Medicina e historia n4 2014

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Nº 4 – 2014 – QUINTA ÉPOCA

R EVISTA DE E STUDIOS H ISTÓRICOS DE LAS C IENCIAS DE LA S ALUD

Del hallazgo arqueológico a la patología patología, en el milenario de Abulcasis Carla P. Aguirre Marco Susanna Llidó Torrent

La caricatura médica en la revista satírica ¡Cu-Cut! (1902-1912) Begoña Torres Gallardo Ferran Sabaté Casellas www.fu1838.org


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REVISTA DE ESTUDIOS HISTÓRICOS DE LAS CIENCIAS DE LA SALUD

MEDICINA e HISTORIA Nº 4 – 2014 – QUINTA ÉPOCA REVISTA DE ESTUDIOS HISTÓRICOS DE LAS CIENCIAS DE LA SALUD Publicación trimestral FUNDADA EN 1964 Fundación Uriach 1838 Centro de Documentación de Historia de las Ciencias de la Salud Polígono Industrial Riera de Caldes Avda. Camí Reial 51-57 08184 Palau-Solità i Plegamans (Barcelona-España) www.fu1838.org fundación-historia@uriach.com Director de la publicación: Dr. Juan Uriach Marsal Soporte Válido con la ref. SVR nº 479 Dep. legal: B-27541-1963 ISSN: 0300-8169 © de la edición: Fundación Uriach 1838 Reservados todos los derechos. El contenido de la presente publicación no puede ser reproducido, ni transmitido por ningún procedimiento electrónico o mecánico, grabación magnética, ni registrado por ningún sistema de recuperación de información, en ninguna forma, ni por algún medio, sin la previa autorización por escrito del titular de los derechos de explotación de la misma.

S4S Del hallazgo arqueológico a la patología en el milenario de Abulcasis Carla P. Aguirre Marco Susanna Llidó Torrent

S 20 S La caricatura médica en la revista satírica ¡Cu-Cut! (1902-1912) Begoña Torres Gallardo Ferran Sabaté Casellas

Prohibida su venta.

Portada: Reproducción del cuadro El charlatán sacamuelas (ca. 1620-1625), de Theodor Rombouts. Revista La odontología, 1913. Fondo Biblioteca FU1838.

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Del hallazgo arqueológico a la patología, en el milenario de Abulcasis Carla P. Aguirre Marco* y Susanna Llidó Torrent** José María López piñero, in memoriam

resentamos dos pequeños utensilios metálicos medievales que constituyen un hallazgo arqueológico singular tanto histórica como culturalmente (Fig. 1). Su estudio ha supuesto un viaje históricomédico de seis siglos, desde los orígenes de la profesión odontológica a la cirugía de abulcasis. Uno de los aspectos más interesantes ha sido el recorrido por las imágenes de los instrumentos médicos relacionados, así como por la tradición material de piezas funcionalmente similares a las estudiadas, cuyo origen hemos de situar en Mesopotamia hace cinco milenios.

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Se trata de dos piezas de bronce muy similares. Nos encontramos ante un pequeño utensilio de aseo personal que podía llevarse encima con una cadena, sujeto a la ropa por una fíbula o similar, puesto que incorpora la argolla correspondiente. Los dos están depositados en la Sección de arqueologia Municipal (SiaM) de Valencia, que nos ha facilitado su estudio1. Uno de los extremos de su vástago cilíndrico es una cucharilla, o auriscalpium en la tradición romana, para aseo de las orejas, pero útil también para la dosificación y administración de medicamentos, cosméticos o condimentos. el otro extremo es un mondadientes compuesto, en el primero encontrado, por dos ramas planas divergentes curvadas hacia afuera una más que la otra, con la finalidad de eliminar el sarro por raspado, la primera en la cara lingual y la segunda en la vestibular de los dientes y las muelas (Fig. 2). en el segundo, la rama menos curvada es de sección cónica y, aunque incompleta, acabada muy posiblemente en una punta aguda a fin de abordar los espacios interdentales (Fig. 3). podía dárseles además otra utilidad como la limpieza de las uñas. Su pequeño tamaño descarta un uso específicamente qui-

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b)

a)

Figura 1: Mondadientes valencianos islámicos del siglo Xiii. a) Maqbara de Roteros, SiaM n. 1/887. b) arrabal de la Boatella, SiaM, n. 2/1103.

rúrgico u odontológico. el ‘nudo’, y asidero, de ambas piezas es una filigrana de hilo de bronce continuo, enrollado en el vástago cilíndrico hacia su mitad, para ascender formando los espirales hasta acabar, también enrollado sobre el vástago, más próximo al extremo del mondadientes. ante el primer hallazgo valenciano únicamente encontramos dos instrumentos similares identificados como mondadientes, y los dos en la península ibérica. en 1938 aparecía el primero en una ocultación hispano judía del siglo XiV en Briviesca, Burgos. Bien datado y catalogado en su contexto arqueológico (Monteverde, 1939), se ha vuelto sobre él en varias ocasiones (Rueda; Sáez, 1992: 21011; castillo, 2003). el otro fue recuperado en 2008 en la localidad lusa de Vila Maior de Sabugal, en los tra-

bajos de seguimiento arqueológico de unas obras de saneamiento (osorio, 2011-12). aunque incompleto, se le relacionaba con el burgalés por sus puntas, atribuyéndole un origen judío y datándolo en época medieval-moderna sin mayor precisión. carece de un contexto arqueológico que atestigüe fehacientemente ninguna de las dos afirmaciones. el mondadientes de Briviesca, el mejor conservado, es de plata y la ornamentación del cuerpo muy diferente de los valencianos. … lleva tres esferitas con círculos concéntricos y fajas en los centros, motivos ornamentales de origen granadino cuya supervivencia alcanza casi a nuestros días en las bolas de los collares populares de muchos sitios de españ a. (Monteverde, 1939: 9)


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Una de sus ramas es plana y podría servir al raspado del sarro, y la segunda es una punta cónica, apropiada para la limpieza de los espacios interdentales. Sin duda esta punta fue determinante para que Monteverde lo asociara a la tradición del dentiscalpium romano y lo identificara como tal. el otro extremo es una cucharilla. La combinación de estos tipos de puntas en una sola pieza la encontramos en un instrumento odontológico descrito y dibujado en el siglo XVi por Francisco Martínez de castrillo (1520/30-1585) (Fig. 4): este mondadientes que digo tiene cuatro piezas que son necesarias y suficientes para conservar limpia la dentadura. dos anchuelas a manera de escoplillos, y dos punteagudas. de las dos anchuelas, la que está recta es para la raíz de los dientes de parte de fuera; la que está vuelta para lo mismo de parte de dentro. de las dos puntiagudas, la que está derecha es para entre diente y diente de parte de fuera y la que está vuelta, para lo mismo de parte de dentro. Y si le quisiéredes hace portátil y para de ordinario, mándenle hacer de oro y pequeño. Hase de afilar con una limita. destos mondadientes tiene la industria Miguel Sánchez, platero en el corral de la copera aquí en Valladolid. (Martínez de castrillo, 1557: fol. 104v) estos mondadientes metálicos debieron ser por tanto de uso frecuente antes del texto de Martínez, y aunque nos encontrábamos ante el tercero identificado como tal en el mundo, supusimos que otros se habrían inventariado como instrumental de uso médico o quirúrgico, o metálico sin más. en efecto, es el caso de los judíos de Barcelona, del siglo Xiii (de Heredia; Beltrán, 2013). Recientemente hemos podido ver otro muy similar al que nos ocupa, también hispanojudío, en la Tárrega de comienzos del siglo XiV (amenós, 2014), al que con todas las precauciones se le atribuye un posible uso como despabilador de candil, pero que es el más parecido a los valencianos en su manufactura y ornamentación. en consecuencia se buscaron expresamente en los depósitos del SiaM y de inmediato se encontró otro mon-

Figura 2: Mondadientes de la Boatella. intervención arqueológica ‘1paiMeR’, Valencia, siglos Xii-Xiii. Bronce. dimensiones: 6x0,2x4,5 cm; cucharita de 0,4 cm de longitud. SiaM (n. 2/1103).

Figura 3: Mondadientes de la ‘necrópolis’ de Roteros. Maqbara de Roteros (ss. Xi-‐Xiii), calle palma, Valencia. Bronce. dimensiones: 4,5x0,2x4,5 cm; cucharita de 1 cm de longitud. SiaM (n. 1/887).

Figura 4: Mondadientes y ‘limita’ para afilar sus bordes cortantes y puntas. Francisco Martínez de castrillo, 1557: fol. 104v.

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los siglos Xii y Xiii. al ser prácticamente idénticos en su material, su morfología y su manufactura, lo más sensato por ahora es defender si no el origen, al menos sí el uso islámico de ambos. culturalmente singulares, pues, hasta la fecha, e históricamente los más antiguos identificados.

Figura 5: Macaco hurgándose los dientes con un palo de madera en la puerta de piedra del Templo de Tanah Lot (Bali).

dadientes con diferente ornamentación, lo mismo que una cadena, inventariados con el primero, y algo después, el segundo que presentamos, prácticamente idéntico al primero, pero procedente de una intervención arqueológica distinta (pascual; Serrano, 1996). asociado a un enterramiento musulmán del cementerio del arrabal de Roteros –que se amortizó con la conquista cristiana de la ciudad–, podemos identificarlo como hispano-musulmán y anterior a la conquista cristiana de Valencia, posiblemente de comienzos del siglo Xiii (Fig. 1a y 3). el primero (Fig. 1b y 2) procedía de la excavación en el arrabal de la Boatella (Herreros, dir., 2008) y se encontró en una escombrera que abarcaba la profundidad de los estratos musulmanes datados en

Figura 6: chimpancé extrayendo una muela (un segundo premolar deciduo) y dibujo de la herramienta y la muela avulsionada. McGrew, Wc; Tutin, c.e.G., 1973.

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La utilización de palillos para la limpieza de los dientes tras las comidas, en especial los espacios interdentales, los mondadientes o escarbadientes, está extendida en todas las culturas. Bien de madera, usando ramas adecuadas o talladas a tal efecto, bien de otros materiales naturales –hueso, cálamo, marfil…–, y desde luego de metal cuando se tuvo acceso, para quien se lo pudiera permitir. Recordemos el uso que los chimpancés y babuinos hacen de ramas de su entorno, seleccionadas expresamente para ello, como palillos de dientes (Fig. 5); incluso para la extracción de dientes enfermos (McGrew; Tutin, 1972 y 1973) (Fig. 6); o las lesiones dentales encontradas en neandertales que apuntarían al uso frecuente de mondadientes (Lozano et al., 2013).

Figura 7: Juego de aseo personal y su estuche, en oro; arete de plata. 3000-‐2500 a,c. Tumba pG/580, cementerio Real de Ur. Wooley, 1934: vol. 2, pl. 137; 151. Museo Nacional de iraq, Bagdad (n. B4306). Hay reproducciones en el Museo de la Universidad de pensilvania y en el Museo Británico.

Figura 8a: Dentiscalpia. Juego de aseo personal que une en un arete pinzas (vulsella) y palillo (dentiscalpium) romanos, en bronce. colección histórico-médica de la Universitat de València. iHMc López piñero (cSic-Universitat de València).


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Figura 8b: Dentiscalpia. Reproducción en plata de un ‘exvoto romano’, que es sin duda un mondadientes. (Tienda--Librería del Museu de prehistòria de València). colección particular.

Figura 9: Mondadientes y cucharilla de plata. Rahastan, india, ci. 1930. colección particular.

rias piezas de aseo personal. Y debía estar muy extendido su uso entre la población peninsular medieval tanto judía, como islámica, como cristiana, para que constituyera un instrumento de uso odontológico tanto personal como ‘profesional’ en el siglo XVi.

cias a las ideas y prácticas populares sobre la boca y los dientes, y sus enfermedades. Muchas veces la ironía o la sátira nos permiten hacernos una idea de la cultura odontológica popular, como las descripciones de la época sobre la suciedad de los dientes –manchas verdes, negras y amarillas–, especialmente recomendable en las viudas recientes para no “llamar”

el palillo de dientes metálico suele asociarse en nuestra cultura al dentiscalpium romano y suele rastrearse su uso extendido hasta el egipto arcaico. Sin embargo, los mesopotámicos hallados en Ur, en las tumbas reales de la tercera dinastía, lo datan hacia el 3000-2500 a. c. (Wooley, 1934: vol. 1, 112-13; vol. 2, 13 y pl. 137 y 151). Uno de éstos es exactamente un juego de aseo personal que une en un arete de plata pinzas, cucharilla y palillo en oro (Fig. 7), como los romanos tan habituales en bronce (Fig. 8a). No debe extrañarnos entonces que en cualquiera de las culturas donde la higiene dental tradicionalmente utiliza maderas, existan también mondadientes metálicos, como en la india (Fig. 9), e incluso entre los musulmanes, cuyo tradicional siwāk o miswāk –especialmente apreciado el de Salvadora pérsica L.– funciona como cepillo dental. es el caso de pueblos beduinos del norte de omán, o de pueblos nigerianos, de cuyos mondadientes metálicos reúne una copiosa colección el Museo Británico. También el lejano oriente participa de esta tradición (Fig. 10). parece que la pieza de dos puntas que estudiamos une en un solo cuerpo las funciones del juego de va-

como es sabido, la literatura del Siglo de oro está repleta de referen-

Figura 10: Mondadientes y cucharilla de oro, china. Fotografía cortesía del profesor elíseo plasencia.

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a los hombres. Recuérdese que entre las re-regulaciones, por decirlo así, de alfonso Xi sobre la vida cotidiana, se prohibía expresamente la utilización del mondadientes, lo que apunta a lo extendido de su uso en el siglo XiV, aunque también desvela las ideas del mundo cristiano sobre la higiene bucodental. Los estrictos preceptos judíos e islámicos al respecto habían derivado en pautas de comportamiento normales más allá de los rituales y creencias religiosas, como sucede hoy en día. a diferencia de los preceptos islámicos, según los estudios consultados el Talmud no parece revelar normas, procedimientos ni instrumentos especiales de higiene bucodental (Gauval, 1958). pero la sátira literaria e incluso la burla abierta también revelan que en el siglo XVi esa cultura odontológica popular ‘cristiana’ estaba cambiando y, en gran medida, como veremos, bajo la influencia de la nueva odontología renacentista y la ideas sobre ‘la boca perfecta’ de Martínez (1557), cuyo texto se llegaba a copiar literalmente y a versificar, como es sabido, en El viaje entretenido de agustín de Rojas (1603). Tras las recomendaciones de los procedimientos clásicos de higiene cotidiana de la boca y los dientes, –la limpieza con un paño fino y los enjuagues con agua y con vino aguado–, pero ahora también expresamente a fin de conservar la dentadura, tras Martínez, encontramos una enumeración de más de diez materiales distintos utilizados como mondadientes: ocho variedades de maderas o ‘palos’ –de biznaga, tea, enebro, de nogal, sauce, lentisco, malvavisco e hinojo– y el cálamo de ganso, que considera lo más adecuado. pero también menciona la plata y el oro de los de Martínez de castrillo, aunque no recomienda Rojas utilizarlos de ordinario: Los mondadientes que se usan son tan diversos y tantos, que unos los traen de biznaga, tea, enebro y otros palos, de nogal, salce, lentisco, malvarisco, hinojo, y damos en traer de plata y oro, que esto es malo de ordinario; y lo mejor que es de todo, y que más fácil hallamos y podríamos traer, es una pluma de ganso: pues no tiene calidad contraria, es recio y delgado, y limpia entre diente y diente mejor, y es mucho

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Figura 11: Mondadientes y cucharilla en oro y piedras preciosas. Joya española, s. XVi-XVii. Recuperada del naufragio del Galeón Santa Margarita en 1622 en la costa de Florida.

nes, especialmente satíricas, en la literatura, como cuando lo ostentan los hidalgos pobres para hacer ver que habían comido. en cambio sobre los metálicos, que irían poniéndose de moda como verdaderas joyas para lucir entre la nobleza europea a lo largo de los siglos XVi y XVii, apenas hemos encontrado una referencia en la obra de cervantes, en su comedia La entretenida:

Figura 12: Mondadientes alemán en oro y piedras preciosas, ci.1580. Victoria and albert Museum of art and design, Londres (n. 294-1854).

