MADUREZ ACTIVA • AGOSTO 2011 • PÁGINAS 32-33
pueden ser gestos o actitudes que inconscientemente nos avisan, que debemos alejarnos de él o ella. Racionalmente es inexplicable, pero más adelante comprobaremos que nuestra primera impresión fue acertada. Otras veces, nos lamentamos de no haberla considerado, pudiendo habernos evitado múltiples problemas. En otras palabras, la intuición nos puede llevar a enamorarnos de una persona, pero también puede generar recelo o desconfianza hacia otra. Hay quienes suelen actuar de acuerdo a lo que les dicta su intuición, y otras que sólo consideran lo racional. Cuanto más utilicemos y ejercitemos nuestra intuición, todo funcionará mejor en la vida diaria. Si le damos importancia a la corazonada, ésta nos ayudará a anticiparnos a los acontecimientos y podremos prevenir problemas. La intuición nos permite acceder a conocimientos de los que no somos conscientes, o lo somos sólo parcialmente, aunque no sepamos interpretarlos. ¿Es posible desarrollar la intuición? La intuición es considerada “el instinto de los seres humanos”, por tratarse de
“La intuición es una forma de resolver problemas de modo inconsciente”
una capacidad innata de nuestra especie. Como no es algo tangible y ponderable, no nos damos cuenta que la tenemos; desconfiamos de ella y no la desarrollamos. No es fácil entender que sabemos algo, sin una base lógica y sin entender cómo lo sabemos. La intuición es un valioso recurso, un idioma por el cual nos comunicamos activamente con nuestra alma. Hay personas más intuitivas que otras, como los niños, quienes son muy observadores y sensibles. También las mujeres tienen esta capacidad más desarrollada, la llamada “intuición femenina”; probablemente se deba a que, por tradición, se les ha enseñado a estar más pendiente de los demás y a darle más importancia a la comunicación que a la acción.
Cuando nos conectamos con nuestra intuición y recordamos una imagen, un color, un aroma, un sabor, un sonido u otra sensación, no se trata de un simple recuerdo o de una alucinación; es información que nos llega extrasensorialmente, y si es bien utilizada, nos puede conducir a una intuición. La capacidad intuitiva puede ser cultivada, con entrenamiento y adquisición de ciertas habilidades. Por tratarse de algo no racional, no se piensa, se escucha; el proceso pasa por relajarse y dejarse llevar; cualquier cosa que se le ocurra en el instante en que se hace una pregunta, por absurda que parezca, da la clave para encontrar la respuesta. Aflora en mayor grado en estados de calma o paz interior, cuando estamos más atentos a nuestras emociones.
Recomendaciones para aumentar la intuición: 1.- Ponga atención a su interior, a las señales de su cuerpo, a sus sentidos. Piense qué le quieren decir, reflexione y escúchelos para interpretar sus mensajes. 2.- Tome en consideración sus sueños. Trate de recordarlos e interpretarlos; al dormir la intuición se acrecienta y nos da mucha información. 3.- Observe a quienes le rodean. Interprete sus gestos y reacciones, imagine historias acerca de la vida de cada uno de ellos. 4.- Dedique tiempo a la relajación y reflexión, centrándose en lo que sea de su interés, con la convicción de que su deseo se cumplirá y se solucionará el problema. Así, activará su intuición y lo orientará en el camino a seguir. 5.- Utilice su imaginación de forma creativa, elaborando las ilusiones y deseos más preciados. Visualice las soluciones a sus problemas. 6.- Evite la autocrítica exagerada y los juicios negativos. No tema al riesgo, piense que el éxito puede venir del interior. 7.- Recuerde que la intuición produce señales repentinas e instantáneas; mensajes que deben ser interpretados adecuadamente.