones. En Charity, The Spectre of Over Regulation and State Dependency, Richard Smith y Philip Whittington señalan que las ONG de Gran Bretaña, en particular las de mayor tamaño, cada vez obtienen más recursos del Estado. “Entre 2001 y 2004, las donaciones privadas sólo crecieron un 7 por ciento, mientras que las públicas se incrementaron en un 38 por ciento. Para las grandes ONG, el Estado es ya su principal contribuyente”. Los autores argumentan que fruto de la burocratización, las ONG son cada vez menos valoradas por los ciudadanos. A la gente no le gusta “el creciente estilo corporativo de mu-

chas de ellas, que dedican más y más esfuerzos al marketing, el lobbying y la imagen de marca, en detrimento de otros apartados”. Sugieren un cambio en el marco jurídico de estas entidades para conseguir que vuelvan a ser de nuevo auténticas iniciativas de la sociedad. I

MEDIOAMBIENTE

El apoyo estadounidense al medioambiente La población estadounidense considera que la independencia energética del país y el calentamiento global deben ser una de las prioridades para los líderes de la nación. Así lo refleja una encuesta del Center for American Progress. Los ciudadanos consideran que su país ha de liderar el mundo en materia medioambiental y que, así, se conseguirá un mayor crecimiento económico y un aumento del empleo. En consecuencia, la gran mayoría desaprueba la potenciación del uso de combustibles tradicionales y sanciona las actuales políticas energéticas. Con independencia de su sesgo político, la gran mayoría apoya el establecimiento de estándares para el desarrollo de tecnologías de energías alternativas. Los encuestados consideran que, si existe la voluntad política, el objetivo se puede llevar a la práctica. Ahora bien, opinan que los políticos deben mostrar su interés en la materia invirtiendo el dinero necesario. La encuesta concluye que “los resultados demuestran que los legisladores pueden apoyar el uso de energías alternativas y limitar la contaminación con la confianza de que los americanos aplaudirán sus esfuerzos”. I

ECONOMÍA

INTERNACIONAL

Cambio demográfico en las escuelas norteamericanas La alta tasa de inmigración en Estados Unidos está afectando a la composición de las escuelas de tal modo que, según un estudio de The Urban Institute, casi el 20 por ciento de los estudiantes de primaria y secundaria son extranjeros. La cifra es sustancial, más aún cuando se compara con el 6 por ciento de 1970. Buena parte de los hijos de inmigrantes se concentran en California, Nueva York, Texas, Florida, Illinois y Nueva Jersey, todos ellos estados de gran extensión. Los resultados académicos de los estudiantes extranjeros son motivo de análisis para la OCDE. El informe Where immigrant students succeed analiza a estudiantes inmigrantes de 17 países, entre los que se incluye Estados Unidos. En particular, son los países europeos los que deben responder de modo más eficiente a la diversidad socioeconómica y cultural de las nuevas poblaciones estudiantes. En la actualidad, muchos extranjeros se muestran motivados hacia la escuela y el estudio en general, incluso más que sus compañeros nativos, pero en la práctica su rendimiento es mucho menor. I

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Las finanzas de los británicos ¿Está usted en una situación económica mejor o peor que hace cuatro años? Esta es la pregunta que el presidente Ronald Reagan empleó en la campaña electoral estadounidense de 1980 y que, según muchos expertos, ayudó en gran medida a su victoria. Ahora, el Centre for Policy Studies lanza la misma pregunta a los ciudadanos británicos y les ayuda a contestarla. Según datos de la Oficina Nacional de Estadística, entre 2001 y 2006 los ingresos brutos semanales de las familias inglesas sólo aumentaron en términos reales

en 16 £, un 0,5 por ciento anual (de 600 a 616 £). Por el contrario, en la primera legislatura de los laboristas, los ingresos semanales pasaron de 499 £ en 1996 a 600 £ en 2001. A pesar del mínimo aumento de la renta, el endeudamiento de los ciudadanos no disminuyó, sino todo lo contrario: de 742 billones de libras en 2001 pasó a 1.178 billones en 2005. De media, las deudas de las familias británicas equivalen a casi 52.000 £ por hogar. Los contribuyentes vieron además cómo los impuestos por trabajador aumentaban hasta llegar al 23,5 por ciento. En vista de los datos presentados, el think tank considera que, en el último quinquenio, la situación financiera de los británicos no ha mejorado de manera sustancial. I Nº022 I 2007


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I LA TENDENCIA

¿QUÉ HACER CON LA

PROPIEDAD INTELECTUAL La propiedad intelectual es una de las cuestiones más relevantes que aún quedan por resolver en la economía impulsada por la era digital. El marco jurídico que hasta la fecha protegía los derechos de creadores e inventores se ha revelado incapaz de garantizar que los productores reciban una justa compensación por su trabajo, y los consumidores puedan ejercer un uso libre y confiado de los bienes y servicios que adquieren. El estándar digital ha favorecido convergencia tecnológica y facilidad de intercambio de la información y el conocimiento, lo que ha diluido las fronteras entre la propiedad intelectual y el dominio público

P

or una parte, la industria establece dispositivos de protección de forma unilateral que en muchos casos perjudican a los usuarios e introducen costes añadidos en el mercado. Es el caso de los denominados Digital Rights Management (DRM), sistemas creados para impedir una utilización indiscriminada de los productos. Y, por otra parte, los ciudadanos se

muestran dispuestos a romper una y otra vez las barreras de la propiedad, desde la creencia equivocada de que todo artefacto intelectual es de dominio público. El uso de software pirata, la compra fraudulenta de música y películas y la descarga ilegal de archivos vía plataformas peer to peer constituyen ejemplos de la quiebra del orden de la propiedad intelectual. Representantes de la industria y los consumidores han entablado una dura

TENDENCIAS DE FUTURO I NEWSLETTER DEL THINK TANK INSTITUCIÓN FUTURO

batalla en los parlamentos, los tribunales y la opinión pública para dirimir quién ostenta verdaderamente los derechos en la era digital. La situación no es sostenible porque la innovación y la competitividad en nuestra época dependen en buena medida de la existencia de un modelo aceptado de protección de la propiedad intelectual. No es casual, por tanto, que en el mundo de las políticas públicas se mantenga un intenso de-


LA TENDENCIA

bate sobre esta cuestión, con el propósito de hallar un nuevo consenso. En Europa, es el Reino Unido uno de los países que más se empeña en hallar soluciones efectivas. Varios think tanks publican regularmente trabajos sobre la materia, como The Stockholm Network, que edita la revista Know IP, o el Institute for Public Policy Research, que acaba de difundir la obra Public Innovation, Intellectual Property in a Digital Age, con la que ha tratado de sintetizar las directrices del pensamiento progresista sobre la propiedad intelectual. Incluiremos ideas de estos informes en el artículo. EL EQUILIBRIO PROPIEDAD-DOMINIO PÚBLICO

Como afirman William Davis y Kay Withers, autores del informe Public Innovation, desde el punto de vista económico “hay que reconocer que es necesario que exista un cierto grado de protección para las innovaciones porque de lo contrario desaparecerían los incentivos para la creación o el desarrollo de nuevas propuestas. Sin embargo, un exceso de protección puede perjudicar la competencia y establecer peligrosos monopolios”. El rechazo al sistema vigente de protección se centra en particular en dos ámbitos: el de la cultura, sobre el que los consumidores consideran que debe facilitarse un acceso universal a los productos culturales, tras un breve plazo de control en el que los creadores hayan obtenido el justo beneficio. En su visión puede que exista un cierto desconocimiento de las características del proceso creativo e ignorancia sobre el valor económico de lo intangible. Pero también cabe apuntar una conducta abusiva que durante años han manifestado los gestores culturales, quienes han mantenido controles excesivos sobre los productos y han disfrutado de ganancias exorbitantes. La convergencia digital y la subsiguiente facilidad de intercambio y copia han provocado una actuación “vengativa” del consumidor, que percibe que ahora tiene la oportunidad

de responder al trato injusto recibido. El otro ámbito relevante en el debate sobre la protección es el de la creación de software. Frente a modelos de producción y distribución de programas como, por ejemplo, el de Microsoft, que opera en un régimen de casi monopolio en según qué herramientas, como los sistemas operativos, se alzan planteamientos industriales con una raíz colectivista o, si prefieren, cooperativa. Es una filosofía que está en el origen del uso de Internet como instrumento de comunicación entre académicos e investiga-

“El estándar digital ha favorecido convergencia tecnológica y facilidad de intercambio de la información y el conocimiento” “Un exceso de protección puede perjudicar la competencia y establecer peligrosos monopolios”

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dores, más allá de la utilización militar. De acuerdo con ella, se entiende que las tecnologías de la comunicación y la información alcanzan una mayor calidad si en su proceso de desarrollo intervienen el máximo de expertos posible, que ceden gratuitamente el fruto de sus innovaciones para que otros añadan nuevos desarrollos. Iniciativas como Linux, que ofrece un sistema operativo alternativo a Windows, la Fundación Mozilla, dedicada a proporcionar programas de acceso a Internet y de correo electrónico, Open Office, que brinda gratuitamente software de ofimática, o Wikipedia, encaminada a crear una enciclopedia virtual accesible universalmente, son algunos de los ejemplos más destacados de proyectos cooperativos que en estos momentos se muestran tan innovadores y competitivos como los modelos tradicionales de desarrollo industrial. A ellos se unen centenares de propuestas de programación de ordenadores, que bajo la etiqueta freeware ceden sin cargo sus productos a los usuarios que lo deseen. Incluso, cabe pensar que en la filosofía empresarial de las compañías más exitosas de Internet, como Google o Yahoo, subsiste cierta visión filantrópica que se compenetra con una explotación comercial más al uso. La experiencia demuestra que, por ahora, este sistema de innovación es casi tan competitivo como el tradicional. De hecho, los siguientes estadios de extensión de Internet, como la Web 2.0 o la Web 3.0, hacen especialmente énfasis en las herramientas de colaboración. En este escenario, no cabe duda de que la cuestión de los derechos de propiedad se ha convertido en un elemento estratégico. DERECHOS DE LOS CONSUMIDORES EN LA ERA DIGITAL

En Gran Bretaña se ha llevado a cabo un interesante análisis sobre cómo cabe reformular los derechos de los consumidores con respecto a la propiedad intelectual. Se trata del Informe Gowers sobre la propiedad intelecNº022 I 2007