más sano que los demás que aquí he dicho y de que muchos usamos, corta la toba mejor y éste ha de ser romo y blando. (agustín de Rojas, 1603: 90) el uso del mondadientes, o simplemente biznaga –por lo común de esta madera, el tallo seco de la Ammi visnaga (L.) Lam., –popularmente un tipo de cardo silvestre o nerdo–, figura también en incontables ocasio-

pidióle a una fregona un amante alcorçado le diese de su ama un palillo de dientes y ofrecióle por él cuatro doblones. Y la muchacha boba trújole de su amo, que era viejo y sin muelas, el palillo. Él dio lo prometido, y engastándole en oro, se lo colgó del cuello, cual si fuera una reliquia de algún santo. Gemía ante él de hinojos, y al palo seco y suyo, plegarias enviaba que en su empresa dudosa le ayudase. (cervantes, 1615, fol. 185 r) el mondadientes –o su funda– en metales y piedras preciosas, adoptó en los siglos XVi y XVii una morfología diferente, en garfio (Fig. 11 y 12), y lo lucían colgado al cuello tanto las mujeres como los hombres (Fig. 13 y 14). Más allá de las fronteras del imperio hispánico, en italia y en inglaterra esta moda caía en desuso, según penny (2005: 282-83), a finales del mismo siglo XVi. existe el antecedente del dentiscalpium en garfio en el mudo romano, desde luego, aunque a veces se tome por un amuleto o exvoto sin más (Fig. 8b). Recordemos


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que el primero conocido, el de Ur, era también una joya para lucir en su hermoso estuche cónico de oro labrado, colgado de un fajín de plata al que también estaban sujetos la daga y el sello cilíndrico, y que acompañó a su dueño en la tumba. Se ha investigado a fondo el contenido odontológico de la literatura del siglo de oro y en especial la de cervantes. desde al menos Vindel (1952), destacan por su sistematización y calidad los estudios de carmona (1972) y del Valle (2010), pero también lo abordan las exposiciones generales de historia de la odontología española como son las de González iglesias (1981; 1994) y de Sanz Serrulla (1998). Una de las conclusiones es que la primera obra de Martínez de castrillo, su Coloquio breve y compendioso sobre la materia de la dentadura y maravillosa obra de la boca, tuvo una gran difusión, aunque no suela citársele. No sólo en la literatura; también sucede así en obras médico-quirúrgicas menores dirigidas a los barberos y cirujanos romancistas de siglos posteriores. el olvido casi absoluto del autor se ha prolongado hasta finales del siglo XX cuando carmona arroyo (1972) puso en valor su figura y su obra, que desde entonces se consideran las iniciales de la profesionalización de la odontología. para nosotros ha sido crucial en la identificación de los instrumentos que nos ocupan (Fig. 15), pero también nos desvela que la indicación de la tartrectomía o eliminación del sarro había dejado de ser una mera cuestión de aseo y estética en el siglo XVi, explícitamente, al menos, para Martínez. pero ¿sólo en esta obra?, y ¿desde cuándo era así? La figura y la obra de Francisco Martínez de castrillo encajan perfectamente en la nueva cirugía del mundo mediterráneo del siglo XVi (Laín entralgo, 1954). dentista universitario, era bachiller cuando escribió el Coloquio breve y compendioso sobre la maravillosa obra de la dentadura (1557) y licenciado cuando se publicó su Tratado (1570), ambos en castellano. a pesar de la existencia desde 1530 de una serie de folletos dedicados a la práctica de los barberos, los anónimos Zene Artzney (1530 ss.), el Coloquio puede considerarse el primer tratado de odontología propiamente dicho del mundo: se trata

Figura 13: detalle de mondadientes. Retrato de Lucina Brembati, de Lorenzo Lotto, ci. 1518, accademia carrara, Bergamo.

Figura 14: detalle de mondadientes. Retrato de un joven, atribuido a alessandro oliveri, ci. 1518. National Galery of ireland, dublin (NGi 239).

de una exposición sistemática de las enfermedades bucodentales en el marco del saber médico general del momento. Recurre al humoralismo galénico como interpretación doctrinal, pero atiende principalmente a las causas locales por su evidencia clínica para explicar la fisiopatología y la patogenia de las enfermedades odontológicas. establece estas enfermedades y describe sus formas clínicas, su diagnóstico diferencial y su patocronia. La higiene resulta fundamental en esta obra, mientras que los tratamientos se abordan de forma muy general.

Hasta entonces el saber normal y patológico sobre la boca y los dientes se hallaba disperso en los libros médicos; el tratamiento de las enfermedades dentales estaba en manos de los barberos (carreras: 1974, del Valle: 2010), una ocupación artesanal de baja posición social, pero tan heterogénea como para albergar al licenciado Martínez, una de cuyas preocupaciones fundamentales fue elevar el nivel de la odontología al rango de la medicina y la cirugía. como dentista de Felipe ii, cobraba un salario similar al del médico de cámara, y cuando viejo y enfermo, si-

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aseguran más el daño del paciente. Y no debe de estorbar los unos que llamen a los otros, y por el contrario … si lo hacen bien no tiene por qué pesarles que lo vea quien lo entiende, y si mal, porque le enmienden… –Gracilinda [criada] … si para ella [su señora] es menester tanto negocio y aparato que ha de ser a costa de su dote, con tan ruines dientes poco ha menester comer; yo que los tengo buenos, bendito dios, quiero tener qué comer …

E

–No es menos mal no poder comer que poder y no tener qué. (Martínez,1557: fol. 97v-98r) Figura 15: composición comparativa de las puntas de los mondadientes valencianos y los similares identificados como tales hasta hoy. A) Valencia, Maqbara de Roteros, s. Xi-‐Xiii. SiaM: n. 1/887. B) Valencia, arrabal de la Boatella, s. Xii-‐Xiii. SiaM: n. 2/1103. C) ‘Dentiscalpium’, s. XiV, Tesorillo i, Briviesca. Museo de Burgos (n. 733). D) ‘Dentiscalpium’, Vila Maior, Sabugal, portugal, época medieval-moderna. E) Mondadientes para uso personal. Francisco Martínez de castrillo, 1557: fol. 104v.

guió cobrándolo retirado de la corte con la condición de atenderla en caso de necesidad (carmona, 1972). el retiro con salario era un privilegio reservado a médicos y cirujanos de cámara, como fue el caso del vallisoletano dionisio daza chacón (ca. 1510-1589) cirujano de los ejércitos de carlos V y Felipe ii.

que convidan con su verdor y frescura a cualquiera que las mira, y llegados a ellas, por su esterilidad las maldicen. (daza chacón, 1673, prólogo al lector (i)

daza defendió la unidad de la medicina y la cirugía según la tradición clásica; consideraba la cirugía la más noble y más cierta de las partes de la medicina, y aún más, que sólo es verdadero médico el que también es cirujano.

aunque daza, en el final de su vida, está en posición de arremeter contra los médicos que mucho especulan y no hacen, contra una medicina incompleta sin la cirugía, a Martínez le basta con exponer sosegadamente la necesidad tanto de saber como de saber hacer que ni médicos ni cirujanos cumplen en lo que concierne a las enfermedades odontológicas. Y recurre al símil de la música: por muy docto que sea uno en ella, si no aprende a tañer la vihuela, dice, no puede hacer música con ella (Martínez, 1557: 91v-92v). en algunos casos considera imprescindible el concurso del médico y del cirujano junto al barbero, con la consiguiente protesta de sus interlocutores en el Coloquio, que ven su ruina de proceder así:

… muy poco me deleitan los médicos que demasiadamente se entretienen en la filosofía natural, y no llegan al remedio de los rendidos a la enfermedad. acaéceles a éstos lo que a las higueras locas

–Valerio [Martínez]… me parece que se debía de hacer y haría yo si el mal fuese de calidad, llamar a todos [médico, cirujano y barbero], porque la experiencia de los unos y la ciencia de los otros

Resulta fácil establecer más paralelos entre ambas figuras, daza y Martínez. escriben en castellano a fin de que les entiendan los barberos y demás empíricos, intentando elevar los niveles tanto teóricos como aplicados de las disciplinas de cuyo ejercicio se sienten muy orgullosos. No solo han de fundar sus prácticas en la ciencia, sino también en la experiencia de otros, y ofrecen suya propia, dilatada y reconocida, en sus libros.

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La amplia y dilatada difusión general del Coloquio se debió en gran medida a la claridad de su castellano castizo y su estilo dialogado, pero también porque, a la vez que expone de forma sistemática la patología dental, su prevención, sus tratamientos y los instrumentos especiales, que dibuja y describe con todo detalle, revela las ideas vigentes en la época y extendidas entre la población sobre las enfermedades bucodentales y las formas habituales de tratarlas, muchas de las cuales desmiente con una claridad meridiana. entre ellas, como es sabido, que la caries la causen gusanos. –digo que en el neguijón no hay gusanos, sino que es una corrupción que se hace en el diente o muela como en otro miembro del cuerpo. Y de esto tienen harta experiencia y son buenos testigos los barberos y maestros de sacar muelas, que ninguno de ellos podrá decir que halló en muela ni diente gusano, si no fuere alguno que quiere burlar… –Yo lo creo, pero ¿qué me decís de los gusanos que caen en la escudilla del agua? –ahí está el engaño y su principio. Sabed que aquellas peloticas de cera con que sahúman, tienen cierta simiente de beleño y porrino, o cebollino, y cuando sahúman, o aquellos gusanos ya están en la simiente y con el calor salen y se caen en las escudillas … (Martínez, 1557: fol. 69r-69v) Sus argumentos son los mismos que habría de utilizar pierre Fauchard (1678-1761) en el siglo XViii


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(1728:100), a quien se atribuye equivocadamente el mérito de desterrar de la medicina esta creencia cuyos orígenes son tan antiguos como la humanidad, y que hoy atestiguan expresiones coloquiales habituales en Valencia y cataluña como tindre les dents cucades o corcades. Sólo la teoría celular del siglo XiX podía falsar la doctrina de la generación espontánea, y con ella que los dientes ‘criaran’ gusanos. aunque la historiografía más reciente tiene ocasionalmente en cuenta el Coloquio, todavía algunas de las mejores exposiciones generales de historia de la odontología se empeñan en considerarlo un libro de divulgación, como es el caso de Hoffman-axthelm (1981).

Francisco Martínez de Castrillo y la periodoncia en los orígenes de la profesión de odontólogo considera Francisco Martinez el sarro, la toba, una enfermedad con entidad propia: cuatro son las pasiones que comúnmente se padecen en la dentadura. La primera … es la corrupción del hueso del diente o muela, que llaman neguijón. La segunda la corrupción o apostema de las encías. La tercera la toba que se cría sobre ellas y el diente. La cuarta movimiento de la dentadura por ocasión de golpe. (Martínez, 1557: fol. 63v.) es una de las cuatro enfermedades de la dentición definitiva, la tercera edad de los dientes, ‘cuando ya han mudado todos y han dejado de crecer’, con la caries, la inflamación de las encías y la movilidad de los dientes por traumatismo. La acumulación de toba en dientes y muelas provoca la enfermedad de las encías y la pérdida de las piezas dentales. ‘…no hay cosa que dañe más las encías y la dentadura.’ estaba extendido considerar que eliminar el sarro causaba la pérdida de los dientes y que en consecuencia había que abstenerse de retirarlo, cosa que se encarga de desmentir: –…tengo en los dientes un poco de toba y no la oso quitar porque dicen que ayuda a sustentarlos…

Que así como un apoyo sustenta una pared cuando quiere caerse, ni más ni menos al diente la toba. – …eso que decís no es pequeño engaño … cuando se hace un poco de toba, si no la quitan viene a crecer tanto que la de un diente se junta y viene a pegar con la del otro, y de uno en otro se hace todo una, y tan grande que abraza todos los dientes, así de parte de dentro como de parte de fuera, y gasta la encía y enflaquécela tanto, que la mayor fuerza que tienen los dientes, y quien los sustenta, ya es la toba. [… ] pero yo os certifico que si la quitaran con tiempo, no necesitaran los dientes tan malos arrimos […] en los principios hase de quitar, que mejor fuerza y apoyo es la carne que la toba, que por dejarla criar quitó y gastó la encía y se puso ella en su lugar, lo que no hiciera si no le dieran aposento. porque esta es la condición de tan ruin huésped, apoderarse poco a poco de la posada y echar al dueño della. (Martínez, 1557: fol. 99v-100v) en la tradición grecolatina se recomendaba la limpieza de los dientes y muelas con un lienzo empapado en agua o vino y una serie de colutorios para enjuagarlos. ‘el hierro no debe tocar los dientes’ era una afirmación arraigada en la cultura popular que también el autor se ocupa de matizar y desmentir. –…dicen que es dañoso llegar hierro a la boca. […] –… conozco muchas personas que antes perderán la dentadura que consentir hierro en la boca. –Todos los que bien entienden deste negocio dirán, y no sin razón, que no se limpien los dientes con aguja, cuchillo, ni con otra cosa alguna de hierro, teniéndolo por mondadientes ordinario, porque es dañoso por la mucha frialdad que tiene. pero esto hase de entender comúnmente, y no hacer como hacen regla general … desengañaos pues desto, que no hay cosa que mejor y más delicadamente quite la toba una vez formada, y más sin perjuicio de la dentadura, que con hierro muy bien afilado y a propósito. (Martínez, 1557: fol. 101r)

para Martínez de castrillo es preciso librar de sarro a los dientes en todas sus superficies con una serie de raspadores metálicos de diferentes puntas, adecuadas cada una para abordarlo allá donde esté. Sus dibujos se acompañan de descripciones precisas tanto de las puntas de los instrumentos como de sus usos y los procedimientos que deben seguirse. propone cinco instrumentos que suman el total de nueve puntas diferentes (1557: fol. 94v-95-v.) (V. Fig. 19). Hay que raspar sin golpear tantas veces como requiera la eliminación completa del sarro. pero no sólo el dentista debe proceder así, sino que recomienda para la higiene cotidiana hacerse fabricar un mondadientes de plata –también de oro– con dos raspadores “a modo de escoplillos” –uno “recto” y otro “vuelto”–en un extremo, y dos palillos –uno recto y otro vuelto– en el otro. además recomienda la ayuda del barbero ‘cuando acuda al domicilio’; otra razón más para saber que estos mondadientes son propios de las clases acomodadas, las que pueden permitírselos, aunque en el diálogo los diferentes personajes representan los diversos estratos sociales. Se trata de evitar la acumulación de sarro desde el principio para que no alcance tal cantidad que al retirarlo caigan con él los dientes, al no estar anclados ya por la enfermedad de las encías que el sarro habría ido ocasionando. También acusa de ignorancia, o de codicia, al artesano que se atreve a llevarse de una vez la férula, por decirlo así, de sarro y con ella los dientes (1557: fol.100r). Sobre las causas de la enfermedad, el sarro, contempla primero entre las materiales una local que en absoluto nos sorprende hoy: ‘comúnmente del manjar que entre los dientes queda, el cual pudre y daña la complexión y la sustancia de la encías y la dentadura. (1557: fol. 101v.), seguida de la interpretación humoral galénica correspondiente. como hasta el momento los saberes sobre la boca, los dientes y sus enfermedades se encontraban dispersos en las obras médicas, se ha buscado los capítulos odontológicos en las obras quirúrgicas de la época. en particular la de los cirujanos universitarios, representantes del galenismo hipocratista y de la novedad renacentista de incluir la propia experiencia

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Figura 16: composición. detalle del mondadientes valenciano (SiaM, n. 2/1103) y de los libros renacentistas de cirugía, impresos en Valencia, de Guy de chauliac por calvo (1596), del propio calvo (1674) y de daza (1663), junto con el de Fragoso (1608), del Fons antiq de la Biblioteca Vicente peset Llorca del iHMc López piñero (cSic-Universitat de València).

profesional junto con el saber de las autoridades clásicas. casi todas contienen capítulos sobre el dolor de muelas, lo que incluye la discusión clásica sobre la naturaleza ósea de los dientes, la erupción continuada y su sensibilidad. pero apenas nada más. Se atribuye el escaso interés de los cirujanos por las cuestiones bucodentales al hecho de ser propias de barberos, de posición social muy por debajo de la suya, especialmente de la de estos cirujanos universitarios (carmona, 1972). Nosotros hemos vuelto sobre los libros del vallisoletano dionisio daza chacón, de Juan Fragoso (ca.1530-1597) y del aragonés Juan calvo (ca.1535-1599) buscando los contenidos relativos a la tartrectomía y el sarro, sin resultado (Fig. 16). daza chacón, el más antiguo de los tres, publicó tardíamente su cirugía, en 1584, tres años después de que lo hicieran Juan Fragoso y Juan calvo. Universitarios también y catedrático el aragonés en la Universidad de Valencia, son representantes del hipocratismo más radical hasta el punto verse obligado calvo a disculpar expresamente las fuentes árabes de Guy

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de chauliac (ca.1300-1368) –porque no habría tenido acceso a las obras de Galeno, llegará a decir.

teórica de que los dientes sí tienen mantenimiento (nutrición y crecimiento) siguiendo a avicena:

Los tres se extienden sobre el dolor de dientes entre los apostemas particulares tras abordar narices y oídos siguiendo el orden expositivo de rigor a capite ad calcem. daza se extiende más que Fragoso o calvo, pero todos incluyen la discusión clásica sobre si son huesos los dientes y si tienen sensibilidad en sí mismos. También siguen a los clásicos al atribuirles la erupción continuada, sin la que, afirman, el desgaste fisiológico acabaría pronto con dientes y muelas. Los tratamientos para la odontalgia van desde la materia médica a la cauterización, y si no fuera suficiente, a la destrucción del diente enfermo desde dentro, y hasta su extracción. Sólo en daza encontramos la recomendación de ligar con alambre el diente movedizo o caído con el sano contiguo. Nada dice ninguno sobre la enfermedad de las encías causada por el sarro y su eliminación para prevenirla, aunque en daza encontramos una descripción de lo que en Martinez de castrillo es la toba, como justificación

alguna vez se aposteman los dientes y esto no es maravilla, porque todo aquello que se mantiene, es imposible que no tenga superfluidad del mantenimiento: porque si no tuvieren estas superfluidades, no se pararían verdes ni negros, y esto no es sino por las superfluidades que los penetran, y esta es la verdad porque como dijo Galeno… (daza, 1673: 340-41. Libro 3. cap. 62. ‘del dolor de los dientes que viene por causa de inflamación’) pero Juan calvo editó la Gran Cirugía de Guy de chauliac en Valencia en 1596. Se trata de una de las últimas, si no la última traducción a una lengua vernácula de la obra de la autoridad medieval. Nos ofrece la edición comentada de Juan Falcó († Montpellier, post. 1542), profesor y decano de la facultad de medicina de Montpellier, pero la ha puesto al día incluyendo novedades como las anatómicas del


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valenciano Luis collado (ca. 15201589). podemos allí leer el epígrafe sobre ‘la limosidad y feo color de los dientes’, limosidad que hay que eliminar con raspadores y espatumines para raer los dientes si la limosidad es dura y no se va con enjuague y retargándolos con polvos y otros del maestro pedro [Hispano]. (Guido de cauliaco, 1596: 574. Libro 6, cap. 2) La fuente principal para los procedimientos e instrumentos en esta parte dedicada a la cirugía bucodental es abulcasis, mantenida por calvo en esta edición. para la patología, régimen y fármacos ‘de las pasiones de los dientes’ sigue chauliac especialmente a avicena (ibn Sīnā, 9801037) y Haly abbas (‘alī ibn al-‘abbās al-Maŷūsī, † 982-994) que también mantuvo el intérprete. calvo no desconocía en absoluto la materia, sino que no la consideró materia para su propia obra quirúrgica. Una de las primeras obras médicas en imprimirse fue la Cirugía Parva de Chauliac cum Albucasis (Venecia, 1497). Se trata también de la primera impresión de la cirugía de abulcasis, el libro trigésimo y último de su tratado de medicina, Kitāb altaṣrīf li-man ‘aŷiza ‘an al-ta‘līf, que data de finales del siglo X. Siguió reimprimiéndose sin modificaciones hasta mediado el XVi: al menos ocho impresiones hasta 1541. el capítulo 29 de la segunda de las tres secciones (abwāb) que componen la cirugía está dedicado al raspado de los dientes con instrumentos metálicos (alZahrāwī, ci. 1500: fol.16r). Reproduce literalmente el texto de la primera traducción del árabe al latín, la de Gerardo de cremona († 1187) en el siglo Xii. parecen haberse conservado al menos 29 manuscritos de la cirugía de abulcasis en latín anteriores a la imprenta que, al igual que las primeras traducciones al francés y al occitano, mediado el siglo Xiii y en la primera mitad del siglo XiV respectivamente, corresponden al texto de cremona (Trotter, 2005: 2-3). en lo que concierne al capítulo 29, casi idéntica es la traducción latina de John channing (1778:181-183) a partir del árabe de los manuscritos bodleianos de Marsh (n.54) del siglo Xiii, y de Huntington (n.156), del

siglo XV, que serán también las fuentes principales de la posterior traducción al inglés de Spink y Lewis (1973: 273-74). La traducción del árabe al francés de Lucien Leclerc trataba de superar con distintos manuscritos árabes de la cirugía de abulcasis y de otros autores, junto con las traducciones conocidas, manuscritas e impresas hasta entonces (Leclerc, 1861: i-xiv) las graves deficiencias que detectaba tanto en las fuentes como en la propia versión latina de channing, al que reprochaba también sus burdas reproducciones gráficas de los instrumentos dibujados en los manuscritos originales. apenas difiere su texto del resto en este capítulo sobre el sarro, pero lo hace en un asunto crucial: el sarro provoca, dice, la movilidad de los dientes (Leclerc, 1861: 97-98). Nuestra propia versión castellana pretende recoger los matices y variantes de las anteriores desde la latina de Gerardo de cremona, en un manuscrito del siglo XiV (al-Zahrāwī: 1993), hasta la segunda mitad del siglo XX, aunque somos conscientes de la diferencia entre las traducciones para la medicina viva de las posteriores guiadas por un interés erudito históricomédico y filológico, como es el caso de las de Lucien Leclerc y de Spink y Lewis. Sobre el raspado de los dientes con el hierro: a veces se adhieren a la superficie interna y externa de los dientes y también entre las encías escamas ásperas y feas, a veces negras, o amarillas o verdes, desde las que se trasmite la corrupción a las encías [y a los dientes] y los dientes se vuelen feos [se aflojan, Leclerc,1861: 98].

formas y figuras según la naturaleza del procedimiento, porque la herramienta con la que raspas la cara interna es diferente de la que sirve para raspar la externa, y la que raspa entre los dientes también es distinta. He aquí una serie de raspadores que debes tener todos preparados junto a ti. (al-Zahrāwī, La cirugía, 2ª parte, cap. 29. Traducción castellana a partir del latín medieval de cremona (1999) y (ca.1500: fol. 16r); del latín de channing, 1778: 181183; del francés (Trotter, 2005: 114) y del occitano (Grimaud ed.,1985: 81-82) medievales; del francés (Leclerc, 1861: 97-98) y del inglés (Spink; Lewis, 1973: 273-274) . Sigue al texto la imagen de entre 14 y 16 raspadores según los diferentes manuscritos y las diversas impresiones. el término árabe es miŷrad, el mismo que se utiliza en el capítulo correspondiente para designar al instrumento que ha de raspar el hueso (Spink y Lewis, 1973: 274). No se trata de cucharillas, como las legras, del latín ligula, o curetas, que también se utilizan quirúrgicamente para raspar, ni de limas, que sí se empleaban en los dientes, especialmente para rasarlos al plano de mordida. invariablemente se traduce al latín medieval por rasorium, al francés medieval por raseur, al occitano por razori. en el siglo XViii su edición latina dirá scalprum y rasorium, en francés moderno rugine; scraper en inglés.

Lo sentarás [al enfermo] ante tí con [su cara entre tus manos] su cabeza en tu regazo y rasparás los dientes y las muelas donde observes costras o sustancia terrosa, hasta que nada quede de ella; haz lo mismo en todos los casos, sean negras, verdes, amarillas, etc. hasta que nada quede. Si lo consigues la primera vez, bien; pero si no es así, repite el raspado al día siguiente y un segundo día y un tercero hasta conseguir tu propósito.

de los 41 manuscritos árabes del Taṣrīf que reúne el Corpus medicorum arabico-hispaniorum (peña et al. 1981: 83-84), seis son de la obra entera, aunque sólo de tres se ha comprobado que está completa o casi completa. diecisiete recogen exclusivamente la cirugía, seis de ellos de forma incompleta incluido el bodleiano de Huntington (n. 156). en el siglo XV, el primer manuscrito turco de cirugía, de charaf ed-din, es una versión literal del texto de abulcasis, aunque las ilustraciones son en su mayoría miniaturas que muestran la figura humana en el procedimiento operatorio, recogiendo quizá la tradición bizantina más que la islámica (Huard; Grmek, 1960).

debes saber que los dientes requieren raspadores de diversas

Las imágenes de los raspadores de sarro han ido reproduciéndose e in-

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Figura 17: Los instrumentos de tartrectomía de abulcasis a lo largo del tiempo en la tradición europea occidental. a) Ms árabe, Marsh n. 54, Bodleian Library, oxford. datación: 1271-72. b) Ms árabe, Huntington n. 156, Bodleian Library, oxford. datación: 1465-66. c) Ms occitano del siglo XiV. ilustración de c. Fabré, en Grimaud; Lafont, 1985:82. d) Chyrurgia Albucasis …, Venecia, ci.1500, fol. 16r. e) instrumentos de abulcasis por Walter Ryff, 1559: fol. 38r. f) Raspadores del Ms Marsh n. 54. dibujo de John channing, 1778: 182. g) Raspadores del Ms Huntington n. 156. dibujo de John channing, 1778: 183. h) Lucien Leclerc, 1861: lámina 2. i) Reproducción material de los 14 raspadores basada en Leclerc (h). institute für Geschichte der arabisc-islamischen Wissenschaften, Frankfurt.

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Figura 18. Los instrumentos de tartrectomía de abulcasis en cuatro manuscritos de la tradición oriental. a) Ms árabe Veliyyudin n. 2491, Süleymaniye Umumi Kütüphanesi, estambul. datación: 1271. b) Ms Basir aga n. 502, Süleymaniye Umumi Kütüphanesi, estambul. (es el único árabe reconocido como completo del Tasrif ). c) La Cirugía de charaf ed-din (1465), el primer manuscrito turco de cirugía, que es una versión literal de la de abulcasis. Libro 2, cap.31, fig.73. (Huard; Grmek, 1960, fig. 137).

terpretándose a lo largo del tiempo (Fig. 17 y 18) en los sucesivos manuscritos árabes y latinos y, desde el siglo XVi, a través de la imprenta hasta las versiones de channing en el siglo XViii. Lucien Leclerc, en cambio, como filólogo especializado en textos histórico-médicos, trató expresamente de ofrecer una solución explicativa al cómo fueron funcionalmente en su momento los instrumentos quirúrgicos que dibujara abulcasis, eludiendo los elementos estilísticos de cada manuscrito o impresión y recorriendo también las ilustraciones y textos de otros autores medievales, árabes y cristianos, y renacentistas (Leclerc, 1861: xii). para ello los esquematizó atendiendo al procedimiento y uso, y ha sido la base de la reproducción física de estos raspadores por el Institut

für Geschichte der Arabisch-Islamischen Wissenschaften de Frankfurt (Sezgin; Neubauer, 2003: 61). charles Niel (1911) quiso completar desde la etnología esta intención histórica, estudiando directamente la cirugía dental en Trarza, un pueblo árabe del norte de África que había conservado por tradición tanto las prácticas como los instrumentos de abulcasis. ofrece una hermosa iconografía que, desgraciadamente para nosotros, no incluye los raspadores de tartrectomía originales. en 1964, Sami Hamarneh recogía la tradición iconográfica de los especialistas en historia de la medicina medieval que inauguraran Gurtl (1898: vol. 1, 620-649) y Sudhoff (1918: vol 2, 16-84; 1964: 114-123) al reunir, reproducir y cotejar las imágenes de siete manuscritos árabes no explorados hasta entonces desde ese punto de vista. desafortunadamente, sólo muestra los raspadores dentales de un manuscrito árabe, y en cambio reproduce los de dos impresos latinos muy conocidos (Hamarneh, 1964: 5253). el capítulo dedicado a la medicina del monumental catálogo de instrumentos científicos y técnicos islámicos del citado instituto de Frankfurt es el que reúne el mayor número de fuentes árabes y de imágenes (Sezgin; Neubauer, 2003: 1-94).

Abū al-Qāsim Jalaf ibn ’Abbās alZahrāwī (post. 936-ca. 1013), su pervivencia en la cirugía y en la patología de la enfermedad periodontal. Hace un milenio de la muerte del médico cordobés al-Zahrāwī, pero su obra, especialmente su tratado de cirugía, le sobrevivió más de cinco siglos. Se convirtió en una autoridad en la europa cristiana medieval, que latinizó su nombre como albucasis, Bucasis, Zaharavius, abulcasis …, y lo siguió siendo en la cirugía renacentista. en cambio parece que su influencia en la propia al-andalus, y en general en la medicina árabe, fue mucho menor. por su gentilicio se da por cierto que nació en al-Zahrā‘, la ciudad califal de abderraman iii, octavo califa omeya pero el primero cordobés. durante su reinado y más todavía el de su hijo al-Hakam ii, la ciencia anda-

lusí alcanzó su máximo esplendor, cuando córdoba era la segunda ciudad más importante del mundo después de constantinopla. (Vernet, 2006). en lo que concierne a la medicina andalusí, recordaba López piñero en 1991 que ocupa en la historia una posición cuyo relieve no ha sido igualado por ninguna otra de las culturas que antes o después han tenido como escenario la península ibérica. La historiografía más reciente (Huard; Grmeck, 1960: 58-65; Spike; Lewis, 1973: vii-xv; irblich, 1993) acepta su nacimiento próximo a la fundación de al-Zahrā‘, a partir del año 936, y prefiere hoy la fecha que ofreció constantino el africano, 1013, como la más aproximada al año de su muerte. También se tiende a rechazar hoy por falta de pruebas que viajara a damasco para formarse, o que fuera médico de los califas y su corte. Los manuscritos árabes de la cirugía de abulcasis se sucedieron hasta más allá del siglo XVi, pero el origen de la transmisión de esta obra al mundo cristiano hay que situarlo en el siglo Xii cuando en Toledo Gerardo de cremona († 1187) la tradujo al latín, aunque también a través de Salerno se difundía. Fue una de las primeras obras médicas en imprimirse. el máximo representante de la cirugía medieval cristiana, el francés Guy de chauliac (ca. 1290-1368) incorporaba la autoridad de abulcasis cerca de doscientas veces en su Gran Cirugía (1363). Leclerc (1861: vii) nos recordaba que Fabrizi d’acquapendente (ca.1533-1619) reconocía la deuda de la cirugía con tres figuras: celso, pablo y abulcasis, y esto era en 1617. Haller todavía recoge a abulcasis y a Razes en su Artis medicae principes (1769-1774). este trigésimo y último libro de su Taṣrīf, la cirugía, es el más difundido y el que más influyó en la medicina europea occidental, seguido del dedicado a la materia medica o farmacia. en él, al-Zahrāwī integraba su experiencia profesional con un profundo conocimiento de la tradición griega y también de la india. defendió la necesidad de que la práctica quirúrgica se basara en la anatomía y en la observación clínica, en contraste con la tendencia a reducirla a un burdo empirismo. concedió gran importancia a la descripción de los instrumentos,

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sobre los que ofreció más de 200 ilustraciones, y expuso con especial cuidado los procedimientos operatorios. Su profusa iconografía es sin duda una de las razones que pueden explicar su éxito en la europa cristiana, dado lo importante que resulta al cirujano contar con imágenes de instrumentos y procedimientos, algo muy raro en la tradición grecolatina y también en su transmisión árabe. No sabemos si es el único, pero sí parece ser el único que ha llegado a nosotros desde la antigüedad que ilustra a la vez que describe los instrumentos. No es de menor importancia que la cirugía la reuniera en un libro especial y no se hallara dispersa a lo largo de los tratados de medicina como estaba extendido y es el caso de las obras de avicena, de Razes o de Haly abbas. Una de las novedades absolutas que la patología quirúrgica de abul-

casis introdujo en el occidente cristiano fue considerar que el sarro era causa de enfermedad. encontramos aquí una primera respuesta a una de las cuestiones que nos plantea la odontología de Martínez de castrillo en el siglo XVi, la de cuándo eliminar el sarro había dejado de ser una mera cuestión de aseo personal para convertirse en una tarea quirúrgica de primer orden. diseñó abulcasis esos catorce raspadores diferentes, pero todos necesarios para proceder en cada uno de los dientes y de sus superficies, que reprodujeron los manuscritos árabes y latinos de su obra y los libros de cirugía durante más de medio milenio. Los primeros instrumentos novedosos, los del palentino Francisco Martínez de castrillo, presentan otra morfología o, al menos, otro estilo. Una cuestión que habrá que analizar con cuidado, porque quizá la modernidad y el detalle de sus dibujos, junto con su precisa des-

cripción guiada por el procedimiento quirúrgico especial al que han de servir, permitirían una interpretación más cabal de las figuras de los raspadores de abulcasis (Fig. 19). Sin embargo, no podemos estar de acuerdo con quienes afirman que la tartrectomía con raspadores metálicos fue una novedad de abulcasis (Spike; Lewis, 1973: 274). pablo de egina, el compilador bizantino de siglo Vii que se mantuvo como autoridad principal en la cirugía islámica medieval y en la europea durante un milenio, y que también lo fue para abulcasis en particular, menciona el empleo de raspadores, diferentes de legras y de limas, para librar a los dientes del sarro. Utiliza también el mismo término que dará a los instrumentos que han de raspar el hueso. del griego, en latín renacentista rasorium y [cum] rasorio cultello (1532: 278; 1538: 369, respectivamente), en francés ‘instrument prope

Figura 19. portada del Coloquio de Francisco Martínez de castrillo junto con sus instrumentos de tartrectomía (1557: Fol. 94v; 95r). Se trata de cinco piezas y 9 puntas diferentes: ‘para quitar la toba estos son más a propósito. Un buril de la forma de uno destos (1 y 2), una lancilla (3) de una parte con una punta con tres esquinillas, de la otra como un corazón llanita. estas son para la parte de fuera. para la parte de dentro ha de haber un hierro con dos puntas vueltas a manera de descarnador de barbero, salvo que han de ser cortillas (4). con este hierro han de sajar y cortar delicadamente la toba: porque acontesce por sacarla entera salir con ella el diente. después de sajada hase de acabar de quitar con un hierro que tenga otras dos puntas vueltas (5), la una a manera de pico de perdiz y la otra anchuela’.

