Desde las llamas

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Se cuenta en diversas culturas y pueblos, y circula entre las gentes de cada época y lugar en esta zona de la galaxia, la historia de cómo los cantos del o los dioses anteriores a la anterioridad llegaron a todos los planos y se creó el juego desde ahí por siempre. Los abanicos de conciencia viajando a través de la conciencia siguieron infinitas direcciones infinitamente distintas, dando lugar a infinitas interrelaciones y totalidades. Existen regiones/eje, donde se expande y enriquece la experiencia del gran jugador, la conciencia, arracimada en colectivos e individuos, encarnada o semi-encarnada en formas de vida de toda clase. El principio de su existencia es incognoscible por definición e indefinible por principio.

Durante la última época, la Periferia, ya madura, se abrió ligeramente, y un caudal de vehículos de plasma, similares a barcos de fuego puro, (cambiantes enceguecimientos), quedó atrapado en el vórtice. Sus tripulantes eran los Ansorios, y el naufragio de sus naves en este mundo habría de cambiar todo. Los metales que los Ansorios traían, como todas sus cosas en realidad, vibraban a mayor frecuencia, y en este plano eso significaba vida. Fueron llamados Vairilos; metales vivientes. Cuando los Vairilos grises fueron expuestos a la luz, emitieron música y sus ecos alcanzaron lo profundo de la tierra, transformando un metal de color caoba, que existía en vetas limitadas, en lo que se conoció como amniokita metálica, único elemento capaz de manipular plasma en este plano. Pero los Ansorios no podían saber esto, y su única posibilidad era llegar al vientre del mundo, se sumergieron en interminables cavernas y ya no vieron las estrellas. Cuanto mas se internaban en lo profundo de la tierra, mas consciente se hacía ella de su presencia, y su impulso despertó, y las aguas vacías se llenaron de seres nuevos.

Se dice también que no solamente los Ansorios llegaron a través de la brecha, porque adheridos a sus barcos de plasma llegaron los Berbefuckchas, y su forma de adaptarse al mundo lo pone en peligro desde entonces. Hubo siempre una montañosa región, puro cristal de color, picos fulgurantes, tramas de incontables arcoíris ante las cascadas de ríos y arroyos helados, algunos con su manantial en el cielo, de eterno vapor y escarcha. Se llamó la Cabellera. En ella vivieron seres de naturaleza cristalina, los Transparentes, que al chapotear en los ríos los bendecían por muchas distancias, y sus aguas cambiaban por siempre la vida de quienes las bebían, y eran la prosperidad de pastores y granjeros.


Se decía, y era cierto, que beber las aguas cerca de su origen aceleraba la evolución de los seres, y en ocasiones alguien igniclosionó y desapareció del mundo tras el segundo velo, pero la igniclosión pronto fue tabú y los viajes a la Cabellera fueron moralmente censurados. Durante su segundo fractal Ante los Velos, los Berbefuckchas serpentearon lejos de los barcos de plasma y se tropezaron con los primeros Transparentes, ellos se reunían en grandes grupos, reflejando la luz del sol hacia puntos especiales entre las montañas y valles, como sucedía según un plan armónico, ya que por lo general cada Transparente esquivaba la proximidad de los otros. Fue así que los Berbefuckchas encontraron indefenso a un pueblo que jamás había conocido agresión alguna, y los parasitaron, obstruyendo el paso de la luz en sus interiores, pronto supieron de la existencia de la amniokita y se organizaron para capturar esclavos y trabajar el metal. Desarrollaron entonces una tecnología basada en las propiedades del plasma, y sus conciencias situadas en tres épocas, y en tres estadios de desarrollo, comenzaron la guerra contra seres Humanos, Monkfelis, Sicali hembras, eternamente agresivas desde la desaparición de los machos, que se convirtieron en cargas eléctricas conscientes y circulan en la atmósfera, Bosulds, seres de la Selva Primordial que comercian montrolle tropical y frutos eneli, interesados en los cristales, y todo tipo de seres afines. Esta guerra duró mucho tiempo y causó mucho dolor.