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I LA TENDENCIA

tual, que estudia el marco actual de la cuestión y propone un nuevo modelo de explotación de los derechos. Señala que “la legislación presente de la propiedad intelectual confiere privilegios de monopolio a los titulares, perturba el juego del mercado e impone costes a los consumidores”. Apuesta por que el sistema considere a la sociedad en su conjunto y en principio no proteja celosamente la propiedad salvo que se demuestre que es en interés público. Por ejemplo, los autores del estudio argumentan que el tiempo de protección de las obras artísticas, como libros o películas, es excesivo, sobre todo si los derechos se transfieren a los herederos. Entienden que en una comercialización caracterizada por la inmediatez, en la que la mayor parte de los beneficios de las películas y obras literarias (éstas en menor medida, pero cada vez más) se obtienen en su primera etapa de venta, no tiene sentido extender la protección durante décadas. Con respecto a otros ámbitos, regulados por las patentes y la propiedad industrial, el estudio apunta que ejemplos como el de la industria de componentes del automóvil, liberalizada en el Reino Unido para favorecer su desarrollo, muestra que una protección no tan estricta de las patentes ha fomentado la competitividad de un sector, que hoy es de los más abiertos de Europa. Los autores abogan por que este nuevo espíritu se extienda al ámbito internacional, en cuanto a las importaciones, exportaciones y marcas registradas, para facilitar la

competencia transfronteriza y beneficiar a los consumidores. En relación con esto, en otro ejemplo se señalan las dificultades que los usuarios tienen para disfrutar de los productos en distintos países. Quien compra una película en Estados Unidos tiene problemas para verla en un reproductor adquirido en Europa, debido a los diferentes sistemas de codificación, en teoría pensados para proteger los derechos intelectuales. “Dichos controles no protegen, sino lo que hacen es segmentar mercados”, algo que va en contra de las doctrinas de libre comercio que las autoridades internacionales intentan impulsar. Lo negativo de la situación es que se ha establecido una quiebra entre lo que dicen las leyes y la conducta de los consumidores, quienes han optado por incurrir en la ilegalidad ante la rigidez de la normativa. “El nuevo entorno digital ha permitido que se in-

ceñirse a los delincuentes organizados”. El informe Gowers apunta que para salvar las diferencias entre la industria y los ciudadanos, es recomendable que el margo legislativo sobre propiedad intelectual quede ordenado en torno al criterio de competencia: “Los bienes o servicios beneficiarios de protección deben tener su límite en la necesidad de mantener la competitividad de los mercados. Sólo han de estar protegidos los activos que no perjudiquen a la libre competencia”. Asimismo, cree que hay que aumentar los derechos de los consumidores, a quienes sitúa en desventaja con respecto al poder de la industria. LOS DERECHOS DE LA INDUSTRIA

Desde las empresas, los intentos de eliminar al máximo la propiedad intelectual tampoco convencen. En los

“La mayor parte de los beneficios de las películas y obras literarias se obtienen en su primera etapa de venta”

“El uso del DRM está reconocido en los tratados internacionales de propiedad intelectual”

cremente el acceso público a los bienes y servicios intelectuales, pero sin contar con la autorización de la ley”. Ante las circunstancias, los productores más poderosos y las entidades de gestión de derechos se han lanzado a la persecución de aquellas personas que infringen las normas sobre propiedad intelectual, con resultados desiguales. Se ha creado un clima negativo en torno a este asunto, ha habido castigos desproporcionados respecto de la infracción y se ha limitado la libertad de expresión e iniciativa en Internet. Por otra parte, se ha constatado la imposibilidad de aplicar justicia a todos los infractores, lo que ha acrecentado las críticas por la arbitrariedad con que se aplican las normas y se imponen los castigos. “Las sanciones penales por infringir los derechos de propiedad no deberían caer sobre los usuarios individuales, sino que deben

sectores más afectados, como el de la industria cultural, sostienen que los consumidores se exceden en el uso de productos cuya titularidad no han adquirido y pretenden olvidar que detrás de un bien intangible hay una fuerte inversión económica cuyo rendimiento sólo se obtiene en el largo plazo. Por otra parte, argumentan que de la existencia de unos principios mínimos de protección intelectual depende el futuro de muchos creadores. Hay que reconocer que las compañías se han visto y se ven desbordadas por los efectos de las tecnologías de la información en sus productos. En pocos años, las ventas de copias piratas, las descargas e intercambios de archivos o nuevas formas de distribución audiovisual ha roto por completo las reglas tradicionales de sus mercados y apenas les han dado tiempo a adecuarse a las modernas pautas de con-

TENDENCIAS DE FUTURO I NEWSLETTER DEL THINK TANK INSTITUCIÓN FUTURO


LA TENDENCIA

sumo cultural. Por ello, es explicable que a corto plazo hayan diseñado una estrategia defensiva, caracterizada por el recurso legítimo al lobby en instancias nacionales e internacionales, asumir erróneamente que en cada consumidor hay un delincuente potencial y por desarrollar dispositivos electrónicos de control, los famosos DRM (Digital Rights Management), que en muchos casos ha contribuido a agravar el enfrentamiento con los ciudadanos e incluso con las autoridades. Sobre éste último asunto, el DRM, que quizá es el que más debate público ha generado en los últimos meses, ha escrito el think tank The Stockholm Network. En su informe Why Digital Rights Management, expone la situación actual del DRM y sus perspectivas de futuro, bajo la premisa de que tal dispositivo de control es necesario para asegurar la supervivencia de la industria de contenidos. Entiende que aunque estas tecnologías de protección se llevan usando desde los años setenta, han experimentado un auge “ante la creciente popularidad de la piratería y las descargas

Las claves 1. Las tecnologías de la información cuestionan el marco legal vigente de protección de la propiedad intelectual. 2. Aunque la protección ha sido clave en el desarrollo de la innovación, nuevas formas de cooperación industrial indican que el libre uso de las invenciones también fomenta la competitividad. 3. La industria ha tendido a criminalizar a los consumidores sin reconocer que tiene parte de responsabilidad frente a la piratería y el delito contra la propiedad intelectual. 4. El nuevo marco de propiedad tiene que evitar las tentaciones de monopolio y buscar el equilibrio entre la propiedad privada de los bienes intangibles y el interés público de la innovación. 5. La idoneidad de los dispositivos electrónicos de control ha de marcarla el libre juego del mercado, sin excesivas injerencias del poder político o los grupos de interés.

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ilegales de archivos. La Federación de la Industria Fonográfica Internacional ha calculado que por cada descarga legal de una canción se produce una bajada ilegal de 40. Esto supone grandes pérdidas para la industria y ha influido mucho en la adopción del DRM”. La investigación afirma que el uso del DRM está reconocido en los tratados internacionales de propiedad intelectual, por lo que no se comprende que algunos países hayan tratado unilateralmente de prohibirlo. Pero lo más importante, a su juicio, es que trata de proteger una realidad, que las obras intelectuales y artísticas son muy costosas de realizar y que no resultan viables si no se garantiza una explotación exclusiva en un período determinado de tiempo. Por ello, lo recomendable es que se acepte el uso de los dispositivos electrónicos de control como una aplicación de la propiedad intelectual en la era digital. Los autores, Anne Jensen, Simon Moore y Meir Pugatch asumen que es conveniente fijar un marco común de utilización del DRM para que sirva a su objeto sin perjudicar al mercado y los derechos de los consumidores. No se niega que algunas medidas de protección han sido excesivas, por cuanto han ido más allá del bien protegido y han conculcado las normas del libre mercado. “Sin embargo, no es oportuna la presión que las autoridades de muchos países están ejerciendo para que la industria elimine el DRM. Hay que adecuar los dispositivos a los distintos tipos de contenidos y, sobre todo, dejar que sean las circunstancias del mercado las que indiquen si es conveniente impulsar o eliminar los sistemas digitales de protección”. En esta perspectiva se sitúa la opinión del Presidente de Apple, Steve Jobs, que considera que tal vez ha llegado el momento de eliminar el DRM para favorecer un crecimiento del mercado de los contenidos, teniendo en cuenta que con los nuevos sistemas de distribución estamos a las puertas de una revolución cultural. Sería lamentable que la falta de visión de los actores principales de este mercado frenara la expansión de la era digital. I Nº022 I 2007


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I TENDENCIAS EN POLÍTICAS PÚBLICAS

Cuando los riesgos locales se convierten en globales El cambio climático, la inestabilidad de Oriente Medio, el terrorismo internacional, el precio del petróleo, las armas de destrucción masiva… El mundo se está convirtiendo en un lugar peligroso, pero ¿qué pueden hacer los gobiernos para prevenir los riesgos globales? En la actualidad existen problemas que afectan a no sólo a un país, sino a varios Estados al mismo tiempo. Intentar paliar las consecuencias negativas puede resultar difícil, puesto que la coordinación de varios agentes no siempre es sencilla. Para tratar de minimizar las consecuencias negativas de los problemas internacionales, los gobiernos y las empresas han de abandonar estrategias obsoletas y deben aprender a identificar los riesgos y tener una rápida capacidad de reacción. Así lo pone de manifiesto el informe Global Risks 2007, del World Economic Forum. Éste identifica 23 riesgos clave, la mayoría de los cuales ha empeorado a lo largo del tiempo a pesar de que sus consecuencias negativas se hacen cada vez más patentes. Los peligros señalados son económicos (precio del petróleo, interrupciones del suministro energético, aterrizaje de la economía china), medioambientales (cambio climático, catástrofes naturales), geopolíticos (terrorismo internacional, proliferación de armas de destrucción masiva, inestabilidad de Oriente Medio), sociales (pandemias) y tecnológicos (ruptura de las infraestructuras de información). La colaboración es un factor importante a la hora de afrontar estos riesgos, tal y como indica Erwann Michel-Kerjan, de la Wharton School, entidad colaboradora del estudio: “los riesgos ya no son locales, sino globales. Una de las principales características de los riesgos globales es que ninguna organización o país por sí solo puede enfrentarse a ellos. El mundo es tan interdependiente que las acciones que transcurren a 5.000 millas pueden afectarnos. La sabiduría convencional nos dice que un país puede tener la capacidad de manejar futuros riesgos catastróficos, pero en un mundo cada vez más interdependiente esto no ocurre. La nueva era exige un nuevo modelo”. En ese contexto internacional, el estudio plantea dos medidas proactivas: el establecimiento de un oficial para controlar el riesgo de cada país y la creación de una ‘coalición de buena voluntad’. La primera propuesta requeriría que cada gobierno nombrara un oficial que analizara y priorizara los riesgos y explorara técnicas del sector privado para la gestión. El informe destaca que “a nivel internacional, los encuentros con los oficinales de cada país proporcionaría una gran coordinación y mitigaría los riesgos”. TENDENCIAS DE FUTURO I NEWSLETTER DEL THINK TANK INSTITUCIÓN FUTURO

“Una de las principales características de los riesgos globales es que ninguna organización o país por sí mismo puede enfrentarse a ellos” “Al establecer una coalición de buena voluntad se acaba con los problemas burocráticos que a menudo acompañan los esfuerzos de minimizar los riesgos internacionales”

La segunda medida, la ‘coalición de buena voluntad’ se crearía ad hoc para cada peligro específico durante un determinado periodo de tiempo. El estudio destaca que “la ventaja de esta coalición reside en que su estructura es flexible y sólo participan los estados interesados, lo que permite reducir las posibles obstrucciones de otros países”. Howard Kunreuther, de la Wharton School, enfatiza que “con este sistema se acaba con los problemas burocráticos que a menudo acompañan los esfuerzos de minimizar los riesgos internacionales”. RIESGOS CONCRETOS

El World Economic Forum también plantea soluciones muy concretas para los grandes problemas. Sobre el cambio climático, aconseja establecer un nuevo protocolo, sucesor del de Kioto, en el que Estados Unidos y los países en vías de desarrollo, como China, estén incluidos. Asimismo, recomienda que se expandan los mecanismos de mercado (como el intercambio de derechos de emisiones) “para fomentar la innovación, recompensar la eficiencia y facilitar el desarrollo de seguros y otras herramientas financieras que permitan administrar los riesgos procedentes de proyectos de reducción de emisiones”. Para combatir el terrorismo internacional, se propone mejorar el seguimiento de movimientos financieros para cortar la financiación de células terroristas, así como vincular la seguridad energética a consideraciones sobre el cambio climático. Sobre un posible shock en el precio del petróleo, el informe apuesta por eliminar los subsidios a los precios de la energía, lo que considera especialmente necesario para fomentar la eficiencia energética en mercados emergentes y en países ricos en hidrocarburos. Por último, sobre posibles pandemias, el World Economic Forum recomienda fortalecer las actividades de preparación, como simulaciones; desarrollar planes nacionales de vacunación; y sentar unas bases para la distribución de vacunas entre los países manufactureros y los consumidores. De todas las recomendaciones del informe, la más importante, puesto que supone un gran reto el llevarla a la práctica, es la de movilizar a los gobiernos y empresas para que se decidan a actuar, y lo hagan con la mayor celeridad posible. Kunreuther concluye que “a menudo se decide no invertir en medidas para reducir el riesgo porque no se alcanza a valorar los posibles beneficios que puede reportar”. I


