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SALUD PARA TODOS

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VIDRIERAS

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SETIEMBRE 2022 • Pág 34 # 47 •

Colon irritable: una molestia cada vez más frecuente

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El colon irritable, una forma de presentación del síndrome de intestino irritable, es un cuadro crónico y recurrente, caracterizado por la presencia de dolor abdominal, hinchazón, flatulencias y alternancia entre diarrea y estreñimiento. Aproximadamente de 10 a 15 % de la población adulta lo presenta y se ha vuelto cada vez más frecuente, asociado a cambios en los hábitos alimenticios.

El síndrome de intestino irritable es un conjunto de síntomas que afecta la esfera gastrointestinal, caracterizado por dolor abdominal crónico y hábitos intestinales alterados en ausencia de una enfermedad orgánica demostrable. Con frecuencia se lo denomina colon irritable, pero las molestias pueden abarcar todo el tubo digestivo, desde el estómago hasta el colon. Se trata de una enfermedad benigna, pero que afecta la calidad de vida de las personas, presentándose habitualmente en la edad adulta y siendo más frecuente en mujeres. Cuando se presenta -al menos un día por semana los primeros tres meses-, se detecta hinchazón abdominal y dolor en la zona, asociado con un cambio en la frecuencia de las heces (diarrea o constipación de forma alterna), así como con un cambio en la forma y apariencia de las heces. Ante la sospecha de una enfermedad digestiva se realizan estudios, habitualmente una colonoscopía y gastroscopía, no encontrándose alteraciones. De esta forma, este conjunto de síntomas sin causa clara, se diagnostica como síndrome de intestino irritable. Por lo tanto, es un diagnóstico de exclusión de otras enfermedades.

¿Cuáles son sus síntomas?

El síntoma más común del colon irritable es el dolor abdominal asociado con cambios en los hábitos intestinales (diarrea y/o estreñimiento). Algunas personas notan que el estrés emocional y ciertos alimentos empeoran el dolor, mientras que defecar lo alivia. Por otro lado, algunas mujeres notan una asociación entre los episodios de dolor y su ciclo menstrual. Los hábitos intestinales alterados son el otro síntoma típico de este síndrome. Esto puede incluir diarrea, estreñimiento o diarrea y estreñimiento alternados. Otros síntomas incluyen hinchazón abdominal, flatulencias y eructos. Algunos síntomas pueden indicar una patología más severa, por lo que ameritan una consulta médica. Entre ellos se encuentran los siguientes: • Cambio súbito en el ritmo de defecación en mayores de 50 años. • Presencia de síntomas nocturnos. • Diarrea continua y/o líquida. • Presencia de sangre en las heces. • Pérdida de peso no intencionada. • Dolor abdominal muy intenso. • Historia familiar o personal de cáncer de colon o enfermedad inflamatoria intestinal.

¿Cuál es el tratamiento y cómo prevenir las recurrencias?

En cuanto a su tratamiento, este es sintomático; es decir que se tratan los síntomas, pero la enfermedad no tiene tratamiento curativo. El principal tratamiento es la dieta y la educación sobre la enfermedad de cada uno. Se recomienda conocer sus síntomas, sus hábitos intestinales diarios y cualquier otro factor que pueda afectar sus intestinos. Es aconsejable evitar alimentos que con frecuencia empeoran los síntomas, como lactosa, café, alcohol, exceso de grasas, frituras, legumbres, ajo, cebolla, chocolate y bebidas carbonatadas/azucaradas. El aumento de la fibra dietética (frutas, verduras, cereales) o mediante suplementos puede mejorar los síntomas del síndrome, en particular en aquellas personas con estreñimiento. Las opciones de tratamiento farmacológico dependerán entonces de los síntomas que predominen y cuando estos sean intolerables. Se pueden utilizar inhibidores de los espasmos (espasmolíticos), estimulantes de la motilidad en casos de estreñimiento (procinéticos, laxantes) y antidiarreicos. Por último, se pueden valorar otras opciones terapéuticas como psicoterapia, acupuntura e hipnoterapia, según cada persona.

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