articulo Rimisp version final 012725

Page 1


Entre la innovación y la recuperación de tradiciones: relaciones de jóvenes indígenas con la agroecología

Por:

Tatiana Aguirre Sanhueza Karla Bayres Mejía

Investigadoras de Rimisp Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural

La agroecología acumula un creciente interés como propuesta para generar sistemas alimentarios sostenibles desde un enfoque holístico y ecosistémico en el que se integra el conocimiento, la política y la práctica. Movimientos campesinos y organizaciones internacionales apuntan a ella como estrategia para el empoderamiento de comunidades campesinas excluidas, para avanzar en soberanía y seguridad alimentaria, así como adaptación y resiliencia al cambio climático.

Sin embargo, la visión de jóvenes sobre la agroecología es un área poco explorada, a pesar de que se les apunta como la generación crucial para sostener los territorios rurales. Encontramos algunas pistas de la conexión entre jóvenes y agroecología: habría un fuerte componente social, pues los y las jóvenes insertos en sistemas productivos ecológicos valoran la organización social como asociaciones, cooperativas o redes.

La formación agroecológica anima a jóvenes a participar activamente de la agricultura y, para las generaciones jóvenes, la agroecología no consiste sólo en producir alimentos sanos, sino también otros productos de base natural, como las plantas medicinales. Los sistemas de producción de enfoque agroecológico, además, pueden favorecer la sucesión generacional.

A partir de lo anterior, como Rimisp – Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural realizamos una serie de talleres para dinamizadores agroecológicos con jóvenes maya q’eqchi’ (Guatemala), quechua (Bolivia) y náhuatl (México) en el marco del proyecto Redes para la Transformación Agroalimentaria. En estos talleres se intercambiaron experiencias de aprendizaje agroecológico y se dialogó sobre el significado y las implicaciones de la agroecología en las comunidades de los y las jóvenes; aspectos que se profundizaron luego en algunas entrevistas realizadas a los participantes de los talleres.

La agroecología en sus territorios

Lo primero que habría que destacar, es que el concepto de “agroecología” es ajeno a los y las jóvenes, que lo conocen recientemente por intervenciones en el territorio de las que participan, de formación profesional o de los mismos talleres. A pesar de ello, rápidamente asocian a “agroecología” sus principales preocupaciones e intereses.

“Son dudas más de cómo es que lo hacen. Yo digo, nunca había escuchado esta palabra [agroecología] al menos hace dos años y medio o tres. No tenía idea de lo que era, de qué se trataba.”

(Joven hombre, Sierra Norte de Puebla, México.)

Quienes participaron de los talleres entienden la agroecología como una forma de cuidado de la vida, lo que incluye tanto a la naturaleza como a las personas. El objetivo es lograr producir alimentos sanos para el consumo de las personas sin dañar a la naturaleza. Esto implica no contaminar el suelo y el agua, pero también es cuidar el uso y acopio del agua, es nutrir el suelo y conservar sus propiedades.

La principal forma de lograr cuidar la naturaleza y la salud de las personas es desarrollando una agricultura sin utilizar insumos sintéticos, los llamados “químicos”. Sus principales intereses son aprender técnicas que sean una alternativa al uso de químicos y lo apuntan como un punto clave a nivel comunitario para avanzar en una producción sustentable. Si bien muestran interés y orgullo por las técnicas de producción tradicionales de sus comunidades (como asociación de cultivos, trampas físicas y productos orgánicos), también muestran interés por conocer otras técnicas e innovaciones que no sean las tradicionales de sus comunidades.

En contraposición, la mayor dificultad para escalar horizontalmente la agroecología que identifican es el uso extendido de los agroquímicos. A sus ojos, el problema es que las personas se han acostumbrado a utilizar los químicos por la necesidad de asegurar una producción y por “comodidad”, pues implica menos trabajo y se limita a comprar insumos y aplicarlos esporádicamente.

“Y la cosa es que la gente no está muy acostumbrada a tomarlo o adoptar esas actividades (...) de crearse o elaborarte tu propio caldo o elaborarte tu propio abono fermentado para que puedas optar a los nutrientes rápidos.

La gente no lo hace aquí, o sea, es como que es un poco perezosa. Yo pienso que eso es, que prefieren comprar el producto ya listo.”

(Hombre joven, Torotoro, Bolivia.)

Sin embargo, apuntan a que la tierra se ha agotado, por lo que incluso los “químicos” no logran mantener la producción, lo que podría ser una ventana de oportunidad para que la gente cambie de insumos. Son voces cautas, eso sí, y apuntan que sustituir los insumos sintéticos por orgánicos toma tiempo y es un proceso delicado, en que las personas se frustran y abandonan el proceso porque no consiguen los resultados esperados de manera inmediata.

“Donde vivo es el uso de abonos químicos donde ha bajado el rendimiento de los cultivos. Entonces, ahí se da cuenta uno de que es bueno usar abono orgánico donde no pierde el rendimiento del cultivo, entonces, y así siempre vamos a mantener la producción y los buenos alimentos.”

(Hombre joven, Alta Verapaz, Guatemala.)

En contraposición, producir agroecológicamente implica aprender de nuevo el cómo, preparar los propios insumos orgánicos y aplicarlos metódicamente. Es también un proceso de aprendizaje personal lograr los “preparados” adecuados (caldos, bioles, entre otros) en que apelan a la responsabilidad personal para lograrlo e, incluso, oportunidades de emprendimientos. Algo que, si bien ellos tienen disposición a hacer, no es algo generalizable.