TENDENCIAS EN POLÍTICAS PÚBLICAS

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Reformas en los hospitales británicos y norteamericanos Dos informes recientes de Mckinsey Quarterly (Transforming US hospitals) y el ippr (Hospital Reconfiguration) destacan la necesidad de reformar los sistemas hospitalarios en Estados Unidos y el Reino Unido Resulta interesante comparar tanto los motivos que según los expertos motivan dichos cambios como la forma de afrontarlos. El incremento de la competencia lleva a los hospitales norteamericanos a repensar su modelo de negocio, basándolo en mejoras de la calidad y el “value for money”. En el Reino Unido, se debate sobre los cambios necesarios para mejorar la calidad y la seguridad de la atención cercando el servicio a los pacientes y garantizando la equidad asistencial. EN ESTADOS UNIDOS

El entorno de los hospitales americanos está cambiando. Para competir y atraer un número elevado de clientes (pacientes) ya no es suficiente con disponer de tecnología y los mejores profesionales. Hoy en día, las aseguradoras (y por tanto los pacientes) disponen de mejor información sobre los precios y la calidad de la atención que ofrecen los hospitales. Pueden conocer sus deficiencias y ofrecer planes de seguros en los que detallan qué pueden esperar en cada hospital. La competencia también está aumentando por la aparición de proveedores más especializados, con acceso a enormes sumas de capital, tecnología y profesionales muy cualificados que en algunos casos pueden ser incluso inversores en este tipo centros (clínicas ambulatorias, centros de resonancias u hospitales especializados). Ante estos hechos, el informe de McKinsey Quarterly destaca que algunos hospitales ya están rediseñando su estrategia con el fin de ofrecer más valor, más calidad y una mejor atención a menores precios. Esta nueva estrategia se basa principalmente en centrar su esfuerzo en servicios específicos, (y no tanto en el hospital como un “todo”) pensando en ellos como si de “unidades de negocio” se tratara. Esto no es una tarea sencilla. Para decidir qué servicios priorizar, es necesario disponer de información precisa sobre las condiciones del mercado, la competencia, la demanda y la rentabilidad de dichos servicios. Toda esta información a menudo no existe o no es fácil de obtener. Es necesario también contar con personas con enorme capacidad de liderazgo para involucrar a los médicos y directivos de dichas especialidades y que trabajen en equipo compartiendo los objetivos del hospital. Esta nueva estrategia implica transformar y reestructurar las relaciones contractuales entre hospi-

“Para competir y atraer un número elevado de clientes (pacientes) ya no es suficiente con disponer de tecnología y los mejores profesionales” “Los políticos y los directivos de los hospitales deberán decidir cuál es el número y tamaño óptimo de los hospitales generales del Reino Unido”

tales y médicos. El informe sugiere dos mecanismos: que los hospitales empleen directamente a los médicos a cambio de una remuneración que dependa de la atención prestada, de su calidad y coste. Esto puede dar lugar a mejoras de la productividad de los médicos y un incremento de los ingresos que el hospital comparte en mayor medida con el médico. Otra posibilidad que ya se ha puesto en práctica en algunos hospitales es la de desarrollar joint-ventures entre hospitales y médicos. El objetivo de esta transformación no es otro que mejorar la calidad de los servicios prestados, aportando mayor valor, lo cual es fundamental para atraer más pacientes, garantizar la rentabilidad de los servicios y retener a los mejores profesionales. Esta mejora de la calidad asistencial es precisamente la que facilitará pasar a una estrategia basada en especialidades hospitalarias específicas aportando valor al conjunto del hospital. SEGURIDAD EN LA ATENCIÓN

En el Reino Unido la historia es diferente. Según el informe del ippr, los retos del sistema hospitalario no son tanto cómo enfrentarse a la competencia o atraer pacientes que garanticen su viabilidad. Para el think tank inglés, la necesidad de reestructurar la atención hospitalaria viene dada por la necesidad de mejorar la seguridad en la atención, acercarla a los pacientes, mejorar su eficiencia, dar una mejor respuesta a los cambios de salud y necesidades de la población, y mejorar la prevención y la equidad. Para ello, los políticos y los directivos de los hospitales deberán decidir cuál es el número y tamaño óptimo de los hospitales generales del Reino Unido. Esto varía en función de la especialidad. Mientras que las operaciones quirúrgicas de importancia y los servicios de emergencia (debido a las interdependencias entre servicios) deberían concentrarse en hospitales de mayor tamaño, otras funciones y servicios bien podrían desarrollarse en hospitales comarcales de menor tamaño y más cercanos a los pacientes. Esta distribución de las funciones podría tener importantes implicaciones desde el punto de vista de la calidad, el coste y el acceso a la atención. I Nº022 I 2007


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I TENDENCIAS EN POLÍTICAS PÚBLICAS

Servicios públicos: propuestas de reforma Aunque la cantidad de servicios públicos ofertados a los ciudadanos está aumentando, estos no están conformes con lo que reciben. Insatisfacción y falta de confianza son el resultado de un sistema que parece estar poco orientado a los clientes. ¿Cómo reformar esos servicios para mejorarlos? “Es necesario crear una fuerte cultura de servicios que permita a los ciudadanos tener un mayor protagonismo en los servicios que recibe”

Muchas organizaciones entienden que ofrecer un servicio al mínimo coste posible y con la mayor rentabilidad es todo un éxito. En este modelo, la satisfacción del cliente no es primordial, lo que contradice al propósito fundamental de los servicios: proporcionar soporte y ayuda a las personas para que desarrollen al máximo su potencial. De igual modo, los servicios públicos habrían de encontrar nuevas formas de conectar con sus usuarios y clientes, escucharlos y responderles de forma que estos estén seguros de que se les entiende. En España, los ciudadanos no parecen estar del todo contentos con los servicios públicos: les dan, de nota media, un 5,78. Según las últimas encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la asistencia sanitaria y el transporte público son los más valorados, y los que menos, las subvenciones y las ayudas públicas. En este contexto, el Institute for Public Policy Research (ippr) estudia en Innovation in Government: International perspectives on civil service re-

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form las reformas que los servicios públicos deberían llevar a cabo para poder adaptarse a los retos de los gobiernos del siglo XXI. La filosofía que ha marcado gran parte de los cambios ejecutados por los gobiernos ha sido la del “New Public Management” (NPM). Esta teoría se plantea cómo reaccionar a los cambios de un mundo globalizado, con una población cada vez más envejecida, con flujos de inmigración globales y con la revolución de la tecnología de la información. Guy Lodge y Susana Kalitowski entienden que “los servicios públicos no existen en el vacío, sino que lo que de ellos se demanda varía en respuesta del desarrollo del entorno”. Según la teoría del NPM, los servicios públicos están agotados, son rígidos, jerárquicos y sobre-centralizados, son ineficientes, el gobierno se mueve por su propio interés y no por el de los usuarios y no existe la cultura de buen rendimiento. Ahora bien, encontrar el modo de adaptarse a los cambios no es sencillo. El informe aboga por introducir una mentalidad más dinámica y flexible basada en la eficiencia mediante técnicas del sector privado. Al ponerlo en práctica, se privatizan ciertas funciones del gobierno cuando es posible o, en su lugar, se transfieren funciones a entidades menores. Además, se reemplaza al administrador público tradicional por un líder empresarial que ayuda a inculcar la idea a los trabajadores de que han de centrarse más en su productividad. La puesta en práctica de estas reformas no ha estado exenta de problemas.


TENDENCIAS EN POLÍTICAS PÚBLICAS

Por ejemplo, la fragmentación de los servicios públicos dificulta en ocasiones la coordinación. El estudio concluye que para conseguir un servicio público responsable se deben clarificar los respectivos roles y responsabilidades de los ministros y sus oficiales. Además, reconoce que las reformas de los servicios públicos deberían estar más abiertas a académicos y profesionales. Otro aspecto reseñable es “la necesidad de pensar de forma mucho más creativa sobre cómo conseguir que el público participe en la toma de decisiones colectivas”. De igual modo, los gobiernos deberían modificar sus estructuras verticales a horizontales, lo que en la práctica se traduce en “grupos de trabajo multidisciplinares equipados con los recursos necesarios y con apoyo ministerial que traten programas de políticas clave”. El think tank inglés Demos también se interesa por el funcionamiento de los servicios públicos. En The Journey to the Interface: how public service design can connect users to reform Sophia Parker, Subdirectora del think tank y coautora del estudio, argumenta que “el 80 por ciento de los consumidores británicos tuvo malas experiencias con el servicio al cliente el año pasado. El verdadero reto para los servicios públicos es cerrar el hueco existente entre lo que la gente quiere y necesita, y lo que las organizaciones que proveen servicios están haciendo”. Por eso aboga por crear una fuerte cultura de servicios que permita a los ciudadanos tener un mayor protagonismo en los servicios que recibe, desde la educación de sus hijos hasta el trabajo del ayuntamiento. Parker añade que “no existe ninguna garantía de que la inclusión de proveedores privados o de disciplina de mercado en el sector público vaya a ayudar”. El afán de los usuarios de los servicios públicos de estar más presente en asuntos como sanidad o educación es patente: El 91 por ciento de las personas con enfermedades de larga duración desearían

Altos funcionarios británicos El ippr ha analizado la actuación de los altos funcionarios británicos. En Accountability and performance in the senior civil service, el think tank británico repasa la labor de los 3.500 altos cargos (el uno por ciento del total de trabajadores públicos), personas clave para que todo el sistema público británico funcione de forma correcta. El ippr reconoce el mal funcionamiento de este servicio, aunque indica que este hecho no es nuevo. Sí resulta más novedoso el análisis profundo de las cau-

“Se aconseja que cada funcionario resuelva al menos 10 quejas al año procedentes de los ciudadanos, para así poder encontrar formas de mejorar”

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tener mayor poder de decisión en su tratamiento. Además, “NHS Direct [compañía médica mundial] recibe 600.000 llamadas al mes, y 52 millones de americanos consultan la red semanalmente sobre temas de salud”. Parker señala que “los usuarios de los servicios públicos necesitan jugar un papel más activo. Esto supone contactar con la gente en el punto de ‘entrega’. Los ciudadanos han de ser capaces de intervenir en las escuelas y en los hospitales”. Hasta ahora los sistemas de evaluación de los servicios públicos no han tenido en cuenta las experiencias directas de los ciudadanos, sino al contrario. A pesar de los esfuerzos de muchos innovadores por mejorar los servicios públicos británicos, “nuestro sistema público sigue pudiéndose definir como un modelo de producción en masa”. Los autores proponen un cambio, de forma que los indicadores clave estén basados en lo que opinan los ciudadanos. El reto conlleva dos aspectos. Por una parte, hay que conseguir mayores formas de satisfacción a través de los servicios públicos en el largo plazo. Por otra, hay que pensar en un enfoque distinto al ‘diseño de servicios’, uno que tenga en cuenta las experiencias e interacciones con los usuarios. No en vano, indica el estudio, “hace veinte años, cuando se le preguntaba a la gente qué buscaba la gente al hacer una compra, la respuesta más común era ‘calidad en el producto’. En 2004, la contestación más frecuente fue ‘honestidad’ ”. El estudio resulta muy concreto al indicar recomendaciones para gobiernos centrales y locales. Por ejemplo, aconseja que cada funcionario resuelva al menos 10 quejas al año procedentes de los ciudadanos, para así poder encontrar formas de mejorar. Además, al menos una vez cada semestre, los funcionarios deberían acudir a la “línea de fuego”, o lo que es lo mismo, los responsables de sanidad deberían visitar centros médicos, los encargados de educación habrían de acudir a colegios, etc. I

sas: el estudio concluye que la carencia de efectividad de éste se debe a los serios problemas de liderazgo corporativo que sufre. “Muchas de las debilidades del servicio público son achacables al inadecuado sistema de gobierno y sus confusos límites de responsabilidad. Estos fallos se podrían remediar con un mejor sistema”. El informe no achaca el mal funcionamiento del sistema a posibles deficiencias de los trabajadores, sino al modo en que están dirigidos. El estudio recomienda centralizar y fortalecer el servicio de funcionarios, encabezado por un jefe de servicio. Éste tendría el poder de gratificar a los emple-

ados que trabajaran de forma ejemplar y tendría también la capacidad de despedir a los que no rindieran lo suficiente. En definitiva, se dedicaría a realizar funciones ejecutivas y permitiría a los ministros británicos centrarse en la definición de políticas públicas. El ippr cree que los ministros también deberían estar más bajo el control parlamentario, y que deberían crearse nuevos poderes que hicieran lo mismo con los trabajadores públicos. Con estas reformas, “los funcionarios no se verán amenazados cada vez que haya un cambio de gobierno”. Ahora bien, el think tank reconoce que el debate sobre este asunto lleva a veces a la politización. I Nº022 I 2007


