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LA PESCA DEL CHUCHO PINTADO (Aetobatus narinari) EN NUEVA ESPARTA

Leo Walter González -IIC-UDOne- 20 de Diciembre de 2020

INTRODUCCIÓN

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El Chucho Pintado (Aetobatus narinari) pertenece al grupo de los peces elasmobranquios batoideos del orden Myliobatiformes y la familia Myliobatidae; siendo una especie costera tanto continental como insular que puede nadar grandes distancias. Su cuerpo tiene la forma de un disco más ancho que largo; con una cola mucho más larga que el disco, delgada y provista, en algunos ejemplares, de aguijones aserrados; adicional a que posee una pequeña aleta dorsal, en la parte anterior de la cola, pero sin aleta caudal. Sus ejemplares pueden alcanzar una dimensión de 2,4 m de ancho de disco y un peso de 200 kg. Presenta una cabeza bien diferenciada del cuerpo y su boca se sitúa ventralmente; la cual posee dientes anchos transversalmente, en una sola serie y formando una placa dentaria compacta en cada mandíbula. Su piel es lisa al tacto y su coloración, en la parte superior del disco y aletas subrostral, es pardo oscuro o negruzco con pequeñas manchas redondeadas, blancas o blanco azuladas. La parte superior de la cola es negruzca y la parte ventral del disco y las aletas pélvicas es blanco (Cervigón y Alcalá, 1999 - Figura 1). Con alguna frecuencia se le ve dando grandes saltos en el agua. Fuera de Venezuela también se le conoce como “Raya Jaspeada” o “Águila Marina Moteada” (Spotted eagle ray).

Figura 1.- Clasificación según el Registro Mundial de Especies Marinas (WoRMS, por sus siglas en inglés) e imágenes dorsal y ventral del Chucho Pintado (Aetobatus narinari) (Imagen modificada de shark-references.com)

Figura 1.- Clasificación según el Registro Mundial de Especies Marinas (WoRMS, por sus siglas en inglés) e imágenes dorsal y ventral del Chucho Pintado (Aetobatus narinari) (Imagen modificada de shark-references.com)

CARACTERÍSTICAS DE ESTA ESPECIE

Hábitat: Este batoideo bento-pelágico se le puede encontrar solo o en grandes grupos (McEachran y de Carvalho, 2002) y habita comúnmente en aguas superficiales costeras (Silliman y Gruber, 1999) sobre fondos muy someros, tales como bahías y arrecifes de coral; siendo ocasionalmente vistos en hábitats estuarinos. Prefiere aguas transparentes y es común en zonas insulares (Figura 2); sin embargo, no es frecuente encontrarlo en aguas alejadas de la costa (Cervigón y Alcalá, 1999). Se ha observado a profundidades de 60 m y se sabe que viajan largas distancias a través de aguas abiertas. En Venezuela, está fuertemente asociada con las islas venezolanas que presentan formaciones arrecifales, como los archipiélagos de Las Aves, Los Roques, Los Frailes y las islas de Margarita, Coche y Cubagua (Cervigón y Alcalá, 1999; Tavares, 2010).

Figura 2.- Dos ejemplares de Chucho Pintado (Aetobatus narinari) nadando en aguas someras arrecifales (Foto: Denisse Pohls Pérez -CONABIO)

Distribución: Es una especie con amplio rango de distribución (cosmopolita) en aguas tropicales o templadas (Figura 3). En el Atlántico occidental se distribuye desde Carolina del Norte (USA) hasta Santos (Brasil) y el norte del Golfo de México (McEachran y de Carvalho, 2002). En Venezuela es una especie común en la región nororiental y archipiélago Los Roques. El Chucho Pintado (Aetobatus narinari) tiene preferencia por las aguas con temperaturas entre los 24 y 27° C y realiza movimientos diarios asociados con el ciclo de marea; factor que determina su comportamiento y que tiene mayor influencia en su distribución (Silliman y Gruber, 1999).