Cuando la mar océano se cargó de vida, pues el mundo se despertaba, fueron creadas las hijas del agua luminosa, que los hombres llamaron Sirenas, y muchas de ellas se extraviaron en mares del fin del mundo, y perdidas lloraban su canto angustiado, y los marineros de un mundo contiguo, llegados ante los límites de su propia realidad oían esas voces y perdían la razón, por la intensidad desmedida de la frecuencia. También entonces surgieron a la luz los antepasados de los Tosejos, que en pocas generaciones abandonaron el mar pero conservaron la telepatía natural a muchos seres marinos. Los Soor fueron percibidos por primera vez en esa misma época, un colectivo de conciencias de tras el Velo, que encarnó en seres inmensos, destinados a navegar el cielo en perpetua migración, a semejanza de fantásticas ballenas luminosas y etéreas. Sus rutas confluyen desde los extremos de todo el mundo hacia el distante pico del Maish-Pathal, el misterioso monte envuelto en nubes perpetuas. Nadie conoce el ciclo de vida completo de un Soor, pero los mas osados tripulantes de globos dicen haber visto sus crías formarse mediante la luz de ciertas estrellas que no llega jamás a tierra firme, pero que se capta en lo alto del cielo. El destino de los Soor está ligado al de los transparentes, y la ofuscación de estos últimos, incapaces de mantener la comunicación otrora fluida, lleva a los Soor a desviarse de sus rutas naturales, provocando ruina y devastación. Desde su punto de vista todo esto no es muy importante, aún así son justos y la leyenda dice que si alguien los encara en la última etapa de su viaje migratorio, en el Maish-Pathal, y les pide ayuda, la recibirá de un modo u otro


Se dice que los Ansorios debieron seguir llegando en cada barco de plasma que era atraído desde la Periferia, pero esas naves llegaban vacías, o sus tripulantes no existían de este lado. Y sin embargo la componente total de vibración de la Región Ante los Velos subía y subía, como si grandes racimos de conciencia penetraran la realidad cada vez mas, la conocieran mas de cerca. Los gigantes fueron lentos y escasos en un principio, tal vez por eso alguien aventuró un único gigante original, pero luego fueron mas numerosos y disminuyeron su tamaño, los de aspecto mas humano desaparecieron en portales de las tierras heladas, en mesetas inaccesibles. Otros fueron expulsados por la creciente presencia humana, que con su ductilidad y su casi infinita interconexión se había convertido en parte del proceso mayor de sincronía de la vida respecto a la vida. Mas la guerra llegó, y la esclavitud de unos seres por otros. Y la primera oleada de Kajjns, los auténticos lúdicos, que no tenían recuerdos todavía, dieron una batalla que se creyó definitiva. Fueron un torbellino de risa veloz que venció sin esfuerzo, que sopló a la muerte fuera del juego por un instante glorioso, justo antes del Gran Silencio. Nadie sabe cuáles fueron los primeros sonidos, qué palabras se dijeron, qué pájaro cantó por fin tras una eternidad. Los Bosuld habían llegado y estaban entre la gente, graves políticos y comerciantes, eran el motor oculto de una nueva cultura menos flexible, mas violenta y centrada en el miedo y la escasez. Lo desconocido y el miedo a lo desconocido crecían a la par, y la memoria colectiva se apagaba. Aún esto podía solucionarse, en el vasto movimiento pendular de la energía a través de sí misma, pero un atroz abanico de frecuencias extremas llegaba barriendo mundos subyacentes. Era un inteligente desequilibrio provocado, respondiendo a la soberbia y la ignorancia mas refinadas; las de seres o aspectos de la Conciencia que no se conocen Ante los Velos.