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I EL PRISMA LIBERAL

El sistema de pensiones chileno:

en la senda del éxito Como es sabido, Chile fue uno de los primeros países en transformar el modelo público de pensiones en un sistema privado. Ha sido necesario que pasen más de dos décadas para comprobar que la apuesta funciona, y que gracias a esta inciativa, la economía chilena funciona mejor y los trabajadores están mejor protegidos en el momento de su jubilación. Al fin y a al cabo, se trata de uno de los experimentos más radicales que sobre esta cuestión ha habido en el mundo, que se ha atrevido a desafiar una ortodoxia muy asentada en los países desarrollados. Por ello, no han faltado en estos años quienes han predecido un fracaso del sistema. Sin embargo, no se ha producido el esperado colapso de las pensiones. Más al contrario, el nuevo modelo ha contribuido a la revitalización de Chile, cuya economía destaca por delante de los demás países de América Latina. Después de 25 años, la rentabilidad neta media de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) ha sido de un 10 por ciento anual. Para Kristian Niemietz, del Institute of Economic Affairs, “el ejemplo de Chile muestra que la volatilidad de los mercados financieros, a menudo utilizada como argumento en contra de los fondos de pensiones, no ha sido un problema grave si se mantienen inversiones diversificadas”. Otro de los aspectos cuestionados por los partidarios de pensiones públicas es el de las consecuencias negativas que podría tener la bancarrota de un gestor de fondos. Según la experiencia chilena, el marco legal ha protegido de forma adecuada los intereses de los inversores, ya que la desaparición de

gestores no ha tenido efectos en la buena salud de los fondos. “Desde los años noventa, el número de AFP ha pasado de 21 a 6, sin que ello haya provocado problemas financieros. Ello se debe a que el fondo y la gestora son entes jurídicos diferenciados”. En cuanto a la influencia en la economía, el informe de Niemietz señala que se puede pensar que las pensiones privadas han contribuido a un incremento de los porcentajes totales de ahorro en inversión. Una prueba está en que el nivel de ahorro ha pasado de un 12 por ciento en los setenta hasta un 23 por ciento en los noventa, y esta última proporción se ha mantenido en la actualidad. Asimismo, el autor considera que el déficit público también se ha beneficiado de la privatización de las pensiones, ya que ha descendido notablemente en los últimos decenios. Por otra parte, se ha constatado que la elección de este sistema ha favorecido la creación de empleo y, sobre todo, el descenso de la economía sumergida. “Cuando los impuestos al trabajo disminuyen, también se reducen los incentivos para pervivir en la economía sumergida. Aumenta el sector de la economía formal, que suele ser más productivo. Con ello vemos que un modelo privado de pensiones puede ser positivo para el incremento del empleo y la productividad”. OPORTUNIDADES DE MEJORA

El autor reconoce que no todos los aspectos de la privatización son positivos. El sistema precisa de algunas mejoras para mejorar su eficacia. Una de las más importantes es, a su juicio, la necesidad de reducir los gastos de

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gestión que conlleva la administración de los fondos. “En este hecho influyen tanto los altos costes de las gestoras como la falta de competencia”. Tal como se ha señalado, el número de AFP ha descendido en todo el período. Ello, por una parte, obedece a que sólo han pervivido en el mercado las gestoras más capaces. Pero también tiene que ver con la rigidez del marco legal, que impide que las administradoras de fondos puedan desarrollar otras unidades de negocio, que les ayudaran a recortar los costes generales de gestión. “Por ejemplo, los gastos de marketing son proporcionalmente más elevados que en el caso de que las AFP estuvieran integradas en bancos o compañías de seguros”. Niemietz considera que sería necesario liberalizar las condiciones de acceso al mercado para favorecer a los ahorradores. En segundo lugar, el experto cree que todavía hay que esforzarse para que un mayor porcentaje de trabajadores contrate este tipo de pensión. “Sólo el 60 por ciento de la fuerza laboral recurre a los fondos privados”. Aunque Chile es el país con la proporción de trabajadores asegurados más elevada de Sudamérica, todavía quedan importantes grupos sin la adecuada cobertura, como los autónomos o los promotores de microempresas. “Las AFP no se han extendido entre estos colectivos, por lo que es preciso reformar el marco legal para conseguir que aumente la población con coberturas salariales”. Asimismo, el especialista piensa que desde el Gobierno debe promoverse la formación de los ciudadanos sobre lo que supone contratar un fondo privado. I


TENDENCIAS EN LA ECONOMÍA

Las pegas de la Tarifa Plana Fiscal La fiscalidad de tipo único, implantada en varios países de Europa del este, se perfila como una de las posibles soluciones al problema de recaudación de impuestos. Después de haber recibido multitud de alabanzas y de haberse aplicado en varios países, hay quienes dudan de su eficacia En los últimos 15 años se ha vivido con interés la implantación de la tarifa plana fiscal en varios países europeos. Este sistema unifica los tipos de impuestos de la renta, de sociedad, especiales y el IVA y permite que los individuos y las empresas soporten una carga fiscal unitaria. Si hasta ahora muchos expertos han defendido este sistema impositivo, parece que también existen quienes dudan de su implantación. Así lo pone de manifiesto The Flat Tax(es): Principles and Evidence, del International Monetary Fund. Según el informe, “el debate sobre la fiscalidad de tipo único ha estado marcado más por la retórica que por el análisis y la evidencia”. Estonia fue el primer país en implantar la tarifa plana fiscal en 1994. El establecimiento de este sistema supuso la reducción de impuestos al 26 por ciento, y está previsto que para 2009 alcance el 20 por ciento. Los ingresos personales aumentaron sustancialmente al introducir el nuevo sistema, lo que fomentó que, después de Letonia y Lituania, Rusia adoptara el mismo sistema en 2001. La reforma rusa combinó una fiscalidad de tipo único con una drástica reducción de la tasa de impuestos más alta de ingresos de trabajo. Otros países como Ucrania, la República Eslovaca, Georgia y Rumanía, siguieron el ejemplo ruso. Pero las reformas no parecen haber terminado. Según Michael Keen, Yitae Kin y Ricardo Varsano, autores del estudio, “el aparente éxito de la reforma provocó una segunda oleada de reformas fiscales que aún continúa. Aunque la euforia parece haberse calmado, este tipo de reformas está presente en la agenda de países como Costa Rica, la República Checa, Polonia y Eslovenia”. El informe desautoriza a quienes apoyan las reformas afirmando que “buena parte del entusiasmo de los defensores de la fiscalidad de tipo único está más ligado al recorte de impuestos, de forma particular en la parte alta de la distribución de ingresos, que a la unificación en sí”. Keen, Kin y Varsano reconocen que aunque la tarifa plana fiscal no resulte del todo óptima, tampoco existen razones para pensar que las imposiciones progresivas resulten mejores. Su estudio destaca que, excepto en Rusia, en los países de la segunda oleada de reformas la baja tarifa fiscal se ha asociado con una reducción en los ingresos públicos del IRPF. “Las respuestas de conducta quizá hayan mitigado la pérdida de ingresos,

“Normalmente han sido los nuevos gobiernos los que han adoptado la tarifa plana fiscal para señalizar un cambio hacia políticas orientadas al mercado” “El mero hecho de que estas reformas se estén extendiendo tanto socava su valor, porque pueden parecer muy fáciles de copiar”

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pero en ningún caso parece haberse aplicado un efecto Laffer: las reformas no han provocado efectos lo suficientemente fuertes por sí mismos como para compensar las pérdidas”. En el caso de Rusia, donde estas pérdidas sí se mitigaron, el informe subraya que existen pocas evidencias de que este hecho estuviera provocado por la reforma fiscal, “sino por una recuperación macroeconómica más extensa”. El impacto de la fiscalidad de tipo único en los incentivos de trabajo tampoco parece estar del todo comprobada. “Se piensa que con la reforma (reduciendo la tasa de impuestos marginal) se incentiva la creación de empleos por parte de las personas con los ingresos más elevados, pero al mismo tiempo se reduce la tasa de impuestos media, lo que supone una gran ambigüedad”. El estudio señala que, de manera habitual, han sido los nuevos gobiernos los que han adoptado la tarifa plana fiscal, “Gobiernos ansiosos por señalizar un cambio fundamental en el régimen hacia políticas más orientadas al mercado. En muchos casos, la señal ha sido bien recibida, pero en los países donde no hacía falta adquirir esa reputación, el atractivo de la reforma ha sido mucho menor”. Por último, los autores dudan de la sostenibilidad de las reformas. Estructuralmente, las tarifas planas adoptadas no procuran un marco coherente para tratar las dificultades que todo país afronta con los ingresos de capital extranjero. Más aún, “el mero hecho de que estas reformas se estén extendiendo tanto socava su valor, porque pueden parecer muy fáciles de copiar”. El informe concluye que aunque con toda seguridad habrá nuevos países que se sumen a este tipo de reformas, “lo más interesante será comprobar si algún país se separa de la causa”. I

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I TENDENCIAS EN LA ECONOMÍA

Globalización y diferencias sociales Con frecuencia se achaca a la globalización la cada vez mayor diferencia entre las clases altas y las bajas. Ahora bien, existen otros factores que explican las diferencias económicas La globalización es una realidad. La integración de las distintas economías nacionales en un único mercado capitalista mundial, el auge del comercio internacional y los cada vez mayores flujos de capital repercuten a millones de personas. Hay quienes se ven más beneficiados que otros y, de forma habitual, los trabajadores de clase media son los más perjudicados. Don’t blame globalisation for the squeezing of the middle class, estudio del Centre for European Policy Studies (CEPS), defiende que las desigualdades no se deben exclusivamente a la globalización. “El aumento de las diferencias económicas entre clases sociales depende de muchos factores, incluido el declive de las manufacturas y la reducción de las cargas fiscales progresivas; la globalización sólo tiene un impacto marginal”. Angel Ubide, autor del estudio, destaca que, en los últimos años, la economía internacional se ha visto afectada por dos shocks: uno es el de la globalización, “que combina la revolución de las tecnologías de la información, el aumento de la fuerza de trabajo en países como China e India, y la reducción de barreras al comercio”. El otro shock es el de la reducción de los tipos de interés real, provocado por la reacción a la crisis asiática y la explosión de la burbuja de inversión. Ambos poseen serias implicaciones: “una disminución del precio de la fuerza de trabajo, puesto que la oferta de trabajadores ha aumentado, un aumento en el retorno de capitales y un constante crecimiento del precio de los activos”. Por lo tanto, no se puede achacar a la globalización en exclusiva el perjuicio que están sufriendo los trabajadores de clase media.