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a rascler’ (1542: 96) y, posteriormente, rugine (1804: 151-153); en inglés raspatory (1842: 294) y scaler (Milne, 1907:138). … Las concreciones escamosas que se les adhieren [a los dientes] podemos eliminarlas, según parezca adecuado, mediante la cucharilla de un extremo de una sonda, o con un [cuchillo] raspador, o con una lima. (pablo de egina, libro Vi, cap. 28. Trad. propia a partir de las ediciones de 1532: 278; 1538: 369; 1542: 96; 1804: 152-53; 1842 (vol. 2): 294; y de Milne,1907: 138). para entender con precisión cualquier traducción latina medieval de la cirugía árabe y las traducciones renacentistas al latín de los textos griegos, es preciso recurrir a los léxicos especializados (Gorreus: 1622, castelli: 1746, Lidell-Scott: 1996) y a los estudios que revelan los pormenores de estos procesos, como los de conde parrado (1999) o Martín Ferreira (2009) dedicados especialmente al léxico de los instrumentos quirúrgicos. parece que el rasorium medieval, el genérico de instrumento cortante, se sustituyó en las traducciones renacentistas por scalpellum –diminutivo de scalper, una especie de escoplo–, la cuchilla quirúrgica por excelencia desde entonces (conde parrado, 1999: 247-8).

Sin embargo, en el texto de egina se utiliza como instrumento para raspar, y sólo en un caso el intérprete, alban Thorer, se ve obligado a insistir en su filo y función cortante, que deben poder cumplir también, desde la primera descripción detallada del procedimiento, la de Martínez de castrillo, los instrumentos de tartrectomía. con todo, todavía hoy resulta imprescindible la obra de Milne (1907) sobre la terminología, la morfología y los usos de los instrumentos quirúrgicos grecorromanos, porque presenta además una nutrida colección de imágenes de los instrumentos físicos. pero pablo de egina mencionaba la tartrectomía en el capítulo sobre la extracción de los dientes, y no dedicó una palabra al propio sarro ni a las indicaciones de esta operación, ni siquiera describe el procedimiento. Quizá sucediera entonces como en la europa mediterránea del siglo XVi: la medicina no concedía importancia a esta operación que, sin embargo, debía estar extendida; incluso se había reducido a una breve mención el texto correspondiente de Guy de chauliac, como vimos, en la versión castellana de calvo. en un momento dado, unos autores concretos, abulcasis en el siglo X y Martínez de castrillo en el siglo XVi, consideraron pertinente y necesario escribir sobre este asunto de forma separada con cierto detalle y

precisión. Sobre las fuentes árabes de abulcasis en este punto, nada podemos decir, aunque no parece que los especialistas se hayan detenido en este aspecto particular de la odontología (Riera, 1967; Rosenthal, 1960). La por otra parte valiosa revisión de Rosenthal olvida por completo al propio abulcasis dentro de la odontología árabe medieval. pero sí podemos decir que, en este mismo punto, el sarro y la tartrectomía, abulcasis es sin duda alguna la fuente principal de Martínez de castrillo. desde los saberes clásicos y desde su propia experiencia, describen ambos el procedimiento y los instrumentos especiales que requiere, a la vez que nos desvelan las ideas de la medicina de su época sobre el sarro como enfermedad y como causa de enfermedad. el primero en un capítulo especial de un tratado de cirugía, donde menciona que el sarro hace enfermar las encías; el segundo en un tratado de odontología donde establece el sarro como enfermedad. debemos reconocer a Martínez de castrillo el mérito de establecer una enfermedad, el sarro, cuyo curso natural afecta a las encías y destruye el anclaje de los dientes provocando su movilidad y finalmente su pérdida. es el problema que aborda lo que hoy llamamos periodoncia y que encontramos planteado en los mismos orígenes de la profesionalización de la odontología, en el siglo XVi.

Notas: * instituto de Historia de la Medicina y de la ciencia López piñero (cSicUniversitat de València). ** Unidad de antropometría (departamento de anatomía y embriología humanas); Unidad de periodoncia (departamento de estomatología) Universitat de València. 1). además de la desinteresada colaboración del personal de la institución municipal, queremos agradecer la buena disposición de su director, albert Ribera y el interés de Josep Vicent Lerma, origen, si puede decirse así, de esta aventura. asimismo hemos contado con la inestimable aportación de ana La-

barta, catedrática de estudios árabes e islámicos de la Universitat de València, del profesor elíseo plasencia, de Javier Martí –director del Museo de Historia de Valencia–, de Josefa pascual, codirectora de la intervención arqueológica del arrabal de Roteros en 1998, de Tina Herreros, directora de la del arrabal de la Boatella en 2007, y de las restauradoras isabel Marla y Belén Martínez. Y por supuesto, de los responsables, Victoria García esteve, y el personal del Servei de Biblioteques de la Universitat de València, en especial de la dirección de la Biblioteca Histórica, Mari cruz cabeza († 2014), de la Biblioteca del iHMc López piñero, José enrique Ucedo, y de la de ciencias de la Salud, Regina pinilla.

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La caricatura médica en la revista satírica ¡Cu-Cut! (1902-1912) Begoña Torres Gallardo* y Ferran Sabaté Casellas**

INTRODUCCIÓN n nuestro grupo estamos llevando a cabo un estudio de la caricatura médica publicada en las revistas satíricas catalanas de principios del siglo XX. entendemos como caricatura médica toda aquella en que aparece el médico o profesional de la salud, el enfermo o alguna referencia a la enfermedad.

e

en este trabajo presentamos algunas de las caricaturas médicas publicadas en la revista ¡Cu-Cut! editada desde 1902 hasta 1912. a pesar de que ¡Cu-Cut! era una revista generalista, hemos encontrado un total de 313 caricaturas médicas. como revista satírica dejó reflejados en sus dibujos y textos los acontecimientos más relevantes del momento, que también se encuentran recogidos en la prensa diaria de entonces. por ello, encontramos caricaturas en las que la figura del médico o la enfermedad es utilizada como vehículo para la sátira sociopolítica. otras imágenes, sin embargo, no guardan ninguna relación directa con un acontecimiento concreto ya que son juegos de palabras o caricaturas en las que el médico es el centro de la sátira. Todas las caricaturas presentan una leyenda que acompaña al dibujo; leyenda y dibujo forman un todo inseparable. estas leyendas, escritas en catalán prenormativo, se han transcrito para mejorar su lectura. Se presenta, asimismo, su traducción al español; en los casos de expresiones coloquiales o juegos de palabras se ha hecho la traducción lo más aproximada posible manteniendo el sentido del texto.

LA CARICATURA La caricatura es un género artístico que encontramos a lo largo de la historia desde las culturas antiguas. a

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pesar de que algunos autores la han considerado un género menor, pintores de la talla mundial de delacroix, Monet, Gauguin, Toulusse-Lautrec o picasso trabajaron como caricaturistas. Baudelaire, en su libro Lo cómico y la caricatura, editado por primera vez en 1855, hace una defensa de la caricatura como género. distingue dos clases de obras en la caricatura, ambas “preciosas y recomendables”. Unas sólo tienen la vigencia de los hechos que representan, aunque tienen derecho a la atención del historiador, el arqueólogo o el filósofo. Las otras, contienen un elemento duradero que despierta la atención de los artistas. Según elias (1931) fue en Grecia donde se practicó por primera vez el arte de la caricatura, y no se pueden entender como tales las escasas manifestaciones que se hallan en el antiguo egipto o culturas prehelénicas, como Mesopotamia y creta. escribe: el pueblo griego es el primero que nos da pruebas de humorismo y de haber practicado la caricatura: en los siglos V y iV a.c. con aristófanes y la pintura cerámica roja y negra, y a partir del siglo iii a.c., con el arte alejandrino. Su opinión coincide con la de champfleury (1879) para quien es difícil constatar la “risa plástica” entre los asirios y los egipcios, mientras que “algunas tribus de Grecia fueron particularmente sarcásticas”. Según este autor, gracias a aristóteles se constata lo cómico entre los griegos: aristóteles es el primero que habla, no de caricatura (el término es italiano, caricatura), sino de la representación grotesca del hombre. Se encuentran en su poética dos párrafos relativos a esta cuestión.1 por su parte, cabanès (1928), considera que “los orígenes de la caricatura se pierden en la noche de los tiempos” y que ya era practicada por los asirios, los egipcios, los griegos y

los romanos. cita a cicerón, que en su tratado De Oratore (55 a.c.) habla de imágenes que exageran ciertas deformidades del cuerpo, provocando la risa: “estas imágenes son muy divertidas porque consisten normalmente en comparar una deformidad, un defecto corporal con cualquier otro objeto todavía más deforme.” de la misma opinión es Wright (1878) para quien la tendencia a lo burlesco y la caricatura es un sentimiento profundamente arraigado en la naturaleza humana, y es uno de los primeros talentos desarrollados por las sociedades incluso en el “estado bárbaro”. También picón (1877) considera que podemos hablar de caricatura en las civilizaciones de asiria y egipto. para este autor, las características propias de la caricatura tienen su procedencia en estas culturas: entre las ruinas de la asiria y egipto aparecen los primeros dibujos satíricos, siendo de notar que presentan desde luego dos caracteres distintivos que la caricatura conserva á pesar del prodigioso número de años que media desde su aparición; á saber: el atribuir á los hombres los instintos y las inclinaciones de los animales, y á estos las facultades y sentimientos de aquellos; y el manifestar un constante deseo de zaherir y atacar las más fuertes instituciones. La religión y la monarquía reciben los primeros tiros de la sátira dibujada. en su concepción antigua, la caricatura era entendida como la exageración de los rasgos físicos. Se buscaba hacer reír a través de lo grotesco y deforme. Según david (2002), a través de la exageración, buscando la comicidad en lo ridículo y lo feo, se trataba de castigar los pecados del hombre, “haciéndolo parecido a los monstruos fabulosos de los bestiarios medievales”. para Bozal (1989), si se consideraba deforme lo real era por-


La caricatura médica en la revista satírica ¡Cu-Cut! (1902-1912)

que “se alejaba de la belleza y perfección de la idea, de la Razón, la Naturaleza o la esencia de las cosas”. Lo grotesco y deforme “podía hacer reír pero ocultaba la Verdad y sólo con ánimo de corrección –justificación tradicional de la caricatura y la sátira– podía aceptarse”. picón en su obra Apuntes para la historia de la caricatura (1877) definía la caricatura como sigue: La caricatura es la sátira dibujada, la sustitución de la frase por la línea; es la pintura de lo defectuoso y lo deforme, que señala y castiga con el ridículo los crímenes, las injusticias y hasta las flaquezas de los hombres. es quizá el medio más enérgico de que lo cómico dispone, el correctivo más poderoso, la censura que más han empleado en todo tiempo los oprimidos contra los opresores, los débiles contra los fuertes, los pueblos contra los tiranos y hasta los moralistas contra la corrupción. cabanès (1928) coincide con picón al considerar la caricatura como “la venganza de los oprimidos contra los opresores”, y champfleury (1865) la considera, junto con los periódicos, el “grito de los ciudadanos”. para Francés (1915) la caricatura camina paralela a la historia y muchas veces la avanza, la modifica e influye en ella. La “sátira dibujada” es algo más que un comentario burlesco: Riendo, castiga, corrige, encauza las costumbres. el ridículo es un arma terrible, y coplas satíricas y con satíricos dibujos se han hecho revoluciones, han caído dinastías y los hombres se acostumbraron á la nobleza del espíritu y á la gallardía del cuerpo. en su obra La Caricatura (1930), podemos leer: La verdadera psicología de un pueblo está en los lápices de sus caricaturistas. acaso el destino también. Su misión es algo más supremo y decisivo que reflejar aspectos ridículos u obtener certeros parecidos fisonómicos, con gracia vibrante y estilizada síntesis. eso no sería suficiente para la plena importancia social de la caricatura. arte éste, de tal modo sutil y preciso, agudo y profundo, reflejador de momentos coetá-

neos, con una exactitud, con un “instinto histórico” y una “conciencia instintiva” de lo venidero, que, a su lado, cualesquiera de las demás artes se empequeñecen y la literatura se confiesa avergonzada de sus artificios retóricos. como escribe david (2002), en su larga etapa inicial, la caricatura, al buscar la comicidad en lo grotesco, no interpretaba al hombre. pero la caricatura evolucionó hacia una nueva concepción que ya no se basa en exageraciones o deformidades, sino que busca en otras zonas del ser humano su esencia vital. el escritor y crítico cubano, Bernardo Barros (1916a) en su obra La caricatura contemporánea escribe sobre la evolución de la caricatura. Transcribimos a continuación algunos párrafos: La caricatura ha sufrido una evolución. Los antiguos humoristas creyeron que la esencia del género consistía en la estupenda exageración de algún defecto físico. Buscaban lo aisladamente grotesco. perseguían la idea descuidando la forma. esto dio lugar á un amaneramiento insoportable. No se pensó en la armonía de lo deforme. Se falseó el valor de la línea. Y se olvidó que todo arte, para merecer el nombre de tal, debe sustentar un canon estético. el humorismo ha de basarse, inevitablemente en las condiciones que Henri Mounnier2 supo utilizar en sus trabajos: la observación, el perfecto estudio de las actitudes psicológicas y la suficiente memoria para recordar que la risa puede ganarse con sólo copiar la realidad, que rechaza todas esas deformidades estupendas. Lo grotesco en la vida no es lo deforme. como fruto de la evolución de la caricatura surgieron, según Barros (1916a), cuatro escuelas que tenían conceptos técnicos determinados que las hacían inconfundibles: la alemana, la inglesa, la francesa y la norteamericana. como explica el autor, todas ellas buscaban un mismo fin ideal, todas iban hacia “el supremo ideal de la simplificación”. en la mente de los humoristas del momento se encontraban estas escuelas

que eran las que determinaban las variaciones técnicas entre ellos. para Barros, la escuela alemana era la escuela más moderna que influyó sobre las demás. como veremos, los dibujantes catalanes, a diferencia de lo que sucedía en el resto de españa, seguían las directrices marcadas por esta escuela. escribe Barros: Los alemanes, grandes maestros, influyen directamente sobre las otras escuelas. ellos han modificado los más opuestos criterios. constituyen el núcleo fuerte. Y bien puede decirse que han determinado el punto vulnerable de la línea. porque con ella lo han dibujado todo, encontrando matices que parecían exclusivo patrimonio de los japoneses. Los alemanes van asegurando el predominio mundial. La misma caricatura francesa, tan pulida y elegante, ha caído en un amaneramiento amigo de los gestos de salón. Los ingleses sostienen el abolengo de sus modelos actuales. Y en cuanto á los norteamericanos, yo no creo –con muy escasas excepciones– que tengan un criterio estimable, capaz de dar una sana influencia que perfeccione la técnica de otros. Según este autor, la nueva visión de la caricatura presenta tres aspectos que se encuentran en la caricatura alemana más evolucionada: la línea, la psicología y la leyenda. Habla de impresionismo de la línea ya que “la caricatura es un arte esencialmente impresionista”. por lo que respecta a la psicología, el autor la considera un “nuevo aspecto del que no pueden prescindir los humoristas modernos”: Habrá surgido con él otra dificultad y otra pesquisa. pero se ha logrado la perfección de un arte, creándole su verdadero espíritu á la vez que se ha destruido su antiguo aspecto de clown... La psicología fue la integral de todos los factores. convencidos los nuevos caricaturistas de que el arte no es una ficción, dieron á sus obras aquella misma virtud perseguida en la pintura de retratos. ahondaron esquemáticamente en los espíritus y acecharon, antes que el parecido físico, la moralidad

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Begoña Torres Gallardo y Ferran Sabaté Casellas

interior, comprendiéndola, imponiéndose una sintetización similar a la sintetización de la línea. También Junceda hablaba de la psicología de la caricatura del siguiente modo: el humorista es el retratista de las almas. No sólo de almas de persona, sino también del alma de un gesto. el humorista hace como el poeta, quiere expresar las cosas de la tierra materiales y espirituales, visibles o invisibles, tristes o alegres, dulces o agrias, delicadas y ásperas.3 Y para crous (1932): La caricatura es el cien por cien de obtención de la expresión de una persona. Ni la misma fotografía al servicio de las manos maestras, no sólo no la supera, ni tan siquiera la iguala. como mencionábamos anteriormente, otro aspecto que Barros considera muy importante en la nueva concepción de la caricatura es la leyenda. para él los alemanes son los modelos que permiten su estudio. podemos leer en su obra: Los humoristas, que deseosos de levantar su arte lo abarcan todo, aceptando cuantas formas de expresión les diese la oportunidad ó la inventiva, encontraron en la leyenda una fórmula, si no imprescindible, á lo menos complementaria de sus propósitos. en ella pusieron mucho de la parte que más honda y fijamente había de impresionar al público. La palabra leyenda tiene en este arte una acepción particular. porque no se ajusta á lo que académicamente impone el diccionario. es una inscripción simple ó puede ser un chiste. Su fin es la sintetización sugeridora de lo que el artista quiere expresar.