Figura 3.- Rango de distribución del Chucho Pintado (Aetobatus narinari) (Imagen modificada de reefnation.com)

Figura 3.- Rango de distribución del Chucho Pintado (Aetobatus narinari) (Imagen modificada de reefnation.com)

Alimentación: Su régimen alimentario consiste principalmente de moluscos bivalvos y gasterópodos, pero también consume cefalópodos, crustáceos y peces teleósteos.

Reproducción: Los individuos alcanzan la madurez sexual en edades entre los cuatro y los seis años, con longitudes promedio de ancho de disco de 129 cm en los machos y de 135 cm en las hembras. El apareamiento ocurre de febrero a mayo y el período de gestación dura un año. La fecundidad es baja, de 3 a 5 embriones por hembra grávida de hasta 44,5 cm de ancho de disco (Tagliafico y col., 2012). Son organismos ovovivíparos cuyos embriones nacen con dimensiones que oscila entre 20,5 y 26,0 cm de ancho de disco, llegando a pesar desde 160 hasta 340 g. En marzo y abril se han encontrado hembras con embriones en avanzado estado de desarrollo (Cervigón y Alcalá, 1999) y hasta con 8 a 10 crías de 1 kg cada una (Edmundo Acosta 2017, comunicación personal).

MÉTODOS PARA SU CAPTURA

Principalmente se pescan con redes de enmalle, como el “filete fondero chuchero” de 12 a 15 pulgadas de abertura de malla (Figura 4); con “palangre fondero” de aproximadamente 1.000 m de largo (Figura 5); con arpón a bordo de una embarcación (Figura 6); o con fusil en pesca subacuática (Figura 7). Los pescadores de El Tirano capturan el Chucho Pintado (Aetobatus narinari) de manera ocasional con fusil y con arpón; los que pescan con “tren chuchero” están ubicados en playa El Cardón y poseen 8 trenes de 80 a 100 m de largo, de 7 a 8 m de altura y con abertura de malla de 8 pulgadas (Juan Miguel Rodríguez 2018, comunicación personal).

Figura 4.- Filete chuchero (modificado de González y col., 2006)

Figura 4.- Filete chuchero (modificado de González y col., 2006)

Figura 5.- Palangre fondero (modificado de González y col., 2006)

Figura 5.- Palangre fondero (modificado de González y col., 2006)

Figura 6.- Pesca con arpón (tomado de González y col., 2006)

Figura 6.- Pesca con arpón (tomado de González y col., 2006)

Figura 7.-Fusil utilizado en la pesca subacuática y en apnea

Figura 7.-Fusil utilizado en la pesca subacuática y en apnea

ÁREAS DE PESCA

En algunas zonas es abundante como en el archipiélago de Los Roques, donde se captura con redes de tipo “tendedor” durante todo el año, en áreas arenosas que separan las formaciones coralinas y con pulsos de abundancia en marzo y abril. Es relativamente común en áreas de las islas de Margarita, Coche y Cubagua (Figura 8) y han sido registradas capturas en el Golfo de Venezuela; no así en las costas de Guayana, ni frente al delta del Orinoco, ni en el Golfo de Paria (Cervigón y Alcalá, 1999). Se ha observado ejemplares de 15 a 20 kg a una milla (1,61 Km) de la costa entre El Tirano y Punta Ballena; al igual que entre Cabo Blanco y Cabo Negro (Edmundo Acosta 2017, comunicación personal).

Figura 8.- Zonas de pesca del Chucho Pintado (Aetobatus narinari) en el nororiente de Venezuela (Imagen: Ana Paola Salazar)

Figura 8.- Zonas de pesca del Chucho Pintado (Aetobatus narinari) en el nororiente de Venezuela (Imagen: Ana Paola Salazar)

SU PESQUERÍA EN NUEVA ESPARTA

Capturas: En el estado Nueva Esparta es frecuente observar desembarques en Punta de Piedras, La Guardia, Juan Griego y El Tirano. En la serie histórica de los desembarques (2008-2019) se observó desde el 2008 hasta el 2013 una tendencia de producción similar entre la producción nacional y la de Nueva Esparta, pero a partir del 2014 se presentó una drástica diferencia; mientras las capturas de Chucho Pintado (Aetobatus narinari) se mantenían bajas en Nueva Esparta, la producción nacional aumentaba con fluctuaciones anuales y alcanzaba su valor más alto en 2019 (Figura 9). Este incremento en los desembarques se debe al aumento de la producción del estado Zulia en los últimos años; con una excepción en el año 2018. Por otra parte, la falta de información estadísticas en el año 2019 para el estado Nueva Esparta posiblemente se deba a la ausencia de seguimiento de las capturas en las zonas de desembarque por parte del organismo nacional rector de la pesca.