“Culpar a la globalización por el aumento de diferencias económicas entre clases es una sobre simplificación peligrosa” ”El desarrollo económico y tecnológico ha dejado de ser un problema para el medio ambiente para pasar a ser la solución”

GANADORES Y PERDEDORES

El estudio destaca que los ganadores de este proceso son aquellos cuyos ingresos están más ligados al capital y a los activos, “básicamente las clases altas que pueden permitirse tener su propia casa y que poseen acciones bursátiles. Los perdedores son aquellos cuyos ingresos están más ligados a sus salarios”. Dado que

el principal valor del trabajador medio es su capital humano, y dado que éste está sujeto a las presiones competitivas globales, los trabajadores de todo tipo de capacitación se ven afectados. “Contrariamente a la creencia general, incluso los trabajadores con mayores cualificaciones sufren las consecuencias”.

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Al plantearse las posibles soluciones al problema, el informe descarta aplicar políticas proteccionistas “porque el libre comercio y el aperturismo son inequívocamente positivos para el crecimiento global”. Asimismo, el CEPS propone pautas para mejorar la situación de las clases medias, de entre las que destaca el mejorar las políticas sociales para apoyar a los afectados por la temporalidad y a quienes les afecta la reubicación de los procesos productivos a otros países. Esta medida tiene diferentes implicaciones según el país en el que se lleva a cabo. “En Estados Unidos, donde las ayudas de asistencia social están ligadas a la posesión de un trabajo, la clave es aumentar la portabilidad de los beneficios para que encajen con la transferencia de los empleos”. En Europa, por el contrario, la solución residiría en reformar el sistema del Estado de bienestar para proporcionar un amplio apoyo a los trabajadores, no a los empleos, para reducir así la rigidez del mercado laboral. Otra estrategia planteada es la de mejorar el capital humano de los trabajadores aumentando las inversiones en investigación y desarrollo. “Está claro que los modelos de crecimiento basados en trabajadores con bajas cualificaciones no son sostenibles en los países desarrollados”. Por último, el informe concluye que realizar ajustes fiscales quizá no resultara políticamente viable, y por ello no debería ser una prioridad. En esta misma línea de pensamiento se encuentra el libro The Improving State of the World: Why We’re Living Longer, Healthier, More Comfortable Lives on a Cleaner Planet, editado por el CATO Institute. Ante la creencia general de que la globalización está perjudicando a la humanidad y al medio ambiente, Indur M. Goklany afirma que las cosas serían mucho peores si no tuviera lugar este fenómeno. El autor demuestra que, aunque en un primer momento el desarrollo pueda tener implicaciones medioambientales negativas, en el largo plazo el crecimiento económico, el cambio tecnológico y el libre comercio han fomentado el “círculo de progreso” en el que nos hallamos. El desarrollo económico y tecnológico ha dejado de ser un problema para el medio ambiente para pasar a ser la solución. I


TENDENCIAS EN LA ECONOMÍA

La necesidad de las instituciones económicas internacionales En los últimos tiempos, se ha puesto en duda de forma repetida el papel y el funcionamiento de las instituciones económicas internacionales. ¿Necesitamos realmente estas instituciones? En un contexto de economía globalizada, y ante la incapacidad de la Organización Mundial de Comercio, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial para afrontar muchos de los retos que históricamente dan sentido a su existencia, se escuchan voces críticas que demandan una transformación completa, o incluso la desaparición, de estos organismos. Por ello, la pregunta ¿necesitamos realmente estas instituciones?, sigue siendo una cuestión de enorme trascendencia. El estudio Power Shift. Do we need better global economic institutions? del Institute for Public Policy Research aborda esta cuestión, tanto desde una perspectiva retrospectiva como, sobre todo, desde el punto de vista del papel de estas instituciones en el futuro más inmediato. La idea central del informe es que estos tres organismos globales son hoy más necesarios que nunca, precisamente en un momento en que evidencian con claridad sus limitaciones, sus problemas de gobierno interno, su incapacidad para cumplir con la misión que los guía y con las exigencias que se plantean en un entorno económico global, dominado por las crecientes desigualdades, por la agudización de la pobreza, de la inestabilidad financiera, etc. “Una lección que se puede extraer de la experiencia histórica es que la existencia de organizaciones internacionales efectivas es el equivalente a la existencia de unas normas de tráfico y de una política de mantenimiento de las carreteras de la economía global”. Sin embargo, el estudio analiza cómo estas instituciones siguen reflejando en gran medida la lógica del mundo surgido tras la Segunda Guerra Mundial, con pocas adaptaciones a las posteriores transformaciones vividas como consecuencia de la descolonización, del fin de la Guerra Fría, del auge de nuevas economías emergentes, y de las ansias de democratización del gobierno de este tipo de organizaciones. Como consecuencia, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio se ven en muchas ocasiones más como frenos para un desarrollo sano de la economía global, que como garantes de las condiciones que ésta necesita: estabilidad financiera, un sistema de asistencia y ayuda a las economías menos desarrolladas, y un verdadero funcionamiento del libre mercado. Estas condiciones, verdaderos “bienes pú-

“La Organización Mundial de Comercio, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial son hoy más necesarios que nunca” “En muchas ocasiones, las instituciones económicas internacionales se ven más como frenos para un desarrollo sano de la economía global, que como garantes de las condiciones que ésta necesita”

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blicos” internacionales, deben guiar la actuación de los citados organismos, pero su influencia no sólo puede quedar reducida a la solución de esos “problemas de mercado”, generados por una lógica de la economía globalizada. El informe propone que es tan importante o más que esas tres instituciones recuperen un cierto liderazgo moral, para definir los valores, aspiraciones y esperanzas que movilicen la actuación multilateral de los gobiernos en la dirección acertada. “La existencia de instituciones internacionales hace posible que los gobiernos actúen conjuntamente para fijar objetivos como una mayor equidad económica, una significativa reducción de la pobreza global, o un incremento sustancial del nivel de educación y alfabetismo global”. Según el estudio, el FMI, el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio han perdido, en gran medida, su capacidad para generar confianza en los beneficios de la cooperación internacional. Los motivos de esa pérdida de confianza han sido bastante parecidos en los tres organismos –problemas de gobierno interno, de representatividad internacional, de dependencia de intereses privados y nacionales concretos, de posicionamientos ideológicos parciales, etc.-, y por ello los ejes de su necesaria reforma también son en parte comunes. Hay sobre todo tres tendencias que ya están exigiendo que las reformas vayan en una cierta dirección. La primera es la necesidad de dar mayor protagonismo en esas instituciones a los nuevos poderes que exigen un puesto de peso en la escena internacional. Son países como Rusia, China, India, Brasil, Argentina, Venezuela, que en la práctica ya tienen, de facto, el poder de incidir decisivamente en las reglas de juego que gobiernan cuestiones tan importantes como los tipos de cambio, el sector de la energía, el comercio internacional, etc. Ese prota-

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I EL FUTURO EN PERSONA

gonismo de los nuevos poderes tiene que manifestarse en la reforma del sistema de gobierno de estos organismos, de sus procedimientos para la toma de decisiones, y en la reformulación de sus objetivos. La segunda tendencia tiene que ver con las transformaciones que se viven en el ámbito de las regulaciones internacionales. En el pasado, esos sistemas de reglas surgían de un modelo centrado en la capacidad normativa y punitiva de los estados, pero en la actualidad los sistemas de regulación de actividades, gobiernos, compañías, etc., tienden más a la descentralización, a la capacidad de influir en esa regulación desde múltiples instancias (ciudadanos, accionistas, empleados, etc.). En ese entorno, el verdadero reto es superar el modelo de normas y sanciones formales, para pasar a un es-

quema en el que lo que se busque es promover principios de actuación, valores y objetivos compartidos por los países, que a todos interese realmente impulsar y controlar. Finalmente, la tercera fuerza que impulsa hacia la necesaria reforma de estos organismos es el creciente peso que están teniendo en el sistema de gobierno económico global las redes de expertos, líderes, reguladores, etc. que actúan informalmente para impulsar ideas, valores, proyectos, etc. Cabe citar entre esas redes al G7, el Grupo de los Siete Ministros de Finanzas, así como otras iniciativas de este tipo creadas también por países emergentes. Las instituciones internacionales deben aprovechar la existencia de estas redes, y ser sensibles a las preocupaciones que unen a sus miembros.

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El cambio de estos organismos internacionales hacia estructuras más abiertas, descentralizadas, democráticas, más sensibles hacia los intereses de las economías emergentes y desfavorecidas, en definitiva, menos dependientes de las economías y los intereses de las grandes potencias, plantea siempre el problema del trade-off entre eficiencia y legitimidad. Habitualmente, quienes desean dejar estas instituciones como están, o modificarlas sólo superficialmente, aducen que la ganancia en legitimidad que se puede derivar de un cambio profundo –hacia organismos más democráticos, participativos, etc.- no compensa la pérdida de eficiencia que llevaría consigo –ya que costaría mucho más tomar decisiones, actuar con rapidez, imponer sanciones, obligar a cumplirlas, etc.-. Citan para ello, como muestra de lo que podría suceder, las dificultades que existen para hacer más operativa la Asamblea General de las Naciones Unidas. Sin embargo, el informe concluye desautorizando esta crítica, ya que su autor defiende que en el caso de las instituciones económicas globales, la legitimidad, sobre todo concretada en un mayor y más activa participación de agentes interesados, es de hecho un prerrequisito de la eficiencia. El estudio concluye con la siguiente alternativa de actuación para los grandes poderes, que en la actualidad dominan estas instituciones: “Europa y Estados Unidos se enfrentan a nuevos retos políticos, económico y de seguridad. También serán retados muy pronto en su papel de reguladores económicos clave por nuevos poderes que emergen en la economía global, dispuestos a cambiar algunas de las normas vigentes en la actualidad. Por otra parte, la posición tradicional de ambas potencias también está siendo asediada por nuevas redes de interés, que en muchos casos refuerzan las aspiraciones de los nuevos poderes emergentes, y que en conjunto desafían la forma de regular el sistema económico global, con enfoques más abiertos y participativos. Por eso, quienes han establecido las reglas del statu quo tienen la posibilidad de reformar las instituciones existentes, teniendo en cuenta esas realidades, o simplemente dejarlas que marchiten al ritmo que marchita su propio poder”. I


CON VISIÓN

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PABLO PARDO

La compleja cara de la desigualdad

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n los últimos años, el debate se ha acentuado. Por un lado, están quienes consideran que el modelo económico de EE.UU. fomenta el empobrecimiento de una parte de la población. Ese punto de vista se suma a la tesis de que la globalización supone virtualmente la eliminación de la clase media. Es una idea defendida por economistas de enorme prestigio, como Paul Krugman—en su artículo The Dissappearing Middle (El centro que desaparece), publicado en la edición dominical del New York Times en 2004—y el Nobel Joseph Stiglitz. Dos estudiosos más jóvenes—Emmanuel Saez, de Berkeley, y Thomas Piketty, de la francesa ENA—están ahora mismo labrándose un prestigio internacional gracias a sus estudios sobre el aumento de las diferencias de renta en EE.UU. Una teoría que ha sido incluso aceptada por publicaciones liberales, como The Economist, y cuya principal argumentación puede resumirse en que, según las estadísticas oficiales, la cuota de la renta nacional en manos del 1 por ciento de la población con mayores ingresos está ahora a su nivel más alto desde los años 20, mientras que la de la clase media sigue más o menos igual que hace 30 años. Sin embargo, hay quien no acepta esas estimaciones. Y, en parte, por cuestiones metodológicas, puesto que la mayor parte de los estudios sobre la distribución de la renta en EE.UU. se realizan a partir del pago del IRPF por los contribuyentes. Y en EE.UU. el sistema fiscal está tremendamente distorsionado, hasta el punto de que en los últimos años los asesores fiscales han empezado a registrar determinados trucos para desgravar en el registro de la propiedad intelectual. Esa anécdota revela la sofisticación fiscal de algunos estadounidenses. Y también la escasa fiabilidad de su sistema impositivo para reflejar la marcha real de la economía del país. Un reciente estudio del Cato Institute, un think tank liberal de Washington,