Y en muchos mundos laten sucesivas oleadas de conciencia llegando Ante los Velos. Cuando el potencial de expresión de lo que se ha vertido se desenvuelve por completo, una raza o un manojo de razas que conformaban ese límite desaparece, y otra raza o especie se muestra capaz de verter mas conciencia Ante los Velos. El ciclo deja rítmicamente suelta en los cuerpos de los mundos, conciencia pura, inmanente, y la realidad es un vasto laberinto libre, por el cual deambulan siempre cosas sin terminar, desde el inacabado principio, intenciones o música acumulada y esperando. En lo profundo sucedieron cosas que están en juego incluso ahora. También se deshizo, como papel mojado, una cultura que se mostraba capaz de prolongar su imagen, y sus habitantes, huérfanos de si mismos, no logran aún contactar a sus aliados. A ese lugar se dirige la gran corriente migratoria de los lúdicos y las sirenas. Al interior de ese mundo han regresado los gigantes, y por un extraño giro del destino, a sus valles en el fondo del mar, ciudades a salvo de todo, han regresado los profundos. Con el brío incontenible del futuro, se abren olvidadas ventanas antiguas, y en su vértigo de gracia creadora, la conciencia es consciente de su viaje a través de la conciencia.

Y Nemok se dijo, viendo que era mas y mas oscuro cuanto mas y mas hondo, que los que mas luz estaban irradiando debían llegar a la mayor profundidad posible, incontenibles, abriendo una infinita ruta directa, desgarrando todos los Velos, y la


Conciencia tocaría en un simultáneo resplandor toda la experiencia de todos los reinos de la creación. Y como otros dragones, que soñaron miles de eras fuera de los planos de la humanidad y de la encarnación, Nemok descendió rugiendo y atenazado por el dolor buscó el conglomerado de energía que necesitaría para formarse, donde ya estaba oculta la semilla de su gestación. Y tan extremas fueron sus tonalidades, que los Nemok dieron la espalda a la tierra firme, para fortuna de las vidas en la superficie. Tomaron el mar como una ola que va de la playa a lo profundo, y el orden se alteró en el mar. Los viejos dragones de mar, invisibles en las inmensas planicies deslumbradas, alfileres de sol del cenit invernal, tintineando en sus cristales mientras flotan meditando, siempre recordarán el dolor de la lucha en tierra, el aspecto de los que acompañaron la encarnación y les dieron el océano para dominarlo y perseguir a sirenas y tritones, pescadores y peces. Los Anien-trá, en cambio, no recordarán nada de esto, y el viejo miedo del inmensoinvisible-inteligente, que vive bajo los mundos del seretén, será un susto para sus niños, porque pronto los Nemok se sienten más cómodos lejos de la superficie, y descuidan por completo el mundo de las olas. Y este pueblo, mago de las balsas y tablones, prospera y crece, tocando líneas de energía con su música, cosechando kisotías, pescando y buceando, extrañamente convencidos de la antigüedad de su linaje, seguros de que los abuelos de sus abuelos han surfado las mismas aguas que ellos, viajando en cada estación cálida para buscar los árboles laro, que algún río selvático arrojaba mar adentro, y cuya madera sería balsas, adornos, herramientas. Tácitamente seguros de que siempre ha sido así, ninguno se pregunta por ese chato y seco vacío en el pasado, que no sienten. No recuerdan sus vidas ni hablan sobre esto porque ¿quién podría aceptar que acaba de ser creado?...

“Este mundo al que llegábamos estaba sufriendo mucho”, contaba Algkít, “y no sabíamos de eso, pero descubrimos que sabíamos seguir de cerca a los soor, que sabíamos espantar a los pretolkos y que recordábamos claramente como trabajar el abudele y cómo parecer gente humana. Y luego estaba toda esa violencia, para la que nuestra savia no estaba preparada. Despertamos desconfianza, porque los humanos suelen vestir, así como algunos smaglios se protegen con caparazones de arusia, mientras nosotros éramos envueltos en este algodón que les parecía una capa. Les molestó mucho nuestro pelo blanco, les molestó que aprendiéramos tan rápido todo, pero la guerra era mucho mas molesta, y nuestros ingenios eran algo que jamás había existido antes. Los Nómades no supimos ver entonces que aquel era un mundo agonizante, y pocos entre nosotros alcanzan a recordar la suave gloria de Ilid, ahora que nos rodea este absoluto desierto blanco... Por esto les digo, luchen contra el rejuvenecimiento, no se permitan alcanzar la niñez, siempre regresen a este lugar para desgastar su edad, porque la niñez de un shilba entre las gentes humanas no puede darse, y todos sabemos que si alguien se hace semilla de este lado...”