LA ESCUELA CATALANA Según elias (1931), en cataluña la caricatura “florece de manera espléndida en la segunda mitad del siglo XiX” y tendrá su máximo desarrollo hasta la Guerra civil. es éste el período de mayor esplendor de las caricaturas y caricaturistas, y es también

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el momento de aparición de una serie de revistas en las que este arte se desarrolla como nunca antes ni después se hiciera en este territorio. Barros (1916b) en el Tomo ii de su obra La caricatura contemporánea dedica el libro quinto a españa. Según este autor, la caricatura española seguía la escuela francesa, a pesar de que los triunfadores de parís tenían su mirada dirigida hacia alemania, la escuela más moderna y que estaba imponiendo un nuevo estilo. aunque algunas voces decían que “no había arte en españa”, se estaba viviendo un período de lenta renovación y cataluña era “el punto esencial en esta reconstrucción o evolución”. escribe: el papel que asumen los catalanes en la manera de concebir el teatro, la preferencia que han dado á las sanas literaturas y el aprecio con que han mirado, dentro del humorismo, á la escuela alemana, explican cómo es un centro que gana la atención de cuantos se detengan á ver la significación de españa después de la pérdida de su último territorio colonial en américa. cuando no se tienen elementos suficientes para crear se acepta el nuevo derrotero y se busca un lugar en la evolución. el estancamiento merma las energías. Y afiliarse á cánones que tienden á modificarse de por sí… es luchar sin esperanza de un triunfo definitivo. Tal es la importancia que da Barros a los artistas catalanes del momento que les dedica un capítulo (capítulo iii) dentro del libro quinto: Derivaciones de una escuela. Los catalanes (p. 73-81). Transcribimos a continuación el párrafo con el que se inicia el capítulo y el último párrafo del mismo: Nos encontramos ante un núcleo de artistas afiliados a la más notable y moderna de las escuelas existentes: la germana. Y en ellos saludamos á humoristas independientes, dueños de una técnica maravillosa, que bien merecen el estudio y la consideración obtenida... por eso resulta muy justo afirmar que hoy residen en cataluña los humoristas españoles perfectamente capacitados para obtener

un puesto de honor en la evolución universal de dicho arte. Verdaderos maestros que junto á una gráfica notable, dominadora de la psicología, colocan, muy á menudo, el acierto de unas leyendas que no he visto ni he podido aplaudir en Madrid. como explica Jaume capdevila (Kap) (2008), “Barcelona será la sede de algunas de las mejores publicaciones humorísticas del país, desde La Campana de Gràcia (1870) y L’Esquella de la Torratxa (1879), hasta llegar a la consolidación del género a principios del siglo XX con ¡Cu-Cut! (1902), En Patufet (1904), Papitu (1908), Picarol (1912), Cuca Fera (1917), L’Estevet (1921), o Xut! (1922)”. Según el propio capdevila (2002), les primeras publicaciones satíricas como El Lechuguino a la Dernière (1830), Sancho Gobernador (1836) o Lo Pare Arcàngel (1841) aparecieron a mediados del siglo XiX y serían las precursoras de las revistas antes mencionadas. También según este autor (2002, 2008), se pueden distinguir tres generaciones de dibujantes catalanes que destacaron en las revistas del momento. La primera generación estaba formada entre otros, por Tomás padró, apel·les Mestres, Manuel Moliné, José Luís pellicer y Llorenç Brunet, que fueron dibujantes de las revistas La Campana de Gràcia (1874) y L’Esquella de la Torratxa (1874). a principios del siglo XX encontramos la segunda generación de grandes humoristas con Joan G. Junceda, Gaietà cornet, Josep costa (Picarol), Feliu elias (Apa), Xavier Nogués, Ricard opisso, Romà Bonet (Bon) o Luís Bagaría, que destacaron en las revistes ¡Cu-Cut! (1902) i papitu (1908). artistas como pablo Gargallo, Juan Gris, picasso, Nonell, Ramon casas, Josep aragay o Manolo Hugué también hicieron dibujos para estas revistas. La tercera generación de artistas vio truncada su carrera por la Guerra civil. capdevila destaca, entre otros, a: avel·lí artísGener (Tísner), ernest Guasp, Valentí castanys, Jacint Bofarull, pere calders (Kalders), Benigani, arturo Moreno, Jaume Juez (Xirinius), Lorenzo Goñi o Josep Bartolí. estos artistas dibujaron en las revistas Xut! (1922), El Be Negre (1931) y en la renovada Esquella de la Torratxa.


La caricatura médica en la revista satírica ¡Cu-Cut! (1902-1912)

del mismo modo que Fernando Barros elogiaba en su obra de 1916 a los artistas catalanes, José Francés en su conferencia La caricatura española contemporánea pronunciada en el ateneo de Madrid el año 1915 (publicada aquel mismo año por la imprenta Juan pueyo) dedica varios comentarios a las revistas catalanas y a sus dibujantes, al igual que hiciera Barros. Transcribimos un fragmento de su conferencia (p. 36-39): ¿Sería aventurado confiar en que un periódico español, dibujado por caricaturistas españoles, donde se desterrara así la ñoñería como la salacidad grosera y como el falso respeto á las cosas irrespetables, fuera un éxito? al hacer esta pregunta no la dirijo á cataluña. cataluña, mejor aún, Barcelona, no necesita que le pregunten eso. ocurre entre Barcelona y Madrid algo semejante á lo que sucede entre Munich y Berlín. Los periódicos humorísticos más importantes, más dentro de la verdadera orientación satírica, son los que se publican en Munich y Barcelona, no los que se publican en Berlín y Madrid. ¿por qué? No sabríamos decirlo; porque invocar como ciertos dibujantes barceloneses, una superioridad regionalista de la caricatura catalana sobre la madrileña, sería incurrir en un gravísimo error. Más cerca de la verdad estaría la afirmación de que Barcelona es más propicia al arte y á toda manifestación de cultura estética que Madrid. No obstante, yo me limito á anotar la coincidencia y nada más. acaso el más antiguo de los periódicos satíricos que se publican actualmente sea la campana de Gracia. por ella y por L’esquella de la Torratxa, mucho más joven, han desfilado varias generaciones de caricaturistas, desde padró, Moliner, pellicer y apeles Mestres, –que une á la delicadeza de un poeta el ingenio sano y burlón de un oberlander– hasta los modernísimos Babel y Smith. a d e m á s , l o s d os semanarios –como casi todos los catalanes– han representado siempre el amor á todas las libertades y el odio á

seudos-ideales reaccionarios que ahora caracterizan, de un modo triste y desconsolador, á los principales semanarios satíricos madrileños. después de L’esquella de la Torratxa y de La campana de Gracia, los dos periódicos de caricaturas más representativos del humorismo catalán han sido cu-cut y papitu. el primero popularizó á un dibujante: cornet, y el segundo á otro que me parece uno de los más admirables de europa: Feliu elias Bracons (apa). cu-cut vivió en los años del más rabioso separatismo. primorosamente dibujado, era de una agresividad repugnante contra españa. Los mayores insultos, las más injustas groserías, las menos concebibles infamias surgieron de cu-cut. Sin embargo, negar su influencia en la opinión pública de entonces y su significación en el arte satírico catalán, sería incurrir en idéntico apasionamiento del que censuramos á sus inspiradores. en cambio, papitu, fundada por apa –quien precisamente se dió á conocer en el cu-cut–, ha sido un modelo de semanarios satíricos y marcó el momento culminante de la caricatura catalana contemporánea. Hoy día papitu ha decaído muchísimo. Sin apa, sin aquel admirable grupo de artistas que rodearon á apa durante los tres primeros años de publicación, papitu se ha hundido en la más sucia pornografía, no exenta de cierto ingenio, pero bien distinta de aquel noble ademán de libertad y de audacia que tuvo en sus comienzos. Josep Maria cadena (1970b), en su artículo sobre Papitu, publicado en la revista destino, hace referencia a la conferencia de José Francés y a la superioridad de las publicaciones humorísticas que se editaban en Barcelona respecto a las editadas en Madrid. para este autor, las causas de esta superioridad es posible que se encontrasen en “el espíritu liberal y progresista de la cataluña de entonces, que estaba en una etapa de florecimiento y de afirmación de libertades en todos los órdenes”.

LA REVISTA ¡Cu-Cut! a continuación presentamos una breve reseña histórica de ¡Cu-Cut! según las obras realizadas por Lluís Solà en 1967 y 1973. el primer número de la revista ¡Cu-Cut! apareció el 2 de enero de 1902. este semanario seguía los principios de la Lliga Regionalista4, al igual que la revista infantil En Patufet que apareció dos años más tarde. el director artístico era Gaietà cornet quien había empezado a dibujar en L’Esquella de la Torratxa. cornet contaba con Llaverías como principal colaborador. a finales de 1902 se publican los primeros dibujos de Junceda. No tardan en incorporarse a la revista Ricard opisso y Feliu elias (Apa). de forma más esporádica también colaboran Muntanyola (Amyc), ismael Smith, Feréstech, Josep Nogué, Joan Llimona, Borrás, Bagaria, Fricus, planells, corominas, costa, Balasch, pascó Vidella y Lola anglada; muchos de estos autores sólo colaboran en los calendarios que anualmente edita ¡Cu-Cut!. La aparición de ¡Cu-Cut! constituyó un gran éxito editorial. del primer número se hizo una tirada de 20.000 ejemplares. La tirada habitual estaba entre 30.000 y 40.000 ejemplares, aunque de algunos números se llegaron a realizar 60.000. esto, según Solà (1967), nos da una idea de su notable difusión teniendo en consideración que la población de Barcelona no llegaba al medio millón de habitantes. como semanario satírico, tenía sus cabezas de turco. Uno de los principales fue alejandro Lerroux –“L’emperador del paral·lel”5– pero también fueron objeto de su sátira, los gobernantes de Madrid y los periódicos rivales (L’Esquella de la Torratxa, El Diluvio, La Publicidad, El Noticiero, La Campana de Gràcia...) y sus redactores. También desde sus inicios mostró un claro anticlericalismo. Todo ello le creó numerosos enemigos y denuncias. a causa de una caricatura de Junceda con ocasión del Banquete de la Victoria6, que fue considerada ofensiva por los militares, el número 204 de 23 de noviembre de 1905 fue denunciado y recogido por la policía. Se

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hizo una nueva edición sin la caricatura, pero a pesar de ello, un grupo de oficiales de la guarnición de Barcelona asaltó la redacción y quemó en la calle los muebles y los papeles que encontró. La revista fue suspendida hasta el 28 de abril de 1096 en que apareció el número 205. Tras el regreso de la revista, las campañas políticas y satíricas continuaron como antes. el fin de la revista fue después del número 518 de 25 de abril de 1912, en el que se publicó en portada una caricatura de Llaverias, que suscitó gran polémica en Madrid y que determinó que la propia Lliga Regionalista, que se declaró totalmente desvinculada del semanario, aconsejara su cierre.

LA SÁTIRA Y LOS MÉDICOS Según Lain entralgo (1964) es vieja en occidente la tradición de satirizar literaria o gráficamente la figura del médico y su profesión. “desde aristóteles, a la Grecia antigua; desde Juan de Salisbury, a la inglaterra del siglo Xii, ni en la antigüedad clásica ni en europa –ni, más tarde, en américa– han faltado plumas y lápices que hicieran del galeno tema preferido”. como dice este autor, los médicos y la profesión médica han sido el centro de la sátira en todos los ámbitos: la literatura, el teatro, la filosofía, y, cómo no, la caricatura. dentro del mundo del teatro son de sobras conocidas las sátiras que Molière dedicó a los médicos de la Francia del S. XVii. como escribe cristian García en la revista Ars Medica, la medicina de la época “era una medicina llena de necedad e ignorancia, lo que se disfrazaba con el uso de graves sentencias, aforismos y grandes discursos. Los tratamientos indicados consistían en prescripciones farmacéuticas de efectos dudosos y algunas veces perjudiciales.” Molière se burló de los médicos y la medicina en algunas de sus obras como, por ejemplo, El amor médico, El médico a palos, El médico fingido, El señor de Pourceaugnac, El enfermo imaginario y Don Juan o el Convidado de piedra. en estas obras criticaba la soberbia e ignorancia de los médicos que era vestida de una aparente infalibilidad.

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otro importante autor que satirizó fuertemente la figura del médico y la medicina fue Francisco de Quevedo. René Quérillacq, en el su artículo Quevedo y los médicos: sátira y realidad (1986), analiza hasta qué punto las críticas de Quevedo tienen a ver con la realidad; llegando a la conclusión que el autor muchas veces se aleja de ésta para poder conseguir su crítica más mordaz. en su trabajo muestra algunos de los textos escritos por Quevedo. en ellos critica el aspecto del médico (sus ropas y su apariencia “ya que la gente confunde y asimila parecer y ser”), trata a los médicos de asesinos con la complicidad de los boticarios, critica a los cirujanos y asimila médicos y boticarios con el mercantilismo. Reproducimos algunos de los de los textos citados por Quérillacq: Si quieres ser famoso médico, lo primero linda muda, sortijón de esmeralda en el pulgar, guantes doblados, ropilla larga y en verano sombrerito de tafetán. Y en teniendo esto, aunque no hayas visto libro, arras y eres doctor, y si andas a pie aunque seas Galeno, eres platicante. oficio docto que su rienda consiste en una mula… (Libro de todas las cosas, Obras Completas, aguilar, 1961; t. i, pág. 115a.) el clamor del que muere empieza en el almirez del boticario, va al pasacalles del barbero, paséase por el tableteado de los guantes del doctor, y acábase en las campanas de la iglesia… (El sueño de la Muerte, O. C.; t. 1, págs. 175b176a.) cargados de pinzas, tientas, cauterios, tijeras, navajas, sierras, limas, tenazas y lancetones. entre ellos se oía una voz dolorosa a mis oídos que decía: –corta, arranca, abre, cierra, despedaza, pica, punza, ajigota, rebana, descarna y abrasa. (El sueño de la Muerte, O. C.; t. 1, pág. 176b.) oro hacen de las moscas, del estiércol, oro hacen de las arañas, de los alacranes y sapos… (El sueño del Infierno, O. C.; t. 1, pág. 152a.) Manuel Gil de oto publicó en 1939 el libro, Médicos y Boticarios, que lleva como subtítulo Sátiras, epigramas, cuentos, narraciones, burlas y veras, malas palabras y buenos consejos,

pacientemente recopilados y dados a la luz, para escarmiento de doctorcillos ignorantes y regocijo, orgullo y galardón de los galenos estudiosos y humanitarios. esta obra es la recopilación de textos literarios de todos los tiempos en los que se hacía alusión a la medicina o a los médicos. Reproducimos a continuación cuatro breves textos recopilados por este autor: eSopo, el enfermo y el médico. asistía un médico a un enfermo, y en vez de curarlo, dióle pasaporte, como a tantos otros, para el sepulcro. cuando, al día siguiente, lo llevaban a enterrar, dijo el médico a los de la familia del difunto: –este pobre hombre se ha muerto porque le ha dado la gana; pues si bien bebe y se refresca copiosamente se cura. el más allegado al fallecido replicó: –¡Lástima que no se os hubiera ocurrido eso un día antes! aNToNio eNRiQUeZ GóMeZ el médico es un galeno, hombre de mucha virtud; dice que me da salud, y púrgame con veneno. el boticario es tan bueno (déle dios lo que merece) que con purgas enriquece, purgando yo los ducados. Todos son hombres honrados, mas mi capa no parece. aNToNio eNRiQUeZ GóMeZ a doña Flor, con acierto he parteado, y muy bien, dijo un comadrón esperto; aunque es verdad que ella ha muerto –¿Y el niño? –el niño también. a. RiBoT Y FoNTSeRÉ –¿es cierto, señor doctor, que hay, con gatillo o palanca, quien arranca sin dolor una muela? –Sí, señor… Sin dolor del que la arranca. el filósofo Michele de Montaigne en su Ensayo XXXVII, titulado Del pa-