Hablar de la desigualdad en Estados Unidos es, más que una cuestión económica o social, algo político. La controversia sobre el modelo económico estadounidense, sobre sus actuaciones políticas y sobre su Gobierno—y en particular sobre su presidente, George W. Bush—es tan marcada que es difícil saber si en Estados Unidos la pobreza crece o disminuye, o incluso qué consideran los estadounidenses como pobre

“Las ayudas públicas a los sectores de rentas más bajas no tributan, con lo que sus receptores no aparecen, a efectos fiscales, con la riqueza real que tienen” “La cuota de la renta nacional en manos del 1 por ciento de la población con mayores ingresos está ahora a su nivel más alto desde los años 20”

explica esas variaciones en buena medida a los frecuentes cambios del modelo impositivo de Estados Unidos. El autor del informe es Alan Reynolds, un conocido defensor de la economía de la oferta que estuvo en el primer equipo de Ronald Reagan, junto con Larry Kudlow— que ahora tiene un programa en la cadena de televisión especializada en economía CNBC—, Alan Greenspan—que dirigiría durante 18 años la Reserva Federal—y David Stockman, que tuvo que dejar la Administración en 1981 después de haber criticado duramente la falta de

contención del gasto de Reagan en una entrevista a la revista The Atlantic Monthly. Según Reynolds, “los informes sobre la cuota de la renta nacional del 1 por ciento [con mayores ingresos] ha cambiado rápidamente en los periodos en los que el marco fiscal ha cambiado”. EE.UU. ha tenido seis reformas fiscales que han afectado a los tramos del IRPF desde 1981. Varias de esas reformas—en 1981, 1986, 2001 y 2003—han reducido, por ejemplo, los tipos máximos. Eso ha provocado una menor evasión de impuestos por las personas que más pagan, lo que a su vez implica que ese grupo de contribuyentes aparezca como más rico—al menos, de acuerdo a las estadísticas oficiales—de lo que era antes. Como señala el cato, “la cuota [de los ingresos nacionales] del 1 por ciento saltó del 9,1 por ciento en 1985 y 1986, cuando el tipo marginal máximo era del 50 por ciento, al 13,2 por ciento en 1988, cuando el tipo cayó al 28 por ciento. Eso supone un chorro de desigualdad en apenas dos años”. Otros elementos que contribuyen a esas distorsión son, paradójicamente, las ayudas públicas a los sectores de rentas más bajas. Esas ayudas públicas, evidentemente, no tributan, con lo que sus receptores no aparecen, a efectos fiscales, con la riqueza real que tienen. Algo similar sucede con la expansión de los planes de pensiones privados, que en EE.UU. se denominan 401 (k), para referirse a planes individuales pero que realizan los trabajadores de una determinada empresa. Esos planes tienen un tratamiento fiscal favorable, con lo que una parte significativa de las plusvalías y demás rentas del capital que obtienen las clases medias no aparece en las estadísticas. Así pues, la desigualdad en EE.UU. ¿crece o no? Contrariamente a la sabiduría convencional, Reynolds afirma que probablemente no, pero que, en todo caso, estamos utilizando las herramientas erróneas para detectarlo. I Nº022 I 2007


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I TENDENCIAS EN LA EMPRESA

Flexibilidad de los mercados de trabajo europeos El mercado de trabajo europeo carece de la flexibilidad necesaria para que los empleos disponibles sean cubiertos por trabajadores capacitados. No es de extrañar que los objetivos de Lisboa no se estén cumpliendo “El desarrollo de contratos de diferente duración variable es una prueba de que incluso en los países europeos con mercados laborales más rígidos, la flexibilidad va en aumento”

La Estrategia de Lisboa, adoptada en 2000 por la Unión Europea, pretendía que la economía europea fuera más competitiva y dinámica. Para ello, se fijó como objetivo alcanzar una tasa de empleo del 70 por ciento para la UE-15 para el 2010. A día de hoy, son pocos los países que ya cumplen con esos objetivos (Dinamarca, Holanda, Suecia y Reino Unido), y las previsiones indican que, a nivel global, los objetivos de Lisboa no podrán cumplirse a tiempo. En este contexto, existe una paradoja: a pesar de las altas tasas de desempleo, hay muchos puestos de trabajo que aún no han sido ocupados. Este hecho indica una de las mayores debilidades del sistema de trabajo europeo: la ineficiencia en el proceso de ajustar los empleos con los posibles candidatos, lo que está relacionado con la flexibilidad. La heterogeneidad estructural entre trabajos creados y perdidos se debe a las diferencias de salario cualificaciones, edad… Así lo analiza el Centre for European Policy Studies (CEPS) en Getting Europe to Work. The Role of Flexibility in Tapping the Unused Potencial in European Labour Markets. El think tank belga señala que el mercado de trabajo debería ser lo suficientemente flexible para hacer frente a los cambios en la demanda de capital humano. Anna Turmann, autora del estudio, considera que un mercado de trabajo flexible “es aquel que no tiene impediTENDENCIAS DE FUTURO I NEWSLETTER DEL THINK TANK INSTITUCIÓN FUTURO

“La desregulación no es una condición ni suficiente ni necesaria para la flexibilidad. En cambio, muchas otras medidas como la educación o la promoción de la movilidad regional pueden mejorarla”

mentos financieros, institucionales, políticos o culturales”. Sobre cómo cuantificar el grado de flexibilidad, Turmann reconoce que no es una tarea sencilla, aunque “existen varios elementos que se pueden observar de forma empírica y que van unidos a la flexibilidad del mercado laboral”. Entre esos elementos destacan los trabajos temporales y a tiempo parcial, la adquisición de nuevas cualificaciones, la movilidad ocupacional y lo riguroso de la legislación laboral. Por el contrario, “las regulaciones proteccionistas con el empleo tienden a reducir los despidos, pero también las contrataciones”. REGULACIÓN

El estudio considera que el propósito de las regulaciones es organizar las operaciones del mercado de trabajo y establecer unas reglas comúnmente aceptadas por las que trabajadores y empleadores se benefician. Ahora bien, el CEPS subraya que flexibilización no debería equipararse con desregulación: “La desregulación no es una condición ni suficiente ni necesaria para la flexibilidad. En cambio, muchas otras medidas como la educación o la promoción de la movilidad regional pueden mejorarla”. De hecho, los efectos de las medidas de protección del empleo en los mercados de trabajo son, según el informe, la reducción de las oportunidades de empleo para mujeres y jóvenes. En opinión de la autora, los trabajos a tiempo parcial y los temporales son clave para flexibilizar los mercados. Sobre el primer elemento, el trabajo a tiempo parcial, destaca que aunque aún no es muy común en los nuevos estados miembros, ha aumentado durante los últimos 20 años. La demanda por parte de mujeres de este tipo de empleos, atribuible a su interés por conciliar su vida familiar y profesional, ha sido la principal fuerza impulsora. “En Holanda casi el 75 por ciento de las mujeres escogen esta forma de trabajo, mientras que en Bélgica, Austria, Suecia y Reino Unido la cifra ronda el 40 por ciento” Por su parte, los trabajos temporales han crecido de forma rápida, sin embargo, no existe un patrón determinado: “el número de empleados a tiempo parcial varía en los estados miembros, pero las diferencias entre nuevos y antiguos miembros son menores que las percibidas en el trabajo a tiempo parcial”. España destaca por ser uno de los países con un mayor porcentaje de empleados con contratos temporales (30 por ciento). Por el contrario, en Estonia, Luxemburgo, Irlanda, Eslovaquia y Reino Unido sólo el 5 por ciento de los empleos son temporales. El desarrollo de contratos de duración variable es una prueba de que incluso en los países europeos con mercados laborales más rígidos, la flexibilidad va en aumento. I


TENDENCIAS EN LA EMPRESA

Reinventar la innovación en los bienes de consumo El que cada vez se lancen más productos al mercado no significa que todos ellos sean innovadores. ¿Qué pautas han de tener en cuenta los directivos para poder desarrollar productos realmente novedosos? Durante años, las compañías productoras de bienes de consumo han fomentado la innovación mediante la creación de nuevos productos. Se sabe que las inversiones en esta área reportan beneficios, pero ¿cómo de fácil resulta desarrollar productos novedosos? Al parecer, no es sencillo. “Se lanzan al mercado muchos productos nuevos, pero pocos de ellos son realmente innovadores”. Esa es la opinión de Eric Roth y Kevin Sneader, de The McKinsey Quarterly. En Reinventing innovation at consumer goods companies, ambos autores afirman que cuanto más innovador es un producto, más aceptación y más ventas tiene entre los consumidores. Un producto innovador es aquel que posee beneficios nuevos o añadidos en su formulación, posicionamiento, embalaje, tecnología, cobertura de necesidades o comercialización. Partiendo de esta idea, los autores abogan por eliminar las ortodoxias que durante años han sustentado la actuación de estas empresas y que limitan el desarrollo de nuevas ideas.

“Muchas empresas han triunfado con investigaciones etnográficas o antropológicas, como por ejemplo la técnica de vivir con el consumidor”

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ciales consumidores y el modo en que esa información se emplea. “Muchos han triunfado con investigaciones etnográficas o antropológicas, como por ejemplo la técnica de ‘vivir con el consumidor’: consiste en observar a la gente comprando y usando los productos en las tiendas, en el trabajo, en restaurantes o en sus casas”. El tercer mito que Roth y Sneader pretenden desbancar es el de que hay que confiar en los propios recursos de la empresa. Muchas empresas dependen de sus capacidades internas para desarrollar bienes de consumo innovadores, y muy pocas son conscientes de que acudir a agentes externos puede beneficiarles. Ahora bien, el estudio reconoce que recurrir a colaboradores externos tiene sus peligros. “En el caso particular de las empresas de bienes de consumo, se corre el riesgo de que las agencias creativas acaben convirtiéndose en parte de la compañía y pierdan la perspectiva externa necesaria”. Por último, el informe no cree que las empresas hayan de desarrollar muchas ideas: “Nuestros análisis más recientes confirman que las empresas de bienes de consumo poseen más ideas que capacidad para desarrollarlas”. El problema surge cuando no se sabe discernir qué propuestas son válidas y cuales hay que descartar. I

ORTODOXIAS

El estudio considera que existen cuatro tópicos que aún se aplican en la creación de productos. El primero de ellos se refiere a la idea de que la innovación se basa en modelos de negocio y categorías ya establecidos. “Las compañías productoras de bienes de consumo que se ciñen a lo que saben consideran que pueden generar resultados predecibles”. Ahora bien, cuando estas empresas se liberan de esta ortodoxia, la posibilidad de que surjan nuevas ideas aumenta. El informe pone como ejemplos el extender la marca existente a otros productos o crear una marca que esté presente en varias categorías y negocios. Otro aspecto que el informe pone en duda es el uso de ‘focus groups’, sesiones que realizan las empresas para conseguir información de los posibles consumidores. La supervivencia de esta y otras técnicas para conocer las opiniones de los consumidores se entiende por su rapidez y su eficiencia de costes. “Sin embargo, hay tantas empresas utilizando la misma herramienta que los resultados son indiferenciados. Además, los métodos de investigación tradiciones ofrecen en ocasiones información incompleta porque raramente permiten experimentar todos los beneficios del hipotético producto”. Las empresas deberían diversificar las técnicas con las que obtienen información sobre los potenNº022 I 2007