El silencio florece, bulle y se desborda en el círculo de nómades, inflando los oídos mientras se pierden los ecos de la voz de Algkít , y se proyectan nítidos recuerdos raciales, claros destellos remotos, en el fondo de cada uno. Ya no se permiten recordar la selva, ni el rostro de ningún Piten-trá, ni el pavor por sus creadores. Todo eso debe irse al llegar Ante los Velos, y solo volverá por ellos cuando llegue el momento de cruzar mas allá, luego de todos los ritos y cacerías, después de todas las historias y rimas, una vez contadas fielmente, con dulce justicia, todas sus respiraciones...

Siempre lo digo, practica con cosas menores primero, por ejemplo, si es tan emocionante la muerte que no puedes aceptarla, tal vez deja de manejar cómo sienten los otros, deja de esperar y suponer cosas acerca de ellos, enfoca mejor lo que sí puedes controlar, porque ustedes la gente humana, tienen esa ilusión angustiante, no logran "continuidad" de su memoria, y para forzar esa sensación y capturarla fijamente, pueden olvidar. La gran herramienta de sus identidades. (Los kajjn, por ejemplo, somos el desarrollo pleno del potencial kajjn, donde todo lo que no se expresa es inexpresable, pero la gente sólo exhibe patrones de potencial, y esquemas de brote de ese potencial). Nos preguntamos, ahora, tanto tanto después de incontables vidas, cuando no queda gente, sino espacio geometrizado y puentes a Gaflpack y al Complejo Tentroo, fulgurando por ahí, nos preguntamos ahora, qué hubiera sido de todo, si todos los humanos lograban sincronizar, que hubiera pasado con la ordenación de lo que hay. Pero cada kajjn tiene una respuesta compleja a esto. Cada mucho tiempo la frecuencia de aparición de codificaciones memoriales posttrópicas aumenta y provoca desbordes. Por eso las discusiones de kajjn, corriendo sin descanso por la superficie quemada de planetas, por el borde cóncavo de planos estériles, son tormentas conceptuales, que las miles de vidas humanas generaron, enganchando potentes corrientes emocionales del fondo de todo, que la gente humana sintió toda su vida, y el retumbar luminoso y podrido de tanta memoria esconde formaciones inteligentes, el diseño secreto del hombre. Por eso siento mas miedo ahora que cuando acompañé a Ventroger Sek-lú a la guerra en Affjitio, o cuando fui olvidado noventa y siete inviernos y quien me germinó era un cazador de mosasauros del Extremo Sguérene. Siento el miedo que dice que he estado dormido vida tras vida, y que yo tampoco recuerdo algo importante... ¿Quien soy? Soy Irokitón Sionope Gurni Valblende Asni Pff o Pff, y mi primer recuerdo es como el de todos los de mi raza, el recuerdo de la batalla original, librada al pié de la colina de Baord, cuando yo no era mas que Gur, y todos brotamos Ante los Velos hilarando a velocidades nunca antes vistas, tan livianos y rápidos que primero barrimos toda formación de baja frecuencia al alcance, y sólo entonces percibimos a los humanos, y supimos que eso había sido una victoria, y que estaba bien para todos. Pronto advertí que una sutil diferencia me separaba de lo kajjn, un sentido de la dirección, una percepción acerca del devenir, todo enraizado en un secreto que debía trasmitir a mi imagen (un kajjn llama imagen al primer ser humano que ve cuando desarrolla su etapa de movimiento), pero que tenía que entender por mi mismo antes. Apenas ahora entiendo hasta qué punto, lograr codificar el secreto no fue simplemente suerte. La clave para nuestro ciclo completo no se repartió como las semillas, me han dicho, por el contrario, que en gran parte se ocultó, se perdió y