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recido de los hijos a los padres, hace una crítica a la medicina y a los médicos, donde afirma que el médico más que curar hace enfermar y que, incluso, conduce al paciente hacia la muerte. empezó a escribir Les Essais en 1569 cuando se retiró de la vida pública en Burdeos y fue a vivir a su castillo de périgord. Tenía 38 años y había sufrido una caída aguda del caballo que casi le costó la vida. Su padre hacía poco que había fallecido. estos acontecimientos, según Moreno claros (2007), le hicieron tener una clara consciencia de la fragilidad humana y de la inmediatez de la muerte. Montaigne a lo largo de su ensayo no sólo critica a la profesión médica y sus prácticas, sino que desarrolla toda una serie de argumentaciones sobre las que sustenta sus opiniones. Reproducimos a continuación algunos fragmentos de su Ensayo:

le dijo: “¡Ánimo! ahora darás en tierra con aquellos que antes daban en tierra contigo”. pero tienen los médicos la fortuna de que –como dice Nicocles – el sol alumbra sus éxitos y la tierra oculta sus fracasos.

es posible que de mi familia haya recibido yo esa natural aversión a la medicina, dado que toda condición que sin razón en nosotros nace es viciosa y constituye una especie de enfermedad que se ha de combatir.

el doctor cabanès (1928), en el primer volumen de su obra La Medicine en caricature, se lamenta de que el médico y la enfermedad siempre hayan sido el centro de la sátira, principalmente desde la caricatura:

La experiencia me ha hecho temer al arte médica, porque, a cuanto conozco, no hay razas de gentes que antes enferme ni más tarde cure que la sometida a la jurisdicción de la medicina. Su misma salud se altera y corrompe con las exigencias de los regímenes. No se contentan los médicos con dirigir la dolencia, sino que hacen enfermar a la salud para que nunca se escape de su autoridad. ¿acaso no deducen de una salud constante y entera el argumento de una gran enfermedad futura? No hay nación que no haya vivido sin médicos sus primeros y mejores siglos. aun hoy gran parte del mundo no se sirve de la medicina. en infinitas naciones no la conocen y sus moradores viven más y más sanos que nosotros. preguntaron a un lacedemonio qué había hecho para vivir tanto y repuso: “ignorar la medicina”. el emperador adriano, al expirar, repetía que la solicitud de los médicos lo había matado. Un mal luchador se hizo médico y diógenes

en egipto una justa ley disponía que el médico debía asistir en las enfermedades durante los tres primeros días a riesgo del paciente, pero pasados los tres, a riesgo propio. esculapio, patrón de la medicina, fue herido del rayo por haber conducido a Hipólito de la muerta a la vida (…). en cambio, sus secuaces quedan absueltos, a pesar de enviar tantas almas de la vida a la muerte. decía un médico a Nicocles que su arte poseía mucha autoridad. “Mucha en verdad –convino Nicocles–, pues que puede matar impunemente a tantos”.

por lo que respecta a la caricatura médica, es comprensible que, en un principio, nuestra profesión haya incitado la burla de los artistas. el hombre sano se ríe con gusto de aquel al que cree que nunca tendrá que recurrir, pero un día humilde y sumiso, vendrá a tratarse a sus pies. el médico, entonces, no abusará de su victoria; acogerá al paciente arrepentido sin tenerle en consideración las injurias que ha recibido. Nuestra profesión, desde siempre, ha sido objeto de la sátira; los escritores, durante distintas épocas la han denigrado continuamente, pero nadie como los caricaturistas, ha ejercido el arte a nuestras expensas. Ninguna corporación ha sido más maltratada que la nuestra. por su parte, José Francés, en su libro ilustrado El mundo ríe, publicado en 1921, comenta las caricaturas de diversos autores aparecidas en revistas españolas y extranjeras durante los doce meses de aquel año. en el capítulo Enero (p. 52) escribe: La sombra de Molière se regocija viendo dos caricaturas más contra los médicos: una francesa, de Vir-

gile en Pages Folles; otra española de aguirre, en El Mundo. Los médicos han excitado siempre el ingenio de los humoristas. abel Faivre por ejemplo, ha publicado álbumes de gracia irresistible. Y esto se explica. es como un desquite de la Humanidad, que no puede vivir sin ellos… ni con ellos. esta tradición satírica ha llegado hasta nuestros días, como podemos ver en la obra de antonio Mingote, Historia de la Medicina7, en la que ilustró los distintos hitos históricos con sus caricaturas. También Forges realizó su Historia de la Medicina según Forges, y algunas de sus numerosas caricaturas médicas fueron editadas en el libro ¿Qué le pasa, doctor? ¿He?8 otro humorista gráfico español, Francisco periago (Xim), recopiló en su libro Con sano humor9 las caricaturas médicas que durante años realizó para el periódico La Verdad de Murcia. También El Perich, nos ha dejado multitud de caricaturas médicas algunas de ellas recopiladas en la obra Perichmicina10. para finalizar, otro gran humorista al que queremos mencionar es Quino, quien entre sus múltiples obras, editó un libro dedicado a los médicos y la medicina titulado Quinoterapia11.

LAS CARICATURAS MÉDICAS DE ¡Cu-Cut! en este apartado mostraremos algunas de las caricaturas médicas publicadas en ¡Cu-Cut!. dado que estamos ante una revista satírica de publicación semanal, vemos que muchas de ellas guardan relación con los acontecimientos sociales y políticos del momento. por ello, no sólo encontraremos dibujos que siguiendo la tradición colocan al médico como centro de la sátira, sino caricaturas en las que el médico o la salud es el vehículo para la sátira sociopolítica por lo cual es necesario conocer el contexto en que se llevaron a cabo. a pesar de la diversidad de temas o enfoques de las caricaturas, todas ellas comparten una serie de características que las sitúan dentro del paradigma más actual de la caricatura

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del momento. como veíamos anteriormente, y según Barros, este nuevo paradigma implicó que las caricaturas dejaran de ser dibujos grotescos y deformes, ya no hacía reír la deformidad sino los personajes y las situaciones. Los dibujos son dibujos cuidados, en la línea y en los detalles. Todas las caricaturas tienen una leyenda sin la cual el dibujo carecería de sentido. estas leyendas son como pequeños chistes, textos satíricos o juegos de palabras y junto con el dibujo forman un todo inseparable. También algunas caricaturas, junto a la leyenda, incorporan un título que resume el contenido del mensaje que se quiere transmitir. Mostramos a continuación distintos ejemplos de estas caricaturas que hemos agrupado en cinco bloques temáticos.

1. Caricaturas en las cuales el médico o profesional de la salud es el centro de la sátira Figura 1: año 6, Núm. 260 (8 my. 1907). p. 311.

estas caricaturas no hacen referencia a ninguna situación o personaje concreto. en estos dibujos se expresan las ideas más comunes en la sátira sobre los médicos y la medicina. como hemos visto, los diferentes autores en todos los ámbitos han presentado a los médicos como los causantes de la enfermedad e, incluso, de la muerte de sus pacientes. en las figuras 1 a 4 podemos ver estas ideas reflejadas. en la figura 5, no sólo se acusa al médico de matar a sus pacientes sino que se pone de manifiesto su complicidad con el boticario, como ya hiciera Quevedo en sus escritos. otro aspecto repetido en las críticas a los médicos es su afán para enriquecerse. en la figura 6 vemos a un médico que ha hecho la “carrera del día”. La misma idea la encontramos en la figura 7, dedicada al médico un que cobra “cien duros” ya que “la pulmonía era doble.” También encontramos algunas caricaturas, como la de la figura 8, en las que se hace burla sobre el conocimiento de los médicos o sobre sus prescripciones.

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Figura 2: año 6, Núm. 281 (3 oct. 1907). p. 649.


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◀◀ Figura 1 VISITA DE CONDOL –Lo que’m desespera més es que va morir no senthi el metge. –Oh, no’n fassi cas d’això; jo tenia un germà que’s va morir precisament de massa serhi. ViSiTa paRa daR eL pÉSaMe –Lo que más me desespera es que se murió sin estar aquí el médico. –ah, no haga caso de esto; yo tenía un hermano que se murió precisamente porque estaba demasiado.

◀◀ Figura 2 ARMA DE METGE –Estich tan cremat ab aquell subjecte, que’l dia que’l trobi li clavaré un tiro. –No hi veig la necessitat; fàssili una recepteta y conseguiria’l mateix objecte, sense comprometres. aRMa de MÉdico –estoy tan quemado con este sujeto, que el día que lo encuentre le pegaré un tiro. –No le veo la necesidad; hágale una receta y conseguirá el mismo objetivo, sin comprometerse.

Figura 3 ▶ –¿Ahont viu el metge d’aquet poble? –No n’hi hà. –¿Y com vos ho arregleu pera morirvos? –Oh, ens morim de mort natural.

Figura 3: año 7, Núm. 338 (5 nov. 1908). p. 707.

–¿donde vive el médico de este pueblo? –No hay. –¿Y cómo os las arregláis para moriros? –ah, nos morimos de muerte natural.

Figura 4 ▶ A L’HOSPITAL El metge: –¿Quants malalts han mort aquesta nit? El practicant: –Sis. El metge: –Però ¿còm pot set? Si vaig receptar medecina per set. eN eL HoSpiTaL el médico: –¿cuantos enfermos han muerto esta noche? el practicante: –Seis el médico: –pero ¿cómo puede ser? Si receté medicina para siete.

Figura 4: año 9, calendario 1910. p. 50.

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Figura 5 ▶ El metge. –S’acaba de morir l’herèu de càn Tendre. Aquet ja es el tercer que hem mort avuy. L’apotecari. –I despres que vagin dient que les nostres medecines son aigua del pou. el médico. –Se acaba de morir el heredero de can Tendre. este ya es el tercero que hemos matado hoy. el boticario. –Y luego que vayan diciendo que nuestras medicinas son agua del pozo.

Figura 6 ▶ LA CARRERA DEL DIA –¿Veus? Aquell fa quatre días que no tenia ahont caure mort y mira, ara ja gasta automòvil. –¿Y com ho ha fet? ¿Que potser juga a la Bolsa? –Ca, home. ¡Es metge! La caRReRa deL día –¿Ves? aquel hace cuatro días que no tenia donde caerse muerto y mira, ahora ya gasta automóvil. –¿Y como lo ha hecho? ¿Que tal vez juega a la Bolsa? –ca, hombre. ¡es médico!

Figura 7 ▶▶ –¡Cent duros d’honoraris! Però si total m’ha assistit d’una pulmonia... –Oh, ja veurà; es que la pulmonia... era, doble.

Figura 5: año 7, Núm. 338 (5 nov. 1908). p. 714.

–¡cien duros de honorarios! pero si total me ha asistido de una pulmonía... –ah, ya verá; es que la pulmonía... era, doble.

Figura 8 ▶▶ UNA EMINENCIA RURAL –¡Y ara! Per qué mira’l rellotge de sol mentres me polsa? –Per saber las polsacions que teniu per minut. UNa eMiNeNcia RURaL –¡anda! ¿por qué mira el reloj de sol mientas me toma el pulso? –para saber las pulsaciones que tiene por minuto.

Figura 6: Fig. 6. año 8, Núm. 357 (18 mzo. 1909). p. 172.

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Figura 7: año 7, Núm. 338 (5 nov. 1908). p. 720.

2. Caricaturas en que el médico o la salud es el vehículo para la sátira sociopolítica en este grupo mostramos caricaturas que tienen como motivo la sátira sociopolítica. aunque en algunas aparece, como en el grupo anterior, la idea de que el médico mata a sus pacientes, en este caso esta idea se utiliza como vehículo para poner de manifiesto alguna situación del momento, sea un hecho general o concreto. como hemos visto anteriormente, ¡Cu-Cut! era una revista satírica de la Lliga Regionalista. La Lliga se fundó en 1901 y se convirtió en el partido hegemónico en el movimiento catalanista hasta la dictadura de primo de Rivera. dentro del panorama político del momento, alejandro Lerroux fue un personaje importante que tuvo notable influencia en el republicanismo catalán. Fue un opositor frontal de la Lliga a la que atacó enérgicamente (Mates, 1992). ello lo convirtió en uno de los focos de atención de ¡CuCut! y lo encontramos satirizado en

Figura 8: año 2, calendario 1903. p. 90.

múltiples caricaturas y textos de la revista. en la figura 9 vemos a Lerroux “quitándole la piel” a un obrero y comparando su acción a la sucedida en el Hospital del Sagrado corazón. La caricatura se refiere un accidente que tuvo lugar el 23 de febrero de 1905 en que un muchacho de 13 años, Josep campedrós, cayó de pie en una caldera de líquido hirviente en la colonia Güell. Fue trasladado al sagrado corazón y la única solución era amputarle ambas piernas o hacer un injerto de piel suficiente para cubrir la superficie quemada, desde los pies hasta las rodillas. Se hizo una llamada entre los trabajadores y se apuntaron cuarenta y tres voluntarios para dar un pedazo de su piel. arrancaron a los voluntarios que eran aptos un pedazo de piel de siete centímetros de ancho por quince o veinte de largo sin anestesia ni cloroformo (cabana, 2008). en la figura 11 de 1903, “definiciones”, ya se hacía referencia a quitar la piel, en este caso, del contribuyente. También en esta caricatura se habla del “Maestro de es-

cuela” como aquel que “presenta los huesos solamente”. Tres años más tarde, ¡Cu-Cut!, nos habla de nuevo del maestro de escuela y su precaria situación, para ello se refiere a la creación del cuerpo de dentistas municipales (fig. 11). como explica Ustrell i Torrent (1997): en 1906 se solicitó en Barcelona la creación de dentistas Municipales, con diez plazas y una asignación de 500 pesetas, pero a pesar que esto indicaba que la profesión dental demostraba interés por mejorar la salud dental de la población parecía que los dirigentes políticos no se daban cuenta. a pesar de ello, gracias al sentido común de Giner de los Ríos, regidor del ayuntamiento, al fin se crearon estas plazas, el representante de las cuales fue Joaquim plet. ¡Cu-Cut! también se hizo eco en sus caricaturas médicas de los atentados anarquistas con bombas que se produjeron en Barcelona a finales del siglo XiX y principios de XX, y que le valieron el sobrenombre de

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“la ciudad de las bombas” (Matas, 1995). La figura 12 de 2 de abril de 1908 se refiere a la conocida como “banda de Joan Rull”. Joan Rull i Queraltó fabricó y colocó él mismo distintas bombas a partir de 1906 a través de una banda en la que participaron, entre otros, dos hermanos suyos y su madre. La explosión de dos bombas en abril de 1907, que causaron la muerte de una mujer, motivó la detención de Rull en julio del mismo año. Fue juzgado a partir de marzo de 1908 y condenado a pena de muerte. Fue ejecutado en Montjuïc el 8 de agosto de 190812. en

la caricatura se hace referencia a estos hechos usando al médico y la idea, que ya veíamos anteriormente, de que mediante sus recetas puede matar. otro hecho reflejado por ¡Cu-Cut! fue la manifestación abolicionista de la pena de muerte que se celebró en Barcelona en 1911 (fig. 13). el periódico El Liberal (edición de Barcelona de 28 de agosto) escribió: celebrose ayer la manifestación organizada por los elementos republicanos, socialistas y librepensadores para pedir al Gobierno la

abolición de la pena de muerte. a la plaza de cataluña, lugar de reunión, empezó a afluir gente a las diez menos cuarto de la mañana. por lo caluroso de la temperatura y lo soleado del sitio, muchos de los que habían de concurrir a la manifestación tomaron puesto para esperar el paso de la comitiva y unirse a ella en la ronda de San pedro, al abrigo de los rayos solares13. Nuevamente se usa para hablar de los hechos acaecidos la idea de que el médico mata con sus prescripciones.

Figura 9: año 4, Núm. 172 (13 abr. 1905). p. 225.

▲ Figura 9

Figura 10: año 2, Núm. 92 (1 oct. 1903). p. 629.

L0 DEL HOSPITAL DEL SAGRAT COR –¿Per que han tret un xich de pell a trenta obrers tanta saragata? Jo’Is en trech tot l’any y ningú diu res. Lo deL HoSpiTaL deL SaGRado coRaZóN –¿por qué han quitado un poco de piel a treinta obreros tanto escándalo? Yo se la quito todo el año y nadie dice nada.

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▲ Figura 10 DEFINICIONS (deFiNicioNeS) –¿Cómo se denomina el cuerpo humano cuando presenta los huesos solamente? –Maestro de escuela. –¿Y el hombre a quien se ha quitado la piel? – Contribuyente.


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Figura 12: año 7, Núm. 307 (2 abr. 1908). p. 211.

Figura 11: año 5, Núm. 229 (11 oct. 1906). p. 413.