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I TENDENCIAS EN LA EMPRESA

Web 2.0 también en las empresas Parece evidente que las nuevas tecnologías son clave para el desarrollo de las empresas. La Web 2.0 y todos los recursos que ofrece pueden emplearse para mejorar la productividad de las compañías. Todos lo tienen claro; todos menos las empresas, que aún se resisten a invertir en una tecnología que otorga ‘voz’ a todos los trabajadores “Las estructuras jerárquicas de las empresas, donde la información es poder, no favorecen las herramientas de la Web 2.0, que precisamente fomentan la puesta en común de información” “Los wikis y los twitter son herramientas novedosas que pueden resultar de gran utilidad en la empresa”

Las herramientas que ofrece la Web 2.0 permiten la puesta en común de conocimientos y facilitan la interacción y la creación de redes sociales. Las aplicaciones y páginas de Internet que utilizan la inteligencia colectiva prestan servicios interactivos en los que los usuarios pueden participar. Mediante la participación ciudadana se consigue la puesta en común de ideas. Hasta hace poco no se pensaba que estas herramientas pudieran emplearse en las empresas; pero esa idea ha cambiado. El empleo de blogs, vídeos online y descargas de archivos audiovisuales se impone cada vez más en las compañías, aunque aún queda mucho camino por recorrer. Así lo pone de manifiesto How businesses are using Web 2.0, elaborado por The McKinsey Quarterly. El estudio recoge una encuesta realizada a casi 3.000 ejecutivos de empresas internacionales. De ésta se concluye que “existe un gran interés en esta tendencia, pero al mismo tiempo hay mucha prevención”. La herramienta señalada como más importante fue los servicios web, que incluye software que facilita la comunicación interna y externa. La sindicación de contenidos web (RSS) y los podcast (archivos de audio) también parecen ser populares. De hecho, más de la mitad de los encuestados afirmaron estar satisfechos con los resultados de sus inversiones en tecnologías de Internet y prevén mantenerlas o aumentarlas. Es más, preguntados sobre qué hubieran hecho diferente respecto a la implantación de estas tecnologías, muchos consideran que deberían haber apostado antes por ellas. Por países, China y la India, como países emergente en materia económica, prevén desarrollar la inversión en tecnologías Web 2.0 más ambiciosa. En concreto, pretenden desarrollar las ‘peer to peer networks’, redes que permiten compartir archivos a través de Internet o a un número de usuarios limitado. En el extremo opuesto, los países latinoamericanos no terminan de valorar la importancia de la Web 2.0 para sus negocios. En general, estas herramientas se emplean para mejorar la comunicación de la compañía con sus clientes y socios empresariales y fomentar la colaboración dentro de la empresa. Sin embargo, llama la atención el poco uso que se hace de los blogs para mejorar el servicio al cliente. Tampoco parece que

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las posibilidades de la Web 2.0 se empleen en diseñar y desarrollar nuevos productos. TEMORES

El estudio añade que “aunque las compañías expresan satisfacción con sus inversiones en Internet y admiten que las tecnologías de la Web 2.0 resultan estratégicas, no todas confían en las herramientas más conocidas, como blogs, sino que le prestan más atención a tecnologías que permiten la automatización y el networking”. Tal y como publicaba Jacques Bughin en BusinessWeek, la razón por la que no se está explotando todo el potencial empresarial de los blogs es que la compañías aún tienen miedo. El experto opina que la puesta en común de información no siempre es ventajosa, puesto que no todo el mundo tiene cosas relevantes que aportar; de ahí que las empresas teman poner en marcha sistemas en los que varias personas contribuir. Según Bughin, otra barrera para implantar esta tecnología es la estructura jerárquica de las compañías, donde la información es poder. “El problema es que la gente que posee mucho conocimiento tiende a mantenerlo para sí mismo”. Al compartirlo, temen perder su estatus dentro de la organización. Precisamente una de las herramientas que podría ser de gran utilidad en la empresa, a pesar de los mencionados temores de los directivos, son los ‘wiki’. E-Commerce Times publicaba cómo los wikis corporativos se están poniendo de moda. Un wiki es una web que puede ser modificada por varios usuarios. Esta idea, extrapolada a la empresa, puede coordinar el flujo de ideas dentro de la empresa, lo que ya se ha demostrado en varias empresas como efectivo a la hora de aumentar la productividad. Además, el wiki puede convertirse en una herramienta útil para recortar el uso del email. Tanto la finlandesa Nokia como el banco Dresdner Kleinwort lo pusieron en práctica hace dos años, y desde entonces reconocen que la productividad se ha incrementado de manera visible. En esta misma línea se están desarrollando los ‘twitter’, una comunidad web que pretende responder a una sencilla pregunta: ¿qué estás haciendo? Al igual que con los wikis, su aplicación empresarial puede convertirse en un buen canal de comunicación. I


TENDENCIAS EN LA SOCIEDAD

Reforma del sistema de becas universitarias en Estados Unidos En Estados Unidos existen una serie de programas de ayuda económica a los estudiantes universitarios con menos recursos. Sin embargo, hay quienes opinan que el sistema está en quiebra debido a la escasez de transparencia, predictibilidad y eficacia Una de las peculiaridades de Estados Unidos es que allí los think tank son verdaderamente influyentes. El American Enterprise Institute es el semillero de ideas de la Administración Bush, y la Heritage Foundation, el de los republicanos más tradicionales. Igualmente, la Brookings Institution es el think tank del ala centrista del Partido Demócrata, hasta el punto de que en Washington se la califica, entre bromas y veras, de “la Administración Clinton en el exilio”, por la presencia en ella de altos cargos que sirvieron bajo ese presidente. Y no cabe duda de que si en 2008 gana Hillary Clinton, todos esos analistas volverán a la casa Blanca, el Tesoro, el Departamento de Estado y el Pentágono. Hace justo un año, Robert Rubin, uno de los mayores cerebros—si no el mayor—de la Administración Clinton, puso en marcha un nuevo laboratorio de ideas económicas dentro de la Brookings. La iniciativa se denomina Proyecto Hamilton, en homenaje al primer secretario del Tesoro de la Historia de EE.UU., y pretende reforzar el sector más centrista y favorable al libre mercado del Partido Demócrata. En otras palabras: a Hillary Clinton. Una iniciativa controvertida. Sobre todo, en la casa de los Rubin, donde el hijo del ex secretario del Tesoro, James, es un asesor de Barak Obama, el rival mas serio de Hillary Clinton por la nominación a la presidencia. En cualquier caso, nadie está mejor cualificado para diseñar el programa de un partido moderno que Rubin senior, que en sus cinco años como secretario del Tesoro, de 1994 a 1999 fue el verdadero artífice, junto con Alan Greenspan, de la expansión de la economía de EE.UU. Rubin, además, fue quien convenció a sus correligionarios para que abandonaran sus pretensiones de introducir cláusulas sociales y medioambientales en los tratados de libre comercio y

“El estudio propone un incremento del 18 por ciento del presupuesto de becas e implantar el sistema de ‘cupones’” “En EE.UU. cada día es más tardía la edad en la que las personas terminan sus estudios, mientras que un número creciente de individuos combina educación y trabajo”

en la OMC. Su experiencia política, finalmente, se combina con su carácter de directivo estrella del sector privado, donde fue presidente del mayor banco de inversión del mundo, Goldman Sachs, y de la mayor empresa de servicios financieros, Citigroup. El último informe del Proyecto Hamilton, College Grants on a Postcard: A Proposal for Simple and Predictable Federal Student Aid, realizado por las profesoras de Harvard Susan Dynarski y

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Judith Scott-Clayton, hace referencia a una cuestión fundamental en EE.UU. (y en todo país, desarrollado o no): el acceso a la educación superior. En la primera economía mundial existen una serie de programas de ayuda económica a los estudiantes con menos recursos. Sólo las Becas Pell—ayudas a fondo perdido—y los dos sistemas de créditos fiscales para la enseñanza vigentes en EE.UU. dan cada año alrededor de 17.100 millones de dólares (12.453 millones de euros al cambio actual) a unos 10,5 millones de jóvenes estadounidenses. Son unas ayudas importantes, no tanto por su volumen—que en promedio oscilan entre los 838 dólares (611 euros) de los créditos y los 2.354 dólares (1.718 euros) de las Becas, sino por el hecho de que en Estados Unidos la enseñanza universitaria es muy cara y, además, su coste aumenta muy por encima de la inflación, y esto es algo válido igualmente para las instituciones privadas como para las públicas. Por tanto, cualquier ayuda es vital para que una familia de renta media-baja o baja pueda dar una formación universitaria para sus hijos. Y, sobre todo, para que un estudiante pueda tener capacidad de elegir, y sea capaz de permitirse ir a una universidad mejor—pero más cara—que a una de calidad inferior y matrícula más barata. Sin embargo, el estudio resume todos estos programas con una sola frase: “El sistema está en quiebra”. Tal y como

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I TENDENCIAS EN LA SOCIEDAD

señalan Dynarski y Scott-Clayton, sólo el 7 por ciento de los jóvenes que entran en la Universidad procediendo de familias situadas entre el 25 por ciento de la población con rentas más bajas obtienen un título universitario. El problema es todavía más serio cuando se analiza desde una perspectiva racial, un punto de vista que está adquiriendo ciertos tonos de obsesión nacional en EE.UU.: sólo el 12 por ciento de los hispanos y el 16 por ciento de los negros tienen un título universitario, frente al 33 por ciento de los blancos no latinos. ¿A qué se debe este fracaso? Paradójicamente, a una razón muy simple: según Dynarski y Scott-Clayton, la Administración federal—el equivalente del Estado central en España—ha violado las reglas básicas que deben seguir los poderes públicos cuando intervienen en la economía: transparencia, predictibilidad y eficacia. En otras palabras: a cambio de reducir el precio de un bien—en este caso la matrícula—, el Estado ha creado un clima de incertidumbre. El propio informe del Proyecto Hamilton detalla casos surrealistas de ineficacia, en los que, por ejemplo, las ayudas del Estado llegaron después de que los estudiantes hubieran pagado la matrícula, algo que constituye un despropósito cuando el receptor de la beca ya ha tomado su decisión acerca de qué centro docente se puede permitir pagar. Eso se combina con unos sistemas de solicitud de becas tremendamente confusos y burocráticos, que desincentivan su uso por los estudiantes. En algunas de estas becas, el tiempo medio que se necesita para rellenar todos los formularios es de 16 horas. Hay que tener en cuenta que en EE.UU. este tipo de estimaciones siempre se realizan de forma extraordinariamente generosas, es decir, considerando que las dificultades que presentan los formularios son muchos mayores de lo que son en realidad. Pero, en cualquier caso, es un proceso burocrático complejo, capaz de espantar a cualquier adolescente y, sobre todo, a familias de niveles económicos y culturales bajos, poco o nada familiarizadas con estos procesos. La dificultad es todavía mayor si se considera que, además, cada Universidad y Facultad o Escuela tienen a su vez sus propios sistemas de ayuda financiera a sus alumnos.