modificó hasta dejar de funcionar a veces por largas edades del mundo, que nosotros dormíamos. Incluso al deslizarse geoplacas en la cercanía de puentes, nuestras semillas llegaron a planetas distantes y nuestros valientes arbustos diamantinos enraizaron y vivieron su vida prolongada sin jamás madurar, porque en esos mundos no había hombres ni igniclosiones, no había mas que anfibios, hongos y niebla, o zarcillos y seiscientas clases de articulados y babosas. Quince campeones humanos a lo largo de nuestra historia acompañando gente humana, doce hombres y tres mujeres, quisieron ayudar a kajjn a rescatar su simiente. Estos quince compensan sobradamente las diecisiete mil quinientas noventa y ocho encarnaciones que los mas ancianos promediamos en servicio absoluto a nuestra imagen. Y el don singular de haber sido Fruegu Smalili Gurni Jankan Aké, el kajjn que sirvió al Guerrero Marrón, completa mi sensación de paz y realización, siempre me llenará de orgullo. Este imagen vivió en la región Ante los Velos cuarenta y dos vidas antes de la guerra con los sin-rostro, y encontró setenta y un semillas kajjn antes de mi ensemillaje. No se porqué no me cultivó nuevamente, nunca volví a verlo.

(Sfa o Sfa) -- Tal vez el Pulso original contiene ese potencial de unificar el lenguaje por zonas físicas, y la manifestación de esta propiedad en el mundo Ante los Velos se debe a la resonancia fractal de ese potencial. Lo cierto es que hay evidencias de la aparición periódica de oleadas fractales de tales efectos, y es posible que las raíces de los nombres propios nos ayuden a develar el misterio. (Cankret Eyeó) -- Aún si esto fuera así, escúchame, no podríamos acceder a los registros, todos fueron destruidos, ¡no hay nada! (Sfa o Sfa) -- Tal parece que esta circunstancia te alegra mucho Eyeó, y por eso te parecerá una mala noticia lo que voy a contar... En los túneles bajo el ala mas oblicua del templo en la meseta, que intentamos fortalecer ahora porque soportarán el peso de una nueva galería, encontramos siete rollos de piel de estómago de anugma, mas viejos que todas nuestra edades juntas cien veces, mas viejos que la primitiva construcción de Baord, y emparedados cuando se construyó. Estos rollos están escritos en mukné, pero su construcción gráfica , y sobre todo, las voces y acentos... ¡son Tumturianos! (Cankret Eyeó) -- ¡Eso no es posible!, ¡es mentira! (Sfa o Sfa) – Aquí están mis estudios y resultados, y una formulación general que agrupa dos o tres fenómenos que parece que nadie quiere discutir en el spiralut. Primero, lo que llamo potencial de igniclosión, y su conexión con la superstición de los transparentes, si es que se trata de una superstición, luego una hipótesis sobre las kisotías y sobre el formato de nuestra realidad, reúno datos que apuntan a una multiconectabilidad de cadenas eventuales, es decir, regularidad oculta bajo la historia de este lugar, puentes directos del pasado al futuro que lo harían un círculo, el fenómeno del lenguaje parece acompañar este ciclo. (Cankret Eyeó) -– Estos estudios sólo me dicen que tu imaginación es fructífera, que deberías descansar un tiempo, distraerte un poco, sacar los ojos de los rollos polvorientos y caminar al aire libre, tal vez comer más. Sfa o Sfa, si presentas este estudio seriamente ante el spiralut nos pondrás a trabajar inútilmente en un laberinto


de espejos, no haríamos mas que tropezar con lazos de la historia previa a Tumturia, y agotarnos descifrando cosas que nunca podremos investigar a fondo, comprende eso. (Sfa o Sfa) -- ¿Qué pasará conmigo si no desisto? ¿que tal si continúo convencido de mis ideas? ¿Qué harán si intento difundirlas? (Cankret Eyeó) – Es triste que quieras saber eso. El spiralut no tiene entidad ejecutiva, pero hay fundamentos consensuales fuera de nuestro alcance que te alcanzarán sin remedio, ni siquiera podríamos evitarlo. (Sfa o Sfa) –- Entonces esperaré que también estén equivocados en eso.

