Los productos cortados son un excelente ejemplo de compromiso entre el servicio al consumidor y la calidad del producto. En el caso de alcachofas este hecho es particularmente cierto ya que se trata de un vegetal en que las características organolépticas y nutricionales superiores que caracterizan al producto en fresco (en comparación con todas las restantes alternativas como congelado, acidificado, esterilizado) se contraponen a un proceso laborioso de preparación, con una gran cantidad de desperdicio. Desafortunadamente, la preparación para IV gama (eliminación de las brácteas externas, corte de las puntas, recorte del receptáculo, partición en mitades o cuartos) es particularmente problemático debido a la fuerte tendencia al pardeamiento del tejido que se produce muy rápidamente después de las operaciones de corte.