“El nuevo modelo de subsidio supone un esfuerzo por modernizar un sistema tan oxidado que posiblemente no juegue apenas un papel positivo en la educación estadounidense” “Sólo el 12 por ciento de los hispanos y el 16 por ciento de los negros tienen un título universitario, frente al 33 por ciento de los blancos no latinos”

Las soluciones que Dynarski y ScottClayton propugnan están en plena sintonía con los objetivos declarados del Proyecto Hamilton: “Un llamamiento a la disciplina fiscal y a un aumento de la inversión pública en áreas que refuercen un crecimiento [económico] alto”. En otras palabras: una transformación profunda que introduzca racionalidad en el sistema. Cualquier reforma parcial “sólo agravará la compleja, incierta y confusa situación que afrontan los estudiantes y sus familias” a la hora de solicitar estos subsidios a la educación. El eje de la solución es una idea que hasta ahora había sido propuesta casi exclusivamente por los republicanos, y para la educación primaria: crear un sistema de cupones (vouchers). En función de este modelo, los estudiantes recibirán la ayuda básicamente en función de su renta familiar y del número de hijos en estudiar por cada unidad familiar, dos datos que están reflejados en las declaraciones del IRPF. Ahí se termina prácticamente la intervención de las autoridades fiscales, que son las que en la actualidad gestionan la mayor parte del sistema. En el proyecto de Dynarski y Scott-Clayton, los fondos están en manos del Departamento de Educación, que es quien los envía directamente a la Universidad escogida por el estudiante (esta última práctica ya se aplica en la actualidad). Estas reformas son comprensibles, toda vez que permitirían reducir la burocracia, el coste de oportunidad de solicitar las becas y la incertidumbre acerca de su entrega. Pero el nuevo sistema tiene dos aspectos revolucionarios: trataría de

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favorecer a los estudiantes que trabajan y ampliaría la edad de los candidatos elegibles para las ayudas hasta bien pasados los treinta años. Estos últimos cambios proceden del hecho de que en EE.UU. cada día es más tardía la edad en la que las personas terminan sus estudios, mientras que un número creciente de individuos combina educación y trabajo. Podría parecer que esto—en especial, lo relativo al mayor tiempo dedicado a la educación—sólo se aplica a los sectores de rentas más altas, que son quienes tienden a realizar postgrados. Pero no es así. Según Dynarski y Scott-Clayton, “el 40 por ciento de los estudiantes [que solicitan ayudas mientras trabajan a tiempo parcial y estudian] son negros; el 28 por ciento hispanos”. Para ambas investigadoras, “nuestro sistema federal de ayudas, diseñado para estudiantes a tiempo completo cuyas necesidades financieras corren a cargo de sus padres, estafa a esta población que está creciendo rápidamente”. Efectivamente, al decidir las ayudas en función de la renta, los estudiantes que tienen ingresos quedan casi automáticamente eliminados en la competición por las ayudas, lo que, para las dos profesoras de Harvard, “penaliza al máximo a los estudiantes que más trabajan”. Y es que hay que tener en cuenta, además, que en EE.UU.—el país en el que se trabajan más horas del mundo, por delante de Japón y Corea del Sur—el concepto de “trabajo a tiempo parcial” es muy elástico. De hecho, se estima que el estudiante trabajador medio dedica a su actividad profesional 28 horas a la semana, lo que supone 5 horas y 42 minutos diarios de lunes a viernes. Claro que, al tratarse de un área que supuestamente es decisiva para el crecimiento económico, el estudio propone también un incremento del 18 por ciento del presupuesto de becas. En cualquier caso, el nuevo modelo de subsidio—que es al fin y al cabo de lo que se trata cuando se habla de becas—supone un esfuerzo por modernizar un sistema tan oxidado que posiblemente no juegue apenas un papel positivo en la educación estadounidense. Queda ahora por ver si una eventual presidenta Hillary Clinton tendría el valor y los apoyos políticos necesarios para llevarlo adelante. I


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Cambio climático: el debate continúa Pese a la firma del tratado de Kioto y los recientes compromisos de la Unión Europea que ahondan en los objetivos de lucha contra el cambio climático, el tema dista de ser un caso cerrado Mientras las evidencias científicas van ganando terreno entre el público, merced a informes como el Stern o el del IPCC de las Naciones Unidas, existe aún un gran debate sobre las cuestiones de fondo, es decir, si el cambio climático está o no provocado por el hombre y qué forma es la más adecuada para frenarlo. En este campo contienden dos visiones opuestas, la de los ecologistas, que abogan por un recorte drástico de las emisiones y la de los partidarios a la adaptación a las consecuencias que conlleva. Hasta ahora, la controversia sobre el cambio climático ha sido el freno más potente que ha impedido una actuación decidida de la comunidad internacional en torno a él. El creciente consenso global en torno algunas cuestionas básicas no esconde que en el discurso público sobre el tema, es “confuso, contradictorio y caótico. Por cada argumento o perspectiva [...] hay una voz que declara lo contrario”, siguiendo las conclusiones de un estudio del Institute For Public Policy Research sobre 700 mensajes de medios en el Reino Unido. El informe, con el que se pretende definir una fórmula de comunicación efectiva para que los ciudadanos pasen a la acción, detectó tres tipos principales de actitudes. La primera es el alarmismo, caracterizado por la convicción de que el cambio climático es inminente, catastrófico y está fuera del control humano, mientras que la segunda es justo la contraria, la de aquellos que niegan todo rotundamente, tachándolo de superchería. Existen muchas posturas intermedias, entre ellas la dominante es la de pragmatismo optimista, según la cual las pequeñas acciones de un gran número de personas pueden contribuir a solucionar el problema. Si estas son las tres corrientes que predominan en el debate público, en los foros científicos la controversia también campa a sus anchas. En este sentido, las principales tendencias pueden resumirse en dos. La primera de ellas es la que se ha ido imponiendo en los últimos meses merced a los exhaustivos informes encargados por diversas autoridades públicas como base para una posterior actuación política. Entre ellos destacan el informe Stern encargado por cuenta del Gobierno británico y el exhaustivo trabajo del IPCC puesto en marcha por la ONU. Ambos estudios concluyen que el cambio climático es debido a la mano del hombre y concretamente a la emisión de gases de efecto invernadero y

“Hasta ahora, la controversia sobre el cambio climático ha sido el freno más potente que ha impedido una actuación decidida de la comunidad internacional en torno a él” “Existen muchas posturas intermedias, entre ellas la dominante es la de pragmatismo optimista, según la cual las pequeñas acciones de un gran número de personas pueden contribuir a solucionar el problema”

que sus consecuencias serán muy negativas para la economía y la vida en el planeta, aunque difieren en sus recomendaciones de actuación. Esta línea está reforzada por numerosas investigaciones posteriores, recogidas y actualizadas en recopilaciones como la realizada por Kelly Levin y Jonathan Persing para el World Resources Institute. “El mensaje más importante es que la comunidad científica es cada vez más enfática sobre la dimensión del cambio y la rapidez con la que se esta manifestando. Además, los resultados sugieren que la ventana de oportunidad para actuar y evitar las peores perspectivas se está cerrando rápidamente”. Sin embargo, estas conclusiones han sido también fuertemente contestadas por expertos tanto científicos como económicos, no tanto quizá por el fondo como en la forma. Tal y como exponen Stven Haynward y Kenneth Green del American Enterprise Institute: “es posible aceptar el consenso general sobre la existencia del cambio climático y plantear interrogantes válidos sobre el alcance del calentamiento, sus consecuencias y la respuesta adecuada. En particular, se puede seguir siendo un escéptico sobre las políticas, lugar en el que estamos hoy, junto con casi todos los economistas. Uno de los más conocidos es Nigel Lawson, ministro británico de Economía conservador entre 1983 y 1989, cuyas críticas comenzaron por el tratado de Kioto y que en “Una llamada a la razón”, un discurso para el Centre For Policy Studies (CPS) refuta gran parte de los hallazgos del informe Stern. Lawson pone en duda que el cambio climático se deba a factores no naturales, dado que siempre han existido variaciones en el clima de la Tierra y hasta el momento no hay demostración de que el actual sea un cambio más abrupto o permanente de lo que lo han sido los anteriores. Pero Lawson defiende sobre todo una postura conocida como adaptación que no busca tanto evitar el cambio climático como amoldarse a las consecuencias del mismo. Tres razones le han llevado a esta conclusión: los efectos no son nuevos, sino que son la acentuación de fenómenos conocidos, por lo que sería beneficioso atajarlos aunque el cambio climático no se produjese. También está el hecho de que, Nº022 I 2007


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a diferencia de lo que sucedería si se recortan las emisiones de CO2, se conseguirían mejoras cualquiera que sea la causa del calentamiento, mientras que finalmente se trataría de una respuesta dirigida por el mercado, sin necesidad de una excesiva intervención gubernamental. “La adaptación nos permite embolsarnos los beneficios al tiempo que disminuyen los costes”, defiende Lawson. El ex ministro se refiere a la incertidumbre del coste de reducir las emisiones, aceptada incluso por Nicholas Stern, y que varía entre 80.000 millones y 1,1 billón de dólares anuales. “Sin embargo, reducir las emisiones de CO2 de acuerdo con lo establecido en Kioto (...) sigue siendo la respuesta convencional al calentamiento global. No cabe imaginar una respuesta más absurda. Incluso sus propios defensores admiten que aunque se aplique por completo, Kioto no podría hacer virtualmente nada para reducir las tasas futuras de calentamiento”, sentencia Lawson. Tanto él como Rusell Lewis, autor de un extenso informe para el Institute of Economic Affairs critican el llamado principio de precaución, invocado por los ecologistas, según el cual se debe actuar para anticipar y prevenir las causas de la degradación del medio ambiente si existen la amenaza de daños serios e irreversibles aún sin suficiente certeza científica. Esta postura ha inspirado, de hecho, muchos de los tratados y análisis sobre el cambio climático. Rusell Lewis en “Falsas alarmas sobre el cambio climático” arremete además las conclusiones del último informe IPCC, que aumenta el grado de posible calentamiento a entre 1,1 y 6,4 grados, además de que asume que las emisiones están aumentan sin tasa. “Las previsiones están basadas en la presunción de TENDENCIAS DE FUTURO I NEWSLETTER DEL THINK TANK INSTITUCIÓN FUTURO

que la población mundial está creciendo exponencialmente y que todo el mundo en el planeta desea el modelo americano de vida, intensivo en energía. Ambas presuposiciones están desesperadamente desfasadas”. No sólo eso, sino que pone en duda que la gran cantidad de científicos que han participado en él esté realmente de acuerdo, ya que la versión ampliada aún no ha salido mientras que en el resumen que se publicó hace unos meses ni siquiera han intervenido directamente. “En todo caso, las mayorías no son una guía para la verdad científica”, opina. Lewis también guarda ácidas críticas hacia Kioto, ya que desde su entrada en vigor en febrero de 2005 ha costado ya 150.000 millones de dólares para prevenir el calentamiento global en 0,0015 grados. “A este paso” expone, “costaría 667 años y 100 billones de dólares evitar sólo un grado de calentamiento”. Mientras Lawson descalifica “la nueva religión del eco-fundamentalismo”, Lewis, lo define como “el último refugio de la extrema izquierda”, al que se han apuntado las burocracias nacionales e internacionales, así como los lobbies de empresas beneficiadas. Las dos visiones también apadrinan tecnologías de muy distinta naturaleza para intentar frenar el cambio climático. Mientras que los detractores de las emisiones confían en las energías alternativas tradicionales como, la eólica, solar o biocombustibles y abren nuevos caminos a través de la nanotecnología, quienes creen que no hay suficiente evidencia de la huella humana en el cambio climático se decantan por la eco-ingeniería (como sembrar hierro en los mares para hacer proliferar bacterias que reducen el CO2) o la geo-ingeniería, es decir adoptar acciones para enfriar el planeta. I




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