Y ahora esa costumbre nueva de los jóvenes, yo se que estoy un poco fuera de tono, pero usar las alas de ese modo tan irresponsable es algo que me saca de quicio. Si yo se, yo se que mi generación fue la primera en hacer esas cosas... Perdí amigos en esa época. Saltar de un ramal de gromoog y dejarse caer durante un aliento entero, cimbrar un retazo de la mochila para crear un torniquete, con las distancias correctas, y calcular el siguiente apoyo... eso no es fácil, tal vez descolgarse y bajar como un kloate no sea lo mas divertido, pero es lo mas seguro, ¿o no?. No es que no sepa porqué insisten en hacer esto, sólo digo que no vale la pena correr el riesgo. Pero eso si, me molesta que decirlo no pueda cambiar nada, no se si me entienden. Quisiera saber si estos hombres, estos Trá que se llaman a si mismos Treno-trá, dejarán la violencia de sus raíces. Vivir lejos del sol , del viento y las estrellas, sobre todo de las estrellas, los alejó de algo fundamental, algo que nosotros nunca vamos a poder explicarles con palabras. Y yo llegué a espiarlos muy de cerca, y escuché mas de una vez su canto religioso, lo conozco de memoria;

“Para no desear otra cosa que el recuerdo íntegro intacto, ojala los describa bien el aroma filoso del gnertishe. Encriptados en enjambre y objeto, el espacio frío Hizo la noción de ese azul para todos donde reptará por una noche de eje la sierpe. Es que tuvimos que abrir el pecho asombro flaqueza ¿Cuándo quisimos dejar y volver? ¿Porqué volver? ¡Nos tragará sin danza lo que no nombramos! En el mismo instante en que empezamos a ser Treno-Trá En nuestro mismo instante de sinuosa fuerza inmersa reluciente y austeridad en el nombre de su silencio, para nunca olvidar su lugar ¿Tanto? ¿Tan lejos de todo árbol y trama está el único lugar abierto?


Así será a partir del abismo y el largo descanso de los ojos, el mareo y el abismo a partir del mismo instante, y el descanso así, de suave árbol escondiendo el fulgor de esas cosas que nunca nombramos y todos hemos visto su espacio que no rige ni manda pero es el suyo igual. Y por eso veremos que sólo en ese lugar, y creeremos entonaremos y.”