▲ Figura 11 ELS DENTISTES MUNICIPALS –Y què n’opina vostè, senyor mestre, de la creació d’aquestes plasses de dentistes pera les escoles? –¿Què vol que li digui? me sembla que’s tira a arrencarnos les dents als mestres perque, no menjant, tampoch les necessitem per gran cosa. LoS deNTiNTaS MUNicipaLeS –¿Y qué opina usted, señor maestro, de la creación de estas plazas de dentistas para las escuelas? –¿Qué quiere que le diga? me parece que se tira a arrancarnos los dientes a los maestros porque, no comiendo, tampoco las necesitamos para gran cosa. ▲ Figura 12 –Han agafat a un metge complicat ab això de les bombes. –No pot ser, home; si ab les receptes podía matar tanta gent com volgués. –Han cogido a un médico complicado con esto de las bombas. –No puede ser, hombre; si con las recetas podía matar a tanta gente como quisiera. Figura 13 ▶ EN LA MANIFESTACIÓ ABOLICIONISTA DE LA PENA DE MORT –També es contrari de la pena de mort, vostè, doctor? –¡Vaya! –Y donchs ¿que ha deixat la carrera? –No, però ara medico per la homeopatia. eN La MaNiFeSTacióN aBoLicioNiSTa de La peNa de MUeRTe –¿También es contrario a la pena de muerte, usted, doctor? –¡Vaya! –Y entonces ¿qué ha dejado la carrera? –No, pero ahora medico por la homeopatía.

Figura 13: año 10, Núm. 484 (31 ag. 1911). p. 555.

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3. Caricaturas sobre personajes o acontecimientos relacionados con la medicina en este grupo hemos incorporado aquellas caricaturas en las que se hace referencia a personajes o situaciones reales que se produjeron en el ámbito médico. en primer lugar veremos las que podemos denominar caricaturas de médicos. Las caricaturas de médicos las podemos entender como un subgénero dentro de la caricatura médica. Granjel recopiló en 1972 las caricaturas de médicos que se publicaron en la revista El Dr. Sangredo (1883-1884), subtitulada Revista satírica quincenal. Dedicada a los hijos de Esculapio. Mingote (1964), en su Historia de la Medicina, incorporó la caricatura de algunos médicos, como Ramón y cajal, Fleming, Koch o pasteur. por su parte, el colegio oficial de Médicos de Barcelona, en su felicitación navideña de 2012, publicó una interesante colección de caricaturas de médicos realizadas desde finales del siglo XiX hasta los años 80 del pasado siglo (Zarzoso y Bruguera, 2012). en el caso de ¡Cu-Cut! son escasos los médicos concretos a los que de hace referencia. así encontramos al los dres. pittaluga y Bonet, y al denominado dr. Munyon14. en agosto de 1902 ¡Cu-Cut! publicó una caricatura del dr. Gustavo pittaluga Fattorini (1876-1956) (fig. 14) quien ese mismo año estudió el paludismo de Barcelona, Madrid, Valencia, Guadalajara e islas Baleares, y lo relacionó con una temperatura y humedad elevadas, zonas pantanosas, aglomeraciones humanas y condiciones sanitarias desfavorables. en Barcelona recibió la ayuda de odón de Buen, catedrático de Historia Natural de la Universitat de Barcelona, y del dr. Ramón Turró, en esa época académico de ciencias Médicas. Las investigaciones se llevaron a cabo en el Baix Llobregat, en una zona de 20 kilómetros al sur de Barcelona. el delta del Llobregat se extendía además por otros 15 kilómetros: prat de Llobregat, cornellá, Villadecans, Gavá y castelldefels (Fernández astasio, 2004). Un personaje caricaturizado por ¡Cu-Cut! fue el dr. Munyon, quien se anunciaba en los periódicos de la

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época tanto españoles como extranjeros15 y ofrecía, como también recoge ¡Cu-Cut!, más de 57 productos que lo curaban prácticamente todo, desde la tos al “mal de las señoras”. James Monroe Munyon nació en Thompson, connecticut, el 3 de agosto de 1848, y murió en palm Beach, Florida, el 10 de marzo de 1918. Tras trabajar como editor, vendedor de libros, músico, compositor, maestro, abogado y predicador, abrió a principios de la década de 1890 la Homoeopathic Home Remedy Company y se dedicó a la fabricación y patente de medicamentos. a pesar de que con frecuencia fue acusado por las autoridades de fraude, porque sus medicamentos contenían principalmente azúcar y alcohol, continuó con sus negocios y se hizo muy famoso y acumuló una fortuna de varios millones de dólares hasta su muerte. La caricatura del dr. Munyon (fig. 15) ilustra una noticia que apareció en ¡Cu-Cut! el 6 de agosto de 1903 en la que se indica que las autoridades prohibieron la venta de sus productos por considerar que no hacían ningún efecto. posteriormente se permitió su venta16. Fue tal la fama del dr. Munyon y la de sus medicamentos que se hicieron obras de teatro en distintas poblaciones de cataluña y en Madrid en las que él era el protagonista, como lo atestiguan los anuncios aparecidos en la prensa. en detroit, Jerome H. Remick & co., publicaron en 1907 una pieza para voz y piano titulada Dr. Munyon, con letra de Vincent Bryan y música de e. Ray Goetz (Torres y Sabaté, 2012). a finales de 1905 y principios de 1906, aparecieron varias caricaturas referentes a la inauguración del Hospital clínico y de la Facultad de Medicina de Barcelona. La Facultad estaba situada en el recinto del Hospital de la Santa cruz y a finales de 1906 se trasladó al edificio que ocupa en la actualidad, construido expresamente para su ubicación y en la que tenía un hospital para la realización de las prácticas clínicas (corbella, 1996). el dr. Joaquim Bonet i amigó (1852-1913), barón de Bonet, Rector de la Universidad y catedrático de obstetricia, inauguró el hospital. en la caricatura, del 29 de diciembre de

1906 (fig. 16) se le acusa de nepotismo por situar familiares en la nueva institución (Vallès, 1980). Tras la inauguración del Hospital clínico se trasladaron a él enfermos desde el Hospital de la Santa cruz, como se puede leer en La Vanguardia del 9 de diciembre de 190617. en el número 242 de ¡Cu-Cut! de 10 de enero de 1907 se publicaron dos caricaturas sobre este traslado. en la primera de ellas (fig. 17) se ve al dr. Bonet, que lleva la corona de barón, siendo saludado por los enfermos que provienen del Hospital de la Santa cruz, y que se presentan como “los que van a morir”. en la segunda (fig. 18) se muestra a los enfermos que no quieren ser trasladados al Hospital clínico y prefieren morirse en el Hospital de la Santa cruz. para Vallès (1980), esta última caricatura puede referirse al hecho de que entonces los hospitales eran casi como depósitos de enfermos y que muchos de ellos iban allí a morir, aunque cree que la idea expresada en la caricatura era “ya entonces anacrónica”. pensamos, sin embargo, que estas caricaturas pueden referirse al hecho de que el depósito de cadáveres de la ciudad fue instalado en diciembre de 1906 en el Hospital clínico, como puede leerse en La Vanguardia del día 2218. como explica corbella (1996), se construyó el instituto anatómico Forense en el recinto de la Facultad, que se utilizaba como antiguo depósito de cadáveres judicial. creemos que las leyendas de estas caricaturas juegan con el doble sentido de que al Hospital clínico iban los cadáveres de Barcelona. ¡Cu-Cut! también reflejó en sus caricaturas dos congresos que se llevaron a cabo en la Facultad de Medicina de Barcelona en 1910: el V Congreso Internacional de Electrología y Radiología Médicas (fig. 19) celebrado del 13 al 18 de septiembre19, y el Primer Congreso Español de la Tuberculosis, celebrado del 16 al 22 de octubre20 (fig. 20). en la figura 21 de nuevo se hace broma sobre la “capacidad” de los médicos para matar y se les recomienda que receten para defenderse de las armas de fuego. esta caricatura se inspiró en unos acontecimientos que se produjeron a raíz de la publicación de un artículo de Rosario de acuña en la revista El Pro-


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greso de Barcelona el 22 de noviembre de 1911. en el artículo titulado La Jarca de la Universidad, se atacaba e insultaba duramente a los estudiantes21, lo que desató sus protestas en todo el estado llegando incluso a denunciar la revista ante las autoridades. en La Vanguardia del 26 de noviembre de 191122 se explican los hechos acaecidos. como consta en este periódico, el día 25 los estudiantes se reunieron en asamblea por la mañana para tratar sobre el artículo de El Progreso. durante aquella misma mañana se pro-

dujeron dos incidentes graves que acabaron con el uso de las armas: a las once y cuarto pasó por delante la fachada del Hospital una sección de caballería de la guardia civil, al paso, y entonces dieron muestras los estudiantes de mayor excitación. desde las verjas, de las galerías de los pabellones y desde las azoteas se arrojó una verdadera lluvia de piedras. Los guardias desfilaron: pausadamente con los sables desenvainados y las tercerolas enfundadas. cuando mayor era la confusión se

oyeron tres disparos, que no se sabe fijamente de dónde partieron. La guardia civil dio dos toques de atención y poco después dispararon, según se dijo, al aire. el ruido de las descargas causo un pánico enorme; los vecinos de las calles próximas cerraron las puertas de sus casas, quedando las calles limpias de gente. el tiroteo duró largo rato, haciéndose unos doscientos disparos. en la fachada del Hospital se notaban las huellas de los proyectiles.

Figura 14: año 1, Núm. 34 (21 ag. 1902). p. 555.

▲ Figura 14

Figura 15: año 2, Núm. 84 (6 ag. 1903). p. 503.

LA CIENCIA MODERNA El Dr. Pittaluga estudiant els mosquits del pla del Llobregat.

▲ Figura 15

La cieNcia ModeRNa el dr. pittaluga estudiando los mosquitos de la planicie del Llobregat.

EL DR. MUNYON No’m deixan vendre específichs –que no fan ni be ni mal –y toleran las potingas– dels professionals. eL dR. MUNYoN No me dejan vender específicos que no hacen ni bien ni mal –y toleran las potingas– de los profesionales.

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Figura 16: año 5, Núm. 236 (29 nov. 1906). p. 515.

Figura 17: año 6, Núm. 242 (10 en. 1907). p. 20.

▲ Figura 16 L’HOSPITAL CLINICH El feude del Doctor Bonito. eL HoSpiTaL cLíNico el feudo de doctor Bonito.

▲ Figura 17 MALALTS AL HOSPITAL CLINICH –¡Ave, Cesar! Morituri te salutant. eNFeRMoS eN eL HoSpiTaL cLíNico –¡ave, cesar! Morituri te salutant.

Figura 18: año 6, Núm. 242 (10 en. 1907). p. 23.

◀ Figura 18 HOSPITAL DE LA SANTA CREU –Els qui de vostès vulguin anar al Hospital Clínich, no tenen de fer més que demanarho. Els malalts, a chor. –No, no, de cap manera; preferim morirnos aquí. HoSpiTaL de La SaNTa cRUZ –Los que de ustedes quieran ir al Hospital clínico, no tienen más que pedirlo. Los enfermos, a coro. –No, no, de ningún modo; preferimos morirnos aquí.

◀ Figura 19 EL CONGRÉS D’ELECTROLOGÍA –¿Y quina mena de metges són els que’s reuneixen aqui? – Són dels que maten per medi de la electricitat. eL coNGReSo de eLecTRoLoGía –¿Y qué tipo de médicos son los que se reúnen aquí? –Son de los que matan por medio de la electricidad. Figura 19: año 9, Núm. 435 (22 sept. 1910). p. 595.

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Figura 21: año 10, Núm. 497 (30 nov. 1911). p. 762.

▲ Figura 21 ELS SUCCESSOS DEL CLÍNICH –¿Què passa? –Que la policia dispara contra l’Hospital y no’ns podem defensar. –¡Receptèu! Figura 20: año 9, Núm. 439 (20 oct. 1910). p. 662.

LoS SUceSoS deL cLíNico –¿Qué pasa? –Que la policía dispara contra el Hospital y no nos podemos defender. –¡Recetad!

▲ Figura 20 EL CONGRÉS ANTITUBERCULÓS –Diuen que en Merino havia de venir a inaugurar el Congrés. –¿Què vols que’t digui?: me sembla que, tractantse de coses de la caixa, el ministre més indicat era’l d’Hisenda. eL coNGReSo aNTiTUBeRcULoSo –dicen que Merino tenía que venir a inaugurar el congreso. –¿Qué quieres que te diga?: me parece que, tratándose de cosas de la caja, el ministro más indicado era el de Hacienda.

4. Caricaturas sobre enfermedades transmisibles La cataluña del siglo XiX, y en particular la ciudad de Barcelona, se caracterizaron por el fenómeno de la rápida industrialización y urbanización de la población. este cambio social, no planificado, conllevó la aparición de una nueva clase social: el proletariado, con unas condiciones de vida y trabajo muy precarias. a mediados del siglo XiX, Barcelona era todavía una ciudad amurallada, sin suministro de agua corriente en las casas, que se proveían de pozos, cisternas y riegos sin potabilizar. No

existía una red de cloacas (uso de cisternas y pozos ciegos) ni la recogida de basuras. Las casas eran pequeñas, estaban sobrehabitadas y carecían de servicios sanitarios privados. a todo ello hay que añadirle la convivencia con animales domésticos (perros, vacas) y roedores (las ratas). Todo ello, junto a la subalimentación y el exceso de trabajo, provocaba la aparición clínica de epidemias u otras enfermedades transmisibles con una alta tasa de morbilidad y mortalidad (capel y Tatjer, 1991). esta situación sanitaria se vio reflejada en la prensa de la época y ¡CuCut! no fue una excepción. entre las

numerosas caricaturas médicas aparecidas en ¡Cu-Cut! encontramos aquellas que nos hablan de distintas epidemias que se fueron sucediendo en la Barcelona de principios del siglo XX. algunas de ellas hablan de epidemia en general, mientras que otras hacen referencia a una patología concreta. Veremos algunas de estas últimas. en el año 1903 encontramos en ¡Cu-Cut! dos caricaturas publicadas el mes de abril, que nos hablan de la “passa de colerina” (el término “passa” es una forma vulgar usada para referirse de manera genérica a una epidemia) que se produjo en Bar-

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celona (figs. 22 y 23). en la figura 23 se pone de manifiesto el desconocimiento que tenían los profesionales sobre el origen de esta enfermedad. También la La Vanguardia de 19 de abril23 se refería a ello de la siguiente forma: La epidemia que en la actualidad priva en Barcelona, denominada ‘colerina’, ha alarmado de tal modo á los habitantes de esta culta ciudad, que las autoridades locales, cuya primordial obligación es velar por la salud de sus administrados, se han visto en la necesidad de buscar medios de atajar esta afección confiando á expertos facultativos la indagación de las causas de esta dolencia. Fruto de dichas investigaciones han sido las declaraciones dadas por los mismos, de las cuales se deduce que la susodicha infección tiene su origen, según unos, en las aguas potables; según otros, en los alimentos cuyas sofisticaciones van, por desgracia, aumentando de día en día, á pesar del buen celo que anima a nuestras autoridades. el dr. abreu, en su discurso Gastroenteritis epidémica leído en la academia Médico-Homeopática y publicado en la Revista Homeopática de mayo de 1903, se refiere a esta enfermedad que se venía produciendo en Barcelona de forma “bastante frecuente, aunque la mayoría de los casos eran benignos”. cita asimismo algunas de las posibles causas que se habían ido barajando:

donde haya ocurrido algún caso de aquella enfermedad.24 La figura 25, de 23 de agosto de 1906, hace referencia a otro brote de viruela en la ciudad. Ya a principios del mes de agosto aparecen informa-

ciones sobre esta enfermedad en la prensa. así, el día 1 de este mes La Publicidad y La Veu de Catalunya publicaron el “bando dictado por el alcalde accidental para evitar le propagación de la viruela”25:

▲ Figura 22: año 2, Núm. 69 (23 abr. 1903). p. 262. LA PASSA DE COLERINA –¡Y ara! ¿qué diuen aquells senyors? ¿Que la col orina? La epideMia de coLeRiNa –¡ala! ¿qué dicen aquellos señores? ¿Qué la col orina?

Se ha dicho y repetido por muchos si era debida á la mala calidad de las aguas, otros á las pinturas según dicen de una solución de hipofosfito de cal con que embadurnan las carnes y pescados para conservarlos mejor para su venta; otros á enfriamientos, otros a bacillus virgula, etc., etc. ¡Cu-Cut! también reflejó en sus caricaturas distintos brotes de viruela en Barcelona, como por ejemplo, en la publicada el día 17 de noviembre y que lleva por título “Hay Viruela” (fig. 24). en La Vanguardia de 29 de octubre podemos leer: Se ha dado orden de imprimir 200 carteles que digan ‘Hay viruela’. Los referidos carteles serán colocados en la puerta de las casas

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▲ Figura 23: año 23, Núm. 69 (23 abr. 1903). p. 262. LA PASSA –Diu que l’aigua la porta. Donchs si és cert serà pitjor el remey que la malaltia, perque a totas las medicinas n’hi entra d’aigua. La epideMia –dicen que el agua la lleva. entonces si es cierto será peor el remedio que la enfermedad, porque en todas las medicinas hay agua.