Figura 9.- Volúmenes totales desembarcados de Chucho Pintado (Aetobatus narinari), tanto nacional como del estado Nueva Esparta, para el periodo 2008-2019 (Fuente: Estadísticas Oficiales del INSOPESCA)

Figura 9.- Volúmenes totales desembarcados de Chucho Pintado (Aetobatus narinari), tanto nacional como del estado Nueva Esparta, para el periodo 2008-2019 (Fuente: Estadísticas Oficiales del INSOPESCA)

Comercialización: Los pescadores comercializan el Chucho Pintado (Aetobatus narinari) sin cabeza y vísceras, lo que representa el 10 % del peso total por ejemplar, y el precio de venta actual del pescador al consumidor es de 1 USD por kilogramo; encareciéndose en tiempos de “Semana Santa” (Edmundo Hernández 2020, comunicación personal). Es una especie apreciada por su buena calidad y para su comercialización se prepara salada. En Margarita se elabora un plato típico de mucha aceptación que se denomina “pastel de chucho”, es una comida en la que se combina lo dulce con lo salado; siendo una preparación que se asemeja a la lasaña (pasticho), pero que en vez de pasta utiliza rebanadas de plátano maduro frito, y que se rellena con un guiso de este pescado que tiene base en el ají dulce y el onoto (Santiago y Salazar, 2018). La biografía tras este emblemático platillo típico, la de su autor, la receta original y deliciosas versiones está contenida el libro “El pastel de chucho: sabor de una tradición” firmado por Rubén Santiago y Verni Salazar; siendo publicado por Oscar Todtmann Editores (Figura 10).

Figura 10.- Vista del plato típico denominado "Pastel de Chucho" (arriba) y libro que cuenta su historia (abajo)

Figura 10.- Vista del plato típico denominado "Pastel de Chucho" (arriba) y libro que cuenta su historia (abajo)

SITUACIÓN ACTUAL DE LA PESQUERÍA

El Chucho Pintado (Aetobatus narinari) está catalogado actualmente por la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN, por sus siglas en inglés) como una especie “casi amenazada” a nivel global (Figura 11). En Venezuela la producción es baja en relación a otros países del Atlántico Centro Occidental. Es una pesca estacional y el esfuerzo pesquero aplicado para su captura, que puede ser medido en cantidad (números de artes o aparejos usados, embarcaciones dedicadas a pescarlo) así como en tiempo (horas de la embarcación fuera de su puerto, del arte en el agua, etc.), puede verse afectado por la dinámica del ecosistema y/o condiciones océano-meteorológicas adversas a la pesquería; entre otras variables (González y col., 2001). La fluctuación anual de las capturas, posiblemente, esatribuida a las alteraciones climáticas percibidas con la variabilidad ambiental, que según Espino (2006) podría deberse a cambios de corto plazo (variaciones estacionales, como el período seco y lluvioso), mediano plazo (variaciones interanuales, como El Niño y La Niña), largo plazo (variaciones periódicas, como las oscilaciones decadales) y muy largo plazo (ciclos ambientales de alta y baja variabilidad atribuidas a las variaciones seculares geomagnéticas). Los efectos del Cambio Climático Global (CCG) sobre la pesca suelen ubicarse en el contexto de una actividad que, de por sí, enfrenta problemas de sustentabilidad. Adicionalmente, la aplicación del esfuerzo no depende solamente de la disponibilidad de los recursos y la influencia de condiciones ambientales, sino que también estaría sujeto a la dependencia de factores socioculturales y económicos (Eslava y col., 2003). Otros factores importantes que influyen en la pesquería son la baja tasa de reproducción y el crecimiento lento de esta especie; los cuales deben ser tomados en cuenta en su aprovechamiento responsable y sustentable.