Tal parece que los Treno-Trá nunca intentarían alcanzar el cielo abierto simplemente trepando, como si estuvieran convencidos de que la Selva tiene en alguna parte un límite, un lugar donde el sentido vertical desaparece junto con los árboles, y simplemente de pié en el suelo, uno puede ver a Shiá y las estrellas. Así que consideran ese lugar su paraíso y mientras la Selva los sofoque y los alimente, van a odiarla y a amarla por todo esto. El ala azul del Muro que rodea a la Ciudad sin Nombre tiene pasillos falsos, ahora lo se. Ignoro cuánto tiempo mas podré espiar sin ser descubierto. Mi hermano tuvo que saber sobre esto, estoy seguro. Si no fuera tan difícil ingresar a la Guardia sin probatorias de parentesco, yo nunca lo hubiera mencionado. El entrenamiento no ha sido tan malo, ya suponía pruebas físicas exigentes, pero el galvanismo, los vectoramientos, y el sustentario que había que aprender y practicar eran agotadores. Sólo que no se puede patrullar ciertas zonas del muro sin vectoramiento, y vectoramiento sin galvanismo asiduo envejece aceleradamente a la mente. Por eso el sustentario es tan profuso, y se estudian filosofias y matemáticas de tres bases. Mis primeras tres estaciones frías las pasé en una de las Puertas, con nulo vectoramiento, pero también nulas posibilidades de averiguar que sucedió con mi hermano. Luego, durante otras ocho estaciones patrullé los corredores mas concretos de los tres primeros niveles, y apenas me asomé a cuatro o cinco ventanas en todo ese tiempo. No hay un guardia sin vocación, ninguno quiere saber nada mas, ser nada mas que un Guardia del Muro, no hablan de otra cosa que entrenamiento con alfanje y pica, o vectoramiento nocturno para descubrir quien está a mil pasos del Muro, y mil pasos en qué dirección dimensional exactamente. Pero en realidad hay pocos incidentes verdaderamente inusuales, fuera del estallido de esta guerra en las últimas dos estaciones. Yo creí que nunca me asignarían otra zona del muro, alguna de vibración mas alta, donde presenciar fenómenos emergentes de tras los Velos, pero hace dos días que mi cuarto se encuentra seis niveles mas arriba, mis compañeros cambiaron, sueño con mayor claridad que nunca, y siento que algo está por pasar. Nadie menciona a mi hermano. No me extraña, si todavía está vivo debe de patrullar cientos de niveles arriba. Pero si todavía vive, ¿Porqué Sjadila soñó aquello? ¿De dónde salió esa imagen de mi hermano, hecho pura luz, apareciendo de la nada en el pueblo, en su casa? … ¿Está muerto? Ciudad sin nombre, Región post Gran Silencio, segundo fractal, registro en cera. Te envío a nutrir tu mismo origen, simiente refinada en docemil crisoles de escama tras escama del tiempo, te envío a envidiar tu devenir, a sofocarte a ti mismo, hijo de la consecusión deliberada del Único. A tu muerte te envío, azote de la dulzura del horror. Te envío lejos, te envuelvo en hierro y vairilo negro, el uno oxidárase hasta soltarte, el otro seguirá el incrustarse en lo hecho… Quiera el destino del rastro de todos, el hueso injerto al miedo, quedar perdido en jofleydons, de la era primaria en la Tierra, y acaso pueda el brillante vairilo amarillo, anclarte fuera y quebrar tu cuenca, llevarte lejos y dejarte ajeno.


¿Cómo se sabrá?, ¿quién estuvo ahí? ¿Quién estuvo ahí cuando los transparentes se recuperaban Ante los Velos, y recreaban la conexión con los Ansorios? Los transparentes resuenan para ellos, plenos de gozo, el evento de la creación de la amniokita metálica… Los Ansorios escuchan y se regocijan y envían entonces tres emisarios, soplados de metales desconocidos del Vientre del mundo, a buscar la amniokita al mundo de superficie. El primer Emisario muere; el restallar de su rango de frecuencia empuja el Marco a otro Foco, ahora Maish-Pathal ya no está Ante los Velos… ¿quién sabe esto? Otro Emisario desaparece en lo Profundo; tal vez el único evento kajjn que deba llamarse desgracia, la fusión… la fusión y la muerte de ambos seres, con resultados espantosos: Mlagasagalm ha nacido, ha nacido en Taktzonomitz-tah, dominará pronto las discusiones del Maff, se opondrá al “desarme” del sistema de tecnología de grieta, y pugnará desesperadamente por hallar todos los Okenni… ¿dónde está el testigo de estas cosas? El tercer Emisario… el último. Se llama Asitaetrodnetill, es una semi-deidad metálica… será un día el Poder tras el trono en Gaflpack, custodio de la cultura humana, un día pavorosamente lejano... Pero este día es el primero de su vida. Asitaetrodnetill recupera objetos de amniokita, y los lleva, túnel adentro, a lo Profundo. Poco después los Ansorios, en cápsulas ovoides dejan la Región, salen del mar todo el día como bolas de fuego, se abstractalizan en lo alto… perforan la Periferia… desaparecen... Al irse sus creadores, el Emisario creado para un propósito que ya está cumplido, inicia una existencia que nadie imaginó. Vive una tras otra las generaciones del tiempo, sabiendo sobre la vida humana y la de todos los seres Ante los Velos, llegando a entender que este plano es mas adecuado a esa vida que a la suya. “Abandona Asitaetrodnetill la Región Ante los Velos, y vé a nacer en un mundo estéril, ácido y corrosivo… (¿porque)… añoras siempre la cuna salvaje de los Efímeros(?)” rezan algunos fragmentos casi ilegibles del Kuzz kunatl. La civilización que atestiguó su vida anterior, las pasiones ajenas que vió evolucionar vida tras vida, resuenan en Él todavía. Desea saber sin saber, sin formularlo desea, medita inmóvil era tras era… mientras los soles envejecen y cada Racimo se despliega lentamente… y Gaflpack entra en su segunda infancia, tormentas y furias duermen, y como flores en su plano las leyes áureas, la matriz que incuba Vida murmura…... Él no interfiere… Él espera… propicia...

