
2 minute read
RELIEVE Y DESERTIFICACIÓN EN ESPAÑA
La desertificación es el proceso por el que la vegetación disminuye y desaparece en las zonas secas debido a causas naturales, agravadas por el cambio climático, y otras actividades humanas. En España, casi el 74 % del territorio está en riesgo de desertificación, especialmente en las islas Canarias, la zona mediterránea y parte del centro peninsular.

Investiga sobre los efectos del cambio climático en el relieve y el riesgo de desertificación de nuestro territorio.
Actividad 3: Identifica los procesos de meteorización representados en las fotografías y deduce cómo puede afectarles el cambio climático.
Actividad 1: Busca información y toma datos sobre la desertificación en España, comparando las características (relieve, clima, ríos, etc.) de las zonas de alto y bajo riesgo de desertificación.
Actividad 2: Teniendo en cuenta los agentes predominantes en cada zona climática, ¿qué consecuencias prevés que tendrá el calentamiento global? Crea, en un editor de textos o en una hoja de cálculo, una tabla como esta y completa la información que falta.
Agentes geológicos exógenos

Zonas glaciares y periglaciares Glaciares y el hielo
Zonas templadas Ríos y torrentes
Zonas desérticas y subdesérticas
Zonas tropicales y ecuatoriales
Viento, las aguas de arroyada y los cambios de temperatura

Gases atmosféricos y los seres vivos
Consecuencias del cambio climático
A GRANDES MALES, GRANDES REMEDIOS
Como especie adaptable que somos, los seres humanos tenemos la capacidad de idear soluciones para los problemas que nos plantean los cambios ambientales.
El cambio climático y sus repercusiones en los procesos del modelado, como la pérdida de suelo y la desertificación, requieren soluciones. Mientras tratamos de revertir esta tendencia al deterioro, las personas hemos ido adaptando nuestras actividades a la nueva situación.
Actividad 4: Analiza las imágenes de esta página y la información que aportan. Representan diversas formas en las que el ser humano se ha adaptado a los agentes geológicos externos. Después, para cada caso: a) Localiza ese lugar en un mapa de España. b) Interpreta las gráficas e indica el agente geológico predominante y los factores que influyen en el relieve. c) ¿Están relacionadas estas prácticas con el riesgo de desertificación? Analiza si estas ideas contribuyen a mitigar las consecuencias del cambio climático.
Actividad 5: El ODS 15 (Vida de ecosistemas terrestres) persigue «proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, efectuar una ordenación sostenible de los bosques, luchar contra la desertificación, detener y revertir la degradación de las tierras y poner freno a la pérdida de diversidad biológica».
Realizad una tormenta de ideas con soluciones a escala local para frenar la desertificación. Aportad ideas concretas para: a) Preservar la cubierta vegetal, para que proteja el suelo de la erosión del viento y el agua. b) Reforestar para regenerar la biodiversidad y el ciclo del agua. c) Apostar por la agricultura y la ganadería sostenibles. d) Educación medioambiental para concienciar a la población. e) Planificación coordinada de los usos del suelo. f) Prevención de los incendios forestales.
Los viñedos se plantan en el fondo de hoyos que se excavan en el lapilli y se añaden muros de roca como protección frente a los vientos predominantes. Esta disposición permite reducir al mínimo la evaporación de agua superficial y evita que los cultivos queden sepultados.

BANCALES EN EL INTERIOR DE CASTELLÓN
La técnica de la piedra en seco para construir bancales tiene su origen en las antiguas civilizaciones que practicaban el cultivo del olivo. Estos escalones en las pendientes frenan la erosión por aguas superficiales en la región, cuyo clima mediterráneo favorece las lluvias torrenciales.

EMBALSES DEL TAJO Y CAUDAL
La sequía y los incesantes trasvases de agua a cuencas deficitarias han hecho que los embalses de Entrepeñas y Buendía se encuentren en un estado tan crítico que a veces no puede pasar suficiente agua río abajo. En la zona se reclama una gestión del agua más sostenible. Hay que garantizar que el caudal del río Tajo no baje de su mínimo legal de 10 m3/s, que evitaría alteraciones en la dinámica fluvial y en los ecosistemas ribereños.