Figura 11.- Estatus de conservación del Chucho Pintado (Aetobatus narinari) según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)

Figura 11.- Estatus de conservación del Chucho Pintado (Aetobatus narinari) según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)

Variaciones seculares geomagnéticas: Variaciones temporales del campo magnético terrestre causadas por dos tipos de procesos que tienen lugar en el núcleo terrestre; el primero, relacionado con las variaciones del campo principal de un dipolo y que opera con escalas de tiempo de cientos o miles de años, y el segundo, relacionado con las variaciones del campo no dipolar en escalas de tiempo del orden de decenas de años (Schlumberger, 2020).

REGULACIONES DE PESCA EN VENEZUELA

No tiene ninguna, por lo que se sugiere aplicar medidas de ordenamiento pesquero basados en estudios realizados de dinámica reproductiva (como por ejemplo, veda y talla mínima de captura); de lo contrario se podría llegar a niveles de sobreexplotación asociados a un manejo que ignora la variabilidad ambiental y la incapacidad para imponer medidas regulatorias en la actividad pesquera, aspecto que tenderá a agravarse con el cambio climático global.

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

CERVIGÓN F. Y A. ALCALÁ (1999). Los peces marinos de Venezuela. Volumen V Tiburones y Rayas. 2da. Edición. Fundación Museo del Mar. Caracas. 231 p.

ESLAVA N., L. W. GONZÁLEZ Y F. GUEVARA (2003). Variación estacional de la pesca artesanal de la catalana (Priacanthus arenatus) (Teleostei: Priacanthidae) en el archipiélago Los Frailes, Venezuela. Ciencia 11(1): 47-54.

ESPINO M. (2006). La variabilidad ambiental y los recursos pesqueros en el Pacífico sudoriental: una propuesta de gestión a partir de una visión de largo plazo. Informe de Avance de Tesis Doctoral, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú, 57 p.

GONZÁLEZ L. W., N. ESLAVA Y F. GUEVARA (2001). Análisis de la pesca artesanal del pargo gallo (Lachnolaimus maximus) (Teleostei: Labridae) en el archipiélago Los Frailes, Venezuela. Bol. Centro Invest. Biol. 35(3): 272–282.

GONZÁLEZ L. W., N. ESLAVA Y F. GUEVARA (2006). Catálogo de la pesca artesanal del estado Nueva Esparta, Venezuela. Dirección de Publicaciones Rectorado, Universidad de Oriente. Editoriales Radoca, C.A. Cumaná. 222 p.

MCEACHRAN J. D. Y M. R. DE CARVALHO (2002). Batoid Fishes. The living marine resources of the Western Central Atlantic, pp. 578-585. In K. E. Carpenter (ed.). FAO species identification guide for fishery purposes and American society of ichthyologists and herpetologists special publication Vol. 1. FAO, Roma, Italia.

SANTIAGO R. Y V. SALAZAR. (2018). El pastel de chucho Sabor de una tradición. Fresh Fish Delivery y Oscar Todtmann (Eds.). Editorial Arte. Caracas. 96 p. SILLIMAN W. Y S. GRUBER (1999). Behavioral biology of the spotted eagle ray, Aetobatus narinari. Bahamas J. Sci. 7: 13-20.

SCHLUMBERGER (2020). "Oilfield Glossary: en español". Schlumberger Limited. https://www.glossary.oilfield.slb.com/es/terms/g/geomagnetic_secular_variation

TAGLIAFICO A., N. RAGO, S. RANGEL Y J. MENDOZA (2012). Exploitation and reproduction of the spotted eagle ray (Aetobatus narinari) in the Los Frailes Archipelago, Venezuela. Fish. Bull. 110: 307–316.

TAVARES R. (2010). Estatus del recurso pesquero de los peces cartilaginosos (elasmobranquios: tiburones y rayas). Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas. Estado Nueva Esparta. 33 p.

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