Había una Vez Nº16

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lij y cocina Sabemos que para los profesores no es fácil ofrecer lecturas variadas, como tampoco lo es motivar la lectura de una obra clásica. Por esto, en el V° Encuentro de Coordinadores y Encargados CRA Creando Redes, que tuvo lugar el 2010 en Santiago, quisimos hacer un taller cuyo objetivo fuese ofrecer lecturas diversas a los estudiantes y de esta manera desarrollar el gusto lector. El rol del profesor en este sentido es primordial, ya que si bien el Ministerio de Educación sugiere lecturas, es el educador quien debe seleccionar, de esa lista, aquellas que más se ajusten a las necesidades e intereses de sus estudiantes. “Mandar a los niños a leer un libro obligado y después hacerles una prueba es la peor técnica. Nuestra propuesta no va en el sentido de lanzar a los alumnos solos a leer cosas difíciles, sino todo lo contrario. La lectura se debe hacer en clase, con el profesor, y con la ayuda necesaria de este para entregar más información sobre el contexto, la época o el vocabulario. Es una lectura guiada, acompañada y comentada”. (Loreto Fontaine, coordinadora nacional de la Unidad de Currículum y Evaluación del Mineduc, en entrevista a El Mercurio, 16/12/2013). En este artículo les contamos parte de lo que se trató en ese taller. La biblioteca como espacio gastronómico La cocina es el lugar donde se preparan los alimentos, donde el chef despliega su talento mezclando ingredientes, y de donde la comida sale lista para servir y disfrutar. Siempre hay un maestro de cocina que está a cargo, que dirige las actividades que se desarrollan ahí y que tiene ideas nuevas sobre qué comer, teniendo en mente cómo son sus invitados. ¿No es acaso una biblioteca similar a una cocina?

“Cocinar significa buscar, reconocer, clasificar y recolectar los alimentos, llevarlos a un sitio determinado casi siempre con antelación, prepararlos con o sin fuego o cerámica, y comer, seguramente en grupo, y además hacerlo con un ritual socializado evidente.” (Angulo, 21). Tal como dice esta cita del libro El animal que cocina, el proceso que debe llevar a cabo el chef de cocina y el jefe de biblioteca es el mismo: su trabajo es buscar, reconocer, clasificar y recolectar libros y lecturas, volverse un experto en la preparación de platos literarios y luego servirlos a los comensales que visitan la biblioteca en busca de lecturas para devorar y deleitarse. La degustación y la cata de diferentes platos y libros son importantes para el chef y para los lectores. Para nadie es agradable comer todos los días lo mismo, por eso es importante dar a probar distintas cosas, presentarlas de manera divertida y con humor, sin dejar de tener nunca la sartén por el mango. Para la dueña de casa o el cocinero siempre ha sido un reto intelectual pensar en distintos platos, y si se repiten es porque los que se sientan a la mesa lo piden con ansias. Los recursos: ingredientes básicos En una cocina hay muchos ingredientes que son infaltables y en una biblioteca también hay recursos imprescindibles. La sal es la sal de la vida, es el condimento por excelencia. ¿Qué tipo de texto nos ayuda a condimentar los aprendizajes? Quizás la poesía, quizás los refranes y aforismos, los chistes, las adivinanzas. El huevo es el oro puro, el centro y origen de todo. Símbolo de la creación y de la fecundidad, venerado en los altares de diversos ritos y

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