Un punto que destacan en relación con esto son los beneficios que encuentran en la diversificación de los cultivos. Esto se debe a que la diversificación (y asociación) de cultivos permite que los suelos estén en mejores condiciones y controlar plagas y enfermedades. Cosas que se traducen en menor carga de trabajo en el tiempo. Complementariamente identifican beneficios económicos (mayor posibilidad de ventas) y nutricionales (alimentos más variados y en distintas temporadas), por lo que los beneficios de la diversificación funcionarían como un argumento de promoción de la agroecología.

Jóvenes utilizando productos locales (mierda de vaca fresca, alfalfa, harina de cáscara de huevo, ceniza, chancaca, leche, para la elaboración de té de estiércol mejorado).

Piedras en el camino de jóvenes para adoptar la agroecología

Si bien a los y las jóvenes que participaron les interesa y hace sentido la agroecología, también reconocen ciertas dificultades específicas en relación con vincular a las personas jóvenes con este enfoque. Lo primero es que como jóvenes no tienen capacidad de tomar decisiones sobre cómo y qué producir. La mayoría de los y las jóvenes viven con sus padres, por lo que no tienen poder de decisión y tampoco son tomados en cuenta sus intereses. Esto se vincula con que no son dueños de la tierra (ni otros activos), lo que apunta a las dificultades asociadas al relevo generacional en la agricultura, que continúa siendo un reto para los territorios rurales. Sabemos que la falta de acceso a activos materiales para producir es una de las principales razones por la que los jóvenes abandonan la agricultura.

“Yo, por ejemplo, sería como la, pues, lo de mi papá, porque, por ejemplo, le comento, pues, hay que hacer esto y él opta por lo más fácil. Y, entonces, como son sus tierras, entonces, yo cómo me voy a meter y así, ¿no?

Mujer jóven, Sierra Norte de Puebla, México

Incluso entre quienes ven con buenos ojos la agroecología, se menciona la dificultad de que esta sería sostenible solo para pequeñas extensiones de tierra, lo que genera tensiones entre quienes quieren dedicarse a la producción de superficies mayores y generar modelos empresariales de agricultura.

En este punto es importante entender las expectativas que tienen quienes quisieran optar por la agricultura como medio de vida sostenible y no solo de subsistencia.

“Entonces, es un poco difícil convencerles que este tipo de manejo en la producción es beneficioso. ¿No? Los jóvenes dicen, sí, en pequeñas superficies, claro, lo puedo manejar, nos dicen. Pero si yo quisiera dedicarme a la producción de una, dos áreas, ellos no te conversan, no están tan convencidos en este paso. No están convencidos de que se pueda manejar de una forma ecológica una producción en superficies grandes. Eso es lo que ellos no se convencen todavía.”

(Mujer joven, Torotoro, Bolivia)

Por otra parte, también reconocen que a la mayoría de las personas jóvenes ya no les interesa trabajar en agricultura. Esto se extiende a las generaciones anteriores, quienes han dejado los modos tradicionales de agricultura incorporando nuevas tecnologías. Algunos mencionan que hay una idea de “retroceso” en volver a dedicarse a la agricultura y que tienen malos recuerdos de infancia asociados a lo que implica el trabajo de campo. Otros, por el contrario, creen que se debe a que a las nuevas generaciones no se les ha inculcado lo suficiente el trabajo en la agricultura. Como consecuencia de la falta de condiciones para generar proyectos de vida en su territorio, como de las aspiraciones que tienen, las generaciones más jóvenes migran a las ciudades (e incluso otros países, dependiendo del territorio) en búsqueda de oportunidades laborales y otras condiciones de vida.

“Últimamente los jóvenes, la verdad, se han ido perdiendo las prácticas, porque se han interesado en trabajar en las ciudades que están cercas, ¿verdad? Por ejemplo, en los municipios departamentales y en la ciudad capital. Entonces, los jóvenes han ido emigrando a esos lugares un poco desarrollados, ¿verdad? Entonces, es por ello por lo que se ha ido un poco perdiendo la práctica.

Foto y texto: Ricardo Quib, Guatemala.

¿Qué podemos aprender de la visión de los jóvenes?

En relación con la agroecología, las y los jóvenes de territorios rurales enfrentan las mismas dificultades generacionales que ya se han identificado: no son dueños de la tierra y no tienen poder de decisión sobre las unidades de producción familiares. Además, como resultado de cambios sociales y falta de oportunidades, la migración hacia centros urbanos en el país o el extranjero sigue siendo una alternativa para ellos.

Aunque tienen una visión de protección y resguardo de la naturaleza y la alimentación sana, también expresan cuestionamientos respecto a si es posible para ellos sostener un modelo agroecológico, pensando en lograr generar una producción suficiente en cantidad y calidad para el consumo y la venta. De una manera similar, mientras que disfrutan de aprender y recuperar conocimientos y prácticas tradicionales de agricultura, también tienen un alto interés por aprender de otras culturas y experiencias, así como tienen apertura por las innovaciones tecnológicas y sociales.

diseño: sebastianbarbosa.com fotografías: Ricardo Quib, Sulma Mamani, Mariana López. Pexels.com

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.
articulo Rimisp version final 012725 by sebastian barbosa - Issuu