La caricatura médica en la revista satírica ¡Cu-Cut! (1902-1912)

Vergonzosa para nuestra amada Barcelona es la mortalidad causada por la viruela. No es este año superior á la de años anteriores, pero aun así, es excesiva. Las ciudades que marchan á la vanguardia de la higiene han logrado suprimir del todo, cuando menos reducir á una cifra mínima, dicha causa de mortalidad. Barcelona debe imitarlas, si quiere seguir mereciendo su justa fama de culta y gran ciudad. La vacunación y revacunación son los recursos que han producido en todas partes maravillosos resultados y se obtendrán en Barcelona si todo el vecindario, saliendo de su apática negligencia, secunda los deseos de esta alcaldía, reducidos á que tanto por propio interés corno por amor al prójimo, se cumplen fielmente las prescripciones del real decreto de 15 de enero de 1903. También el dengue se propagó por Barcelona. el 15 de febrero de 1905 La Publicidad publicó el artículo titulado “el dengue”, que se inicia como sigue: La falta de agua está causando mucho daño en los campos y en la salud pública. el dengue se extiende entre las familias como en sus mejores tiempos, y milagro, la casa donde no hay un “dengoso”26. Unos días después ¡Cu-Cut! también se refirió a esta enfermedad así como al cólera y el tifus (fig. 26).

▲ Figura 24: año 3, Núm. 151 (17 nov. 1904). p. 743. “HAY VIRUELA” –¿Ahont vas, noy? –Soch un grabador que vaig a portar uns grabats al primer pis. –Vesten lluny d’aquí, burrango. Ja n’hi ha prous de grabats en aquesta escala. “HaY ViRUeLa” –¿a dónde vas chico? –Soy grabador que voy a llevar unos grabados al primer piso. –Vete lejos de aquí, burro. Ya hay suficientes grabados en este edificio. ◀ Figura 25: año 5, Núm. 222 (23 ag. 1906). p. 300. LA PASSA –¿Sabs aquell policia que viu al quint pis? Donchs ha agafat la verola. –¡Gracies a Deu que agafa a n’algú! La epideMia –¿Sabes aquel policía que vive en el quinto piso? pues ha cogido la viruela. –¡Gracias a dios que coge a alguien!

otra caricatura que se refiere al tifus fue la publicada en agosto de 1908 (fig. 27). como escribe calbet i camarassa (1999): Las fiebres tifoideas eran endémicas en Barcelona. enric octavi Raduà consideraba que eran la causa de muerte de unos cuatrocientos barceloneses cada año. pero había otras muertes no bien filiadas que se podían relacionar con esta enfermedad. (…) Uno de los primeros en rebelarse contra la existencia de esta endemia seria Guillem López Ventura que en 1908 pedía al alcalde impulsar las corrientes de higienización urbana, agua abundante y que las cloacas no filtrasen al subsuelo. También el cólera fue el tema de otras caricaturas de ¡Cu-Cut!, como

▲ Figura 26: año 4, Núm. 164 (17 febr. 1905). p. 103. ELS ASES DELS COPS –¡Ara’l cólera!... ¡Ara’l tifus!... ¡Ara’l dengue!... El cas és que nosaltres sempre hem de carregar ab el mort. paGaR LoS pLaToS RoToS –¡ahora el cólera!... ¡ahora el tifus!... ¡ahora el dengue!.. el caso es que nosotros siempre tenemos que cargar con el muerto.

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Figura 27: año 7, Núm. 325 (6 ag. 1908). p. 509.

Figura 28: año 9, Núm. 434 (15 sept. 1910). p. 585.

Figura 29: año 10, Núm. 486 (14 sept. 1911). p. 587. Figura 30: año 3, calendario 1904. p. 61.

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La caricatura médica en la revista satírica ¡Cu-Cut! (1902-1912)

puede verse en las figuras 28 y 29 de 1910 y 1911, respectivamente. otra patología a la que ¡Cu-Cut! dedicó su atención fue la tuberculosis (figs. 30 y 31), enfermedad que supuso a principios del siglo XX “uno de los problemas sanitarios más graves de la creciente población barcelonesa” (Gorina y Sánchez aldaguer, 1993).

5. Caricaturas sobre baños y balnearios

Figura 31: año 10, calendario 1911. p. 69.

◀◀ Figura 27 –¿Sabs la Ernestina? Se li ha declarat el Tifus. ¡Vaja, al últim! Tant que’s queixava de que may se li declarava ningú. –¿Sabes ernestina? Se le ha declarado el Tifus. –¡Vaya, por fin! Tanto que se quejaba de que nunca se le declaraba nadie.

◀◀ Figura 28 MIDES DE PREVISIÓ El gendre.–No mengi meló, que agafaria el còlera. La sogra.–¿Quin Sant t’ha inspirat que siguis tan amable? El gendre.–Oh, es que si l’agafés... podria encomanarmel. MedidaS de pReViSióN el yerno.–No coma melón, que cogerá el cólera. La suegra.–¿Qué Santo te ha inspirado que seas tan amable? el yerno.–ah, es que si lo cogiera… podría contagiarmelo.

◀◀ Figura 29 –Tingui compte ab aquet nen, que li agafaria el còlera ab molta facilitat –¿...? –Perque li falta un bull. –Tenga cuidado con este niño, que le cogerá el cólera con mucha facilidad. –¿...? –porque le falta un hervor.

◀◀ Figura 30 LA TISI GALOPANT La TiSiS GaLopaNTe

▲ Figura 31 ESPERANT TANDA A CAL METGE –Aquesta que ara entra’m sembla que es tísica. –No, jo la conech; es professora de corte. eSpeRaNdo TaNda eN caSa deL MÉdico –esta que ahora entra me parece que es tísica –No, yo la conozco; es profesora de corte.

La nueva clase social burguesa reconoció en el agua una fuente de riqueza y salud. estas ideas adquirieron su plenitud en europa y Norteamérica durante el siglo XiX. Se puso de moda ir a tomar las aguas de una determinada fuente con propiedades concretas, o ir a los baños termales o marítimos (pujol, 2007; Tatjer, 2012). Los balnearios se convirtieron en “auténticos santuarios de salud para las clases sociales adineradas, y centro de moda para el tiempo libre” (arrizabalaga, Martínez Vidal y pardo Tomás, 1998). También se pusieron de moda las curas climáticas el “cambiar de aires”, en las zonas de montaña o cerca del mar. Se abrieron sanatorios donde ir a respirar el aire sano que era tan saludable para enfermedades como la tuberculosis (Miret i cuadras, 2011). a lo largo de sus años de publicación aparecieron en ¡Cu-Cut! múltiples caricaturas que hacían referencia a alguna de estas prácticas higiénicas. La mayoría de ellas lo hacían de forma genérica, como en las figuras 32 y 33. Junto a estas caricaturas genéricas se publicaron en 1906 dos caricaturas que citan explícitamente el balneario de Sant Hilari Sacalm (figs. 34 y 35). esta población, en la que había abundantes fuentes de aguas minerales (Font Vella, Font del pic, Font dels cirers, Font del Ferro, etc.), se convirtió en la segunda mitad del siglo XiX en un centro balneario de primer orden. La más importante de estas fuentes fue la Font picant, de agua bicarbonatada y ferruginosa, indicada principalmente para la litiasis renal, cerca de la cual se construyó el balneario Font picant, más conocido como el hotel Martín (1880)27.

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Figura 32: año 7, Núm. 324 (30 jul. 1908). p. 482.

Figura 33: año 10, Núm. 483 (24 ag. 1911). p. 538.

Figura 34: año 5, Núm. 222 (23 ag. 1906). p. 295.

Figura 35: año 5, Núm. 225 (13 set. 1906). p. 338.

▲ Figura 32

Figura 34

–A vostè li convé pendre banys. –¿De quina mena? –D’impresió. –Aixís ray, ja ho tinch be, perque’ls; podré pendre a casa mateix, que tenim imprempta.

▲ A SANT HILARI –¿Que tens pedres? –No, ja estich curat del tot.

–a usted le conviene tomar baños. –¿de qué tipo? –de impresión. –así no hay problema, lo tengo bien, porque las podré tomar en mi propia casa, que tenemos imprenta ▲ Figura 33 –Mira que també són originals aquets burgesos. Anar tan lluny per pendre les aigues, quan tenen el vi aquí al costat. –Mira que también son originales estos burgueses. ir tan lejos para tomar las aguas, cuando tiene el vino aquí al lado.

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eN SaNT HiLaRi –¿Qué tienes piedras? –No, ya estoy curado del todo. ▲ Figura 35 DE TORNADA DE SANT HILARI –¿Què vol que li digui, senyor doctor? me sembla que no m'ha probat gaire: he perdut tres kilos. –Y be, home, es el pes de les pedres que s’ha tret de sobre. de VUeLTa de SaNT HiLaRi –¿Qué quiere que le diga, seños doctor? me parece que no me ha probado demasiado: he perdido tres kilos. –Y bien, hombre, es el peso de las piedras que se ha sacado de encima.


La caricatura médica en la revista satírica ¡Cu-Cut! (1902-1912)

Notas: * Unidad de anatomía y embriología Humana. Facultad de Medicina Universitat de Barcelona. Licenciada en Humanidades. ** Unidad de Historia de la Medicina. Facultad de Medicina Universitat de Barcelona.

Fuente de las imágenes: aRca (http://www.bnc.cat/digital/arca/) procedencia del original. Biblioteca de catalunya.

1). “además de esto, porque los imitadores imitan a sujetos que obran, y éstos por fuerza han de ser o malos o buenos, pues a solos éstos acompañan las costumbres (siendo así que cada cual se distingue en las costumbres por la virtud y por el vicio), es, sin duda, necesario imitar, o a los mejores que los nuestros, o a los peores, o tales cuales, a manera de los pintores. así es que polignoto pintaba los más galanes, pauson los más feos, y dionisio los semejantes.” aristóteles. Poética. capítulo i.2. apocatastasis.com: Literatura y contenidos Seleccionados. Recuperado 15 de septiembre 2014, desde http://www.apocatastasis.com/poetica-arte-aristoteles-tragedia-comedia. php#poetica_2 2). Henri Mounnier (1805-1877). caricaturista y escritor francés. Sus sátiras sobre la burguesía fueron internacionalmente conocidas. (Encyclopædia Britannica. http://www.britannica.com/eBchecked/topic/389666/Henri-Monnier). 3). citado por Montserrat castillo (1992) en el prólogo del libro Joan Junceda. Barcelona: columna. colección clàssics catalans del còmic. 4). “entre 1901 y 1923, la Lliga Regionalista es la fuerza política hegemónica en cataluña. Representa un catalanismo moderado y socialmente conservador que expresa las inquietudes de un sector de la burguesía industrial, de los propietarios agrarios y de las clases medias. elabora un proyecto político que pretende un autogobierno para cataluña que garantice la modernización y que se plantea intervenir en el gobierno del estado con pragmatismo y voluntad modernizadora. La Mancomunitat de catalunya, creada en 1914, es su máxima realización institucional.” (La Lliga Regionalista. Museu d’Història de catalunya. http://www.es.mhcat.cat/content/view/full/263). 5). el paral·lel (paralelo) es una calle de Barcelona definida ya en el plan cerdà de 1855. durante todo el primer cuarto del siglo XX se convirtió en el centro de las diversiones barcelonesas hasta el punto de ser bautizado como el “Montmartre barcelonés”. en uno de los múltiples teatros de esta vía, el teatro Victoria (antes denominado pabellón Soriano), Lerroux realizó muchos discursos por lo que fue denominado “l’emperador del paral·lel” (el emperador del paralelo). (Gran Enciclopèdia Catalana. http://www.enciclopedia.cat/ enciclop%c3%a8dies/gran-enciclop%c3%a8dia-catalana/ec-Gec0048961.xml#.Vdar_lcb2Ji). 6). para celebrar el buen resultado de las elecciones municipales de Barcelona de 1905, la Lliga organizó el “Banquete de la Victoria”, acto que inspiró la caricatura de Junceda que dio lugar al asalto de la redacción de ¡Cu-Cut!. También se asaltó y destruyó la redacción de La Veu de Catalunya, que como ¡Cu-Cut!, pertenecía a la Lliga. (Matas, 1992). 7). Madrid: Garsi. 1964. 8). Barcelona: ediciones doyma. 1989. 9). Murcia: Fundación HeFaMe. 1998. 10). Barcelona: doyma. 1989. 11). Barcelona: editorial Lumen. 1985.

12). Barcelona, memòria d'un segle. La dècada de la Reforma. cronologia. Recuperado 5 octubre 2014, desde http://www.bcn.es/publicacions/bmm/45/ ct_refor_cro.htm 13). Contra la pena de muerte. La manifestación de ayer. amnistia internacional catalunya. Recuperado 8 octubre 2014, desde http://www.amnistiaca talunya.org/edu/2/pm/pm-cites-1911-liberal.html 14). No hemos incluido los dibujos sobre el entierro del dr. Robert que aparecieron en el número 16 de 17 de abril de 1902 (número monográfico en el que se honraba su figura) por tratarse de dibujos no humorísticos. 15). Uno de los periódicos donde hemos encontrado publicidad del dr. Munyon y sus productos ha sido La Vanguardia. Hemos realizado una búsqueda a través de su Hemeroteca virtual (http://www.lavanguardia.com/hemeroteca/ index.html) contabilizando un total de 94 anuncios entre 1902 i 1910: 41 en 1902; 26 en1903; 17 en 1904; 1 en1906; 4 en 1907; y 5 en 1910. 16). La Vanguardia (3 diciembre 1903). Recuperado 5 octubre 2014, en http://hemeroteca-paginas.lavanguardia.com/LVe07/HeM/1903/03/03/ LVG19030303-003.pdf 17). La Vanguardia (9 diciembre 1906). Recuperado 12 octubre 2014, desde http://hemeroteca-paginas.lavanguardia.com/LVe07/HeM/1906/12/09/ LVG19061209-004.pdf 18). La Vanguardia (22 diciembre 1906). Recuperado 12 octubre 2014, desde http://hemeroteca-paginas.lavanguardia.com/LVe07/HeM/1906/12/22/ LVG19061222-007.pdf 19). La Radiología. http://www.tesisenred.net/bitstream/handle/10803/1377/6. La_Radiologia.pdf?sequence=9 20). primer congreso internacional español de la tuberculosis. Revista Frenopática Española. año Viii. Febrero de 1910. Núm. 86. p. 48-57. Biblioteca Nacional de españa. Recuperado 25 octubre 2014, desde http://hemerotecadigital. bne.es/index.vm 21). Se puede leer el texto completo del artículo en la página Rosario de acuña y Villanueva (1850-1923). La Jarca de la Universidad. El Progreso, Barcelona, 22-11-1911. Recuperado 15 octubre 2014, desde http://www.telecable.es/per sonales/mfrie1/obras/articulos/jarca.htm 22). La Vanguardia (26 noviembre 1911). Recuperado 14 octubre 2014, desde http://hemeroteca-paginas.lavanguardia.com/LVe07/HeM/1911/11/26/ LVG19111126-003.pdf 23). La Vanguardia (19 abril 1903). Recuperado 15 de octubre de 2014, desde http://hemeroteca-paginas.lavanguardia.com/LVe07/HeM/1903/04/19/ LVG19030419-004.pdf 24). La Vanguardia (29 octubre 1904). Recuperado 15 de octubre de 2014, desde http://hemeroteca-paginas.lavanguardia.com/LVe07/HeM/1904/10/29/ LVG19041029-002.pdf 25). La Publicidad (1 agosto 1906). Recuperado 25 de octubre de 2014, desde http://mdc2.cbuc.cat/cdm/printview/collection/publi2/id/3239/type/compound object/show/3181; La Veu de Catalunya (1 agosto 1906). Recuperado 25 de octubre de 2014, desde http://mdc2.cbuc.cat/cdm/compoundobject/collection/ 26). La Publicidad (15 febrero 1905). Recuperado 25 de octubre de 2014, desde http://mdc2.cbuc.cat/cdm/printview/collection/publi2/id/4147/type/ compoundobject/show/4124 27). Sant Hilari Sacalm. Gran enciclopèdia catalana. URL: http://www.enci clopedia.cat

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NORMAS PARA LA ADMISIÓN DE ORIGINALES Se considerarán para su evaluación trabajos originales que no hayan sido publicados en otros lugares. Tras la revisión realizada por el comité de redacción, la Fundación Uriach dará cuenta del resultado de la misma y comunicará la fecha de publicación de los que resulten aceptados. asimismo, una vez publicados, se entregarán a los autores 20 ejemplares de la revista y una remuneración de 200 €. Los trabajos deben estar centrados en Historia de las ciencias de la Salud y han de ser presentados en lengua española, en formato electrónico, con una extensión no superior a los 80.000 caracteres con espacios incluyendo notas bibliográficas, además de iconografía complementaria.

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