El resplandor omniglósico hizo innecesarios los registros gráficos de las crónicas, cuando fue evidente para todos, se diluyó poco a poco el andamiaje inútil. La realeza, el oculto gobierno de Tumturia, casi había sido invisible para el común de la gente durante el antiguo reino, ahora lo era por completo, y ya se pasaba de ignorar algunas cosas, a no cuestionar ni recordar nada, ni siquiera la identidad de quienes gobernaban. El difícil equilibrio absorbió toda la energía y todos los recursos de que disponían las voluntades humanas y el mundo elemental, pero una estabilidad se manifestó entonces por un período largo, y en el plano así formado, el embudo cultural desarrolló lo demás. Ahora si, tantas distintas conciencias vivían la Región Ante los Velos, que la matriz ocultó por completo al gobierno secreto. Y en otros códigos, que no eran semánticos sino sonoros, se guardó cuidadoso registro de las decisiones y acciones de tal gobierno y sus secretos reyes. Fue el muro la primera orden, y el espacio geométrico colapsó durante dos días, mientras cierta reserva que jamás debió usarse, por fin manifestó primero el muro, y luego levantó la ciudad. De hecho, por generaciones, construir y forjar se volvió una fiebre de los humanos y afines, y esto ya nunca cesó, día tras día nuevos puentes colgantes, otro pasillo inconducente, ventanales, avenidas, fuentes, miles de pasos de filigrana metálica,


cúpulas, brotaban o se movían por toda la ciudad… aún mucho tiempo después, cuando ya no había ingenieros ni artistas ni obreros visibles, ni poleas o grúas que los movieran... A la ciudad sin nombre confluyen desde entonces peregrinos perdidos, habitantes del mundo elemental de otras Regiones, deportados de planetas y planos adyacentes, cabos sueltos de la evolución, misioneros, comerciantes, alucinados, esclavos y señores de la guerra. Todos ven una ciudad distinta, algunos no soportan la cercanía de otros, muchos llegan de mundos insospechados, tienen sentidos diferentes, son incapaces de captar alguna gama del total de frecuencias, o parecen algo distinto de lo que son realmente. A veces, en la ciudad, el día y la noche tiene distintas duraciones según cada quien. Existe la esperanza, remota y difícil de explicar, de que un día las (y los) Sicali, sepan qué sucede en Phuudalys, y sepan también cómo acceder desde el complejo Tentroo. Ahí, donde no podía desenvolverse el ramal de conciencias de otros mundos, la encarnación de los machos sicali fue posible por única vez, y al condensarse y precipitarse en el cielo de Phuudalys, tomaron al fin la forma sólida, mientras sus hembras surgían de la tierra sin agonía, y todos podían encontrarse, en el fulgurante domo de tensiones indescriptibles y fuerzas demoledoras que era esa atmósfera. Ni siquiera sabían que era un ambiente extremo, ni conocían otro. La compasión desesperada hubiera surgido en ellos, seguramente, de haber tenido siquiera un atisbo de lo que sucedía en la Región, si hubieran sabido de algún modo, que todos los demás sicali estaban condenados por la naturaleza, condenados a nunca jamás unir polaridades ni recorrer el eje del Único, machos y hembras separados por un Velo… Los machos sicali siguen siendo incontrolables, peligrosos remolinos eléctrico/magnéticos, y sus hembras son un encarnizado azote de crueldad y violencia sin paz, furia que ejercen hasta conseguir siempre merecer su maldición, a fuerza de apilar horrores. Y si pudieran saber, si sólo pudieran saber que una realidad superior está a uno… dos pasos… de su mente…


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