Pure and healthy Mayo 2017

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Lectura de 2 min. Por: Diana Ruiz BCP, ECP

Un embarazo no debe ser la razón para casarte

C

uando estás en la etapa florecida del enamoramiento desenfrenado, atrevido y riesgoso, muchas parejas son capaces de hasta corromper sus buenas costumbres por experimentar una aventura excitante. Tienen intimidad desenfrenadamente hasta en el auto si es que se les apetece esa fantasía descontrolada. Este descontrol suele ser muy peligroso y sucede mucho en la etapa de juventud. En muchas ocasiones les oímos decir: "somos adultos y podemos hacer lo que queramos", pero el pequeño detalle es que les falta experiencia como Adultos; son novatos en el arte de la supervivencia. En múltiples ocasiones como practicante del código de la emoción y cuerpo me visitan muchas víctimas de malas decisiones como casarse por un hijo.

Meditando sobre esto he sentido una gran preocupación por los jóvenes que cometen este error y deseo expresarles mi experiencia con las personas que han pasado por esto que sufren toda una vida sitiéndose desdichados sin la oportunidad de conocer el verdadero amor. No arruines tu vida por vergüenza ni por miedos. Si tu pareja te trata de manera incorrecta o te ignora o te dice palabras obscenas y ves que esa persona no representa lo que verdaderamente deseas, no tienes que castigarte por un embrazo.

"No arruines tu vida por vergüenza ni por miedos"

Cuando parejas jóvenes sin experiencia se enfrentan a la llegada de un bebé apenas comenzando una relación su primera reacción es pánico. Es de esperarse porque ni siquiera estás seguro si amas a la persona con la que vas a tener un hijo. Por preocupaciones y por el qué dirán o miedo a enfrentar una situación no conocida cometen el error de casarse. Realmente, es una situación difícil de enfrentar y en mi práctica he visto cómo parejas que llegaron al matrimonio por un embarazo, llevan 30 años de matrimonio siendo infelices con un ser con el que no encajan.

Lo he visto en ambos casos tanto en hombres como en mujeres, sentirse obligado a casarse por un embarazo y después ser sumamente infelices donde total al final terminan divorciándose. Este proceso es aún más doloroso y crea situaciones emocionales más profundas.

Hay quienes se divorcian pasado un tiempo, después de pasar el Niágara en bicicleta como dice el refrán. ¿Verdaderamente, vale la pena castigarse a uno mismo y llevar el divorcio como una marca que resalte solamente un embarazo? Usualmente, cada vez que tengas que explicar la causa de tu divorcio comenzarás diciendo que te casaste por un embarazo. No es necesario hacer esto porque muchas veces sin darte cuenta estás toda la vida repitiendo este error donde le hechas la culpa a tu hijo de tus malas decisiones. Para colmo,

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